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Sentencia nº 88-2002 de Corte Suprema de Justicia - Civil de 17 de Octubre de

2002
Fecha de Resolución 17 de Octubre de 2002
Emisor Civil
17/10/2002 - CIVIL
88-2002 CIVIL
Recurso de casación interpuesto por Industrias Tropicales, Sociedad Anónima,
contra la sentencia de fecha doce de febrero de dos mil dos, dictada por la S.
Primera de la Corte de Apelaciones.
DOCTRINA:
CONTRATO MERCANTIL:
 Cuando un comerciante conviene en la realización de una obra que
es del giro ordinario u objeto social de su actividad profesional, el
contrato es de naturaleza mercantil y debe regularse por las normas del
Código de Comercio.
 La vía sumaria mercantil es la idónea para demandar las
pretensiones que se fundamentan en un contrato de obra en el que
interviene un comerciante en el ejercicio de su actividad profesional.
QUEBRANTAMIENTO SUBSTANCIAL DEL PROCEDIMIENTO:
Cuando la demanda se fundamenta en un contrato de obra mercantil, incurre
en quebrantamiento substancial del procedimiento la S. que no entra a conocer
del fondo del asunto, por considerar que la vía ordinaria es la idónea y no la
sumaria mercantil.
Leyes analizadas: artículo 622 inciso 1º del Código Procesal Civil y M.; 1º, 2º y
1039 del Código de Comercio.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA CIVIL: Guatemala, diecisiete de
octubre de dos mil dos.
Se tiene a la vista para dictar sentencia el recurso de casación interpuesto por
M.A.I.H., en su calidad de G. General de Industrias Tropicales, Sociedad
Anónima, contra la sentencia de fecha doce de febrero del año en curso,
dictada por la S. Primera de la Corte de Apelaciones, dentro del juicio sumario
de acción estimatoria promovido por el recurrente en el Juzgado Octavo de
Primera Instancia Civil, contra S.J.A.H., identificado con el número C dos,
noventa y ocho, un mil cinco.
ANTECEDENTES
1. El veinticinco de mayo de mil novecientos noventa y ocho, el recurrente
promovió juicio sumario, ejerciendo acción estimatoria, ante el Juzgado Octavo
de Primera Instancia Civil, argumentando que había decidido construir en su
planta industrial, nuevas pilas o tanques para coagular suero o skim,
instalaciones que deberían quedar cubiertas bajo techo, para lo cual consideró
que lo apropiado sería construir una estructura de madera, sobre la cual
debería descansar la cubierta final. Se contrató a un ingeniero civil para que
realizara los cálculos y diseños estructurales correspondientes, se hicieron las
pilas y se levantaron las columnas de concreto armado, se cotizó la madera
necesaria para proceder a la construcción de las doce tijeras correspondientes,
que es el armazón de madera en la cual debía descansar la cubierta final,
habiéndosele adjudicado a Comercial Andrews, empresa del demandado, la
adquisición de la madera. El demandado manifestó que era dificultoso obtener
la madera en las dimensiones requeridas en los cálculos y diseños elaborados,
por lo que se podía trabajar sobre la base de empalmes, los cuales no
necesariamente debían ser como los previstos en los cálculos y diseños,
manifestando que estaba en la disposición de construir dichas tijeras con la
madera que él mismo había obtenido y proporcionado y lo que inicialmente
había iniciado como un contrato de compraventa de madera, se tornó en un
contrato de obra. Posteriormente el demandado cayó en una serie de
incumplimientos, apartándose de los cálculos y diseños, haciendo una obra que
ya no consistía en las tijeras necesitadas, sino en unas que no tenían idoneidad
para servir de armazón al techo de las instalaciones. Tanto técnicos como
expertos, recomendaron que no se instalaran, ya que colapsarían y que hasta
la fecha, el demandado no había entregado la obra, únicamente llevó a la
planta industrial las doce tijeras fraccionadas en dos partes. Con base en lo
expuesto pretende que se declare con lugar la acción estimatoria y como
consecuencia se condene al demandado al pago de la cantidad de cuarenta mil
treinta y tres quetzales con cuarenta centavos, en concepto de saneamiento
por vicios ocultos o defectos ocultos, mas el resarcimiento de los daños y
perjuicios causados.
2. El demandado, S.J.A.H., contestó la demanda en sentido negativo e
interpuso las excepciones perentorias de:
A) Falta de veracidad en los hechos expuestos por la parte actora;
B) inexistencia de la responsabilidad que se trata de imputar al demandado, por
recaer ésta a cargo de una persona distinta;
C) Caducidad de la acción estimatoria;
D) Falta de personalidad en el demandado para ser sujeto de demanda;
E) improcedencia de los daños y perjuicios solicitados por la parte actora en su
petición, por no haber planteado su acción en la demanda respectiva; y
F) Falta de cumplimiento de la condición a que se encuentra sujeto el derecho
que se hace valer.
3. El dieciséis de abril de dos mil uno, se dictó sentencia, declarando: ... II)
CON LUGAR LA DEMANDA SUMARIA EJERCIENDO ACCION
ESTIMATORIA ...
4. El nueve de julio de ese mismo año, el recurrente interpuso recurso de
apelación, el cual fue cursado a la S. Primera de la Corte de Apelaciones, la
que el doce de febrero del año en curso resolvió: ... I. SIN LUGAR LA
DEMANDA ... por ser inidónea la vía procesal utilizada ...
5. Contra esta última resolución se interpuso el recurso de casación que hoy se
conoce. RESUMEN DE LA SENTENCIA RECURRIDA La sentencia dictada por
la S. Primera de la Corte de Apelaciones, en su parte resolutiva declara: ... SIN
LUGAR
LA DEMANDA
Para llegar a esta conclusión, la S. consideró lo siguiente: CONSIDERANDO II
En el caso que se examina, se establece que la entidad Industrias tropicales,
(sic) Sociedad Anónima, promovió demanda en la vía sumaria ejerciendo
acción estimatoria, contra S.J.A.H., en virtud de haber celebrado con el
demandado, un contrato de obra, en virtud del cual el señor A.H., se obligó a
realizar para la entidad actora una obra concreta, consistente en la
construcción de las tijeras que necesitaba la citada entidad para colocarlas
como armazón sobre la cual instalar el enlaminado que cubriera sus
instalaciones. El demandado se apartó de los cálculos y diseños elaborados
como base de la obra y a los cuales debió sujetarse, haciendo una obra que ya
no consistía en las tijeras necesitadas por la demandante, sino en unas tijeras
que no tienen idoneidad para servir de armazón al techo de las citadas
instalaciones. Que el contrato de obra como se expresó anteriormente es de
naturaleza civil y no mercantil, que el objeto del contrato de obra, no es del giro
ordinario del fin u objeto social, de las partes procesales, por lo que esta S.
estima que la demanda promovida debió entablarse en la vía ordinaria y no
sumaria mercantil como fue interpuesta, razones jurídicas por las cuales no se
entra a conocer del fondo del asunto, evidenciándose que la vía procesal
utilizada no es la idónea, en consecuencia la sentencia apelada debe revocarse
por imperativo legal, no haciéndose condena en costas procesales ateniendo a
la forma en que resuelve y lo discutido se considera punto dudoso de derecho.

MOTIVOS Y SUBMOTIVOS ALEGADOS POR EL RECURRENTE M.A.I.H., en


representación de Industrias Tropicales, Sociedad Anónima, con el auxilio del
Abogado R.R.A.C., interpuso recurso de casación por motivos de forma e
invocó como subcasos de procedencia:
1. CUANDO EL TRIBUNAL SE NIEGUE A CONOCER TENIENDO
OBLIGACIÓN DE HACERLO, contenido en el artículo 622 inciso primero del
Código Procesal Civil y M.. Citó como infringidos, el artículo 1039 primer
párrafo del Código de Comercio; 96 y 610 tercer párrafo del Código Procesal
Civil y M.; 141 inciso c) de la Ley del Organismo Judicial.
2. POR INCONGRUENCIA DEL FALLO CON LAS ACCIONES QUE FUERON
OBJETO DEL PROCESO, contenido en el artículo 622 inciso sexto del Código
Procesal Civil y M.. Citó como infringidos, el artículo 26 del Código Procesal
Civil y M.
ALEGACIONES
El día para la vista del presente recurso, las partes presentaron sus respectivos
alegatos con las argumentaciones que estimaron pertinentes.
CONSIDERANDO I
CASACIÓN POR QUEBRANTAMIENTO SUBSTANCIAL DEL
PROCEDIMIENTO SUBMOTIVO: CUANDO EL TRIBUNAL SE NIEGUE A
CONOCER TENIENDO OBLIGACIÓN DE HACERLO:
Con relación a este su motivo el recurrente expuso lo siguiente:
INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 1039 DEL CÓDIGO DE COMERCIO:
El primer párrafo del artículo 1039 del Código de Comercio de Guatemala
dispone que a menos que se estipule lo contrario en este Código, todas las
acciones a que de (sic) lugar su aplicación se ventilarán en juicio sumario,
salvo que las partes hayan convenido en someter sus diferencias a arbitraje.
En este caso, las acciones ejercitadas en la demanda se originan en la
aplicación del Código de Comercio de Guatemala, o sea, la aplicación de este
Código dio lugar al planteamiento de la demanda y por lo tanto la única vía
procesal adecuada para el conocimiento de la misma y su resolución , es la del
juicio sumario mercantil. La relación que originó la demanda es un contrato de
obra. Es cierto que ese contrato se encuentra regulado en el Código Civil,
como correctamente señala la sentencia recurrida. Primariamente es un
contrato de naturaleza civil. Pero no es menos cierto que un contrato civil
adquiere naturaleza mercantil, como ha ocurrido en este caso, cuando el
mismo integra el objeto para el que está establecida una sociedad o una
empresa mercantil. Además de los contratos típicamente mercantiles,
regulados y nominados por el Código de Comercio, cualquier contrato civil
puede adquirir naturaleza mercantil cuando su realización es la actividad
profesional de un comerciante. O, dicho de otra manera, no solamente los
contratos específicamente regulados por el Código de Comercio de Guatemala
son los únicos que tienen naturaleza mercantil. Con ciertas limitaciones,
prácticamente cualquier contrato civil tienen naturaleza mercantil cuando es el
objeto de la actividad profesional de un comerciante. Es que el Código de
Comercio no tenía por qué repetir todos los contratos civiles para que los
mismos llegaran a tener naturaleza mercantil. El Código de Comercio
simplemente se ocupa de los contratos típicamente mercantiles (sic) de
aquéllos que no tienen ni podrían tener naturaleza civil, y, deja abierta la puerta
para que estos últimos puedan tener carácter mercantil en determinados casos.
O sea, ningún contrato mercantil puede convertirse en civil, pero sí a la inversa.
Por eso, el artículo 694 del Código de Comercio de Guatemala dispone que
sólo a falta de disposiciones en este Libro, se aplicarán a los negocios,
obligaciones y contratos mercantiles las disposiciones del Código Civil. De ahí
se deriva que hay contratos mercantiles a los cuales se les aplican las
disposiciones del Código Civil por falta de disposiciones en el Libro pertinente
del Código de Comercio. Eso es exactamente lo que ocurre con el contrato de
obra que nos ocupa. En efecto, este contrato se convierte en mercantil en
múltiples casos en los cuales constituye actividad profesional de un
comerciante. Por ejemplo, en aquellos casos de sociedades o empresas
constructoras, los contratos de obra que ellas otorgan, aunque se trate de
concretizaciones de la regulación del contrato de obra o empresa regulado en
el Código Civil, pasan a tener naturaleza mercantil, como no podría ser de otra
manera, por constituir la actividad profesional de un comerciante. Eso ocurrió
en este caso, puesto que don S.J.A.H., e Industrias Tropicales Sociedad
Anónima otorgaron un contrato de obra para la construcción de unas tijeras de
madera, dentro del marco de las actividades profesionales del demandado.
Consta en autos la patente de comercio de la empresa mercantil del
demandado, cuyo objeto es precisamente la industrialización, transformación y
procesamiento de la madera. Es decir, al demandado se le contrató para que
transformara la madera que le había comprado Industrias Tropicales S. A. Y
como producto de tal transformación construyera unas tijeras de madera. De
conformidad con el inciso 1o. del artículo 2 del Código de Comercio, son
comerciantes quienes ejercen en nombre propio y con fines de lucro,
cualesquiera actividades que se refiera a la industria dirigida a la producción o
transformación de bienes. Es decir, pues, no cabe duda que el demandado
realiza una actividad mercantil y por lo tanto es un comerciante, como
correctamente se desprende de su patente de comercio. Se le contrató en tanto
que comerciante en el ramo de la madera. Se le contrató en tanto que
propietario de una empresa mercantil dedicada a actividades de
industrialización, transformación y procesamiento de madera. El contrato entre
las partes se otorgó para que el demandado realizara su actividad profesional
como comerciante en el ramo de la madera, y, por lo tanto ese contrato es de
naturaleza mercantil en el caso concreto, por mucho que en abstracto esté
regulado en el Código Civil. Así, la discusión en que consiste el juicio que
subyace a este recurso de casación es la discusión sobre si un comerciante
incumplió o no un contrato de naturaleza mercantil y en su caso las
consecuencias que se derivan de su incumplimiento. Se trata de una acción a
la que indudablemente da lugar la aplicación del Código de Comercio. En
efecto, este Código establece los principios filosóficos con base en los cuales
se deben cumplir las obligaciones y contratos mercantiles. El artículo 669 del
Código de Comercio de Guatemala dispone que las obligaciones y contratos
mercantiles se interpretarán, ejecutarán y cumplirán de conformidad con los
principios de verdad sabida y buena fe guardada, a manera de conservar y
proteger las rectas y honorables intenciones y deseos de los contratantes, sin
limitar con interpretación arbitraria sus efectos naturales. Ese precepto legal es
uno de los principales fundamentos de Derecho citados expresamente en la
demanda. Es aplicable en el presente caso, porque, insisto, aquí lo que se ha
discutido es el incumplimiento de un contrato de naturaleza mercantil, que, en
consecuencia, debió ser cumplido de conformidad con los citados principios de
verdad sabida y buena fe guardada, cuya inobservancia está latente en todos
los hechos invocados en la demanda. El artículo 1 del Código de Comercio de
Guatemala es totalmente claro al establecer que los comerciantes en su
actividad profesional, los negocios jurídicos mercantiles y cosas mercantiles, se
regirán por las disposiciones de este Código y en su defecto por las del
Derecho Civil que se aplicarán e interpretarán de conformidad con los
principios que inspira el Derecho M.. En este caso hay una doble razón para
afirmar que la relación jurídica se estableció para que un comerciante realizara
su actividad profesional. En segundo lugar, esa relación jurídica de fondo se
constituyó en un contrato de obra, que en el presente caso es de naturaleza
mercantil, en vista de que constituye el objeto para el que se encuentra
establecida una empresa mercantil y con ello la actividad profesional como
comerciante de su propietario. Es decir, aunque el contrato de obra en general
se encuentra regulado por el Código Civil, en este caso, en concreto para esta
relación jurídica de fondo entre el demandado y mi representada, es un
contrato regido por el Código de Comercio, en vista de que se trata de la
actividad profesional de un comerciante, el demandado, quien tiene establecida
una empresa mercantil para tal objeto. O sea, tampoco es cierto lo que dice la
sentencia en cuanto a que el contrato de obra no es del giro ordinario, del fin u
objeto social de las partes, puesto que la transformación y el procesamiento de
la madera es el giro ordinario para el cual el demandado tiene establecida su
empresa mercantil "Comercial Andrews", en relación con la cual se le contrató
para realizar la obra que refiere el proceso. En consecuencia, las acciones que
se plantearon en este caso son acciones a las que da lugar la aplicación del
Código de Comercio. Específicamente, se trata de acciones a las que dan lugar
la aplicación de los artículos 1, 2, 694, y, sobre todo, 669, del Código de
Comercio de Guatemala. Este último de manera más que destacada porque es
el que establece cómo se deben cumplir los contratos mercantiles, tema de
discusión en este juicio, en el que mi representada alega que el demandado
incumplió un contrato para cuya ejecución, cumplimiento o desarrollo tiene
establecida una empresa mercantil. Siendo que lo que se discute en este caso
son acciones a las que da lugar la aplicación del Código de Comercio, la vía
procesal adecuada para ventilar tales acciones es la del juicio sumario que
establece el artículo 1039 de ese Código. De esa cuenta, cuando la sentencia
recurrida estima que esa vía no era la aplicable en este caso infringe el primer
párrafo de este artículo 1039 del Código de Comercio de Guatemala, que es el
que establece la vía procesal del juicio sumario para estos casos. Cito como
ejemplo de que estas acciones deben plantearse en juicio sumario, el auto
dictado por la misma S. Primera de la Corte de Apelaciones el nueve de Marzo
de mil novecientos noventa y cuatro dentro del expediente U guión dos guión
noventa y tres. Dicha resolución se dictó en un caso en que con relación a un
contrato de obra dos sociedades mercantiles demandaron a otra en juicio
ordinario. La demandada interpuso recurso de nulidad, argumentando, como
ahora mi representada, que la vía procesal adecuada para conocer del asunto
era la del juicio sumario. El recurso fue declarado sin lugar en primera instancia
y en apelación se dictó auto que revocó lo resuelto en primera instancia y
declaró con lugar el recurso, sosteniendo que son negocios mercantiles
aquellos en que intervenga cuando menos un comerciante dentro de su esfera
de competencia profesional. En dicho fallo, que era también sobre un contrato
de obra, la S. estimó que tanto actora como demandada tienen la calidad de
comerciantes sociales y la negociación en que convinieron cae dentro del
campo de actividad profesional o giro mercantil de ambas entidades en litigio,
lo que acarrea como indudable consecuencia, primero, la mercantilidad del
negocio jurídico que celebraron, por cuyo supuesto incumplimiento deducen
pretensión indemnizatoria, y, luego, la certeza legal de que la demanda
intentada necesariamente por ese motivo debió promoverse en juicio sumario
por imperativo del mandato terminante que contiene el artículo 1039 del Código
de Comercio... contra ese auto se interpuso casación y esa Honorable Cámara
Civil sostuvo el mismo criterio de que tratándose de un litigio entre
comerciantes con ocasión de su actividad profesional, debe tramitarse en juicio
sumario y no en ordinario. Al respecto, puede verse la sentencia dictada por
esa Honorable Cámara el dieciséis de Febrero de mil novecientos noventa y
cinco en el expediente de casación ciento treinta guión noventa y cuatro.
ANÁLISIS:
Al hacer el examen correspondiente del primer submotivo, esta Cámara
advierte que el quid del asunto se divide en dos cuestiones: Primero establecer
si el contrato celebrado entre los actores, tiene naturaleza civil o mercantil, y
luego con base en ello determinar la vía procesal idónea para demandar. Para
el efecto es necesario revisar los antecedentes del caso y de la lectura de los
mismos se aprecia que actor y demandado entablaron una relación contractual
por medio de la cual el segundo se comprometió a realizar el trabajo a que se
ha hecho referencia en los antecedentes de este fallo, y para demostrarlo el
actor adjuntó a su demanda fotocopias de una serie de documentos por medio
de los cuales se evidencia que ambos se cruzaron cartas por medio de las
cuales el demandado ofertaba y hacia propuestas relacionadas con el trabajo a
realizar, utilizando hojas membretadas de la empresa Comercial Andrews.
Asimismo, el demandado adjunto a su contestación de demanda la Patente de
Comercio de la citada empresa, en la que se advierte que S.J.A.H. es el
propietario de la misma y que el objeto de esta es, entre otros, la
transformación de productos de madera. Evidentemente no está en discusión la
relación contractual, sino mas bien si la naturaleza del contrato es civil o
mercantil. Para el efecto esta Cámara hace las siguientes apreciaciones:
Según el tratadista R.A.V.L. en su obra Derecho M. Guatemalteco, Tomo III,
Segunda Edición, del año mil novecientos noventa y ocho, página treinta y uno,
señala que: El contrato (se refiere al contrato mercantil), como acto jurídico,
constituye el medio para que se dé el movimiento en el tráfico comercial; La
teoría general del contrato no difiere diametralmente entre el campo civil y el
mercantil; de manera que los conceptos fundamentales son aplicables a este
tema.
De conformidad con el artículo 1º del Código de Comercio: Los comerciantes
en su actividad profesional, los negocios jurídicos mercantiles y cosas
mercantiles, se regirán por las disposiciones de este Código y, en su defecto,
por las del Derecho Civil que se aplicaran e interpretarán de conformidad con
los principios que inspiran el Derecho Mercantil: El artículo 2º del mismo
Código regula que: Son comerciantes quienes ejercen en nombre propio y con
fines de lucro, cualesquiera de las actividades que se refieren a lo siguiente: 1º
La industria dirigida a la producción o transformación de bienes y a la
prestación de servicios.
Con base en las normas citadas y lo demás expuesto en este apartado, se
determina que el señor S.J.A.H. es un comerciante individual, y que el trabajo u
obra convenida corresponde al objeto social de la empresa, que consiste entre
otros, en la transformación de madera. Por lo tanto, las relaciones
contractuales en las que intervenga el demandado como comerciante, se
regirán por las disposiciones del Código de Comercio. En consecuencia, no
obstante que el contrato de obra se encuentra regulado en el Código Civil, el
mismo constituye el medio para que se dé el movimiento en el tráfico
comercial” de su actividad profesional, como lo define el autor consultado; es
decir que el asunto discutido lo constituye una contratación que corresponde al
giro ordinario u objeto social del comerciante, por lo que el contrato celebrado
entre las partes debe regularse, además por las normas del derecho mercantil.
En tal virtud, esta Cámara arriba a la conclusión de certeza jurídica que el
contrato de obra objeto de estudio, es de naturaleza mercantil y
consecuentemente, la vía procesal para demandar es la sumaria, por lo que la
S. Primera de la Corte de Apelaciones incurrió en quebrantamiento sustancial
del procedimiento, específicamente en el submotivo regulado en el inciso
primero del artículo 622 del Código Procesal Civil y M., que consiste en
haberse negado a resolver, teniendo la obligación de hacerlo, infringiendo con
ello el artículo 1039 del Código de Comercio, por lo que es procedente declarar
con lugar el presente recurso de casación, anular la sentencia recurrida y
ordenar a la S. dictar la resolución que en derecho corresponde, entrando a
resolver el fondo del asunto.
CONSIDERANDO II
En cuanto a los argumentos vertidos por el demandado en sus alegaciones,
esta Cámara estima necesarios mencionar que:
a) aún cuando en el Código Procesal Civil y M. no se indique que la casación
es un recurso extraordinario, la doctrina universalmente aceptada así lo define
debido a sus características, por lo que no se incurre en imprecisión al
denominarlo así;
b) el motivo regulado en el artículo 622 efectivamente se denomina
quebrantamiento substancial del procedimiento, sin embargo en el epígrafe
también se denomina casación de forma, y ha sido criterio jurisprudencial
reiterado en innumerables fallos de esta Corte, denominarlo motivo de forma,
por lo que tampoco se incurre en imprecisión al nombrarlo así; es más, la parte
final del artículo 620 del Código Procesal Civil y M., cuyo epígrafe es el de
Procedencia indica que
La Casación procede por motivos de Fondo y de Forma.; y
c) en cuanto al fondo de la acción estimatoria, esta Cámara no puede
pronunciarse en virtud de que la casación se interpuso por motivo de forma o
quebrantamiento substancial del procedimiento, por lo que sus facultades están
limitadas a lo estrictamente impugnado.
Por la forma en que se resuelve el presente caso, resulta innecesario
pronunciarse con relación a las otras infracciones y su motivos invocados por el
recurrente.
LEYES APLICABLES:
Artículos citados y: 203 y 204 de la Constitución Política de la República de
Guatemala; 25, 44, 46, 47, 51, 66, 67, 71, 116, 120, 126, 127, 128, 129, 619,
620, 627 y 635 del Código Procesal Civil y M.; 16, 49, 51, 52, 57, 74, 76, 79,
inciso a), 141, 143, 149, 152, 155 y 172 de la Ley del Organismo Judicial.
POR TANTO:
La Corte Suprema de Justicia, Cámara Civil, con base en lo considerado y
leyes citadas, al resolver, DECLARA: I) Con lugar el recurso de casación por
quebrantamiento substancial del procedimiento, interpuesto por Marco A.I.H.,
en la calidad con que actúa, ; II) Casa la sentencia de fecha doce de febrero del
año en curso, dictada por la S. Primera de la Corte de Apelaciones; III) Ordena
remitir los autos al mismo Tribunal a efecto de que cumpla con dictar la
sentencia que en derecho corresponde, entrando a resolver el fondo del
asunto. N. y con certificación de lo resuelto devuélvase los antecedentes a
donde corresponde.

E.D.B.V., Magistrado Vocal Décimo; A.C.C.M.V.C.; A.R.O. de A., Magistrado


Vocal Quinto; H.L.M.F., Magistrado Vocal Séptimo. Doctor V.M.R.W.. Secretario
de la Corte Suprema de Justicia.

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