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EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
El Tribunal Constitucional español está compuesto por doce miembros, que ostentan el título de
Magistrados del Tribunal Constitucional. Son nombrados por el Rey a propuesta de las Cámaras
que integran las Cortes Generales (cuatro por el Congreso y cuatro por el Senado), del Gobierno
(dos) y del Consejo General del Poder Judicial (dos). Este sistema de designación busca el
consenso político en sede parlamentaria ya que se exige el acuerdo de las 3/5 partes de cada
Cámara. El acuerdo entre mayorías y minorías parlamentarias para la designación de los
Magistrados del TC es imprescindible.
Esta forma de designación podría hacer pensar, en una primera lectura del art.159 CE, que, en
de nitiva, la composición del Tribunal Constitucional deriva sólo y exclusivamente de la mayoría
parlamentaria existente en cada momento, dado que de ella depende, además del nombramiento
de los ocho Magistrados designados por las Cámaras, la composición del Gobierno y del
Consejo General del Poder Judicial, órganos que designan al resto de los Magistrados. No
obstante, ello no es así.
Por una parte, como el propio art. 159 CE establece, los ocho Magistrados propuestos por las
Cortes han de serlo con una amplia mayoría cuali cada: tres quintos de los miembros de la
respectiva Cámara. En el caso de los procedentes del Senado, además, éste debe elegir de entre
candidatos propuestos por las Asambleas de las Comunidades Autónomas como cámara de
representación territorial que es (art. 16.1 LOTC y STC 49/2008, caso Reforma de la LOTC).
Artículo 159 CE.
2. “Los miembros del Tribunal Constitucional deberán ser nombrados entre Magistrados y
Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y Abogados, todos ellos juristas de
reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional.”
Por otra parte, el mandato de los Magistrados del Tribunal Constitucional es de nueve años; ello
supone que su elección no coincida con las legislaturas, de manera que no cabe establecer una
relación automática entre mayoría parlamentaria y composición del Tribunal Constitucional.
Art. 159.3 CE. “Los miembros del Tribunal Constitucional serán designados por un período de
nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres.”
Esta falta de relación se ve aún acentuada por un tercer correctivo introducido por la Constitución
en aras de la independencia de la jurisdicción constitucional: el Tribunal Constitucional no se
renueva de manera global. Por el contrario, aunque el mandato de todos los Magistrados es de
nueve años, el órgano se renueva por terceras partes; dicho de otra manera, cada tres años
cuatro miembros del Tribunal deberían ser renovados, buscando, además la continuidad en el
trabajo de la institución.
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A estos efectos se considera que los Magistrados designados por el Congreso forman un tercio,
los cuatro designados por el Senado otro tercio, y los dos designados por el Gobierno, junto con
los dos propuestos por el Consejo General del Poder Judicial, constituyen el último tercio. Sin
embargo, resulta ya habitual que las renovaciones que corresponde realizar al Congreso y al
Senado se retrasen en exceso, lo que des gura el modelo constitucional de renovación periódica
por tercios.
En lo que respecta a los Magistrados propuestos por el Senado, serán elegidos entre los
candidatos presentados por las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas:
Art. 184.7 Reglamento del Senado: La elección por el Senado de los cuatro Magistrados del
Tribunal Constitucional, cuyo nombramiento ha de proponerse al Rey, según lo previsto en el art.
159 CE, debe realizarse en base al procedimiento previsto en este Capítulo con las siguientes
especialidades:
a. El Presidente del Senado comunicará a los Presidentes de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas la apertura del plazo para la presentación de las candidaturas.
Cada Asamblea Legislativa podrá, en ese plazo, presentar hasta dos candidatos, resultando
aplicable lo dispuesto en los apartados 3 y 4 de este artículo.
Los candidatos propuestos por el Congreso y por el Senado deberán comparecer previamente
ante las correspondientes Comisiones parlamentarias (art. 16.2 LOTC).
La designación para este cargo se hace por nueve años; cada tres años se renuevan cuatro
miembros de los doce. El Congreso nombrará a cuatro magistrados, a los tres años el Senado
nombrará a sus cuatro miembros, y a los tres años el Gobierno y el CGPJ nombrarán a los cuatro
restantes.
Artículo 159.3 CE: Los miembros del Tribunal Constitucional serán designados por un período de
nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres.
Art. 17 LOTC.
Uno. Antes de los cuatro meses previos a la fecha de expiración de los nombramientos, el
presidente del Tribunal solicitará de los presidentes de los órganos que han de hacer las
propuestas para la designación de los nuevos magistrados, que inicien el procedimiento para
ello.
Dos. Los magistrados del Tribunal Constitucional continuarán en el ejercicio de sus funciones
hasta que hayan tomado posesión quienes hubieren de sucederles.
Art. 16.5 LOTC (...) Si hubiese retraso en la renovación por tercios de los Magistrados, a los
nuevos que fuesen designados se les restará del mandato el tiempo de retraso en la renovación.
El Tribunal Constitucional elige a su Presidente cada vez que se renueva para un mandato de tres
años. La elección del Presidente es por mayoría absoluta (primera votación) o de mayoría simple
(en segunda votación). El Presidente puede ser reelegido para otro nuevo mandato. Igual
procedimiento se sigue para el nombramiento del Vicepresidente, al que corresponde la
sustitución del Presidente en caso de vacante, ausencia u otro motivo legal.
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funcionamiento del Tribunal, de las Salas y de las Secciones; comunica a las Cámaras, al
Gobierno o al Consejo General del Poder Judicial, en cada caso, las vacantes; nombra a los
letrados, convoca los concursos para cubrir las plazas de funcionarios y los puestos de personal
laboral, y ejerce las potestades administrativas sobre el personal del Tribunal.
Los Magistrados del TC deberán ser ciudadanos españoles que reúnan ciertas capacidades
técnicas: deberán ser juristas(Magistrados o Fiscales, Profesores de Universidad, Funcionarios
públicos o Abogados) de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio
profesional.
Artículo 159.2 CE. Los miembros del Tribunal Constitucional deberán ser nombrados entre
magistrados y Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y Abogados, todos ellos
juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional.
Art. 18 LOTC. Los miembros del Tribunal Constitucional deberán ser nombrados entre
ciudadanos españoles que sean magistrados, scales, profesores de universidad, funcionarios
públicos o abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de quince años de
ejercicio profesional o en activo en la respectiva función.
1.-La politización de la JC.
2.-La posición del TC en el orden constitucional. El TC cumple una auténtica función de “indirizzo
político”, manifestándose dos corrientes:
4.-El contenido propio de la justicia constitucional, que afecta tanto a las funciones a ella
atribuidas como al procedimiento en cuanto al problema de la legitimación y a los efectos de las
sentencias.
La CE no es solo un texto normativo, sino que en ella se produce la expresión de todo un sistema
de valores a los que hay que defender, por lo que la justicia constitucional no debe ser aséptica,
sino que tiene que coadyuvar, junto a los demás poderes públicos, al desarrollo de los valores
que sirven de fundamento a la Constitución.
-Los TTCC son como los demás poderes públicos, poderes constituidos, no pudiendo nunca
arrogarse la condición de poder constituyente ni suplantar el núcleo competencial de los demás
órganos constitucionales. El ejercicio de su función de indirizzo político, nunca puede constituirse
en legislador positivo. El llamado activismo judicial del TC a veces puede representar un elemento
transformador de la sociedad, pero será ilegítimo cuando trata de suplantar o sustituir a los otros
órganos constitucionales.
-La interpretación acertada o errónea del TC, vincula a la ciudadanía y a todos los poderes
públicos, y la única forma de control del mismo quizás sea la crítica doctrinal seria a sus
sentencias, además, de la opinión pública que podría ejercer de control difuso sobre la justicia
constitucional.
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-El TC a través de la fundamentación motivada de sus decisiones, deben explicar y convencer a
esa opinión pública del contenido de las mismas, tratando de evitar el convertirse en guardianes
absolutos y excluyentes de la Constitución y contribuyendo a hacer e caz el principio de
colaboración de poderes en que se asienta nuestro sistema político.
El Estatuto de los miembros del TC. Las garantías para salvaguardar la independencia de los
Magistrados del TC:
Artículo 159 CE.
4. La condición de miembro del Tribunal Constitucional es incompatible con todo mandato
representativo, con los cargos políticos o administrativos, con el desempeño de funciones
directivas en un partido político o en un sindicato y con el empleo al servicio de los mismos, con
el ejercicio de las carreras judicial y scal y con cualquier actividad profesional o mercantil. En lo
demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias de los
miembros del poder judicial.
Art.159.5 CE. Los miembros del Tribunal Constitucional serán independientes e inamovibles en el
ejercicio de su mandato.
1.- Inamovilidad: los Magistrados del TC no podrán ser cesados de su cargo una vez que hayan
sido nombrados hasta que transcurran los nueve años de mandato. Las únicas causas que
podrán lugar al cese son la renuncia, la incompatibilidad, la incapacidad, la exigencia de
responsabilidad civil o penal. Este principio se corresponde con el principio de inamovilidad a
favor de jueces y magistrados. El principio de inamovilidad se traducirá en una garantía de
independencia de los Magistrados en el ejercicio del cargo. El Magistrado elegido no estará
sometido a presiones políticas que amenacen con su destitución.
Imposibilidad de reelección inmediata (salvo para los que entraron en sustitución y estuvieron
menos de tres años).
Son inviolables (no pueden ser perseguidos por las opiniones vertidas en el ejercicio de sus
funciones). Sujetos aforados (responsabilidad penal enjuiciada por la Sala de lo penal del TS).
Organización
El Tribunal Constitucional se organiza en Pleno, compuesto por los doce Magistrados, y en dos
Salas, integradas cada una por seis Magistrados presididas por el Presidente y Vicepresidente del
TC respectivamente. A su vez, el Tribunal se divide en 4 Secciones, integradas cada una de ellas
por tres Magistrados. El reparto de funciones entre estos órganos se modi ca tras la reforma
operado por la Ley Orgánica 6/2007, de 24 de mayo.
“El Presidente del Tribunal Constitucional será nombrado entre sus miembros por el Rey, a
propuesta del mismo Tribunal en pleno y por un período de tres años.”
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Presidente: elegido por el propio TC y de entre ellos cada tres años por mayoría absoluta en
primera vuelta o por mayoría simple en segunda vuelta. Se contempla una tercera votación en
caso de empate, en el que será propuesto el de mayor antigüedad en el cargo y en el caso de
igualdad el de mayor edad.
Artículo 9 LOTC.
1. El Tribunal en Pleno elige de entre sus miembros por votación secreta a su Presidente y
propone al Rey su nombramiento.
2. En primera votación se requerirá la mayoría absoluta. Si ésta no se alcanzase se procederá a
una segunda votación, en la que resultará elegido quien obtuviese mayor número de votos. En
caso de empate se efectuará una última votación y si éste se repitiese, será propuesto el de
mayor antigüedad en el cargo y en el caso de igualdad el de mayor edad.
3. El nombre del elegido se elevará al Rey para su nombramiento por un período de tres años,
expirado el cual podrá ser reelegido por una sola vez.
4. El Tribunal en Pleno elegirá entre sus miembros, por el procedimiento señalado en el apartado
2 de este artículo y por el mismo período de tres años, un Vicepresidente, al que incumbe
sustituir al Presidente en caso de vacante, ausencia u otro motivo legal y presidir la Sala
Segunda.
Pleno: Está integrado por todos los miembros del TC y resuelve todos los asuntos de
competencia del TC salvo los recursos de amparo (aunque puede recabar para sí el conocimiento
de asuntos de las salas, a iniciativa propia o de las Salas). Art. 10 LOTC.
2 Salas: Sala 1a (presidida por el Presidente del TC). Sala 2a (presidida por el Vicepresidente del
TC). Resuelven los recursos de amparo.
El quórum que se requiere es de 2/3 (en el Pleno, en la Sala o en la Sección).
La mayoría para adoptar acuerdos: mayoría simple. En caso de empate, voto de calidad del
Presidente (art. 90.1 LOTC).
Posibilidad de votos particulares discrepantes.
Artículo 164 CE“1. Las sentencias del Tribunal Constitucional se publicarán en el boletín o cial del
Estado con los votos particulares, si los hubiere. Tienen el valor de cosa juzgada a partir del día
siguiente de su publicación y no cabe recurso alguno contra ellas. Las que declaren la
inconstitucionalidad de una ley o de una norma con fuerza de ley y todas las que no se limiten a
la estimación subjetiva de un derecho, tienen plenos efectos frente a todos.”
Infraestructura personal del TC (art. 96.1 LOTC): Son funcionarios al servicio del Tribunal
Constitucional:
El Secretario General.
Los letrados.
Los secretarios de justicia.
Los demás funcionarios que sean adscritos al TC (también personal laboral).
Providencias. Decisión no motivada relativa a la ordenación de los trabajos, en la que se puede
interponer recurso de súplica solo por el MF contra las mismas sin efecto suspensivo.
Auto. Decisión motivada relativa a la inadmisión inicial, desistimiento, renuncia y caducidad de los
recursos planteados. Sentencia. Decisión que pone n a un recurso constitucional o de amparo.
Declaración. Decisión relativa al control previo de inconstitucionalidad de un Tratado o Estatuto
de autonomía.
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Las sentencias del TC presentan caracteres propios que las diferencian de las sentencias de los
tribunales ordinarios, ya que puede ser concebida como acto procesal, como actividad dirigida a
la interpretación e integración creadora del Derecho y como decisión política, respondiendo a los
principios de congruencia, motivación, decisión colegial y e cacia.
Existen los votos particulares donde es posible apreciar la distinción entre votos
discrepantes(dissenting opinions) y votos concurrentes(concurring opinions). Los primeros se
re eren al fallo y los segundos a la fundamentación del mismo. La doctrina minoritaria podrá
convertirse en un futuro en mayoritaria.
-Antecedentes donde se resume ampliamente los supuestos de hecho y las alegaciones de las
partes.
-Los fundamentos jurídicos, que constituyen la parte esencial de la sentencia, pues en ella se
expone la “ratio decidendi” del TC. Cabe encontrar aquí los denominados obiter dicta, que son
argumentos que corroboran la decisión principal o la complementan, pero que no predeterminan
la resolución de nitiva.
♣Las sentencias interpretativas comunes son las que dejan inalterado el texto de la disposición
que se está enjuiciando para declarar al tiempo que una o varias de las normas que derivan de
dicha disposición no son acordes a la Constitución. Son estimatorias y declarativas.
♣Las sentencias interpretativas manipulativas implican la alteración por el TC de las
disposiciones que se enjuician variando su original contenido y alcance, bien para sustituir en
todo o en parte el propio texto de la disposición, para adicionar nuevas normas jurídicas(aditivas),
o para introducir principios a los que el legislador habría de dar desarrollo(las denominadas
sentencias aditivas de principio). Son, a diferencia de las meramente interpretativas, de carácter
innovador.
♣Las sentencias interpretativas admonitorias en las que el TC se dirige al legislador para invitarle
a cubrir espacios jurídicos que quedan vacíos por una declaración de inconstitucionalidad.
La tipología de las sentencias conecta con el principio de congruencia de las sentencias, es decir,
si estas deben limitarse al petitium de la demanda o, por el contrario, pueden extenderse a más
consideraciones. En las sentencias interpretativas debe primar el principio de conservación de la
norma, por la que solo se debe declarar la inconstitucionalidad de la norma impugnada cuando
esta no admita una interpretación acorde con la Constitución.
a) Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley.
La declaración de inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango de ley, interpretada por la
jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la sentencia o sentencias recaídas no perderán el valor de
cosa juzgada.
b) Del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el artículo 53, 2,
de esta Constitución, en los casos y formas que la ley establezca.
c) De los con ictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de los de
éstas entre sí.
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d) De las demás materias que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas
Uno. El Tribunal Constitucional conocerá en los casos y en la forma que esta Ley determina:
a) Del recurso y de la cuestión de inconstitucionalidad contra Leyes, disposiciones normativas o
actos con fuerza de Ley.
b) Del recurso de amparo por violación de los derechos y libertades públicos relacionados en el
artículo cincuenta y tres, dos, de la Constitución.
c) De los con ictos constitucionales de competencia entre el Estado y las Comunidades
Autónomas o de los de éstas entre sí.
d) De los con ictos entre los órganos constitucionales del Estado(con icto de atribuciones).
d) bis. De los con ictos en defensa de la autonomía local.
e) De la declaración sobre la constitucionalidad de los tratados internacionales.
f) De las impugnaciones previstas en el número dos del artículo ciento sesenta y uno de la
Constitución(el Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y
resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas).
g) De la veri cación de los nombramientos de los Magistrados del Tribunal Constitucional, para
juzgar si los mismos reúnen los requisitos requeridos por la Constitución y la presente Ley.
h) De las demás materias que le atribuyen la Constitución y las Leyes orgánicas.
-Controla la constitucionalidad de las leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley
mediante el recurso de inconstitucionalidad y la cuestión de inconstitucionalidad.
-Controla, con carácter previo, que las propuestas de reforma de los EEAA no sean contrarias a la
CE, mediante recurso de inconstitucionalidad previo (novedad de la Ley Orgánica 12/2015, de 22
de septiembre).
-Controla, con carácter previo, que los Tratados Internacionales no sean contrarios a la CE (art.
95).
-Controla la constitucionalidad de las disposiciones y resoluciones de los órganos de las CCAA
mediante las impugnaciones previstas en el art. 161.2 CE.
-Protege los derechos y libertades reconocidos en el art.14, en la sección 1a del Capítulo II del
Título I de la Constitución (arts. 15 al 29), y en el art. 30 (objeción de conciencia) mediante el
recurso de amparo constitucional.
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-Resuelve los recursos de amparo contra los acuerdos de las Juntas Electorales sobre
proclamación de candidaturas y sobre proclamación de candidaturas electas (art. 49.3 y art.
114.2 LOREG).
-Resuelve los con ictos de competencia (positivos y negativos) entre el Estado y las CCAA o de
los de éstas entre sí.
-Resuelve los con ictos entre órganos constitucionales, por lo que controla el reparto de poder
entre los distintos poderes del Estado (art. 59.3 LOTC).
-Veri ca el nombramiento de los Magistrados del TC, para comprobar que reúnen los requisitos
que exigen la CE y la Ley para ser miembros del TC.
-Resuelve los recursos interpuestos contra las Normas Forales scales de los Territorios de Álava,
Guipúzcoa y Vizcaya dictadas en el ejercicio de sus competencias exclusivas.
– Defensa de la jurisdicción del propio Tribunal (art. 4.3 LOTC).
Este es el elenco de las competencias jurisdiccionales del Tribunal Constitucional, que, en todo
caso, puede ampliarse legalmente ya que el art. 161.1.d) CE deja abierta esta puerta, a través de
la cual se introdujeron varias competencias señaladas: los con ictos de atribuciones, los
con ictos en defensa de la autonomía local y la anulación de actos o resoluciones que
menoscaben su jurisdicción, así como el control previo de Estatutos de Autonomía y de sus
reformas, y el control de las normas forales scales.
• El recurso de inconstitucionalidad.
• La cuestión de inconstitucionalidad.
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Artículo 28.1 LOTC.
Para apreciar la conformidad o disconformidad con la Constitución de una Ley, disposición o
acto con fuerza de Ley del estado o de las Comunidades Autónomas, el Tribunal considerara,
además de los preceptos constitucionales, las Leyes que, dentro del marco constitucional, se
hubieran dictado para delimitar las competencias del Estado y las diferentes Comunidades
Autónomas o para regular o armonizar el ejercicio de las competencias de estas.
Por lo tanto, el bloque de constitucionalidad ya no va a quedar únicamente integrado por la CE,
sino que en él se deben considerar incluidas las siguientes normas.
-Leyes-marco del art. 150.1 CE.
-Leyes de armonización del art. 150.3 CE.
-Todas las leyes, ordinarias u orgánicas que, a tenor del art 149.1 CE, supongan o impliquen una
delimitación competencial del sistema de reparto de competencias entre el Estado y las CCAA.
El bloque de constitucionalidad alude a un concepto de origen francés, y que según la STC
66/1985, hace referencia a un conjunto de disposiciones utilizables como parámetro de la
legitimidad constitucional de las leyes, pero no a contenidos normativos concretos que no
puedan ser modi cados de acuerdo con el procedimiento previsto según la naturaleza de cada
disposición. Es decir, este bloque de constitucionalidad no es algo inmutable, sino perfectamente
disponible por parte del legislador, aludiéndose a aquellas normas distintas de la CE a las que
acudir el TC para enjuiciar la ley.
A) El Recurso de inconstitucionalidad.
-Es un recurso en vía principal o directa que puede promoverse contra leyes o actos con fuerza
de ley a partir de su publicación o cial( art 31 LOTC). Consiste en una confrontación entre la
norma objeto de control y la Constitución o algún precepto de ésta. Mediante el denominado
silogismo de la constitucionalidad(Rodríguez Zapata) el TC debe comprobar si la norma
denunciada ante él como inconstitucional es, o no, conforme a la Norma Fundamental. La CE es
la premisa mayor del silogismo; la ley o norma impugnada, su premisa menor; y el
fallo(estimatorio o desestimatorio del recurso), su conclusión.
-Objeto del recurso: toda ley o norma con fuerza de ley del ordenamiento jurídico.
-El recurso puede basarse en la inconstitucionalidad material o formal de la norma (leer art. 28.1
LOTC).
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-El art. 161.1.d CE establece qué normas son susceptibles de control, ampliables mediante ley
orgánica.
Artículo 161.
1. El Tribunal Constitucional tiene jurisdicción en todo el territorio español y es competente para
conocer.
La Ley Orgánica del TC (art. 27.2) amplía y enumera las normas susceptibles del control de
constitucionalidad (importante: tanto mediante el recurso como de la cuestión de
inconstitucionalidad).
– Estatutos de Autonomía.
– Leyes orgánicas.
– Leyes ordinarias.
– Decretos-leyes.
– Decretos Legislativos.
– Tratados internacionales.
– Reglamentos de las Cámaras y de las Cortes Generales.
– Normas equivalentes a las anteriores categorías que puedan dictarse por las Comunidades
– Las normas que declaran o prorrogan los estados excepcionales (ATC7/2012, caso Huelga de
controladores).
– Normas scales dictadas por los Territorios de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, éstas en virtud de la
Disposición Adicional Quinta LOTC.
A pesar del detallado elenco del art. 27.2 de la LOTC, en la práctica han surgido algunos
problemas a la hora de determinar cuál es el alcance objetivo del control de constitucionalidad de
las normas con fuerza de ley. Siguiendo el orden señalado, hay que destacar que se ha
descartado, en primer lugar, que el hecho de que el Estatuto de Autonomía haya sido
aprobado en referéndum lo excluya del control de constitucionalidad (ATC 67/2010, caso
Estatuto de Autonomía de Cataluña). En segundo lugar, aunque no existe duda alguna sobre la
posibilidad de control de los decretos-leyes, desde el punto de vista práctico, dicho control es
en ocasiones difícil de llevar a cabo por razones procesales.
Ello porque el art. 86.2 de la CE exige que, en el plazo de treinta días desde su
promulgación, los decretos-leyes se convaliden, se deroguen o se tramiten como proyectos
de ley. En estos dos últimos casos, formalmente el decreto-ley desaparece como tal, siendo
difícil por razones temporales que previamente pueda controlarse su constitucionalidad; no
obstante, el Tribunal Constitucional ha entendido que «el velar por el recto ejercicio de la potestad
de emitir Decretos-leyes dentro del marco constitucional, es algo que no puede eludirse» (STC
111/1983, caso RUMASA I).
Desde la perspectiva de su control, esta construcción, acogida por los arts. 85.6 de la CE y
27.2.b de la LOTC, supone la posibilidad de scalización por los órganos del Poder Judicial.
No obstante, y tal como el último precepto citado deja puesto de mani esto, no resulta entonces
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claro cuándo existe control de constitucionalidad encomendado al Tribunal Constitucional, y
cuándo el control del exceso en la delegación, correspondiente a los tribunales ordinarios.
El Tribunal Constitucional, por una parte, ha con rmado la posibilidad de que los tribunales
ordinarios controlen los excesos de delegación; a la vez, por otra parte, siempre que se ha
cuestionado la regularidad de un decreto legislativo ante el Tribunal Constitucional, éste ha
entrado a conocer del asunto. Por ello, existe una zona de concurrencia en la que tanto el
Tribunal Constitucional como los tribunales ordinarios pueden actuar(STC 166/07, caso Ley
de propiedad intelectual).
-La jurisprudencia.
-Los procesos fenecidos mediante sentencia con fuerza de cosa juzgada.
-El Derecho Comunitario.
El Tribunal Constitucional ha rechazado expresamente que posea competencia para
controlar normas de Derecho Europeo (STC 64/91, caso APESCO). Aunque sean normas
directamente aplicables en España, que desplazan, incluso, a la ley interna, su parámetro de
control está en el propio Derecho Europeo, y es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el que,
en última instancia, debe efectuar ese control. No obstante, el Tribunal Constitucional, en la
DTC1/2004 —caso Constitución Europea—, se ha reservado la posibilidad de controlar de
manera muy excepcional la constitucionalidad del Derecho de la Unión sólo en el caso de
que normas de éste pudieran contravenir elementos básicos del sistema constitucional
español.
La supremacía constitucional despliega sus efectos no sólo sobre las normas posteriores a la
Constitución sino también sobre las normas preconstitucionales, de manera que sus contenidos
no pueden ir contra lo dispuesto en la Norma Fundamental.
El problema surge a la hora de determinar la naturaleza del con icto entre Constitución y norma
anterior; de acuerdo con los tradicionales criterios de resolución de antinomias, ese con icto
puede resolverse por dos vías. Por un lado, el carácter posterior en el tiempo de la Constitución
hace imponerse a ésta sobre las normas anteriores que sean contrarias a ella (criterio temporal);
por otro, la superioridad jerárquica de la Constitución le hace imponerse sobre las normas
inferiores, incluidas las preconstitucionales (criterio jerárquico).
El Tribunal Constitucional, ante tal disyuntiva, optó por una posición intermedia haciendo coexistir
ambas posibilidades. En una de los primeros asuntos resueltos por el Tribunal, éste a rmó lo
siguiente: «Así como frente a las leyes posconstitucionales el Tribunal ostenta un monopolio para
enjuiciar su conformidad con la Constitución, en relación a las preconstitucionales los Jueces y
tribunales deben inaplicarlas si entienden que han quedado derogadas por la Constitución, al
oponerse a la misma; o pueden, en caso de duda, someter este tema al Tribunal Constitucional
por la vía de la cuestión de inconstitucionalidad» (STC 4/81, caso Ley de Bases de Régimen
Local).
La inconstitucionalidad de una norma con fuerza de ley puede venir determinada tanto por
motivos formales como materiales; dicho de otra manera, y aunque la distinción entre ambos
conceptos sea en ocasiones difícil de realizar, la Constitución tiene mandatos tanto formales, de
naturaleza procesal, como preceptos de alcance sustantivo o material. El Tribunal Constitucional
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acude también a normas distintas de la Constitución para enjuiciar las leyes cuando la propia
Norma Fundamental se remite a esas normas. Un ejemplo claro es el de los tratados y convenios
internacionales sobre derechos fundamentales ya que el art. 10.2 de la CE toma esos tratados y
convenios como elemento para la interpretación de derechos fundamentales y libertades
públicas.
Otro de los casos en los que el examen de la constitucionalidad de las leyes exige acudir a
normas distintas de la Constitución es el referente al reparto de competencias entre el
Estado y las Comunidades Autónomas. El sistema de distribución territorial de poder es muy
complejo y, aunque arranca de la Constitución, se perfecciona por los Estatutos de Autonomía y
por otras normas. Este conjunto forma lo que se ha dado en llamar el «bloque de la
constitucionalidad». Pues bien, cuando en un proceso constitucional se trata de determinar si
una norma con fuerza de ley vulnera o no ese reparto de poder generado por el bloque de la
constitucionalidad, hay que acudir, a menudo, a normas en él integradas distintas de la
Constitución.
ÓRGANOS LEGITIMADOS.-
– El Presidente del Gobierno.
– El Defensor del Pueblo.
– Cincuenta Diputados.
– Cincuenta Senadores.
– Los órganos colegiados ejecutivos de las Comunidades Autónomas.
– Las Asambleas legislativas de las Comunidades Autónomas.
Artículo 31 LOTC.
El recurso de inconstitucionalidad contra las Leyes, disposiciones normativas o actos con fuerza
de Ley podrá promoverse a partir de su publicación o cial.
Artículo 32 LOTC.
1. Están legitimados para el ejercicio del recurso de inconstitucionalidad cuando se trate de
Estatutos de Autonomía y demás Leyes del Estado, orgánicas o en cualesquiera de sus formas, y
disposiciones normativas y actos del Estado o de las Comunidades autónomas con fuerza de
Ley, Tratados internacionales y Reglamentos de las Cámaras y de las Cortes Generales:
a) El Presidente del Gobierno.
b) El Defensor del Pueblo.
c) Cincuenta Diputados.
d) Cincuenta Senadores.
2. Para el ejercicio del recurso de inconstitucionalidad contra las Leyes, disposiciones o actos
con fuerza de Ley del Estado que puedan afectar a su propio ámbito de autonomía, están
también legitimados los órganos colegiados ejecutivos y las Asambleas de las Comunidades
Autónomas, previo acuerdo adoptado al efecto.
De la lectura de esta lista se deduce que la legitimación para recurrir directamente normas con
fuerza de ley está muy restringida, de manera que sólo determinados órganos o instancias
políticas pueden impugnar este tipo de normas; se excluye, así, que cualquier persona pueda
recurrir normas con fuerza de ley, aunque, como luego se verá, y con determinados ltros, existen
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instrumentos para que se controle la constitucionalidad de una norma con fuerza de ley a
instancias de quien se sienta sujeto pasivo de esa vulneración.
Por su parte, la legitimación otorgada al Defensor del Pueblo podría pensarse que debería
restringirse al campo de la protección de los derechos fundamentales, única tarea atribuida por el
art. 54 de la CE a dicha institución. Ahora bien, no puede olvidarse que el concepto mismo de
protección de los derechos fundamentales tiene un amplísimo alcance, por lo que pocas son las
normas que directa o indirectamente no pueden conectarse con dicha tarea (STC 274/00, caso
Presupuestos de Canarias para 2007).
Ello porque el art. 32.2 LOTC, al regular esa legitimación, exige que las normas con fuerza de ley
del Estado que se impugnen por los citados órganos autonómicos «puedan afectar a su ámbito
de autonomía». Este precepto ha sido objeto de una interpretación evolutiva, de forma que sirve
como instrumento no sólo de reivindicación de competencias que pudieran verse invadidas por
normas estatales con fuerza de ley, sino también de impugnación de preceptos que puedan
incidir indirectamente en esas competencias o, incluso, en intereses de la Comunidad Autónoma
sin dimensión competencial concreta (STC 56/90, caso Ley Orgánica del Poder Judicial III, por
ejemplo).
Por último, el silencio del art. 32 LOTC en relación con la impugnación de normas con fuerza de
ley de las Comunidades Autónomas por las instituciones de éstas ha sido interpretado en el
sentido de que no cabe ese tipo de impugnaciones (STC 223/06, caso Veto presupuestario).
-INTERPOSICIÓN, se formula por escrito, mediante demanda, presentada ante el TC, debiendo
constar (art. 33.1 LOTC).
-las circunstancias identi cadoras de las personas u órganos que ejercen la acción.
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el Boletín O cial del Estado, es la primera publicación la que sirve como dies a quo para
computar este plazo de tres meses.
-Existe un plazo especial de nueve meses (art. 33.2 LOTC), cuando sea interpuesto por el
Presidente del Gobierno o por los gobiernos autonómicos y se forme una Comisión Bilateral entre
la AGE y la C.A. con la nalidad de evitar interponer el recurso (hay que avisar al TC sobre el
acuerdo dentro de los tres meses desde la publicación de la norma).
Artículo 33 LOTC.
1. El recurso de inconstitucionalidad se formulará dentro del plazo de tres meses a partir de la
publicación de la Ley, disposición o acto con fuerza de Ley impugnado mediante demanda
presentada ante el Tribunal Constitucional, en la que deberán expresarse las circunstancias de
identidad de las personas u órganos que ejercitan la acción y, en su caso, de sus comisionados,
concretar la Ley, disposición o acto impugnado, en todo o en parte, y precisar el precepto
constitucional que se entiende infringido.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, el Presidente del Gobierno y los órganos
colegiados ejecutivos de las Comunidades Autónomas podrán interponer el recurso de
inconstitucionalidad en el plazo de nueve meses contra leyes, disposiciones o actos con fuerza
de Ley en relación con las cuales, y con la nalidad de evitar la interposición del recurso, se
cumplan los siguientes requisitos:
a) Que se reúna la Comisión Bilateral de Cooperación entre la Administración General del Estado
y la respectiva Comunidad Autónoma, pudiendo solicitar su convocatoria cualquiera de las
dos Administraciones.
c) Que el acuerdo sea puesto en conocimiento del Tribunal Constitucional por los órganos
anteriormente mencionados dentro de los tres meses siguientes a la publicación de la Ley,
disposición o acto con fuerza de Ley, y se inserte en el «Boletín O cial del Estado» y en el «Diario
O cial» de la Comunidad Autónoma correspondiente.
Efectos de la impugnación:
-Con carácter general: no suspende la vigencia, ni la aplicación de la norma impugnada.
-Excepción: en caso de impugnación por el Presidente del Gobierno de una norma de una CCAA
(art. 30 LOTC). En este caso, pasados cinco meses, el TC habrá de rati car la suspensión o
levantarla (art. 161.2 CE).
El Tribunal Constitucional consciente de los muchos problemas que pueden plantearse desde el
punto de vista práctico y jurídico como consecuencia de la declaración de inconstitucionalidad
de una norma con fuerza de ley, ha exibilizado en ocasiones los efectos, adecuándolos a las
circunstancias del caso concreto, llegando, incluso, a limitar sus efectos temporalmente a partir
de la declaración de inconstitucionalidad (STC 45/89, caso IRPF), permitiendo que la norma
inconstitucional siga vigente hasta que otra norma válida la desplace (STC 195/98, caso
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Marismas de Santoña y Noja); o declarando la inconstitucionalidad con inaplicación para el caso
(STC 254/04, caso Horarios comerciales de Madrid).
Hay que señalar, asimismo, que las decisiones del Tribunal Constitucional no pueden ser
recurridas en al ámbito interno y tienen efecto de cosa juzgada. En consecuencia, resuelto un
asunto por el Tribunal, no puede volver a plantearse ante él. Otra cosa es que problemas similares
sí puedan reproducirse ante el Tribunal Constitucional, permitiéndose así a éste actualizar su
doctrina e ir adecuando la interpretación constitucional al momento histórico.
o El TC debe decidir sobre si admite el recurso.
o Si lo admite, debe dar traslado al Gobierno, al Congreso, al Senado para personarse y
presentarse alegaciones (en 15 días).
o Si es una norma autonómica, también a su Gobierno y Asamblea Legislativa; pueden
personarse y alegar (15 días).
-Desde el punto de vista temporal, las sentencias del Tribunal Constitucional despliegan sus
efectos a partir del día siguiente de su publicación en el Boletín O cial del Estado (art. 164 CE).
-La nulidad implica que ha de considerarse que los preceptos por ella afectados nunca han
formado parte del ordenamiento(ex tunc). Ahora bien, el art. 40 LOTC matiza esta idea al
señalar que la declaración de inconstitucionalidad no permite revisar procesos fenecidos
mediante sentencia con efectos de cosa juzgada(ex nunc-para el futuro) en los que se haya
hecho aplicación de la norma inconstitucional salvo en un caso: que esa aplicación haya
supuesto una sanción penal o administrativa que no existiría o se vería reducida como
consecuencia de la nulidad de la norma aplicada.
Artículo 39 LOTC.
1. Cuando la sentencia declare la inconstitucionalidad, declarará igualmente la nulidad de los
preceptos impugnados, así como, en su caso, la de aquellos otros de la misma Ley, disposición o
acto con fuerza de Ley a los que deba extenderse por conexión o consecuencia.
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2. El Tribunal Constitucional podrá fundar la declaración de inconstitucionalidad en la infracción
de cualquier precepto constitucional, haya o no sido invocado en el curso del proceso.
LA CUESTIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD.-
El segundo instrumento procesal a través del cual es posible controlar la constitucionalidad de las
normas con fuerza de ley es la cuestión de inconstitucionalidad. La cuestión representa un
complemento del recurso; éste, hace posible un control directo de la norma; la cuestión, en
cambio, permite reaccionar contra la inconstitucionalidad de una norma con fuerza de ley a través
de su aplicación concreta.
El art. 163 de la CE dispone: «Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una
norma con rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez depende el fallo, pueda ser contraria a
la Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la forma
y con los efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos».
-Es una vía incidental o indirecta, promovida por un órgano judicial, en el curso de un proceso
del que conoce, con el n de promover una decisión del TC sobre la inconstitucionalidad de una
norma, con rango de ley, mediante un control abstracto de las normas.
Los órganos judiciales actúan como « ltro» para hacer llegar al Tribunal Constitucional las
quejas de inconstitucionalidad que posean un mínimo de fundamento y que tengan una
dimensión concreta y efectiva. Por ello la cuestión de inconstitucionalidad, en palabras del
Tribunal Constitucional, se con gura «como un mecanismo de depuración del ordenamiento
jurídico, a n de evitar que la aplicación judicial de una norma con rango de ley produzca
resoluciones judiciales contrarias a la Constitución por serlo la norma aplicada» (STC 127/87,
caso Presupuestos Generales del Estado para 1983).
Objeto de la cuestión.
-Además, ese procedimiento debe ser de naturaleza jurisdiccional, sin que sea posible que el juez
plantee cuestiones de inconstitucionalidad como consecuencia del ejercicio de competencias no
jurisdiccionales como, por ejemplo, las relativas al registro civil (ATC 505/05, caso Matrimonio
homosexual).
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Órganos legitimados para interponer la cuestión.
-Las normas que pueden ser impugnadas son las mismas que para el recurso de
inconstitucionalidad (art. 27 LOTC), siempre que se cumplan los requisitos señalados
anteriormente.
-Las partes no son órganos legitimados en este proceso, no obstante, también pueden instar al
Juez a que presente la cuestión (a instancia de parte), es decir, pueden ser coadyuvantes en el
proceso.
Interposición de la cuestión: debe interponerlo el Juez, en el período previsto para dictar el fallo
una vez nalizado el proceso. Y, han de producirse dos condiciones que deberán ser incluidas y
argumentadas en el auto de planteamiento:
-Ha de tratarse de una norma aplicable al caso concreto y de cuya validez dependa el fallo.
-Y, que exista duda sobre la constitucionalidad de la norma a aplicar.
El juez ordinario ha de pronunciarse a través del llamado juicio de relevancia, que como señala la
STC 106/1986, viene con gurado por el esquema argumental del que resulte que el fallo que
haya de dictarse en el proceso a quo depende de la validez o falta de validez de la norma
cuestionada.
-El ser condición procesal.
-Causa de inadmisión.
-Re ejar la existencia de un control normativo concreto y no abstracto.
35. LOTC.
2. El órgano judicial sólo podrá plantear la cuestión una vez concluso el procedimiento y dentro
del plazo para dictar sentencia, o la resolución jurisdiccional que procediese, y deberá concretar
la ley o norma con fuerza de ley cuya constitucionalidad se cuestiona, el precepto constitucional
que se supone infringido y especi car o justi car en qué medida la decisión del proceso depende
de la validez de la norma en cuestión.
Antes de adoptar mediante auto su decisión de nitiva, el órgano judicial oirá a las partes y al
Ministerio Fiscal para que en el plazo común e improrrogable de 10 días puedan alegar lo que
deseen sobre la pertinencia de plantear la cuestión de inconstitucionalidad, o sobre el fondo de
ésta; seguidamente y sin más trámite, el juez resolverá en el plazo de tres días. Dicho auto no
será susceptible de recurso de ninguna clase. No obstante, la cuestión de inconstitucionalidad
podrá ser intentada de nuevo en las sucesivas instancias o grados en tanto no se llegue a
sentencia rme.
Contenido del recurso: concretar la norma cuestionada, señalar qué precepto/s constitucional
se considera infringido y justi car en qué medida la decisión del proceso depende de la validez
de la norma en cuestión.
35 LOTC.
2. El órgano judicial (...) deberá concretar la Ley o norma con fuerza de Ley cuya
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constitucionalidad se cuestiona, el precepto constitucional que se supone infringido y especi car
o justi car en qué medida la decisión del proceso depende de la validez de la norma en cuestión.
Efectos: la interposición del recurso no produce efecto sobre la norma impugnada que sigue
vigente. El proceso judicial en curso queda en suspenso hasta conocerse la decisión del TC, tras
la cual, el Juez deberá dictar la sentencia conforme con dicho fallo.
Art. 35 LOTC.
3. El planteamiento de la cuestión de constitucionalidad originará la suspensión provisional de las
actuaciones en el proceso judicial hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre su
admisión.
4. Producida ésta el proceso judicial permanecerá suspendido hasta que el Tribunal
Constitucional resuelva de nitivamente sobre la cuestión.
Rechazo de la cuestión: El TC podrá rechazar, en trámite de admisión, mediante auto y sin otra
audiencia que la del Fiscal General del Estado, la cuestión de inconstitucionalidad cuando falten
las condiciones procesales o fuere notoriamente infundada la cuestión suscitada. Esta decisión
será motivada (art. 37.1 LOTC).
-Si afecta a una norma autonómica, traslado al Gobierno y a la Asamblea legislativa de la CCAA,
por si quieren personarse y alegar (en 15 días).
Mientras decide el Pleno, el recurso de amparo queda suspenso. Como se ve, el mecanismo
es similar al de las cuestiones de inconstitucionalidad, con la salvedad de que el órgano que
promueve la cuestión es el propio Tribunal Constitucional. El procedimiento que se sigue para
resolver las «autocuestiones» de inconstitucionalidad es el mismo previsto para las cuestiones
(art. 55.2 in ne LOTC).
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funda, está en que en este caso la autocuestión la suscita el Pleno del Tribunal
Constitucional ante sí mismo.
2.El recurso tendrá por objeto la impugnación del texto de nitivo del Proyecto de Estatuto o de la
Propuesta de Reforma de un Estatuto, una vez aprobado por las Cortes Generales.
3.Están legitimados para interponer este recurso los mismos sujetos legitimados para interponer
recursos de inconstitucionalidad contra EEAA.
4.Plazo para la interposición del recurso: 3 días desde la publicación del texto aprobado en el
«Boletín O cial de las Cortes Generales». La interposición suspende automáticamente todos los
trámites subsiguientes.
5.Si estuviere previsto un referéndum, no podrá convocarse hasta que haya resuelto el TC y, en
su caso, se hayan suprimido o modi cado por las CCGG los preceptos declarados
inconstitucionales.
9. Si, por el contrario, declara la inconstitucionalidad del texto impugnado, deberá concretar:
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Artículo 248 LOPJ.
1. La fórmula de las providencias se limitará a la determinación de lo mandado y del Juez o
Tribunal que las disponga, sin más fundamento ni adiciones que la fecha en que se acuerden, la
rma o rúbrica del Juez o Presidente y la rma del Secretario. No obstante, podrán ser
sucintamente motivadas sin sujeción a requisito alguno cuando se estime conveniente.
2. Los autos serán siempre fundados y contendrán en párrafos separados y numerados los
hechos y los razonamientos jurídicos y, por último, la parte dispositiva. Serán rmados por el
Juez, Magistrado o Magistrados que los dicten.
3.Las sentencias se formularán expresando, tras un encabezamiento, en párrafos separados y
numerados, los antecedentes de hecho, hechos probados, en su caso, los fundamentos de
derecho y, por último, el fallo. Serán rmadas por el Juez, Magistrado o Magistrados que las
dicten.
4. Al noti carse la resolución a las partes se indicará si la misma es o no rme y, en su caso, los
recursos que procedan, órgano ante el que deben interponerse y plazo para ello.
Estructura de la sentencia (cuatro partes): Encabezamiento. Lugar, fecha, nombre del juez o
magistrado, número de procedimiento, objeto del proceso e identi cación de las partes,
abogados y procuradores. Antecedentes de hecho: resumen los hechos y pretensiones de las
partes. Cronología de las actuaciones. Fundamentos jurídicos: razonamiento jurídico del TC
para tomar su decisión(ratio decidendi y obiter dicta).
Fallo: contiene la decisión del Tribunal.
-Su decisión debe recaer sobre el precepto impugnado, por extensión o a consecuencia podrá
pronunciarse sobre otros preceptos (artículos conexos).
-Puede fundamentar la declaración de inconstitucionalidad en cualquier precepto y no sólo
en los invocados para fundamentar el recurso.
-Pueden ser sentencias estimatorias, desestimatorias e interpretativas.
♣Las sentencias meramente interpretativas. En ellas el TC selecciona entre las diversas
interpretaciones posibles, aquella que es conforme a la CE, salvando la inconstitucionalidad de la
ley enjuiciada pero solo en la medida que sea aplicada en el sentido indicado por el
TC(verbigracia, STC 115/1987).
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♣Sentencias de mera inconstitucionalidad. Son aquellas que, aún declarando la
inconstitucionalidad de la norma enjuiciada, el TC no impone su nulidad, sino que opta por
realizar advertencias, recomendaciones o mandatos al legislador para que modi que la ley en un
plazo determinado(verbigracia, STC 45/1989).
♣Sentencias de delegación o admonitorias, que serían las que contienen una recomendación al
legislador en evitación de una futura inconstitucionalidad.
Todas estas sentencias son normativas, ya que han de ser necesariamente acatadas e
incorporadas al catálogo de las fuentes del Derecho.
-Corrige la jurisprudencia de los tribunales de justicia recaída sobre las normas objeto de
procesos constitucionales.
-Excepciones.
Artículo 59 LOTC.
1. El Tribunal Constitucional entenderá de los con ictos que se susciten sobre las competencias
o atribuciones asignadas directamente por la Constitución, los Estatutos de Autonomía o las
leyes orgánicas u ordinarias dictadas para delimitar los ámbitos propios del Estado y las
Comunidades Autónomas y que opongan:
a) Al Estado con una o más Comunidades Autónomas.
b) A dos o más Comunidades Autónomas entre sí.
c) Al Gobierno con el Congreso de los Diputados, el Senado o el Consejo General del Poder
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Judicial; o a cualquiera de estos órganos constitucionales entre sí.
2. El Tribunal Constitucional entenderá también de los con ictos en defensa de la autonomía local
que planteen los municipios y provincias frente al Estado o a una Comunidad Autónoma.
Hay que tener en cuenta como premisa básica que el reparto de competencias entre el Estado y
CCAA no se realiza directamente por la CE; dicho reparto se realiza a partir de la NF por los EEAA
y, excepcionalmente por otras normas a las que bien la CE, bien los EEAA se remiten. A este
conjunto normativo es el que se denomina bloque de constitucionalidad.
Artículo 60 LOTC.
Los con ictos de competencia que opongan al Estado con una Comunidad Autónoma o a éstas
entre sí, podrán ser suscitados por el Gobierno o por los órganos colegiados ejecutivos de las
Comunidades Autónomas, en la forma que determinan los artículos siguientes. Los con ictos
negativos podrán ser instados también por las personas físicas o jurídicas interesadas.
Artículo 61 LOTC.
1. Pueden dar lugar al planteamiento de los con ictos de competencia las disposiciones,
resoluciones y actos emanados de los órganos del Estado o de los órganos de las Comunidades
Autónomas o la omisión de tales disposiciones, resoluciones o actos.
2. Cuando se plantease un con icto de los mencionados en el artículo anterior con motivo de una
disposición, resolución o acto cuya impugnación estuviese pendiente ante cualquier Tribunal,
éste suspenderá el curso del proceso hasta la decisión del con icto constitucional.
3. La decisión del Tribunal Constitucional vinculará a todos los poderes públicos y tendrá plenos
efectos frente a todos.
Los con ictos positivos consisten en una controversia entre la organización central del Estado y
una CCAA, o bien, entre varias de éstas, relativa al orden de competencias establecido en el
“bloque de la constitucionalidad”, cuando hay más de un pretendido titular de la competencia.
Legitimación.
-Los Gobiernos autonómicos, cuando la decisión o acto afecte al ámbito propio de su respectiva
CCAA (arts. 62 y 63.1 LOTC).
Requisitos: Requerimiento
Cuando el con icto existe entre dos CCAA (A y B), tiene que haber un requerimiento previo de los
órganos autonómicos de la Comunidad A al Gobierno de la Comunidad B para que derogue la
disposición o anule el acto.
Cuando el con icto existe entre una C.A. y el Gobierno de la Nación, también tienen que haber un
requerimiento previo.
Este requerimiento previo es potestativo para el Gobierno de la Nación.
-Se especi carán con claridad los preceptos de la disposición o los puntos concretos de la
resolución o acto viciados de incompetencia.
-Se especi carán las disposiciones legales o constitucionales de las que el vicio resulte.
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Plazos.
-Si es el Gobierno de la Nación el que plantea el con icto sin requerimiento previo, 2 meses a
contar desde la publicación de la norma o de la comunicación del acto.
-En el caso de requerimiento, 2 meses para efectuar el requerimiento, desde la publicación de la
norma o comunicación del acto.
-Si el requerimiento no es atendido en el plazo de 1 mes, cabe interponer el con icto en el plazo
de otro mes.
Órgano requerido.
-El con icto planteado por las CCAA no produce dicha suspensión automática.
-Si es el Gobierno de la Nación el que actúa, no necesita hacer requerimiento y puede plantear el
con icto ante el TC.
-Las CCAA deben acreditar haber realizado el requerimiento y que ha resultado infructuoso.
Sentencia:
-Emitida en el plazo de los 15 días siguientes a las alegaciones de las partes o del plazo señalado
para aportar más información a solicitud del TC.
Artículo 67 LOTC.
Si la competencia controvertida hubiera sido atribuida por una Ley o norma con rango de Ley, el
con icto de competencias se tramitará desde su inicio o, en su caso, desde que en defensa de la
competencia ejercida se invocare la existencia de la norma legal habilitante, en la forma prevista
para el recurso de inconstitucionalidad.
-Existe el con icto negativo cuando los órganos centrales del Estado y las CCAA declinan su
competencia, y omiten toda actuación sobre determinadas materias al serle instada por cualquier
sujeto.
-Es el administrado, agotadas todos los trámites, el legitimado para promover el con icto ante el
TC.
Sólo los actos de naturaleza administrativa pueden fundamentar el con icto negativo.
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Requisitos.
3.Reproduce su pretensión ante la que se le señala como competente, que debe admitir o
declinar su competencia en el plazo de un mes.
4.Si declina su competencia, o no contesta en el plazo de un mes, podrá plantear el con icto
ante el TC, en el plazo de un mes.
Se formulará mediante escrito, al que habrán de acompañarse los documentos que acrediten
haber agotado el trámite anterior y las resoluciones recaídas durante el mismo.
Sentencia:
-Sujetos legitimados para promover el con icto: el Gobierno, el Congreso, el Senado, el CGPJ y
el Tribunal de Cuentas. -No se menciona a las Cortes Generales como órgano conjunto con
legitimación.
o El órgano que estima que otro adopta una decisión que invade sus atribuciones, lo requerirá
dentro del plazo de un mes desde que se conoce la decisión, para que revoque la mentada
decisión.
Sentencia: deberá.
o Determinar el órgano titular de la competencia. o Declarar nulos los actos ejecutados por
invasión de atribuciones.
o Resolver las situaciones jurídicas creadas al amparo de dichos actos.
-La LO 7/1999, modi ca la LOTC para atribuirle competencia en la resolución de los con ictos
motivados por la defensa de la autonomía local.
-Este recurso sólo se puede promover frente a normas con rango de leyes estatales o
autonómicas que lesionen la autonomía local constitucionalmente garantizada.
-La LO 7/1999, modi ca la LOTC para atribuirle competencia en la resolución de los con ictos
motivados por la defensa de la autonomía local.
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-Este recurso sólo se puede promover frente a normas con rango de leyes estatales o
autonómicas que lesionen la autonomía local constitucionalmente garantizada.
Requisitos.
o Acuerdo, con voto favorable de la mayoría absoluta del número legal de miembros del órgano
plenario correspondiente del municipio o provincia.
o Dictamen preceptivo, aunque no vinculante, del Consejo de Estado o del Consejo Consultivo de
la CCAA.
Sentencia.
Artículo 95 CE.
1. La celebración de un Tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la
Constitución exigirá la previa revisión constitucional.
2. El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que
declare si existe o no esa contradicción.
La CE no habla de recurso ni de sentencia, sino de requerimiento al TC y de declaración.
¿Y la LOTC?
Artículo 78 LOTC.
1.El Gobierno o cualquiera de ambas Cámaras podrán requerir al Tribunal Constitucional para que
se pronuncie sobre la existencia o inexistencia de contradicción entre la Constitución y las
estipulaciones de un tratado internacional cuyo texto estuviera ya de nitivamente jado, pero al
que no se hubiere prestado aún el consentimiento del Estado.
parlamentario o 25 Senadores).
2. La tramitación del Tratado o convenio se interrumpirá y sólo podrá reanudarse si el criterio del
Tribunal es favorable a la constitucionalidad de las estipulaciones contenidas en aquél.
Plazo: el inmediato posterior a la autenticación del tratado cuyo texto estuviera ya de nitivamente
jado, pero al que no se hubiere prestado aún el consentimiento del Estado.
Declaración: dentro del mes siguiente al transcurso de este plazo el TC emitirá su declaración
que tendrá carácter vinculante.
-Si es favorable, se puede reanudar la tramitación.
-Si es desfavorable, se puede reanudar si se revisa previamente la CE.
¿Sólo cabe este control previo de los Tratados?. No, el control posterior (una vez integrados en el
OJ español) se hará mediante el recurso de inconstitucionalidad.
Artículo 53 CE.
Características del recurso de amparo ordinario:
o Procedimiento especial, vía judicial.
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Derechos objeto del recurso de amparo ordinario.
-El art. 14 CE.
-Arts 15 a 29 CE.
-Sujetos legitimados para interponer el recurso: todas las personas físicas o jurídicas, nacionales
o extranjeras.
-Actos impugnables: los realizados por los Poderes Públicos y por los particulares.
OBJETO.-
El recurso de amparo, según lo establecido por el art. 53.2 CE, protege de cualquier acto de los
poderes públicos que atente contra los derechos consagrados en los preceptos siguientes:
– Art. 14 de la CE: principio de igualdad.
– Sección Primera del Capítulo II del Título Primero de la CE, es decir, derechos fundamentales y
libertades públicas de los arts. 15 a 29 de la CE.
– Derecho a la objeción de conciencia (art. 30.2 CE).
La lesión que pretende repararse por medio del recurso de amparo ha de proceder de los
poderes públicos ya que las «disposiciones, actos jurídicos, omisiones o simple vía de hecho de
los poderes públicos del Estado, las Comunidades Autónomas y demás entes públicos de
carácter territorial, corporativo o institucional, así como de sus funcionarios o agentes» pueden
dar lugar aun recurso de amparo (art. 41.2 LOTC). Varias son las cuestiones que este precepto
plantea.
En primer lugar, hay que señalar que el concepto de «poder público» ha sido interpretado por el
Tribunal Constitucional de manera exible, incluyendo en el mismo a entes de naturaleza mixta
pública y privada, según actúe o no con «imperio». En segundo lugar, sólo existe un tipo de
actuación de los poderes públicos exento, en principio, de control a través del recurso de
amparo.
Se trata de las leyes, que, han de ser controladas a través de los recursos y cuestiones de
inconstitucionalidad. Ahora bien, nada impide que mediante la impugnación de actos de
aplicación de las normas con fuerza de ley se pueda llegar a declarar la inconstitucionalidad de
éstas; con este n, como también se ha señalado, el art. 55.2 de la LOTC establece la posibilidad
del planteamiento de la denominada «autocuestión de inconstitucionalidad» o cuestión interna.
Por otro lado, doctrinalmente se ha suscitado la conveniencia de abrir paso a la impugnación
directa en amparo de normas con fuerza de ley autoaplicativas, esto es, normas que no precisan
de actos de sujeción para desplegar sus efectos.
El tercer problema que se suscita en relación con el objeto del recurso de amparo es el relativo al
control de las lesiones de derechos y libertades que no proceden de los poderes públicos sino de
particulares. Estas lesiones han de ser reparadas por los órganos judiciales; ahora bien, el
Tribunal Constitucional, en una interpretación exible de los arts. 41 y 44 de la LOTC, ha entrado
también a scalizarlas vulneraciones de derechos que tienen su origen en actos de particulares.
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ahora bien, si dichos jueces y tribunales no reparan esas vulneraciones, con ello están, a su vez,
violando los derechos y libertades; dado que los órganos judiciales poseen naturaleza jurídico-
pública, sus decisiones sí son impugnables a través del recurso de amparo (art. 44 LOTC). De
esta forma, el Tribunal Constitucional no sólo protege frente a vulneraciones de los poderes
públicos, sino también de los particulares.
PROCEDIMIENTO.-
Están legitimados para interponer el recurso de amparo (arts. 162.1 CE y 46.1LOTC): – Cualquier
persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo.
– El Defensor del Pueblo.
– El Ministerio Fiscal.
Por lo que respecta al más general de los supuestos de legitimación —el de la persona que
invoque un interés legítimo—, el Tribunal Constitucional ha entendido este requisito en forma
amplia, si bien siempre se ha exigido que quien interpone el recurso se haya visto afectado de
manera más o menos directa por el acto u omisión recurrido. Junto a ello, el art. 46 de la LOTC
exige que quien interpone uno de ellos haya sido parte en el proceso judicial previo, siempre que
ello haya sido posible; este requisito formal resulta plenamente coherente con el principio de
subsidiariedad del recurso de amparo.
Por lo que se re ere a la legitimación otorgada al Ministerio Fiscal y al Defensor del Pueblo, en
ambos casos se trata de supuestos excepcionales justi cados por razones de interés general: la
defensa de la legalidad encomendada al primero(art. 124.1 CE) y la defensa de los derechos
fundamentales atribuida al segundo (art. 54 CE). No obstante, el carácter concreto y personal que
en la mayoría de los casos poseen las vulneraciones de derechos hace que las legitimaciones del
Ministerio Fiscal y del Defensor del Pueblo resulten sólo excepcionalmente utilizadas.
cuando se hayan agotado todos los instrumentos ordinarios de defensa de los derechos
fundamentales (arts. 43.1 y 44.1 LOTC). Cuáles sean esos instrumentos es una cuestión que
depende en cada caso de múltiples factores: origen de la violación, momento en que se produce,
naturaleza del ente que la ha ocasionado, etc... Baste recordar a este respecto que el art. 53.2 de
la CE prevé la regulación de un instrumento especí co de defensa de derechos previo al recurso
de amparo, instrumento que no es único sino que ha tenido concreción legislativa en distintos
órdenes jurisdiccionales. Sin embargo, aunque a menudo sean esos instrumentos los que
con guren la vía judicial previa al amparo, ello no es necesariamente así, pudiendo ésta estar
constituida por cualquier procedimiento o remedio jurisdiccional.
El art. 46.1.b) de la LOTC exige para acudir en amparo «haber sido parte en el proceso judicial
correspondiente». Ello deriva del principio de subsidiariedad ya que quien no ha cumplido este
requisito es porque no ha acudido previamente ante los órganos judiciales en defensa de sus
derechos. La regla general de la subsidiariedad se rompe, excepcionalmente, y como es lógico,
cuando la vía judicial previa no existe. Ello ocurre, en especial, en los casos en los que la
vulneración se imputa a un acto de un órgano legislativo que carezca de fuerza de ley (art. 42
LOTC). En tales hipótesis, puede acudirse directamente en amparo ante el Tribunal
Constitucional.
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1.Cuando se produzcan por o ante tribunal con falta de jurisdicción o de competencia objetiva o
funcional.
2. Cuando se realicen bajo violencia o intimidación.
3. Cuando se prescinda de normas esenciales del procedimiento, siempre que, por esa causa,
haya podido producirse indefensión.
4. Cuando se realicen sin intervención de abogado, en los casos en que la ley la establezca como
preceptiva.
5. Cuando se celebren vistas sin la preceptiva intervención del letrado de la Administración de
Justicia.
2. Sin perjuicio de ello, el juzgado o tribunal podrá, de o cio o a instancia de parte, antes de que
hubiere recaído resolución que ponga n al proceso, y siempre que no proceda la subsanación,
declarar, previa audiencia de las partes, la nulidad de todas las actuaciones o de alguna en
particular.
En ningún caso podrá el juzgado o tribunal, con ocasión de un recurso, decretar de o cio una
nulidad de las actuaciones que no haya sido solicitada en dicho recurso, salvo que apreciare falta
de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional o se hubiese producido violencia o
intimidación que afectare a ese tribunal.
2. Admitido a trámite el escrito en que se pida la nulidad fundada en los vicios a que se re ere el
apartado anterior de este artículo, no quedará en suspenso la ejecución y e cacia de la sentencia
o resolución irrecurribles, salvo que se acuerde de forma expresa la suspensión para evitar que el
incidente pudiera perder su nalidad, y se dará traslado de dicho escrito, junto con copia de los
documentos que se acompañasen, en su caso, para acreditar el vicio o defecto en que la petición
se funde, a las demás partes, que en el plazo común de cinco días podrán formular por escrito
sus alegaciones, a las que acompañarán los documentos que se estimen pertinentes.
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- PLAZO.-
Los arts. 42 y ss. de la LOTC establecen tres supuestos procesales de amparos según la
naturaleza del órgano al que se imputa la lesión. Por otra parte, otras normas han introducido
regulaciones especí cas de ciertos casos de recursos de amparo. Aunque el procedimiento a
seguir, en esencia, es el ordinario, existen algunas particularidades en cada uno de ellos, en
especial por lo que al plazo para interposición se re ere, particularidades que aconsejan su
exposición separada.
– Recurso de amparo contra actos sin valor de ley procedentes de órganos parlamentarios del
Estado o de las Comunidades Autónomas (art. 42 LOTC). El plazo para recurrir es de tres meses
desde que el acto es rme según las normas internas de funcionamiento del órgano legislativo
correspondiente. Ello supone, con carácter general, que los actos son directamente recurribles,
salvo que reglamentariamente se establezca una reclamación previa ante el propio órgano
legislativo. La razón de ser de esa posibilidad de recurrir directamente se encuentra en que los
actos de los órganos legislativos se encuadran en las funciones típicas de ellos, tradicionalmente
exentas de control judicial. No obstante, los actos de administración interna sí son susceptibles
de impugnación ante los órganos judiciales (contratos de abastecimiento, nombramiento de
personal auxiliar,... por ejemplo) [arts. 58.1y 74.1.c) LOPJ]. En estos casos debe acudirse ante los
tribunales ordinarios antes de interponer recurso de amparo.
– Recurso de amparo contra actos del Gobierno, órganos ejecutivos de las Comunidades
Autónomas, o de las distintas Administraciones Públicas, sus agentes o funcionarios (art. 43
LOTC). En este segundo supuesto, el plazo para recurrir es de veinte días a partir de la
noti cación de la resolución judicial recaída en el proceso judicial previo.
– Recurso de amparo contra negativas a aceptar la objeción de conciencia(art. 1.2 LO 8/84). Este
amparo responde al modelo del art. 43 de la LOTC: actos del ejecutivo o de la Administración. El
plazo, pues, es el mismo: veinte días desde que se noti ca la sentencia que resuelve el recurso
procedente contra las decisiones del Consejo Nacional de Objeción de Conciencia. No obstante,
la suspensión de la obligación de cumplir el servicio militar hace que este supuesto de recurso de
amparo resulte en la actualidad inoperativo.
– Recurso de amparo contra la decisión de la Mesa del Congreso de no admitir una proposición
de ley planteada a través de la iniciativa legislativa popular (art. 6 de la LOILP). En este caso, el
recurso aparece como una variedad de los regulados por el art. 42 de la LOTC: contra actos u
omisiones sin fuerza de ley de órganos de naturaleza legislativa.
– Recursos de amparo electorales (arts. 49. 3 y 4, y 114 LOREG). Estos recursos están previstos
contra las resoluciones de las Juntas Electorales sobre proclamación de candidatos, y de
candidatos electos, respectivamente. Pueden plantearse una vez agotada la correspondiente vía
judicial previa: los llamados recurso contencioso-electorales. La particularidad de estos recursos
de amparo es la brevedad de los plazos legalmente previstos para su interposición (dos días en el
de proclamación de candidatos y tres días en el de proclamación de electos), tramitación y
resolución (tres días en el primer caso y quince en el segundo). La tramitación de estos recursos
de amparo electorales se encuentra regulada por un Acuerdo del Tribunal Constitucional de 20 de
enero de 2000.
-PROCEDIMIENTO.-
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El recurso de amparo se inicia, como es lógico, mediante la presentación de la correspondiente
demanda dirigida al Tribunal Constitucional. En la demanda deben concretarse todos los
extremos fácticos y jurídicos en los que se funda el recurso de amparo (art. 49.1 LOTC). Por una
parte, deben exponerse:
Por otra parte, deben acompañarse una serie de documentos necesarios para la resolución del
recurso:
Asimismo, y en tercer lugar, en la demanda o con ella debe acreditarse el cumplimiento de los
demás requisitos procesales legalmente exigibles, a buena parte de los cuales ya se ha hecho
referencia:
– Respeto del plazo de interposición de la demanda.
– Haber invocado en la vía judicial previa el derecho lesionado tan pronto como hubo ocasión
para ello.
– Haber agotado dicha vía judicial previa.
– Justi car «la especial trascendencia constitucional del recurso» (art. 49.1 LOTC). El
procedimiento que se sigue ante el Tribunal Constitucional para la resolución del recurso de
amparo consta de dos fases. La primera fase —fase de admisión— tiene como nalidad
asegurarse de que la demanda de amparo cumple todos los requisitos legalmente exigidos. Al
mismo tiempo, y sobre todo tras la reforma de 2007 de la LOTC, la fase de admisión sirve
también para valorar la trascendencia constitucional del recurso de amparo, de forma que la
intervención del Tribunal Constitucional se reserva para los casos importantes. Ello no implica la
desprotección de los derechos en aquellos supuestos que no se consideren importantes; lo que
sucede es que la protección, la habrán dispensado los jueces y tribunales ordinarios, respecto de
los cuales, la intervención del Tribunal Constitucional es subsidiaria.
Cumplidas las exigencias legales y valorada la trascendencia del recurso, la demanda es admitida
a trámite, entrando en la segunda fase; en caso contrario, la demanda se inadmite. Las causas de
inadmisión que permiten rechazar la demanda en esta primera fase las resume el art. 50 de la
LOTC en dos grupos: en primer lugar [art. 50.1.a) LOTC] que no se cumplan algunos de los
requisitos exigidos en los arts. 41 a 46 y 49 LOTC: que el derecho respecto del que se pretende el
amparo sea susceptible de tener éste por estar dentro de los que son objeto de protección,
legitimación, agotamiento de la vía judicial previa, invocación del derecho en esa vía judicial,
plazo, representación de Procurador, asistencia de Abogado, justi cación de la trascendencia
constitucional del recurso, etc... En el caso de que los defectos de que adolece la demanda sean
subsanables, el Tribunal Constitucional abre un plazo para esa subsanación (arts. 49.4 y 50.4
LOTC).
El art. 50.1.b) LOTC establece la segunda causa de inadmisión, más de naturaleza sustancial que
procesal: la «especial trascendencia constitucional» del recurso. Por esta vía, el Tribunal puede
rechazar a limine aquellas demandas que se consideren sin importancia constitucional, con la
nalidad, en la línea de lo que sucede en el Derecho Comparado, de que, ante la cantidad
excesiva de recursos de amparo, el Tribunal Constitucional se ocupe sólo de aquéllos que tengan
mayor importancia. La LOTC no concreta demasiado cuáles son los criterios para valorar esa
trascendencia señalando a este respecto el art. 50.1 b) LOTC como criterios generales, «la
importancia para la interpretación de la Constitución, para su aplicación o para su general
e cacia, y para la determinación del contenido y alcance de los derechos fundamentales».
El TC ha ido concretando el alcance formal y material de este requisito. Por un lado, el Tribunal ha
entendido que es una exigencia para el demandante, impuesta legalmente, que la demanda
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acredite, que sea la que demuestre que concurre la especial trascendencia constitucional. En
segundo lugar, y sobre la naturaleza del requisito, el Tribunal ha señalado, asimismo, que resulta
insubsanable. En tercer lugar, a rmada la obligación de justi car la especial trascendencia
constitucional, y proclamada la insubsanabilidad del defecto de no justi cación, corresponde al
Tribunal valorar la concurrencia de la trascendencia constitucional. Para determinar el alcance del
concepto tal y como se de ne por la LOTC, la primera aproximación ha sido en negativo, al
descartar que la especial trascendencia constitucional pueda confundirse, sin más, con la
existencia de lesión del derecho. A la hora de concretar en positivo del concepto de
«trascendencia constitucional», el Tribunal, aunque de manera no cerrada, ha identi cado siete
supuestos signi cativos de su concurrencia.
Así se ha sintetizado el contenido de este concepto: «Este Tribunal... considera que cabe apreciar
que el contenido del recurso de amparo justi ca una decisión sobre el fondo en razón de su
especial trascendencia constitucional en los casos que a continuación se re eren, sin que la
relación que se efectúa pueda ser entendida como un elenco de nitivamente cerrado de casos en
los que un recurso de amparo tiene especial trascendencia constitucional, pues a tal
entendimiento se opone, lógicamente, el carácter dinámico del ejercicio de nuestra jurisdicción,
en cuyo desempeño no puede descartarse a partir de la casuística que se presente la necesidad
de per lar o depurar conceptos, rede nir supuestos contemplados, añadir otros nuevos o excluir
alguno inicialmente incluido.
a) el de un recurso que plantee un problema o una faceta de un derecho fundamental susceptible
de amparo sobre el que no haya doctrina del Tribunal Constitucional…;
b) que dé ocasión al Tribunal Constitucional para aclarar o cambiar su doctrina, como
consecuencia de un proceso de re exión interna,..., o por el surgimiento de nuevas realidades
sociales o de cambios normativos relevantes para la con guración del contenido del derecho
fundamental, o de un cambio en la doctrina de los órganos de garantía encargados de la
interpretación de los tratados y acuerdos internacionales a los que se re ere el art. 10.2 CE;
c) cuando la vulneración del derecho fundamental que se denuncia provenga de la ley o de otra
disposición de carácter general;
d) ...si la vulneración del derecho fundamental traiga causa de una reiterada interpretación
jurisprudencial de la ley que el Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho fundamental y
crea necesario proclamar otra interpretación conforme a la Constitución;
e) ...cuando la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el derecho fundamental que se alega en
el recurso esté siendo incumplida de modo general y reiterado por la jurisdicción ordinaria, o
existan resoluciones judiciales contradictorias sobre el derecho fundamental, ya sea interpretando
de manera distinta la doctrina constitucional, ya sea aplicándola en unos casos y
desconociéndola en otros;
f) en el caso de que un órgano judicial incurra en una negativa mani esta del deber de
acatamiento de la doctrina del Tribunal Constitucional (art. 5 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial: LOPJ);
g) ...cuando el asunto suscitado, sin estar incluido en ninguno de los supuestos anteriores,
trascienda del caso concreto porque plantee una cuestión jurídica de relevante y general
repercusión social o económica o tenga unas consecuencias políticas generales, consecuencias
que podrían concurrir, sobre todo, aunque no exclusivamente, en determinados amparos
electorales o parlamentarios» (STC155/2009, caso Trascendencia constitucional).
Las demandas de amparo que cumplen los requisitos legales y que han sido consideradas
dotadas de trascendencia constitucional, son admitidas a trámite por la Sección por unanimidad;
en caso de que exista mayoría en la Sección pero no unanimidad, es la Sala la que debe decidir
al respecto (art. 50.2 LOTC). La inadmisión de una demanda se adopta mediante providencia, en
la que debe especi carse el motivo o motivos que justi can la decisión. La providencia no puede
recurrirse, salvo en súplica por el Ministerio Fiscal, recurso que se resuelve mediante Auto (art.
50.3 LOTC).
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Una vez admitida a trámite la demanda es el momento a partir del cual empieza el proceso
constitucional propiamente dicho. En éste comparece necesariamente el Ministerio Fiscal, quien
hubiera sido parte en la vía judicial previa, si lo estima conveniente, y quien se viera favorecido
por la resolución impugnada. Examinados los antecedentes del asunto o actuaciones, las partes
personadas realizan sus alegaciones, después de lo cual, la Sala del Tribunal Constitucional que
entienda del caso dicta sentencia. La admisión del recurso de amparo no comporta la suspensión
del acto recurrido; no obstante, dicha suspensión puede decretarse «cuando la
ejecución...produzca un perjuicio al recurrente que pudiera hacer perder al amparo su nalidad»,
perjuicio que hay que ponderar con la posibilidad de que de la suspensión «ocasione
perturbación grave de un interés constitucionalmente protegido» o de «los derechos
fundamentales o libertades de otra persona» (art. 56 LOTC).
Las sentencias de amparo pueden tener, como es natural, un doble contenido: de desestimación
de la demanda (denegación del amparo) o de estimación, total o parcial(otorgamiento del amparo)
(art. 53 LOTC). Desde el punto de vista del caso concreto, el art. 55 de la LOTC prevé un posible
triple efecto de la estimación del amparo. Este triple efecto no es necesariamente alternativo; por
el contrario, es habitual que el fallo de la sentencia incluya más de uno de los efectos previstos.
Estos son:
Al margen de los efectos que para el caso concreto poseen las sentencias de amparo, la doctrina
que en ellas se contiene en relación con los derechos y libertades tiene la dimensión general que
corresponde a la función de intérprete supremo de la Constitución que posee el Tribunal
Constitucional.
Demanda:
Artículo 49 LOTC.
1. El recurso de amparo constitucional se iniciará mediante demanda en la que se expondrán con
claridad y concisión los hechos que la fundamenten, se citarán los preceptos constitucionales
que se estimen infringidos y se jará con precisión el amparo que se solicita para preservar o
restablecer el derecho o libertad que se considere vulnerado. En todo caso, la demanda
justi cará la especial trascendencia constitucional del recurso
Admisión:
Artículo 50 LOTC.
1. El recurso de amparo debe ser objeto de una decisión de admisión a trámite. La Sección, por
unanimidad de sus miembros, acordará mediante providencia la admisión, en todo o en parte, del
recurso solamente cuando concurran todos los siguientes requisitos:
a. Que la demanda cumpla con lo dispuesto en los artículos 41 a 46 y 49.
b. Que el contenido del recurso justi que una decisión sobre el fondo por parte del Tribunal
Constitucional en razón de su especial trascendencia constitucional, que se apreciará atendiendo
a su importancia para la interpretación de la Constitución, para su aplicación o para su general
e cacia, y para la determinación del contenido y alcance de los derechos fundamentales.
La STC 42/2014 (caso Declaración de soberanía y del derecho a decidir del pueblo de Cataluña),
concreta aún más el objeto de estas impugnaciones exigiendo que los actos recurridos posean
naturaleza jurídica, que sean manifestación de la voluntad institucional de una Comunidad
Autónoma, que no se trate de actos de trámite y que, al menos indiciariamente, tengan
capacidad de producir efectos jurídicos. La particularidad de este tipo de impugnaciones radica
en que sólo el Estado, a través del Gobierno, puede plantearlas; a las Comunidades Autónomas,
pues, no les es posible usar esta vía procesal para recurrir actos o disposiciones del Estado.
Una segunda particularidad viene dada por la suspensión automática del acto recurrido que la
impugnación trae consigo durante cinco meses. Como ya se indicó al hablar de los con ictos de
competencia, transcurrido ese plazo la suspensión puede levantarse por el Tribunal
Constitucional si así lo estima conveniente, siendo posible, en todo caso, que la Comunidad
Autónoma solicite el levantamiento antes de los cinco meses. La tramitación procesal de las
impugnaciones del art. 161.2 de la CE es la misma que la de los con ictos positivos de
competencia (art. 77 LOTC).
Esto resulta especialmente relevante si se tiene en cuenta que el contenido dela autonomía local
se de ne básicamente en la ley (v. lección 32), siendo muy difícil de precisar el contenido
estrictamente constitucional. Por otro lado, sólo pueden dar lugar al con icto las lesiones que
sean directamente imputables a normas con fuerza de ley, estatales o de las Comunidades
Autónomas, sin que, por el contrario, las lesiones anudadas a normas o actos infralegales puedan
fundar un con icto constitucional, debiendo buscar su reparación a través de la jurisdicción
ordinaria.
Respecto de las provincias, los criterios son similares, debiendo plantearse el con icto al menos
por la mitad de las provincias afectadas que representen, a su vez, a la mitad de la población. Las
Disposiciones Adicionales 3a, 4a y 5a.3 de la LOTC establecen una serie de reglas especiales
para los Cabildos y Consejos insulares, y para las instituciones de los Territorios Históricos del
País Vasco. Los acuerdos de interposición del con icto deberán adoptarse por mayoría absoluta
de los miembros del Pleno del correspondiente órgano de cada corporación local.
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C) PROCEDIMIENTO.-La LOTC prevé en estos con ictos la necesidad de evacuar un trámite
previo a la interposición efectiva del con icto ya que, antes de producirse ésta, el Consejo de
Estado u órgano consultivo de la correspondiente Comunidad Autónoma debe preceptivamente
emitir un dictamen no vinculante sobre la procedencia o no del correspondiente con icto. La
solicitud de emisión del mismo debe formalizarse dentro de los tres meses siguientes a la
publicación de la norma con fuerza de ley supuestamente lesiva de la autonomía local. Dentro del
mes siguiente a la emisión del dictamen puede substanciarse el con icto ante el Tribunal
Constitucional (art. 75 quáter LOTC); no obstante, nada se dice respecto del plazo del órgano
consultivo para emitir dictamen, por lo que habrá que estar a la legislación concreta que regule la
actividad del correspondiente órgano consultivo.
Planteado formalmente el con icto, el art. 75 quinque de la LOTC establece una fase de
admisión, en la cual el Tribunal podrá decretar la inadmisión del con icto tanto por razones
procesales insubsanables, como por motivos de fondo: la notoria falta de fundamento. Admitido
a trámite el con icto, se noti ca al Gobierno y a las Cámaras, así como, en su caso, al ejecutivo y
legislativo de la Comunidad Autónoma de la que hubiera emanado la norma objeto de con icto;
oídas las alegaciones de los órganos personados, el Pleno del Tribunal dicta sentencia.
LOS CONFLICTOS DE ATRIBUCIONES.-La LOTC, en el Capítulo III del Título IV, regula la
resolución de los con ictos entre órganos del Estado o con ictos de atribuciones. Esta
competencia no está expresamente prevista por la Constitución, siendo introducida en la LOTC
[art.10.c)] en virtud de la cláusula del art. 161.1.d) de la CE.
A) OBJETO.-
Como se deriva del propio tenor del art. 10.c) LOTC, el objeto de estos con ictos es resolver las
controversias que, dentro de los poderes del Estado, surgen sobre el reparto de atribuciones
entre ellos. Se trata, pues, de una competencia que escapa de la organización territorial,
centrándose exclusivamente en los poderes del Estado central y, más en concreto, en los
órganos constitucionales que presiden la organización de esos poderes.
El con icto de atribuciones surge, pues, sólo cuando alguno de esos órganos constitucionales
entiende que otro de ellos ha invadido su esfera de actuación; no obstante, la STC 234/00 (caso
Declaración de urgencia) ha interpretado que su nalidad no es sólo reivindicar una potestad
concreta sino, más genéricamente, proteger la esfera de actuación de un órgano constitucional
frente a la acción de otro. Para enjuiciar los actos impugnados, el Tribunal Constitucional debe
tener presente la Constitución y las leyes orgánicas atributivas de competencias (art. 73.1 LOTC).
B) LEGITIMACIÓN.-
Como fácilmente se deduce de lo expuesto, sólo los órganos constitucionales que culminan la
organización de los distintos poderes del Estado pueden plantear un con icto de atribuciones; en
consecuencia, esa legitimación está restringida a los plenos del Gobierno, Congreso de los
Diputados, Senado y Consejo General del Poder Judicial (art. 59.3 LOTC).
C) PROCEDIMIENTO.-
Cualquiera de los órganos previamente citados que considere que otro de ellos ha adoptado
decisiones asumiendo atribuciones que constitucionalmente le corresponde, mediante acuerdo
de su Pleno, se lo hará saber al órgano presuntamente invasor, solicitado que revoque la decisión
o decisiones correspondientes. Si éste último a rmare de manera expresa o tácita que ha
actuado dentro de sus atribuciones, quedará abierta la vía al planteamiento del con icto ante el
Tribunal Constitucional. Éste, oídos el órgano requerido y el requirente, y, si lo estima oportuno, el
resto de los órganos constitucionales legitimados para suscitar con ictos de atribuciones, dicta
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sentencia determinando a qué órgano corresponde la atribución constitucional controvertida;
asimismo declara la nulidad de los actos viciados de incompetencia.
El art. 8 de la LOTCu atribuye al Tribunal Constitucional la resolución de los con ictos que puedan
plantearse en torno a las competencias o atribuciones del Tribunal de Cuentas. El procedimiento
que debe seguirse es el establecido para los con ictos de atribuciones, siendo, incluso, las
Cámaras quienes han de formalizar el con icto a propuesta del Tribunal de Cuentas puesto que
éste actúa como delegado de las Cortes Generales (art. 3, apdo. p] de la Ley 7/88, de
Funcionamiento del Tribunal de Cuentas).
La reforma de la LOTC introducida por la LO 6/2007 dotó al Tribunal Constitucional de una nueva
competencia: la defensa de su propia jurisdicción (art.4 LOTC). Como se vio en la lección anterior,
y señala el art. 1.2 de la LOTC, el Tribunal es «único en su orden y extiende su jurisdicción a todo
el territorio nacional». Ello comporta, como es lógico, que sea el propio Tribunal Constitucional el
que determine cuáles son los límites de su competencia y jurisdicción, y el que, como también se
vio y recuerda el art. 4.2 de la LOTC, sus decisiones no puedan ser revisadas ni enjuiciadas por
ningún otro órgano del Estado (STC133 /2013, caso Auto amparo).
Por lo que respecta al procedimiento a seguir, el art. 10.1.h de la LOTC atribuye la competencia
para estas declaraciones de nulidad al Pleno del Tribunal. La correspondiente decisión debe
adoptarse, como es lógico, de forma motivada, y previa audiencia del Ministerio Fiscal y del
órgano del que haya emanado el acto o resolución invasor de la jurisdicción del Tribunal.
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