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El documento presenta apuntes de la sesión 2 del curso Introducción al Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. En el se explican los fundamentos y características del positivismo jurídico y un recuento histórico de la evolución de la norma en la sociedad.
El documento presenta apuntes de la sesión 2 del curso Introducción al Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. En el se explican los fundamentos y características del positivismo jurídico y un recuento histórico de la evolución de la norma en la sociedad.
El documento presenta apuntes de la sesión 2 del curso Introducción al Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. En el se explican los fundamentos y características del positivismo jurídico y un recuento histórico de la evolución de la norma en la sociedad.
Fundamentos y Características del Positivismo Jurídico
Dimensiones Teóricas e Ideológicas
El Positivismo Jurídico abarca dos dimensiones fundamentales:
la teórica y la ideológica. En la dimensión teórica, el enfoque positivista busca establecer un plano ideal de cómo deben ser las reglas y normas legales. Se propone como una guía para alcanzar objetivos específicos mediante la aplicación de decretos y normas sistematizadas. Esta dimensión teórica representa una respuesta al deseo humano de entender cómo se debe llegar a ciertos resultados deseables, tanto en el ámbito de las relaciones interpersonales como en la organización de la sociedad en su conjunto.
En la dimensión ideológica, el positivismo jurídico busca
distanciar el derecho de las consideraciones morales y éticas. Reconoce que el derecho no debe estar anclado en juicios subjetivos sobre lo que es bueno o malo desde un punto de vista moral. En cambio, se enfoca en lo que es observable y medible, centrándose en cómo se regulan las interacciones humanas. Esta distinción es crucial para establecer una base objetiva sobre la cual construir el sistema legal y garantizar su aplicabilidad y eficacia.
Evolución a lo Largo de la Historia
El Positivismo Jurídico ha evolucionado a lo largo de las
diferentes etapas históricas, adaptándose a las necesidades cambiantes de las sociedades humanas y a las transformaciones en la forma en que se concibe el conocimiento y la ciencia. En la prehistoria, las normas tribales y las costumbres establecían las bases para la regulación social. La antigüedad vio la necesidad de normas más estructuradas para demostrar civilización y organización en sociedades más complejas.
Durante la Edad Media, las consideraciones divinas se
entrelazaban con las normas humanas, reflejando la importancia tanto de la autoridad divina como de la acción humana en la formulación de leyes. La modernidad marcó un cambio epistemológico significativo al alejar el derecho de explicaciones teológicas y míticas y acercarlo a enfoques más empíricos y científicos. En la contemporaneidad, el positivismo jurídico se ha especializado en ámbitos sociológicos, reconociendo la importancia de considerar los aspectos sociales y psicológicos en la formulación y aplicación de leyes.
La transición hacia la modernidad marcó un hito importante en
la historia del positivismo jurídico. A medida que la observación empírica y el método científico ganaban terreno en la epistemología general, también influían en la forma en que se concebía el derecho. Esta transición permitió que el derecho dejara atrás justificaciones divinas o míticas y se fundamentara en la observación y la sistematización. El positivismo jurídico moderno se destacó por su énfasis en establecer reglas claras y comprensibles que pudieran ser aplicadas de manera consistente.
En la actualidad el positivismo jurídico, aunque arraigado en su
historia, continúa siendo relevante en la sociedad contemporánea. Su enfoque en la objetividad y en la observación empírica lo convierte en un marco valioso para abordar los desafíos legales y éticos que enfrentamos en la actualidad. La sistematización de normas y la búsqueda de una regulación efectiva siguen siendo fundamentales para garantizar una convivencia ordenada y justa.