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Presupuestos
El DIPr es una rama del derecho privado que se encarga del estudio de casos jusprivatistas con elementos extranjeros
y sus soluciones.
Son presupuestos de esta materia el pluralismo de ordenamientos jurídicos y el tráfico privado externo.
Elemento Extranjero
El objeto de la materia es la relación jurídica multinacional. Esta relación jurídica no puede ser cualquiera, sino
una calificada con presencia del elemento extranjero. Este último implica que el caso jusprivatista se vincule
con el Estado Extranjero a través de por lo menos uno de los elementos. Estos pueden ser personales, reales o
voluntarios.
Cuando una pareja se casa en Italia y al tiempo se muda a Argentina, su domicilio, que cumple un rol primordial,
ahora posee el elemento extranjero.
de Derecho Público.
El principio de extraterritorialidad rige únicamente en el derecho privado, y significa que en un país se puede
aplicar el derecho privado extranjero.
Según la incidencia de lo extranjero en estos elementos podemos determinar 3 relaciones jurídicas privadas:
absolutamente nacionales, relativamente internacionales o absolutamente internacionales.
El fenómeno conflicto de leyes forma parte del contenido de la materia y se trata de la designación de la ley
aplicable al fondo de la cuestión mediante un elemento localizador. Junto con lo mencionado, la doctrina francesa
comprende dentro del contenido al conflicto de jurisdicciones, al que corresponde el procedimiento de reglas
materiales propios de la sanción judicial de los derechos.
Frente a una relación jurídica privada internacional, entendemos que será conveniente determinar, en primer
término, la autoridad competente para resolverlo y, en segundo lugar, habrá que analizar la ley aplicable.
El DIPr en la actualidad supera la posición “conflictualista” de Goldschmit (1995), que recurre a la visión
metodológica indirecta o extra territorialista.
● Método directo: se debe elaborar una norma directa o sustantiva que resuelva el caso a través de un
derecho uniforme.
En relación con la internacionalidad, la manifestación del problema engarza con el cuestionamiento de las
fronteras de los Estados. Actualmente, los países están impregnados por las fuerzas económicas y culturales y
también por los regionalismos.
Las manifestaciones de la crisis en lo internacional y en la privacidad repercuten los ordenamientos normativos.
De esta forma, la concepción clásica del DIP ha sido puesta en jaque a partir del surgimiento de una serie de
fenómenos como:
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la globalización,
el crecimiento y el auge del derecho de integración,
la cooperación jurídica internacional,
así como por la expansión de la autonomía de la voluntad,
la influencia de los derechos humanos
y la formación de sociedades multiculturales, qué deriva en la pluralidad de ordenamientos
jurídicos.
Unión aduanera: Además de las características que tiene la zona de libre comercio, los países miembros establece en
la unión aduanera un arancel externo común en sus relaciones con otros países.
Mercado común: A la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos y a la unión aduanera, se le suma la
eliminación de los controles sobre los movimientos del capital, el trabajo y se provoca la libre circulación de factores
de producción, es decir, de mano de obra u de capital.
Comunidad económica: Constituye la forma más completa de integración al fundir en uno solo los estadios
anteriores. Existe cuando los países coordinan sus políticas monetarias y fiscales y delegan a organismos
supranacionales, con personalidad separada de los Estados que la componen, el dictado de normas comunes sobre
políticas comerciales, de servicios, de transporte, entre otros, y la resolución de conflictos.
Cooperación internacional
La cooperación internacional es fundamental para no trabar la realización de la justicia. Consiste en qué los jueces
del proceso (exhortantes) soliciten de otros jueces (exhortados) qué les ayuden en su tramitación. Por ejemplo para
recibir la declaración de testigos domiciliados en la jurisdicción de los últimos jueces mencionados.
Esta cooperacion pertenece al ambito del derecho internacional privado, particularmente al derecho procesal civil
internacional. Comprende tres capítulos tradicionales:
1. La atribución o distribución de la competencia internacional entre las distintas judicaturas de los
Estados.
2. El cumplimiento extraterritorial de medidas procesales dictadas por la judicatura de
un estado.
3. El reconocimiento y la ejecución extraterritorial de las sentencias pronunciadas por jueces de un estado
extranjero.
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El auxilio jurisdiccional comprende, en definitiva, toda la actividad de naturaleza procesal llevada a cabo
en un procedimiento judicial o administrativo tramitado o a ventilarse ante un Estado extranjero. De este
modo, incluye la información del derecho extranjero, los actos de mero tramite como las intimaciones,
citaciones, entre otras, el diligenciamiento de pruebas por solicitud de autoridades extranjeras, la traba de
medidas cautelares, el reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos arbitrales extranjeros.
Es dable destacar la existencia de diversos modelos históricos desarrollados para materializar la cooperación, así
como los distintos niveles que pueden presentar en la practica.
Este es uno de los fenómenos condicionantes con mayor relevancia en la actualidad. Encuentra una íntima relación
con el fenómeno de una sociedad multicultural.
Los derechos humanos, inherentes a la persona, trasvasan toda la normativa de los distintos ordenamientos. La justicia
universal exige que su contenido sea respetado desde todas las ramas de los derechos, por lo que el DIP deberá ser
coherente con el sistema de los derechos humanos.
El primer problema qué se debe superar es el de las fuentes. Según Kaller de Orchansky (1995) existen:
● fuentes de inspiración o fuentes desde un punto de vista histórico: alude a los documentos donde se
encuentra la materia objeto del estudio.
● Fuentes de vigencia o generadoras: en donde se emanan o derivan las reglas jurídicas de una
disciplina.
● fuentes de carácter interpretativo: son la jurisprudencia y la doctrina.
Según el foro donde se producen los regímenes normativos, las dimensiones del DIPr son las siguientes:
1. derecho internacional privado interno.
2. derecho internacional privado convencional.
3. Derecho internacional privado institucional.
4. derecho internacional privado transnacional.
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Dimensión autónoma
El DIPr interno nace en el ámbito de un Estado para regular las relaciones jurídico-privadas internacionales. Al tener
origen en el derecho nacional, a esta fuente también se la conoce como dimensión autónoma.
En esta dimensión, la CN actúa como núcleo del sistema de DIP.
La carga axiológica que proporciona esta fuente fundamental es obra de inspiración de las normas jurídicas del
sistema legal y repercute no solo a la hora de legislar, sino también al momento de aplicar el derecho.
Respecto del CCyC como principal fuente autónoma, Dreyzin de klor explica:
No hemos logrado aun la aspiración de máxima de los jusprivatistas internacionalistas que gira en torno al
reconocimiento de la autonomía legislativa de una disciplina que goza de autonomía científica. Empero, el hecho de
agrupar buena parte de la materia bajo un único título, aunque dedicado solo a dos de sus tres sectores, es un paso
importante en tal dirección.
El CCyC, dentro de la normativa de fuente autónoma, constituye un aporte fundamental para la sistematización de la
materia a nivel interno
Con la sanción del CCyC, aprobado por la ley Nº 26994 y promulgado según decreto 1795/2014, se incorpora en el
libro sexto el titulo 4, detinado a las disposiciones de derecho internacional privado. Dreyzin de Klor nos explica:
En términos generales, y pese a no superar la dispersión normativa que caracterizo durante tanto tiempo a la
materia, el fraccionamiento de la asignatura ha disminuido considerablemente, y me animo a adelantar que la
nueva regulación de DIPr constituye un avance muy significativo con relación a la que le precede.
Dimensión convencional
El derecho internacional convencional es fruto del acuerdo de dos o más Estados, o bien se genera en el
marco de las organizaciones internacionales.
Fruto del derecho convencional surgen los convenios y tratados internacionales, estos pueden ser bilaterales
o multilaterales, según vinculen a dos Estados entre sí o a más de dos Estados, respectivamente.
Resulta imprescindible hacer referencia a los siguientes aspectos:
Jerarquía: cuando ya ha sido incorporado el tratado al derecho interno, surge otro interrogante:
¿Qué jerarquía posee el tratado respecto de las leyes internas?
Una vez más se enfrenta la concepción internacionalista con la nacionalista. La primera otorga al tratado prioridad de
rango; mientras que la segunda equipara al tratado con una ley, en tanto lo considera de igual jerarquía y sostiene el
principio según el cual las leyes posteriores derogan a las anteriores.
En la evolución histórica en nuestro país debemos tener presente que existen dos etapas bien definidas al respecto:
Antes de la reforma de la CN de 1994: se aplicaba de manera literal el orden de prelación establecido en el art. 31 de
la CN (Constitución – leyes internas – tratados internacionales), es decir que existía supremacía de la Constitución y
las leyes por sobre los tratados internacionales, además de la necesidad del dictado de una ley para la incorporación
del tratado al derecho interno vigente.
Luego de la reforma de 1994 y de conformidad a lo establecido por el art. 75, incisos 22 y 24 de la CN, podemos
esbozar el siguiente cuadro de situación:
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Poseen jerarquía constitucional: las declaraciones, convenios y los tratados de derechos humanos en las condiciones
de su vigencia al tiempo de la reforma de la carta magna. Los nuevos tratados y convenciones sobre esta materia
requieren del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada cámara para revestir igual
jerarquía.
Tienen jerarquía superior a las leyes: a) los tratados concluidos con Estados, con las organizaciones internacionales y
los concordatos con la Santa Sede; b) los tratados de integración que deleguen competencia legisferante y
jurisdiccional a organizaciones supranacionales.
Reconocen jerarquía inferior a la Constitución y a las leyes: los convenios internacionales que se celebren en las
provincias, con conocimiento del Congreso Nacional y siempre que no sean incompatibles con la política exterior del
Estado y no afecten las facultades delegadas al Gobierno Federal o el crédito público de la Nación.
Vigencia: generalmente en los mismos tratados se fija la fecha de su entrada en vigencia, después del depósito del
instrumento de ratificación o del canje de ratificación efectuado por los países signatarios. La ratificación
internacional supone, a su vez, la existencia de una ley aprobatoria, dictada por los organismos constitucionalmente
competentes de cada Estado.
Sin embargo, no todos los tratados vigentes pueden ser invocados de inmediato por los particulares como fuente de
derechos y obligaciones. Es por ello que debemos distinguir entre tratado no autoejecutorio y autoejecutorio. Los
primeros no son operativos sino programáticos. Los jueces no pueden aplicarlos directamente y las partes no pueden
invocarlos directamente ni como fuente de derechos y obligaciones hasta que el derecho interno los desenvuelva a
través de los actos legisferantes adecuados.
Por el contrario, el tratado autoejecutorio contiene normas inmediatamente aplicables por los jueces y genera
directamente derechos subjetivos a favor de las personas.
La ONU es una organización intergubernamental de carácter permanente, cuyos integrantes pertenecen a culturas
jurídicas diferentes, ya que participan naciones socialistas, musulmanas, Estados del common law y países con
sistemas codificados.
No obstante, la marcada diversidad que presentan los vincula un objetivo común que es la unificación progresiva de
las normas de DIPr.
Entre el 25 de agosto de 1888 y el 18 de febrero de 1889, por invitación de Argentina y Uruguay, tiene lugar en
Montevideo (Uruguay) un congreso sudamericano, en el que participaron representantes de Bolivia, Brasil, Chile,
Paraguay, Perú y los Estados convocantes.
Se trata del primer intento de codificación internacional de DIPr a nivel mundial, que alcanzó vigencia efectiva. Como
resultado de la labor desarrollada y con predominio del método conflictualista, surgieron ocho tratados y un protocolo
adicional a dichos tratados, a saber:
Estos tratados fueron ratificados en su totalidad por Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay. Colombia
ratificó el tratado de derecho civil, el de derecho comercial, el de derecho procesal y el convenio sobre el ejercicio
de profesionales liberales. Ecuador, únicamente este último.
En 1939, al cumplirse cincuenta años del Congreso de Montevideo, se celebra nuevamente en esa ciudad un
segundo Congreso de DIPr con el fin de revisar los tratados y actualizar los contenidos. En consecuencia, los
acuerdos resultantes de esta reunión son los siguientes:
Tratado de derecho comercial internacional.
Tratado de derecho procesal internacional.
Tratado de derecho penal internacional.
Tratado sobre propiedad literaria y artística.
Tratado de patentes de invención.
Tratado sobre marcas de comercio y de fábrica.
Convención sobre el ejercicio de profesionales liberales.
Tratado de derecho civil internacional.
Argentina ratificó los tratados de derecho civil, comercial, de la navegación, procesal, del ejercicio de Profesionales
Liberales y el protocolo adicional. Uruguay y Paraguay ratificaron todos los tratados.
Convenios bilaterales
Los convenios bilaterales son fruto del acuerdo de los Estados entre sí. La característica central, y que la diferencia de
los convenios multilaterales, radica en que los primeros se concretan entre dos Estados, en tanto que los segundos
implican la participación de tres o más Estados.
Criterio cronológico: implica que el tratado posterior deroga al anterior y, como consecuencia de ello, se aplica al
caso el posterior.
Criterio de la especialidad: no obstante, el criterio anterior, frente a un supuesto en el cual existan dos o más tratados
que regulen la misma materia, pero que uno de ellos lo haga de manera más específica o particular, prevalece aquel
que regule la materia de una manera más específica.
Criterio del favor negotii: implica que frente a dos tratados que regulen la misma materia, pronunciándose uno por la
validez de una institución y otro por su invalidez, prevalecerá aquel que esté a favor de la validez de la misma.
Derecho originario
Hemos dicho ya que el derecho originario en el marco del MERCOSUR es aquel que emana del Tratado de Asunción,
Protocolo de Ouro Preto, Protocolo de Brasilia, este último hoy derogado por el Protocolo de Olivos. Las normas que
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emanan de estos, al no haberse delegado competencia legisferante en un órgano supranacional, requieren ser
incorporadas conforme el mecanismo previsto en las constituciones de los Estados Partes.
Derecho secundario
Al igual que en el caso anterior, requiere ser incorporado conforme el mecanismo previsto por los Estados Partes y
carece de aplicación directa e inmediata, pues no es derecho comunitario.
En este contexto, se crea la Reunión de los Ministros de Justicia del GMC, cuya función es proponer al CMC por
intermedio del GMC medidas tendientes al desenvolvimiento de un marco común para la cooperación jurídica de los
Estados Partes.
A tal fin se ha elaborado una serie de protocolos que contienen soluciones sobre la Cooperación jurídica del
MERCOSUR, que pueden considerarse imprescindibles para cumplir los objetivos del mercado en formación
Dimensión transnacional
El derecho internacional privado transnacional es aquel que se genera en el ámbito del comercio internacional por la
acción de los particulares o de organizaciones privadas.
Se trata de un derecho espontáneo, producto de la práctica comercial internacional que tiene origen en fuentes propias
basadas en los usos comerciales, cuyo núcleo central reposa en los usos y costumbres internacionales (lex mercatoria).
La expresión “jurisdicción internacional” hace referencia a la potestad que les corresponde a los jueces y tribunales de
un Estado para conocer y resolver los casos de derecho internacional privado (en adelante DIPr), es decir, respecto de
las relaciones jurídicas de carácter privado que están vinculadas con dos o más ordenamientos jurídicos.
La competencia internacional indica el ámbito preciso en el que se ejerce en cada caso la función jurisdiccional de
cada Estado.
En este sentido, Dreyzin de Klor indica que
En doctrina, los vocablos “jurisdicción” y “competencia” se emplean de manera indisti nta, aunque
técnicamente la noción de competencia judicial internacional determina cuándo pueden conocer los
órganos jurisdiccionales de un país considerados en su conjunto. La jurisdicción internacional, en
cambio, alude al poder de las autoridades de un Estado para conocer y decidir en un caso
iusprivati sta con elementos extranjeros, como así también al poder de las autoridades extranjeras
para dictar un pronunciamiento en condiciones de ser reconocido y ejecutado en otro Estado. (2015,
p. 103)
Concepto
La jurisdicción internacional argentina es el poder de los jueces argentinos para decidir casos jusprivatistas
multinacionales. Cuando hablamos de jurisdicción internacional directa, nos referimos a la facultad de un tribunal de
un Estado de declarase competente y juzgar determinadas controversias con elementos extranjeros.
Una vez resuelto el conflicto de competencias, el tribunal que va a intervenir debe resolver el conflicto de leyes, es
decir, establecer si ha de aplicar derecho propio o extranjero.
La jurisdicción internacional indirecta se refiere al reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras.
● Principio de interdependencia
Existe un contacto entre los sistemas jurisdiccionales de los distintos Estados. Según este principio, los Estados
conceden extraterritorialidad a las sentencias extranjeras y admiten el ejercicio de extrañas jurisdicciones en
causas relativamente vinculadas al Estado que reconoce aquellas sentencias, generalmente, relacionadas con
aspectos ejecutivos.
● Principio de efectividad
Alude a la razonabilidad del acto jurisdiccional, a fin de que este pueda ser reconocido o ejecutado en el Estado
que se pretende. El Estado argentino coexiste con los demás Estados extranjeros. Estos también ejercen la
jurisdicción. Cada Estado nacional podría declarar en sus disposiciones internas la pretensión de tener
conocimiento de todas las causas del mundo. Claro que ninguno de ellos abriga tan ilusoria pretensión. El límite
de la jurisdicción propia viene impuesto por las probabilidades de reconocimiento y ejecución de las sentencias
nacionales en países extranjeros. El estudio de dichas posibilidades conducirá a limitar la jurisdicción propia en
casos de muy probable desconocimiento de sentencias nacionales.
Clases de jurisdicción
● Directa: consiste en determinar quién es la autoridad competente.
○ Concurrente: dos o más estados tienen jurisdicción en la cuestión.
○ Única: se le confiere jurisdicción a un estado.
○ Exclusiva: un estado se confiere jurisdicción por razones de orden internacional.
● Indirecta: la jurisdicción indirecta presupone que ya existe una decisión de algún juez en la esfera
internacional. Esta decisión puede consistir en una sentencia definitiva, un auto interlocutorio que
decide la traba de una medida cautelar en otro Estado, un decreto que ordena una medida de mero
trámite en otro Estado, entre otras..
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Principio de paralelismo: son competentes los jueces cuyo derecho o ley es aplicable al caso.
Principio del domicilio: es competente el juez del domicilio del demandado.
Principio del combustible internacional del patrimonio: competencia según lugar de los bienes del demandado.
Prórroga de jurisdicción: acuerdo de partes en otorgar competencia a juez que en principio, no la tiene.
La jurisdicción exclusiva se diferencia de la jurisdicción única en que su fundamento radica en razones de orden
público internacional. El Estado tiene un especial interés en tutelar determinadas materias, con las cuales tiene una
estrecha vinculación. Se trata de una excepción; en tal sentido, debe estar justificada su elección y su interpretación
debe ser realizada restrictivamente, no pueden realizarse aplicaciones extensivas de esta normativa.
Es importante destacar que este artículo no es taxativo, por lo que permite que por leyes especiales se agreguen
supuestos.
Los distintos foros tienen varias clasificaciones. Se analizarán las más importantes. Razonables y exorbitantes
Razonable es aquel que cumple con el principio de proximidad.
El exorbitante no cumple con mencionado principio o menoscaba el equilibrio entre las partes.
Exclusivos y concurrentes
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Generales y especiales
Los generales se basan, para el establecimiento de jurisdicción, de un elemento que existe en todos los supuestos.
Los especiales se relacionan con las particularidades de cada caso.
Derecho aplicable M2 L2
Métodos del DIPr
Ello no importa, dejar de reconocer el rol que, como norma general de la materia, cabe seguir atribuyendo a la norma
de conflicto, y al carácter especial que junto a ella asumen la norma material, con funciones complementarias y
suplementarias del sistema y la norma de policía, especial, exclusiva y excluyente de las otras dos. (Uzal, s. f., p. 8)
En virtud del pluralismo metodológico, concluimos que los métodos de los que se vale nuestra disciplina son:
Como los métodos para su funcionamiento utilizan normas debemos, correlativamente, referirnos a un pluralismo
normativo que necesariamente contemple las tres categorías de normas del DIPr, estas son: normas indirectas, directas
y normas internacionalmente imperativas. Todas ellas son objeto de estudio por parte del derecho internacional
privado.
Unilateralismo y bilateralismo
El unilateralismo auto delimita el ámbito de aplicación de la ley, imponiendo en el territorio nacional.
El bilateralismo por otro lado, no prioriza una ley por sobre otra.
ARTÍCULO 2622. Derecho aplicable. La capacidad de las personas para contraer matrimonio, la forma del acto, su
existencia y validez, se rigen por el derecho del lugar de la celebración, aunque los contrayentes hayan dejado su
domicilio para no sujetarse a las normas que en él rigen. Ley 26994
Por otro lado, existe la técnica de regulación directa. Ella se vale de normas directas, materiales o sustantivas que son
aquellas que en su tipo legal describen un caso jusprivatista multinacional y, en su consecuencia jurídica, brindan la
solución sustantiva y material.
La norma indirecta presenta un tipo legal (el sector jurídico a reglamentar) y una consecuencia jurídica, donde
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se encuentra el punto de conexión: la clave que indica el derecho aplicable al caso, que a su vez pueden ser
reales, personales o conductistas/voluntarios.
Tipo legal: La capacidad de las personas para contraer matrimonio, la forma del acto, su existencia y validez.
Consecuencia jurídico: Se rige por el derecho del lugar de la celebración, aunque los contrayentes hayan dejado su
domicilio para no sujetarse a las normas que en el rigen.
Ahora bien, los puntos de conexión pueden ser de los siguientes tipos:
ARTÍCULO 2599. Las normas internacionalmente imperativas o de aplicación inmediata del derecho argentino se
imponen por sobre el ejercicio de la autonomía de la voluntad y excluyen la aplicación del derecho extranjero elegido
por las normas de conflicto o por las partes. Cuando resulta aplicable un derecho extranjero también son aplicables sus
disposiciones internacionalmente imperativas, y cuando intereses legítimos lo exigen pueden reconocerse los efectos
de disposiciones internacionalmente imperativas de terceros Estados que presentan vínculos estrechos y
manifiestamente preponderantes con el caso.
Identifica la norma!
Las normas indirectas, las directas y las internacionalmente imperativas, pueden encontrarse en tanto en el DIPR
interno, cuanto en el DIPR convencional.
De cualquier modo, es más frecuente encontrar las normas materiales (directas) en el DIPR convencional. Las
normas internacionalmente imperativas, por lo general se encuentran en el DIPR interno.
Normas indirectas
Artículo 2628 del CCCN: “la unión convivencial se rige por el derecho del Estado en donde se pretenda hacer
valer”
ARTÍCULO 2630: el derecho a alimentos se rige por el derecho del domicilio del acreedor o del deudor
alimentario, el que a juicio de la autoridad competente resulte más favorable al interés del acreedor alimentario. Los
acuerdos alimentarios se rigen, a elección de las partes, por el derecho del domicilio o de la residencia habitual de
cualquiera de ellas al tiempo de la celebración del acuerdo. En su defecto, se aplica la ley que rige el derecho a
alimentos. El derecho a alimentos entre cónyuges o convivientes se rige por el derecho del último domicilio
conyugal, de la última convivencia efectiva o del país cuyo derecho es aplicable a la disolución o nulidad del
vínculo
Normas directas
ARTÍCULO 2, parte 1 del Convenio Argentino-Uruguayo sobre Protección Internacional de Menores: “la
presencia de un menor en el territorio de otro Estado parte, será considerada indebida, cuando se produzca en
violación de la tenencia, guarda, o derecho que sobre él o a su respecto, ejerzan lo padres, tutores o guardadores”
Derecho Aplicable M2 L3
Dinámicas de la norma indirecta.
Tanto el tipo legal como la consecuencia jurídica poseen elementos positivos y negativos. Positivos, toda vez que
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dichos elementos deben verificarse para que la norma indirecta entre en funcionamiento. Negativos, pues debe
verificarse su inexistencia para que la norma funcione correctamente.
Los elementos positivos del tipo legal son la calificación y la cuestión previa.
El elemento negativo es el fraude a la ley.
El elemento positivo de la consecuencia jurídica es el reenvío (el derecho aplicable al caso) y el elemento negativo es
el orden público internacional.
Técnicamente, el fraude a la ley es la manipulación del punto de conexión. También se lo suele caracterizar como el
intento de los interesados de vivir en un país con la legislación de otro: uno les permite lo que otro les prohíbe.
El fraude a la ley puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de conexión establecido por
la norma de conflicto, con el fin de evadir el Derecho coactivo aplicable al caso. De este modo se manifiestan sus dos
elementos característicos: la evasión voluntaria de un Derecho coactivo y la alteración del punto de conexión con
intencionalidad fraudulenta. En pocas palabras, podría decirse que el fraude a la ley consiste en la utilización de un
precepto para eludir el juego de otro. El fraude a la ley aplicable consiste en que los protagonistas transforman en la
norma indirecta los puntos de conexión que el legislador no concibió como negocio jurídico. (Dreyzin de Klor, 2015,
p. 210).
se ha señalado que existen indicios que permiten constatar su existencia. Los indicios son: la expansión espacial y la
contracción temporal, pues los protagonistas realizan una serie de actos que implican traslados innecesarios (de un
Estado a otro) en un corto lapso (Goldschmidt, 1995).
La sanción al fraude consiste en aplicar el derecho que se pretendió eludir.
Según Goldschmidt (1995), el fraude puede clasificarse dependiendo de la relación temporal entre la maniobra
fraudulenta y su propósito:
El fraude retrospectivo se comete para eludir las consecuencias de un acto que se realizó en el pasado con total
sinceridad.
El fraude simultáneo falsea los hechos en el momento mismo de llevarlos a cabo, a fin de esquivar consecuencias
inmediatas del acto perpetrado con sinceridad.
El fraude en expectativa manipula los hechos, no porque el acto sincero produzca consecuencias inmediatas que se
desean descartar, sino porque se teme que en el futuro puedan darse tales secuelas. En la época en que en nuestro
país no existía el divorcio vincular, muchas parejas iban a casarse a México (país divorcista), para poder prever un
futuro divorcio.
Para la determinación del derecho aplicable en materias que involucran derechos no disponibles para las partes no se
tienen en cuenta los hechos o actos realizados con el solo fin de eludir la aplicación del derecho designado por las
normas de conflicto.
Calificar consiste en determinar qué ordenamiento jurídico, en última instancia, es el que definirá los términos
empleados en la norma indirecta. El problema de las calificaciones comprende tanto los conceptos contenidos en el
tipo legal como la consecuencia jurídica. El origen de los conflictos de calificaciones está en la coexistencia de
sistemas nacionales de Derecho Internacional Privado (DIPr).
Cuestión previa
La doctrina internacionalista denomina también a la cuestión previa como “cuestión preliminar” o “cuestión
incidental”. Surge cuando la solución de una cuestión principal depende de una o más cuestiones que se denominan
previas, preliminares o incidentales. La cuestión previa se presenta después de la determinación del derecho aplicable
a la cuestión principal, si bien la decisión de la controversia principal depende de ella (Kaller de Orchansky, 1995).
Reenvío
El reenvío se produce cuando el juez que entiende en la causa consulta y aplica las normas indirectas pertenecientes al
derecho extranjero, declarado aplicable por el sistema conflictual del país del foro. El derecho extranjero declarado
competente se dilata; antes que las normas materiales de derecho privado extranjero, deben consultarse y aplicarse las
normas de derecho internacional privado extranjero.
Las condiciones para que se produzca el reenvío son:
2. Teoría de la referencia máxima, la cual implica que la consecuencia jurídica de la norma indirecta que
interviene en primer término remite al ordenamiento extranjero en su totalidad. Esto es: a las normas de
derecho internacional privado en primer término y, luego, a las normas del derecho privado extranjero. No hay
reenvío sin la intervención de las normas de derecho internacional privado extranjero y dichas normas no
intervienen cuando la referencia es mínima, que solo tiene en cuenta las normas materiales extranjeras.
3. Los puntos de conexión empleados por las respectivas normas indirectas (las del foro y las extranjeras) deben
ser distintos. Si coincidieran, el reenvío no se producirá.
Orden Publico
El concepto de orden público supone dos circunstancias: “1) una diversidad ideológica dentro de la comunidad de
aquellos pueblos que aplican mutuamente sus respectivos derechos; 2) una obligación jurídica de aplicar derecho
extranjero” (Holguín Holguín, 2005, p. 160).
Kaller de Orchansky (1995), podemos decir que se trata de un estándar jurídico consistente en el conjunto de
principios inspiradores de la organización del Estado y la familia que, de acuerdo con el orden moral y las buenas
costumbres, aseguran la realización de los valores humanos fundamentales.
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¿Cómo deben actuar los jueces frente a la aplicación del derecho extranjero?
se puede señalar que el juez debe realizar las siguientes actividades:
– Respetar el sistema de fuentes del Derecho extranjero incluyendo los mecanismos de jerarquía normativa.
– Interpretar el Derecho extranjero como lo haría el juez del Estado al que dicho ordenamiento corresponde. Es más,
deberá cubrir las lagunas del ordenamiento extranjero conforme a los parámetros de dicha ley, en principio, debe
respetar las limitaciones espaciales que contengan las normas extranjeras. (2015, p.218).
a) el juez establece su contenido, y está obligado a interpretarlo como lo harían los jueces del Estado al que ese
derecho pertenece, sin perjuicio de que las partes puedan alegar y probar la existencia de la ley invocada. Si el
contenido del derecho extranjero no puede ser establecido se aplica el derecho argentino;
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b) si existen varios sistemas jurídicos covigentes con competencia territorial o personal, o se suceden diferentes
ordenamientos legales, el derecho aplicable se determina por las reglas en vigor dentro del Estado al que ese derecho
pertenece y, en defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en disputa que presente los vínculos más estrechos con
la relación jurídica de que se trate;
c) si diversos derechos son aplicables a diferentes aspectos de una misma situación jurídica o a diversas relaciones
jurídicas comprendidas en un mismo caso, esos derechos deben ser armonizados, procurando realizar las adaptaciones
necesarias para respetar las finalidades perseguidas por cada uno de ellos.
En la dimensión convencional se regula la temática en CIDIP II sobre normas generales y se adhiere a similar
criterio:
Artículo 2: Los jueces y autoridades de los Estados parte estarán obligados a aplicar el derecho extranjero tal como lo
harían los jueces del Estado cuyo derecho resultare aplicable, sin perjuicio de que las partes puedan alegar y probar la
existencia y contenido de la ley extranjera invocada.5 [5] Art. 2. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.
¿Qué sucede cuando existen varios sistemas jurídicos covigentes?
Se regula en el Código Civil y Comercial en el supuesto b) del artículo 2595, ya sea por competencia territorial o
personal, o en la situación en que se sucedan diferentes ordenamientos legales. La solución que otorga en esos casos,
con buen criterio legislativo, es que la misma sea aportada por el sistema jurídico del Estado al cual pertenece o por el
que tenga vínculos más estrechos con la situación.
Aclaramos que se trata siempre de una misma situación jurídica encuadrada en más de un derecho vigente.
Aquí la norma analiza los supuestos, en los cuales el Derecho extranjero que resulta aplicable por el juez del foro en
virtud de la norma de conflicto, se compone de una multiplicidad de Derechos vigentes simultáneamente (v.gr.,
Estados Unidos, España, entre otros) o de forma sucesiva (ej. en caso de reformas legislativas). En tales supuestos el
Código remite a las reglas del Estado al cual el Derecho extranjero pertenece para que sea este ordenamiento el que
determine la legislación aplicable. (Dreyzin de Klor, 2015, p.225)
¿Necesidad de armonización?
En el tercer supuesto (c), el supuesto fáctico hace referencia a la armonización necesaria que debe existir entre los
derechos que resultan aplicables a diferentes aspectos de una situación jurídica o conjunto de relaciones de un caso. El
precepto exige que la armonización respete las finalidades de cada derecho aplicable.
La adaptación es una técnica o método mediante el cual el DIPr busca resolver los problemas
surgidos de la aplicación de normas materiales procedentes de diversos ordenamientos jurídicos, como efecto
de las normas de conflicto, en relación a un caso específico.
La superposición de fragmentos de diversos sistemas legales conectados por distintas normas
indirectas con relación a un mismo caso, puede generar soluciones incoherentes o injustas. El instituto de la
adaptación, por tanto, tamiza la fragmentación al actuar como un correctivo para lograr el funcionamiento
eficaz de las normas de conflicto, y su efectividad se materializa a través del método sintético–judicial. El
tribunal, luego de analizar el caso en cada una de sus partes, adapta unos fragmentos a otros y logra una
síntesis representativa de justicia. (Dreyzin de Klor, 2015, p. 226).
o del domicilio.
En aquellos casos que no se encuentren especialmente previstos en el presente Tratado, el domicilio civil de una
persona humana, en lo que atañe a las relaciones jurídicas internacionales, será determinado, en su orden, por las
circunstancias que a continuación se enumeran:
1. La residencia habitual en un lugar, con ánimo de permanecer en él;
2. a falta de tal elemento, la residencia habitual en mimo lugar del grupo familiar integrado por el cónyuge y los hijos
menores o incapaces; o la del cónyuge con quien haga vida común; o a falta de cónyuge, la de los hijos menores o
incapaces con quienes conviva;
3. el lugar del centro principal de sus negocios;
4. en ausencia de todas estas circunstancias, se reputará como domicilio la simple residencia.
Residencia habitual:
Habitación real de la persona. Lugar en el cual la permanencia de la persona se prolonga por cierto tiempo, sin
intención de estabilizarse allí.
En el artículo 2613 del CCCN se contempla el domicilio y la residencia habitual, y se realiza una calificación
autárquica de ambos:
Domicilio y residencia habitual de la persona humana. A los fines del derecho internacional privado la persona
humana tiene:
b. su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables por un tiempo prolongado. La
persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso de no tener domicilio conocido, se
considera que lo tiene donde está su residencia habitual o en su defecto, su simple residencia.
Hay que destacar que en la mayoría de los ordenamientos la tendencia es a designar una sola ley aplicable (nacional
o domiciliar) para todas las cuestiones relativas a la capacidad, dejando lugar para algunas pocas excepciones
concretas. El mismo criterio es el que suele tenerse en cuenta para fundar la jurisdicción internacional en los
problemas relativos a incapacitación. (Fernández Arroyo, 2003, p. 512).
Sustracción y restitución internacional de menores M3 L2
La sustracción internacional de menores es una facultad de quien actúa como protector del incapaz, cuya guarda tiene
obligación de ejercer y conservar. Se trata de una actividad antes que un concepto jurídico. Se presenta como una
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cuestión práctica e inmediata. La restitución se funda en el estatuto jurídico del protector-guarda, custodia, tenencia u
otro equivalente, pero no se trata con este instituto de hacer valer su efecto connatural, pues en la restitución no está en
juego la institución de protección toda, sino uno de sus atributos: el de ejercer y conservar la guarda o su similar. Se
trata de una figura autónoma por su objeto y es específica por sus características procesales (Fernández Arroyo, 2003).
La sustracción internacional de menores se configura cuando un menor ha sido trasladado de un país a otro o
retenido de forma ilícita en un Estado distinto de aquel en el que tenía su residencia habitual antes del traslado o
retención. Se trata de un mecanismo procesal civil que solo pretende evitar que la guarda, custodia o tenencia de un
niño regularmente ejercida, sea interrumpida. (Dreyzin de Klor, 2017, p.132).
El desplazamiento del menor se considera ilícito cuando es en violación de un derecho de guarda (exclusivo o
conjunto), otorgado según el derecho del Estado de la residencia habitual del menor.
La Ley 23857, en los artículos 4 y 5, proporciona definiciones autárquicas de qué debe considerarse por menor, qué
comprende el derecho de guarda y qué se entiende por derecho de visita.
Ley 22546
Esta ley establece como objetivo asegurar la pronta restitución de menores que indebidamente se encuentren fuera del
Estado de su residencia habitual y en el territorio de otro Estado Parte. Por lo tanto, comprende el supuesto del
traslado ilícito, como aquellos casos en los que, si bien el traslado es lícito, el menor no regresa al país en los plazos
estipulados, produciéndose una lesión al derecho de visita.
En el sentido moderno, se entiende por tráfico a un “comercio más o menos clandestino, vergonzoso o ilícito”
(Uriondo de Martinoli, 1995, p. 176).
Este concepto que estuvo siempre asociado a la circulación y transmisión de mercancías, aparece ahora ligado al de
niños. Cuando la Convención sobre los Derechos del Niño llama la atención sobre este problema e impone a los países
la obligación de concertar acuerdos internacionales, emplea las expresiones secuestro, venta y trata de niños, términos
que también aparecen con los de sustracción, retención ilegal, tráfico y desaparición, en la denominación de algunos
anteproyectos presentados por expertos e instituciones. De acuerdo con la definición de tráfico internacional de
menores proporcionada por la misma Convención (artículo 2, inciso b), estas conductas quedarían comprendidas en el
título. (Fernández Arroyo, 2003).
Según la Ley 24037, los puntos más importantes de la Convención son: La Convención tiene un ámbito de acción
diferente de la CIDIP IV sobre restitución internacional de menores de 1989 y de la Haya de 1890. Ello surge
claramente del artículo 3 cuando expresa que abarcará "los aspectos civiles de la sustracción, el traslado y la retención
de ilícitos de los menores en el ámbito internacional no previstos por otras convenciones internacionales sobre la
materia”
La convención también contempla los aspectos penales del tráfico. Prevé un sistema de información a favor de la
cooperación internacional que puede operar, a priori, cuando los Estados asumen el compromiso de mantenerse
mutuamente informados sobre la legislación nacional, jurisprudencia y estadística que haya asumido el tráfico
internacional de menores en sus países respectivos y en todo lo relativo al control de la salida y entrada de los menores
en su territorio (inciso b del artículo 8 y el artículo 17). La información también puede producirse después de haber
adoptado las medidas tuitivas, exigiendo su comunicación a las autoridades del Estado donde el menor tenga su
residencia habitual (artículo 16).
Posición territorialista que confina a la persona jurídica en el país en que ha sido creada y le exige que se
constituya en cada Estado donde quiera actuar.
Tesis extraterritorialista el reconocimiento por un ordenamiento jurídico reviste a la persona jurídica de plena
capacidad para actuar en los demás.
Doctrinas de la realidad: prestan atención a la realidad socio económica organizada, subyacente, regulada y
específicamente reconocida por la ley y se pronuncian afirmativamente. En esta teoría es lógico que hablemos de un
“reconocimiento” de su personalidad jurídica y admitamos una amplia capacidad de actuación en nuestro país
(extraterritorialismo).
Doctrinas de la ficción: ponen el acento en que la sociedad es una verdadera creación artificial del legislador y se
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pronuncian negativamente. Con esta teoría sostendremos la necesidad de una re-creación de la persona jurídica
limitando su capacidad de actuación extraterritorial (territorialismo).
Posiciones intermedias
Extraterritorialidad parcial: distingue entre los actos de “capacidad genérica” y actos de “capacidad específica”.
Para los primeros, que son comunes a toda persona jurídica y que no importa la realización de su objeto propio, la
sociedad gozaría de plena capacidad de actuación territorial (estar en juicio, contratar, recibir legados o donaciones).
Para los segundos, aquellos que hacen al objeto o fin específico para el que se constituyó la sociedad, deberán
someterse a la ley del Estado donde pretende actuar.
Cualitativo: basta que la sociedad pretenda ejecutar un solo acto de los comprendidos en su objeto social o fin
específico para el que se constituyó para que quede sometida a las disposiciones del derecho local o del lugar
donde pretenda actuar. Ventaja: preciso, seguro y cierto/ Desventaja: rígido e intolerante.
Cualitativo- Cuantitativo: es necesario que realice una serie de actos (habitualidad) de los comprendidos en su
objeto para el que se constituyó. Ventaja: flexible y dúctil. Desventaja: impreciso, vago y riesgoso.
Sociedades mercantiles
Se aplican a las sociedades comerciales las mismas teorías que explicamos respecto de la persona jurídica en general,
es decir, la tesis territorialista, extraterritorialista y de extraterritorialidad parcial, admitiendo esta última el llamado
criterio “cualitativo” y el “cualitativo- cuantitativo”.
Al igual que en el supuesto anterior, la solución dependerá de la fuente consultada. En el DIPr convencional, los
Tratados de Montevideo de Derecho Civil y Comercial de 1889 optan por el criterio cualitativo.
Los Tratados de Montevideo de Derecho Civil y Comercial de 1940 siguen el criterio cualitativocuantitativo.
La CIDIP II sigue el criterio cualitativo.
El DIPr interno, la ley 19.550, sigue el criterio cualitativo-cuantitativo.
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Sucursal : se determinará además el capital que se le asigne Siempre y cuando la sociedad constituida en el
extranjero no tenga en la República ni su sede ni su exclusivo centro de explotación en ella.
¿La sociedad es civil o comercial? = lo determina la lex causae (lugar de constitución), que también resuelve sobre
su capacidad de hecho y de derecho.
Los actos aislados deben reputarse como aquellos que respondan a la capacidad genérica de la sociedad y no
supongan habitualidad. Un acto aislado la sola presentación a una licitación pública.
Ahora bien, si la sociedad constituida en el extranjero tiene su sede o su objeto principal está destinado cumplirse
en la República, se configura el supuesto de fraude a la ley. > La sociedad no se regirá por la ley del lugar de
constitución sino por la ley argentina. Ello así a fin de evitar situaciones fraudulentas.
Es una norma internacionalmente imperativa, la sede de la sociedad que interesa es la “real”, o sea, el lugar donde
tienen establecido el asiento principal de los negocios y en subsidio el lugar en que tuviese situada la dirección o
administración.
Otro supuesto de habitualidad es el previsto por el art. 123 dispone: Para constituir sociedad en la República,
deberán previamente:
Acreditar ante el juez de registro que se han constituido de acuerdo con las leyes de sus países respectivos
Inscribir su contrato social, reformas y demás documentación habilitante en el Registro Público de Comercio y
en el Registro Nacional de Sociedades por Acciones.
La norma indica un típico caso de habitualidad. La misma exposición de motivos de la Ley 19.550 considera que
constituir sociedad en la República “no es un acto aislado”. Equivale no sólo a participar en el acto fundacional de
ella, sino a adquirir ulteriormente parte de sociedades de interés o de responsabilidad limitada. La adquisición de
acciones queda involucrada en tanto se den los supuestos de sociedad controlante, controlada y vinculada.
por una sociedad en la República; o para ser absorbida por una sociedad constituida en la República Argentina.
La escisión de una sociedad constituida en el extranjero para constituir una sociedad en la República; o para
destinarle parte de su patrimonio a una sociedad constituida en la República; o para concurrir con ésta en la
formación de una sociedad nueva en la República Argentina.
La inscripción que corresponde practicar de acuerdo con el art. 123 es la relacionada con su contrato social,
reformas y demás documentación habilitante y la relativa a los representantes legales.
El art. 120 impone la obligación de llevar contabilidad separada. Sin embargo, existe jurisprudencia que ha
considerado que ello no será necesario en tanto la actividad mercantil de la sociedad constituida en la República se
refleje en los libros de ésta.
Sociedad extranjera de tipo desconocido = art. 119:
El art. 118 se aplicará a la sociedad constituida en otro Estado bajo un tipo desconocido por las leyes de la
República. Corresponde al juez de la inscripción determinar las formalidades a cumplir en cada caso. Es
obligatorio para dicha sociedad llevar en la República contabilidad separada y someterse al contralor que
corresponda al tipo de sociedad, con criterio de máximo rigor, Sociedades Anónimas. En este caso, la calificación
originaria lex causae se ve sustituida por una calificación lex- fori.
Si la persona jurídica desea ejercer actos más reiterados, o abrir una filial o sucursal, generalmente deberá someter
sus actos constitutivos a las autoridades locales y pasará a estar sujeta, a la misma ley de las personas jurídicas
"nacionales".
Requisitos:
- Acreditar la existencia de la sociedad con arreglo a las leyes del país.
- Fijar un domicilio en la República, cumpliendo con la publicación e inscripción exigidas por esta ley para las
sociedades que se constituyan en la República.
- Justificar la decisión de crear dicha representación y designar la persona a cuyo cargo ella estará.
- Si se tratase de una sucursal se determinará además el capital que se le asigne cuando corresponda por las leyes
especiales.
Quienes deseen contraer matrimonio en el territorio de un Estado, deben observar las formas prescriptas por la
legislación o la costumbre local. Estas leyes o costumbres deciden si son admitidos los matrimonios consensuales, si
deben cumplirse las formas sacramentales instituidas por una religión (matrimonio religioso) o las formas solemnes
instituidas por el Estado (matrimonio civil).
Las formas matrimoniales son territoriales, lo que implica que deben observarse inexcusablemente. Esta territorialidad
de las formas matrimoniales no es obstáculo para que en un Estado se reconozcan como válidos los matrimonios
contraídos en otro Estado mediante una forma distinta o desconocida. Puede afirmarse que el matrimonio que es
válido en cuanto a su forma, según la ley del lugar de celebración, es válido internacionalmente.
Jurisdicción
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Derecho aplicable
Art. 2622.
La capacidad de las personas para contraer matrimonio, la forma del acto, su existencia y validez, se rigen por el
derecho del lugar de la celebración, aunque los contrayentes hayan dejado su domicilio para no sujetarse a las normas
que en él rigen (fraude inocuo) No se reconoce ningún matrimonio celebrado en un país extranjero con alguno de los
impedimentos (Art.403)
a. el parentesco en línea recta en todos los grados,
b. el parentesco entre hermanos bilaterales y unilaterales,
c. la afinidad en línea recta en todos los grados;
d. el matrimonio anterior, mientras subsista;
e. haber sido condenado como autor, cómplice o instigador del homicidio doloso de uno de los cónyuges.
Efectos personales: Art. 2624.-Las relaciones personales del matrimonio se rigen por la ley del domicilio conyugal
efectivo: Se establece la mutabilidad del punto de conexión, pudiendo los cónyuges cambiarlo en algún momento, por
lo que cambiará la ley aplicable a los efectos personales.
Los Tratados de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889 y 1940 establecen que las relaciones personales
de matrimonio se rigen por la ley del lugar de celebración del mismo.
Efectos patrimoniales: Art. 2625.-El Código civil y comercial establece los siguientes supuestos:
En defecto de convenciones matrimoniales: rige la ley del primer domicilio conyugal.
Si existen convenciones matrimoniales, rigen las relaciones de los esposos respecto de los bienes.
Distinguimos si fueron celebradas con anterioridad al matrimonio (rige el derecho del primer domicilio conyugal),
con posterioridad al matrimonio (derecho del domicilio conyugal al momento de su celebración).
El divorcio vincular disuelve el vínculo matrimonial y faculta a los esposos divorciados a contraer nuevas nupcias,
sin perjuicio de que subsistan algunos efectos patrimoniales, tales como la obligación alimentaria y la vocación
hereditaria.
a) La mayoría de los Estados prevén la separación y el divorcio. Otras legislaciones sólo admiten una de las
instituciones. El divorcio y la separación son instituciones cualitativamente opuestas, por responder a convicciones
contrarías.
b) Algunos países instituyen el divorcio a modo de sanción por incumplimiento de los deberes del matrimonio
(divorcio-sanción) y otros instituyen la institución como remedio (divorcioremedio).
c) En cuanto al procedimiento para obtener el divorcio, también hay profundas diferencias entre los Estados. En la
actualidad, el procedimiento judicial es el más difundido (decretado por el poder judicial). También existe el
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procedimiento administrativo.
Jurisdicción competente
Art. 2621.- validez, nulidad y disolución del matrimonio, deben interponerse ante los jueces del último domicilio
conyugal efectivo o ante el domicilio o residencia habitual del cónyuge demandado. Los arts. 62 y 59 de los Tratados
de Derecho Civil Internacional de 1889 y 1940, consagran la misma solución.
Derecho aplicable
La ley que regirá el divorcio y las otras causales de disolución de matrimonio en la dimensión interna está establecida
en el artículo 2626 del Código Civil y Comercial: “Artículo 2626.-Divorcio y otras causales de disolución del
matrimonio. El divorcio y las otras causales de disolución del matrimonio se rigen por el derecho del último domicilio
de los cónyuges”
El Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 > art. 13 dispone que la ley del domicilio
matrimonial rige la disolubilidad del matrimonio, siempre que la causal sea admitida por la ley del lugar en el cual se
celebró.
Esta disposición posee la particularidad de ser una norma indirecta que emplea un punto de conexión acumulativo,
pues exige coincidencia de la causal admitida tanto por la ley del domicilio conyugal, cuanto por la ley del lugar de
celebración del matrimonio
La expresión causal originó tres interpretaciones distintas, a saber:
a) Una interpretación se funda en que el término “causal” alude a las instituciones divorcio o separación (causal =
institución).
b) Otra interpretación alude a que el término “causal” se refiere al motivo que ha dado lugar a la separación personal o
divorcio vincular, por ejemplo: el adulterio o las injurias graves (causal = motivo).
c) Una tercera postura exige la completa coincidencia en cuanto a la institución y el motivo previsto por la ley del
domicilio matrimonial y la ley del lugar donde éste se celebró (causal = institución + motivo).
Condiciones del reconocimiento: las sentencias de divorcio pronunciadas en el extranjero y cuyos efectos deban
producirse en la República Argentina deben reunir los mismos e idénticos requisitos que cualquier sentencia en
general: requisitos formales, procesales y sustanciales. El particular ha sido suficientemente explicado y desarrollado
en el Módulo I, por lo que nos remitimos a él.
Aspectos generales
En el derecho internacional privado la materia sucesoria exige dos presupuestos ineludibles:
La muerte o deceso de una persona.
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Clases de sucesiones
Sucesión legítima: el causante no ha hecho uso de la autonomía de la voluntad, dejando librada la transmisión
de sus derechos patrimoniales a la ley.
Sucesión testamentaria: el causante ha expresado su voluntad a través de un testamento.
Jurisdicción
La jurisdicción es uno de los aspectos comunes de la sucesión legítima y testamentaria.
DIPr de fuente autónoma:
Art. 2643: Jurisdicción. Son competentes para entender en la sucesión por causa de muerte, los jueces del último
domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes inmuebles en el país respecto de éstos.
Los Tratados de Montevideo disponen que los juicios a los que dé lugar la sucesión por causa de muerte se seguirán
ante los jueces de los lugares en que se hallen situados los bienes hereditarios.
El DIPr convencional consagra la pluralidad de jurisdicciones en materia sucesoria (fraccionamiento).
El Tratado de 1940 = suprime la capacidad de la persona para testar, que ya no será regida por la ley de lugar de
situación de los bienes, sino por la ley de su domicilio.
Cede frente a determinadas situaciones:
En materia de forma:
Admite que el testamento otorgado por acto público en cualquiera de los Estados contratantes será admitido en todos
los demás.
En materia de deudas:
En principio, “las deudas que deban ser satisfechas en alguno de los Estados contratantes gozan de preferencia sobre
los bienes allí existentes al tiempo de la muerte del causante”. Pero “si dichos bienes no alcanzaren los acreedores
cobrarán sobre los bienes dejados en otros lugares, sin perjuicio del preferente derecho de los acreedores locales”.
“Cuando las deudas deben ser canceladas en algún lugar en que el causante no hay dejado bienes, los acreedores
podrán exigir su pago proporcionalmente sobre los bienes dejados en otros lugares.
En materia de legados:
Los legados de bienes determinados por su género y que no tuvieren lugar designado para su pago, se rigen por la ley
del lugar del domicilio del testador al tiempo de su muerte. Se harán efectivos sobre los bienes que deje en dicho
domicilio y en defecto de ellos, o por su saldo, se pagarán proporcionalmente de todos los demás bienes del causante
En materia de colación:
La obligación de colacionar se rige por la ley de la sucesión en que ella sea exigida. Si la colación consiste en algún
bien raíz o mueble, se limitará a la sucesión de que este bien depende. Cuando consista en alguna suma de dinero, se
repartirá entre todas las sucesiones a que concurra el heredero que deba la colación proporcionalmente a su haber en
cada una de ellas.
En los Tratados de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889 se prevé que la capacidad para testar se regirá
por la ley del lugar de situación de los bienes. En el Tratado de 1940 se suprime este supuesto, por lo que la capacidad
para testar se regirá por la ley del domicilio del testador.
Artículo 16.- Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del artículo 15 pueden recaer sobre bienes
susceptibles de valor económico. Los bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre.
En el Código, el artículo 2663 indica cómo deben calificarse a los bienes inmuebles sometiéndolos a la ley del lugar
de su situación, de acuerdo con la teoría de la lex causae: “La calidad de bien inmueble se determina por la ley del
lugar de su situación”
En materia de bienes inmuebles impera la regla de la lex rei sitae que significa que los bienes raíces se rigen por la ley
del lugar de su situación. Está aceptada desde antaño y tiene vigencia universal. En el caso de los bienes muebles, la
aplicación de este principio no tuvo aceptación general.
Para los bienes registrables, la jurisdicción recaerá sobre los jueces del lugar de registración. En el caso de los bienes
no registrables, el artículo 2666 17 atribuye jurisdicción internacional concurrente a los jueces del lugar del domicilio
del demandado (foro general) y a los jueces del lugar de situación de los bienes muebles no registrables (foro especial)
a elección de la parte actora (Bueres, 2014).
“Artículo 2668. Derecho aplicable. Derechos reales sobre bienes registrables. Los derechos reales sobre bienes
registrables se rigen por el derecho del Estado del registro”
En relación con los bienes registrables, no quedan dudas de lo acertado del criterio elegido por el legislador, ya que se
regirán por el derecho del Estado de registro.
Artículo 2669. Derechos reales sobre muebles de situación permanente. Cambio de situación. Los derechos
reales sobre muebles que tienen situación permanente y que se conservan sin intención de transportarlos, se rigen por
el derecho del lugar de situación en el momento de los hechos sobre los que se plantea la adquisición, modificación,
transformación o extinción de tales derechos. El desplazamiento de estos bienes no influye sobre los derechos que han
sido válidamente constituidos bajo el imperio de la ley anterior.
Diferente es la situación que se plantea en aquellos muebles que carecen de situación permanente:
Artículo 2670. Derechos reales sobre muebles que carecen de situación permanente. Los derechos reales
sobre los muebles que el propietario lleva siempre consigo o los que son de su uso personal, esté o no en su domicilio,
como también los que se tienen para ser vendidos o transportados a otro lugar se rigen por el derecho del domicilio de
su dueño. Si se controvierte o desconoce la calidad de dueño, se aplica el derecho del lugar de situación.
Dimensión convencional
En el DIPr convencional, los Tratados de Montevideo de Derecho Civil Internacional no distinguen entre muebles e
inmuebles, ni tampoco entre muebles de situación permanente y muebles móviles.
La regla es única:
Los bienes, cualquiera sea su naturaleza, son exclusivamente regido por la ley del lugar donde existen en
cuanto a su calidad, a su posesión, a su enajenabilidad absoluta o relativa y a todas las relaciones de derecho
de carácter real de que son susceptibles.
Reglas especiales:
Como la de los buques de aguas no jurisdiccionales; se reputan situados en el lugar de su matrícula; los
cargamentos de los buques en aguas no jurisdiccionales se reputan situados en el lugar del destino definitivo
de las mercaderías; los derechos creditorios se reputan situados en el lugar en que la obligación de su
referencia debe cumplirse.
Si este lugar (el de cumplimiento) no pudiera determinarse al tiempo del nacimiento de tales derechos, se reputarán
situados en el domicilio que en aquel momento tenía constituido el deudor.
El cambio de situación de los bienes muebles no afecta los derechos adquiridos con arreglo a la ley del lugar donde
existían al tiempo de su adquisición. Los interesados están obligados a llenar los requisitos de fondo o de forma
exigidos por la ley la ley del lugar de la nueva situación para la adquisición o conservación de los derechos
mencionados.
El Tratado de Montevideo de 1940 le agrega a este último precepto: “El cambio de situación de la cosa mueble
litigiosa, operado después de la promoción de la respectiva acción real, no modifica las reglas de competencia
legislativa y judicial que originariamente fueron aplicables”.
Art. 35 “Los derechos adquiridos por terceros sobre los mismos bienes de conformidad a la ley del lugar de su nueva
situación, después del cambio operado y antes de llenarse los requisitos referidos, priman sobre los del primer
adquirente”.
En cuanto a la prescripción adquisitiva de bienes muebles o inmuebles, se rige por la ley del lugar en que están
situados. Si el bien hubiese cambiado de situación, la prescripción se rige por la ley del lugar en que se haya
completado el tiempo necesario para prescribir.
nacional cuando todos sus elementos (personales, reales y/o conductistas) tienen contacto con un único ordenamiento
jurídico.
La calificación como internacional de un contrato depende de dos condiciones:
1. La existencia en él de elementos efectivamente vinculados a distintos Estados y ordenamientos jurídicos
(internacionalidad objetiva)
2. La relevancia de los vínculos que existen entre los elementos del contrato y estos ordenamientos jurídicos
(internacionalidad relevante).
Las vinculaciones deben ser de suficiente intensidad como para permitir atribuirle el rango de internacional. No todo
elemento extranjero convierte al caso (en este supuesto al contrato) en multinacional.
Cualquiera de los elementos (personal, real o conductista) del contrato podría determinar su internacionalidad, en la
medida en que sea susceptible de incidir en la formación (tracto constitutivo) y cumplimiento (tracto ejecutivo) del
contrato, determinando potenciales conflictos de leyes o concurrencia de jurisdicciones. La calificación de contrato
internacional varía en las distintas fuentes normativas y algunas no especifican los criterios para su determinación.
Admite los contratos subjetivamente internacionales (que no lo son por sí mismos y se convierten en tales por la
voluntad de las partes, directa o derivada de las prórrogas de jurisdicción) la Convención sobre Ley aplicable a las
obligaciones contractuales de Roma de 1980.
No los admiten la CIDIP V sobre derecho aplicable a los contratos internacionales de 1994, la Convención de La
Haya de 1955 sobre compraventa internacional, la Convención de La Haya de 1985 sobre ley aplicable a la
compraventa internacional de mercaderías, la Convención de Viena de las Naciones Unidas de 1980 sobre los
contratos de compraventa internacional de mercaderías y la Convención de Naciones Unidas de 1974 sobre
prescripción en materia de compraventa internacional de mercaderías.
Como resultado de la ratificación de la Convención de Viena de 1980 y de la Convención de La Haya de 1985
coexisten en nuestro derecho dos calificaciones diferentes de contrato internacional.
El derecho internacional privado de fuente interna no califica al contrato internacional, solo señala los
elementos relevantes: el lugar de celebración, el lugar de cumplimiento o el domicilio de alguna de las partes, se
encuentran en Estados diferentes.
El derecho internacional privado de fuente convencional califica al contrato internacional cuando las
partes tienen sus establecimientos en Estados diferentes.
El DIPr autónomo califica al contrato internacional cuando el lugar de celebración, el lugar de cumplimiento
o el domicilio de alguna de las partes, se encuentran en Estados diferentes.
El DIPr convencional califica al contrato internacional cuando las partes tienen sus establecimientos en
Estados diferentes.
Derecho argentino: un contrato es internacional cuando su lugar de celebración, su lugar de cumplimiento o
el domicilio de una de las partes en el momento de la celebración, se hallan en el extranjero.
Se encuentra limitada por el conjunto de principios fundamentales que constituyen el orden público de la lex fori, las
normas coactivas del derecho privado elegido y las normas de policía.
La autonomía material consiste en la posibilidad que tienen las partes de configurar el contenido normativo del
contrato en el ámbito del derecho privado o sustantivo competente. Se ejerce siempre dentro del marco material
competente para regular dicho contrato el elegido por las propias partes al ejercer su autonomía de la voluntad
conflictual o por las normas de conflicto legales. Supone la creación.
Limitaciones los principios del orden público internacional y las normas de policía del derecho elegido por las
partes.
Goldschmidt: alude a una tercera clase de autonomía de la voluntad: la autonomía universal. Consistiría en el derecho
de las partes de convenios “cuasi-internacionales” (entre Estados o empresas públicas, por un lado, y empresas
privadas, por el otro) a crear un ordenamiento normativo, pudiendo aplicarse a título de subsidiariedad cualquier
derecho positivo de acuerdo con la voluntad real o hipotética de las partes, sin derivarse de ningún derecho positivo.
La autonomía universal se desenvuelve por encima de cualquier derecho positivo, aunque se encuentra limitada por
los principios de la justicia y la equidad
CIDIP V – México 1994: aprobó la convención sobre derecho aplicable a los contratos internacionales que también
recoge el principio de la autonomía de la voluntad.
Reglas:
1) La elección puede referirse a la totalidad o a partes del contrato. Es decir, se permite el “depecage”.
2) En cualquier momento, las partes pueden convenir que el contrato se rija por una ley distinta de la que lo regía, ya
sea por una elección anterior o por aplicación de otras disposiciones del Código. Límite: esa modificación no puede
afectar la validez del contrato original ni los derechos de terceros.
3) Se rechaza el reenvío.
4) La elección de un determinado foro nacional no supone la elección del derecho interno aplicable en ese país.
5) Los usos y prácticas comerciales generalmente aceptados, las costumbres y los principios del derecho comercial
internacional, resultan aplicables cuando las partes los han incorporado al contrato.
En relación a los límites que se le imponen a la autonomía de la voluntad, el inciso e enuncia como limitación al
Orden Público, luego se refiere a las normas internacionalmente imperativas de nuestro país y las normas
internacionalmente imperativas de una nación extranjera de necesaria aplicación al caso. Finalmente, excluye de este
principio a los contratos de consumo.
Elección mediante manifestación expresa de las partes: si se está en presencia de una cláusula de elección de la
ley, el juez se limitará simplemente a tomar razón de esta decisión y declarará la norma elegida aplicable, con la
excepción de los límites.
Se admite la posibilidad de que las partes puedan fraccionar los elementos de un contrato o relación jurídica con la
finalidad de someterlos a distintas leyes (dépeçage).
Se ha sostenido que el dépeçage no debería ser admitido porque la elección de varias leyes complicaría la
tarea de los tribunales prolongando los procedimientos y podría prestarse a maniobras dilatorias.
Este fraccionamiento se admite limitadamente, como en el caso de la CIDIP V que establece que este
fraccionamiento o parcelación del Contrato debe ser un recurso excepcional.
En las X Jornadas Nacionales de derecho civil (Corrientes – 1985) sobre el tema la autonomía de la voluntad
como punto de conexión, existieron:
Tesis más liberal o amplia que propiciaba que la elección de derecho aplicable no está condicionada a la
existencia de algún contacto entre uno de los elementos esenciales del negocio jurídico y el derecho
aplicable.
Tesis más restringida, sostuvo que la elección del derecho aplicable está condicionada a la existencia de
algún contacto razonable entre los elementos esenciales del negocio jurídico: sujeto, objeto o causa y el
derecho aplicable.
Tanto en la Convención de Viena de 1980, la Convención de Roma de 1980, la Convención de La Haya de
1985, como en la CIDIP V sobre derecho aplicable a los contratos internacionales de 1994, las partes son
soberanas para designar cualquier derecho para regir a su contrato.
En la elección del derecho aplicable, lo que las partes no pueden hacer es una remisión exclusiva a un
derecho no estatal.
Elección mediante una manifestación de la voluntad tácita de los contratantes: Se admite una elección
implícita o tácita de la ley aplicable, en la medida en que resulte inequívoca y pueda atribuirse a las partes en
forma real y genuina y no a título de hipótesis.
No existe uniformidad sobre esto en el derecho convencional >se han delineado concepciones restrictivas (que
sólo admiten la elección tácita si surge indudable del texto contractual), amplias o acumulativas (que autorizan
examinar, además, las circunstancias del caso), intermedias o alternativas y acumulativas. Otras convenciones
no establecen cómo debe ser hecha dicha elección.
La fórmula más restrictiva ha sido la de la Convención de La Haya de 1955 que consagra el sistema de la
prueba intrínseca: el juez deberá fundar su decisión sobre las cláusulas contractuales, es decir, sobre las
mismas declaraciones de las partes con exclusión de toda circunstancia exterior. Así, se ha establecido un
límite a la investigación del juez.
La Convención de La Haya de 1978: la elección de “esta ley debe ser expresa o resultar con una certeza
razonable de las disposiciones del contrato y de las circunstancias de la causa”. Si bien se trata de una
concepción más amplia, ésta es acumulativa, por cuanto el juez no debe limitarse a examinar únicamente las
disposiciones del contrato celebrado entre las partes, sino que también
tendrá en cuenta las circunstancias del caso a fin de decidir lo que ellas han tenido en consideración.
La Convención de Roma de 1980 se encuentra a mitad de camino entre las dos convenciones anteriores. Se
requiere es que los contratantes hayan efectuado una verdadera elección, aun cuando no estuviese
expresamente declarada en el contrato. La voluntad tácita debe ser cierta.
La CIDIP V sobre derecho aplicable a los contratos internacionales dispone: “el acuerdo de las partes sobre
esta elección debe ser expreso, o en caso de ausencia de acuerdo expreso, debe desprenderse en forma
evidente de la conducta de las partes y de las cláusulas contractuales consideradas en su conjunto”. Ésta es
también la solución adoptada por la Convención de la Haya de 1985 sobre ley aplicable a la compraventa
internacional de mercaderías.
Será necesario tomar en cuenta un conjunto de elementos. El juez se apoyará en la voluntad de las
partes en cuanto a los elementos de localización que deducirá de los términos del contrato y del
comportamiento de las partes.
La CIDIP V indica que para establecer que una parte no ha consentido debidamente, el juez deberá determinar el
derecho aplicable tomando en consideración la residencia habitual o el establecimiento de dicha parte.
En caso de no existir una norma que indique de manera expresa cómo interpretar el silencio de una de las partes o cuál
es el derecho que nos indicará, en definitiva, debemos entender que no hay acuerdo sobre el derecho aplicable al
contrato.
La cuestión se encuentra regulada en el Protocolo de Buenos Aires sobre jurisdicción internacional en materia
contractual.
Establece reglas comunes en materia de jurisdicción contractual para los países del Mercosur, a efectos de promover y
asegurar el desarrollo de las relaciones económicas en el sector privado de los Estados partes. Aborda exclusivamente
la jurisdicción directa (determinación del juez competente) y contenciosa en materia de contratos civiles y
comerciales, en los siguientes casos0:
a) Contratos celebrados entre particulares (personas físicas o jurídicas) de los cuales al menos uno se
encuentre domiciliado o tenga su sede social en un Estado Parte del Tratado de Asunción;
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b) Contratos que contengan un acuerdo de elección del foro a favor de un juez de un Estado Parte;
c) Contratos que tengan una conexión razonable según las normas de jurisdicción que el protocolo
establece.
Se ha objetado que le protocolo no regula ni la eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos, ni la determinación
del Derecho aplicable a los contratos. Esto último ha sido señalado como una de las falencias más grandes de las que
adolece el protocolo. También se ha observado que no resulta muy feliz la redacción del artículo en relación con estas
exigencias, pues no surge claramente si ambas funcionan para las dos posibilidades de contratación que menciona o si
sólo funciona para el segundo supuesto. Sin embargo, en virtud de su ubicación y en el sentido que reviste, se ha
considerado que se refiere únicamente al inciso b del artículo.
A sus efectos, debe considerarse que existe conexión razonable, según las normas de jurisdicción del protocolo, en
todos los supuestos de jurisdicción subsidiaria que el mismo prevé. Correlativamente a la determinación del ámbito
material del protocolo, se establecen las exclusiones a su aplicación que pueden clasificarse en relación a los sujetos,
las materias y el objeto.
Se exigen cuatro condiciones para que los acuerdos de elección de fuero resulten comprendidos en su ámbito de
aplicación espacial:
Consecuentemente con el criterio de celeridad que requiere el moderno tráfico comercial y la necesidad de asegurar al
máximo la neutralidad, imparcialidad y eficacia en las negociaciones internacionales, el protocolo admite la prórroga
efectuada por las partes conjuntamente a favor de tribunales arbitrales. A los fines de atribuir jurisdicción, el protocolo
recepta el criterio de prórroga en razón de la admisión procesal expresa, voluntaria y positiva. No considera suficiente
la admisión ficta que se produce cuando el demandado comparece y se limita a no cuestionar la competencia.
En caso de personas físicas, será la residencia habitual, subsidiariamente el centro principal de los negocios y,
por último, la simple residencia. En caso de personas jurídicas, será la sede principal de la administración.
Dimensión trasnacional.
Principios de UNIDROIT
UNIDROIT = organismo internacional de carácter intergubernamental que desarrolla una intensa labor en la
unificación del derecho privado, constituido en 1926/ sede en Roma.
Los principios de UNIDROIT, a diferencia de los convenios internacionales, no deben realizar el proceso de firma,
aprobación y ratificación.
Se aplican sólo a los contratos comerciales internacionales.
El fundamento de su obligatoriedad proviene de la voluntad de las partes.
Contratos de consumo.
Los contratos de consumo en el DIPr de fuente autónoma tienen recepción especial en la sección “contratos de
consumo” en el Código Civil y Comercial de la Nación donde se fija la jurisdicción y el derecho aplicable.
En materia de jurisdicción, las partes no podrán hacer uso del acuerdo de elección de foro. Los criterios atributivos de
jurisdicción, los que serán a elección del consumidor, son los siguientes:
Lugar de celebración del contrato.
Lugar de cumplimiento de la prestación de servicio.
Lugar de la entrega de bienes.
Lugar de cumplimiento de la obligación de garantía.
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Observamos el amplio abanico de posibilidades que se le otorga al consumidor al momento de solicitar la intervención
de los jueces en la controversia planteada.
En relación a la demanda que puede realizar contra el consumidor, el único foro en el que se podrá interponer la
demanda es el del domicilio del consumidor.
Derecho aplicable.
Los contratos de consumo Se rigen por el derecho del Estado del domicilio del consumidor en los siguientes casos:
a. Si la conclusión del contrato fue precedida de una oferta o de una publicidad o actividad realizada en el Estado del
domicilio del consumidor y éste ha cumplido en él los actos necesarios para la conclusión del contrato;
b. Si el proveedor ha recibido el pedido en el Estado del domicilio del consumidor;
c. Si el consumidor fue inducido por su proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los fines de efectuar en él su
pedido;
d. Si los contratos de viaje, por un precio global, comprenden prestaciones combinadas de transporte y alojamiento.
En su defecto, los contratos de consumo se rigen por el derecho del país del lugar de cumplimiento. En caso de no
poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por el derecho del lugar de celebración.
La primera nota importante en materia de derecho aplicable es la diferencia que se establece entre consumidor pasivo
y consumidor activo, a los fines de determinar la ley aplicable.
En principio, la regla es que el derecho aplicable es el del Estado del domicilio del consumidor. Pero para ello deben
darse las circunstancias expresadas en los incisos a, b, c, d del artículo supra señalado.
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