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EVOLUCIÓN INTERNACIONAL DE LAS REGLAS

MÍNIMAS
(ENSAYO)

por José Francisco Gutiérrez Ruíz

Matrícula: N000001099

Materia: Aplicación de Penas y Sistema Penitenciario

Docente: Rogelio Morado Aguirre

Fecha: 14 de diciembre de 2021


Evolución Internacional de las Reglas Mínimas

“Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos” constituyen los


estándares mínimos universalmente reconocidos para la gestión de los centros
penitenciarios y el tratamiento de las personas privadas de libertad. Estas reglas tienen su
germen a través de las llamadas “Comisiones nacionales penales y penitenciarias”.

Una comisión nacional penal y penitenciaria se encarga de examinar la situación


que impera en el sistema penitenciario nacional, por medio de evaluaciones de cada uno de
los centros que se supervisan, en donde se verifican las condiciones de estancia e
internamiento de las personas procesadas y sentenciadas, ponderando, ante todo el respeto y
la observancia a los Derechos Humanos.

La primera vez que se propuso esta iniciativa fue en 1925, por H. Waller, quién era
el presidente del Consejo de la Dirección de las Prisiones de Inglaterra y Gales; Waller
Polwarth, de Escocia y Paterson (Inglaterra) Redactan el anteproyecto de Conjunto de
Reglas Mínimas para el tratamiento de los Reclusos. Para 1928, se constituye una
subcomisión encargada de la preparación del “Conjunto de Reglas”; aquí Intervienen
representantes de Suecia, Alemania y Países Bajos. No fue sino hasta 1929, en Berna,
cuando “Comisión Penitenciaria Internacional” las aprobó y adoptó, con un contenido de
55 reglas.

Posteriormente, en 1930, en Praga, el Congreso Nacional Penal Y Penitenciario


expuso que estas reglas no constituyen más que el mínimo de las condiciones que se
imponen en un Régimen Penitenciario. La idea giraba en torno al precepto de que “El
tratamiento de los presos debe tener por fin principal habituarlos al orden, al trabajo y
fortificarlos moralmente”.

Se buscaba convertir al recluso a una existencia honorable, resguardando la seriedad


de la pena; mientras se preparaba moral y físicamente para el día de su libertad, para
posteriormente ayudarle luego de su liberación a emprender la lucha por la vida. Esto a
través de un tratamiento justo, alimentación y vestimentas apropiadas, una ocupación útil,
el mantenimiento de la salud, y el desarrollo intelectual.
Ante la desintegración de la Sociedad de las Naciones, y la aparición de la
Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Internacional Penal y Penitenciaria
entregó un trabajo denominado: “Proyecto de Conjunto de Reglas Mínimas para el
Tratamiento de los Reclusos”. Se aprecian en este proyecto cambios profundos en su
estructura, existe mejor clasificación y mayor técnica jurídica que las de 1933. Existen siete
“Observaciones Preliminares”; ocho “Principios Generales” y 78 reglas distribuidas en dos
partes, a saber: “Reglas de aplicación general” y “Reglas aplicables a categorías especiales”

Durante el “Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del delito y
Tratamiento del Delincuente”, celebrado en Ginebra, entre el 22 de agosto y el 3 de
septiembre de 1955, se establecieron los principales ajustes estructurales en la materia, de
los cuales somos esencialmente herederos hasta nuestros días. Aquí fue donde, por ejemplo,
se propuso que se cambiaran vocablos y palabras tales como “preso” por recluso; a partir de
aquí los congresos se celebrarían cada 5 años y acudirían delegados de todos los países que
se encuentran en el seno de las Naciones Unidas; y por supuesto, las reglas mínimas
también serían tratadas, siendo sus principales puntos los siguientes:
 La aplicación debe ser imparcial, sin tomar en cuenta raza, color, sexo, lengua, etc.
 Respetar las creencias de los reclusos.
 Desde el punto de vista del sistema jurídico destaca que en el registro diario se
deben señalar los motivos de la detención, y la autoridad la autoridad competente
que lo dispuso, que ninguna persona puede ser admitida en un establecimiento
penitenciario sin título valido de detención.
 Desde el punto de vista del sistema penitenciario, que los hombres y mujeres deben
estar separados, los individuos en prisión preventiva deberán ser separados de los
que están cumpliendo condena; los jóvenes deberán ser separados por los adultos,
evitar que en una celda existan dos reclusos (promiscuidad sexual), es decir,
siempre en números impar, además de temas como la higiene personal y general,
alimentos, vestidos, ejercicio físico, servicio médico, etc.

En agosto de 1960, en Londres, se celebró “Segundo Congreso de las Naciones


Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente”. En este congreso,
acudió una delegación mexicana, encabezada por Luis Echeverría Álvarez, con el
acompañamiento del Dr. Alfonso Quiroz Cuarón. Contó con 1,200 participantes,
provenientes de más de 80 países; había representantes de universidades, institutos y
asociaciones interesadas en la prevención del delito y tratamiento del delincuente. Las
materias del Congreso fueron divididas en secciones:
1. Nuevos tipos de delincuencia de menores: origen, prevención y tratamiento.
2. Servicios Especiales de Policía para la prevención de la delincuencia de menores.
3. Prevención de los tipos de delincuencia que son consecuencia de los cambios
sociales y del desarrollo económico en los países poco desarrollados.
4. Penas cortas de privación de libertad.
5. Integración del trabajo en las prisiones con la economía nacional, inclusive en lo
que respecta a la remuneración de los reclusos.
6. Tratamiento anterior a la liberación y asistencia post-institucional; ayuda a las
personas que están a cargo de los reclusos.

Sobre las penas cortas privativas de libertad se acordó que estas pueden ser nocivas,
ya que ofrecen el peligro de corromper al delincuente y poca o ninguna oportunidad para
una formación profesional constructiva, y para lograr esto último, deben buscarse formas
mediante la sustitución, tales como la suspensión de la condena, libertad condicional en
régimen de prueba, multas, trabajos penitenciarios realizados fuera del establecimiento y
otras que no impliquen privación de la libertad.

En el tema del trabajo en las prisiones, se determinó que el trabajo es una parte
integrante del tratamiento penitenciario, y debe verse como una formación profesional para
cuando el individuo abandone el reclusorio. Se propone incluir dentro de una Ley de
ejecución de Penas, la remisión de la misma por días de trabajo, además de fomentar la
participación de la sociedad, industria, banca y comercio, en la instalación de industrias y
en general fuentes de trabajo dentro de un centro penitenciario.

Desde entonces, los congresos se han seguido celebrando, pero fueron durante los
primeros dos donde se pactaron los acuerdos más importantes. En reconocimiento de los
avances producidos desde 1955 en materia de legislación internacional y ciencias
penitenciarias, la Asamblea General decidió en 2011 establecer un grupo
intergubernamental de expertos de composición abierta para examinar y, eventualmente,
revisar las Reglas Mínimas. Organizaciones de la sociedad civil y los órganos pertinentes
de las Naciones Unidas fueron invitados para contribuir en este proceso.

En el marco de las tres reuniones entre 2012 y 2014, a las que la UNODC (“Oficina
de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito”, por sus siglas en inglés) acompañó de
cerca, el grupo intergubernamental de expertos realizó avances en la identificación de las
áreas temáticas y reglas específicas que debían ser revisadas, respetando al máximo los
parámetros generales del proceso de revisión determinados por la Asamblea General:
A. Ningún cambio en las reglas debería reducir el alcance de los estándares existentes,
sino que debería mejorarlo con el objetivo de promover la seguridad y las
condiciones humanas para las personas privadas de libertad.
B. El proceso de revisión debe mantener el ámbito de aplicación de las Reglas
Mínimas.
En la cuarta reunión celebrada en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en marzo de 2015, el
grupo de expertos logró consenso en todas las reglas que estaban sometidas a revisión. En
mayo de 2015, la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal aprobó las reglas
revisadas y las remitió al Consejo Económico y Social para su aprobación y posteriormente
a la Asamblea General para que se adoptaran como las “Reglas Mínimas de las Naciones
Unidas para el Tratamiento de los Reclusos”.

En el cuarto encuentro el Grupo de Expertos recomendó que las reglas revisadas


fueran también denominadas “Reglas Nelson Mandela” en homenaje al legado del difunto
presidente de Sudáfrica, Nelson Rolihlahla Mandela, quien pasó 27 años en prisión durante
su lucha por los derechos humanos, la igualdad, la democracia y la promoción de una
cultura de paz a nivel mundial. Se decidió que el Día Internacional de Nelson Mandela (18
de julio) fuera utilizado con el fin de promover condiciones de encarcelamiento dignas,
sensibilizar acerca del hecho de que las personas privadas de libertad son parte integrante
de la sociedad y valorar la labor del personal penitenciario como servicio social de
particular importancia.
Bibliografía

UNODC (s.f.). Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los
Reclusos. Recuperado de: https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-
reform/Brochure_on_the_The_UN_Standard_Minimum_the_Nelson_Mandela_Rul
es-S.pdf

Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (29 de noviembre de 1985).


Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de
Menores “Reglas De Beijing” [Resolución 40/33].Orden Jurídico. Recuperado de:
http://www.ordenjuridico.gob.mx/TratInt/Derechos%20Humanos/OTROS
%2018.pdf

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