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Puntos básicos a discutir:

● Desde el punto de vista de la economía convencional (una síntesis de las tesis


neoclásicas y austríacas: la economía neoliberal) la inflación es cuando el dinero
de una economía pierde de manera repentina su valor debiéndose este
acontecimiento a dos factores: I) el incremento de la oferta monetaria
(cantidad de dinero que circula en una economía) por el banco central de una
economía y II) la subida de los salarios de la prole.
● Evidentemente, este análisis tiene un manifiesto carácter clasista, ya que achaca
al Estado-nación y a la clase trabajadora todos los desmanes económicos que
afligen a la sociedad. Además, entiende que la inflación es cuando el valor del
dinero disminuye, y no, la subida repentina de los precios.
● Este análisis claramente oculta que hay otro actor económico, el principal en la
economía mundial desde mediados del siglo XIX, que influye en la subida o bajada
de los precios de las mercancías. Este actor es el capitalista.
● La inflación en el capitalismo imperialista y monopolista es causada por las
grandes empresas y los Estados que defienden sus intereses y es una forma de
redistribución de la riqueza de una economía.
● En contraposición a esta postura, los economistas neoliberales arguyen que la
inflación se debe a que hay demasiado dinero persiguiendo mercancías escasas.
Dan los ejemplos de la República de Weimar, Zimbabue y Venezuela, atribuyendo
la inflación en estos países a las malas prácticas monetarias de sus gobiernos, es
decir, la impresión de enormes cantidades de dinero, lo que hace el dinero perder
todo su valor. Estudiemos uno a uno estos casos.
● La República de Weimar: Al finalizar la IGM, Francia y Gran Bretaña se
encontraban con unas enormes deudas de guerra que debían a entidades
financieras estadounidenses (JP Morgan y Chase Manhattan Bank). Para
acometerlas, impusieron a Alemania unas reparaciones de guerra impagables. El
Reichsbank para pagar las reparaciones de guerra comenzó una estrategia de
compra de divisas extranjeras con marcos alemanes lo cual se tradujo en una
crisis cambiaria.
● Zimbabue: La inflación en Zimbabue es debida a las sanciones impuestas al país
por países occidentales en particular los EE UU. Estas se iniciaron cuando milicias
de la población negra del país se apoderaron de las propiedades agrarias de la
minoría de colonos blancos del país negándose así a cumplir con el Lancashire
House Agreement (1979). Este acuerdo se pactó entre los dos bandos de la
Guerra de Independencia de Zimbabue (1964-79) y obligaba al nuevo estado de
Zimbabue a comprar las tierras de los colonos blancos con divisas extranjeras al
precio que las empresas inmobiliarias de los colonos blancos dictaminaran. En
1998 el 95% de la economía seguía bajo el control de los colonos blancos o
inversores extranjeros (en su mayoría, occidentales). Muchos de los veteranos de
la guerra de independencia hartos de la situación injusta que aún prevalecía en el
país, comenzaron a ocupar las granjas de la población blanca y Mugabe les dio su
apoyo. La respuesta del imperio estadounidense fue inmediata. El Congreso de
los EE UU aprobó la primera ronda de sanciones al país surafricano, congelando
el crédito a Zimbabue. En los 21 años siguientes, EE UU, la Unión Europea y
Canadá mantendrían este régimen de sanciones contra Zimbabue por el simple
hecho de que la población negra del país se hiciera con el control de sus tierras
ancestrales.
● Venezuela: En Venezuela la hiperinflación ha sido dirigida principalmente hacia
los venezolanos más pobres, quienes reciben subsidios para poder acometer sus
gastos de primera necesidad (alimentación y vivienda), y los actores
principalmente involucrados en esta operación son las empresas del país,
algunas siendo estadounidenses como Empresas Polar y Cargill, que,
restringiendo la oferta de sus productos de primera necesidad y alimenticios en
los supermercados venezolanos, han hecho que suban los precios. La inflación
en Venezuela por ejemplo no ha afectado a los precios de las cartas de
restaurantes, para que os hagáis una idea de dónde proviene. A esto le sumas las
sanciones impuestas por la administración de Donald Trump a partir del año 2018
y normal que la calidad de vida en el país haya empeorado. Pero no ha
empeorado por la aplicación de programas sociales impulsados desde la época
de Hugo Chávez, sino por la acción determinada de, primero empresas
venezolanas y estadounidenses, y más adelante la Casa Blanca, de cambiar el
régimen político de Venezuela a uno más amigable a los intereses de los EE UU y
la oligarquía empresarial venezolana.
● Ahora, respecto a que la inflación venga provocada por el incremento de los
salarios de la clase trabajadora esto simplemente no es verdad. Lo podemos
comprobar hoy día. Los salarios en todo el Occidente capitalista no sólo se han
estancado sino que han disminuido. En los EE UU sólo, entre 1979 y 2020 los
salarios crecieron un 17,5% mientras que la productividad creció un 61,8%. Y es
más, tomando datos de nuevo de los EE UU, los salarios del top 1% crecieron un
138%, mientras que los salarios del 90% inferior crecieron tan solo un 15%. El
achacar a la clase trabajadora el incremento en la inflación ignora las maneras en
las que la burguesía en la economía capitalista influye en la subida de precios
(precios de monopolios, especulación financiera, quantitative easing).
● La inflación de la actualidad no sólo se debe a las sanciones impuestas por la
OTAN a las exportaciones rusas (principalmente: gas natural, petróleo, grano,
minerales preciosos) sino también a otros dos factores vinculados entre sí: la
decreciente tasa de ganancia y la financiarización de la economía.
● Según Marx, la competencia intercapitalista en todos los sectores productivos
obligaría a los capitalistas a invertir cada vez más y más capital en capital fijo
(herramientas, maquinaria, técnicas) para poder así producir más mercancías y
lograr de esta manera una mayor cuota de mercado. Pero, conforme se van
convirtiendo estas industrias más y más productivas, el precio de las mercancías
que producen baja porque hay un exceso de oferta para la demanda existente.
Este proceso con el paso del tiempo hace que el invertir en capital fijo sea cada
vez menos lucrativo conforme se van concentrando más y más las empresas.
Llegado a un determinado punto, como fue para el capitalismo las crisis de los
setenta y del 2008, se convierte en una actividad más lucrativa la especulación
financiera (bonos y obligaciones del Estado y de empresas, los mercados de
futuros, la burbuja inmobiliaria de los años 2000, la burbuja de los alquileres de la
actualidad), en otras palabras, el invertir en capital ficticio. La financiarización
pues, es el último estadio del capitalismo imperialista tardío, en el que viendo que
se pueden conseguir mayores beneficios invirtiendo en capital ficticio que en
capital fijo, los precios de las mercancías empiezan a crecer (no sólo las
hipotecas y los alquileres sino también de productos de primera necesidad o
industriales como por ejemplo el aceite de oliva o los microchips). Y este proceso
ya lo podíamos comprobar ya en 2019, mucho antes de la crisis post pandémica
de las cadenas de suministros y de la guerra subsidiaria en Ucrania.

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