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Caracas, 06 de julio de 2021

Jhonny José González Briceño.

Informe #11: Dinamismo causal

Ante todo, conozcamos primero lo que Aristóteles pensaba referente a este


tema, y es que el filósofo distingue cuidadosamente en sus palabras, y en sus
rápidas definiciones la causa y el principio, pero en la práctica no los distingue, por
ejemplo, ´principio´ “consiste en que algo proceda de otro”. Mientras que ´causa´
“es un modo de principio”. En pocas palabras, dice efectivamente, que las causas
son principios.
En cuanto al sentido de la causación de la Realidad, planteada por
Aristóteles, tenemos que, consiste en ser un principio interno a aquel que deviene y
es causado, y principio interno del cual efectivamente algo deviene, es decir, su
materia.
Otro aspecto, es que consiste en conferir una cierta configuración a la
realidad tal como es: es la causa formal. Además, tenemos que, es también causa el
primer principio de la transformación del movimiento o del reposo, y de aquí viene
la mutación, que es lo que tradicionalmente se ha llamado después, en latín, la
causa eficiente.
Por último, también es causa si actúa como un fin. Por lo tanto, estamos ante
los cuatro modos de causación de la naturaleza, que son la causa material, la causa
formal, la causa eficiente, y la causa final.
Por otra parte, vemos que en la filosofía moderna, Kant afirma que el
principio de causalidad no es un principio de realidad, es un puro principio de
conocimiento. Para el filósofo, el valor de la causalidad no está fundado en un
análisis de conceptos ni en una percepción de realidades, sino que es una condición
de inteligibilidad propia del intelecto humano.
Así mismo, en cuanto a la funcionalidad de lo real, el problema de la
causalidad queda convertido en un problema de puro entendimiento humano. El
hombre es esencialmente en este punto una inteligencia sentiente. Es decir, el
hombre siente intelectivamente no sólo las cosas calificadas como reales, sino la
realidad misma de ellas. La impresión de realidad forma parte de la percepción.
Para Zubiri, la causalidad, es pura y simplemente funcionalidad de lo real en
tanto que real. Lo cual deja en pie el grave problema de cuál es la causa.
A su vez, hay una funcionalidad que es causalidad, que remite a una causa, y
en esta remisión es justamente donde hay que colocar el problema estricto de la
causalidad como momento del dinamismo. La funcionalidad de lo real en tanto que
real, a saber: la causalidad es un momento del dinamismo.
La realidad es intrínseca y formalmente respectiva. Nada es real si no es
respectivamente a otra realidad. Y en virtud de esto la realidad, tanto la de cada
cosa sustantiva como la realidad de la conexión de unas cosas con otras, es
constructa.
A saber, cada cosa es cosa de las demás. Donde el “de” no es un aditamento
posterior o póstumo a la realidad de algo, sino que forma parte formal y estricta de
la realidad, misma de algo.

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