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AUTO SUPREMO Nro.

873/2016

Auto Supremo 873 2016 Sucre: 25 de julio 2016 Expediente: SC-84-11-S Partes:

Wilma Aguilera de Justiniano. c/ Pablo Vaca Yorge y otra.

Proceso: Desocupación y entrega de inmueble.

Distrito: Santa Cruz.

VISTOS: el recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 297 a 301 vta., interpuesto por
María del Rosario Moreno de Vaca y Pablo Vaca Yorge impugnando el Auto de Vista Nº 218,
de fecha 27 de abril de 2011 de fs. 291 a 292, pronunciado por la Sala Civil Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, en el proceso Desocupación y entrega de
inmueble, seguido por Wilma Aguilera de Justiniano contra Pablo Vaca Yorge y María del
Rosario Moreno de Vaca; la contestación de fs. 305 a 307, la concesión de fs. 308, el Auto
Constitucional Plurinacional Nº 01/2016 de 12 de Mayo de 2016 de fs. 330 a 334, pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Pablo Vaca Yorge y María del
Rosario Moreno de Vaca contra Rita Susana Nava Durán y Rómulo Calle Mamani, Magistrados
de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia; y

I.- ANTECEDENTES DEL PROCESO: El Juez de Partido y de Sentencia de Puerto Suarez,


Provincia Germán Busch del Departamento de Santa Cruz, dictó la Sentencia Nº 02, de fecha 05
de enero de 2011 de fs. 278 y vta., declarando Probada la demanda y en consecuencia ordena a
Pablo Vaca Yorge y María del Rosario Moreno de Vaca la desocupación y entrega del inmueble
materia de la controversia a su propietaria Wilma Aguilera de Justiniano en el plazo de 3 días,
previniéndoles de desapoderamiento en caso de desobediencia. Resolución de primera instancia
que es apelada por los demandados María del Rosario Moreno de Vaca y Pablo Vaca Yorge por
memorial de fs. 280 a 282, que mereció el Auto de Vista Nº 218, de fecha 27 de abril de 2011
de fs. 291 a 292, que confirma en todas sus partes el Auto de fecha 04 de junio del 2009
cursante a fs. 125 y vta.; y la Sentencia de fecha 05 de enero del 2011 cursante a fs. 278 y vta.,
señalando que la apelación no cumple con el voto del art. 227 del CPC., toda vez que no
fundamenta los agravios sufridos, realiza una argumentación unilateral de un supuesto préstamo
de dinero encubierto sin probar dicho aspecto en el proceso, señalando además, que es evidente
que existe un proceso de nulidad de Escritura Pública incoado por Pablo Blanco Yorge y María
del Rosario Moreno de Vaca cuya demanda fue presentada tres meses después de la presente
acción y que la misma no tiene resolución final, lo que implica que la misma no es una verdad
procesal, y las excepciones de litispendencia y prescripción ya fueron debidamente resultas por
el Juez A quo por Auto de fs. 125 y vta., teniendo la misma un razonamiento lógico, resultando
que el Juez A quo si ha valorado correctamente el derecho y los hechos donde se observa un
debido y analítico trabajo de fundamentación y motivación. En conocimiento de la
determinación de segunda instancia, la demandante interpuso recurso de casación en la forma y
en el fondo, mismo que se pasa a analizar:

II.- DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN: De forma resumida y


ordenada se pasa a detallar los fundamentos de agravio que expone la recurrente: En la forma: 1.
Denunciando la violación de los arts. 67-1) y 15 de la Ley de Organización Judicial y arts. 252,
251, 90 y 254 inc. 7) del Código de Procedimiento Civil, y solicita la anulación con reposición
de obrados hasta fs. 287 vta., decreto del 14 de marzo de 2011 donde se ordena que por sorteo
de causas, en este caso plataforma donde se debió efectuar el sorteo del presente proceso
mediante el sistema IANUS, que no se ha dado cumplimiento que ha sido radicado en fecha 18
de marzo de 2011, en la Sala
Civil Primera sin sorteo, comprometiendo la transparencia en el sorteo de la Sala Civil
directamente como ha sido sorteado extrañando la hora de sorteo del sistema IANUS, deja
latente estas fallas procesales, acentuando a la indefensión, con claros vicios de nulidad, en
desmedro del sano juicio y seguridad jurídica, infracciones de procedimiento y aplicación
incorrecta de la ley, otorgando más de lo pedido. Otra nulidad es la falta de concesión de la
apelación en el efecto diferido. No se hace mención en el Auto de fs. 285, en que efectos han
sido concedidos, por lo que se ha infringido los arts. 24 y 25 de la Ley Nº 1760. Por lo que
solicita anular obrados hasta el vicio más antiguo en cumplimiento de los arts. 251 y 252 del
Código de Procedimiento Civil. En el fondo: 1. Acusa la violación de los arts. 397.I) y II),
476 y 477 del Código de Procedimiento Civil y los arts. 1317 a 1320 del Código Civil. Refiere
que no se valoró correctamente las pruebas cursantes de fs. 47 al 71 y en especial la prueba de
fs. 130 con estos documentos se demuestra que el mes de septiembre obtuvieron un préstamo de
dinero de la Sra. Wilma Aguilera de Justiniano por la suma de $us. 15.000, y por los AUTO
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de fs. 37 a 38 que fueron obligados a firmar una minuta de transferencia de su bien inmueble, y
que a consecuencia de estos hechos se encuentra tramitándose el proceso de nulidad de
documentos que a la fecha no tiene Sentencia ejecutoriada, aspectos estos que no han sido
valorados y a la fecha la demandante no tiene posesión del inmueble. 2. Denuncia la violación
de los arts. 1492, 1493, 1494, 1495 del Código Civil. Refiere que los tribunales de instancia no
analizaron la documentación del proceso, infringiendo de esta manera estos preceptos jurídicos
al fundamentar que las excepciones de litispendencia y de prescripción ya fueron debidamente
resueltos por el A quo por Auto de fs. 125 y vta. y que el inmueble de la litis fue secuestrado y
habitado por la FELCN desde noviembre de 1993, aspectos que no son verdaderos se han
violado al no haberse apreciado y valorado correctamente las pruebas documentales, puesto que
la ahora demandante sabía perfectamente que el inmueble fue incautado, por ello interpuso un
amparo constitucional el mismo que le fue favorable, y cuya acta de devolución definitiva del
mismo se realizó el 06 de octubre de 1998 en favor de la apoderada de la misma, y que desde
esa fecha podía reclamar la entrega del bien inmueble, si es que correspondía, de tal manera que
a partir de ese momento corre el término de la prescripción, que hasta la actualidad ha dejado
pasar más de 10 años, sin reclamar su supuesto derecho propietario y no encuentra en posesión
del bien inmueble. La infracción de los arts. 336 inc. 9) del CPC., porque el precepto indica que
el inmueble es el mismo que se trata de un préstamo de dinero por el monto de $us. 15.000 y no
la venta de su inmueble, puesto que la demandante pretende apropiarse, no se valoró la
anotación preventiva que se hizo del préstamo de dinero antes de que les obligue a transferirle,
con lo que la presunta propietaria inscribió a su nombre este inmueble que de ser evidente sería
un regalo en el precio real, aspectos que no fueron valorados, que el documento base de la
supuesta obligación para entregar y desocupar su inmueble debió de cumplirse el 09 de octubre
de 1994, habiendo transcurrido más de 15 años de no estar en posesión del inmueble, con lo que
se ha vulnerado la ley. Al no haber confirmado y no revocado el Auto del 04 de junio de 2009
de fs. 125 y vta. 3. Acusa la vulneración de los arts. 1321 del Código Civil y parágrafo II) del
art. 404 del Procedimiento Civil; manifestando que el Auto de Vista recurrido cursante a fs. 291
a 292 es contradictorio en su fundamentación cuando los vocales explican que el Juez de la
causa solo analiza los alcances de la demanda y no de la contestación y las excepciones
presentadas por su parte, en la forma de prueba plena referida en el art. 1321 del Código Civil y
parágrafo II del art. 404 del Procedimiento Civil, que la actora hizo confesión reconociendo que
mi persona se encuentra en posesión del inmueble como se puede observar a fs. 123 y vta.,
donde responde la excepción de prescripción y que el Juez de primera instancia indica que la
entrega del inmueble fue hecha en manos de Ana Nettz Perogon, quien sería apoderada de Pablo
Vaca Yorge lo cual no es evidente adjunto Poder Nº 475/99 con lo que distorsiona AUTO
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corresponde en sentencia y el poder Nº 384/98, pidiendo que con estos documentos se tenga
presente para que esta Sentencia injusta sea revocada. Por lo expuesto está demostrado que los
vocales no efectuaron un correcto análisis de los actuados procesales en consecuencia, el Auto
de Vista Nº 218 del 27 de abril de 2011, registrado a fs. 218 del Libro de Toma de Razón Nº
01/11 recurrido, fue dictado transgrediendo la ley por las violaciones, errónea interpretación e
indebida aplicación de leyes adjetivas y sustantivas atinentes a la tramitación y sustanciación de
este proceso ordinario de puro derecho de desocupación y entrega de inmueble. Por lo expuesto,
solicita casar el Auto de Vista recurrido, conforme a lo previsto por los arts. 271-4) y 274 ambos
del Adjetivo Civil. De la Respuesta al Recurso de Casación.- Con relación a la respuesta al
recurso de casación la demandante señaló: Que del minucioso análisis del memorial de recurso
de casación evidentemente los demandados expresan su disconformidad con la Sentencia y el
Auto de Vista, sin embargo no cumple con la exigencia dispuesta en el art. 258 – 2) del CPC, es
más ni siquiera lo citan o harían mención del mismo, pues el deber del recurrente no solo se
centraría en citar las infracciones, sino también en señalar la correcta solución de la situación
planteada lo que tampoco sucedería en la especie; por lo que solicita se declare improcedente el
recurso de casación de fs. 297-301. En tales antecedentes diremos que:

III.- DOCTRINA APLICABLE AL CASO: III.1.- De los Principios que Rigen las Nulidades
Procesales. Es señalar, que existen principios que hoy rigen la administración de justicia
previstos en la Constitución Política del Estado (art. 180) entendidos desde los principios
constitucionales procesales de eficiencia, eficacia, inmediatez accesibilidad, y que se encuentran
replicados en el espíritu del art. 16 y 17 de la Ley Nº 025 y arts. 105 al 109 del nuevo Código
Procesal Civil, con los que se revirtió el antiguo sistema formalista, dejando a un lado las viejas
prácticas con la que se venían tramitando los procesos judiciales por más de tres décadas con
predominio de nulidades y en el mayor de los casos innecesarias que solo ocasionó retardación
de justicia a lo largo del tiempo en desmedro del mundo litigante y de la propia administración
de Justicia. Al respecto, este Supremo Tribunal de Justicia en su diversos fallos, entre ellos el
Auto Supremo Nº 329/2016 de 12 de abril ha orientado que: “Precisamente por los fundamentos
expuestos precedentemente, en razón al caso de Autos, corresponde a continuación referirnos
de manera específica AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016
www.ancconsultores.com.bo a algunos de los principios que regulan la nulidad procesal, los
cuales ya fueron desarrollados en varios Autos Supremos emitidos por este Tribunal Supremo
de Justicia, entre ellos el Nros. 158/2013 de 11 de abril, 169/2013 de 12 de abril, 411/2014 de 4
de agosto, 84/2015 de 6 de febrero, en virtud a los cuales diremos: Principio de especificidad o
legalidad.- Este principio se encuentra previsto por el artículo 105-I del Código Procesal Civil,
en virtud a él "no hay nulidad sin ley específica que la establezca" (pas de nullité sans texte).
Esto quiere decir que para declarar una nulidad procesal, el Juez está autorizado expresamente
por un texto legal, que contemple la causal de invalidez del acto. Sin embargo, este principio no
debe ser aplicado de manera restringida, pues, resulta virtualmente imposible que el legislador
pudiera prever todos los posibles casos o situaciones que ameriten la nulidad en forma expresa,
y siguiendo esa orientación la doctrina ha ampliado este principio con la introducción de una
serie de complementos, a través de los cuales se deja al Juez cierto margen de libertad para
apreciar las normas que integran el debido proceso, tomando en cuenta los demás principios que
rigen en materia de nulidades procesales, así como los presupuestos procesales necesarios para
integrar debidamente la relación jurídico-procesal. Principio de Conservación.- Este principio
da a entender que en caso de que exista duda debe mantenerse la validez del acto, esto en virtud
a que se debe dar continuidad y efectos a los actos jurídicos sin importar
el vicio que expongan, siempre y cuando, la nulidad no sea de tal importancia que lesione la
calidad misma del acto. Principio de Trascendencia.- Si bien resulta evidente que el alejamiento
de las formas procesales ocasiona la nulidad o invalidez del acto procesal, empero esta mera
desviación no puede conducir a la declaración de nulidad, razón por la cual se debe tener
presente que para la procedencia de una nulidad tiene que haber un perjuicio cierto e irreparable,
pues no hay nulidad sin daño o perjuicio “pas de nullite sans grieg”, es decir que previamente a
declarar la nulidad se debe tener presente el perjuicio real que se ocasionó al justiciable con el
alejamiento de las formas prescritas. Y como decía Eduardo J. Couture: "... No existe
impugnación de Nulidad, en ninguna de sus formas, sino existe un interés lesionado que reclame
protección. La anulación por anulación no vale." Por lo expuesto, concluiremos señalando que
no corresponden los rigorismos que tiendan a producir nulidades por anomalías o vicios
procesales que no tenga incidencia trascendental en el proceso.”. III.2.- De la Valoración de la
Prueba. José Decker Morales en su obra Código de Procedimiento Civil comentarios y
concordancia señala que: “…producida la prueba, el juez comienza a examinarla, tratando de
encontrar la existencia del hecho o hechos afirmados por las partes. Finalmente de ese examen
puede salir la verdad, cuando encuentre conformidad de los hechos afirmados, con la prueba
producida; también puede suceder lo contrario, “todo depende de la eficacia de los elementos
que se hayan utilizado en la investigación”. Este proceso mental –Couture- llama “la prueba
como convicción”. AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016
www.ancconsultores.com.bo En este marco, este supremo Tribunal a través de diversos fallos
entre ellos el Auto Supremo N° 240/2015 a orientado que: “…respecto a la valoración de la
prueba, resulta loable destacar que es una facultad privativa de los Jueces de grado, el apreciar
la prueba de acuerdo a la valoración que les De la Valoración de la Prueba. José Decker Morales
en su obra Código de Procedimiento Civil comentarios y concordancia señala que: “…
producida la prueba, el juez comienza a examinarla, tratando de encontrar la existencia del
hecho o hechos afirmados por las partes. Finalmente de ese examen puede salir la verdad,
cuando encuentre conformidad de los hechos afirmados, con la prueba producida; también
puede suceder lo contrario, “todo depende de la eficacia de los elementos que se hayan utilizado
en la investigación”. Este proceso mental –Couture- llama “la prueba como convicción”. Así
también, Víctor De Santo, en su obra “La Prueba Judicial” (Teoría y Práctica), indica: Con
relación al principio de unidad de la prueba, “El conjunto probatorio del proceso forma una
unidad y, como tal, debe ser examinado y merituado por el órgano jurisdiccional, confrontando
las diversas pruebas (documentos, testimonios, etc.), señalar su concordancia o discordancia y
concluir sobre el convencimiento que de ellas globalmente se forme”. El principio de
comunidad de la prueba es: “La prueba no pertenece a quien la suministra; por ende, es
inadmisible pretender que sólo beneficie al que la allega al proceso. Una vez incorporada
legalmente a los autos debe tenérsela en cuenta para determinar la existencia o la inexistencia
del hecho sobre el cual versa, sea que resulte favorable a quien la propuso o al adversario,
quien bien puede invocarla. Principios que rigen en materia civil, y orientan a los juzgadores en
la labor valorativa del universo probatorio introducido al proceso en el sentido de que toda
prueba una vez ofrecida por las partes y admitida por el Juez conforme a procedimiento, se
convierte en prueba del proceso y no de una sola de las partes, esto con la finalidad de llegar a la
verdad real de los hechos, en cuya valoración simultáneamente también se aplica el principio de
unidad o valoración conjunta de la prueba y no de manera aislada, y que el juzgador debe tomar
en cuenta, pues está en la obligación de apreciar y valorar las todas las pruebas en su conjunto
que deben ser integradas y contrastadas, conforme mandan los arts. 1286 del CC, y 397 del
Código de Procedimiento Civil.

III.3.- De la Naturaleza de la Acción de Desocupación y Entrega de Bien Inmueble. El


entendimiento de la acción de desocupación y entrega de bien inmueble no puede
limitarse a que esta sería solo una acción para el cumplimiento de una obligación, sino que se la
debe entender en su real dimensión, es decir, también se la entiende como una acción análoga a
la reivindicación, ya que con la acción en análisis el demandante pretende la desocupación y
entrega material del bien inmueble de su propiedad, de quien la habita, posee o detenta; razón
por la que se la debe considerar como una acción mixta que también tiene un carácter real,
tomando en cuenta la base fáctica de la demanda, momento en que la labor interpretativa del
juzgador resulta importante para determinar la naturaleza de la acción planteada, esto en el
sentido que para la procedencia de la acción de desocupación y entrega en su AUTO
SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016 www.ancconsultores.com.bo carácter real,
es necesario acreditar el derecho propietario sobre el bien inmueble en litigio y que esta esté
ocupada por quien no lo es, razón por la que se debe entender que dicha acción en esencia busca
proteger y hacer valer el derecho propietario de un determinado bien inmueble contra terceros
no propietarios, por la que también se la puede considerar como una acción real de defensa del
derecho propietario (análoga de la acción reivindicatoria). En este marco debemos señalar que
según el Tratadista Guillermo A. Borda: “…de acuerdo a una clásica distinción, las acciones
patrimoniales se dividen en reales y personales. Las primeras son las que se dan en protección
de los derechos reales y tienen las siguientes características generales: a) gozan del ius
persequendi; ósea de la facultad de hacer valer el derecho contra cualquiera que se halle en
posesión de la cosa… las acciones personales en cambio se dan en protección de los derechos
personales y tienen las siguientes características: a) solamente pueden ser ejercitadas contra el o
los obligados; b) tienden a la extinción del derecho, porque una vez ejercida la acción y cobrado
el crédito se extingue la obligación….”, con la aclaración del autor antes citado, de que los
caracteres señalados sirven como tendencia general antes que como expresión de caracteres
típicos de cumplimiento obligatorio. En este entendido, diremos que las acciones reales son
aquellas que garantizan la defensa del derecho propietario sobre determinada cosa o bien
inmueble que buscan prevenir impedir o reparar una lesión al derecho propietario y al
ejercicio de las facultades que el derecho propietario conlleva. Ahora bien, toda vez que las
acciones reales son medios de defensa del derecho propietario es preciso señalar que conforme
al art. 56 parágrafo II de la Constitución Política del Estado, se garantiza la propiedad privada
siempre que el uso que se haga de ella no sea perjudicial al interés colectivo, criterio también
acogido por el art. 105 del Código Civil, que respecto al derecho a la propiedad dispone: “…que
la propiedad es un poder jurídico que permite usar, gozar y disponer de una cosa y debe
ejercerse en forma compatible con el interés colectivo, dentro de los límites y obligaciones que
establece el ordenamiento jurídico.”, de tal forma que el poder de uso, goce y disfrute puede ser
utilizado en cualquier momento por el propietario de un inmueble y que este poder jurídico es
asegurado por el Estado Plurinacional. El mismo artículo en su parágrafo II del Código Civil
dispone que: “El propietario puede reivindicar la cosa de manos de un tercero y ejercer otras
acciones en defensa de su propiedad”, es decir, que a partir de lo establecido en dicho precepto
normativo se puede obtener la restitución o devolución de la propiedad de un tercero que la
habita, posee o detenta ya sea por la acción reivindicatoria o por otras acciones, como el caso de
la desocupación y entrega de bien inmueble que según lo ampliamente expuesto resulta análoga
a la reivindicación, por lo que tampoco resulta aplicable lo dispuesto en el art. 1495 del CC.,
toda vez que esta acción se origina en el derecho de persecución que tiene el propietario de
determinado bien inmueble, para hacer valer su derecho propietario, salvo los efectos de la
adquisición prescriptiva, por lo que al tener bien establecido que la acción de desocupación y
entrega de bien inmueble que tiene una naturaleza mixta cuando está enfocada como una acción
real persigue el restablecimiento de un derecho, esta acción no prescribe al igual que la acción
reivindicatoria (art. 1454 del CC), ni tampoco está sometida a un término de caducidad de dicho
derecho. III.4.- Del Principio Per Saltum. Al respecto este supremo Tribunal de Justicia en el
Auto Supremo Nº
375/2014ha orientado que: “Ahora, el recurrente nos trae a casación aspectos que no fueron
objeto de apelación, acusa la falta de exhaustividad y de congruencia de la sentencia, menciona
que el Auto de Vista se limitó al recurso de apelación sin efectuar de oficio la revisión de
obrados que a criterio del recurrente existiría vicios procedimentales que generarían nulidad de
obrados, por otro lado, trae a consideración aspectos de fondo que no fueron analizados por el
Ad quem. Argumentos que ciertamente, no merecieron pronunciamiento alguno en segunda
instancia, motivo por el cual los mismos no merecen consideración alguna debido al principio
del per saltum (pasar por alto), puesto que para estar a derecho, el recurrente debió instar en
apelación dicho debate y así agotar legal y correctamente toda la segunda instancia. Criterio
asumido en varios Autos Supremos que orientan sobre la aplicación del per saltum, así tenemos
el A.S. Nº 154/2013 de fecha 08 de abril, el cual estableció que: “Por la característica de
demanda de puro derecho a la que se asemeja el recurso de casación, las violaciones que se
acusan deben haber sido previamente reclamadas ante el Tribunal de Alzada, a objeto de que
estos tomen aprehensión de los mismos y puedan ser resueltos conforme la doble instancia, o
sea, el agravio debe ser denunciado oportunamente ante los Tribunales inferiores conforme cita
el art. 254 núm. 4) del Código Adjetivo Civil, y de ningún modo realizarlo en el recurso
extraordinario de casación, porque no es aceptable el "per saltum", que implica el salto de la o
las instancias previas a la intervención del Tribunal de Casación, como es el caso. Toda vez que
el Tribunal de Casación, apertura su competencia para juzgar la correcta o incorrecta aplicación
o inaplicación de la norma contenida en el pronunciamiento de alzada, respecto precisamente, al
o los agravios que oportunamente fueron apelados y sometidos a conocimiento del Ad quem.”.

IV.- FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

En la forma: 1. Sobre su denunciando de violación de los arts. 67 num. 1) y 15 de la Ley de


Organización Judicial y arts. 252, 251, 90 y 254 num. 7) del Código de Procedimiento Civil, y
su solicitud de anulación con reposición de obrados hasta fs. 287 vta. 1.1. En relación a su
denuncia de falta de sorteo, corresponde referir que una vez remitida la causa por el A quo,
conforme se evidencia del oficio de fs. 287, por providencia de fs. 287 vta., emitida por
Presidencia del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, se dispone que por la sección
sorteo de causas se asigne la causa a la Sala Civil de turno correspondiente del Tribunal
Departamental, y una vez cumplido con dicho sorteo, la causa es presentada y radicada por ante
la Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de la ciudad de Santa Cruz. AUTO
SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873 2016 www.ancconsultores.com.bo Empero, una
vez que la parte ahora recurrente hubo tomado conocimiento de dicha radicatoria se apersona al
Tribunal, sin denunciar omisión o falta de sorteo para su asignación a la Sala de turno
correspondiente, menos acredita la inexistencia de dicho sorteo con prueba idónea y fehaciente,
tampoco denuncia indefensión, sino que tácitamente admite la competencia del Tribunal, de
donde se tiene que su reclamo conforme al principio de convalidación resulta siendo
extemporáneo porque su derecho a precluido; más aún, si conforme al principio de
especificidad los extremos denunciados no se encuentran sancionados con nulidad, a esto se
debe añadir que conforme a lo establecido en el punto III.1 de la doctrina aplicable, al presente
las nulidades procesales tienen en su aplicación un criterio más restringido, porque lo que en
definitiva se busca en el marco de los nuevos principios que orientan la Constitución Política
del Estado no es la prevalencia de las formas procesales sino la resolución del conflicto jurídico.
1.2. De otro lado, en relación a la apelación que hubo sido diferida (fs. 156) que no habría sido
concedida en el Auto de fs. 285; la misma referida a las excepciones previas de litispendencia y
prescripción que han sido consignadas en el recurso de apelación de fs. 280 a 282, por lo que el
Ad quem absuelve dicho agravio fundamentando: “…Nótese que las excepciones de
litispendencia y de prescripción ya fueron debidamente resueltas por el Juez A quo, por Auto
de fecha 04 de Junio del 2009, cursante a fs. 125 y vta. de obrados, la misma que tiene un
razonamiento lógico, por un lado la presente demanda tiene un objeto diferente al de la otra
acción planteada. Por el otro lado, se pretende la prescripción del derecho propietario,
sabiendo los mismos demandados que el inmueble objeto de la litis, fue secuestrado y
habilitado por la FELCN., desde noviembre de 1993, así consta en la certificación de fs. 32…”,
fundamento que acredita que el Ad quem consideró la apelación en el efecto diferido, aspecto
que hace intrascendente el vicio acusado (conforme lo desarrollado en el punto III.1 de la
doctrina aplicable), respecto a la supuesta inexistencia de la concesión del recurso de apelación
en el efecto diferido en el auto de fs. 285, toda vez que existiendo respuesta a dicho recurso en
el efecto diferido en el Auto de Vista recurrido, generar una nulidad por dicho reclamo resultaría
intrascendente, ya que aún se disienta de la forma de la concesión del recurso, la apelación en el
efecto diferido respecto a las excepciones de litispendencia y prescripción fue absuelta por los
de Alzada, por lo que no es evidente lo acusado en este punto. Deviniendo en infundados los
reclamos acusados en la forma.

En el fondo: 1.- En relación a su acusación de violación de los arts. 397.I y II, 476 y
477 del Código de Procedimiento Civil y los arts. 1317 a 1320 del Código Civil, vinculada a su
denuncia de que no se valoró correctamente las pruebas cursantes de fs. 47 al 71 y en especial
los documentos de fs. 130 y de fs. 37 a 38. Al respecto, corresponde señalar que del análisis
realizado por los jueces de instancia tanto en la Sentencia como en el Auto de Vista recurrido, se
tiene que los juzgadores en la valoración de la prueba aportada al proceso como las que
constan de fs. 2-3, 6-7, 47 al 71, 130 y de fs. 37 a 38 a que hace referencia los recurrentes en
este punto; en aplicación de lo fundamentado en el punto III.2 de la doctrina aplicable y los arts.
1286 del Código Civil y el art. 397 del Código de Procedimiento Civil, centraron su análisis
para generar convicción en el hecho de que la demandante ha acreditado su derecho propietario
sobre el bien inmueble en cuestión conforme se tiene probado a fs. 41-42, y la prueba cursante
a fs. 37 a 38 donde se puede establecer con claridad que entre ambas partes existió una relación
contractual donde los demandados transfirieron el inmueble en pugna a la demandante, por lo
que estando plenamente acreditado el derecho propietario de la demandante, la prueba a la que
hace referencia los recurrentes relativos a recibos de pago por una obligación no detallada,
facturas de consumo de electricidad y el acta de devolución del inmueble objeto de la litis, que
en criterio de los recurrentes harían presumir que la demandante no tiene la posesión del
inmueble en cuestión, no puede desvirtuar el derecho propietario de la demandante que resulta
el requisito esencial para la procedencia de la presente acción, más si se tiene establecido en
obrados que el inmueble del cual la propietaria pretende la devolución y entrega se encuentra en
poder de los demandados, razón por la que la prueba acusada por los recurrentes en este punto
no generó convicción en los juzgadores de instancia para desvirtuar la pretensión de
desocupación y entrega de inmueble demandada en autos; no siendo evidente que no se haya
valorado correctamente la prueba acusada en este punto.

2. Sobre su denuncia de violación de los arts. 1492, 1493, 1494, 1495 del Código Civil, toda vez
que por acta de devolución definitiva del bien inmueble a la apoderada de la legítima propietaria
Wilma Aguilera de Justiniano, fecha desde que la misma podía exigir la entrega del bien
inmueble si correspondía, de tal manera que a partir de esa fecha corría el termino de
prescripción y en la actualidad la supuesta propietaria ha dejado pasar más de 10 años, sin
reclamar su supuesto derecho propietario. Al respecto, corresponde señalar que del análisis de la
demanda cursante a fs. 9 a 10 de obrados se tiene que la demandante arguye que Pablo Vaca
Yorge y María del Rosario Moreno Vaca enajenaron en su favor a título de Compra Venta el
inmueble ubicado sobre la calle Santiago de Chiquitos esq. Independencia de la ciudad de
Puerto Suárez, escritura que se encuentra debidamente inscrita en derechos reales, en fecha
29 de diciembre de 1993, sin embargo los demandados no le habrían entregado la cosa vendida,
por lo que habiendo demostrado su derecho propietario sobre el inmueble y el consiguiente
derecho a reclamar la entrega del mismo solicitaron la desocupación y entrega material del bien
inmueble en cuestión. Fundamento de la demanda que tiende a reclamar la protección del
derecho propietario acreditado por la demándate e inscrito desde el 29 de diciembre de 1993
en Derechos Reales, momento a partir del cual se habilitó, el poder de persecución del derecho
propietario sobre determinada cosa, que en el caso de autos es el inmueble objeto de litigio,
sobre el que se constituye el derecho real de la demandante. En este antecedente, y lo
ampliamente desarrollado en el punto III.3 de la doctrina aplicable, donde se estableció la
naturaleza mixta de la acción de desocupación y entrega donde se señaló que el entendimiento
de esta acción no puede limitarse a que esta sería solo una acción para el cumplimiento de una
obligación, sino que se la debe entender en su real dimensión, es decir, como una acción
análoga a la reivindicación, ya que con la acción en análisis el demandante pretende la
desocupación y entrega material del bien inmueble de su propiedad, de quien la habita, posee o
detenta; aspecto que por los fundamentos de la demanda analizados supra tiende a la
efectivización y protección del derecho propietario de la demandante sobre el bien inmueble en
cuestión, aspecto tomado en cuenta por los jueces de instancia quienes si bien incurrieron en la
imprecisión de determinar que la prescripción se habría interrumpido por la incautación del
inmueble, dicha imprecisión no cambia la decisión de fondo. Toda vez que en el caso de autos,
el derecho propietario de la actora se consolido a momento de la transferencia y se hizo
oponible contra terceros a partir de su inscripción en Derechos Reales, por lo que estando
determinado que el carácter de la presente acción fue dirigida a la persecución del derecho
propietario de la actora que se encuentre en poder de los demandados, dicho derecho merece la
protección del art. 56 de la CPE y el art. 105.II Código Civil, que como se desarrolló en la
doctrina aplicable señala: “El propietario puede reivindicar la cosa de manos de un tercero y
ejercer otras acciones en defensa de su propiedad, con arreglo a lo dispuesto en el libro V del
Código presente”, entrando esta acción -que reiteramos es análoga a la reivindicación por los
fines que persigue- dentro la categorías de otras acciones en defesa de la propiedad que
establece el citado precepto normativo; por lo que, los efectos de los arts. 1492, 1493, 1494,
1495 del CC, que alegan los recurrentes no la pueden alcanzar, toda vez que esta acción no se
origina en el cumplimiento de una obligación patrimonial para que esta pueda prescribir, sino
en el derecho de persecución que tiene el propietario de determinado bien inmueble (al igual
que la reivindicación), para hacer valer su derecho propietario, salvo los efectos de la
adquisición prescriptiva, por lo que conforme a lo expuesto supra se tiene que la presente acción
de desocupación y entrega de bien inmueble está enfocada como una acción real que persigue el
restablecimiento de un derecho de la actora, razón por la que esta acción no prescribe al igual
que la acción reivindicatoria, ni tampoco está sometida a un término de caducidad de dicho
derecho; no siendo evidente lo acusado en este punto.

3.- Sobre su acusación de vulneración de los arts. 1321 del Código Civil y parágrafo II) del art.
404 del Procedimiento Civil. En relación a esta presunta infracción, corresponde referir que
este agravio de fondo no fue motivo del recurso de apelación, por lo mismo no fue considerado
por el Tribunal de alzada, en consecuencia no existe pronunciamiento alguno al respecto, en ese
antecedente y conforme a lo desarrollado en el punto III.4 de la doctrina aplicable en relación al
principio del “per saltum” este Tribunal no puede ingresar a considerar el mismo. Lo que hace
impertinente el agravio denunciado, haciéndose de esta manera infundados los agravios
denunciados. Por lo manifestado, corresponde a este Tribunal resolver conforme señala los arts.
220.II del Código procesal Civil.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la Ley del Órgano Judicial de 24 de
junio de 2010, y en aplicación del art. 220.II del Código Procesal Civil, declara INFUNDADO
el recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 297 a 301 y vta., interpuesto por María
del Rosario Moreno de Vaca y Pablo AUTO SUPREMO Nro. 873/2016 Auto Supremo 873
2016 www.ancconsultores.com.bo Vaca Yorge impugnando el Auto de Vista Nº 218, de fecha
27 de abril de 2011 de fs. 291 a
292. Con costas y costos. Se regula honorario profesional en la suma de Bs. 1.000.-

Regístrese, comuníquese y devuélvase.

Relatora: Mgda. Dra. Rita Susana Nava Duran.

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