Está en la página 1de 16

Freudiana 76, 2016, pp.

7-22

Jacques-Alain Miller

INTRODUCCIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA*

Hoy nos vamos a divertir. Para mi, se trata de hacer comprender algo que no
se entiende si uno no siente piacer con elo. Lo que voy a decirles me divierte
y espero que a ustedes también, aunque eso no resulte obvio porque este afio
algunos me han hecho saber que no se sienten muy a gusto con Ias referen-
cias que yo puedo hacer a Ia literatura filosófica. Pero, eso no me va a detener,
como ya han visto, y hoy intentaré comunicarles cosas, que en el fondo no son
4 tan simples, de manera suficiente como para que les quede como referencia
e incluso como sensor de lo que es ia práctica de Ia mayoría de los que están
aqui, es decir, escuchar lo que se dice, lo que se dice ai azar, a Ia buena de Dios,.
cuando se levantan Ias restricciones que pesan sobre Ia palabra dei sujeto. No
ocurre habitualmente, pero, cuando se permite asociar libremente, no es fácil
estar en el lugar dei que debe organizar algo con elo, como mínimo, una inter-
pretación.
Se necesita un aparato, cuyas líneas generales voy a intentar. darles, para que
pueda captarse. Tal como me han indicado, vuelvo a transitar caminos que abri
anteriormente en este curso, pero lo hago para resaltar un relieve que no se
ha percibido ni comunicado hasta ei momento y que, en todo caso, desde mi
punto de vista, desde el punto de vista de mi trabajo de reflexión, representa
una ganancia.

Jacques-Alain Milier es miembro de Ia Écoie de Ia Cause Freudienne y miembro de honor de ia


Escuela Lacaniana de Psicoanálisis.
* Séptima ciase dei curso de Ia Orientación lacaniana de J.-A. Milier L'être et l'Un (2011), dei 9 de
marzo de 2011.Texto no revisado por ei autor.Todas ias notas son dela traducción.

7
J
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

Inexistencia dei Otro, existencia dei Uno


Voy a poner un ejempio y ya me dirán si resulta convincente. En determi-
nado momento nuestro maestro, Lacan, enuncio, ante Ia estupefacción de sus
alumnos, que El Otro no existe. Insurrección. Fue como quitaries Ia alfombra de
debajo de los pies ya que el lugar dei Otro es propio —siempre, ya era propio
antes— dei abc de lo que ha cristalizado como iacanismo. Dicha cristalización se
ha impuesto de tal manera que Ia sentencia El Otro no existe no fue tenida en
cuenta a pesar de los esfuerzos que mi amigo Éric Laurent y yo mismo hicimos
ai ponerio como título de un curso que dimos conjuntamente, El Otro que no
existe y sus comités de ética, en ei que pusimos ei acento sobre una de Ias conse-
cuencias de Ia inexistencia dei Otro. Lo que no se ha percibidoo en todo caso
no se ha dicho es lo siguiente: El Otro no existe quiere decir exactamente que lo
que existe es ei Uno. El Otró no existe es otra manera de decir esto que Lacan
ianzó como una jacuiatoria:

Haiuno

Así lo transcribo en ei Seminario que finalmente aparecerá publicado.' jSe


había observado esto? No exactamente. Tengo ai menos Ia confesión, evidente-
mente reticente, de Agnès Aflalo.
Qué es este Uno que existe cuando ei Otro, con mayúscula, no existe? Es
ei Uno dei significante. El Otro no existe y eso no significa que no sea. El Otro,
ei gran Otro, es, ë.s. —no o.d.1.a., 2 como el Otro malo, aunque pueda serlo—, en
cuanto tal se sustrae en absoluto sustraído dei ser. Muy por ei contrario, no se
entiende nada de ese concepto maravilioso de gran Otro que Lacan forjó si no
se capta que se inscribe a nivel del ser, nivel distinto que ei nivel de Ia existencia.
Resulta imposible aclararse en este asunto si no se distingue ei ser de Ia existencia.
Ahí reencontramos nuestra ontología, que había atraído mi atención hace
tiempo porque me parecia que no estaba del todo en su lugar, en su buen lugar,
en ei discurso de Lacan de aqueila época. Lá ontología es Ia doctrina dei ser
y efectivamente ei Otro es un "lugar de ser", el lugar ontológico en que se
inscribe ei discurso, ei lugar ai que apunta todo dicho. Resulta imposible hablar
sin reverenciar el lugar dei Otro. Y es precisamente esta reverencia Ia que se
toma como una referencia aunque no lo sea.

M
INTRODUCCIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA

Voy a guiarles para que esto lés resulte evidente. Es dificil hacer aparecer
evidencias que no van, en absoluto, en Ia dirección del sentido común, pero se
trata ante todo de ensefiarles a hablar una lengua, eso es lo que Lacan consiguió.
Con ei tiempo iógicamente Ia cosa queda amortiguada, se marchita un poco,
dado que Lacan ya no está ahí para sostener con su voz Ias evidencias que resal-
taba y transmitía. Entonces, hay que tratar de sostenerlas, de reanimarias.
Empezaré por decir, por indicar —y me apoyo en un saber de ratón de
biblioteca que no están obligados a haber adquirido—, lo que aparece cuando
se busca en Ia biblioteca: hay un rasgo que distingue al ser desde siempre -
desde siempre... a veces se hacen pequefios avances por ei lado del hombre
de ias cavernas y Lacan los hizo con los guijarros de Mas d'Azil en los que hay
inscritos los pequefios rasgos unarios que sefialan los animales cazados, pero ai
decir desde siempre en nuestra tradición no nos remontamos más aflá de Platón
o de Aristóteles. El rasgo que distingue ai ser desde siempre es ei equívoco, no
lo olviden.
De este equívoco tenemos un testimonio erudito en ei escrito de alguien
a quien Freud consulto con frecuencia —lo que da confianza—, a quien siguió
en sus cursos e incluso en Ia manera que hilvanó su descubrimiento de lo que
Uamó Ia denegación, Ia Verneinung. Éste no habría sido posible sin haber tomado
algunas cosas prestadas de Brentano. Dicho profesor, a quien se considera que
Freud debe Ia distinción entre el juicio de atribución y ei de existencia, hizo en
1862 una disertación, titulada La diversídad de ias acepciones dei ser según Arístóteles,
para conseguir su habilitación universitaria. Con ese tema no se podia esperar
que se convirtiera en un bestseiier, pero encontro un lector eminente en ei
Joven Heidegger para quien, según su testimonio, ei libro devino el hilo que lo
condujo a través de Ia filosofia griega. Brentano distingue por lo menos siete
sentidos dei ser en Aristóteles, pero tranquilícense que no voy a profundizar más
en elo. Sólo lo indico para plantear Ia cuestión de saber el valor de Ia equivo-
cidad dei ser. Incluso, si toman a un sólo autor, Aristóteles, ai que no se ha cesado
de invocar a lo largo de lo que he ilamado nuestra tradición, en especial su defi-
nición dei ser en ese conjunto de papeles que se denomina Metafisica. Como ya
saben, se ia lama así simpiemente porque venía a continuación de Ias obras de
Física. É1 no se dedico a redactarlos sino que dejó esa tarea a sus alumnos como
corresponde a un pensador de gran categoria.

9
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

El ser es equívoco también porque es relativo ai discurso, a lo que es dicho.


Respecto a este punto, Lacan es contundente y preciso.Vean como en ei Semi-
nario Aún página 122, deja en ei aire que "sólo haya ser en ei dicho". Lo que sin
embargo declara cierto es que "sólo hay dicho dei ser". Es imposibie hablar sin
determinar ai ser, un ser, seres, dei ser, como se dice "dei aire".
Liamamos esto, en esta vertiente, ei ser de lenguaje. Es ei ser que sólo tiene
su ser por ser dicho. No importa que se diga. Estamos bien posicionados para
saberlo. Nos aplicamos a elo cuando nos dedicamos a Ia tarea de recoger los
dichos de Ia asociación libre. Lá asociación libre es Ia ontología desencadenada:
madres fálicas, padres que no lo son, hombres que se feniinizan, odios que son
amores, sufrimientos que son goces y, como culmen de todo elo, una pulsión
de muerte. A príori, todo esto no vale más que ei unicornio o Ia cuadratura dei
círculo, también seres de lenguaje.
Digamos que todo esto es, pertenece ai ser por ser dicho.Y por ser dicho
vuela ai lugar dei Otro en tanto lugar dei discurso. O si consideran que ei
mensaje viene dei Otro, tienen relación, hay que reconocerio, con un gran Otro
extraviado. Es Ia suerte de cada uno.
Pero elo no invalida Ia objeción, es contradictorio. Círculo y cuadrado se
contradicen. Hay dichos que contradicen otros y, por mucho que los digan con
ei mismo hálito de voz, elos tiran de ustedes bacia lados opuestos, les desmem-
bran. Creo no alejarme dei sentido común si digo que ustedes hacen funcionar
a pleno rendimiento Ia tontería con Ia cuai pueden confrontarse a ia objeción, ei
criterio, ei filtro de Ia contradiccíón, más o menos ajustado dependiendo de su
humor o de su doctrina. Pero, en fim, Ia ontologia es como un acordeón, puede
estar cerrado o completamente abierto: Dejad que los pequeflos círculos cuadrados se
acerquen a mi, eso pasó. Hay por ei contrario quienes cierran completamente
ei acordeón y entonces Ia voz se ahoga. Pero, cualquiera que sea Ia presión dei
fueile, para saber si algo existe o no, ustedes hacen intervenir ia lógica. Esta-
biecen ia diferencia entre lo que es por ei hecho dei dicho y io que existe, entre
coniillas, "de verdad".
Pues bien, si he podido ilevaries ya hasta este punto sin machacarles ia moilera,
basta, si quieren comprender ei asunto, para asociar ei ser con ei semblante.
Lá palabra permite poner en escena seres que desfallecen ante Ia prueba de
Ia lógica y revelan ser sólo semblantes. Lá equivocidad dei ser quiere decir en

10
INTRODUCCIÓN DEL SER LA EXISTENCIA

primer lugar que el ser sólo es "sombras y reflejos". Por ei contrario, observen
que Ia objeción que hacen en nombre de Ia lógica lés Heva a asociar Ia existencia
con lo real.
Repito brevemente: ei ser es dei orden dei semblante y ia existencia concierne
a io real.Y eso supone pasar por Ia lógica. De acuerdo?
Nos acercamos así a lo que Lacan lés indicó ai enunciar, de ia manera más
enigmática, que "Ia lógica es Ia ciencia de lo reai" . También se ha dicho, pero no
en su debido lugar hasta ei momento, que ei ser es tan equívoco como Ia exis-
tencia es unívoca. Esta sólo se dice en un sentido, no se haila en ella Ia diversidad
de acepciones como ocurre con ei ser en Aristóteles.
Lá existenëia sólo se dice en un sentido, ei lógico. Ahí, es preciso que yo
realice un movimiento para extraer ia existencia de Ias aguas en Ias que se Ia ha
hecho nadar. Lá existencia se continua entendiendo habitualmente en ei sentido
dei existencialismo, como aqueilo que desborda ei concepto. Sartre dijo muy
bien que "ia existencia precede a Ia esencia". Está en primer lugar ei hecho de
Ia existencia, algo que es dei orden dei hecho bruto, salvaje y, a continuación,
vienen a Ia zaga ias definiciones con que se intenta captarlo. En ei fondo, esto
es afirmar que hay un hay anterior a todo lo que se pueda decir, idealizar, esen-
cializar. Ese existencialismo apuntaba de hecho a un ser prediscursivo, como se
decía entonces. Fue Ia manera que tuvo Sartre de dar una versión de lo que
Heidegger llamó ei dasein, ei ser-ahí —Seín es ei ser y, da, es ahí. Ese ser-ahí se ha
traducido, neologizado. Se estableció ia existencia como presencia aqui y ahora
de un ser preconceptual. Un esfuerzo más para ser lacaniano: hay que despren-
derse de esto.
Me gustaría extenderme, pero voy rápido. El secreto de ese existencialismo
es que se trata de una versión dei vitalismo. Está claro que, para Sartre, esa
presencia palpita, es carne, carne que suda, escupe, mea, caga, e inspira, a éi y
a sus seguidores, toda una literatura naturalista. No tiene nada que ver con ei
existencialismo de Lacan que es un logicismo.
Lá existencia de Lacan resulta de que Ia lógica seleccione, en ei semblante,
seres de lenguaje para poder reconocer ahí lo real. Lá existencia lacaniana
depende, se desprende de una operación significante. Si se busca donde se parten
Ias aguas eso tiene lugar en esc término que he empleado de ser prediscursivo.
Lá existencia surge dei lenguaje trabajando ei lenguaje, supone ei aparato lógico

11
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

apoderándose dei dicho para cernirlo, cercario, comprimirio, ordenario y hacer


surgir dei ienguaje lo real. esc 1
Ese real, que está al nivei de Ia existencia, dije, es ei significante. No tiene ei ur
nada que ver con Ia presencia que palpita. Gracias a ese significante tenemos signi
todos los seres que queremos. Es preciso que ei significante se instale en ei cada
discurso para que ios seres hagan su aparición en Ia superficie de io real, con ei
riesgo de expiotar como pompas de jabón. con

Henología toda
Voy a planteario primero, antes de conduciries hasta elo: significante en falta.
tanto que real sólo hay uno. En el nivei que estamos hablando se trata del signi- cond
ficante Uno. Eso contrasta evidentemente con ia abundancia, Ia jungla de Ia
ontoiogía. Nos movemos en ei registro austero, parsimonioso, de Ia henología roma
que ya escribi Ia última vez y que significa doctrina dei Uno, cuya divisa e
incluso discurso es: Haiuno. Lacan uso ia palabra henología al menos una vez en
su Seminário XIX.
Lá ontología es tan abundante como restrictiva Ia henoiogía. Lá henoiogía
compete a ese dicho que Lacan inventó pero que proviene de toda Ia tradición
filosófica: Haiuno. Es ei núcieo del hecho de que hay discurso y, para que haya
ser, es preciso primero que haya discurso. Aunque Lacan deja en suspenso, eso
se verá, que podria haber uno que prescindiria de él. Pero en ia medida en que
ei ser depende dei discurso, depende dei Uno. Desde esta perspectiva, ei Uno es
anterior ai ser. Esa es precisamente ia doctrina que desarroilaron los neoplató-
nicos, en primer lugar Piotino a partir del Parménides de Platón. Por este motivo
Lacan se extendió sobre esta obra en su Seminário XIX.
Este Uno que abordamos, nosotros que no somos neopiatónicos sino neoia- D
canianos, io encontramos en el discurso reducido a su núcleo: es ei significante vacio
Uno. Todo significante, en ei sentido de cada significante, es Uno y, como tal,
preside y condiciona ei ser. rrenc:
Lá henoiogía domina Ia ontoiogía, esa fue Ia respuesta de Lacan a Ia pregunta en ei
que ie pianteé en un momento en que yo estaba intrigado por esa ontoiogía de
Ia que hablaba. El significante, en tanto existe como real, preside y condiciona
todos iosequívocos, todos los semblantes dei ser en ei discurso. En eifondo, es
como un dato primero, un Uno que merece ser ilamado original porque no se
puede ir más allá.

12
INTRODUCÇIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA

Presten atención a esto. Si les he hecho entrever Ia potencia y Ia majestad de


esc Uno es porque no tiene nada que ver con ei uno de Ia serie numérica, con
ei uno que sigue ei dos antes dei tres. El Uno dei que se trata, ei Uno de cada
significante, ese Uno en ei que se soporta cada significante, o mejor dicho que
cada significante es, es un Uno solo.
Una vez que les he anunciado ese Uno solo, es preciso que les famiiarice
con él para que puedan hacerse amigos.
En primer lugar, es ei Uno solo a partir dei cual pueden plantear y pensar
toda marca, dado que sóio a partir de ese Uno pueden piantear y pensar ia
falta. Es ia marca originaria a partir de Ia cuai se cuenta: uno, dos, tres, cuatro. A
condición de pasar primero por su inexistencia.
Lo escribo con un trazo para que lo recuerden. Ese Uno io escribo a Ia
romana para diferenciarlo. He aquí ei Uno solo.

Es ei Uno que, si borran, ies da Ia falta.

IMOI

1!
Dicha falta fue tomada a partir de Ia teoria de conjuntos como conjunto
vacío y Frege hizo de ella ei signo de Ia inexistencia: no hay. No hay el Uno. Una
vez obtenida dicha falta puede desarroilarse Ia serie de los números por recu-
rrencia, inscribiendo primero 1, este falta. La serie de los números se conecta
en ei 1 borrado.

1 23

13
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

Pero, esto se produce ai precio de un equívoco. El círculo que he trazado,


ai lado dei 1, es ei 1 borrado, es Ia falta de ese 1. Para dar lugar al nacimiento de
Ia serie numérica se convierte en cero. A Ia izquierda, hay Ia significación dei
conjunto vacío y, a Ia derecha, dei cero.

1 2 3 ...

Conjunto cero
vacío

Una vez que tienen ei cero, pueden obtener, tal y como demostró Frege,
mediante Ia recurrencia de un +1 Ia serie de los números ilamados naturales.
En ei origen, sin embargo, si se puede decir así, tienen esa maniobra que se basa
en ei Uno solo.
Lacan lo subrayó y lés remito a Ia resefia sobre su Seniinario O peor que
comienza en ia página 573 de los Otros escritos donde sefíala, de una manera
que no resulta inmediatamente legible, ei equívoco dei nombre cero. Dicho
equívoco es ei que acabo de despiegar entre su valor como conjunto vacío y
su valor como cero inicial de ia serie numérica. Debe haber uno primero. Es
preciso que haya en primer lugar uno que se borre para, mediante este borra-
miento, marcario como cero, entonces comienza Ia serie. Dicho de otro modo,
lo que he escrito aqui con un 1 romano es ei primer Uno, aquél que preside Ia
emergencia dei conjunto vacío. Lacan sefiala, pueden releerlo, que inscribir ese
conjunto vacio como cero iniciai de Ia serie numérica es ya un equívoco. Es ei
único equívoco de ia existencia.
En ei análisis se pone a trabajar a ese Uno original dei significante, anterior
a los números. Es ei principio mismo de ia asociación libre y, por elo, Lacan lo
denomina ei Un-decir. A partir suyo, viene ia serie numérica, ilegan a existir los
1 que se inscriben como signos diferentes en Ia serie numérica.

14
INTRODUCCIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA

Este Uno solo no tiene Otro. Es lo que dice Lacan en Ia página 155 de Aún.
Se lee este sermnario sobre todo por su erotica por lo que dice sobre ia relacion
sexual y no se tiene suficientemente en cuenta su registro henológico. Pero ia
erótica de Lacan no tiene sentido sin su henoiogía y por eso puede afirmar allí
que "el otro no se adiciona con ei Uno. El Otro solamente se diferencia de él".
En ese peque?io esquema, dónde está ei Otro? El Otro se encuentra en ei
lugar donde se inscribe ei conjunto vacío, precisamente como un lugar, y si se
le ilama "lugar de ser" es precisamente porque es un lugar de inexistencia. Es
• un lugar hecho con ei eclipse dei Uno originário. De ahí que Ia fórmula tan
• precisa lanzada por Lacan, "El Otro es ei Uno-en-menos", designe esa zona
circular que he inscrito aqui. Puede incluso decirse, para matizar, que ei Otro
es ei Uno-en-menos y, a partir de elo, encontrar Ia matriz de Ias fórmulas de
sexuacion que Lacan propone
Lá serie numérica procede de ese Uno original, los números se construyen
todos: de ia niisma manera, no son más que unos tal como indica ei símbolo de
Li recurrencia: +1. Todos los nombres de número reiteran ei significante Uno y,
por elo, Lacan puede decir en Ia página 580 de los Otros escritos que los números
son dei registro de lo real, en virtud de reiterar ei Uno original.
Si quisiera parodiar a Sartre diria que Ia henología precede a Ia ontologia. El
discurso es ei discurso dei ser. De ese Uno también procede Ia ciencia, de él que
implica Ia presencia en lo real que ella maneja. Lacan Ia imputa a! Uno cuando
afirma que ei Uno engendra ia ciencia y que hay ei Uno en Ia naturaleza. Se
trata de un saber que ei sujeto dei significante puede alcanzar, manejar y hacer
que produzca potencias inéditas, siempre para ei mayor bien de Ia humanidad
como es ei caso de Ia energia nuclear.
Conocemos Ia energia nuclear, esa potencia que hemos domesticado. Es un
real que hemos ido a buscar a Ias profundidades de Ia naturaleza y que hemos
• sabido activar, intensificar y poner a producir. El único problema reside en que
ese saber que tenemos sobre ei saber en lo real no cubre todo ei campo. Aparen-
temente hay una potencia en Ia naturaleza que no se deja domesticar por ei
saber en lo real que hemos podido adquirir hasta ei presente. Es dei todo lamen-
• table porque eso nos leva ai Apocalipsis. Quizás no sea para siempre, pero por
ei momento hay algo en Ia geologia que no se deja aún descifrar, es decir, cifrar.
Todo lo que podemos hacer es meterle un termómetro por detrás y cuando Ia

15
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

temperatura sube un poco más de Ia cuenta gritar: jCuidado! Pero, en general,


se dispone entonces de entre tres cuartos de hora y cinco minutos de tiempo, y
eso es dei todo insuficiente.
Se intenta extraer cifras a Ia naturaleza, a Ia geologia, a Ia Tierra, se intenta
deducir una iey, pero ei hecho es que no se sabe aún inhibir ni tampoco prever
los deslizamientos de tierra ni de Ias placas tectónicas, ei impulso de los tsunamis,
Ia irrupción de los tembiores de tierra —en caso de sobrevivir a elo, quizás se
pueda calcular más tarde—, de momento lo que vemos es Ia contingencia irrum-
piendo en los cálculos. Es ei espectáculo grandioso de lo que denominaria un
acontecimiento de Tierra que representa para nosotros lo real sin iey.
Evidentemente, conviene preguntarse si Ia pulsión de muerte no estará
animando por casualidad ei discurso de Ia ciencia. Si,en su punto álgido, este
último no estaría hecho para destruir a ia humanidad, para reabsorber ai ser
hablante-habiado, ai ser apresado por ei significante. En ei taxi que me ha traído
hasta aqui, he oído ai emperador dei Japón orar y eso no da ninguna confianza.

Sinn y Bedeutung
Hay que familiarizarse con ei uso dei existe en lógica para penetrar los
arcanos de lo real en ei sentido de Lacan. Para elo, lo más simpie es partir de Ia
distinción operada por Frege entre Sinn y Bedeutung.
Bedeutung puede traducirse como significación y, en ese sentido, Lacan habla
de Die Bedeutung des Fallus. Hay que decir que Freud utiliza frecuentemente
ei término con ei mismo sentido. Lacan lo utilizo sin duda porque veja en éi
también una forma de hacer alusión ai uso de Frege. Pero, en Frege, Bedeutung
se traduce como referencia, denotación, o para emplear otro vocabulário, como lo
que apunta hacia una existencia.
Sinn es sentido o sinficaci6n, lo que dice Ia esencia, lo que describe algo, lo
que otorga atributos o propiedades a algo,.
Si quisiera parodiar ia frase de Sartre a lo Frege diria: Ia Bedeutung precede ai
Sinn. Pero eso no es lo que dice Frege, éi no afirma que ei uno preceda ai otro,
sino que existencia y esencia son diferentes.
Lá esencia de un ser no asegura ninguna existencia. Círculo cuadrado tiene
sentido aunque sólo sea para decir que ei círculo cuadrado no existe. Un
unicornio es algo que se describe, se representa, se suefia —al menos Serge

16
INTRODUCCIÓN DEL SER LA EXISTENCIA

Leclaire—, aunque en Ia naturaleza no haya ninguno. Pueden admitirio en su


ontología si quieren. Como he dicho, una ontología es elástica, ia ontología es
una buena chica que se presta tanto a los austeros como a los pródigos.Vean por
otra parte lo que se recuerda con ei nombre de Ia navaja de Occam.
Nos remontamos ai siglo XIV. Había entonces Ia opinión de que no hacía
falta multiplicar los seres más de lo necesario. Entia non sunt multiplicanda praeter
.wcessitatem. Todo el mundo puede comprenderio. Se transniitió así —en Occam
bay una fórmula parecida pero no exactamente igual que me abstengo de citar.
Se trata de un principio de economia según ei cuai se precisan seres, pero no
demasiados, no más de ios necesarios: hay que tener cuidado con el ser. Un ser,
está bien, pero tres son un estrago. Efectivamente, hay como una borrachera de
ontologia.
Hay, por ejemplo, un lógico de finales dei sigio XIX y principios dei XX,
que mereció ia consideración de Bertrand Russeil y que se ilamaba Meinong.
Fue un uitraliberai con una ontoiogía en ia que cabia todo io que se podia decir.
Eto es sólo para deciries que uno se Ias arregla siempre con Ia ontoiogía. En fim,
es una cuestión de sabiduria de Ia que hablé ei afio pasado. Lá navaja de Occam
dice: en ontoiogía nunca demasiado, sobre todo Ias menos hipótesis posibles, hay
que ir a Ia simplicidad. El resultado fue que cuando Napoieón le dijo "Pero, en
fim, Sefior de Lapiace no encuentro ninguna mención a Dios en su sistema", él
te contesto: "Sire, no tengo necesidad de dicha hipótesis".
Hay una hipótesis de Lacan en este sentido, pues usa Ia palabra en Ia página
171 de Aún:
"Mi hipótesis [y en cierta manera es Ia hipótesis mínima dei psicoanálisis] es
que ei individuo afectado de inconsciente es ei mismo que hace lo que ilamo
ei sujeto de un significante".
Por otra parte, y en general, io que Lacan ilama ei sujeto es Ia hipótesis por
excelencia, es decir, lo que se sitúa debajo. Eso es lo que quiere decir hipótesís
em griego. El sujeto es supuesto al significante, al saber y dicha suposición es ei
inconsciente mismo.
Dénse cuenta de que es una suposición ontológica. Lá suposición dei incons-
ciente es una suposición ontológica ya se escriba, se le de ei sentido de falta en
ser, de sujeto barrado, o se habie de ser hablante o de parlêtre. Y cuando Lacan
utiliza ei término de ser hablante y de parlêtre no deja nunca de decir que no

17
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

hay más ser que de hablar. Lá cuestión en este asunto consiste en saber, y eso es
lo que Lacan hizo durante toda su ensefianza, que ei inconsciente aparece como
ontológico. Fue sólo en ei último momento, entre dos comas y dentro de un
parêntesis, que Lacan pudo decir que podría ser que ei inconsciente fuera real.
Lo que no es ser sino real, en todo caso, es ei significante.Y es porque hay
significante en lo real, también, por lo que uno se ve arrastrado a suponerle
un ser que se ilama Dios. Pero si hay Dios no puede ser más que inconsciente.
Por elo, ia ciencia no ha podido en absoluto reabsõrber Ias religiones tal como,
1
en los buenos momentos dei positivismo, se pënsaba que pasaría. Muy por ei
contrario, Dios recupero su vigor a partir dei significante en lo real. Pero, si hay
Dios, es ei momento de decir que no sabe ciertamente lo que hace, es decir,
que causa estragos.
Ai mismo tiempo, encuentro formidabie que haya toda clase de revoluciones
en estos tiempos que apuntan también ai Uno bajo ia forma dei Fuera! iNo
estorbes más! 4 En efecto, ei Uno molesta pero ei Uno dei que se trata en estos
movimientos de masas, a diferencia dei Apocaiipsis nuclear, es ei Uno numérico,
ei Uno Jerárquico. Es ei número ai que se dice: Fuera! Hay que diferenciar
entre ei Uno de poder y ei Uno de saber. Pero toda diferencia que se haga entre
elos no logrará que podamos desembarazarnos de alguno. En el fondo, podría
escribir este alguno así:

0K-Uno'

Lo que nos asegura que, en definitiva, consentimos,..


Volvamos a Ia distinción entre Sínn y Bedeutung, decir, a Ia distinción entre
significación y referencia, entre ser y existencia, sentido y real. Alguien hizo una
espécie de chiste pero no por elo dejó de inspirar Ias reflexiones de los lógicos a
lo largo dei siglo XX, ai menos de aquelos que se ocu:paron de Ia relación entre
sus escrituras y ia lengua común. Es un artículo de poc.s páginas de aiguien cuya
obra Lacan frecuentó, si tenemos en cuenta sus numerosas referencias: Bertrand
Russel. El artículo se ilama On denoting, "Sobre Ia denotación", y es de 1905.
En términos de Frege diríamos sobre Ia referencia y, nosotros, sobre Ia existencia. En
dicho artículo, Frege se dedica a extraer, a hacer salir a ia luz en todo enunciado,
ei acto referencial. No veo por que no habría de retomar uno de los conocidos

ii
INTRODUCCIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA

uncíados gracias ai cual esc artículo permanece en Ia memoria, Ia célebre


pioposición: El actual rey de Francia es calvo. Fue dicho en 1905, en plena Tercera
República, y sin embargo eso no le impíde tener sentido: Ia realeza, Francia y Ia
t.ikicie se articulan. Se comprende esa frase de Ia misma manera que se enten-
:dería que alguien dijese: en absoluto, mirad su beila cabeilera. Hay que decir que
s un ejemplo de un inglês con un pequeno toque de francofobia.Tras elo está
identemente Ia idea de que los franceses son grandes parlanchines, los prín-
ápes dei biablablá mientras que elos, los ingleses, tienen más sentido común y
Jemás controlan ei gasto, incluso en materia de ontología. Occam era inglés.
Bajo su corona no hay ni un cabelo. Entiendo que esa calvicie real es una
usión ai conjunto vacio, tanto más justificada en tanto que, en 1905, no había
nv en Francia. Tampoco en 2011, y elo no impide hablar de él, describirlo ni
airihuirle Ia calvicie o cualquier otra cosa. O bien se hace entrar en ei paraíso de
Meinong ai rey de Francia de 1905 donde saluda al unicornio, rinde homenaje
1 círculo cuadrado y los tres quieren hablar con el sombrerero loco, o bien se
hace entrar ai rey de Francia calvo de 1905 en ei conjunto vacío y:se dice: por
mis exquisita que sea Ia descripción dei rey de Francia calvo de 1905, su refe-
rencia sólo es ei conjunto vacío.Y, en ese preciso momento, ei conjunto vacío es
ei cubo de basura de Ia ontología, el canal de evacuación de todos los seres que
no superan ei filtro de Ia existencia.
Así, ei descubrimiento de Russeil consiste en diferenciar ei dicho dei decir.
Pôr un lado, tenemos Ia descripción, que lama Ia descripción definida, y que es
! Sinn de Frege: el rey de Francia es calvo, como también podría decirse que
cl rey de Francia es alto, ei rey de Inglaterra es rublo, etc. Pero eso deja abierta
La cuestión de saber si hay o no un rey de Francia, es decir, Ia cuestión dei hay
Jebe plantearse siempre sea cual sea ei esplendor de Ia descripción. Es Ia cues-
ót,n dei existe.
En toda proposición encontramos una lista de propiedades, cualidades, signi-
&aciones —ser rey de Francia, calvo etc.—, que, sin embargo, no están ai niismo
ruvel que ia cuestión que hay que plantear y que consiste en preguntarse si
existe algo que responde a dicha descripción o no, dado que se puede perfecta-
mente describir algo que no existe.
Hay que hacer surgir siempre Ia cuestión de si existe algo o alguien, un
término que posea esas propiedades. Desde ei punto de vista de Ia existencia,
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

Ias propiedades no son algo serio. Tenemos un ejemplo en Alphonse Aliais. Es


breve. Es Ia historia de un chico que dice: yo, soy un tipo como Balzac, bebo
mucho café; soy un tipo como Napoieón, mi mujer se flama Joséphine, -etc. Esto
son ias propiedades y, respecto a elias, ei asunto serio es ei dei existe. El sentido
se da ai nivel de ia descripción y en términos lógicos ai nivei de ia función. Lo
real está ai nivel dei existe.
Introducimos aqui esa x que se flama Ia variable. El Sinn, ia descripción se
resume lógicamente con ia letra F de Ia función y se describen, se alinean los
atributos. Se atribuye todo eso a no se sabe que, cuyo lugar se marca con una x
entre parêntesis.

F(x)

Se ia flama variable no para indicar que varia, sino para decir que no se sabe
si hay algo real que pueda reemplazar ese agujero. Lo que flamamos constante es
ei algo que puede Ilenar ei agujero y que en todo caso sólo será un significante,
un ejemplar dei significante Uno.
No renuncio al término variable, pero por lo que respecta a Ia constante
utilizaré el adjetivo que tomo de Ia teoria de ios nombres propios dei lógico
Kripke y diré que es ei rígido. AI lado de ia variabie tenemos ei rígido que es un
índice de Ia existencia.
En cuaiquier caso, no importa ei nombre con que io engalanemos, Ia natu-
raleza de io que existe es significante. En este contexto se inscribe ei no existe Ia
relaci6n sexual pregonado por Lacan. No hay reiación sexual en lo real. En primer
lugar porque en lo real io que impera es ei Uno, no ei dos. Lá relación sexual
sólo florece en el ámbito dei sentido y Dios sabe que sus significaciones son
equívocas y variabies.

Elfinal de Ia dialéctica
Freud flamó ai existe en psicoanálisis Ia fijación, lo situo como fijación.
Durante mucho tiempo Lacan no relaciono en absoluto ei existe con ei signifi.-
cante, no lo crean. Sabemos que, muy por lo contrario, durante Ia mayor parte de
su ensefianza el significante es lo que muda, lo que eminentemente es variabie y
por eso él utilizo recurrentemente ei término de dialéctica. Lá dialéctica, decir

20
INTRODUCCIÓN DEL SERY LA EXISTENCIA

algo y lo contrario, es aplicable en particular ai significante en tanto que unido


a sus efectos de significación.
Fue en reiación a un significante a nivel dei ser que Lacan distinguió Ia
angustia como lo que no engafia, y yo ya he explicado precisamente en este
curso que su definición de Ia angustia como ei afecto que no engafia adquirió
valor a causa de que, por ei contrario, ei significante engafia y lo hace cons-
tantemente —ei significante concebido como ei instrumento de los sofistas y
retóricos.
Lacan fue a buscar ia constante, io que permanece fijo, dei lado de lo que
llamó ei objeto a.
Su dialéctica depende evidentemente de ia ontoiõgía y ésta pierde su
vigencia cuando se trata dei significante Uno en tanto que correlativo dei existe.
No más dialéctica entonces, ei término desaparece dei discurso de Lacan y es
reemplazado por ia supremacia de Ia lógica.
Ai mismo tiempo y correlativamente con ei significante Uno, con ei signifi-
cante rígido, se inscribe ei goce opaco ai sentido que es una referencia dei orden
de lo real. Nada que ver con ei objeto a, que por io contrario era en Lacan ei
goce transparente al sentido, ei goce que tiene sentido, que es sentido, e incluso
gocesentido (jouis-sens] con todo su equívoco.
Con lo que escando de Ia ensefianza estamos verdaderamente en ei reverso
de lo que fue lo esenciai dei camino de Lacan, y es un hecho que dicho reverso
es ei que nos ha abierto ia via que pasa en ia actuaiidad entre los dos limites
correlativos dei significante Uno y ei goce opaco ai sentido.Todos estos términos
ya los he mencionado anteriormente, los he desbrozado a partir de Lacan, pero
creo haberles dado hoy un empiazamiento inédito y espero incluso, haberies
divertido un poco.

Notas
1. En francês, Yad'lun. Aquí, y ias siguientes veces que aparece ei término,
seguimos ia traducción de Gerardo Arenas en ei Seminario XIX: ... o peor, de J.
Lacan.
2. En francês hay homofonía entre "est", es, y "hait", odia.
3.J.-A. Miller,"E/ ser y ei Uno", clase n° 6,9.3.2011, publicada en Freudiana 62,
Barcelona, Comunidad de Cataiunya ELP, 2011.

21
LA ORIENTACIÓN LACANIANA

4. En francês, "dégage": lema dela revolución tunecina, en 2010-11.


5. En francés,"aucune", alguno, es homófono con "OK-Un".

ia. miiier(àjorangefr

Traducci3n: Eduard Gadea.

Estabiecimiento dei texto y revisión de ia traducción: Margarita Áivarez.

22

También podría gustarte