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LA PSICOPATÍA (I): PSICÓPATAS 

PRIMARIOS

No hay un campo que más inquiete y atraiga a la gente que sea el de la


psicología forense y criminológica. Se entiende por psicología forense y
criminalística el conjunto de principios, métodos y técnicas de la psicología
científica que se aplica al conocimiento del delito en general y al crimen en
particular y que contribuye al análisis e la investigación de delitos graves y a la
identificación de sospechosos. ¿Cómo piensa un delincuente? ¿Por qué actúa?
¿Todos los delincuentes son psicópatas? ¿Todos los psicópatas son
delincuentes? Vengan conmigo a introducirse en la mente del psicópata
(Francisco Pérez Cabarllero, 2015).

Esta vez os traigo una trilogía de post sobre la psicopatía: psicópatas primarios,
psicópatas secundarios y psicópatas socializados. Pero vayamos poco a poco,
hoy empiezo por los psicópatas primarios.

La psicopatía primaria es un trastorno de personalidad caracterizado por la


tendencia a dominar mediante la amenaza, sin remordimientos, manipuladores,
arrogantes, utilizan la violencia instrumenta todo ello bajo una apariencia
de normalidad, y que no conduce necesariamente al crimen. En datos objetivos,
en España existe entre el 1.23 – 3.46% de psicópatas entre nosotros, es decir,
aproximadamente 1200 psicópatas por cada 100000 habitantes, y solo 30 de esos
1200 psicópatas son delincuentes. Por tanto, estamos hablando de un porcentaje
de población extremadamente bajo, aun así existen y debemos dar respuesta a
interrogantes como: ¿por qué son más vulnerables a las conductas delictivas?
Los psicópatas primarios obtienen satisfacción de su comportamiento antisocial,
porque tienden a no sentir vergüenza, culpa o remordimiento alguno. Su
comportamiento antisocial (muchas veces marcadamente amoral pero no
necesariamente fuera de la ley) no tiene como objeto la venganza o robar, sino
que es por el placer de romper normas sociales (y en último término normas
marcadas por la ley). Esto nos dice que los dos componentes principales de la
conciencia, evitación de las conductas que no debemos hacer y remordimiento si
las hemos realizado, no se pueden adquirir adecuadamente. Ambos componentes
son clave para la socialización.

¿Pero por qué se comportan así? ¿Se podría cambiar? La dificultad que tienen
para socializar es principalmente de origen biológico. La teoría biológica que más
ha cogido fuerza para explicar el comportamiento de los psicópatas primarios es
la Teoría del Bajo Miedo. 

Todos tenemos capacidad para


experimentar miedo, en mayor o
menor medida (recibe el nombre
de temerosidad).
La temerosidad está relacionada
con la capacidad de sentir miedo y
responder con temor, es decir,
evitar las situaciones que nos producen miedo. Se trata de una conducta
adaptativa, puesto que, si nos encontramos con un peligro que amenaza a nuestra
supervivencia, lo primero que hacemos es huir. Pero si no se siente miedo ante
situaciones peligrosas, no se adquiere la experiencia emocional de miedo (no
tendríamos memoria emocional) entonces no respondemos con temor: esto es lo
que les pasa a los psicópatas primarios. Esto conduce a una dificultad para
desarrollar conductas de evitación del castigo. Luego, los psicópatas tienen
una conciencia débil o poco desarrollada.

La Teoría del Bajo Miedo da una explicación psicofisiológica sobre la psicopatía


primaria. Está implicado el sistema límbico, más en concreto la zona amigdalar; y
el córtex prefrontal, que está relacionado con el comportamiento racional. Los
estudios nos muestran que los psicópatas primarios presentan baja activación de
la amígdala y del córtex prefrontal, esto se traduce en el hecho de que tienen
dificultades para formar memorias emocionales y en la toma de decisiones. En la
baja respuesta amigdalar está implicado un catabolito de la serotonina. el hidroxi –
indoleacético (5 – HIAA), que se encuentra con bajos niveles en los psicópatas
primarios.
5 – HIAA en cantidades normales actúa como freno de la agresividad.
¿En qué se traduce todos estos cambios psicofisiológicos en un psicópata
primario? Principalmente en que el sistema que domina en su cuerpo es
el sistema dopaminérgico. Como muchos habréis oído ya, la dopamina es la
hormona que nos «premia», nos hace sentirnos bien. Lo que pasa es que, si este
sistema dopaminérgico no está equilibrado, se premia al organismo con
situaciones en las que NO debería premiarnos. En el caso de los psicópatas
primarios, la dopamina sube sus niveles ante situaciones violentas, agresivas, de
peligro para otro. Esta apetencia es muy difícil de reprimir, son
principalmente buscadores de sensaciones, muy impulsivos puesto que quieren
conseguir esa sensación de bienestar que les da la dopamina.

Si como estamos diciendo, esto tiene repercusiones en la conciencia, podemos


encontrarnos con los siguientes resultados: Escaso condicionamiento al miedo:
aprenden mal a tener miedo, poco y lo poco que aprenden se les extingue
rápidamente débil mecanismo de anticipación al castigo: no desarrollan
respuestas de ansiedad ante situaciones en las que se prevé un castigo. Dificultad
para la empatía: la dopamina se relaciona con los estados emocionales positivos,
por tanto, no tienen dificultades para entender las emociones como la alegría, la
felicidad…Sin embargo, este sistema, al estar demasiado activado, hace que otros
sistemas (como el de la serotonina) relacionados con las emociones negativas
sean disfuncionales. Por tanto, no son capaces de empatizar ante una persona
que sufre o que está triste.

Si como hemos visto, los psicópatas primarios no tienen conciencia, no


aprenden del castigo (y por tanto va a ser muy difícil su rehabilitación si son
delincuentes), y no tienen empatía ¿serían responsables penales de sus actos
delictivos? La respuesta es DEPENDE
(como todo en psicología). Los psicópatas no
aprenden del castigo, y según nuestro
código penal actual «castigar» es hacer
responsable a una persona de sus actos,
normalmente en los casos de psicopatía
diagnosticada se suele aplicar
un atenuante (la pena se queda en 2 años y
medio aproximadamente, incluso si han
cometido un asesinato). Al final acabamos
castigándolos porque no hay alternativa, porque hoy en día seguimos definiendo a
los psicópatas como «malvados» y no como enfermos mentales. Por otra parte,
los psicópatas primarios tienen dificultad para la valoración emocional del riesgo,
pero no muestran dificultad para ejercer control emocional sobre sus reacciones
agresivas, es decir, saben perfectamente lo que les pasa a los otros, aunque no se
compadezcan de su dolor. Si dañan a los demás, saben lo que están haciendo.
¿Eso sería una causa de su responsabilidad penal? Eso ya lo dejamos en manos
de los jueces.

No quiero poner la etiqueta de «delincuente» a todos los psicópatas, porque no


es cierto, no todos los psicópatas delinquen, como ya veréis en el post que
escribiré sobre los psicópatas socializados. Sin embargo, como siempre gusta, os
traigo unos ejemplos de psicópatas primarios que cruzaron esa línea roja y se
convirtieron en asesinos. ¿Sois capaces de reconocer las características de los
psicópatas primarios que os he enseñado?:

Ted Bundy

Ted Bundy fue un asesino en serie, que actúo entre 1974 y 1978, recorriendo
varios estados del oeste americano atacando a jóvenes estudiantes en sus
propios dormitorios o raptándolas en lugares públicos. Todas las víctimas
correspondían a un mismo patrón: jóvenes, morenas, peinadas con la raya en
medio, estudiantes brillantes…Una de sus formas más comunes para manipular
era despertando pena en las chicas con un brazo supuestamente roto que llevaba
en cabestrillo. Las supervivientes contaban que era un chico atractivo, simpático, a
veces incluso seductor. Luego se descubrió que aparentaba ser el chico perfecto:
estudió derecho y colaboraba activamente en campañas políticas. Solía matar a
sus víctimas con un objeto pesado y con gran violencia. Fue ejecutado en la silla
eléctrica, acusado del asesinato de 14 jóvenes. Y eso solo las que fueron
confirmadas.
¿Un asesino nace o se hace? Nos podemos hacer esa pregunta con él,
Cayetano Santos Godino, o como le llamaban despectivamente Petiso Orejudo, si
veis la foto ya qué. Fue responsable de la muerte de cuatro niños, otros siete
intentos de asesinato y piromanía, en Buenos Aires (Argentina) en 1912.
Engatusaba a los niños con golosinas o les engañaba diciéndoles que sus padres
les estaban buscando. Los llevaba a sitios apartados, y les mataba con piedras o
con hierros contundentes. Muchas veces experimentaba con esos niños los límites
del dolor. Fue descubierto tras muchas de las negligencias de la policía, que no
supo ver que estaban ante un niño asesino. Fue apresado y encerrado de por
vida. Cuando se le preguntó por su primera víctima, él dijo: quería saber lo que se
sentir al matar, nunca de arrepintió de sus actos. Paradójicamente, tras décadas
de estar encerrado, en 1944 cometió el error de matar a un gato dentro de la
cárcel del que muchos presos sentían cariño. Por ello fue asesinado por sus
compañeros de cárcel.

Tony King
Tony King asesinó a dos mujeres en España: Rocío Wanninkhof y Sonia
Carabantes. Desafortunadamente este caso es famoso por ser uno de los casos
más graves de error jurídico, ya que una inocente fue acusada de uno de los dos
delitos. Psicópata diagnosticado, las personas que le conocían le describían como
altanero, adulador, encantador, callado, inteligente…Sin embargo era un
mentiroso compulsivo. Ya tenía una larga carrera delictiva en su país de origen,
Reino Unido, donde el juez tuvo claro que no era posible su reinserción social. No
por ello dio muestras de arrepentimiento cuando se le acusó finalmente de la
muerte de las dos chicas en España.

Bibliografía

Francisco Pérez Cabarllero. (16 de junio de 2015). larealidadpsicologica. (Plaza &


Janes Editores) Obtenido de https://larealidadpsicologica.wordpress.com/tag/psicopatia-
primaria/

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