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El Espíritu Misionero de la Catequesis

Capítulo 1
La Identidad de la Catequesis

La Catequesis existe desde los orígenes de la Iglesia (Cf. CT 10-13) como una de las
formas de la predicación cristiana o del ministerio de la Palabra. En el Nuevo Testamento
la predicación cristiana tiene dos momentos diferentes y, a la vez complementarios entre sí:
el primero de ellos es el anuncio o proclamación del mensaje cristiano, con el fin de
suscitar la fe y la conversión inicial; el segundo es el de la instrucción, orientado a
comprender el centro del mensaje evangélico y las consecuencias para la vida. Este último
momento es, precisamente, el de la Catequesis.
Hoy por hoy en el conjunto de las acciones pastorales de la comunidad eclesial, la acción
catequística es considerada como un ministerio fundamental e imprescindible. Sin
embargo, siempre existe el riesgo de no comprender lo específico de esta actividad pastoral
y de confundirla con otras acciones
eclesiales. Prueba de ello es que algunas personas ven a la Catequesis en todas partes y
frecuentemente hablan de este ministerio refiriéndose a actividades eclesiales que no lo
son.

I. Definiciones o Descripciones de la Catequesis


 Definiciones descripciones de documentos del Magisterio

Dos documentos del Concilio Vaticano II describen la Catequesis como instrucción de la


doctrina cristiana:
El decreto sobre el oficio pastoral de los Obispos Christus Dominus (CD), describe la
Catequesis por su finalidad. Habla de la “instrucción catequética”, “cuyo fin es que la fe,
ilustrada por la doctrina, se torne viva, explícita y activa tanto a los niños y adolescentes
como a los jóvenes y también a los adultos” (n. 14).
El Papa Pablo VI en su Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi (EN) (“La
Evangelización del Mundo Contemporáneo”) del 8 de diciembre de 1975, introduce una
perspectiva nueva en el modo de concebir la evangelización como la misión esencial de la
iglesia (cf. EN 14) y como un proceso complejo, dinámico y rico, que está compuesto de
diversos elementos, entre los cuales se encuentra la Catequesis. Dicha Exhortación
sintéticamente describe a la Catequesis como “enseñanza religiosa sistemática de los datos
fundamentales de la fe”, así:
“La inteligencia, sobre todo tratándose de niños y adolescentes, necesita aprender mediante
una enseñanza religiosa sistemática los datos fundamentales, el contenido vivo de la
verdad que Dios ha querido transmitirnos” (EN. 44).
Decimos que la Catequesis es un proceso de educación comunitaria, permanente,
progresiva, ordenada, orgánica y sistemática de la fe. Su finalidad es la madurez de la fe en
un compromiso personal y comunitario de liberación integral, que debe acontecer ya aquí y
culminar en la vida eterna feliz.
 Definiciones o descripciones de la Catequesis según algunos autores.
El catequista alemán Adolf Exeler ha elaborado una descripción amplia de la Catequesis:

Se entiende por Catequesis una forma de evangelización de los cristianos, una acción de la
comunidad eclesial, una acción de la iglesia que acompaña toda la vida y está siempre en
relación con la situación concreta de los hombres, por medio de la cual, sus miembros son
capaces de captar, celebrar y vivir el mensaje evangélico y de participar activamente en la
realización de esta comunidad y en la propagación del Evangelio. La Catequesis se
entiende como camino para el conocimiento de la fe e iniciación del seguimiento de Cristo.

El francés J. Audinet nos ofrece una breve definición en la que subraya la dimensión
experiencia1 y antropológica de la acción catequística: la Catequesis es “la acción por la
cual un grupo humano interpreto su situación, la vive y la expresa a la luz del Evangelio.

El catequista español Emilio Alberich, tomando en cuenta los datos del Nuevo
Testamento y los documentos eclesiales, afirma que: Se puede llamar Catequesis a toda
forma de servicio eclesial de la Palabra de Dios orientada a profundizar y a hacer
madurar la fe de las personas y de las comunidades.

II Elementos esenciales de la Catequesis


Decimos que:
 La Catequesis es un ministerio de la Palabra.
 La Catequesis es un ministerio eclesial.
 La Catequesis es una etapa del proceso evangelizador.
 La Catequesis es educación en fe.
 La Catequesis es iluminación e interpretación crítica de la vida y de la historia.

1. La Catequesis es un ministerio de la Palabra.


La misión fundamental de la Iglesia consiste en anunciar y hacer presente el Reino
(reinado) de Dios en las situaciones concretas de la vida de las personas y de las
comunidades.
En esta Misión de establecer el reinado de Dios en el mundo, la Iglesia aparece como el
“germen” y el “principio” de ese Reino, como su signo visible, como “sacramento
universal de salvación”. Esto quiere decir que la Iglesia no se identifica con el reino de
Dios, sino que su tarea consiste en estar al servicio del proyecto del reinado de Dios.

1.1Funciones y formas del ministerio de la Palabra


Decimos que son las siguientes:
Convocatoria y llamada a la fe: “Es la función que más inmediatamente se desprende del
mandato misionero de Jesús. Se realiza mediante el “primer anuncio”, dirigido a los no
creyentes: aquellos que han hecho una opción de increencia, los bautizados que viven al
margen de la vida cristiana, los que pertenecen a otras religiones… (cf. EN 51-53) El
despertar religioso de los niños en las familias cristianas, es también una forma eminente
de esta función”. (DGC 51).
La función de iniciación: “Aquel que, movido por la gracia, decide seguir a Jesucristo es
“introducido en la vida de la fe, de la liturgia y de la caridad del Pueblo de Dios” (AG
14).

La educación permanente de la fe: En diversas regiones es llamada también “Catequesis


permanente”. Se dirige a los cristianos iniciados en los elementos básicos, que necesitan
alimentar y madurar constantemente su fe a lo largo de toda la vida.
La función Litúrgica: Tiene la función de alimentar y hacer crecer la fe de las personas y
de las comunidades. Esto lo realiza en las celebraciones litúrgicas a través de la
proclamación de la Palabra de Dios, la homilía, las exhortaciones, etc. (Javier González
Ramírez, Pbro., Ser y Quehacer de la Catequesis pág. 25 CELAM)”. “Hay que referirse
también a la preparación inmediata a los diversos sacramentas y a las celebraciones
sacramentales, sobre todo a la participación de los fieles en la Eucaristía.

La función teológica: La teología para cumplir su función se encarga de hacer un estudio


sistemático y adelantar investigaciones científicas sobre las verdades de la fe. La teología
Clarifica los conceptos religiosos fundamentales, emplea el razonamiento científico para
explicar los fundamentos de la fe.

1.2 Relación entre la Catequesis y las otras formas del ministerio de la Palabra.
La Catequesis como educación de la fe y como actividad de la Iglesia está ligada a las
diferentes formas del ministerio de la Palabra esto hace que para poder precisar la
identidad de la acción catequística sea importante que conozcamos la relación que existe
entre la Catequesis y las otras formas del ministerio profético.
La “Catequesis” debe a menudo preocuparse no sólo de alimentar y enseñar la fe, sino de
suscitarla continuamente con la ayuda de la gracia, de abrir el corazón, de convertir, de
preparar una adhesión global a Jesucristo en aquellos que están aún en el umbral de la fe
(CT 19).
La Catequesis y la predicación litúrgica son dos ministerios diferentes en cuanto el ámbito
(en la homilía es la acción litúrgica y en la Catequesis pueden ser distintos lugares, espacios
y tiempos), los contenidos (en la homilía dependen de los textos bíblicos y de las oraciones
presidenciales de la celebración; en la Catequesis los contenidos son más temáticos,
unitarios y sistemáticos), los interlocutores (en la homilía es la asamblea litúrgica, que es
bastante heterogénea; y en la Catequesis es el grupo de catequizando, que es más
homogéneo en cuanto a la edad y a la situación de fe), el método (en la Catequesis es más
dinámico, creativo, con amplia libertad de movimiento, de uso de técnicas grupales y de
medios masivos de comunicación), etc.
Catequesis y Teología: Por teología nosotros entendemos aquella reflexión crítica sobre la
Palabra de Dios acontecida en el “hoy” de la Iglesia en el mundo. De ahí que la teología
tenga las siguientes características:
 Es reflexión crítica
 Es reflexión sobre el Dios revelado en Jesucristo
 Tiene como lugar teológico la existencia actual de la Iglesia Reflexión sobre la
praxis de la Iglesia.
Decimos que La teología y la Catequesis son dos acciones eclesiales diferentes. La teología
es una reflexión crítica sobre la fe; la Catequesis, en cambio, es una praxis al servicio de la
fe. La teología es estudio y reflexión de la Palabra de Dios; la Catequesis es actualización y
comunicación de la Palabra liberadora. La teología sigue una lógica científica y la
Catequesis una lógica pedagógica y comunicativa. Metodológicamente la teología recurre a
distintas aproximaciones (filosofía, historia, hermenéutica, etc.) para fundamentar y
profundizar científicamente los contenidos de la fe; la Catequesis, por su parte, emplea
métodos de las ciencias de la educación y de las ciencias de la comunicación para la
proclamación del mensaje evangélico, preocupándose tanto de su ortodoxia como de su
significatividad.

2. La Catequesis ministerio Eclesial


2.1La Catequesis es una acción Eclesial
La Catequesis es una acción esencialmente eclesial” (DGC 78). Con esta afirmación el
reciente Directorio catequético nos quiere decir, en primer lugar, que el sujeto o agente de
la Catequesis es la Iglesia animada por el Espíritu; la Catequesis, por tanto, es tarea y
responsabilidad de la comunidad eclesial. En segundo lugar, también nos quiere decir que
la acción catequística es un acto vivo de tradición eclesial porque transmite la fe de la
Iglesia, es decir, todo lo que ella cree, celebra vive y ora.
La dimensión eclesial pertenece a la esencia de la Catequesis y configuro sus elementos
constitutivos: la selección de los contenidos, la formación de los agentes, las opciones
metodológicas, la programación, los horizontes operativos, las modalidades de realización,
la evaluación, etc. De ahí que la acción catequística no se pueda comprender al margen
afuera de la realidad eclesial, ya que iría en contra de su propia identidad.
2.2Opción Comunitaria de la Catequesis
La comunidad como destinataria de la Catequesis

En los numerales 21 y 31 del Directorio Catequístico General se afirma que a Catequesis


es “la forma de acción eclesial, que conduce a la madurez de la fe tanto a las
comunidades como a cada fiel” y que “va dirigida a la comunidad, sin descuidar a cada
fiel en particular”.

La Catequesis, teniendo como sujeto y objeto a la comunidad, puede ser definida como el
proceso de crecimiento en una comunidad eclesial que acoge la Palabra de Dios y la
profundiza, caminando hacia la madurez de la fe.

La comunidad como meta de la Catequesis


La comunidad cristiana es también objetivo y meta de la catequesis, porque la misma
Catequesis construye y edifico la comunidad y acompaña el camino de su crecimiento.
«Podemos decir que la Catequesis “hace la Iglesia”, es decir, constituye la comunidad
cristiana. El Documento de Puebla lo dice con las siguientes palabras: “una de las metas de
la Catequesis es precisamente la construcción de la comunidad” (No. 992); “todo el que
catequiza sabe... que con su labor edifica continuamente la comunidad” (No. 995). La
acción catequizadora, por consiguiente, es para la comunidad y está al servicio de la
edificación de la comunidad».
La Catequesis es un factor de renovación eclesial. La acción catequística tiene una función
crítica dentro de la Iglesia y es, por tanto, un signo de creatividad, vitalidad, purificación,
renovación y transformación de la misma realidad eclesial.
Por último, la Catequesis está al servicio de un proyecto renovado de Iglesia, que responda
plenamente a las exigencias del evangelio en el mundo de hoy, y que sea motivador,
entusiasmante y convincente.
b. Comunidad Eclesial y Catequesis
La familia es el lugar primario para la Catequesis, allí el Evangelio debe comunicarse y
vivirse. La familia tiene compromiso peculiar e insustituible en la Catequesis pues
acompaña y enriquece las demás formas de la Catequesis 68).
Corresponde a la familia como responsable de la Catequesis:
 El despertar religioso de los niños,
 La iniciación en la oración personal y comunitaria,
 La educación de la conciencia moral,
 La iniciación en el sentido cristiano del amor, el trabajo y la convivencia,
 Despertar el espíritu misionero universal.

La fe se transmite en el ámbito familiar creando, principalmente, un ambiente cristiano que


abarque todo lo que la familia es, dice y hace.

También encontramos la Iglesia, que cumple su Misión de la Catequesis a través de:


 Del ejercicio del ministerio de la unidad y de la autenticidad de la fe,
 Está al servicio de la promoción cualitativa de la actividad catequística,
 Estimula la originalidad de las Iglesias particulares en su tarea catequizadora.

3. La Catequesis, Etapa Privilegiada en el proceso Evangelizador


La evangelización es la esencia de la misión de la Iglesia, puesto que 11ella existe para
evangelizar” (EN 14). La Catequesis forma parte del proceso total de la acción
evangelizadora. Para conocer su identidad es necesario situarla en el proceso evangelizador,
relacionándola con los demás elementos evangelizadores y con las distintas etapas o
momentos de la evangelización

3.1Evangelización y Catequesis a través de la historia


Jesucristo Encomienda a la Iglesia la misión de anunciar la Buena Noticia a todas las
gentes. “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos;
bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, y enséñenles todo lo que
les he mandado a ustedes” (Mt 28,1 9-20).
En la Iglesia naciente se hacía distinción entre el anuncio = Kerigma y la enseñanza dada a
los nuevos convertidos en la que se le explicaba las escrituras a la luz de los hechos
cristianos.

Decimos entonces que la Evangelización es el proceso gradual y sistemático, mediante el


cual la Iglesia:
 Anuncia el Evangelio de Salvación a toda criatura.

 Educa en la fe a los que se convienen a Jesucristo.

 Celebra la Salvación, glorificando al Padre Celestial y Santificando a los hombres


por medio de los Sacramentos.
Da testimonio de la fe recibida, expresada en una nueva manera de ser, de pensar de actuar,
de vivir, Transforma el orden temporal con la fuerza del Evangelio.

La Evangelización, cuya finalidad es anunciar la Buena Nueva a toda la humanidad para


que viva en ella, es una realidad compleja y dinámica, que tiene elementos, o si se prefiere,
momentos, esenciales y diferentes entre sí, que es preciso saber abarcar conjuntamente, en
la unidad de un único movimiento.
La evangelización tiene las siguientes características fundamentales:

El anuncio de Jesucristo y su buena noticia del Reino. El contenido de a evangelización


es Jesucristo (cf. DSD 27). Por lo tanto, no hay evangelización sin un anuncio explícito
de El (cf. EN 22 y 27) y de su buena nueva de salvación.

Es anuncio de la salvación liberadora). La evangelización es anuncio de la liberación


entendida en un sentido evangélico, o sea, como salvación integral del ser humano.

Se realiza con palabras y hechos. La evangelización tiene una doble dimensión: la


palabra y a acción. Es proclamación verbal de un mensaje liberador y es también
liberación y acción transformadora.
Se sitúa en las condiciones culturales presentes. La evangelización se sitúa en el interior
de la historia porque va dirigida a unas personas concretas que viven en un determinado
ambiente socio-cultural.
Tiende o la conversión. La evangelización provoca a conversión, tanto personal como
social.
3.2 La Catequesis en la acción Evangelizadora.
La Catequesis se sitúa en medio de ellas. Por una parte, es un momento sucesivo a la
acción misionera y, por otra, es iniciación y preparación de las otras acciones eclesiales
que, a través del ministerio de la Palabra, de la liturgia y del compromiso social-liberador,
alimenta la de la comunidad cristiana, fortalecen su comunión eclesial y animan su
participación en el compromiso apostólico de la Iglesia. Hay, por tanto, acciones que
anteceden y preparan a la Catequesis (primer anuncio, testimonio) (cf. CT 18) y acciones
que “emanan” de ella (la homilía, la enseñanza de la teología, la celebración de los
sacramentos, los servicios de la promoción humana, la vida de la comunidad cristiana etc.

b. La Catequesis en la acción misionera

La catequesis está al servicio de la iniciación cristiana, convirtiéndose en el “momento” en


que se estructura la conversión a Jesucristo, dando una fundamentación a esa primera
adhesión. Los convertidos, mediante “una enseñanza y aprendizaje convenientemente
prolongado de toda la vida cristiana” (AG 1 4), son iniciados en el misterio de la salvación
y en el estilo de vida propio del Evangelio. Se trata, en efecto, “de iniciarlos en la plenitud
de la vida cristiana.

c. La Catequesis, instrumento vivo al servicio de la Nueva Evangelización

Hoy también la Catequesis es considerada como una mediación necesaria de la nueva


evangelización porque la acción catequística: es una actualización de Jesucristo en el “hoy”
cultural; es un anuncio de la buena nueva de la promoción humana; y es un ministerio
privilegiado para la inculturación del Evangelio. De esta forma llegamos a tener también
una Catequesis nueva. En otras palabras: jamás tendremos una evangelización nueva sin
una Catequesis renovada.

4. La Catequesis, Educación de la fe

La Catequesis es primordialmente un ministerio eclesial al servicio del crecimiento y


madurez de la fe de las personas y de las comunidades. Este es el elemento que más
expresa su identidad, por consiguiente, su peculiaridad y su originalidad ante las otras
acciones eclesiales.
También la Catequesis, como mediación eclesial que favorece el encuentro entre Dios y fa
persona humana, educa en la fe en un sentido indirecto, secundario e instrumental. Paresa,
para evitar la idea de que la fe se puede manipular, programar o guiar desde fuera, los
catequistas prefieren sustituir la expresión “educación de la fe” por “educación en la fe”.

Esta catequesis sobre la fe tiene unas características:


 Es una educación orgánica y sistemática (cf. DGC 67). Orgánica porque ofrece una
síntesis coherente del mensaje evangélico, dando a los diversos elementos de la fe
cristiana en torno al misterio Jesucristo.
 Es una educación integral también porque la fe como adhesión a Dios y la fe como
contenido de la Revelación, la fe existencial y la fe doctrinal, la fe como don y la fe
 Sistemática porque sigue con un programa articulado con reuniones periódicas.

5. La Catequesis, iluminación e interpretación de la vida y de la historia


 La Catequesis es anuncio de la Palabra de Dios en la Vida cotidiana y en los
acontecimientos humanos
 La Catequesis ilumina e interpreta cristianamente la vida y la historia
 La Catequesis es un factor de promoción humana Integral.

Capítulo 2
La Finalidad y las Tareas de la Catequesis
I La Finalidad de la Catequesis: Formar Personas y Comunidades Maduras en la Fe.
Decimos que Al hablar de la finalidad de la Catequesis nos estamos refiriendo al punto de
llegada, al horizonte ideal o a la meto general o última hacia la cual tiende la acción
catequizadora. Los documentos ofician les de la Iglesia, cuando abordan este tema, usan
expresiones y categorías diferentes:
Unos señalan la madurez de la fe: “El fin de la Catequesis consiste en llevar a la madurez
de la fe a los cristianos como individuos y como comunidades” (DGC 38).
La Catequesis es tan necesaria para la madurez de la fe de los cristianos como para su
testimonio en el mundo: ella quiere conducir a los cristianos “en la unidad de la fe y en el
conocimiento del Hijo de Dios y a formar al hombre perfecto, maduro, que realice la
plenitud de Cristo” (Ef 4,13) (CT 25).
Otros, la confesión de la fe: “la Catequesis tiene su origen en la confesión de la fe y
conduce a la confesión de la fe” (MPD 8).
Decimos que la finalidad de la Catequesis es la confesión de la fe, esto es, la entrega
confiada del hombre a Dios (dimensión teologal), realizada en la Iglesia (dimensión
eclesial), para el servicio al mundo (dimensión diaconal).

 Nivel individual: Perfil del creyente maduro

La Catequesis, en primer lugar, busca formar mujeres y hombres maduros en la fe, es


decir, personas que humanamente sean equilibradas, que tengan un encuentro vital y
profundo con Jesucristo.

.1 Una personalidad equilibrada y armónica

El ministerio de la Catequesis está, ante todo, al servicio de los catequizandos en cuanto


personas. Convencida de que la madurez de la fe se construye desde una base humana, la
Catequesis se interesa por el desarrollo humano integral y armónico de cada hombre y de
cada mujer que participa en los encuentros y procesos catequísticos

La Catequesis es portadora di Evangelio, es decir, de la Buena Nueva. Y Buena Nueva es


ayudar a las personas a que sean más personas y a que crezcan en humildad. Buena Noticia
es ayudar al catequizando a que se conozca, que se valore, que se tenga con fianza, que
maneje positivamente sus emociones y sentimientos, que conviva cordial y armónicamente
con los demás, que crezca en autonomía personal, que desarrolle sus potencialidades
humanas.
.2 Una persona que asume el estilo de vida y la causa de Jesucristo

Decimos que la Catequesis, por lo tanto, está orientada a formar personas:


 Que tengan un encuentro profundo con Jesús.
 Que se entusiasmen por su persona y su mensaje.
 Que experimenten un cambio.
 (conversión) en sus relaciones con Dios y con los demás.
 Que manifiesten una transformación verdadera en sus vidas.
 Que opten por Jesús, tomándolo como criterio y norma de vida, haciendo suyas las
actitudes fundamentales del Maestro, asumiendo su estilo de vida y
comprometiéndose a continuar, hoy aquí, lo que fue su causa y el amor apasionado
de su vida: el reinado de Dios.

.3 Una persona con sentido eclesial


Concretamente, la acción catequizadora busca formar personas:
 Que tengan “sentido de pertenencia eclesial”.
 Que tengan “sentido de compromiso y corresponsabilidad eclesial”; que descubran
que en la Iglesia tienen un lugar y un compromiso determinado.
 Que tengan “sentido de comunión eclesial”: que aprecien la tradición viva que
viene de los apóstoles; que sean fieles al Magisterio.
 Que tengan un espíritu comunitario: que celebren, compartan y vivan su fe en
comunidad.

.4 Un agente de cambio social


la Catequesis tiende a formar personas:
 Que conozcan críticamente la realidad socio-cultural en que viven y que la
interpreten cristianamente.
 Que manifiesten su fe en el corazón del mundo: en la familia, en el trabajo, en las
escuelas y universidades.
 Que con la fuerza de Evangelio se comprometan en la transformación de las
estructuras de pecado que hay en la sociedad,
 Que sean sensibles con los que más sufren y solidarios con los más pobres y
débiles.

2 Nivel comunitario-eclesial: rasgos fundamentales de una comunidad cristiana


madura.
 Vivir la fe en grupo (no en masa),
 Compartir servicios y ministerios (la Iglesia no se reduce a los curas),
 Transformar espacios concretos de la sociedad (lucha a favor de la justicia) y
 Testimoniar una esperanza de vida y de resurrección (frente a todo germen de
muerte)”.

2.1 Vida fraterna


Indicamos que Para que exista una comunidad eclesial madura es necesario, ante todo, que
exista una comunidad realmente “humana”, es decir, de “calidad humana”. De ahí que la
comunidad madura en la Fe sea aquella que promueve entre sus miembros una vida
fraternal, fomentando las relaciones interpersonales profundas, la relación cordial y cálida
de todos con todos, la ayuda mutua, la solidaridad y la corrección fraterna.

2.2 Comunión eclesial


Comunidad madura en la fe es aquella que se siente afectiva y efectivamente integrada a la
comunidad parroquial o diocesana y vive en comunión y diálogo permanente con los que
presiden el servicio pastoral de esas comunidades cristianas (Obispo, Presbíteros,
Religiosos, Diáconos).

2.3 Corresponsabilidad ministerial


La comunidad eclesial madura está convencida de que el Espíritu Santo los enriquece con
una variedad de ministerios y dones que redundan en beneficio de todos. Por eso, en su
interior se promueven y organizan los diferentes ministerios, carismas y servicios, a través
de los cuales sus miembros participan, de forma consciente y responsable, en todas las
áreas de la praxis pastoral (Palabra, celebración, compromiso liberador y dirección para la
comunión) y con-tribuyen, de esta manera, a la edificación de la comunidad cristiana y al
servicio liberador y transformador de la sociedad.
2.4 Compromiso Evangelizador-misionero
La comunidad eclesial madura es aquella que ha sido evangelizada y se convierte en
evangelizadora. Sus integrantes llegan a una “convicción misionera” ya un fuerte
compromiso de compartir y difundir la Buena Noticia que ha llegado a sus vidas, de
anunciar el Evangelio a los que no creen o a los que están alejados de su fe, de anunciar a
Jesucristo en todos los ámbitos.

2.5 Praxis Liberadora en la sociedad


la comunidad eclesial madura es aquella que, desde la fe cristiana, tiene una presencia
activa, crítica, liberadora y transformadora en el mundo. Ha descubierto en la praxis
liberadora de Jesús su misión de anunciar y hacer presente el reinado de Dios en la
sociedad; es sensible y solidaria con los problemas de la humanidad, especialmente con las
necesidades de los marginados y de los excluidos de la mesa de la vida; tiene una
conciencia crítica ante las situaciones y problemas sociales; denuncia proféticamente lo
que se opone al Evangelio

II. La Tareas Fundamentales de la catequesis

El Vaticano II en la Gaudium et Spes 4, describe cuatro tareas: La instrucción catequética,


 Que ilumina y robustece la fe,
 Nutre la vida con el espíritu de Cristo.
 Conduce a una consciente y activa participación del misterio litúrgico
 mueve a la acción apostólica.
También El Documento “La Catequesis en la comunidad”, de la Comisión Episcopal de
Enseñanza y Catequesis de España, señala las siguientes tareas o dimensiones:
 Iniciación en el conocimiento del misterio de Cristo.
 iniciación en la vida evangélica.
 iniciación en la oración y en la liturgia.
 iniciación en el compromiso
El Directorio General para la Catequesis (1997) menciona seis tareas:
 Propiciar el conocimiento de la fe,
 la educación litúrgica.
 la formación moral,
 enseñara orar,
 la educación para la vida comunitaria,
 y la iniciación a la misión

1. Promover a la persona en su plenitud humana


 Una formación humana integral y armónica.
 Formar en los valores humanos.
 La formación humana.

2. Conocer el mensaje cristiano


En el ámbito de la fe cristiana, la Catequesis tiene la tarea de ayudar a las personas a
conocer y profundizar el mensaje evangélico, y la Catequesis debe conducir...a la
“comprensión paulatina de toda la verdad del designio divino”, introduciendo a los
discípulos de Jesucristo en el conocimiento de la Tradición y de la Escritura.

3. Educar a la celebración de la fe y la Oración.


La fe es verdadera cuando se conoce, se expresa en la celebración y se manifiesta en el
testimonio de vida. De ahí que la Catequesis, además de iniciar al conocimiento vivo y
significativo del misterio de Cristo, tenga también la tarea de ayudar a los catequizandos a
celebrar y contemplar dicho misterio.

4. Educar a los valores, actitudes y comportamientos Evangélicos


La moral cristiana, como la liturgia, es una dimensión y expresión de la fe. De ahí que la
Catequesis tenga también como tarea fundamental el educar a los catequizandos a un
comportamiento humano responsable, inspirado en los valores evangélicos. Esta
educación moral consiste básicamente en asumir el estilo de vida de Cristo. Dicho con
otras palabras: se trata de vivir “hoy y aquí” las actitudes evangélicas que se desprenden de
la práctica liberadora de Jesús, de sus opciones fundamentales, de sus enseñanzas y
ejemplo de vida.

5. Educar a la vida comunitaria y a la corresponsabilidad eclesial.


La fe se profeso, se celebra, se expresa y se vive en comunidad. Por eso, otra de las tareas
fundamentales del ministerio catequético es la educación para la vida comunitaria, la
corresponsabilidad y el compromiso eclesial. A través de este cometido, la acción
catequizadora ayudará a las personas a crecer en identidad, vivencia, compromiso y
espíritu eclesial

6. Educar al compromiso social liberador.


La fe cristiana tiene una dimensión y proyección social, ya que incide directamente en las
realidades temporales. En otras palabras, la fe tiene que ver con el pan, la vivienda, el
trabajo, la educación, los derechos humanos, la paz, la justicia, la democracia, la ecología,
etc. Por eso, otra tarea importante de la Catequesis es, precisamente, la promoción y
liberación integral de la persona humana y la transformación, a la luz del Evangelio, de las
realidades temporales, sobre todo de las estructuras injustas de este cometido, la acción
catequizadora ayudará a las personas a formar cristianamente su conciencia social y a estar
capacitados para tener una presencia social y a estar capacitados para tener una presencia
evangélica (crítica, liberadora y transformadora) en la vida pública.

III Comentarios Conclusivos sobre la Finalidad y las tareas de la Catequesis


La finalidad última de la Catequesis no se logra de manera completa y definitiva en ningún
momento determinado de la vida. La plena madurez de la fe es, por consiguiente, un
cometido que estará presente a lo largo de toda la existencia humana. De ahí se deduce que
la Catequesis no tiene un carácter temporal sino permanente.

Unidad de la meta última en la multiplicidad de tareas. La finalidad de la acción


catequística es profundamente unitaria (la madurez de la fe) y se realiza por medio de la
interacción dinámica y orgánica de tareas diferentes y complementarias.

Capítulo 3
El Catequista en Territorio de Misión
I El Catequista, un Apóstol siempre actual
1. El Catequista para una Iglesia Misionera
Vocación e identidad. En la Iglesia, el Espíritu Santo llama por su nombre a cada
bautizado a dar su aportación al advenimiento del Reino de Dios. En el estado laical se dan
varias vocaciones, es decir, distintos caminos espirituales y apostólicos en los que están
involucrados cada uno de los fieles y los grupos. En el cauce de una vocación laical común
florecen vocaciones laicales particulares.

En la realidad misionera, la vocación del catequista es específica, es decir, reservada a la


Catequesis, y general, para colaborar en los servicios apostólicos que sirven para la
edificación de la Iglesia y para su crecimiento.

2.Líneas de Espiritualidad del Catequista


Necesidad y naturaleza de la espiritualidad del catequista. Es necesario que el catequista
tenga una profunda espiritualidad, es decir, que viva en el Espíritu que le ayude a
renovarse continuamente en su identidad específica.
La necesidad de una espiritualidad propia del catequista se deriva de su vocación y misión.
Por eso, la espiritualidad del catequista entraña, con nueva y especial exigencia, una
llamada a la santidad.
La espiritualidad del catequista está ligada estrechamente a su condición de «cristiano» y
de «laico», hecho partícipe, en su propia medida, del oficio profético, sacerdotal y real de
Cristo.
Ardor misionero. Un catequista que viva en contacto con muchedumbres de no cristianos,
como sucede en los territorios de misión, en fuerza del Bautismo y de la vocación especial
no puede menos de sentir como dirigidas a él las palabras del Señor: «También tengo otras
ovejas, que no son de este redil; también a ellas las tengo que conducir» (Jn 10,16); «Id
por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda criatura» (Mc 16,15).
Además, el catequista ha de procurar mantener la convicción interior del pastor que «va
tras la oveja descarriada hasta que la encuentra» (Lc 1 5.4); o de la mujer que «busca con
cuidado la dracma perdida hasta que la encuentra» (Lc 1 5,8).
El espíritu misionero requiere, en fin, que el Catequista imprima, en lo más íntimo de su
ser, el signo de la autenticidad; la cruz gloriosa. El Cristo que el catequista ha aprendido a
conocer, es el «crucificado» (cf 1 Co 2,2); el que él anuncia es también el «Cristo
crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles» (1 Co 1 ,23).

3. Actitudes del catequista frente a determinadas situaciones actuales


Servicio a la comunidad y atención a las distintas categorías. El servicio del Catequista se
ofrece a toda clase de personas, sea cual fuere la categoría a la que pertenecen: jóvenes y
adultos, hombres y mujeres, estudiantes y trabajadores, sanos y enfermos, católicos,
hermanos separados y no bautizados.
Por lo tanto, concretamente, todo catequista deberá promover el conocimiento y a
comunión entre os miembros de la comunidad, cuidar de las personas que le han sido
confiadas, y tratar de comprender sus necesidades particulares para poderlas ayudar. Desde
este punto de vista, los catequistas se distinguen por tareas propias y por preparación
específica.
El catequista, en virtud de su misión, se encuentra necesariamente implicado en esta
dimensión apostólica y debe colaborar a madurar la conciencia ecuménica en la
comunidad, comenzando por los catecúmenos y los neófitos). Ha de cultivar, pues, un
profundo deseo de unidad, insertarse con gusto en el diálogo con los hermanos de otras
confesiones cristianas y comprometerse generosamente en las iniciativas ecuménicas,
dentro de su cometido, siguiendo las directivas de la Iglesia, especificadas localmente por
la Conferencia Episcopal y por el Obispo.
Las líneas de acción preferenciales, para un catequista, son las siguientes:

 Conocer bien el contenido y especialmente las cuestiones que las sectas explotan
para combatir la fe y a la Iglesia, y así hacer comprender a la gente a inconsistencia
de la exposición religiosa de las sectas.
 cuidar la instrucción y el fervor de vida de las comunidades cristianas para detener
la corrosión.
 intensificar el anuncio y la catequesis para prevenir la difusión de las sectas.

II Elección y formación del Catequista

1. Elección prudente
Para escoger un candidato como catequista, es preciso saber qué criterios son «esenciales»
y cuáles no. En la práctica, es indispensable que en todas las Iglesias se establezca una
lista de criterios de selección, para que los encargados de escoger a los candidatos tengan
puntos de referencia. La elaboración de esa lista, con criterios suficientes, precisos,
realistas y controlables, corresponde a la autoridad local, única capaz de valorar las
exigencias del servicio y la posibilidad de responder a ellas.

También es importante tener encuenta:


 La fe del candidato, que se manifiesta en su piedad y en el estilo de vida diaria.
 Su amor a la Iglesia y la comunión con los Pastores; el espíritu apostólico y la
apertura misionera.
 Su amor a los hermanos, con propensión al servicio generoso; su preparación
intelectual básica.
 Buena reputación en la comunidad.

2. Camino de Formación

Se trata, pues, de una formación exigente para el interesado y comprometedora para los
que deben cooperar en su realización. Esta tarea es de máxima importancia y se le confía
con especial cuidado a los Ordinarios.
 Unidad y armonía en la personalidad del catequista
 Madurez humana.
Se deben tener en cuenta algunos aspectos determinados. Ante todo, la esfera propiamente
humana, con todo lo que ella implica:
 Equilibro psicofísico, buena salud,
 Responsabilidad, honradez,
 Dinamismo.
 Ético profesional y familiar;
 Espíritu de sacrificio, de fortaleza, de perseverancia, etc.
 Además, la idoneidad para desempeñar las funciones de catequista:
 Facilidad de relaciones humanas, de diálogo con las diversas creencias religiosas y
con la propia cultura;
 Idoneidad de comunicación, disposición para colaborar; función de guía; serenidad
de juicio.
 Comprensión y realismo.
 Capacidad para consolar y de hacer recobrarla esperanza-
 Formación.
 Método

III La Responsabilidad hacia el Catequista


1. Remuneración del Catequista
 La cuestión económica en general, se debiera realizar entre la proporción entre lo
que reciben y las exigencias de la vida.
 Ellos deben ser retribuidos según normas precisas.
 Las parroquias, por tanto, deberán destinar a esta obra una cuota proporcionada de
los ingresos para esta causa.

2. Responsabilidad del Pueblo de Dios.


 El reconocimiento público de gratitud a los catequistas ya que ellos son apóstoles
en primera línea.
 Ellos deben ser tenidos en cuenta en la organización de la comunidad eclesial.
 Son los obispos los que deben establecer los criterios de elección, promover
programas y estructuras de formación, hasta utilizar los medios adecuados para su
mantenimiento, etc.
 Los párrocos también deben valorar adecuadamente al catequista como figura
eminente de apóstol y su colaborador especial en la viña del Señor.

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