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873/2016
Auto Supremo 873 2016 Sucre: 25 de julio 2016 Expediente: SC-84-11-S Partes:
VISTOS: el recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 297 a 301 vta., interpuesto por
María del Rosario Moreno de Vaca y Pablo Vaca Yorge impugnando el Auto de Vista Nº 218,
de fecha 27 de abril de 2011 de fs. 291 a 292, pronunciado por la Sala Civil Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, en el proceso Desocupación y entrega de
inmueble, seguido por Wilma Aguilera de Justiniano contra Pablo Vaca Yorge y María del
Rosario Moreno de Vaca; la contestación de fs. 305 a 307, la concesión de fs. 308, el Auto
Constitucional Plurinacional Nº 01/2016 de 12 de Mayo de 2016 de fs. 330 a 334, pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Pablo Vaca Yorge y María del
Rosario Moreno de Vaca contra Rita Susana Nava Durán y Rómulo Calle Mamani, Magistrados
de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia; y
III.- DOCTRINA APLICABLE AL CASO: III.1.- De los Principios que Rigen las Nulidades
Procesales. Es señalar, que existen principios que hoy rigen la administración de justicia
previstos en la Constitución Política del Estado (art. 180) entendidos desde los principios
constitucionales procesales de eficiencia, eficacia, inmediatez accesibilidad, y que se encuentran
replicados en el espíritu del art. 16 y 17 de la Ley Nº 025 y arts. 105 al 109 del nuevo Código
Procesal Civil, con los que se revirtió el antiguo sistema formalista, dejando a un lado las viejas
prácticas con la que se venían tramitando los procesos judiciales por más de tres décadas con
predominio de nulidades y en el mayor de los casos innecesarias que solo ocasionó retardación
de justicia a lo largo del tiempo en desmedro del mundo litigante y de la propia administración
de Justicia. Al respecto, este Supremo Tribunal de Justicia en su diversos fallos, entre ellos el
Auto Supremo Nº 329/2016 de 12 de abril ha orientado que: “Precisamente por los fundamentos
expuestos precedentemente, en razón al caso de Autos, corresponde a continuación referirnos
de manera específica AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016
www.ancconsultores.com.bo a algunos de los principios que regulan la nulidad procesal, los
cuales ya fueron desarrollados en varios Autos Supremos emitidos por este Tribunal Supremo
de Justicia, entre ellos el Nros. 158/2013 de 11 de abril, 169/2013 de 12 de abril, 411/2014 de 4
de agosto, 84/2015 de 6 de febrero, en virtud a los cuales diremos: Principio de especificidad o
legalidad.- Este principio se encuentra previsto por el artículo 105-I del Código Procesal Civil,
en virtud a él "no hay nulidad sin ley específica que la establezca" (pas de nullité sans texte).
Esto quiere decir que para declarar una nulidad procesal, el Juez está autorizado expresamente
por un texto legal, que contemple la causal de invalidez del acto. Sin embargo, este principio no
debe ser aplicado de manera restringida, pues, resulta virtualmente imposible que el legislador
pudiera prever todos los posibles casos o situaciones que ameriten la nulidad en forma expresa,
y siguiendo esa orientación la doctrina ha ampliado este principio con la introducción de una
serie de complementos, a través de los cuales se deja al Juez cierto margen de libertad para
apreciar las normas que integran el debido proceso, tomando en cuenta los demás principios que
rigen en materia de nulidades procesales, así como los presupuestos procesales necesarios para
integrar debidamente la relación jurídico-procesal. Principio de Conservación.- Este principio
da a entender que en caso de que exista duda debe mantenerse la validez del acto, esto en virtud
a que se debe dar continuidad y efectos a los actos jurídicos sin importar
el vicio que expongan, siempre y cuando, la nulidad no sea de tal importancia que lesione la
calidad misma del acto. Principio de Trascendencia.- Si bien resulta evidente que el alejamiento
de las formas procesales ocasiona la nulidad o invalidez del acto procesal, empero esta mera
desviación no puede conducir a la declaración de nulidad, razón por la cual se debe tener
presente que para la procedencia de una nulidad tiene que haber un perjuicio cierto e irreparable,
pues no hay nulidad sin daño o perjuicio “pas de nullite sans grieg”, es decir que previamente a
declarar la nulidad se debe tener presente el perjuicio real que se ocasionó al justiciable con el
alejamiento de las formas prescritas. Y como decía Eduardo J. Couture: "... No existe
impugnación de Nulidad, en ninguna de sus formas, sino existe un interés lesionado que reclame
protección. La anulación por anulación no vale." Por lo expuesto, concluiremos señalando que
no corresponden los rigorismos que tiendan a producir nulidades por anomalías o vicios
procesales que no tenga incidencia trascendental en el proceso.”. III.2.- De la Valoración de la
Prueba. José Decker Morales en su obra Código de Procedimiento Civil comentarios y
concordancia señala que: “…producida la prueba, el juez comienza a examinarla, tratando de
encontrar la existencia del hecho o hechos afirmados por las partes. Finalmente de ese examen
puede salir la verdad, cuando encuentre conformidad de los hechos afirmados, con la prueba
producida; también puede suceder lo contrario, “todo depende de la eficacia de los elementos
que se hayan utilizado en la investigación”. Este proceso mental –Couture- llama “la prueba
como convicción”. AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016
www.ancconsultores.com.bo En este marco, este supremo Tribunal a través de diversos fallos
entre ellos el Auto Supremo N° 240/2015 a orientado que: “…respecto a la valoración de la
prueba, resulta loable destacar que es una facultad privativa de los Jueces de grado, el apreciar
la prueba de acuerdo a la valoración que les De la Valoración de la Prueba. José Decker Morales
en su obra Código de Procedimiento Civil comentarios y concordancia señala que: “…
producida la prueba, el juez comienza a examinarla, tratando de encontrar la existencia del
hecho o hechos afirmados por las partes. Finalmente de ese examen puede salir la verdad,
cuando encuentre conformidad de los hechos afirmados, con la prueba producida; también
puede suceder lo contrario, “todo depende de la eficacia de los elementos que se hayan utilizado
en la investigación”. Este proceso mental –Couture- llama “la prueba como convicción”. Así
también, Víctor De Santo, en su obra “La Prueba Judicial” (Teoría y Práctica), indica: Con
relación al principio de unidad de la prueba, “El conjunto probatorio del proceso forma una
unidad y, como tal, debe ser examinado y merituado por el órgano jurisdiccional, confrontando
las diversas pruebas (documentos, testimonios, etc.), señalar su concordancia o discordancia y
concluir sobre el convencimiento que de ellas globalmente se forme”. El principio de
comunidad de la prueba es: “La prueba no pertenece a quien la suministra; por ende, es
inadmisible pretender que sólo beneficie al que la allega al proceso. Una vez incorporada
legalmente a los autos debe tenérsela en cuenta para determinar la existencia o la inexistencia
del hecho sobre el cual versa, sea que resulte favorable a quien la propuso o al adversario,
quien bien puede invocarla. Principios que rigen en materia civil, y orientan a los juzgadores en
la labor valorativa del universo probatorio introducido al proceso en el sentido de que toda
prueba una vez ofrecida por las partes y admitida por el Juez conforme a procedimiento, se
convierte en prueba del proceso y no de una sola de las partes, esto con la finalidad de llegar a la
verdad real de los hechos, en cuya valoración simultáneamente también se aplica el principio de
unidad o valoración conjunta de la prueba y no de manera aislada, y que el juzgador debe tomar
en cuenta, pues está en la obligación de apreciar y valorar las todas las pruebas en su conjunto
que deben ser integradas y contrastadas, conforme mandan los arts. 1286 del CC, y 397 del
Código de Procedimiento Civil.
En el fondo: 1.- En relación a su acusación de violación de los arts. 397.I y II, 476 y
477 del Código de Procedimiento Civil y los arts. 1317 a 1320 del Código Civil, vinculada a su
denuncia de que no se valoró correctamente las pruebas cursantes de fs. 47 al 71 y en especial
los documentos de fs. 130 y de fs. 37 a 38. Al respecto, corresponde señalar que del análisis
realizado por los jueces de instancia tanto en la Sentencia como en el Auto de Vista recurrido, se
tiene que los juzgadores en la valoración de la prueba aportada al proceso como las que
constan de fs. 2-3, 6-7, 47 al 71, 130 y de fs. 37 a 38 a que hace referencia los recurrentes en
este punto; en aplicación de lo fundamentado en el punto III.2 de la doctrina aplicable y los arts.
1286 del Código Civil y el art. 397 del Código de Procedimiento Civil, centraron su análisis
para generar convicción en el hecho de que la demandante ha acreditado su derecho propietario
sobre el bien inmueble en cuestión conforme se tiene probado a fs. 41-42, y la prueba cursante
a fs. 37 a 38 donde se puede establecer con claridad que entre ambas partes existió una relación
contractual donde los demandados transfirieron el inmueble en pugna a la demandante, por lo
que estando plenamente acreditado el derecho propietario de la demandante, la prueba a la que
hace referencia los recurrentes relativos a recibos de pago por una obligación no detallada,
facturas de consumo de electricidad y el acta de devolución del inmueble objeto de la litis, que
en criterio de los recurrentes harían presumir que la demandante no tiene la posesión del
inmueble en cuestión, no puede desvirtuar el derecho propietario de la demandante que resulta
el requisito esencial para la procedencia de la presente acción, más si se tiene establecido en
obrados que el inmueble del cual la propietaria pretende la devolución y entrega se encuentra en
poder de los demandados, razón por la que la prueba acusada por los recurrentes en este punto
no generó convicción en los juzgadores de instancia para desvirtuar la pretensión de
desocupación y entrega de inmueble demandada en autos; no siendo evidente que no se haya
valorado correctamente la prueba acusada en este punto.
2. Sobre su denuncia de violación de los arts. 1492, 1493, 1494, 1495 del Código Civil, toda vez
que por acta de devolución definitiva del bien inmueble a la apoderada de la legítima propietaria
Wilma Aguilera de Justiniano, fecha desde que la misma podía exigir la entrega del bien
inmueble si correspondía, de tal manera que a partir de esa fecha corría el termino de
prescripción y en la actualidad la supuesta propietaria ha dejado pasar más de 10 años, sin
reclamar su supuesto derecho propietario. Al respecto, corresponde señalar que del análisis de la
demanda cursante a fs. 9 a 10 de obrados se tiene que la demandante arguye que Pablo Vaca
Yorge y María del Rosario Moreno Vaca enajenaron en su favor a título de Compra Venta el
inmueble ubicado sobre la calle Santiago de Chiquitos esq. Independencia de la ciudad de
Puerto Suárez, escritura que se encuentra debidamente inscrita en derechos reales, en fecha
29 de diciembre de 1993, sin embargo los demandados no le habrían entregado la cosa vendida,
por lo que habiendo demostrado su derecho propietario sobre el inmueble y el consiguiente
derecho a reclamar la entrega del mismo solicitaron la desocupación y entrega material del bien
inmueble en cuestión. Fundamento de la demanda que tiende a reclamar la protección del
derecho propietario acreditado por la demándate e inscrito desde el 29 de diciembre de 1993
en Derechos Reales, momento a partir del cual se habilitó, el poder de persecución del derecho
propietario sobre determinada cosa, que en el caso de autos es el inmueble objeto de litigio,
sobre el que se constituye el derecho real de la demandante. En este antecedente, y lo
ampliamente desarrollado en el punto III.3 de la doctrina aplicable, donde se estableció la
naturaleza mixta de la acción de desocupación y entrega donde se señaló que el entendimiento
de esta acción no puede limitarse a que esta sería solo una acción para el cumplimiento de una
obligación, sino que se la debe entender en su real dimensión, es decir, como una acción
análoga a la reivindicación, ya que con la acción en análisis el demandante pretende la
desocupación y entrega material del bien inmueble de su propiedad, de quien la habita, posee o
detenta; aspecto que por los fundamentos de la demanda analizados supra tiende a la
efectivización y protección del derecho propietario de la demandante sobre el bien inmueble en
cuestión, aspecto tomado en cuenta por los jueces de instancia quienes si bien incurrieron en la
imprecisión de determinar que la prescripción se habría interrumpido por la incautación del
inmueble, dicha imprecisión no cambia la decisión de fondo. Toda vez que en el caso de autos,
el derecho propietario de la actora se consolido a momento de la transferencia y se hizo
oponible contra terceros a partir de su inscripción en Derechos Reales, por lo que estando
determinado que el carácter de la presente acción fue dirigida a la persecución del derecho
propietario de la actora que se encuentre en poder de los demandados, dicho derecho merece la
protección del art. 56 de la CPE y el art. 105.II Código Civil, que como se desarrolló en la
doctrina aplicable señala: “El propietario puede reivindicar la cosa de manos de un tercero y
ejercer otras acciones en defensa de su propiedad, con arreglo a lo dispuesto en el libro V del
Código presente”, entrando esta acción -que reiteramos es análoga a la reivindicación por los
fines que persigue- dentro la categorías de otras acciones en defesa de la propiedad que
establece el citado precepto normativo; por lo que, los efectos de los arts. 1492, 1493, 1494,
1495 del CC, que alegan los recurrentes no la pueden alcanzar, toda vez que esta acción no se
origina en el cumplimiento de una obligación patrimonial para que esta pueda prescribir, sino
en el derecho de persecución que tiene el propietario de determinado bien inmueble (al igual
que la reivindicación), para hacer valer su derecho propietario, salvo los efectos de la
adquisición prescriptiva, por lo que conforme a lo expuesto supra se tiene que la presente acción
de desocupación y entrega de bien inmueble está enfocada como una acción real que persigue el
restablecimiento de un derecho de la actora, razón por la que esta acción no prescribe al igual
que la acción reivindicatoria, ni tampoco está sometida a un término de caducidad de dicho
derecho; no siendo evidente lo acusado en este punto.
3.- Sobre su acusación de vulneración de los arts. 1321 del Código Civil y parágrafo II) del art.
404 del Procedimiento Civil. En relación a esta presunta infracción, corresponde referir que
este agravio de fondo no fue motivo del recurso de apelación, por lo mismo no fue considerado
por el Tribunal de alzada, en consecuencia no existe pronunciamiento alguno al respecto, en ese
antecedente y conforme a lo desarrollado en el punto III.4 de la doctrina aplicable en relación al
principio del “per saltum” este Tribunal no puede ingresar a considerar el mismo. Lo que hace
impertinente el agravio denunciado, haciéndose de esta manera infundados los agravios
denunciados. Por lo manifestado, corresponde a este Tribunal resolver conforme señala los arts.
220.II del Código procesal Civil.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la Ley del Órgano Judicial de 24 de
junio de 2010, y en aplicación del art. 220.II del Código Procesal Civil, declara INFUNDADO
el recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 297 a 301 y vta., interpuesto por María
del Rosario Moreno de Vaca y Pablo AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873
2016 www.ancconsultores.com.bo Vaca Yorge impugnando el Auto de Vista Nº 218, de fecha
27 de abril de 2011 de fs. 291 a
292. Con costas y costos. Se regula honorario profesional en la suma de Bs. 1.000.-