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CONVIVENCIA Y LA RESOLUCIÓN DE
CONFLICTOS EN LA E.S.O.
1.- JUSTIFICACIÓN Y ÁMBITOS DE INTERVENCIÓN DE LA
UNIDAD DIDÁCTICA
En los últimos años ha crecido de manera considerable el número de problemas de relación entre
los alumnos y entre alumnos y profesores en los centros educativos. Las consecuencias que se derivan
de estos problemas de conducta afecta negativamente tanto a la convivencia en el grupo-clase como al
proceso de enseñanza-aprendizaje y a los agentes implicados en ellos: alumnos, profesores, padres,
equipo directivo, AMPA, Consejo Escolar, etc.
Es por ello que se hace necesario actuar desde un principio de prevención educativa con el fin de
mejorar la convivencia escolar y la resolución de conflictos. Desde el Departamento de Orientación de
nuestro IES proponemos un programa educativo para que sea incluido tanto en el plan de acción tutorial
como en el plan de convivencia de nuestro centro educativo. Para realizar este programa de prevención
será de gran ayuda acudir a la literatura científica con el fin de buscar un marco teórico en la
psicopedagogía actual.
- Conductas de rechazo hacia el aprendizaje. Se trata de comportamientos realizados para evitar las
situaciones de enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo, no asistir al centro normalmente, llegar tarde, no
llevar los materiales escolares necesarios, no hacer los trabajos propuestos, estar aislados o
adormecidos, etc. Son conductas que, aunque no alteren el ritmo de la clase, sí que afectan al
profesor en sus actividades docentes.
- Conductas de trato inadecuado. Son comportamientos relacionados con la falta de respeto a las
normas de urbanidad o a las formas de relación social consideradas aceptables. Es decir, aquí el
alumno tiene una falta de habilidades sociales y no pretende molestar sino que manifiesta los valores
y las normas aprendidas en su familia y/o clase social (entorno) a la que pertenece. Ejemplos de
estas conductas son: no saludar, no dar las gracias, no saber escuchar o pedir algo...
- Conductas disruptivas. Son un conjunto de comportamientos que deterioran o interrumpen
notablemente el proceso de aprendizaje en el aula. Estas conductas expresan las dificultades del
sujeto para adaptarse al ritmo escolar, y pretende con ellas llamar la atención para obtener un
reconocimiento en el aula. En nuestra realidad escolar estas conductas disruptivas las podemos
vemos reflejadas en los siguientes aspectos: a) en cuanto a las normas de clase: pintar en las mesas,
fumar en el aula, provocar ruidos, entrar o salir de clase sin permiso, juguetear, etc. b) en cuanto a la
tarea: falta de interés, pasividad, comentarios vejatorios sobre la tarea, preguntar insistentemente
para retrasar, etc. c) en cuanto a la falta de respeto al profesor: hablar cuando habla el profesor,
levantarse del sitio sin su permiso, no acatar sus órdenes, amenazarle, etc. d) en cuanto a la relación
con los compañeros: pelearse o reírse de un compañero, quitar cosas, insultar, hacer burla a un
compañero, etc.
- Conductas agresivas y violentas: son comportamientos cometidos por los alumnos para hacer daño
intencionalmente a otros compañeros, y que constituyen una fuente de satisfacción para los mismos.
Prueba de ello son las peleas y amenazas con violencia física y verbal, las humillaciones sistemáticas
a compañeros, destrozar bienes materiales de los compañeros, insultar o agredir al profesor, acosar
a los compañeros, etc.
Nuestro programa, al considerarse preventivo, se centrará más en los tres primeros tipos de
conducta y nuestras acciones irán dirigidas a prevenir o paliar unos problemas de conducta que puedan
estar en sus primeras fases. Por lo tanto no nos ocuparemos de realidades tales como el maltrato entre
iguales, de los problemas de violencia crónica de algunos alumnos, o de situaciones que alterarían
gravemente la convivencia en los centro. Esto es así ya que consideramos que unas conductas
específicamente agresivas y violentas merecen una unidad didáctica específica donde se aborde su
tratamiento.
- Decreto 246/1991 sobre derechos y deberes de los alumnos. A partir de este decreto se establecerán
muchas de las normas para la convivencia y de las actitudes de tolerancia y respeto hacia los
compañeros y los profesores.
- Decreto 234/1997, Reglamento orgánico y funcional para los institutos de educación secundaria. Aquí
encontramos las funciones del orientador, del Departamento de Orientación y del tutor en relación
con la acción tutorial y con las programaciones didácticas.
- Orden de 18 de junio de 1999 sobre atención a la diversidad. Esta norma contempla como medidas
generales la concreción del currículo, el refuerzo educativo, la orientación educativa y la tutoría...
- Decreto 38/2008 por el que se regula la convivencia en los centros escolares y se establecen los
derechos y deberes de la comunidad educativa
- Decreto 112/2007, de 20 de julio, del Consell, por el que se establece el currículo de la Educación
Secundaria Obligatoria en la Comunitat Valenciana
- Por último cabe destacar las aportaciones de la Orden 62/2014, de 28 de julio, por la que se actualiza
la normativa que regula los planes de convivencia y se establecen los protocolos de actuación e
intervención en violencia escolar. Es importante destacar que en esta orden se propone de forma
muy clara y como medida preventiva para mejorar la convivencia en el centro: “Actividades que
faciliten la participación de toda la comunidad educativa en acciones de prevención y promoción de la
convivencia del centro”.
Atendiendo a lo que hemos expuesto, entendemos que el diseño de nuestro programa debe tener
como objetivo fundamental de prevención primaria de los conflictos que alteran la convivencia y el
proceso de aprendizaje. Dirigimos el programa prioritariamente a todos los alumnos que se encuentran
cursando 1º y 2º de la ESO (12-14 años) porque se encuentran en un momento crítico de su desarrollo
evolutivo, y también porque comienzan una nueva etapa educativa en la que tendrán que afrontar nuevos
retos y experiencias escolares. Pero, no podemos olvidar que este programa también podría orientarse
para los alumnos de 3º y 4º de la ESO, si la situación lo exigiese
Acabaremos esta primera parte diciendo que nuestro programa se realizará con los alumnos en la
hora de tutoría durante la primera evaluación. Además, exigirá la colaboración de los profesores para
realizar algunas actividades en las diversas asignaturas del currículo. En relación con los profesores, el
trabajo se realizará a través de reuniones y de sesiones dirigidas a fomentar la reflexión, la información y
la adopción de medidas educativas. Finalmente, en relación con los
padres, el programa se desarrollará a través de varios modos de trabajo: mediante las entrevistas
individuales con el tutor o el orientador, a través de charlas formativas que organizará el Departamento
de Orientación y el AMPA, etc.
Nuestro programa se centrará en el desarrollo de una serie de capacidades en los alumnos que
son básicas para una convivencia positiva y para un aprendizaje eficaz. El programa también se ocupará
de aumentar la competencia de los profesores y padres como educadores.
Los objetivos que proponemos tienen carácter preventivo pero sirven igualmente para las
situaciones en las que comienzan a aparecer algunos problemas de conducta en el aula. En este último
caso nos tenemos que preocupar de hacer previamente una identificación y valoración de los hechos y
conductas problemáticas, y trataremos de conocer cuáles son las causas que explican la situación del
grupo-clase en cuestión.
- Fomentar el aprendizaje de las habilidades de comunicación y las habilidades sociales que son
básicas para aprender a convivir. A través de ellas hemos de entrenar a los alumnos en el respeto
mutuo, la empatía y la confianza tanto en con los compañeros como con los profesores o con sus
familias.
- Elaborar unas normas de convivencia para mejorar el funcionamiento interno de cada grupo de
alumnos. Estas normas serán una respuesta a las necesidades y problemas iniciales del grupo, y
servirán para prevenir situaciones de inadaptación escolar.
- Detectar posibles situaciones de inadaptación escolar de algunos alumnos. Por una parte trataremos
de conocer qué alumnos tienen dificultades para la convivencia, utilizando la técnica de la evaluación
de roles en el aula (alumnos tímidos, agresivos, absentistas...), y por otra, trataremos de saber qué
alumnos tienen dificultades de aprendizaje significativas para alcanzar los objetivos de la ESO.
- Fomentar un clima social de clase que facilite el desarrollo de las actividades de aprendizaje. Es
decir, trataremos de mejorar las condiciones ambientales del trabajo escolar (organización de la
enseñanza, agrupamientos, distribución de espacios…) para que se reduzcan las conductas
problemáticas y se impida la aparición de conflictos.
- Enseñar a los alumnos y a los profesores a resolver de modo positivo los problemas de conducta que
puedan aparecer en el aula. Se trata de establecer medidas preventivas y educativas, procurando
limitar los castigos a situaciones graves y puntuales.
- Fomentar en el profesorado un estilo de enseñanza centrado en los siguientes aspectos: realización
de actividades motivadoras, realización de actividades de apoyo para los alumnos con dificultades,
utilización del trabajo en equipo y cooperativo, desarrollo de estrategias para captar y mantener la
atención, aprender a controlar conductas problemáticas...
- Estimular la implicación de los padres en los problemas de aprendizaje o de conducta de sus hijos
tanto en el instituto como en el hogar. Trataremos de que los padres apoyen y colaboren con las
medidas que se establezcan en el programa para mejorar el clima de clase, la convivencia y la
solución de conflictos
- Dinámicas de grupo y mejora del clima de la clase. Mediante las dinámicas se detectan a los líderes
positivos y negativos de la clase. Además, los alumnos aprenden a conocerse mejor entre ellos,
aprenden el valor del diálogo y se mejora la cohesión y el sentimiento de pertenencia al grupo. A
través de la participación activa de los alumnos estableceremos un sistema de normas (con las
conductas que se permitirán y las que no) para organizar la convivencia.
- Formación del profesorado para mejorar sus estrategias de enseñanza. Una enseñanza adaptada a las
posibilidades y características de los alumnos es un factor preventivo de conflictos en el aula. Por lo
tanto, los profesores no pueden reducir su enseñanza a la clase magistral y deben, por el contrario,
proponer actividades de trabajo en grupo y cooperativo. También deben realizar actividades
diferenciadas según el nivel de competencia de los alumnos, procurando que las mismas sean
motivadoras, prácticas y cercanas a los intereses de los alumnos. Otra estrategia se centrará en mejorar
la capacidad de atención de los alumnos, porque este factor influye mucho en el ambiente positivo o
negativo de la clase.
Este grupo de medidas tiene como fin sensibilizar a toda la comunidad escolar de la importancia
de abordar de modo preventivo y positivo los problemas de convivencia y aprendizaje de la ESO. Para
ello, proponemos las siguientes actividades:
Las tareas comunitarias a realizar pueden ser muy diversas (mantenimiento de la clase, limpieza
de espacios comunes, ayuda en la biblioteca, ayudar en actividades extraescolares etc.), pero es
preferible a ser posible, preguntar en qué quiere colaborar y que sea él el que elija una tarea y se
responsabilice de ella. El reconocimiento del trabajo realizado ayudará a consolidar una actitud social de
compromiso con la comunidad y de implicación en actividades colectivas.
ACTIVIDAD 2: REALIZACIÓN DE UN PROYECTO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA PARA LA
FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN EL CENTRO A TRAVÉS DEL CEFIRE
A partir de este curso de formación vamos a introducir, durante el primer trimestre, en las
reuniones con tutores diversas actividades para mejorar la prevención y la intervención en situaciones
de conflicto dentro del aula. Elaboraremos un dossier informativo sobre resolución de conflictos, que
nos servirá de guía para conducir las reuniones con los tutores.
Algunas de las ideas que recogemos en este documento, y que nos servirán para formar a los
profesores que voluntariamente desean formar parte del equipo de mediación del centro, son las
siguientes:
- Si tenemos en cuenta quien realiza la mediación podríamos hablar de mediación entre iguales y
mediación de adultos. En el primer tipo, media alguien del mismo estamento que las partes en
conflicto, y por lo tanto puede haber una mayor sintonía o cercanía a la hora de comprender la
situación conflictiva. En el segundo tipo de mediación es el profesorado (los tutores o cualquier
profesor del centro) el que media en el conflicto, y por lo tanto entran en juego factores
relacionados con la autoridad, el prestigio del profesor, la experiencia…
- Algunos procedimientos para realizar la mediación: Actividad de las tres R. Es un procedimiento
de mediación que se realiza cuando se da un enfrentamiento entre dos alumnos, o bien entre un
alumno y un profesor. El moderador da la palabra alternativamente a cada protagonista del
conflicto de acuerdo con las siguientes fases: a) Resentimiento: una de las personas expone los
motivos por los que está molesto con el otro, que no puede interrumpirle ni interpelarle mientras
esté hablando. A continuación, la otra persona muestra el resentimiento causado por la conducta
del primero, sin interferencias por parte de éste. b) Reconocimiento: las dos personas reconocen
sucesivamente los aspectos en los que la conducta propia ha podido molestar al otro. c)
Requerimiento: cada uno dirige al otro una demanda o requerimiento que evite las molestias y
descontentos en el futuro.
- Algunos procedimientos para realizar la mediación: Actividad del observador neutral. Es otra
modalidad de mediación útil para los casos en que los alumnos niegan la autoría de conductas
inadecuadas o rebaten las advertencias del profesor. Se le ofrece al alumno la posibilidad de que
un compañero le esté observando de vez en cuando durante las próximas clases y comunique al
profesor y al alumno lo observado respecto de su comportamiento, tanto si es positivo como si es
negativo. El alumno observador puede ser pactado entre el profesor y el alumno; designado
directamente por el profesor con conocimiento del alumno; misterioso, elegido por el profesor sin
que el alumno sepa quien es.
Pensamos que la familia tiene un papel fundamental que cumplir en el desarrollo educativo
durante la infancia y la adolescencia. Por ello pensamos que es importante que los padres dispongan
de las habilidades adecuadas para afrontar los problemas y dificultades de tipo emocional, cognitivo y
social de sus hijos. Las escuelas de padres se crean para ofrecer un servicio formativo a las familias,
y sus objetivos más relevantes son los siguientes:
- Conocer los recursos necesarios para ayudar a resolver las dificultades de aprendizaje y
académicas de sus hijos.
- Dotar los padres de información necesaria para que reflexionen sobre la influencia del entorno en
la vida de sus hijos (medio de comunicación, internet, grupo de iguales, tiempo libre, situaciones
de riesgo, etc.)
Una parte fundamental de nuestro programa consiste en fomentar entre los alumnos unas
conductas favorables a la convivencia, la comprensión y el diálogo, la tolerancia ante la diversidad, la
mejora de la comunicación y la expresión de sentimientos, etc. El cultivo de estas capacidades se
considera un requisito imprescindible para saber afrontar las situaciones conflictivas que se producen
cotidianamente en las aulas.
Las actividades con los alumnos se realizarán primordialmente durante las horas de tutoría,
aunque algunas de ellas también se pueden realizar en diversas asignaturas. Estas actividades deben
ser capaces de fomentar la reflexión sobre la propia conducta, y también deben ayudar a cambiar las
actitudes y los comportamientos que hacen difícil una convivencia positiva entre los alumnos del grupo-
clase. Los tutores elegirán algunas de las actividades que proponemos, no siendo imprescindible la
realización de todas ellas
La actividad será desarrollada por el orientador del centro con la colaboración del tutor. El
desarrollo de la actividad será el siguiente. Se dispone la clase de forma que se evite la comunicación
entre los alumnos. Se les explica en que consiste la prueba que van a completar, y se pone énfasis en el
anonimato del cuestionario, ya que la finalidad de éste consiste en que el tutor quiere conocer mejor a sus
alumnos de su grupo. Después se les reparte el cuestionario. Una vez completados los datos de
identificación deben contestar con toda sinceridad a las preguntas que se les plantea. Este cuestionario
está basado en preguntas de preferencia-rechazo en cuanto al aula y el ocio. Una vez se ha rellenado, se
recogen y se transcriben los resultados en una tabla y
se ve la estructura interna de la clase. En la representación gráfica del sociograma podemos observar
como son las relaciones entre los alumnos: quienes son los alumnos líderes, los olvidados, los
rechazados, los aislados, etc.
Esta actividad pretende mejorar el conocimiento personal entre los distintos miembros del grupo, y
crear así un clima de confianza y compañerismo en el grupo. Sabemos que muchos conflictos y
conductas problemáticas o violentas tienen como origen el desconocimiento, los prejuicios y los
estereotipos que tienen unos alumnos sobre otros. Por lo tanto, con esta actividad pretendemos que los
alumnos se conozcan realmente como son: sus ideas, sus gustos y aficiones, sus manías, sus proyectos,
etc.
Esta actividad será conducida por el tutor en una sesión de tutoría, y se desarrollará del siguiente
modo. Colocados en círculo, se pide a los participantes que de forma espontánea se dirijan en voz alta a
alguno de los compañeros al que ya conocen, con una frase que comience por “sé de ti” (por ej.: ...que te
llamas Ana), y continúen diciendo “en cambio, no sé de ti” (por ej. ...si te gusta el cine). Los alumnos
también pueden dirigirse a un compañero que le es desconocido pero que haya despertado su interés
diciendo “no sé de ti” (por ej.: ...cómo te llamas). A las personas interpeladas se les pide que ratifiquen lo
expuesto y que faciliten la información solicitada.
Una vez concluidas las presentaciones individuales, podemos trabajar con todo el grupo de alumnos
los descubrimientos que han realizado sobre algunos compañeros. Se trata de que experimenten cómo el
diálogo y la comunicación puede evitar malentendidos o impresiones falsas sobre los compañeros.
En esta actividad comprenderemos el valor que tiene el saber escuchar con comprensión y
atención a los demás. Este es un requisito básico para conocer mejor a los demás y conocer también
sus preocupaciones, intereses, preferencias, etc. La empatía es una cualidad básica de la inteligencia
emocional y se convierte en la base para mejorar la convivencia y la prevención de situaciones
conflictivas. Los alumnos deben aprender que expresiones verbales y no verbales expresan una
comunicación empática.
El tutor realizará esta actividad utilizando dos técnicas basadas en la dinámica de grupos: el role-
playing y la discusión en pequeño grupo. El desarrollo de la actividad será el siguiente. El tutor da unas
pautas sobre la actividad, y explica unos conceptos para saber qué comportamientos y actitudes
mejoran la escucha y cuales la dificultan. A continuación,
mediante una discusión en pequeño grupo los alumnos elaborarán un listado de sentimientos que
experimentan las personas cuando no se sienten escuchadas. En el segundo momento de la actividad
varias parejas de alumnos van a representar una situación de escucha en la que existe empatía
(aprovechando diversas situaciones cotidianas que se viven en el instituto). En la representación de
papeles deben seguirse los siguientes pasos: 1º) mirar a la persona que está hablando. 2º) pensar en lo
que te está diciendo (manifestarlo verbal o gestualmente). 3º) esperar a que llegue tu turno para hablar
(sin impacientarse). 4º) decir lo que quieras decir (hacer preguntas). Finalizaremos la actividad invitando
a los alumnos a reflexionar sobre su propio comportamiento, y a aplicar todo lo aprendido en esa tutoría
en las relaciones personales familiares o con sus amigos.
Esta actividad pretende enseñar las actitudes personales que son necesarias para afrontar la aparición
de conflictos interpersonal. Las actitudes tienen unos componentes emocionales, cognitivos y conductuales
que condicionan las respuestas ante situaciones conflictivas, y también interfieren la expresión del afecto y
de nuestros puntos de vista. Se trata de que los alumnos aprendan a evaluar como se sienten y como
perciben sus actitudes hacia los demás. Tomar conciencia de las propias actitudes y comportamientos es el
primer paso para mejorar el comportamiento.
El tutor realizará esta actividad de tutoría utilizando la técnica psicopedagógica de la inversión de roles.
Y el desarrollo de la actividad seguirá las siguientes fases. En primer lugar, el tutor propone a dos alumnos
del grupo que defienden con energía dos posiciones opuestas sobre un determinado tema (lo mejor será que
el tema tenga que ver con las relaciones entre adolescentes, entre alumnos y profesores, entre padres e
hijos, etc.) o bien que entren en conflicto a propósito del tema elegido. En segundo lugar, cuando han
representado bien el papel y la situación elegida, entonces se les pide que intercambien sus papeles y las
posiciones que han mantenido. Al obligar a los dos participantes a cambiar de rol para adoptar el del otro,
entonces deben aprender a ponerse en su lugar, a comprender el punto de vista de la otra persona.
Finalmente, terminada esta fase, los participantes, que no tienen por que ser dos, pues puede tratarse
de un problema entre pequeños grupos, comentan lo ocurrido. El resto del grupo, que hasta ese momento
tenía como única misión la escucha, puede intervenir haciendo observaciones, pidiendo detalles, valorando el
cambio de actitudes de los participantes en la representación de roles etc.
Esta actividad será realizada por el tutor en la hora de tutoría dedicada a la atención
individualizada. Con esta actuación trataríamos de conocer mejor a los alumnos que son líderes
negativos en el grupo, y comenzar así un proceso de reflexión y de cambio de la conducta de los
mismos. A través de las entrevistas individualizadas pretendemos los siguientes objetivos: a)
Reflexionar con el alumno acerca de su conducta; b) Conocer lo que piensa el alumno de la escuela,
sus dificultades en el aprendizaje, sus perspectivas de futuro...c) Conocer qué percepción tiene de sí
mismo, de sus compañeros y de sus profesores. d) Conocer su entorno familiar y social.
El desarrollo de la entrevista estructurada se realizará por iniciativa del tutor y tendrá las
siguientes fases:
EN EL GRUPO-CLASE
Con esta actividad pretendemos enseñar al profesorado algunas técnicas de análisis del
comportamiento de los alumnos. El profesorado debe conocer el funcionamiento del clima social de la
clase si quiere aprender a gestionar los problemas de convivencia y conducta. Para ello, enseñaremos
siguiendo a J. Vaello (2003) el funcionamiento de una tabla de observación de roles. En esta tabla los
profesores registrarán las conductas de los alumnos y las situarán en torno a un listado: mandón,
sociable, organizador, líder, dominante, sumiso, pasota, aislado, trabajador, pelota, inhibido, etc. La
observación debe ofrecernos información sobre cómo funciona el alumno en tres ámbitos: su influencia
en el grupo; el grado en que es aceptado; el modo en que trabaja con los demás.
La actividad será dirigida por el orientador del centro y tendrá los contenidos teóricos y prácticos
que exponemos a continuación.
El aula es un escenario donde cada miembro de la clase busca un papel a su medida. Cada
alumno se comporta en clase interpretando un papel que le permite autorrealizarse de forma
satisfactoria. Los alumnos que mediante las metas y roles académicos no consiguen una satisfacción
positiva tienden a desempeñar roles alternativos (generalmente negativos), que a menudo interfieren en
el desarrollo de la clase. Conocer los roles que suele desempeñar habitualmente cada alumno ayuda a
comprender muchas conductas inapropiadas y facilita la mejora del clima de clase. Para detectar los
roles de los alumno utilizaremos como instrumento la tabla de observación de roles basada en la
taxonomía de Bales. Cada rol viene definido por tres rasgos bipolares y en cada rango puede adoptar el
valor de uno de los dos polos posibles o tener un valor neutral.
Poder
Ascendente Descendente (D)
(A)
Alumno que manda, arrastra a los Se deja llevar, obedece, deciden por él,
demás es dirigido
por otros
Aceptación
Negativo (N)
Positivo (P)
Es rechazado por los demás, lo
Es aceptado por los demás, lo buscan, ignoran, quieren estar lejos de él.
quieren estar con él
Contribución al trabajo
Reacio (R)
Cooperador (C)
Entorpece el trabajo, no colabora,
Contribuye al trabajo, colabora, anima, desanima, huye del trabajo
mueve a la acción
En la siguiente tabla se puede ver una descripción de los diferentes roles que surgen por
combinación de los tres rasgos que considera Bales como determinantes de los roles.
Mandón
Organizador
Líder de equipo
Matón
Dominante
Líder social
Desafiante
Comediante
Sociable
Pelota
Trabajador
Buen compañero
Aislado
Amigo
Pasota
Inconformista
Comtemporizador
Mártir
Sumiso
Comparsa
Solitario
Callado
Mascota
Alienado
Distante
Muñeco
A partir de los datos recogidos en ella, se pueden llevar a cabo dos tipos de análisis:
- Grupal: permite ver qué estructura tiene la clase (cuántos líderes hay y quienes son, qué alumnos
tienen ascendencia sobre otros, parejas idóneas para el trabajo, grupos positivos y negativos, etc.).
- Individual: muestra los roles que desempeña cada alumno en la clase para intervenir sobre ellos,
reconduciendo los que sean perturbadores de la clase o potenciando los que ayuden a mantener
una convivencia positiva.
- Contemplarla al conformar grupos de trabajo, pues los roles de sus componentes determinarán en
gran medida su dinámica de acción.
- Utilizarla cuando se localicen subgrupos perturbadores para saber cómo actuar sobre ellos, pues su
neutralización será más fácil si se tiene detectado quién es el líder o quiénes son los satélites que lo
sustentan.
1) En primer lugar, el profesorado debe unificar criterios en torno a unas normas de convivencia
básicas para todos los grupos de la ESO, o por lo menos de un mismo nivel educativo (1º, 2º, 3º y 4º). Lo
que se trata de de no incurrir en contradicciones entre los profesores o entre unos grupos y otros. En
segundo lugar, el profesorado debe consensuar con el alumnado, a principio de curso, unas normas
mínimas para el trabajo y la convivencia en el aula. Dichas normas deben ser fruto de la negociación y
serán claras, sencillas. Estarán descritas de manera concreta y operativa. Así mismo, se establecerá el
procedimiento por el cual se llevará el seguimiento del cumplimiento de las normas acordadas. En
general, debemos motivar al cumplimiento de las normas ofreciendo argumentos de utilidad, y no sólo
estableciendo una serie de amenazas o sanciones negativas.
Explícitas. Son las que están redactadas por escrito y supuestamente regulan la convivencia. Su
efectividad depende de: a) Han de ser pocas. Deben regular sólo aquellos comportamientos que afectan
significativamente a la convivencia, ya que un número excesivo de normas crearía un ambiente demasiado
rígido. b) Han de estar claras. No deben dejar lugar a dudas sobre lo que pretenden. c) Deben estar
formuladas en positivo. Mejor indicar lo que se debe hacer que prohibir lo que no se debe hacer. d) Tienen
que ser cumplidas. Cualquier norma que se establezca tiene que seguirse a toda costa, ya que si una norma
explícita se incumple sistemáticamente, se convierte en otra de signo contrario. Es preferible suprimir normas
que no se puedan hacer cumplir ates que
admitir el incumplimiento habitual de las mismas. e) Flexibles. Deben modificarse cuando no cumplan la
función para la que se han formulado.
Implícitas. Son las normas que sin estar formalmente redactadas, rigen realmente el funcionamiento de
la clase mediante la rutina, la costumbre y las conductas de tanteo de algunos alumnos.
3) La contradicción entre normas explícitas e implícitas se resuelve siempre a favor de las implícitas,
de lo cual podemos extraer las siguientes conclusiones. Cuando se detecta que una norma implícita está
perturbando significativamente el desarrollo de la clase, conviene reconvertirla en una norma explícita de
carácter positivo y hacerla cumplir sistemáticamente. Además, no se debe fijar ninguna norma que no se esté
en condiciones de hacer cumplir.
5) A título de ejemplo se proponen, a continuación, algunas normas básicas que pueden servir para
regular la práctica totalidad de las situaciones habituales en la clase y cuyo cumplimiento podría bastar para
conseguir un buen clima en el aula:
a) El alumno ha de asistir a clase puntualmente, con el material y trabajar sin molestar a los demás:
b) Respeta a las personas a alas cosas, para que respeten a ti y a tus cosas:
c) El profesor ha de atender a todos los alumnos y ocuparse que aprendan, adaptando su enseñanzas a las
capacidades, e intereses de todos y cada uno:
Con esta actividad pretendemos mostrar al profesorado algunas estrategias educativas muy sencillas
que pueden ayudarles a mejorar el clima de clase, y a afrontar posibles situaciones conflictivas. La actividad
será realizada por el orientador en las reuniones de los equipos educativos o en las reuniones de tutores de
cada nivel educativo. Básicamente se abordarán las siguientes técnicas pedagógicas:
El análisis funcional de la conducta. Enseñaremos a los profesores a realizar una observación de las
conductas problemáticas con tres fines: determinar qué ocurre antes de que aparezca la conducta-problema
(antecedentes); qué es lo que hace el alumno (conducta) y qué es lo que sucede después (consecuencias).
Se trata de saber el origen de la conducta y de si son eficaces o no los intentos de control por parte del
profesorado.
1) Cada tutor realizará una sesión informativa dirigida a los padres de alumnos de su grupo, en las que
se darán a conocer las normas del funcionamiento del centro, y los derechos y deberes de los alumnos tal y
como se recogen en el Reglamento de Régimen Interno. Por otra parte, correspondiendo con las
evaluaciones, el tutor hará entregará a los padres del boletín de calificaciones correspondiente al trimestre,
así como del parte de asistencia correspondiente al mes en curso. En las reuniones con los padres se
tratarán temas como la mejora o no del rendimiento del grupo, la mejora de la convivencia y del clima del
aula, la toma de decisiones conjunta entre padres y profesores...
2) Implicar a las familias en actividades formativas sobre diversos temas relacionados con el
desarrollo psicosocial y escolar de los adolescentes. Se mostrará a los padres estrategias educativas
eficaces sobre control de la conducta, planificación del estudio, enseñanza del autocontrol, etc. Se
trata de que los padres refuercen en el hogar las actividades que se han trabajado en el instituto. Estas
actividades quedan enmarcadas en las actividades que hemos expuesto en el apartado del trabajo con el
centro educativo: la colaboración con el AMPA para la creación de una escuela de padres en la que se
abordarán los problemas de la adolescencia, y otra actividad será la formación de padres como mediadores
de conflictos.
3) Otra actividad formativa con los padres consistirá en la realización de un “Taller escuela de familia”.
Con esta actividad pretendemos mejorar la formación de los padres en algunos problemas educativos. Las
actividades pueden ser entre otras las siguientes:
- Familia y comunicación: cómo dialogar, saber escuchar, realizar cumplidos, cómo decir que no, formular
críticas, cómo afrontar la presión del grupo...
- Riesgos en el uso de la televisión y de Internet: enseñaremos como ejercer el control de los medios de
comunicación que emiten numerosos programas de contenidos violento, y que no favorecen el
aprendizaje de la convivencia.
- Reuniones del equipo de profesores y del tutor con el orientador. En dichas reuniones se apoyará y
asesorará a los tutores en la planificación y organización de las actividades del programa. Se facilitan
materiales, cuestionarios, técnicas de dinámicas de grupo...
- Utilización de las dinámicas de grupo para las actividades de formación del profesorado, y para algunas
actividades con el alumnado
- Desarrollo de una metodología activa y participativa para todas las actividades realizadas con los
alumnos, los profesores y los padres.
- Sesiones de trabajo con los alumnos en las horas de tutoría: se realizarán en algunas de las horas de
tutoría durante los meses de noviembre diciembre, enero, febrero (no se ocuparán todas las horas de
tutorías mensuales, para poder realizar otro tipo de actividades).
- Técnicas de dinámica de grupo. Por ejemplo, discusión en grupo, role-playing, inversión de roles, la
entrevista, reflexión en grupo, etc.
- Diversas actividades tomadas de bibliografía teórica y práctica de los programas para la acción tutorial
que citamos a continuación:
En primer lugar, realizaremos una evaluación inicial para conocer mejor las necesidades de los
destinatarios del programa (alumnado, profesores y familias). Debido al carácter preventivo de nuestro
programa, las primeras actuaciones nos orientarán sobre el posible origen de los problemas de convivencia
entre los alumnos. Y también nos permitirá conocer cuales son las carencias de los profesores y las familias.
Las informaciones que obtengamos nos servirán para, llegado el caso, elaborar un diagnóstico de problemas
de conducta que afectan a la convivencia en el aula.
- La evaluación inicial para conocer el nivel de competencia curricular y los problemas de adaptación a la
enseñanza de algunos alumnos
- Las primeras entrevistas y reuniones con los tutores, el profesorado y las familias.
En segundo lugar, realizaremos una evaluación del proceso o desarrollo del programa. Mediante un
cuestionario anónimo podemos saber lo que opinan los alumnos, los padres y los profesores de cómo se ha
ido desarrollando el programa: información ofrecida, recursos y técnicas utilizadas, materiales, interés por la
temática, tiempo y espacios empleados, etc. Los indicadores que nos permitirán conocer la eficacia de las
actividades que estemos realizando serán, entre otros, los siguientes:
- La mejora del clima educativo de los grupos como consecuencia del desarrollo de las actividades.
Finalmente, en tercer lugar realizaremos una evaluación final o de resultados del programa.
Nos indicará la efectividad del programa. Y atenderíamos a los siguientes indicadores:
- El seguimiento de la aplicación del programa. Nuestro programa no debe entenderse como una actividad
puntual. Para que sea realmente preventivo y efectivo, la educación para la mejora de la convivencia
debe continuarse a lo largo de toda la escolaridad en la enseñanza obligatoria.