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La dirección es el sentido del movimiento que realizamos con nuestro cuerpo. Son ocho (8) direcciones
divididas en dos grupos. En el primer grupo se encuentran las direcciones básicas: adelante, atrás, derecha e
izquierda. Se entiende que la primera dirección (adelante) suele estar dirigida hacia el público o al espectador.
En el segundo grupo se encuentran las direcciones que surgen de la combinación de las direcciones básicas:
diagonal derecha-adelante, diagonal derecha atrás, diagonal izquierda-adelante y diagonal izquierda-
atrás. Adelante Izquierda-adelante Derecha-adelante Izquierda-atrás Derecha-atrás Izquierda Derecha
Atrás-
Es importante señalar que la dirección no se define solo por el desplazamiento del cuerpo desde una posición
inicial, sino también por la proyección del movimiento que se dirige hacia cierta dirección.
2.- Para entender los distintos elementos de la danza, lo mejor es practicar. Empieza por preparar el
lugar donde vas a trabajar:
• Considera un lugar o área que te permita desarrollar la exploración, es decir, donde puedas sentarte con las
piernas extendidas e incluso echarte. Además, debe tener, en lo posible, la mínima cantidad de distractores
para que puedas concentrarte.
• Necesitas buena ventilación e iluminación natural o artificial y en la medida de lo posible, que no haya ruidos
que interrumpan tu concentración.
• Cuida que esté limpio y sin objetos que interrumpan tu movimiento o que puedan romperse; debe ser un
espacio seguro.
• Si deseas, puedes poner música.
Ya tienes tu espacio. ¡Ahora, a moverse!
Prepara tu cuerpo y mente para la danza:
Ubícate en el centro del lugar que has acondicionado para tu exploración de pie; con las piernas apenas separadas; los
brazos sueltos a los lados; los hombros hacia atrás, pero relajados; y con la mirada hacia el frente. Esa será tu posición
neutra.
• Respira profundamente por la nariz y presta atención al recorrido que hace el aire cuando ingresa a tu cuerpo; reconoce
desde el momento en que el oxígeno se introduce por tus fosas nasales y pasa por todo tu aparato respiratorio hasta
cuando llena los pulmones. Al inspirar, infla el abdomen en lugar del pecho y mantén aire en tu cuerpo por el tiempo que
hayas utilizado para inspirar: si la inspiración te tomó dos segundos, contén el aire por dos segundos más y luego exhala,
también por la nariz, por dos segundos.
• Realiza este ejercicio de respiración hasta que sientas que tu cuerpo está descansado y oxigenado. Cada vez que
respires tu mente debe estar enfocada solamente en el recorrido del aire que ingresa y sale de tu cuerpo;
esto último te ayudará a concentrarte. Si deseas, puedes cerrar los ojos, o dejarlos abiertos y visualizar en tu mente la
totalidad de tu cuerpo.
• Mentalmente, nombra cada parte de tu cuerpo conforme avanza tu respiración. Empieza por los pies, que son la base
del cuerpo; luego, sigue por las piernas, rodillas, muslos, pelvis, tronco, hombros, brazos, manos, cuello; y, finalmente, la
cabeza, como si una energía recorriera tu cuerpo. Es probable que, al hacer el recorrido, conforme mencionas mentalmente
cada parte de tu cuerpo, esta se tense; no te preocupes, poco a poco lograrás hacerlo sin tensar el cuerpo.
• Mueve suavemente las articulaciones en círculos. Haz 3 repeticiones de cada movimiento. Empieza por la cabeza: gírala
formando un círculo lentamente; mueve los hombros hacia adelante y hacia atrás; luego, gira codos y muñecas formando
círculos pequeños con todo tu cuerpo hasta llegar a los pies.
• Realiza estiramientos suaves; sé amable con tu cuerpo. Extiende tus extremidades a su máximo alcance y regresa a la
posición neutra.
Ahora, calienta tu cuerpo como cuando vas a realizar alguna actividad deportiva. Por ejemplo, trota sin
desplazarte, da pequeños saltos con los pies juntos, entre otros. ¡Listo! ¡A moverse!