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Dinamismo y causalidad

A lo largo de su exposición Zubiri ha insistido en que la realidad es intrínsecamente y


formalmente respectiva. Nada es real, sino es respectivamente a otra realidad. En
virtud de eso, la realidad tanto de la cosa sustantiva como la realidad de la conexión de
unas cosas con otras, es constructiva. Ya hasta casi de forma metodológica se nos
dice, que cada cosa es cosa de las demás en respectividad. El nominativo que expresa
ese de algo de la cosa con otra, forma parte formal y estricta de la realidad de algo, ya
que hace referencia al cumulo del sistema de notas en las que se construye la realidad
de la cosa. Es en esa razón, que el constructo es esencialmente respectivo. Este
constructo es la expresión de una unidad primaria y real, en la que la sustantividad esta
referida en su sistema de notas que forman el constructo. Por eso, resulta muy
importante comprender la unidad del constructo, porque lo que el constructo de notas
tiene o ha de expresar en la unidad es justamente: su estructura. En ese sentido, se
dice que la realidad es estructural, por su modo de actualizarse en el sistema de notas
que son estado constructo.

En este apartado Zubiri hará énfasis también en lo previo que nos ha venido
bosquejando con su obra, que es el tema de la realidad activa por si misma. Para así
comenzar a interrogarnos ¿Cómo la actividad deriva de la estructura dinámica de la
realidad? ¿Qué es lo que determina las condiciones que tienen las notas de la
realidad? Aquí se aborda, por lo tanto, para responder dichos interrogatorios, el
problema de la causalidad que es precisamente ese momento de actividad que tiene la
estructura dinámica de la realidad. Averiguar dónde está y en que consiste el llamado
valor metafísico y necesario del principio de causalidad, es el hilo conductor de este
capitulo que es por si mismo el fragmento de un todo en respectiva en términos
zubirianos.

Recordemos que anteriormente, Zubiri sostuvo que toda realidad que se presenta en
función de otra es real debido a un dinamismo causal. Ya que la causalidad consiste
pura y simplemente en la funcionalidad de lo real en tanto que real. El discurrir abordar
este tema conlleva a consideraciones metafísicas de por medio. Pues Zubiri maneja la
idea digamos biológica: de que todo tiene un carácter talitativo, es decir, una peculiar y
especifica función de su contenido concreto. Así, desde el punto de vista talitativo el
Todo es una condición puramente de hecho, pues vemos que el Cosmos es
efectivamente como es, aunque quizás pudo haber sido de otra manera. Pero el
problema sería como probamos que el mundo podría haber sido de otra forma.

Fuera de eso y enfocado en lo que tenemos de realidad, con esto no se quiere decir
más que en el Cosmos hay una respectividad que contiene un sistema estructural, que
como sistema será la unidad primaria que esta plasmado en el constructo. La unidad
pues, tiene realidad en el sistema estructural que constituyen aquellas notas del
constructo y desde luego responde a consideraciones de causalidad. En tanto que para
Zubiri la causalidad se inscribe dentro de la actividad, que sería el carácter de
constructo que tienen las notas y responde, por tanto, a una condición de lo real en
tanto que real.

Resultará por eso clara la vía o posicionamiento que ira tomando el autor, ya que el
tema de la causalidad en tanto que funcionalidad de lo real responde a consideraciones
metafísicas y no ontológicas, que la filosofía moderna cristalizo demasiado con la
consigna principio de causalidad. Un principio que tiene por supuesto un contenido
mecanicista y determinista. Pues para Zubiri el principio de causalidad visto desde la
ciencia es como una especie de principio del cielo, que es perfectamente quimérico. Es
por eso, que a continuación, se abordara la clásica disputa de causalidad y efecto.

Causalidad y efecto.

Se nos dice que el efecto esta rigurosamente determinado, sin que esto sea un
determinismo en el sentido pleno de la palabra. Desde la tradición moderna el
determinismo es siempre determinación según tal ley. Y la ley es una regularidad en el
cómo. Pero para Zubiri la ciencia nada tiene que ver con la casualidad, en tanto que la
ciencia solo trata de explicar cómo ocurren las cosas, en cuya explicación de
fenómenos se ha de presentar dicha regularidad que es etiquetada en la forma de
leyes. Por consiguiente, ese como que busca la ciencia que es meramente de carácter
talitativo, es decir, relacional de cómo se asocia A con B: es un como que jamás afecta
a la realidad en cuanto tal. De ahí que resulta evidente porque la causa no es ley.
Puesto que puede haber causas que no obedezcan a leyes. Piénsese también en el
viejo problema que Hume nos planteó respecto a esto y las repercusiones que tiene el
debate sobre el carácter que aguardan ciertos fenómenos que son vinculados entre sí
como leyes causales.

Para Zubiri el problema de la ciencia es claro. ¿Cómo se puede pretender que una ley
sea causa, si a la una ley expresar su necesidad intrínseca de como algo acontece, se
enmudece el carácter necesario de esta funcionalidad? Esto es debido a que no se
interroga mucho menos ¿Por qué funciona algo de una forma pudiendo hacerlo de
otra? Indagar sobre la funcionalidad de algo al parecer no es problema de la ciencia, ya
que no se preocupa de las causas en el sentido rigurosos y metafísico, sino en el
sentido vulgar y cabría decir que también pobre, esto es, ya que su orden reduccionista
de causas consagrado en el principio determinista de ley: se escapa de lo real en tanto
que real.

¿Cómo entender entonces la causalidad fuera del paradigma mecanicista de la


ciencia? Se debe entender bajo la idea de funcionalidad que es precisamente la
expresión del dinamismo causal. Aquí la causalidad se manifiesta no porque en su
determinismo surge la relación del antecedente con el consecuente para formar una
ley, sino porque en su constitutiva funcionalidad las cosas expresan dicha causalidad
que ejerce el Universo entero y por lo mismo las cosas, son una participación y
manifestación del Todo.

Dicho eso, el abordaje que propone Zubiri invita a plantear que es en la causalidad
donde hay que plantear filosóficamente el problema de cuales son las estructuras
dinámicas de la realidad. Puesto que las estructuras dinámicas de la realidad expresan
y manifiestan la causalidad, de tal forma que la realidad en su radical unidad, es
dinamismo causal. Por eso, anteriormente se menciono que la causalidad se debe
entender desde la funcionalidad de lo real en tanto que real. Dicha funcionalidad es
formalmente un de suyo, es decir, cuya realidad a la que está referida da efectivamente
de sí.

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