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Malestar en la cultura:
Capítulo I:
En este capítulo, Freud trata principalmente el tema del origen de la sensación de eternidad o
"sentimiento oceánico" como fuente primordial de la religiosidad humana. Según él, "trataríase de
un sentimiento de indisoluble comunión, de inseparable pertenencia a la totalidad del mundo
exterior". Para aclarar el origen de este sentimiento debemos embarcarnos en el análisis del yo. En
situaciones normales, dice Freud, nada nos parece más seguro y establecido, como la sensación de
nuestra "mismidad", de nuestro propio yo. Sin embargo, la investigación psicoanalítica establece
que el yo se continúa hacia dentro, sin límites precisos, con una entidad psíquica inconsciente que
denominamos ello y a la cual el yo sirve de fachada. Por lo menos hacia el exterior, el yo parece
siempre mantener límites claros; sin embargo hay una situación en la que amenaza esfumarse el
límite entre el yo y el objeto: el enamoramiento. El enamorado afirma que yo y tú son uno, y está
dispuesto a comportarse como si así fuera. De esto aducimos (probamos) que lo que puede ser
anulado por una función fisiológica podrá, desde luego, ser trastornado por procesos patológicos.
Por lo tanto, el sentimiento yoico está sujeto a trastornos, y los límites del yo con el mundo exterior
no son inmutables.
Establecido esto, debemos decir que el sentido yoico del adulto no pudo haber sido el mismo desde
el principio, sino que sufre una evolución. El lactante, por ejemplo, aún no diferencia su yo del
mundo exterior. Va aprendiendo esto a través de diversos estímulos, pero lo que ha de causarle
mayor impresión es el hecho de que algunas de las fuentes de estímulo sean susceptibles de
provocarle sensaciones en todo momento, mientras que otras se le sustraen temporalmente, entre
ellas la que más anhela: el seno materno. Así, comienza a oponérsele al yo un objeto, uno que se
encuentra afuera y para cuya aparición es necesario realizar una acción particular: el llanto. Un
segundo paso en la demarcación del yo, lo que implica una aceptación de un afuera, es el
surgimiento de la tendencia a disociar del yo cuanto pueda convertirse en una fuente de displacer, lo
que es impulsado por el principio del placer, que induce a suprimir y evitar estas sensaciones. De
esto modo, el hombre aprende a dominar un método mediante el cual puede separar lo interior y lo
exterior. El que el yo aplique esta misma metodología al defenderse de ciertos estímulos
displacientes provenientes de su interior, habrá de dar origen a importantes trastornos patológicos.
De esta forma Freud dice que originalmente el yo lo incluye todo, y luego desprende de sí el mundo
exterior. Este razonamiento implica la aceptación de que el producto de las fases tempranas de un
proceso evolutivo se puede conservar junto con su parte evolucionada, lo cual ejemplifica Freud
con la supervivencia del cocodrilo luego de la extinción de sus predecesores, los dinosaurios. Otra
metáfora que usa es la de una ciudad imaginaria en la que persisten todas las características y
estructuras de la Ciudad Eterna, Roma, cuyas estructuras han cambiado, o incluso dejado de existir
para dejar paso a otras construidas durante períodos subsiguientes. Esta persistencia de todos los
estadios previos de algo, junto con su forma definitiva, es solo posible en el campo psíquico, y es
más bien una regla que una excepción.
Sin embargo, Freud considera poco fundada esta teoría y establece el desamparo infantil que sufre
el hombre como fuente irrefutable de la religiosidad.
Capítulo 2
Freud trata ahora el tema de la búsqueda de la felicidad, el objeto común a todos los hombres, y de
qué forma se relaciona la religión con este tema. Tal como nos ha sido impuesta la vida, dice Freud,
resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones y empresas imposibles.
Por eso, necesitamos lenitivos (algo que alivie) para poder soportarla. Los clasifica en tres tipos:
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● Distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria. Ej.: cultivar,
actividad científica
● Satisfacciones sustitutivas que la reducen. Ej.: arte
● Narcóticos que nos tornan insensibles a ella
Alega que es difícil saber en qué lugar de esta clasificación entra la religión. Ésta es la única que
puede dar respuesta acerca de la finalidad de la vida humana.
Aún más allá, la idea de adjudicar un objeto a la vida humana solo puede existir en función de un
sistema religioso. Por eso, Freud deja de lado este tema para centrarse en otro más modesto: el
objeto que el hombre se impone a sí mismo, la búsqueda de la felicidad. Él distingue dos aspectos
de esta búsqueda: evitar el dolor y el displacer, y experimentar intensas sensaciones placenteras.
Como vemos, el que fija este objetivo es el antes mencionado por Freud programa del principio del
placer. No obstante, este programa es irrealizable, ya que todo el universo se le opone, e incluso
podemos decir, reflexiona Freud, que el plan de la Creación no incluye que el hombre sea feliz.
Según Freud, la felicidad se puede traducir como la satisfacción casi siempre instantánea de
necesidades acumuladas que han alcanzado un punto elevado de tensión, y, por lo tanto, solo puede
darse como un fenómeno episódico. Esto es producto de nuestra naturaleza, que sólo nos permite
gozar intensamente del contraste, no de la estabilidad. En cambio, no es mucho más fácil
experimentar las desgracias, que nos atacan desde tres flancos:
● El propio cuerpo, que, condenando a la aniquilación y la decadencia, ni siquiera puede
eludir de los displaceres producidos por el mismo
● El mundo exterior, fuente de fuerzas destructoras omnipotentes e implacables
● Las relaciones humanas, tal vez la mayor y más intensa fuente de sufrimiento, y casi
ineludible.
Como resultado de este panorama, el hombre tiende a rebajar sus pretensiones, a seguir el principio
de la realidad, llegando a considerarse feliz por el hecho de haber eludido la desgracia. Así, la
finalidad de evitar el sufrimiento relega a segundo plano la de logar el placer. Freud emprende una
clasificación de las metodologías aplicadas por el hombre en su búsqueda de la felicidad:
● Fin positivo: obtención del placer
● Satisfacción ilimitada de todas las necesidades: no obstante uno de los caminos más
tentadores, significa anteponer el placer a la prudencia y pronto se hacen notar sus
consecuencias.
● Intoxicación: siendo uno de los métodos más efectivos, no solo proporciona estímulos
placenteros, sino que también nos impide percibir estímulos desagradables. Freud reconoce una
relación entre éstos dos fenómenos: "la descarga del placer oscila entre la facilitación y la
coartación y paralelamente disminuye o aumenta la receptividad para el displacer". Los
estupefacientes no solo proporcionan placer inmediato, sino también una considerable
independencia del mundo exterior.
● Desplazamientos de la libido: consiste en reorientar los fines instintivos, de manera que
eluden la frustración del mundo exterior. La exaltación de los instintos y la acrecentación del
trabajo psíquico e intelectual contribuyen a ello. Responde a esta metodología la satisfacción
que goza un artista por medio de la creación, o la del investigador, al solucionar sus problemas.
Sin embargo, aunque este tipo de satisfacción es más noble y elevada dice Freud, su
satisfacción es muy atenuada e insuficiente comparada con la satisfacción de los impulsos
instintivos más groseros y primarios. No obstante, el punto débil de esta metodología reside en
que es accesible a muy pocas personas, pues requiere disposiciones y aptitudes infrecuentes. Y,
aún en el caso de quienes ostentan estas cualidades, no proporciona una protección sólida contra
el sufrimiento.
● Imaginación: se relaja el vínculo con la realidad, buscando las satisfacciones en los procesos
internos psíquicos. En este caso, la satisfacción se obtiene de ilusiones que son reconocidas
como tales, sin que su discrepancia con el mundo real impida disfrutarlas. Las satisfacciones
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imaginativas, sin embargo, accesibles a los carentes de creatividad e insípidas para los más
sensibles al arte, solo ofrecen un refugio fugaz contra los embates de la vida y carece de poderío
para hacernos olvidar la miseria real.
● Amor: esta metodología persigue también la independencia del destino por medio de trasladar
la satisfacción a los procesos psíquicos internos, utilizando la desplazabilidad de la libido, pero
no por ello alejándose de la realidad, sino, por el contrario, aferrándose a los objetos y hallando
la felicidad por medio de la vinculación afectiva con éstos. Se concentra en la obtención de la
felicidad, dejando de lado el conformismo. Esta es el tipo de orientación de vida que hace del
amor el centro de todas las cosas, que deriva toda la satisfacción de amar y ser amado. El punto
débil de esta técnica reside en el evidente hecho de que nunca estamos tan a merced del
sufrimiento como cuando amamos.
● Fin negativo: evitación del sufrimiento
● Aislamiento voluntario: el método de protección más inmediato contra el sufrimiento
proveniente de las relaciones humanas, la felicidad de la quietud.
● Sometimiento de la Naturaleza a la voluntad del hombre: trabajar con todos por el bien de
todos.
● Modificación del organismo: dado que el sufrimiento no es más que una sensación solo existe
en función de que lo sintamos, y el que lo sintamos depende de la disposición de nuestro
organismo.
● Dominación de los instintos: busca dominar la fuente misma de nuestras necesidades, con el
fin de aniquilar los instintos, como lo enseña la sabiduría oriental.
● Moderación de los instintos: con la misma metodología, pero un objetivo menos extremo,
busca moderar el instinto bajo el gobierno de instancias psíquicas superiores, sometidas al
principio de la realidad. No obstante, aunque se logra cierta protección contra el sufrimiento, se
produce también una inmensa limitación de las posibilidades de placer. He aquí la razón del
carácter irresistible que adquieren los impulsos perversos y, tal vez, de lo prohibido en general.
● Rechazo de la realidad: metodología elegida por el ermitaño, quien ve en la realidad la fuente
de todo sufrimiento y displacer, lo que torna intolerable la existencia y con quien, por lo tanto,
es necesario romper todo lazo.
● Reemplazo de la realidad: quien comparte el sentir del ermitaño, puede llegar a reemplazar los
elementos repulsivos de la realidad con otros placenteros y adecuados a sus propios deseos. No
obstante, quien tome este camino no llegará muy lejos, pues la realidad es más fuerte. Se
convertirá en un loco a quien poco ayudarán en la realización de sus delirios.
● Delirio colectivo: este camino es el que toma un grupo de individuos con el objeto de
procurarse un seguro de felicidad y un salvoconducto contra el dolor por medio de una
transformación delirante de la realidad. Los miembros de estos grupos no pueden dar cuenta del
delirio, dice Freud. La religión se puede clasificar dentro de estos delirios colectivos.
Freud concluye estableciendo ciertas afirmaciones:
● La búsqueda de la felicidad es un designio irrealizable, pero no por ello despreciable.
● Esta búsqueda posee un aspecto positivo y uno negativo.
● Ninguna regla al respecto es válida para todos los hombres.
● No es conveniente la toma de decisiones extremas al respecto, dado que es una
inversión demasiado grande y su éxito jamás es seguro.
● La religión es un delirio que entorpece la búsqueda de la felicidad.
Capítulo 3
Pasa ahora Freud a hablar de la cultura: sus características, su desarrollo y cómo sirve al hombre.
Menciona él una hostilidad respecto de la cultura por parte de ciertos hombres, según los cuales la
cultura sería fuente de gran parte de la miseria que sufre el hombre y que podríamos ser más felices
si la abandonásemos para retornar a un estilo de vida más primitivo. Analiza Freud las causas por
las cuales estos individuos parecen llegar a esta conclusión. Un profundo y antiguo disconformismo
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con la cultura constituyó el terreno donde ciertos sucesos y circunstancias históricas hicieron
germinar esta hostilidad hacia ella. De estos sucesos, Freud identifica claramente tres:
� El triunfo del cristianismo sobre las religiones paganas: teniendo en cuenta su íntima
afinidad con la depreciación de la vida terrenal implícita en la doctrina cristiana en general.
� Colonización: al parecer, el contacto con civilizaciones primitivas llevó a los exploradores
europeos a pensar que esos pueblos llevaban un vida simple, modesta y feliz, cuya razón de ser
era su nivel cultural más bajo.
� Comprensión del mecanismo de la neurosis: se comprendió que la causa de la neurosis reside
en la incapacidad por parte del individuo de soportar el grado de frustración que le impone la
sociedad en aras de sus ideales de cultura.
Además habla el filósofo de cierta decepción de algunos hombres respecto de sus avances en el
dominio de la Naturaleza. Según estos hombres, estos avances han suministrado los sufrimientos
que pretenden remediar los avances que los sucedieron. Dado el carácter subjetivo de este análisis,
Freud deja de lado el tema para sumirse en la caracterización de la cultura.
Según la concepción de Freud, ésta se compone de las producciones e instituciones que distancian
nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines:
● proteger al hombre contra la naturaleza
● regular las relaciones de los hombre entre sí
enfrentamientos en la historia del hombre giran alrededor del fin de hallar el equilibrio, es decir, la
felicidad para todos.
A modo de conclusión, Freud hace un repaso
● La cultura no es sinónimo de perfección.
● La evolución cultural es un proceso particular que opera en la Humanidad.
● Podemos caracterizar este proceso por los cambios que impone a las predisposiciones
instintivas del hombre, en algunos casos dando origen a rasgos de carácter.
Critica a la religiosidad que tiene la cultura occidental ya que hay
un “ideal católico de una vida más allá”. Se religan a un A que no
existe dejando detrás de sí, lo que existe.
El problema de los ideales es que son nuestra satisfacción de
nuestra propia ruina.
Palabras Iniciales.
¿Qué es Orientación Vocacional? Es un campo de actividad de los científicos sociales. Como tal
abarca una serie de dimensiones o ejes que van desde el asesoramiento en la elaboración de planes
de estudio hasta la selección de becarios cuando el criterio selectivo es la vocación. Constituye por
lo tanto un amplio orden de tareas que incluyen lo pedagógico y lo psicológico en el nivel del
diagnóstico, la investigación, la prevención y resolución de la problemática vocacional.
La ov constituye uno de los campos de trabajo preferidos por los psicólogos argentinos.
En este libro entendemos por orientación vocacional las tareas que realizan los psicólogos
especializados cuyos destinatarios son las personas que enfrentan en determinado momento de su
vida la posibilidad y necesidad de ejecutar decisiones. Esto hace de la elección un momento crítico
de cambio en la vida de los individuos.
Por ov se entienden en nuestro medio, distintas actividades que responden a marcos de referencia,
orientaciones teóricas, concepciones filosóficas y científicas y técnicas de trabajo diversas, aun
cuando no siempre las diferencias sean bastante explícitas.
He resumido las diferencias en dos tipo extremos a los que llamaré modalidad actuarial y
modalidad clínica:
a) MODALIDAD ACTUARIAL.
Para los psicólogos que se colocan en esta posición, el joven que debe elegir una carrera o un
trabajo puede ser asistido por un psicólogo si éste puede encontrar entre las oportunidades
existentes, aquellas que más se ajusten a las posibilidades y gustos del futuro profesional. El test es
el instrumento fundamental para conocer estas aptitudes e intereses. Esta modalidad entronca con la
psicotécnica norteamericana y la ps diferencial de principios de siglo. Influida por ulteriores
desarrollos de la psicometría, recibe los aportes factorialistas, sus descripciones cuantitativas son
cada vez más rigurosas.
b) MODALIDAD CLÍNICA.
Para los psicólogos ubicados en esta otra posición la elección de una carrera y un trabajo puede ser
asistida si el joven puede llegar a tomar en sus manos la situación que enfrenta y llegar a una
decisión personal responsable. La entrevista es para estos psicólogos el principal instrumento. El
psicólogo se abstiene de adoptar un rol directivo, porque considera que ninguna adaptación a la
situación de aprendizaje o trabajo es buena si no supone una decisión autónoma. Esta modalidad se
halla más vinculada con las técnicas no-directivas. En nuestro país estuvo especialmente influida
por los aportes psa. En la Argentina desde la fundación del Departamento de Orientación
Vocacional de la UNBA hubo psicólogos interesados en abordar los problemas de orientación
vocacional desde una perspectiva de psicoanálisis clínico.
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Si bien el manejo de una estrategia clínica guarda en parte relación con el “estilo” personal del
psicólogo y tiene por eso un carácter artesanal, es fundamentalmente una actividad científica pues
se basa sobre ciertas hipótesis o predicciones que han de verificarse ciñéndose al imperativo del
“control” que caracteriza al método científico. Además la estrategia es una mirada y operación
autoconsciente sobre la situación humana.
El carácter racional científico y autoconsciente de la estrategia clínica no permite diferenciarla de
la estrategia experimental. Pero son dos, las diferencias con la estrategia experimental. La primera
está ligada a relación entre reflexión y acción o teoría y práctica.
En la estrategia experimental la aplicación práctica de los descubrimientos verificados se halla
diferido: se pone énfasis en la elaboración de buenas teorías aun cuando no se perciban sus efectos
prácticos inmediatos. Pensamiento y acción se hallan transitoriamente separados. Esto no ocurre en
la estrategia clínica: en ella reflexión y acción se encuentran sólidamente unidas, de modo que el
mirar, el pensar y operar o cambiar conforman lo que Ulloa ha denominado una “unidad de
operación”.
En toda actividad experimental se ha de establecer una comunicación con el objeto de investigar:
El ruido es en ese caso, la subjetividad del experimentador, la comunicación es netamente un
vehículo para conocer el objeto, nunca para modificarlo. En la estrategia clínica el vehículo, la
comunicación, no solo persigue un buen conocimiento del sujeto, sino, al mismo tiempo, la
promoción de beneficios para él, bajo la forma de modificaciones favorables o de prevención de
dificultades. El vehículo se torna imprescindiblemente dinámico.
La estrategia clínica constituye el contexto óptimo para el “descubrimiento” de ideas o
concepciones sobre el hombre, pero es la estrategia experimental la que conforma el contexto de la
“verificación” de las hipótesis.
La psicología clínica, por lo tanto, provee, desde una perspectiva epistemológica, datos
observacionales e hipótesis útiles para la elaboración de teorías, en tanto que la estrategia
experimental, el “razonamiento” experimental, es la vía regia para su verificación y validación.
Psicología y Profilaxis.
La psicoprofilaxis puede entenderse como toda actividad que desde un nivel de análisis psicológico
y mediante el empleo de recursos y técnicas psicológicas, tienda a promover el desarrollo de las
posibilidades del ser humano, su madurez como individuo y, en definitiva su felicidad.
Si por psicoprofilaxis entendemos básicamente una finalidad, intención o actitud en el quehacer
del psicólogo, podemos entender que su propósito requiere apelar a una estrategia, una táctica
adecuada y específica para cada caso.
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ESPACIO: el sentimiento de “yo soy yo” surge sobre la base del esquema corporal que discrimina
entre un espacio propio (interno) y un espacio no propio (externo).El esquema corporal no es
sinónimo de cuerpo sino de su representación.
OTROS: la sensación de que “yo soy yo” tiene que ver con “mis relaciones con los demás”. Estas
relaciones se expresan en un vínculo de doble carril, que son los procesos proyectivos e
introyectivos. La “extensión” de la persona nunca coincide con el límite de su piel, sino que
incluye todos los objetos que puede llamar “míos”.
La estructura de la personalidad se definirá por el interjuego de los 3 parámetros. En un adolescente
está caracterizada por un acercamiento a nuevos objetos de la realidad. Este acercamiento supone
procesos de discriminación y jerarquización de los objetos de la realidad. Estos se realizan si el
conocimiento de sí lo permite y, si el ejercicio de las funciones yoicas es adecuado.
Considerare al Yo como el nombre de 7 funciones de la personalidad son: 1-adaptacion a la realidad
2-interpretacion de la realidad 3-sentido de la realidad 4-defensas 5-relaciones de objetos 6-
funciones autónomas 7-sintesis.
El explorador:
El momento en que el adolescente concurre a la consulta.
El término “exploración” sugiere la idea de alguien que se interna en un lugar desconocido. El
explorador tiene en cuenta qué es lo que van a explorar y con que equipo ira de exploración. De la
síntesis de estos 2 factores surge el concepto de situación. Esta designa la percepción que tiene el
adolescente de aquello que va a explorar y de aquello con que cuanta para la tarea. Las situaciones
pueden ser de 4 tipos: pre dilemáticas, dilemáticas, problemáticas o de resolución.
Vocación y reparación
Más útil que el concepto de “sublimación” es el de reparación. (Surgido de la esc. inglesa).
Las vocaciones expresan respuestas del yo frente a los “llamados” internos, llamados de objetos
internos dañados que piden ser reparados por el Yo.
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La elección de carrera mostraría la elección de un objeto interno a ser reparado. La carrera seria la
resultante de una respuesta del Yo (lo vocado) a un objeto interno dañado (vocante).
Y la relación, el vínculo, con la carrera (objeto externo) estará determinado por la modalidad de la
reparación implícita en la relación con el objeto interno dañado.
PSICODINAMICA DE LA ELECCION
POR QUE- PARA QUE CON QUE CUANDO A LA MANERA DE
DONDE- COMO QUIEN
Reparación: Objetos Contexto socio- Identificaciones con
Personas, cosas, cultural imágenes
*Autentica naturaleza, (ámbitos profesionales y roles
*Seudoreparacion artefactos o pares institucionales y ocupacionales adultos.
1-maniaca de ellos. organizaciones
2-malancolica sociales)
3-compulsiva Instrumentos Tecnología, sistemas
4-otras Manuales, de significación, etc.
intelectuales, etc.
Elección y duelo
El que elige no está eligiendo solo una carrera, está eligiendo insertarse en un área específica de la
realidad ocupacional.
En la medida en que elige, deja; y éste es otro motivo para decir que la O.V. supone conflictos y
maneras de resolverlos.
Se “dejan” objetos y formas de ser. Por eso siempre la elección de una carrera supone elaborar
duelos. Sobre todo sobre 4 situaciones: a) duelo por la escuela secundaria b) D. por el paraíso
perdido de la niñez c) por la imagen ideal de los padres y d) por las fantasías omnipotentes.
Un duelo bien elaborado supone que se pueden tolerar los sentimientos de culpa frente al objeto y a
sí mismo, experimentados en toda separación. Los duelos experimentados durante el proceso de
O.V. Se expresan mediante sentimientos y manifestaciones clínicas; entre los primeros predominan
la tristeza, la soledad, ambivalencia, culpa y libertad del pasado y mayor contacto con el presente.
Estos sentimientos se observan claramente en la capacidad de recordar acontecimientos pasados, la
recuperación de ideas, los proyectos abandonados, los que son integrados y re vinculados con
decisiones actuales. También se percibe cansancio, reflexión, autonomía, y ganas de hacer cosas.
Momentos de la elección
2 tipos de datos. La intervención del yo encada momento del proceso y los trastornos típicos en
cada uno de ellos.
MOMENTOS FUNCION YOICA PATOLOGIA MAS FRECUENTE
COMPROMETIDA
SELECCION Adaptación, interpretación y “no ver” o “no verse” por con el
sentido de la realidad. vínculo. Identificaciones
Discriminación. proyectivas e introyectivas
Jerarquización de los masivas.
objetos.
ELECCION Relación de objeto. Rigidez y estereotipa o excesiva
Tolerancia de las labilidad de cargas. Bloqueos
ambigüedades y de la afectivos
ambivalencia
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Addenda 1974.
El autor subraya el carácter síntomal de la elección de carrera. La dinámica del deseo y la demanda
social se le imponen al sujeto y lo constituyen fundamentalmente a través de los procesos de
identificación, de modo que las nociones enfatizadas en el libro como “libertad de elección,
autenticidad, madurez” exigen un replanteo radical.
Sobre la frase “quien elige” se abre un interrogante de difícil respuesta. Si los objetos son
“vocantes” y la ideología “convoca” (interpela) al sujeto ¿este elije o más bien es vocado desde una
insoslayable alteridad (Otro)?
Tanto la pedagógica como la psicoterapia coadyuvan en un mismo propósito: la toma de conciencia.
Una la toma de conciencia en lo que a la lectura de la realidad institucional y social se refiere, la
otra una toma de conciencia en lo que hace a los significados icc de los motivos y proyecciones
personales con la represión, idealización y negación como defensa.
El propósito debe ser resguardado a toda costa aun cuando varíen las estrategias de abordaje y las
técnicas a emplear.
⮚ TEÓRICO: menciona una “vuelta a Freud”, lo cual cobra sentido solamente si se tiene en
cuenta que Bohoslavsky inicialmente se manejaba en la línea del psicoanálisis inglés. En la
primera edición del libro habla de “libertad de elección” y “madurez”, pero en la addenda
establece que la elección está sobredeterminada por la estructura del aparato psíquico del
sujeto, y que hay ciertas demandas sociales que también se imponen (“la dinámica del
deseo y la demanda social se le imponen al sujeto y lo constituyen fundamentalmente a
través de los procesos de identificación…”). De forma que la elección ahora reviste un
CARÁCTER SINTOMAL.
⮚ ESTRATÉGICO: aclara su posición actual respecto de la relación entre orientación
vocacional, psicología (psicoterapia) y pedagogía. Establece que el objetivo de la
orientación vocacional es la TOMA DE CONCIENCIA, en dos posibles acepciones de
conciencia:
1- la práctica pedagógica en OV busca una toma de conciencia en cuanto a la lectura de la realidad
institucional y social (universidad, carreras, profesiones), oponiéndose a la ignorancia y sus
determinaciones educativas, familiares, ideológicas. Esta práctica en la dimensión pedagógica de la
orientación vocacional INFORMA.
2- la práctica psicológica en OV busca una toma de conciencia respecto a los significados
inconscientes de los motivos y proyectos personales, a la que se oponen la represión, la negación, la
idealización como defensas. Esta práctica en la dimensión psicológica de la orientación vocacional
ESCLARECE.
Tanto la dimensión pedagógica como la psicológica persiguen el objetivo en común ya planteado,
(toma de conciencia) que debe ser resguardado, a pesar de que el contexto puede hacer variar las
estrategias a seguir para alcanzarlo.
⮚ TÉCNICO-INSTRUMENTAL: revaloriza el empleo de encuadres grupales e
institucionales como formas de encarar las problemáticas que se presentan, sin reducir su
importancia al simple recorte de gastos (en principio un encuadre grupal implica trabajar
con más gente en el mismo tiempo, pero ésta no sería para Bohoslavsky la única razón de
esta aproximación grupal; se podría entrever un cierto distanciamiento del psicoanálisis
ortodoxo). Menciona además la necesidad del entrenamiento adecuado para el profesional
en este tipo de aproximación, y posibles patologías institucionales frente a las que debe
atento. También menciona la necesidad de crear recursos nuevos para el trabajo en OV (en
cuanto al diagnóstico y resolución de la problemática vocacional).
⮚ d) IDEOLÓGICO: explicita que el campo de la OV reúne las dimensiones económica,
educacional y familiar constituyendo la “encrucijada vocacional”. Esta complejidad hace
necesaria la discusión sobre la ideología. Bohoslavsky dice que ni la teoría ni la técnica
están exentas de implicancias ideológicas, ya que éstas se encuentran en el marco
conceptual, referencial y operativo del profesional, y el psicólogo puede soportarlas y
transportarlas (la ideología actuando a través del psicólogo). De ahí que realice esas
preguntas: “¿Existe un yo libre, capaz de elegir autónomamente? ¿Qué demandas del
sistema hallan eco en el psicólogo que pretende una elección madura, adaptada y libre de
conflicto?”
Se critica a si mismo (respecto más que nada por la modalidad
clínica) que quedo capturado por la ego psychology. Entonces
agrega la addenda (la crítica) donde con los tres conceptos (libertad
de elección, madurez y autonomía) de la modalidad clínica se da
cuenta que engordaba al yo (ideales).
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Ana María Fernández sostiene que pensar desde la diversidad los distintos modos de
producción subjetiva, implican un proceso de des-sustancializacion de los relatos de la interioridad
psíquica estructurada básicamente en la infancia, el inconsciente, el deseo. Y agrega " lo que hoy
día está puesto en cuestión es la existencia de un mecanismo universal de estructuración del sujeto.
¿Cuánto de lo que creímos estructura universal de la subjetividad será narrativa propia de la
modernidad?"
La subjetividad como campo de problemáticas nos acerca a Pierre Bourdieu cuando plantea que "el
universo social tiene como peculiaridad que las estructuras que lo conforman, llevan por decirlo así
una doble vida. La primera en la objetividad del primer orden establecido por la distribución de los
recursos materiales y de las apropiación de los bienes y valores socialmente escasos, la segunda
objetividad de segundo orden, bajo la forma de clasificación, de esquemas mentales y corporales
que finge como matriz simbólica de las actividades prácticas, conductas, pensamientos y juicios de
agentes sociales.
Al pensar la subjetividad inevitablemente nos enfrentaremos entonces con los cruces, las
intersecciones, las articulaciones, funciones diversas psíquicas, biológicas, sociales, culturales,
ambientales, políticas.
En sintonía con esta línea de pensamiento Emiliano Galende nos Recuerda que" la primera
forma de reconocimiento de la individualidad, de la separación respecto del grupo, está ligada a la
institución social de la propiedad y, a partir de esta, la constitución de una esfera de lo privado... "
El concepto de subjetividad permitirá integrar lo idéntico y lo diferente, la estructura y el
acontecimiento, lo individual y lo social, público y lo privado. Coincidiendo con Ana María
Fernández preferimos hablar de subjetividad, de producción de subjetividad, antes que de identidad.
La vocación, lo vocacional:
La vocación se construye a lo largo de la vida. Es una construcción asociada al conjunto de
experiencias desarrolladas en la vida social. Vocación asociada con los diversos vínculos que los
sujetos establecen con los variados objetos (otros sujetos, actividades, lugares, experiencias) de la
realidad social.
Es un llamado interno, innato, que guían al sujeto hacia una única actividad determinada (carrera);
conceptualizándola de este modo podemos afirmar que la vocación no existe. Si en cambio el sujeto
no está atado a un solo objeto se abre la dimensión de la libertad y con ella la posibilidad de elegir.
Por lo tanto la vocación más que revelación, es búsqueda, como ejercicio de la libertad. La vocación
no es (si se toma como proceso acabado), es un ser siendo como proceso de creación. Algo que se
va construyendo a lo largo de la vida, algo que se mantiene pero que también cambia, la vocación sí
existe y podemos desarrollarla, enriquecerla.
Lo vocacional es un entramado complejo entre el sujeto, el objeto y el contexto. Lo vocacional
como problemática social es una construcción histórica, surgen en las sociedades modernas, allí
donde las personas pudieron empezar a preguntarse ¿qué hacer en la vida, con cierta libertad
individual, siempre condicionada por su particular ubicación social? En cambio es a partir de la
actual revolución tecnológica donde las distintas carreras se constituyen en los principales objetos a
elegir. La elección vocacional empezó a estar más ligada a los estudios que los trabajos. Las
carreras se transformaron en los nuevos mediadores para el ingreso al mercado de trabajo por eso es
que la llamada ov quedó muy vinculada a la intervención que se efectúa para acompañar a un sujeto
a elegir una carrera.
El contexto de época:
La característica más sobresaliente de la situación actual es el desempleo masivo y la precarización
de las situaciones de trabajo; pero para muchos el futuro empezó a tener, a diferencia de los años de
regular estabilidad elaborar, el sello de lo aleatorio. El drama que trae aparejado el derrumbe de la
condición salarial es la pérdida del lugar del trabajo como principal ordenador de la vida social,
como principal sostén de la identidad de las personas; la sociedad salarial necesito del estado como
sostén y protección de los individuos, actualmente en las sociedades reguladas por el mercado, la
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Invocaciones.
¿Qué es Vocación? Cotidianamente está asociado al campo de la elección de las ocupaciones o
profesiones y definida vagamente como la predisposición o la tendencia, o el deseo o la inclinación
de una tarea o una actividad. Su etimología nos lleva al término “vocatio”, que significa llamado y
que incluye tanto el “llamar” “como el ser llamado”. Por influencia del Cristianismo esta palabra
tomó connotaciones fuertemente religiosas. “Vocación se podría definir como el llamamiento por el
cual Dios inclina a cualquier estado de vida”.
Por otra parte Ferreter Mora dirá: “La vocación es el resultado de una voz, y ésta es la acción y el
efecto de un vocare o llamar”.
Tenemos entonces una “Voluntad Divina” un llamado, un proyecto que espera una respuesta
incondicional. Tenemos también un “llamado de las Existencia (Vocación) a la Existencia
(vocación) perdida entre las cosas” y un encuentro posible. Es decir que en ambos planteos
encontramos el “llamar” y el “ser llamado”. Encontramos también “un proyecto de otro” (Dios) y
un compromiso para toda la vida.
Si bien es cierto que coincidimos en remitirnos al término Vocación defendiéndolo como llamado,
será importante señalar que “encontrarlo”, “escucharlo”, implicará y remitirá siempre a Otros.
Estos Otros que aluden imprescindiblemente a los Otros del sujeto que lo preexistieron y por cuyos
deseos, y por cuyos proyectos su constitución fue posible. Otros que aludirán necesariamente a una
interioridad o exterioridad del “llamado”.
Estamos entonces ante el sujeto del psicoanálisis, y su constitución, ante la responsabilidad de los
actos, lo que supone poner en juego la “libertad” y el “elegir”. Un sujeto que en tanto logre
hacerse cargo de su deseo podrá proyectarse y circular entre los significantes de la cultura y de la
producción apuntando a un ´punto de creación que lo topará con lo fundante de su ser para desde
allí realizar algo nuevo.
Es necesario remarcar que cuando citamos el concepto de Deseo, desde el psicoanálisis, nos
referimos a su estatuto de “deseo inconsciente”. “El deseo es el deseo del Otro”. El lenguaje
preexiste al sujeto por lo tanto implica otro. Entonces podemos decir que este lugar que el sujeto
evoca cuando habla hacia donde se dirige y desde donde espera que su decir sea sancionado como
tal, es el Otro, “tesoro de los significantes”.
Ahora bien, dijimos sujeto y deseo ¿Qué es lo primero? Lo primero es el deseo de la madre por el
niño.es lo que posibilitará su condición de sujeto.
La pérdida dejó un vacío, vacío de significación, algo va a faltar siempre, y esto que falta retornará
como deseo. Y es esto, este vacío, esta falta, como un hecho de estructura lo que causará el deseo. Y
es esto lo que llevará a un sujeto a una búsqueda permanente de aquello que le falta para sentirse
completo.
SUJETO, EDIPO Y LEY.
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Decíamos que lo primero es el deseo de la madre por el niño, pero existe todo un orden simbólico
del que la madre depende, hay algo más. “Hay otra cosa que mamá desea, además de mí, algo que
la satisface”, y con esto posibilita a entrada de un tercero. El padre, como portador de la ley, como
prohibidor del objeto que es la madre, ya que la madre va a buscar “otra cosa “allí.
El padre podrá entonces ocupar el lugar de mediador, de portador de la ley, pero solo y en tanto la
madre lo funde como tal. Podríamos decir que el Nombre del Padre en la madre será el fundamento
desde donde se origina para el hijo lo que llamamos autoridad paterna.
Decíamos anteriormente que sólo si algo falta es posible desear, dijimos también que “el deseo es el
deseo del Otro”. Tendrá que inscribirse en el sujeto, entonces, la dimensión de la falta,
promoviendo allí la circulación del deseo y la posibilidad de apropiarse de él.
Ahora bien, decíamos que el mito de Edipo nos permite dar cuenta de los tiempos lógicos por los
que pasa un sujeto para constituirse como tal. En un primer tiempo del Edipo se sitúa la madre
siendo interrogada, ¿qué quiere ella? El niño busca satisfacer el deseo de su madre, ser objeto de su
deseo. La respuesta que sobreviene a esta pregunta ¿qué quiere ella? En un segundo tiempo el padre
interviene como privador de la madre. Vuelve entonces al niño la ley del padre. La madre reenvía a
una ley que no es la suya y confirma al niño que el objeto de su deseo es poseído por ese otro al que
ella reenvía. En un tercer tiempo del Edipo podemos situar al padre como el que “tiene” esa “otra
cosa”, ese algo que la madre va a buscar para satisfacerse. De esta manera el padre es portador,
representante de la ley.
Ahora bien, el Padre, el Nombre del Padre, es una función ejercida por aquél al que la madre
reconoce y nombra como tal.
Podemos decir que el amor engendra el Superyó, el que será constituido por la identificación con
los trazos del padre y especialmente con su potencia.
Planteamos los tres tiempo del Edipo, dijimos que acceder al tercer tiempo le permitirá al sujeto una
salida, hablamos del padre en tanto función, que en tanto presenta la ley representándola pacificará,
posibilitará un ordenamiento y pondrá en circulación al sujeto como deseante.
Se puede afirmar entonces, que esta falta es un hecho de estructura, encontramos entonces la vía de
los significantes, y el vacío como elemento que tienen que ver con la estructuración misma de un
sujeto. A la frase que vincula estos dos elementos, Lacan la llamó “Frase axiomática”, una frase
organizadora de un sistema a partir del cual se crean sentidos.
SUJETO Y YO.
Dijimos anteriormente “el sujeto está amarrado, sujetado a los significantes del Otro, es decir que el
discurso de este Otro el que insistirá en él, conformándolo. El sujeto entonces es hablado, en tanto
que el Otro habla a través de él”. También en que se defiende de la inconsistencia que le produce
esta falta con una “frase axiomática”
La Identificación del sujeto con la imagen del “otro” creará la ilusión de la autoconsciencia.
Pero el Yo no puede situarse solamente en un plano imaginario ya que ese “otro” especular, su
imagen no es autónomo, está determinado por un significante que lo trasciende. EN SÍNTESIS: LA
CONSISTENCIA DEL YO ES UNA ILUSIÓN. Para mantenerla el Yo se sostiene en lo que
denominamos Ideal del Yo que le propone una salida airosa y lo lleva a incluirse en el campo de la
cultura y la producción, sosteniendo desde lo simbólico una identificación con una imagen.
Así por ejemplo, podemos pensar que en “quiero ser investigadora…” está en juego la compleja
trama de las identificaciones y de los ideales, Ideal del Yo que sostiene una imagen. Es decir, que
tanto “el libreto” como el YO cumplen el cometido de “dar paño” “dar sentido” al sujeto: en suma
darte continuidad a esta aprobación/ Identidad.
Si este “paño” esta “vestidura” se raja, se podría decir que el “texto” del libreto se quiebra “se
pierde el hilo”, es decir que este andamiaje que sostenía al sujeto vacila
En tanto que sujetado, capturado en las redes del lenguaje, el sujeto es un producto. “Sujeto del
inconsciente”. El Yo “piensa” el sujeto “existe”.
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Decíamos también “un sujeto es posible porque hay Otro”, otro deseante, y desde aquí es desde
donde una frase hace posible una historia. Una historia que es construida desde un discurso donde
se juega el deseo de los padres.
El sujeto se las ingenia para no saber acerca de la castración. Pues bien, hay dos formas de evadir
ese saber: una vía es el síntoma el cual implicará la posibilidad del deslizamiento metonímico por la
cadena de los significantes y otra vía es esa “frase axiomática” que reenviará al vacío de
significación al que se articulará la frase fundadora, brindando “paño al sujeto”
El deseo pasa a la categoría de identificación. Ocurre primero una elección de objeto “el padre
como objeto de deseo del sujeto”. Luego se identifica con él, a un rasgo único, a un significante de
la persona deseada.
Doble vertiente, la del Ideal del Yo y la que se escucha en el imperativo mandato. Vociferación que
puede arrastrar a un sujeto hacia el vacío, hacia su destrucción.
Entonces, un lenguaje del inconsciente accesible a través de sus formaciones. El síntoma, dijimos,
es una de esas vías, en tanto repite e insiste en la cadena de significante con una verdad que está
separada del sujeto. Podemos sostener que el síntoma tiene estructura de ficción, en donde lo
reprimido tiene lugar sólo envuelto en múltiples disfraces. Esto nos permitirá situar al problema de
la “elección vocacional” en esta dimensión. Podríamos pensarlo como uno de esos múltiples
disfraces con los que lo reprimido se presenta en escena.
SUJETO, SÍNTOMA Y CREACIÓN
Ahora bien, se dijo que situamos al problema de la “elección vocacional” en La dimensión del
síntoma, cabe preguntarnos ¿es que todos los adolescentes hacen este síntoma?
Es necesario pensar que es justamente en la adolescencia cuando se pone en juego para un sujeto
“hacer uso” de los emblemas donados por el padre. Emblemas, que como dijimos instituye el Ideal
del Yo y esto implica elecciones respecto a su definición sexual, familiar, profesionales, etc.
CUANDO UN ADOLESCENTE DEMANDA UN SABER SOBRE SU VOCACIÓN REALIZA
ESTA PREGUNTA ¿QUE DESEA EL OTRO DE MÍ? ¿QUE QUIERE EL OTRO?
Planteaos el problema de la elección vocacional como uno de los múltiples disfraces con los que lo
reprimido aparece en la escena. ¿Por qué en la adolescencia, ese “disfraz”?
Ahora bien, si “el Sujeto no es el Yo”, y el problema de la elección vocacional puede devenir una
pregunta, es necesario plantear que si fuera así implicara una demanda por un saber sobre el
deseo de Otros. Pues bien, esta demanda que se expresa en el síntoma, es del sujeto del
inconsciente, no del Yo. Sujeto del inconsciente que da cuenta de su verdad por vía de una ficción.
Diremos entonces que es a través de la ficción que supone el síntoma como formación del
inconsciente, donde el sujeto da cuenta de su verdad.
En tanto el síntoma es una formación del inconsciente y en tanto está estructurado como un
lenguaje, toma la forma de una metáfora, de un significante que sustituye a otro significante.
Ahora bien, situamos al problema de la “elección vocacional” en el estatuto del síntoma, es decir en
el registro simbólico, significante, se podrá deslizar de significante en significante. La respuesta que
podrá retornar al sujeto sobre lo que el Otro desea de él, si proviene del síntoma, llegará por la vía
de los Ideales.
Estamos en condiciones de afirmar que este “enigma” con el que llega un sujeto a la consulta sobre
su elección vocacional puede convertirse en un planteo en donde este sujeto se percatará de las
causas de su malestar posibilitándose con esto una salida por vía de los ideales. Salida que le
permitirá incluirse en el mundo de la cultura y la producción. Será imprescindible para esto que el
orientador vocacional se corra del lugar de Sujeto Supuesto Saber para posibilitar este peregrinaje
de un sujeto hacia su verdad.
imagen y semejanza suya, o desde una relación Yo a Yo: convierte el proceso de orientación
vocacional en un espacio de mutuo y recíproco aprendizaje.
La elección vocacional en el estatuto del síntoma: “síntoma en estado de enigma que aún no estaría
formulado” implica necesariamente a un orientador vocacional que soporte sostener el lugar de
“Sujeto Supuesto Saber”.
Entonces, tenemos al sujeto de la orientación vocacional, al orientador vocacional y un tercer
elemento: sujeto supuesto saber. Un orientador vocacional que soporte sostener este lugar debe de
tratar de no identificarse a él.
Dijimos al comenzar este capítulo que la tarea de orientación vocacional no tiene como objetivo “un
mutuo aprendizaje” tampoco el de “aprender a elegir”. “El sujeto no es el Yo” y se plantea la
propuesta de trabajar con el sujeto (del inconsciente, que “no aprende”, ni puede “ejercitar su
voluntad”). Es aquí entonces en donde se juega la escucha analítica del orientador vocacional, y es
desde aquí desde donde será posible remitir al sujeto propio enunciado, propiciando un efecto de
interrogación.
Desde este planteo el orientador vocacional no es un educador sino un profesional con amplia
formación psicoanalítica.
Invocaciones: Somos llamados. Ser llamado.
Al hablar al a, se le habla en realidad al A; se convierte en una
demanda.
Hay una frase axiomática→ sería el fantasma (es acosador), un vacío.
Es lo más triste que tenemos, produce lazos pero malos.
Ella toma al carácter síntomal (Bohoslavsky-> determinación en F.)
y retoma: “si los obj son vocantes (te eligen) y la ideología (te voy a
hacer pensar en contra de vos mismo) convoca al sujeto. ¿Este
“elige” o es más bien “vocado” desde una alteridad?
Es decir, te hacen creer que vos los llamas cuando es al revés.
“Nadie elige el síntoma, el síntoma nos elige”.
Somos menos seres hablantes que seres hablados…. Somos seres
hablados por los ideales.