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Honorables Magistrados de la Corte Constitucional

Dr ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO

Dra CRISTINA PARDO SCHLESINGER

Dra GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO

Dra PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA

Dra DIANA FAJARDO RIVERA

Dr ALBERTO ROJAS RIOS

Dr JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR

Dr ALEJANDRO LINARES CANTILLO.

Dr JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS.

E. V. D.

Ref. Tutela de EDGAR MANUEL BARROS PAVAJEAU vs Consejo de Estado- Sala de lo contencioso
administrativa-Sección Tercera-Subsección B.

Rad: No. T-8179221


Asunto: Insistencia en la selección de la presente acción de tutela.

Derecho conculcado: La Reparación integral de perjuicios.

El suscrito, EDGAR MANUEL BARROS PAVAJEAU, conocido de autos en la presente acción de tutela sub
lite, a ustedes ocurro con caro y protocolario respeto para ejercer el DERECHO DE INSISTENCIA, en aras
de la selección de la presente acción de tutela, todo con estribo en los tópicos factuales y jurídicos
contemplados en los siguientes capítulos, los cuales se referirán así: i) el primero expondrá una síntesis
de los hechos y las providencias aquí proferidas ii) el segundo aludirá al derecho de reparación integral
como integrante del cosmos constitucional, aspecto en el cual sigue siendo una novedad y se continúa
tratando solo en el escenario legal, de donde, se impone su selección, a voces del contenido de la
proposición plasmada en el art 52 del Reglamento de la Corte Constitucional (Acuerdo 02 de 2015); e iii)
la solicitud de insistencia en sí.

CAPÍTULO I

A.- Síntesis del prementado expediente T- -8179221.

1.- Tal muestra el legajo continente de la presente acción de amparo, la misma inicia merced a la
vulneración del derecho fundamental a la reparación integral, contenido en el artículo 90 superior, toda
vez la colegiatura pública accionada, incurre en defecto sustantivo al errar en el escrutinio axiológico por
ella adelantado atañedero a la caducidad de la acción de reparación directa, respecto en concreto del
“Lucro cesante”, llevando a cabo una escisión de fechas, con respecto del daño emergente, que si fue
escasamente reconocido, siendo que se trata d la misma vía de hecho adelantada el mismo día, del
mismo mes y año, en que se llevaron a cabo las del indicado daño emergente, que si se reconoció,
aunque no en completud.

2.- A su turno, importa destacar los sub tópicos que dimanan en este capítulo, a saber:

a.- A términos de la tutela judicial efectiva, el proceso judicial finiquita con la

realización efectiva del pertinente derecho.

3.- Ciertamente, a este respecto cumple adosarse que la presente acción de amparo se inicia una vez
concluye el plenario en cita de Reparación directa, de la sociedad Dangón Russo &Cia Limitada (Rad No
47001231000199604835 00, exp No 17.526),), esto es, cuando realmente, de acuerdo con las directrices
que integran la “Tutela Judicial Efectiva”, de manera cierta se realiza el derecho declarado en la
sentencia y no antes, y aquí concretamente con la entrega de la “constancia de terminación y de
ejecutoria de las providencias pertinentes”, pues sin esta constancia no se realiza el derecho. Vale decir,
tal lo ha puesto de manifiesto la Corte Constitucional, entre otras, en sentencia SU-034 de 2018 de la
Corte Constitucional, siguiendo las directrices del procesalismo moderno expuesto en la carta magna del
91, el proceso no termina con la mera sentencia, sino cuando efectivamente se realiza el derecho en
rigor. Así entonces, de cara a un incidente de liquidación de condena en abstracto, dista de considerar el
actual procesalismo que tal incidente no forma parte integrante del proceso, pues tal incidente lo que
hace precisamente es cuantificar la sentencia de rigor, de la cual depende. No en vano, se impone
evocarlo, el incidente es un instrumento accesorio del proceso.
3.- Basta memorar que el proceso en las actuales calendas constituye una sola unidad jurídica, desde
luego dividido en etapas, empero sus garantías se irradian en todo el curso del mismo en aras el acceso
a la administración de justicia sea eficaz (Cfr sent C- 131 de 2002 y sent C- 083 de 2015, entre otras). De
donde se sigue que el incidente de liquidación integra al proceso principal, o lo que es lo mismo, forma
parte de él, con lo cual dista de ser autónomo del mismo, como cuerpo independiente. Es de tener
presente que el fin del proceso, ajustado a la verdad, no es su propia contemplación, sino la realización
del derecho sustancial en juego (Eduardo José Couture y arts 228 superior, 4º del C de Pc y 11 del CGP).

Así, pues, el hecho que se hubiere demorado tal incidente de liquidación en el Consejo de Estado en el
presente caso que constituye la causa petendi en la tutela de la presente referencia, en sede de segunda
instancia más de 7 años, por la causa que fuere, sea ella justificada o no, lejos implica apreciarse tal
morosidad de la corporación mencionada, que el incidente liquidatorio es independiente del proceso.

b.- De la Inexistencia de la vulneración a la Inmediatez.

La apelación del incidente de liquidación aludía a atacar tema ya decidido y

No el genuino de tal incidente.

4.- Uno de los fines de los pronunciamientos de la corte constitucional, averiguado es, consiste en
enderezar la jurisprudencia de todas las asignaturas de modo acorde con la carta magna del 91 nuestra.
Vale decir, que todo el derecho se programe aclimatado al estatuto superior, conforme al sentir de la
citada alta corte. De donde, todas las autoridades nacionales, sin excepción, deben acatar los
lineamientos expuestos por la Guardiana constitucional, en aras de la tipificación de la seguridad
jurídica, la confianza legítima, el orden justo y la igualdad material.

5.- Esto de un lado, de otro, enseña la multicitada alta corporación de justicia constitucional que las
tutelas contra providencias judiciales, dado esta ostentar un carácter subsidiario, no reemplaza y menos
constituye otra instancia, por lo cual, es precisamente en las instancias donde deben ventilarse todos los
puntos, recursos y demás que el proceso amerite. En suma, normalmente no permea la tutela contra
providencia judicial, salvo constituir esta una vía de hecho, además excepcionalmente siempre y cuando
contemple a plenitud las exigencias generales y particulares que el recedente judicial vertical ha
impuesto (Cfr Sentencia SU108/18, entre muchas).

6.- Así las cosas, obvio que antes del predicho incidente de liquidación de condena en abstracto
resultaría inane deprecar la acción de tutela, pues con las resultas de este realmente finiquitaba el
plenario, Es de imaginar que el susodicho incidente no se ajustará a los parámetros dispuestos en la
sentencia que le sirve de manantial, con lo cual, se incurre en defecto, verbi gratia, sustantivo y, con el
de la sentencia, dado conformar un solo cuerpo. De donde, al formar parte el incidente de liquidación
del proceso primigenio o principal, es palmario que no hay tal vulneración al requerimiento de
Inmediatez.

7.- El Consejo de Estado al conocer de la presente tutela, tanto la Sección Cuarta (en primera instancia),
cuanto la Sección Tercera-Subsección A, todas de la Sala contenciosa administrativa, determinaron, sin
estudiar las circunstancias que exornaban la presente ocurrencia, rechaza sin llevar a cabo un estudio
axiológico, por carencia de inmediatez. Respetuosamente lo expongo, distó un escrutinio del precedente
judicial acerca del procesalismo contemporáneo y lo que es el proceso judicial en las actuales calendas.

8.- En suma, el proceso es una unidad jurídica, con diversas etapas, pero mal fin y al cabo es uno solo
(Cfr arts 29, 228, 229, en consonancia con el art 8º del “Pacto de San José”, aprobado por la ley 16 de
1972. En comunión con el precedente judicial de las sentencias C- 131 de 2002 y C- 083 de 2015, entre
muchas. El incidente liquidatorio es un aspecto accesorio al mismo, por ende, necesario para la
cuantificación del derecho. Y este, en unión de la constancia de ejecutoria, son ambos necesarios, por
ley, para la efectividad del derecho reconocido.

9.- Tal lo viene pregonando el precedente de la corte constitucional, se ruega adelantar un estudio a
fondo acerca de las circunstancias del presente caso, en aras de la verdad y de allí determinar que no se
vulnera la inmediatez (Cfr sent SU- 108/18).
iii.- Aplicación del principio de Oficiosidad en la tutela.

10.- Se suplica aplicar a este caso sub lite, en aras de la verdad verdadera, lo pregonado en punto del
apotegma enunciado en el presente epígrafe, de parte de la honorable Corte constitucional, dado
aclimatarse a este sub judice el siguiente temperamento deontológico, que ad podde letters reza “El
principio de oficiosidad, el cual se encuentra íntimamente relacionado con el principio de informalidad,
se traduce en el papel activo que debe asumir el juez de tutela en la conducción del proceso, no sólo en
lo que tiene que ver con la interpretación de la solicitud de amparo, sino también, en la búsqueda de los
elementos que le permitan comprender a cabalidad cuál es la situación que se somete a su
conocimiento, para con ello tomar una decisión de fondo que consulte la justicia, que abarque
íntegramente la problemática planteada, y de esta forma provea una solución efectiva y adecuada, de
tal manera que se protejan de manera inmediata los derechos fundamentales cuyo amparo se solicita si
hay lugar a ello.” En ejercicio de estas atribuciones conferidas al juez constitucional de acuerdo con el
principio de oficiosidad, es razonable que el objeto de la acción de tutela cambie en ciertos casos, pues
el juez tiene el deber de determinar qué es lo que accionante persigue con el recurso de amparo, con el
fin de brindarle la protección más eficaz posible de sus derechos fundamentales. Así, en ese análisis,
puede encontrar circunstancias no indicadas en el escrito de tutela sobre las que se hace necesario su
pronunciamiento.” (Sentencia SU108/18).

Desde esta perspectiva, en aras de la verdad y de la recta justicia, se impone seleccionar la presente
acción de tutela.

CAPÍTULO II
Criterios para que se escoja, merced a la actual insistencia,

El presente caso de amparo de la referencia.

11.- Siguiendo los parámetros trazados por la Corte constitucional, en punto de los criterios a exponer,
es decir, los objetivos, subjetivos y complementarios, direccionados para la efectiva escogencia de la
actual tutela, los mismos de la esta ocurrencia se litis se contraen así:

I: Criterios Objetivos:

I1.- El Derecho a la Reparación Integral sigue siendo novedoso

Como derecho fundamental.

12.- A este respecto delanteramente se impone recabar que no obstante haberlo predicado en
anteriores añadas la corte constitucional, sigue siendo un tema novedoso en el escenario constitucional
la reparación directa regimentada por el art 90 superior, de allí que el Consejo de Estado, en su negativa
a estudiar este caso, etiqueta el derecho a tal indemnización plena como meramente económico, de
naturaleza legal, con lo cual al parecer opugna con la catalogación establecida al efecto por la alta corte
protectora de la carta suprema.
13.- En tal contexto, a pesar de todo, sigue siendo una novedad para los jueces respecto de este tópico,
de innegable cuño constitucional, lo sigan mirando desde la óptica del código civil (arts 2341 y Ss), esto
legal y no constitucional; de donde, se impone que la jurisprudencia superior tome cartas en el asunto
sentando vía precedente la ontología que el tema amerita.

Tal enlistada falencia campea aquí, tanto en el proceso constitutivo de causa petendi (la sentencia de
segunda instancia del mes de febrero del año 2013, el incidente de liquidación y la constancia de
ejecutoria de las piezas procesales de rigor dentro del proceso de Reparación Directa de la sociedad
Dangón Russo & Cia limitada vs Nación- Policía Nacional <Rad No Rad No 47001231000199604835 00>,
exp No 17.526), de la presente acción de tutela, proceso reparatorio en el cual el suscrito Edgar Manuel
Barros Pavajeau está legitimado en la causa como litis consortes facultativo (cuasi necesario), donde
refulge sin hesitación alguna la injusticia que encarna el fallo allí dictado en sede de segunda instancia
por la corporación (Sección Tercera- Subsección B de lo contencioso administrativo), al negar por una
imaginaria caducidad de tal acción reparatoria, el lucro cesante, siendo que se trata de un único hecho
dañoso por el cual si se accedió al daño emergente, llevado a cabo desaguisadamente por la policía el
mismo día , mes y año.

13.- En efecto, si bien ya la corte ha determinado el aspecto fundamental de tal derecho de reparación
(Cfr sentencia C 753 de 2013), al parecer los jueces estiman que solo es así cuando quiera se trate de
desaparición forzada, o de otros punibles de execrable cometido. Pero en punto de la reparación
económica regimentada por el art 90 constitucional. Desde este perfil, obvio que es aun novedoso y se
impone su estudio y de contera la realización del derecho deprecado.

I2.- De la Inmediatez, Dista de ser un ente autónomo.

La sancionable ha de derivar de desidia o negligencia del tutelante, lo que impone su análisis en


comunión con el proceso de manera integral.

En esta causa petendi deriva de la mala concesión del recurso de alzada contra el incidente de
liquidación, donde no se controvierte el contenido matemático de la liquidación, sino que se
desobedece la sentencia al pretender
Desconocer al suscrito como litis consorte.

Ello, al permitirlo el Consejo de Estado, abrió nuevamente el estudio de la misma causa.

De allí la enorme demora, sin incidencia del suscrito.

14.- Ciertamente, si se mira a conciencia el presente caso de la referencia, se palpa sin ningún ápice de
dudas que la inmediatez en comento no es producto de la desidia o negligencia del suscrito, que es la
sancionable por el precedente judicial vertical de la corte constitucional, sino de la actuación
incongruente del Tribunal Administrativo del Magdalena y sobretodo por el Consejo de Estado en
segunda instancia, dentro del proceso reparatoria de Dangón Russo & Cia vs Nación-Policía Nal.

15.- Basta ver que el incidente de liquidación de condena en abstracto en el proceso reparatorio de
autos no se impugna de acuerdo con su esencia, o sea, por errores aritméticos en la pertinente
liquidación, ya sea, en las sumatorias o en otros rubros matemáticos. Vale decir, lo que normalmente
debe acompasar un desacuerdo numérico por una de la partes con relación a lo obtenido por la otra. Ya
sea, por extralimitarse en los cobros, o por disminuirse los mismos, etc, pero todo con estribo en lo
dispuesto en la sentencia a liquidar.

16.- En este caso no se apela la liquidación por estos aspectos referidos, sino que se pretende
desconocer que el suscrito Edgar Manuel Barros Pavajeau, reconocido como litisconsortes
cuasinecesario en un 48% por el Consejo de Estado, a través de providencia de 6 de agosto de 2009,
proferida por el consejero dr Mauricio Fajardo Gómez (rad No 47001231000199604835 00; Exp No
17526), reafirmada en la aclaración del fallo de segunda instancia.
17.- Si se apela la liquidación, dado esta dimana de la pertinente sentencia, es lógico que los tópicos a
analizar o a objetar son los guarismos aritméticos, o numéricos, pero no los ya decididos en providencias
anteriores y reafirmados en la sentencia. Ahora, como la Policía no apela sino lo hace adhesivamente,
esta, que no objeta nada de las probanzas obrantes en tal incidente, dislocadamente pretende atacar en
segunda instancia. Y lo peor, el Consejo de Estado lo acepta y ello conlleva una mora de casi 7 años.

18.- Se sigue de lo visto, que la Inmediatez en el caso que concita no es producto de la desidia del
suscrito, sino de la actitud contraria a derecho incluso del propio Consejo de Estado, pues su fallo, una
vez ejecutoriado, no es pasible de modificación y lo propio acaece con las providencias interlocutorias,
dado el principio de eventualidad y el de preclusión (Ley del Proceso)., lo que torna lo decidido en no
enmendable.

19.- Procede, tal se adujo enantes, hacer el escrutinio axiológico de parte de la corte, en uso del
principio de Oficiosidad y sacar a descubierto la verdad.

I3.- Así las cosas, se presenta una confrontación que conculca la COSA JUZGADA, existente entre lo
apelado contra el incidente liquidatorio (lejos del aspecto aritmético) y lo decidido en la sentencia
ejecutoriada de segundo grado.

20.- Puestas en este orden las ideas, se palpa con nitidez que tal cual lo que incongruentemente se apeló
-aceptado por el Consejo de Estado- que no es un tópico matemático sino atinente a derechos
sustanciales de los litisconsortes y la sentencia que ya dilucidó el punto, obvio que no procedía la tutela,
pues se imponía esperar la decisión del recurso mencionado.
21.- De donde ineluctablemente se sigue que no es permeable que se tipifique la vulneración de la
inmediatez, tal lo pregona el Consejo de Estado, como juez constitucional en esta ocurrencia de litis, la
cual si se presentaría de haberse apelado el mero aspecto matemático, lo cual se echa de menos. Pues,
se vuelve a repetir, se apeló lo ya decidido en un fallo respecto de los derechos de los litisconsortes y tal
tema dista de ser el genuino del incidente de liquidación.

De donde, presentar tutela implicaba que estaba en el aire un recurso y se cierra por ende la puerta en
tales eventos.

ii.- Criterio Subjetivo.

El derecho constitucional económico.

20.- Desde luego que también se da la exigencia del criterio subjetivo, en asaz comunión con lo
inmediato expuesto dicho, pues el derecho económico atinente a la reparación integral yace plasmado
en el art 90 de nuestra carta superior del 91, con jaez estrictamente constitucional y adviene cuando
quiera una entidad pública incurra en responsabilidad patrimonial, merced a daño contrario a derecho,
cuando quiera el afectado no está obligado a soportar el perjuicio que se irrogue. Al respecto enseña la
Corte Constitucional “El régimen de responsabilidad patrimonial del Estado en Colombia fue consagrado
normativamente por primera vez en la Constitución de 1991, y a partir de ese momento se constituyó
como un mecanismo de protección y una garantía constitucional de los administrados. Así mismo, con la
entrada en vigencia de la Constitución, el enfoque de la responsabilidad varió para tomar como eje
central el concepto de daño antijurídico. El artículo 90 de la Constitución consagra (i) la cláusula general
de responsabilidad patrimonial del Estado, (ii) en forma de mandato imperativo, (iii) que es aplicable a
todas las autoridades estatales y (iv) a los diversos ámbitos de la responsabilidad (contractual o
extracontractual, entre otras). Así mismo, de tal artículo se desprende (v) una garantía para los
administrados, que está estrechamente relacionada con el derecho de acceso a la administración de
justicia y (vi) una obligación para el Estado de repetir contra sus agentes, cuando la administración
pública haya resultado condenada y se demuestre la culpa grave o el dolo del mismo. Para la
configuración de la responsabilidad patrimonial del Estado consagrada en el artículo 90 constitucional es
necesaria la comprobación de (a) un daño antijurídico, (b) que le sea imputable al Estado (causalidad
jurídica) y que sea (c) producido por una acción u omisión de una entidad pública o de alguno de sus
agentes (causalidad material). El núcleo esencial del artículo 90 Superior que consagra el régimen
general de responsabilidad estatal, se erige como uno de estos límites intransgredibles por el actuar
legislativo” (sent C- 286/17).

21.- Pues bien, se conculca esta orden fundamental no solo de parte del legislador al tratar de soslayar
tal responsabilidad, cuando lo quiso hacer merced al inciso 2º del artículo 191 del Código de Policía,
como excepción a la responsabilidad estatal; del mismo modo, lo viola la sentencia del Consejo de
Estado en el proceso reparatorio de marras y el mismo tribunal, pero en otras Subsecciones al no
estudiar el caso, por una aparente carencia de inmediatez. Cuando escinde de la plenitud algún aspecto
materia de indemnización, pues esta debe ser integral.

22.- Se impone dilucidar que la Inmediatez depende del grueso del caso en sí y dista de estudiarse por el
mero transcurso del tiempo.

iii.- Criterios Complementarios.

23.- Es sabido, sobre este particular, que la doctrina interamericana, como la colombiana y la europea,
no establece la inmediatez, la cual efectivamente consagra, como elemento para enervar el efectivo
acceso a la administración de justicia, en todos los casos, pues los hay, como la desaparición forzada, la
enajenación mental, y en veces la mora de los operadores judiciales en resolver los casos, culpa esta que
no puede ser soportada por el usuario (Cfr mutatis mutandi, Corte IDH, sent de 24 de noviembre de
2010; Exp de Gomes Lund y otros (“guerrilha do Araguaia”) vs. Brasil , como en el presente caso, donde
la mora injustificada es yace en cabeza del centro de imputación demandado.
24.- Es proverbial que la tutela siendo subsidiaria, ello implica que no forma parte de las instancias, por
lo que, de darse efectivamente una vía de hecho, ha de estarse a que finiquite definitivamente el
pertinente plenario para evitar posibles contradicciones en las decisiones.

25.- En este caso de amparo, por lo dicho, se justificaba que se presentara la tutela una vez concluido
definitivamente todo el plenario.

iv.- CONCLUSIÓN.

La inmediatez, desde luego de suma importancia para la organización, lealtad y diligencias judiciales,
dista de estudiarse aisladamente, de manera automática y con independencia de lo que viene
acaeciendo en el tránsito del pertinente plenario. Tanto más en el proceso reparatorio, a su vez, causa
petendi de la presente tutela sub lite, en donde, en rebeldía al respeto de la cosa juzgada, merced al
recurso de apelación cuyo arco toral pasa por consistir, no en aspectos numéricos, sino en controvertir
lo ya decidido en providencias anteriores-entre ellas la sentencia pasible de cosa juzgada-, dado que se
intenta volver a estudiar los derechos de los litisconsortes, con lo cual, para aquel entonces, se imponía
obedecer el precedente en lo atañedero que la tutela, dada su informalidad y subsidiariedad, contra
providencia judicial se debe interponer una vez se hayan resuelto, entre otros, todos los recursos.

Sea lo que fuere, desde todo ángulo es un tema novedoso.

CAPÍTULO III
PETICIÓN.

Por lo expuesto, se ruego a su Señoría, merced a esta insistencia, seleccionar la presente acción de
tutela.

PRUEBAS Y ANEXOS

Todo lo aquí expuesto consta en el legajo integrado por la demanda y demás piezas probanzas
recaudadas.

De los honorables magistrados, su atento y seguro servidor


EDGAR MANUEL BARROS PAVAJEAU

C. C. No 19.212.961 de Bogotá D. C.

T. P. 20.728 DEL c. s. DE LA j.

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