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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ARQUITECTURA 
 
 
TALLER CARLOS LEDUC MONTAÑO 

 
TEORÍA DE LA ARQUITECTURA III 
 
Arq. Gabriel Villalobos Villanueva 
 
 
DEFINICIÓN DE HABITAR 
 
ALVARADO LÓPEZ FRIDA 
 
 
 
 
04-NOVIEMBRE-2020 
 
 
Crear una definición para el concepto de habitar ha generado controversias y
debates para los arquitectos y urbanistas de las distintas épocas, desde
Heiddeger hasta Le Corbusier, ambos concuerdan que el habitar requiere una
relación del hombre con la arquitectura, a pesar de tener pautas como una
relación con el entorno (salvar la tierra para Heidegger, elementos naturales
para Le Corbusier) su perspectiva de habitar sigue siendo distinta. El arquitecto
es parte fundamental para guiar una transformación del espacio a lugar para que
sea habitable, pero el hombre es el que decide cómo habitarlo.

Siguiendo la premisa de Heiddeger, “(...) las construcciones destinadas a servir


de vivienda proporcionan ciertamente alojamiento. Hoy en día pueden incluso
tener una buena distribución, facilitar la vida práctica, tener precios asequibles,
estar abiertas al aire, la luz y el sol; pero: ¿albergan ya en sí la garantía de que
acontezca un ​habitar​?” (HEIDEGGER. 1951, p. 1). La vivienda es el punto de
partida para tratar de definir el ​habitar, ​es el lugar donde el hombre puede ser,
donde existe un mayor arraigo y apropiación, sin embargo, Heiddeger menciona
si con el hecho de sólo construir ya está dada la habitabilidad. La arquitectura
está compuesta por dos guías, una está dada por un reglamento o conjunto de
normas de construcción, escritas por una serie de personas de carreras
multidisciplinarias; y estas describen lineamientos sobre cuáles y cómo son los
límites en los que se da la habitabilidad y funciona. Por otro lado, se encuentra
el arquitecto dispuesto a cumplir con dichas normas, además de poner en juego
su subjetividad y suponer una forma correcta de habitabilidad. A pesar de estas
dos bases para construir un proyecto, realmente no analizamos si la persona
será un habitante del lugar a construir o solamente un usuario que mora un no
lugar.

En la actualidad, nuestros proyectos se basan de acuerdo a las necesidades que


creemos, como arquitectos, deben de satisfacer al hombre. Por ejemplo, es vital
recrearse, convivir con los demás, pero, cómo construir un lugar al que el
hombre percibe una pertenencia al mismo. La arquitectura no debe de generar
espacios de convivencia donde solamente pertenecemos por un tiempo
específico, sino crear lugares de convivencia. “Los conceptos de espacio y de
lugar,(...), se pueden diferenciar claramente. El primero tiene una condición
ideal, teórica, genérica e indefinida, y el segundo posee un carácter concreto,
empírico, existencial, articulado, definido hasta los detalles.” “(..) el lugar viene
definido por sustantivos, por las cualidades de las cosas y los elementos, por los
valores simbólicos e históricos; es ambiental y está relacionado
fenomenológicamente con el cuerpo humano.” (MONTANER, p. 101). La vivienda
debe ser un lugar de arraigo familiar, no solamente un espacio de protección
contra el entorno o un espacio de descanso después de la jornada laboral. De
igual forma las ciudades, la presencia de patrimonio histórico enriquece el
sentido de pertenencia al lugar, generando símbolos o hitos que el habitante
puede distinguir, los lugares generan este sentido de pertenencia el cual es
símbolo de seguridad, donde te sientes identificado.
La vivienda debe ser pensada desde el hombre y para el hombre; “La casa en
serie, fue concebida como la respuesta que captura esta esencia del hombre
moderno; sus sentimientos y sus habitantes reivindican los derechos a que la
máquina de habitar sea simplemente humana” (LE CORBUSIER, 1978. Retomado
de ​Le Corbusier y la noción de habitar en la arquitectura moderna, p ​ . 92). Es
importante mencionar que estas casas en serie fueron consecuencia de las
fábricas construidas durante la Revolución Industrial para que sus trabajadores
tuvieran una cercanía a su espacio de trabajo, como menciona Le Corbusier,
estas viviendas son una extensión de la vida moderna del hombre, es decir, una
prolongación del trabajo a la casa. No obstante, no es posible el desarrollo de la
existencia del hombre, el habitar del hombre se ve opacado por unos muros
limitantes a espacios específicos de las actividades dentro de una casa, que
construidas en serie lo más importante es un área de descanso, un área de aseo
y un área de convivencia, es tal la limitación del espacio que no resta un lugar
para la reflexión. “es necesario crear el estado de espíritu de habitar...” (LE
CORBUSIER, 1978, ibidem p. 93).

“La velocidad se convierte en un punto fundamental de las transformaciones en


los modos de vida, del habitar, todo está en movimiento, (...) Las costumbres
familiares resultaron perturbadas, al igual que las relaciones sociales” (LE
CORBUSIER, 1976, ibidem p. 92). Lamentablemente en varias sociedades con un
nivel socioeconómico bajo viven en un régimen laboral que no permite un
habitar como lo idealizamos. Sus viviendas se apoyan en una autoconstrucción
de necesidades de alojamiento y no existenciales para el ser. Estas personas
circulan en no lugares que los lleva a su área de trabajo, que exige un desgaste
físico, emocional y monetario; su vida se vuelve rutinaria, se pierde la noción del
espacio-tiempo en el trayecto del trabajo a la casa. “Junto a la máquina, la
velocidad pasa a ser un componente fundamental en el habitar moderno para las
metrópolis; a la velocidad del paso humano se le añade otra medida: la
velocidad de los vehículos (...)” (Idem). Actualmente, en la Ciudad de México, se
ha estado modificando el reglamento de acuerdo a los estacionamientos en las
viviendas, cambiando de cumplir con un mínimo de cajones a un máximo por
cada vivienda. Esto quiere decir que en la época moderna, gracias a la
industrialización, el automóvil formó parte de la vida cotidiana de varios
trabajadores utilizándolo como un medio de transporte y construyendo así las
ciudades para el automóvil y no para el hombre, una relación auto-ciudad que se
ve reflejado en la importancia de resguardarlo en la vivienda, que influye en la
cantidad de metros cuadrados reducidos en la habitabilidad para brindárselo al
espacio de estacionamiento. Además que el automóvil se ha ido convirtiendo
más que en una necesidad, en un lujo para diferenciar el nivel socioeconómico
del habitante.

Retomando a Heiddeger, la importancia de habitar el mundo es lo que nos


diferencia de los demás seres vivos, nos revela nuestra existencia de ser en el
mundo “Para el Dasein existir es habitar, y habitar, refiere a un estar concernido
por, o tener que ver con.” (MASCARÓ, 2011, p. 61). El Dasein es el término
utilizado por Heiddeger para referirse al ​ser allí,​ “Estar en el mundo no es
encontrarse ubicado en un punto del espacio geométrico y absoluto, sino estar
intencionalmente referido a lo que nos rodea, en función de un determinado
proyecto(...)” (Idem). El hombre al construir su hábitat generó un lugar para
vivir, desde este punto comienza el sentido de pertenencia a un lugar específico
del planeta, el hombre comienza a razonar la relación que tiene con su entorno
reconociendo a las cosas por lo que son, ​coseidad​, el ser de los entes. Este es un
habitar auténtico para Heiddeger. “Tal como lo expresa la genealogía de la
palabra alemana ​Bauen​, habitar posibilita no únicamente el construir, sino
también el cuidar y abrigar (...) habitando el hombre protege y resguarda
aquello con lo que posee una relación íntima y esencial: el ser.” (Ibídem p. 62),
por lo que la vivienda es justamente el resguardo que le damos al ser, donde
podemos ser nosotros mismos, es el lugar que nos emplaza en la tierra y nos
conecta con la misma.

La vivienda es el lugar donde somos con el mundo, donde debe de existir una
continua relación con nuestro entorno para lograr el habitar que Le Corbusier
menciona, “(...)los elementos naturales (sol y vegetación) unidos a la
arquitectura (espacio), permiten la introducción de valoraciones humanas al
proceso arquitectónico, especialmente en la vivienda. Esta relación es habitar.”
(CUERVO, 2017, p. 96). Es decir, el habitar está dado por nuestro ser, nuestra
existencia en el mundo y la conexión que tenemos como seres vivos. La
arquitectura es el medio, el puente que coliga, al ser con el espacio. Además de
esta finalidad de la arquitectura como construcción de lugares habitables, debe
existir un interés de la persona que quiera habitar su vivienda no solamente
organizando los espacios para su comodidad, sino una organización espacial que
otorgue sentido de las cosas y, por lo tanto, el disfrute de vivir el espacio.
“Saber habitar es, finalmente en palabras de Le Corbusier (1976), aprender a
vivir mejor, es esencialmente el gusto por vivir (...) en busca de la alegría de
vivir.” (Retomado de ​Le Corbusier y la noción de habitar en la arquitectura
moderna, ​p. 99).

La definición de habitar es totalmente subjetiva, pone en juego repensar nuestra


existencia en el mundo acerca de si realmente lo vivimos y gozamos de la vida,
en nuestros ideales de vivir bien. Actualmente, la arquitectura deja a un lado
este intento de habitar del hombre, imponiendo modos de vida como las
construcciones de las casas en serie; el ejemplo más importante del olvido del
habitar la vivienda. No debe ser considerada como la extensión del trabajo a la
casa ni la obra de arte del arquitecto, sino la extensión de nosotros mismos. El
arquitecto debe dejar a un lado el habitar idealizado por otro arquitecto,
debemos enfocarnos en los distintos modos de habitar la arquitectura y la
vivienda es el punto clave sobre cómo vivir un espacio convertido en lugar, no
por el arquitecto, sino por las personas que lo habitan. La arquitectura no es, sin
sus habitantes.

REFERENCIAS

CUERVO CALLE, Juan Josè (2017) ​Le Corbusier y la noción de habitar en


la arquitectura moderna​, arq urb, número 18

HEIDEGGER, Martin (1951) ​Construir, habitar, pensar

MASCARÓ, Luciano (2011) ​Heidegger y el habitar como modo


fundamental de la existencia humana. Facultad de Psicología -
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

MONTANER, Josep M. (2000) ​Introducción a la arquitectura. Conceptos


fundamentales, E
​ spacio​, Edicions UPC
 
 
 
 
 
 
 

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