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Discurso 25 de Mayo

Nos encontramos reunidos una vez más para conmemorar aquel 25 de mayo de 1810, en donde se hizo realidad
el anhelo de libertad de un puñado de mujeres y hombres.
Lo cierto es que por aquel entonces, se venía de una revolución histórica que se manifestó entre los años 1806 y
1807, cuando el pueblo decidió defenderse de los ingleses y expulsarlos de nuestras tierras. Podría pensarse
aquel pueblo como un pueblo defensor de sus costumbres, de su gente, y de sus propias decisiones políticas.
Estos hechos repercutirían luego en los próximos años cuando aún dependíamos de la Corona Española, ya que
en 1810 estas tierras pertenecían al Virreinato del Río de la Plata. Éramos una colonia de España cuyo rey era
Fernando VII.

El 25 de mayo de 1810 se logró desalojar al virrey español Cisneros del poder de Buenos Aires y se conformó
la Primera Junta de Gobierno criolla. Algunos criollos revolucionarios eran partidarios de declarar la total
independencia de la metrópoli. Sin embargo, la nueva Junta Provisional de Gobierno se presentó como heredera
de las autoridades metropolitanas y en una proclama dirigida al pueblo manifestó su fidelidad y obediencia al
monarca español. Por otra parte, muchos porteños pretendían que las provincias se subyugaran bajo su poder.
Entonces, en la famosa Revolución de Mayo hubo que luchar no sólo contra los españoles, sino también contra
Buenos Aires que pretendía que los pueblos dependieran de ella.
Aquella semana de mayo de 1810, resultó crucial para la definición de las futuras decisiones; fueron días de
incertidumbre e inquietudes que se hicieron eco de una única voz: la del pueblo.
Aquella vez se hizo presente reunido en la plaza de Mayo para ser escuchado y reclamar por sus derechos.
Porque un día el pueblo cansado de tanta injusticia y malos tratos por parte del dominio español, quiso saber y
pedir explicaciones. Porque un día el pueblo entendió que no se trataba de propuestas egocéntricas ni de
palabras superficiales, porque finalmente se dio cuenta de que todos juntos podían empezar a construir un futuro
para su familia.

Una hazaña que llevaron a cabo por la sola fuerza de sus ideas, de su voluntad, de su determinación. Gracias a
ellos hoy somos libres. Libres para decir lo que pensamos, para tener nuestras creencias, para elegir a nuestros
amigos. 
Hoy, aquí, cada uno de nosotros está haciendo historia, estamos definiendo nuestro presente y nuestro futuro.

Por eso, mirar hacia atrás y encontrarnos con otras personas que lucharon  juntas por la libertad debe darnos
fuerzas para recuperar el sentido de pertenencia, la identidad que nos da sentirnos parte de una comunidad que 
lleva un largo camino recorrido y que elige seguir un  mismo rumbo , hombro con hombro , desde el lugar que
cada uno ocupa.
Estas actitudes, este compromiso, esta presencia de todos, seguramente permitirán seguir construyendo un país
libre, en el que se pueda vivir en paz, tal como lo soñaron aquellos hombres de Mayo.
Estamos convencidos de que, en tiempos de crisis, la solidaridad cotidiana, la responsabilidad de estudiar para
ser ciudadanos críticos, la de enseñar, dar afecto y transmitir nuestros mejores valores podrán hacernos hoy,
como en aquel 1810, un pueblo más libre, a seguir luchando y no bajar nunca los brazos. 

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