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Nombre: Sofía Obando Tapasco

Curso: Estructura de la sociedad moderna I

Profesor: Javier Saénz

REFLEXIÓN. UNIDAD IX. ESTATALIZACIÓN DEL GOBIERNO.

Creando el estado perfecto.

Cada persona que convive en sociedad es consciente de que vive en un estado que contiene
un gobierno que da forma y consistencia por medio de la soberanía, a un espacio donde la
buena relación entre los habitantes sostiene el mismo estado mediante acuerdos y fines
comunes. Pero, claramente no se sabe cuales son los mecanismos en los que funciona este
mismo estado o todo lo que contiene, son mecanismos que se replican de manera autónoma
a pesar de no estudiar constantemente si funcionan o no, luego de esta manera autónoma
pasa a ser una réplica social que se da en busca de un bienestar común para todos. Siendo
así, ¿cómo se crea el estado perfecto?

Tomando este punto y haciendo una revisión rápida a los estados existentes, es claro que no
hay un estado perfecto y que esté sólo existe en la manera teórica en la que se trata, hasta
muchos lo consideran una utopía. En lo que consiste este estado perfecto fácilmente se
puede reducir a una convivencia de paz, donde el bienestar común sea bien dado entre
nosotros y protegido por un soberano o gobierno, creando así condiciones que nos hagan
comportar de tal manera en la que se pueda prevalecer esta armonía. En Leviatán, de
Thomas Hobbes se puede evidenciar en como este gobierno que construye busca
salvaguardar la paz (o todo lo que no sea guerra) como una manera de progreso civil de la
república. Mientras, por otro lado, en Maquiavelo no se busca preservar el bienestar de los
súbditos en sí, sino el mismo estado, lo que el estado significa para el gobernante.

Partiendo de esto, ¿cómo reconoce Maquiavelo un estado perfecto? Lo reconoce mediante


su uso estratégico de la fuerza. El ejercicio de la fuerza es lo que hace mantener el estado
en pie por esto, es importante organizar un ejército y por eso debe ser primordial el
abastecer y adecuar la defensa de cada país, “Entonces, un príncipe no debe tener otro
objeto ni otra preocupación, ni cultivar otro arte fuera de la guerra (…) porque esta es el
único arte que compete a quien manda” (Maquiavelo, 1532), esta institución militar debe
cumplir con 3 caracteres: ser permanente, nacional y soberanos al príncipe; con ello, nunca
se perderá el estado y cumplir una segunda función aparte de proteger el estado, que es
asegurar que se tema al príncipe mediante el uso de la fuerza. Es importante que asimismo
el mantener el ejército como defensa sea utilizado para amedrentar, que el gobernante sea
temido por sus súbditos es lo que le hará permanecer en el poder, sin llegar a los extremos
de odiado o amado, porque en algunos de estos lados puede fácilmente crear enemigos o no
contar con la capacidad suficiente para dominar y hacerlo inocente ante el pueblo, siendo
así, “el temor se mantiene por el miedo al castigo, que nunca te abandona” (Maquiavelo,
1532).

Esta construcción y fortalecimiento del estado es muy común verla en países constituidos
actualmente, usan sus fuerzas legitimas de violencia para con ellos asegurar su gobierno.
Tal parece que el juego de “ser temido para mandar” va más allá, el gobernante necesita
que el temor de sus súbditos a él sea mayor que su mismo temor de perder el estado, de esta
manera sentir seguro de la estabilidad de su gobierno y de la fidelidad que este le mantiene.
Este estado es más egoísta con su propio soberano, ganar terreno (en muchos casos sin
saber para qué o sin registrar el presupuesto para utilizarlo); es un juego de estrategia
peligroso, porque si bien el ser temido puede brindar lealtad, pero cuando no se piensa en
un pro del pueblo la rebeldía está latente y esto, ni la mayor técnica de temor puede
calmarla. En estos espacios de desobediencia puede perder su estado y siempre cae, como
ha pasado en las dictaduras, perder la lealtad va de la mano con que otros estados puedan
apoderarse y reclamar el estado en falla. Si bien la institución militar (o de otro tipo de
fuerzas coercitivas) es importante en condiciones de guerra, pero no puede ser lo primordial
en un gobierno, porque está a un paso de convertirse en una autocracia y perdería el sentido
total de estado.

Contraponiendo a Maquiavelo, está Hobbes que busca que la autoridad del estado sea por
medio de acuerdos o pactos (leyes naturales) generados en el pueblo con el fin de buscar
una paz y alejarse totalmente de la guerra, porque la guerra desestabiliza la república, el
deber principal de esta república por naturaleza debe ser proteger y defender, pero no en el
sentido en el que lo trata Maquiavelo, sino en pro de resguardar la humanidad porque de
esta manera gobierna a la nación. Hobbes promueve el estado civil por medio de los
derechos naturales, “El derecho natural es la libertad que cada hombre tiene de usar su
propio poder, para la preservación de su propia naturaleza” (Hobbes, 1651) además de
atarlos a las leyes naturales “Una ley natural es un precepto o regla general encontrada por
la razón, por la cual se le prohíbe al hombre hacer aquello que sea destructivo para su vida
o que no preserve la misma” (Hobbes, 1651); para una mejoría en la naturaleza civil. Se
deriva de ello como regla general que todo hombre debe esforzarse por preservar la paz y
defenderla por los medios posibles.

En este caso, el poder moral de la guerra es para la paz, que a la vez es un fin civil en la
república, la institución militar se vuelve patriótica y todos quieren estar en ella porque es
heroica y justa ante la soberanía. Castigar la injusticia (aplicar el poder coercitivo) del no
cumplir los acuerdos que se establecen en sociedad es válido, porque su no cumplimiento
trae caos al estado, de esta manera las personas que se encargan de vigilar su propia justicia
se vuelven aptas para el estado civil, por ende, protectores de la ley de naturaleza y
haciéndolas inmutables y eternas, que es la función principal de las fuerzas legítimas
(militares, policías, entre otros). El mismo hombre se crea por medio de estas leyes su
camino y medio de paz, sometiendo a los demás en su cumplimiento para vivir en una
armonía civil y por ende su estado perfecto.

En consecuencia, el estado o república perfecto siempre estará sujeto a las fuerzas de


violencia que se usan para legitimar la permanencia del gobierno. La fuerza genera poder,
por eso está fuerza debe ser distribuida entre los súbditos, este poder constituido genera el
bienestar necesario para brindar seguridad al estado en sí, porque el generarle seguridad
mantiene protegidos a todos los demás y genera cierta deuda que debe ser pagada con otro
tipo de trabajo en la que se beneficie el estado; además claro está, por medio del mantener a
un pueblo tranquilo con está vigilancia y fuerza eterna también hace que los súbditos
tengan temor de lo que su soberano pueda hacer al estos fallarle a las leyes naturales,
porque el mismo pueblo necesita de seguridad y está seguridad es pagada con la fidelidad
que el estado perfecto exige para hacer un buen gobierno.

Bibliografía

Hobbes, T. (1651). Leviatán.


Maquiavelo, N. (1532). El Príncipe.

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