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Informe Final
Informe Final
Capítulo 1
La Identidad de la Catequesis
La Catequesis existe desde los orígenes de la Iglesia (Cf. CT 10-13) como una de las
formas de la predicación cristiana o del ministerio de la Palabra. En el Nuevo Testamento
la predicación cristiana tiene dos momentos diferentes y, a la vez complementarios entre sí:
el primero de ellos es el anuncio o proclamación del mensaje cristiano, con el fin de
suscitar la fe y la conversión inicial; el segundo es el de la instrucción, orientado a
comprender el centro del mensaje evangélico y las consecuencias para la vida. Este último
momento es, precisamente, el de la Catequesis.
Hoy por hoy en el conjunto de las acciones pastorales de la comunidad eclesial, la acción
catequística es considerada como un ministerio fundamental e imprescindible. Sin
embargo, siempre existe el riesgo de no comprender lo específico de esta actividad pastoral
y de confundirla con otras acciones
eclesiales. Prueba de ello es que algunas personas ven a la Catequesis en todas partes y
frecuentemente hablan de este ministerio refiriéndose a actividades eclesiales que no lo
son.
Se entiende por Catequesis una forma de evangelización de los cristianos, una acción de la
comunidad eclesial, una acción de la iglesia que acompaña toda la vida y está siempre en
relación con la situación concreta de los hombres, por medio de la cual, sus miembros son
capaces de captar, celebrar y vivir el mensaje evangélico y de participar activamente en la
realización de esta comunidad y en la propagación del Evangelio. La Catequesis se
entiende como camino para el conocimiento de la fe e iniciación del seguimiento de Cristo.
El francés J. Audinet nos ofrece una breve definición en la que subraya la dimensión
experiencia1 y antropológica de la acción catequística: la Catequesis es “la acción por la
cual un grupo humano interpreto su situación, la vive y la expresa a la luz del Evangelio.
El catequista español Emilio Alberich, tomando en cuenta los datos del Nuevo
Testamento y los documentos eclesiales, afirma que: Se puede llamar Catequesis a toda
forma de servicio eclesial de la Palabra de Dios orientada a profundizar y a hacer
madurar la fe de las personas y de las comunidades.
1.2 Relación entre la Catequesis y las otras formas del ministerio de la Palabra.
La Catequesis como educación de la fe y como actividad de la Iglesia está ligada a las
diferentes formas del ministerio de la Palabra esto hace que para poder precisar la
identidad de la acción catequística sea importante que conozcamos la relación que existe
entre la Catequesis y las otras formas del ministerio profético.
La “Catequesis” debe a menudo preocuparse no sólo de alimentar y enseñar la fe, sino de
suscitarla continuamente con la ayuda de la gracia, de abrir el corazón, de convertir, de
preparar una adhesión global a Jesucristo en aquellos que están aún en el umbral de la fe
(CT 19).
La Catequesis y la predicación litúrgica son dos ministerios diferentes en cuanto el ámbito
(en la homilía es la acción litúrgica y en la Catequesis pueden ser distintos lugares, espacios
y tiempos), los contenidos (en la homilía dependen de los textos bíblicos y de las oraciones
presidenciales de la celebración; en la Catequesis los contenidos son más temáticos,
unitarios y sistemáticos), los interlocutores (en la homilía es la asamblea litúrgica, que es
bastante heterogénea; y en la Catequesis es el grupo de catequizando, que es más
homogéneo en cuanto a la edad y a la situación de fe), el método (en la Catequesis es más
dinámico, creativo, con amplia libertad de movimiento, de uso de técnicas grupales y de
medios masivos de comunicación), etc.
Catequesis y Teología: Por teología nosotros entendemos aquella reflexión crítica sobre la
Palabra de Dios acontecida en el “hoy” de la Iglesia en el mundo. De ahí que la teología
tenga las siguientes características:
Es reflexión crítica
Es reflexión sobre el Dios revelado en Jesucristo
Tiene como lugar teológico la existencia actual de la Iglesia Reflexión sobre la
praxis de la Iglesia.
Decimos que La teología y la Catequesis son dos acciones eclesiales diferentes. La teología
es una reflexión crítica sobre la fe; la Catequesis, en cambio, es una praxis al servicio de la
fe. La teología es estudio y reflexión de la Palabra de Dios; la Catequesis es actualización y
comunicación de la Palabra liberadora. La teología sigue una lógica científica y la
Catequesis una lógica pedagógica y comunicativa. Metodológicamente la teología recurre a
distintas aproximaciones (filosofía, historia, hermenéutica, etc.) para fundamentar y
profundizar científicamente los contenidos de la fe; la Catequesis, por su parte, emplea
métodos de las ciencias de la educación y de las ciencias de la comunicación para la
proclamación del mensaje evangélico, preocupándose tanto de su ortodoxia como de su
significatividad.
La Catequesis, teniendo como sujeto y objeto a la comunidad, puede ser definida como el
proceso de crecimiento en una comunidad eclesial que acoge la Palabra de Dios y la
profundiza, caminando hacia la madurez de la fe.
4. La Catequesis, Educación de la fe
Capítulo 2
La Finalidad y las Tareas de la Catequesis
I La Finalidad de la Catequesis: Formar Personas y Comunidades Maduras en la Fe.
Decimos que Al hablar de la finalidad de la Catequesis nos estamos refiriendo al punto de
llegada, al horizonte ideal o a la meto general o última hacia la cual tiende la acción
catequizadora. Los documentos ofician les de la Iglesia, cuando abordan este tema, usan
expresiones y categorías diferentes:
Unos señalan la madurez de la fe: “El fin de la Catequesis consiste en llevar a la madurez
de la fe a los cristianos como individuos y como comunidades” (DGC 38).
La Catequesis es tan necesaria para la madurez de la fe de los cristianos como para su
testimonio en el mundo: ella quiere conducir a los cristianos “en la unidad de la fe y en el
conocimiento del Hijo de Dios y a formar al hombre perfecto, maduro, que realice la
plenitud de Cristo” (Ef 4,13) (CT 25).
Otros, la confesión de la fe: “la Catequesis tiene su origen en la confesión de la fe y
conduce a la confesión de la fe” (MPD 8).
Decimos que la finalidad de la Catequesis es la confesión de la fe, esto es, la entrega
confiada del hombre a Dios (dimensión teologal), realizada en la Iglesia (dimensión
eclesial), para el servicio al mundo (dimensión diaconal).
Capítulo 3
El Catequista en Territorio de Misión
I El Catequista, un Apóstol siempre actual
1. El Catequista para una Iglesia Misionera
Vocación e identidad. En la Iglesia, el Espíritu Santo llama por su nombre a cada
bautizado a dar su aportación al advenimiento del Reino de Dios. En el estado laical se dan
varias vocaciones, es decir, distintos caminos espirituales y apostólicos en los que están
involucrados cada uno de los fieles y los grupos. En el cauce de una vocación laical común
florecen vocaciones laicales particulares.
Conocer bien el contenido y especialmente las cuestiones que las sectas explotan
para combatir la fe y a la Iglesia, y así hacer comprender a la gente a inconsistencia
de la exposición religiosa de las sectas.
cuidar la instrucción y el fervor de vida de las comunidades cristianas para detener
la corrosión.
intensificar el anuncio y la catequesis para prevenir la difusión de las sectas.
1. Elección prudente
Para escoger un candidato como catequista, es preciso saber qué criterios son «esenciales»
y cuáles no. En la práctica, es indispensable que en todas las Iglesias se establezca una
lista de criterios de selección, para que los encargados de escoger a los candidatos tengan
puntos de referencia. La elaboración de esa lista, con criterios suficientes, precisos,
realistas y controlables, corresponde a la autoridad local, única capaz de valorar las
exigencias del servicio y la posibilidad de responder a ellas.
2. Camino de Formación
Se trata, pues, de una formación exigente para el interesado y comprometedora para los
que deben cooperar en su realización. Esta tarea es de máxima importancia y se le confía
con especial cuidado a los Ordinarios.
Unidad y armonía en la personalidad del catequista
Madurez humana.
Se deben tener en cuenta algunos aspectos determinados. Ante todo, la esfera propiamente
humana, con todo lo que ella implica:
Equilibro psicofísico, buena salud,
Responsabilidad, honradez,
Dinamismo.
Ético profesional y familiar;
Espíritu de sacrificio, de fortaleza, de perseverancia, etc.
Además, la idoneidad para desempeñar las funciones de catequista:
Facilidad de relaciones humanas, de diálogo con las diversas creencias religiosas y
con la propia cultura;
Idoneidad de comunicación, disposición para colaborar; función de guía; serenidad
de juicio.
Comprensión y realismo.
Capacidad para consolar y de hacer recobrarla esperanza-
Formación.
Método