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Disertación sobre el desarrollo curricular y los ciclos de actualización

La política de desarrollo curricular es un proceso que implica definir el currículum nacional a través
de mejoras periódicas en los instrumentos curriculares oficiales. Su objetivo principal es
incrementar las posibilidades de implementación del currículum y mejorar su definición, tomando
en cuenta la discusión pública, la implementación en el sistema educativo y el análisis disciplinario.

En este texto se aborda el surgimiento de la noción de desarrollo curricular en las políticas


curriculares desde 1990 hasta la fecha, y cómo abordar la elaboración curricular requiere repensar
los alcances de la definición curricular. Se proponen los distintos elementos que una propuesta
curricular debe considerar para establecer ciclos de desarrollo curricular efectivos.

La noción de desarrollo curricular y la implementación de ciclos busca lograr la pertinencia y


actualización del currículum nacional, así como su estabilidad y consistencia en el sistema
educativo. Se han realizado diversos cambios y reformas curriculares desde 1990, como la
aprobación de nuevos currículos para la educación básica y media, la detección de dificultades en
la implementación de los cambios propuestos y la necesidad de abordar el tema mediante estudios
y evidencias.

En este proceso de reforma curricular, se reconoce la importancia de contar con dispositivos


institucionales que permitan mantener el currículum actualizado en respuesta a los cambios
constantes en la sociedad del conocimiento. Surge así la idea de desarrollo curricular, que busca
actualizar el currículum sin esperar un nuevo proceso de reforma, mediante sistemas permanentes
de monitoreo y seguimiento de la implementación curricular y las demandas de la sociedad al

sistema escolar.

Durante el período 1998-2002 se realizaron modificaciones al currículum de educación básica y


media, basadas en la evidencia recogida en los procesos de monitoreo a la implementación.
También se establecieron estándares de aprendizaje y se precisaron los objetivos y contenidos
curriculares.
La reflexión transversal respecto a las políticas de desarrollo curricular reconoce que estas políticas
son complejas y requieren la articulación con otras políticas educativas para lograr la equidad y la
calidad educativa. Se valora el currículum como un instrumento central en la definición de la
calidad educativa y la democratización del conocimiento.

La recomendación principal es institucionalizar la noción de desarrollo curricular mediante ciclos


de actualización periódica del currículum nacional. Estos ciclos permiten la estabilidad de los
procesos locales de comprensión, apropiación e implementación curricular, evitando cambios
permanentes y sin fecha previsible que podrían generar ilegitimidad en el sistema educativo.

Contar con ciclos estables para la actualización curricular también facilita la articulación con otras
medidas de política educativa y permite el monitoreo y análisis acumulativo de evidencias para
identificar aspectos necesarios de ser incorporados en los procesos de actualización. Se propone
que los ciclos sean de seis años para cambios menores y de doce años para cambios mayores que
implican modificaciones estructurales.

En resumen, el desarrollo curricular y los ciclos de actualización son elementos fundamentales


para lograr la pertinencia, estabilidad y consistencia.

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