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La primera generación incluye los derechos civiles y políticos. Estos derechos fueron los primeros en ser reconocidos
legalmente a finales del siglo XVIII, en la Independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa. Se trata de
derechos que tratan de garantizar la libertad de las personas. Su función principal consiste en limitar la intervención
del poder en la vida privada de las personas, así como garantizar la participación de todos en los asuntos públicos.
Los derechos civiles más importantes son: el derecho a la vida, el derecho a la libertad ideológica y religiosa, el
derecho a la libre expresión o el derecho a la propiedad. Algunos derechos políticos fundamentales son: el derecho
al voto, el derecho a la huelga, el derecho a asociarse libremente para formar un partido político o un sindicato, etc.
La segunda generación recoge los derechos económicos, sociales y culturales. Estos derechos fueron incorporados
poco a poco en la legislación a finales del siglo XIX y durante el siglo XX. Tratan de fomentar la igualdad real entre las
personas, ofreciendo a todos las mismas oportunidades para que puedan desarrollar una vida digna. Su función
consiste en promover la acción del Estado para garantizar el acceso de todos a unas condiciones de vida adecuadas.
Algunos derechos de segunda generación son: el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho al trabajo,
el derecho a una vivienda digna, etc.
La tercera generación de derechos ha ido incorporándose a las leyes a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI.
Pretenden fomentar la solidaridad entre los pueblos y las personas de todo el mundo. Su función es la de promover
unas relaciones pacíficas y constructivas que nos permitan afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta la
Humanidad. Entre los derechos de tercera generación podemos destacar los siguientes: el derecho a la paz, el
derecho al desarrollo y el derecho a un medio ambiente limpio que todos podamos disfrutar.
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Las Naciones Unidas nacieron oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la mayoría de los 51 Estados
Miembros signatarios del documento fundacional de la Organización, la Carta de la ONU, la ratificaran. En la
actualidad, 193 Estados son miembros de las Naciones Unidas, que están representados en el órgano deliberante, la
Asamblea General.
Debido a las facultades que le confiere la Carta y su singular carácter internacional, las Naciones Unidas pueden
tomar medidas sobre los problemas que enfrenta la humanidad en el siglo 21, como la paz y la seguridad, el cambio
climático, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, el desarme, el terrorismo, las emergencias humanitarias y
de salud, la igualdad de género, la gobernanza, la producción de alimentos y mucho más.
La ONU también proporciona un foro para que sus miembros puedan expresar su opinión en la Asamblea General, el
Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social y otros órganos y comisiones. Al permitir el diálogo entre sus
miembros, y la organización en las negociaciones, la Organización se ha convertido en un mecanismo para que los
gobiernos puedan encontrar ámbitos de acuerdo y resolver problemas juntos.
En 1945, representantes de 50 países se reunieron en San Francisco en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Organización Internacional, para redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la base
de propuestas preparadas por los representantes de China, la Unión Soviética, el Reino Unido, y los Estados Unidos
en Dumbarton Oaks, Estados Unidos, entre agosto y octubre de 1944.
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La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. Polonia, que no estuvo
representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembros fundadores.
Las Naciones Unidas empezaron a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la Carta fuera
ratificada por China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y la mayoría de los demás
signatarios. El Día de las Naciones Unidas se celebra todos los años en esa fecha.
Órganos principales
Los principales órganos de la ONU son la Asamblea General, Consejo de Seguridad, Consejo Económico y Social,
Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría de la ONU. Todos ellos se
crearon en 1945 al fundarse la ONU.
ONU/Amanda Voisard
Asamblea General
La Asamblea General es el órgano representante, normativo y
deliberativo de la ONU, y el único que cuenta con
representación universal al estar representados sus 193
Estados Miembros. Estos se reúnen cada año, en septiembre,
durante la sesión anual, que tiene lugar en el Salón de la
Asamblea General en Nueva York. Durante sus primeros días
se realiza un debate general en el que participan y hablan numerosos Jefes de Estado.
La toma de decisiones en la Asamblea General requiere una mayoría de dos tercios cuando se trata de asuntos de
vital importancia; como aquellos referidos a la paz y la seguridad, la admisión de nuevos miembros y los asuntos
presupuestarios. Las decisiones en otras cuestiones se toman por mayoría simple. Cada año, se elige a
un Presidente, que ejerce el cargo durante un año.
Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad principal, según lo estipulado en la Carta de las Naciones Unidas, de
mantener la paz y seguridad internacionales. Cuenta con 15 Miembros (5 permanentes y 10 no permanentes). Cada
uno tiene un voto, aunque los cinco permanentes cuentan con el poder del veto.
Según la Carta, todos los Estados Miembros están obligados a adoptar las decisiones del Consejo. El Consejo de
Seguridad dirige la labor de determinar la existencia de amenazas contra la paz o de actos de agresión. Pide a las
partes involucradas en un conflicto que se llegue a un acuerdo por medios pacíficos y recomienda métodos de ajuste
o términos de acuerdo. En algunos casos, el Consejo de Seguridad puede recurrir a la imposición de sanciones e,
incluso, a la autorización del uso de la fuerza para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. La
presidencia del Consejo de Seguridad rota de forma mensual.
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La Asamblea General elige a los 54 Miembros del Consejo para períodos superpuestos de tres años. Es la plataforma
central de las Naciones Unidas para la reflexión, el debate y el pensamiento innovador acerca del desarrollo
sostenible.
Secretaría
La Secretaría está encabezado por el Secretario General y lo conforman decenas de miles de miembros de personal
internacional, que trabajan en distintas estaciones de destino por todo el mundo, realizando a diario el trabajo
estipulado por la Asamblea General y los otros órganos principales. El Secretario General es el Oficial Administrativo
Jefe de la Organización. El personal de la ONU es reclutado a nivel internacional y local, y trabaja en lugares de
destino y en las misiones de paz en todo el mundo. Pero servir a la causa de la paz en un mundo violento es una
ocupación peligrosa. Desde la fundación de las Naciones Unidas, cientos de hombres y mujeres abnegados han
perdido su vida al servicio de la causa de la paz.
El sistema de las Naciones Unidas está formado por la propia Organización y numerosas organizaciones afiliadas
conocidas como programas, fondos y agencias especializadas. Cada uno de ellos cuenta con su propia membresía,
liderazgo y presupuesto. Así, por ejemplo, los programas y fondos se financian a través de contribuciones
voluntarias, mientras las agencias especializadas, que son organizaciones internacionales independientes, lo hacen
con cuotas obligatorias y aportaciones voluntarias.
Programas y Fondos
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❖ ACNUR La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados brinda protección a los
refugiados de todo el mundo y les facilita el regreso a sus hogares o su reasentamiento.
Objetivos
MANTENIMIENTO DE LA PAZ
Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas empezaron su labor en 1945, con una
prioridad: mantener la paz y la seguridad internacionales. Con este objetivo, la Organización intenta prevenir los
conflictos y poner de acuerdo a las partes implicadas. Lograr la paz exige crear no sólo las condiciones propicias para
que esta anide, sino para que se mantenga. El Consejo de Seguridad es el máximo responsable de la paz y la
seguridad internacionales. La Asamblea General y el Secretario General, junto con otras oficinas y órganos de la
ONU, también desarrollan un papel importante en esta tarea.
DESARROLLO
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dirigentes mundiales se comprometieron a alcanzar los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015. Estas
metas contemplan reducir a la mitad la pobreza extrema, detener la propagación del VIH/SIDA y garantizar la
educación primaria universal. Para alcanzarlas, el Secretario General ha impulsado diferentes iniciativas, como
el Reto del Hambre Cero y Cada mujer, cada niño. Se han logrado importantes progresos en la consecución de estos
objetivos pero aún queda mucho por hacer.
DERECHOS HUMANOS
DERECHO INTERNACIONAL
La Carta de las Naciones Unidas, en su Preámbulo, marcó un objetivo: «crear condiciones bajo las cuales puedan
mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho
internacional». Desde entonces, el desarrollo del derecho internacional y el respeto por el mismo han sido
elementos claves del trabajo de la Organización. Este trabajo se lleva a cabo a través de cortes, tribunales, tratados
multilaterales; así como a través del Consejo de Seguridad, que puede aprobar misiones de mantenimiento de la paz,
imponer sanciones o, si lo considera necesario, autorizar el uso de la fuerza cuando exista una amenaza contra la
paz y la seguridad internacionales. La Carta de las Naciones Unidas, considerada un tratado internacional, le otorga
estos poderes. Como tal, es un instrumento de derecho internacional y es vinculante para los Estados Miembros de
la ONU. La Carta de las Naciones Unidas recoge los principios de las relaciones internacionales, desde la igualdad
soberana de los Estados, hasta la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
ASUNTOS HUMANITARIOS
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Se refieren a los primeros derechos que fueron consagrados en los ordenamientos jurídicos internos e
internacionales. Estos Derechos surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios de finales del siglo XVIII en occidente. Estas exigencias fueron consagradas como
auténticos derechos y como tales difundidos internacionalmente.
Los Derechos Civiles y Políticos están destinados a la protección del ser humano individualmente, contra cualquier
agresión de algún órgano público. Se caracterizan porque imponen al Estado el deber de abstenerse de interferir en
el ejercicio y pleno goce de estos derechos por parte del ser humano.
El Estado debe limitarse a garantizar el libre goce de estos derechos, organizando la fuerza pública y creando
mecanismos judiciales que los protejan. Los Derechos Civiles y Políticos pueden ser reclamados en todo momento y
en cualquier lugar, salvo en aquellas circunstancias de emergencia que permiten el establecimiento de ciertas
limitaciones de sólo algunas garantías.
Derechos civiles:
Derechos políticos:
✔ Derecho al sufragio
✔ Derecho a la participación política en partidos políticos, y para presentarse para ocupar cargos públicos
✔ Derecho a la iniciativa y consulta popular.
* El derecho a la vida
Los derechos civiles o de primera generación son los derechos esenciales de la persona, como el derecho a la vida, a la
identidad, a la igualdad, entre otros. Son derechos individuales, porque son reconocidos a cada habitante de un Estado,
sea nacional o extranjero. El poder del Estado queda limitado por estos derechos, ya que debe permitir que los
habitantes gocen plenamente de su libertad
El derecho a la vida es el más importante ya que es el marco general dentro del cual se deben garantizar todos los
derechos humanos. Este derecho está incluido en los tratados internacionales como la Declaración Universal de
Derechos Humanos, el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, la Convención sobre los derechos del Niño, el
Pacto de San José de Costa Rica, entre otros.
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✔ Que ningún país debe fabricar armas nucleares
✔ Que los Estados deben garantizar una vida digna cubriendo todas las necesidades básicas
La protección de la vida no solo trata de impedir la muerte de una persona, sino toda forma de maltrato que atente
contra la dignidad humana. Cuando se trata de proteger el derecho a la vida, se debe pensar en el derecho a la
supervivencia: los Estados tienen la obligación de garantizar que se cubran las necesidades básicas de todas las personas.
Las guerras, el genocidio, la discriminación de cualquier tipo, la desaparición forzada de personas, la esclavitud, la
desnutrición o mala alimentación, los malos tratos atentan contra el derecho a la vida que tienen, solo por el hecho de
ser personas, todos los habitantes del planeta.
La integridad personal está relacionada con el derecho a la vida y es el resguardo de la persona en su aspecto físico,
psíquico y moral. En su aspecto físico, hace referencia a que nadie puede ser privado de su libertad ambulatoria, ni
llevado a prisión de forma ilegal. También implica la preservación de la salud, de todas las partes y tejidos del cuerpo, lo
que conlleva a que el Estado debe preservar la salud de las personas y proveer los recursos necesarios para lograr este
objetivo. Asimismo, nadie puede ser sometido sin su consentimiento a experimentos médicos.
En su aspecto psíquico, es la conservación de todas las habilidades motrices, emocionales e intelectuales de la persona.
Preservar la integridad psíquica implica proteger el bienestar general para que pueda desarrollarse plenamente. Por
último, en su aspecto moral, hace referencia al derecho de llevar su vida de acuerdo con sus creencias y preferencias.
El reconocimiento del derecho a la integridad implica, entonces, que nadie puede ser lesionado o agredido físicamente
ni ser víctima de daños mentales o morales que le impidan conservar su estabilidad psicológica.
Los tratados internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de derechos
civiles y políticos, el Pacto de San José de Costa Rica, entre otros reconocen el derecho a la integridad personal,
comprometiendo a cada Estado firmante a preservarlo.
* El derecho a la identidad
Es un derecho humano fundamental para el desarrollo de las personas y de las sociedades ya que establece la conciencia
que las personas tienen de ser ellas mismas y distintas de las demás. Incluye el derecho a tener un nombre y la
identificación por medio de un documento. También una nacionalidad que significa dotar al individuo del amparo
jurídico que brinda su vinculación con un Estado determinado que velará por la protección de sus derechos
Las normas nacionales e internacionales señalan claramente el derecho al nombre como uno de los primeros derechos
al que deben acceder las personas al nacer. Su importancia no solo radica en el hecho de ser un componente importante
de la identidad de las personas, ya que las dota de existencia legal y les permite el ejercicio de sus otros derechos, sino
que, además, el llevar un registro de los nacimientos permite a las autoridades de un país conocer en términos reales
cuántas personas lo habitan y por tanto pueden planificar e implementar adecuadamente sus políticas públicas y de
desarrollo.
El derecho tiene la obligación para cumplir con la protección del derecho al nombre y la identidad de las personas, de
inscribir nacimientos y asimismo, de llevar un registro de los extranjeros que opten por la nacionalidad argentina.
Cumplida esta inscripción, se le debe entregar a la persona (o a las madres/padres o tutores si es recién nacida) un
documento nacional de identidad (DNI). En la Argentina, el ente encargado de llevar la inscripción de los nacimientos
(casamientos y defunciones) es el Registro Nacional de las personas, que es un organismo descentralizado que actúa
bajo la órbita del Ministerio del Interior.
* El derecho a la libertad
No es posible pensar en la condición de persona sin libertad. La libertad puede ser definida como la facultad natural que
tiene cada ser humano de elegir hacer o dejar de hacer lo que quiere. Esa posibilidad de elegir y decidir las acciones,
conocida como libre albedrío, es propia de la especie humana, ya que el resto de los seres vivos carece de ella.
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Todo ser humano, por su condición de tal, tiene la facultad de elegir, de tomar decisiones, de llevar adelante su proyecto
de vida de acuerdo con su propia escala de valores. Por eso, en toda declaración o tratado de derechos humanos y en
todo texto constitucional de los Estados democráticos, la libertad como valor y como atributo de las personas se halla
consagrada especialmente como un derecho fundamental.
En la Declaración Universal de D.H. se hace referencia a la libertad en los primeros artículos donde proclama que: “Todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos …” “sin ningún tipo de discriminación”.
Los Estados, mediante las leyes, establecen los límites dentro de los cuales las personas ejercen su libertad. La libertad
jurídica es la facultad de hacer o no hacer lo que las personas desean en el marco de la ley. Esta libertad, por tanto,
alcanza todos los aspectos de las personas: la libertad de poder desplazarse por los lugares que una/o desee, el poder
pensar libremente y comunicar las opiniones, la libertad para elegir un credo y para integrar una asociación, gremio o
partido político.
* Libertad de tránsito
El derecho a transitar es la posibilidad de ejercer la libertad de circulación y residencia, es decir, moverse libremente de
un lugar a oro y permanecer en el lugar elegido. En la Argentina, el artículo 14 de la Constitución Nacional garantiza a
todos los habitantes de la Nación el derecho a entrar, permanecer y salir del territorio. Sin embargo, ante situaciones de
emergencia o conmoción interior, el poder Ejecutivo tiene la facultad de establecer el estado de sitio. Durante este, se
suspenden ciertos derechos y garantías que la ley fundamental expresamente protege, por ejemplo, el derecho a
transitar libremente por el territorio
* Libertad de conciencia
Algunos derechos, como el derecho de opinión, de adoptar una creencia religiosa o el derecho a la intimidad, forman
parte del ámbito particular de una persona, en el que es Estado no debe intervenir, salvo cuando se ven afectados los
derechos de otras personas.
La libertad de conciencia es el derecho a cada persona de pensar o adherir a determinadas ideas o creencias y también
de cambiar de pensamiento u opinión cuando se desee.
En el ámbito personal, los seres humanos están protegidos por el derecho a la intimidad. Para preservar este derecho,
las personas deben estar protegidas de las intromisiones abusivas en su vida privada – como pueden ser las fotografías
tomadas y publicadas sin el consentimiento, en la de su familia, en su domicilio y en la correspondencia personal, casillas
de correo electrónico. Asimismo, nadie puede intervenir en las costumbres, las creencias, la forma de actuar o de
vestirse de una persona cuando estas no afecten los derechos de terceros.
* Libertad de expresión
Es el derecho que tienen todos los seres humanos a manifestarse y exteriorizar sus ideas y pensamientos a través de
cualquier medio y forma, mientras no perjudiquen intereses de terceros. Se relaciona directamente con la libertad de
conciencia.
La declaración Universal de D.H. instituye: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este
derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. La libertad de expresión comprende dos
aspectos diferentes: el derecho de cada persona a exteriorizar, difundir o expresar sus ideas, y el derecho a recibir
información, sin ningún tipo de limitaciones.
La libertad de prensa es un derecho reconocido en los tratados internacionales y en la Constitución Nacional. Implica la
divulgación, por medios de comunicación gráficos o audiovisuales, de las opiniones; por otro lado, incluye las garantías
por las que las/os ciudadanas/os tienen el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos
contenidos no estén controlados por los poderes del Estado. La censura consiste en el examen o control que las
autoridades realizan sobre todo aquello que se publica o comenta en la sociedad
* El derecho a la información
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El derecho al acceso de la información representa la otra cara de la libertad de expresión. Así, por ejemplos, en la
Declaración Universal de D.H. incluye dentro de la libertad de opinión y expresión, el de “investigar y recibir información
y opiniones”.
El derecho a estar informado es sustancial en democracia para ejercer el derecho y obligación de las/os ciudadanas/os
de participar en las decisiones de gobierno. Pero también es fundamental para diversos actos de la vida cotidiana, como
cuando alguien compra determinado producto o adquiere un servicio. Por eso el Estado debe garantizar el acceso a la
información, pero también esta reúna ciertas características: debe ser veraz, (es decir que no debe ser errónea o falsa,
no puede ser engañosa, no debe inducir al error a aquella que la recibe), y debe ser confiable (las fuentes que la brindan
deben ser ciertas y probadas, más allá de que las/os periodistas debido al secreto profesional se cuiden de revelarlas).
El derecho de acceso a la información tiene sus limitaciones y restricciones, como sucede, por ejemplo, como el acceso
de las/os niñas/os a determinados programas televisivos inadecuados para su edad. Las autoridades no pueden
prohibirla emisión de dichos programas o la distribución de determinadas publicaciones destinadas al público adulto,
porque caerían en un acto de censura, pero sí es su deber advertir sobre estos contenidos para que los adultos
responsables tomen los recaudos pertinentes.
Por otro parte, el derecho de rectificación o respuesta es el que tienen las personas sobre las cuales se publican datos o
informaciones que pueden resultar falsas u ofensivas en los medios de comunicación (diarios, radio, tele, internet). Estas
personas tienen derecho a que el mismo medio de comunicación publique su versión (derecho a réplica) asegurando el
mismo espacio que tuvo la versión anterior.
* El derecho de reunión
Es la libertad pública individual que faculta a un grupo de personas a concurrir temporalmente en un m ismo lugar, en
forma pacífica, con cualquier fin licito, es decir que no esté en contra de la le. Se considera una libertad política y un
derecho humano de primera generación.
La reunión de personas en ámbitos privados para conmemorar, por ejemplo, algún acontecimiento familiar escapa a la
órbita del control estatal siempre y cuando no se vean perjudicados terceros, pero cuando las personas se reúnen en
lugares públicos para debatir ciertas cuestiones o expresarse, se considera que están haciendo uso el derecho de
reunión que reconoce, como único límite, el respeto de los derechos de terceros y la no alteración del orden público.
El derecho a reunión comprende asimismo el derecho de asociación con fines lícitos, es decir, el derecho que tienen las
personas de poder formar una sociedad para ejercer determinada industria, comercio o asociación sin fines de lucro. A
su vez, se relaciona con el derecho de afiliación o agremiación a un partido político o sindicato, según la opinión política
o la actividad que desempeñe cada persona. De esta manera, la Declaración Universal de D.H. establece que la libertad
de reunión y de asociación pacifica es un derecho inherente a todas las personas
Entre los derechos civiles, hay uno que se refiere específicamente a la relación de los habitantes con el Estado:
peticionar a las autoridades, un derecho constitucional según el cual todo ciudadano tiene derecho a formular pedidos a
las autoridades y estas tienen la obligación de considerar y resolver, en forma fundada y razonable, estas peticiones.
Entre las formas de peticionar se hallan los reclamos y los recursos. En los reclamos, el/la ciudadano/a realiza una
petición determinada y en los recursos, pretende que se modifique una decisión ya adoptado por el Estado. Existen otras
formas: por ejemplo, presentar un petitorio, juntar firmas para que se trate un proyecto de ley (iniciativa popular) o
realizar reuniones públicas que tengan como fin dar a conocer un problema determinado.
La preservación de este derecho es fundamental en un sistema democrático ya que favorece la convivencia entre los
miembros de la sociedad
* El derecho de propiedad
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Es el derecho a usar y gozar de los bienes propios y a no ser privado de ellos arbitrariamente. Por ello, el Estado protege
a aquellos que son dueños de algún bien, como puede ser un automóvil, los muebles o electrodomésticos con que
cuenta una persona (bienes muebles) o bien un terreno, casa o departamento (bienes inmuebles).
Todo aquello que no beneficia al propietario y perjudica a un tercero se denomina abuso del derecho de propiedad, y el
Estado interviene para proteger los derechos de los terceros implicados. Por ejemplo: levantar paredes o plantar arboles
que alteren la vista de la casa del vecino.
Los bienes intelectuales son las obras de arte, artísticas o científicas de un/a autor/a. El derecho a la propiedad
intelectual se divide en 2 categorías: propiedad industrial cuya característica es la novedad: incluye las invenciones,
nuevas marcas, dibujos, modelos industriales. Los derechos de autor tienen la característica de la originalidad y
comprende obras literarias, científicas o artísticas (novelas, poemas o pinturas). Se pueden dar conflictos por plagio
* El derecho a la seguridad
Se basa en la obligación del Estado de proteger y garantizar la seguridad de sus habitantes, de combatir la delincuencia y
la más importante que es la de velar por el respeto hacia los derechos humanos de todas las personas y que las
sanciones que se aplican mediante las leyes responden, en consecuencia, a las violaciones de esos derechos por parte de
terceros
La seguridad jurídica es la garantía que provee el Estado de que las personas, bienes y derechos no serán violentados o
vulnerados y si sucede, le serán asegurados protección y reparación. Esta garantía se concede por medio de las leyes o
de la Constitución Nacional. Esta seguridad es un derecho que comprende a todos/as los/as habitantes del Estado, aun
aquellos que cometieron delitos o atentaron contra la vida de otros, quienes tienen la garantía constitucional de acceder
a un proceso justo y a ser tratados de forma tal de no lesionar su integridad física y moral.
* El derecho a la igualdad
Si se piensa en el aspecto físico de las personas, en sus gustos e intereses, en sus creencias religiosas o políticas, en sus
habilidades, en sus lenguas y nacionalidades, todas son diferentes entre sí. Pero por encima de estas diferencias, por las
que cada individuo es único y especial, hay algo que tienen en común: su condición de personas. Y es esta condición la
que hace que todos los seres humanos sean iguales en dignidad y derechos, es decir, merecedores del mismo trato,
consideración, respeto y oportunidades. Por eso el respeto por las diferencias y la igualdad de derechos se mencionan
como dos principios fundamentales en todas las declaraciones de derechos humanos y en todas las normas de los
Estados democráticos modernos.
Por lo tanto, el derecho a la igualdad es el derecho que tenemos todas/os que se hallan en una misma situación de
recibir el mismo trato, sin otorgar privilegios que beneficien a algunas/os o imponer condiciones que perjudiquen a
otras/os. Está vinculado con el derecho a la no discriminación que es la obligación del Estado de respetar y proteger las
diferencias entre las personas y los grupos, asegurando la preservación de sus tradiciones e identidad. Este derecho
reconoce la diversidad propia de cada ser humano y cada grupo social.
La igualdad jurídica o ante la ley coloca a las personas en iguales condiciones para exigir derechos y cumplir con las
obligaciones.
Los derechos son para todas las personas sin distinción de capacidad o aspecto físico, por creer y pensar diferente, por
genero u orientación sexo afectiva, por edad, por nacionalidad, por gustos o intereses, entre otras.
* Derechos políticos
La Declaración Universal de D.H. establece: “Toda persona tiene el derecho a participar en el gobierno de su país,
directamente o por medio de representantes libremente escogidos”. También dispone que “toda persona tiene el
derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país”. Finalmente sostiene que “la
voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones
auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”.
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El Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos establece que todas/os las/os ciudadanas/os gozarán, sin ningún
tipo de discriminación y sin ninguna clase de restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades:
* Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente
elegidos
* Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, autenticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto
secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores
* Tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país
En nuestro país, la Constitución declara que tenemos una forma de gobierno representativa, republicana y federal, lo
que supone que la elección de dichos representantes se realizará por medio del voto popular. Establece “El pueblo no
gobierna ni delibera sino por medio de sus representantes”
* Derecho al sufragio
Los derechos políticos están reconocidos expresamente en el texto constitucional señala: “Esta Constitución garantiza el
pleno ejercicio de los derechos políticos con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en
consecuencia”. Según este principio, el pueblo es el titular del poder y por lo tanto tiene el derecho de elegir a sus
representantes y participar en la vida pública
El derecho que tienen las/os ciudadanas/os de elegir a sus representantes y de participar en la organización y actividad
del poder en el Estado recibe el nombre de sufragio. Los términos sufragio y voto suelen usarse indistintamente pero no
son sinónimos. Mientras el sufragio consiste en un derecho, el voto es el procedimiento o mecanismo usado por los
ciudadanos/as para ejercer su facultad de sufragar. Este derecho es un derecho fundamental en toda democracia ya que
mediante elecciones de autoridades se organiza la estructura del gobierno del Estado. Las/os ciudadanas/os con derecho
al sufragio reciben el nombre de electores de un Estado. Las/os ciudadanas/os que se postulan para ocupar los cargos de
gobierno y cumplen con los requisitos que imponen la Constitución y las leyes para cada caso reciben el nombre de
candidatas/os y constituyen el electorado pasivo.
La Constitución dispone que todas/os ciudadanas/os tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la
Cámara de diputados y que el Congreso debe tratarlos dentro del término de 12 meses. Esos proyectos pueden tratar
sobre cualquier tema menos los que se refieren a la Constitución nacional, a tratados internacionales, impuestos,
presupuesto o materia penal.
La Ley 24747, que reglamenta el ejercicio de este derecho, exige que un proyecto de ley de iniciativa popular debe ser
avalado por la firma de un número de ciudadanas/os no menos al 1,5% del padrón electoral y que ellos pertenezcan por
los menos a 6 distritos escolares distintos. El proyecto que cumple todas las condiciones legales debe ser tratado
obligatoriamente por el Congreso de la Nación, sin que esto signifique que deba aprobarlo. El proyecto puede
proponer la creación de una nueva ley, pero también la reforma o derogación de una norma ya existente.
Consiste en someter a la decisión de la ciudadanía la aprobación de un proyecto de ley. En estos casos, se realiza un
proceso eleccionario igual al que se lleva a cabo para elegir autoridades, solo que, en este caso, cada ciudadana/o
debe decir si está de acuerdo o no con a propuesta legislativa presentada.
La Constitución establece que el Congreso puede someter a consulta popular un proyecto de ley y que si el pueblo
aprueba se lo convierte automáticamente en ley. En este caso se trata de una consulta popular vinculante. También
prevé la posibilidad de que el Congreso o el Poder Ejecutivo convoquen dentro de sus respectivas competencias a
una consulta popular no vinculante. En este caso, las autoridades que piden la opinión del pueblo no están obligadas
a seguir la decisión tomada por la ciudadanía (la participación no es obligatoria).
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Los Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) son los derechos humanos relativos a las condiciones sociales
y económicas básicas necesarias para una vida en dignidad y libertad y están relacionados con la igualdad de
oportunidades
La articulación de los DESC en el derecho internacional se produjo tras años de demandas de estos derechos básicos
en todo el mundo, y refleja la preocupación por la vida de todas las personas, en particular las más vulnerables
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Los Estados deben evitar la discriminación en el acceso a los DESC
basada en motivos especificados en el PIDESC, incluyendo la raza, el
color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra
índole, el origen nacional o social, la posición económica y el
nacimiento. En su trabajo, el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (CESCR) de la ONU ha identificado motivos
adicionales para prohibir la discriminación, como la discapacidad, la
edad, la nacionalidad, el estado civil y la situación familiar, la
orientación sexual e identidad de género, el estado de salud, el lugar de residencia y la situación económica y social.
La eliminación de la discriminación y ciertas obligaciones mínimas identificadas por el CESCR en algunas de
sus observaciones generales , no están sujetas a una realización progresiva, sino que son obligaciones inmediatas.
El preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos confirma que “todo individuo y órgano de la
sociedad” actuará para promover el respeto a los derechos humanos y para “asegurar su reconocimiento y
aplicación universal”. Esto se extiende a las empresas, las organizaciones internacionales y multilaterales y otros
actores no estatales.
* El derecho a la educación
El derecho a la educación permite que cada persona pueda desarrollarse plenamente a nivel individual y social. Una
persona instruida es capaz de tomar decisiones de manera independiente y tiene más posibilidades de encontrar un
buen empleo.
La contracara de la educación es el analfabetismo pues las personas que no acceden al estudio pierden la posibilidad
de desarrollar todas sus potencialidades: la ignorancia condena a las personas a la pobreza y a la exclusión social al
no poder insertarse en el mercado laboral. Se considera analfabeto absoluto a todo adulto que no sabe leer ni
escribir. En un sentido más general, son considerados analfabetos funcionales los que no dominan completamente
la lectoescritura o tienen graves dificultades para interpretar textos y mensajes.
La Declaración Universal de derechos humanos y el Pacto Internacional de los derechos económicos, sociales y
culturales consagran el derecho a la educación. Ambos documentos coinciden en señalar que toda persona tiene
derecho a la educación y que esta (al menos en lo concerniente a la instrucción elemental o primaria) debe ser
obligatoria y gratuita. También promueven la generalización de la educación técnica y profesional y establecen que
el acceso a los estudios superiores debe ser igual para todos en función de los méritos respectivos. Por su parte,
establecen que los ma/padres y tutores tendrán derecho preferente a escoger el tipo de Educación que habrá de
darse a sus hijas o hijos.
En cuanto a los fines de la educación ambos documentos internacionales acuerdan en que debe tener por objeto el
pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto por los derechos y las libertades
fundamentales por medio de la educación. Se espera favorecer la comprensión y la tolerancia entre las naciones y
todos los grupos étnicos o religiosos con el fin de alcanzar la paz mundial.
El artículo 14 de la Constitución nacional consagra expresamente el derecho a enseñar y aprender. Por su parte, el
inciso 19 del artículo 75 establece como atribución del Congreso sancionar leyes de organización y de base de la
educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales que aseguren la
responsabilidad indelegable del estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores
democráticos y la igualdad de oportunidades sin discriminación alguna, y que garanticen tanto los principios de
gratuidad y equidad de la educación pública estatal como la autonomía de las universidades nacionales. El inciso 17
del mismo artículo garantiza a los pueblos originarios el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
* El derecho a la cultura
El derecho a la educación comprende una faz individual, que se relaciona con la posibilidad del individuo de
satisfacer sus necesidades adecuadamente y realizarse como persona, y una faz social, que le permite como
miembro de una comunidad adquirir, transmitir y hacer posible la conservación y el desarrollo de la cultura de esa
sociedad.
El derecho a la Cultura fue reconocido por primera vez en 1948 por la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, cuyo Artículo 27 estableció que: “toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de
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la comunidad a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. Además,
incluye el derecho a la protección de los intereses morales y materiales que les correspondan por razón de las
producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Para asegurar el pleno ejercicio de estos derechos los estados parte del Pacto Internacional de los derechos
económicos, sociales y culturales se comprometieron en el artículo 15 a tomar todas aquellas medidas necesarias
para la conservación el desarrollo y la difusión de la ciencia y la cultura. También, a respetar la indispensable libertad
para la investigación científica y para la actividad creadora.
En el artículo 17 de la Constitución nacional en el que se reconoce el derecho de propiedad, señala en su texto: “todo
autor o inventor es propietario exclusivo de su obra invento o descubrimiento por el término que le acuerde la ley”.
Se puede decir que este párrafo, de alguna manera, es un antecedente de la consagración de uno de los aspectos
del derecho a la cultura en la legislación argentina. De un modo más explícito, luego de la Reforma de 1994 al texto
constitucional, el inciso 19 del artículo 75, impone al congreso la obligación de dictar leyes que protejan la identidad y
la pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor, el patrimonio artístico y los espacios
culturales y audiovisuales. En el mismo sentido, el artículo 41 de la ley de la ley suprema prescribe que las
autoridades deben proveer a la preservación del patrimonio natural y cultural de la república.
Un pueblo sin cultura es un pueblo sin identidad. Por eso, es importante que los estados lleven adelante políticas
activas en defensa de ese patrimonio valioso que es la cultura
* El derecho a la salud
En la actualidad, la salud está definida en términos positivos y dinámicos, como un proceso de bienestar
biopsicosocial. Es una definición positiva porque toma en cuenta al ser humano dentro de la sociedad en la que vive,
poniendo énfasis en el bienestar y no solamente en la ausencia de enfermedad. Por otro lado, es una definición
dinámica porque entiende a la salud no como algo estático e inmóvil sino como un proceso en constante cambio.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud, supone el estado completo de bienestar físico, mental y
social de una persona. Por eso el derecho a la salud solo es posible si se accede a todos los demás derechos
económicos, sociales y culturales. Las condiciones de hacinamiento, de falta de higiene y de alimentación son las
causas de elevadas tasas de desnutrición y de mortalidad infantil, y de enfermedades conocidas como
“enfermedades de la pobreza” como el cólera o la tuberculosis. Por su parte, la falta de trabajo limita el acceso a
tratamientos médicos o a medicamentos y la falta de educación, posibilita que sea mayor el riesgo de contraer
enfermedades debido a la falta de prevención. La pobreza afecta directamente las condiciones de salud de una
población, por ello, existen notables contrastes entre países desarrollados y en vías de desarrollo respecto a niveles
de salubridad y las expectativas respecto de la esperanza de vida.
Teniendo en cuenta la indivisibilidad de este derecho, el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos reconoce conjuntamente el derecho a la salud, a la alimentación, a la vestimenta, a la vivienda y a la
asistencia médica. Respaldando esta norma, el artículo 12 del Pacto Internacional de los derechos económicos,
sociales y culturales señala que los estados parte reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental. Para asegurar la plena efectividad de este derecho, la salud es una condición
fundamental para vivir y por lo tanto resulta un derecho indispensable para el desarrollo óptimo del ser humano. Por
eso se incluye dentro de los derechos fundamentales, ya que todas las personas tienen derecho a gozar de una vida
plena para lo cual la salud no debe asociarse solamente con el acceso a los servicios de atención, sino que se vincula
al bienestar, a la calidad de vida, a la equidad y al acceso a entornos saludables, sin distinción de religión, género,
edad ni color de piel.
En la reforma de 1994 se estableció en nuestra Constitución la jerarquía constitucional de los tratados
internacionales que deben ser tenidos en cuenta por la normativa de la nación, las provincias y los municipios. Fue
entonces que, de la mano de tratados como la Declaración americana de los derechos y deberes del hombre, la
Declaración Universal de derechos humanos y el Pacto Internacional de los DESC, el derecho a la salud se incorporó
al texto constitucional. Es obligación del Estado garantizarlo a las/os ciudadanas/os en nuestro país. El Ministerio de
salud de la nación es el encargado de crear y llevar adelante, junto a las provincias y municipios, las políticas públicas
adecuadas para garantizar este derecho y facilitar su ejercicio pleno. Es decir que es responsabilidad del Estado
garantizar el acceso a la salud pública para todos y todas las/os ciudadanas/os
* El derecho a la alimentación
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El derecho a la alimentación es la facultad de cada persona de poder
contar con una cantidad suficiente de alimentos sanos y nutritivos
que le permitan satisfacer sus necesidades. Si una persona no se
alimenta bien, puede contraer enfermedades más fácilmente, le
costará estudiar y luego, conseguir empleo, entre otras cosas. Por
esto es que es un derecho básico que debe asegurarse. Los estados
son los que tienen la obligación indeclinable de garantizar
alimentación para todos los seres humanos.
El artículo 25 de la DUDH dispone que toda persona tiene derecho a
un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial: la alimentación,
el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios. Aclara que la maternidad y la infancia
tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Los estados parte del Pacto internacional de DESC al reconocer el
derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, se comprometieron a adoptar las
medidas necesarias para mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos, realizar la
divulgación de principios sobre nutrición, perfeccionar o reformar los regímenes agrarios para que sea más eficaz la
explotación y uso de las riquezas naturales, y asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en
relación con las necesidades. Pese a las leyes y a los programas de acción de muchos estados y organismos
internacionales existen millones de personas en el mundo, muchas de ellas niñas y niños, que mueren de hambre y
desnutrición cada año y la causa no radica en la falta de alimentos (ya que la cantidad que se produce anualmente
sería suficiente para alimentar a toda la población mundial). La causa es la desigual distribución y el acceso
diferencial a
La Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) tiene como misión conducir las
actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre y promover inversiones En la agricultura el
perfeccionamiento de la producción agrícola la cría de ganado y la transferencia de tecnología a los países en
desarrollo también fomenta la conservación de los recursos naturales.
Todas las personas, cualquiera sea su condición, tienen el derecho elemental a una vivienda digna. Se trata de un
derecho esencial ya que sin un lugar adecuado donde vivir ningún otro derecho puede llegar a ejercerse
plenamente.
La dignidad de la vivienda se relaciona con una serie de condiciones que debe reunir para satisfacer las necesidades
básicas de sus ocupantes: debe ser un lugar donde la persona pueda recibir cómodamente con su familia, estar
construida con materiales adecuados, contar con servicios de agua potable, energía eléctrica e instalaciones
sanitarias y sus dimensiones deben guardar relación con el número de habitantes, entre otras características. Por el
contrario, cuando algunos de estos factores no están presentes se trata de una vivienda precaria y se habla de
condiciones de hacinamiento, cuando por cuarto residen más de tres personas.
El derecho a la vivienda está reconocido en la DUDH y en el Pacto Internacional de los DESC y en otros tratados
específicos. En la Argentina, el acceso a una vivienda digna es uno de los derechos sociales consagrados por el
artículo 14 bis de nuestra constitución. Pese a dicho reconocimiento, la realidad indica que la posibilidad de acceder a
una vivienda se relaciona directamente con el nivel de ingresos de una persona.
Las diferentes crisis económicas que atravesó el país y la falta de una política habitacional progresiva, son algunas de
las causas de que gran parte de la población no pueda ejercer el derecho a una vivienda digna. La pobreza condena a
muchas personas a vivir sin ningún tipo de servicio sanitario y en espacios reducidos. Otras directamente se ven
expulsadas a las calles por los que sobreviven de manera inhumana. Los asentamientos de viviendas precarias en la
periferia de las zonas urbanas son una de las expresiones más evidentes de las desigualdades sociales que existen en
la Argentina
Es obligación de los estados asegurar a todos sus habitantes la posibilidad de acceder a una vivienda en condiciones
dignas por medio de políticas democráticas y solidarias en la materia. Una de las medidas que deben tomar es la
construcción de viviendas que puedan ser adquiridas con facilidades de pago. Un instrumento eficaz para comprar,
reformar o construir una casa es el otorgamiento de créditos que puedan pagarse con ingresos promedio. Además,
una legislación en materia de alquileres que proteja por igual los intereses de los inquilinos y de los propietarios
permitiría dar estabilidad a las condiciones de vida de muchas personas que no pueden acceder a la vivienda propia.
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El trabajo es aquella actividad que genera valor y productos socialmente útiles para la sociedad, siempre implica
algún gasto de energía por parte de aquellas personas que lo realizan. En muchas ocasiones, implica un esfuerzo
físico, mientras que, en otras, se trata de un desgaste intelectual. El trabajo es una actividad central en la sociedad
que permite la supervivencia cotidiana. Gracias a él, accedemos a todos los servicios y bienes que nos permiten vivir
a diario, pero no solo eso, con el trabajo desarrollamos otras actividades en sociedad, nos ayuda a integrarnos y
relacionarnos, nos organiza socialmente y forma a nuestra vida cotidiana de acuerdo con sus horarios. También nos
da una identidad y un sentido de pertenencia ya que las personas suelen identificarse en gran medida por las
actividades que realizan diariamente en el trabajo.
Dada la organización de la sociedad las personas trabajan para recibir un salario o una remuneración que les permita
subsistir.
En los últimos años, varios países del mundo entre ellos, la Argentina han realizado convenios con la OIT (la
organización Internacional del trabajo) que promueven el trabajo decente. Según esta organización, se consideran
así aquellas formas de trabajo que son productivas y fuentes de un ingreso digno y cuentan con seguridad en el
lugar de trabajo, protección social para las familias, libertad para que la gente exprese sus opiniones por ejemplo a
través de sindicatos e igualdad de oportunidades y trato para mujeres y varones
El trabajo es un derecho humano fundamental: los derechos de todo/as las/os trabajadores/as son regulados y
garantizados por la legislación laboral. También existen derechos sociales relacionados con el trabajo que veremos a
continuación las personas que tienen un trabajo formal asalariado poseen además una serie de beneficios, como por
ejemplo contar con una obra social, que constituye un sistema de atención a la salud financiado sobre la base de un
porcentaje del sueldo de los trabajadores y de otro porcentaje que aportan los empleadores. A su vez un trabajador
tiene asignaciones familiares que le permiten contar con un ingreso adicional frente a ciertas circunstancias, por
ejemplo: casarse, embarazarse, tener exámenes en la universidad. Además, los trabajadores tienen el sistema de
jubilaciones que les asegura un ingreso cuando se retiran del mercado laboral: Esto sucede en general a los 65 años
para los varones y a los 60 para las mujeres: Estos tres programas mencionados forman parte de lo que se denomina
el seguro la seguridad social
Los derechos de solidaridad o derechos colectivos son recientes y su incorporación a la legislación internacional
sobre Derechos Humanos surgió entre finales del siglo XX y comienzos del XXI. Su objetivo principal es la defensa de
derechos colectivos fomentando la solidaridad entre los pueblos y las personas, y propiciando relaciones
cooperativas.
Los derechos de solidaridad son el derecho a la paz, al desarrollo, a tener y preservar un ambiente limpio, el derecho
de las consumidoras y los consumidores, y el derecho a la convivencia armoniosa entre las diferentes culturas.
En este sentido, los derechos de solidaridad actualizan el contenido de la Declaración Universal de Derechos
Humanos en virtud de aquellos asuntos que constituyen asuntos de atención para los diferentes Estados.
El modo en que se ha ido abordando el tratamiento de dichos temas fue mediante la celebración de cumbres y
encuentros de los que participaron mandatarios de todo el mundo, cuyo resultado son Cartas, Declaraciones y
documentos de compromiso. Algunos ejemplos son: la Declaración Sobre la Concesión de la Independencia a los
Países y Pueblos Coloniales (1960), la Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social (1969), la Convención
para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO (1972), entre otros.
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