Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
No hay un campo que más inquiete y atraiga a la gente que sea el de la psicología forense y
criminológica. Se entiende por psicología forense y criminalística el conjunto de principios,
métodos y técnicas de la psicología científica que se aplica al conocimiento del delito en
general y al crimen en particular y que contribuye al análisis e la investigación de delitos
graves y a la identificación de sospechosos. ¿Cómo piensa un delincuente? ¿Por qué actúa?
¿Todos los delincuentes son psicópatas? ¿Todos los psicópatas son delincuentes? Vengan
conmigo a introducirse en la mente del psicópata…
Esta vez os traigo una trilogía de post sobre la psicopatía: psicópatas primarios, psicópatas
secundarios y psicópatas socializados. Pero vayamos poco a poco, hoy empiezo por los
psicópatas primarios.
La Teoría del Bajo Miedo da una explicación psicofisiológica sobre la psicopatía primaria.
Está implicado el sistema límbico, más en concreto la zona amigdalar; y el córtex prefrontal,
que está relacionado con el comportamiento racional. Los estudios nos muestran que los
psicópatas primarios presentan baja activación de la amígdala y del córtex prefrontal, esto
se traduce en el hecho de que tienen dificultades para formar memorias emocionales y en
la toma de decisiones. En la baja respuesta amigdalar está implicado un catabolito de la
serotonina. el hidroxi – indoleacético (5 – HIAA), que se encuentra con bajos niveles en los
psicópatas primarios. 5 – HIAA en cantidades normales actúa como freno de la agresividad.
¿En qué se traduce todos estos cambios psicofisiológicos en un psicópata primario?
Principalmente en que el sistema que domina en su cuerpo es el sistema dopaminérgico.
Como muchos habréis oído ya, la dopamina es la hormona que nos “premia”, nos hace
sentirnos bien. Lo que pasa es que si este sistema dopaminérgico no está equilibrado, se
premia al organismo con situaciones en las que NO debería premiarnos. En el caso de los
psicópatas primarios, la dopamina sube sus niveles ante situaciones violentas, agresivas, de
peligro para otros…Esta apetencia es muy difícil de reprimir, son
principalmente buscadores de sensaciones, muy impulsivos puesto que quieren conseguir
esa sensación de bienestar que les da la dopamina.
Si como hemos visto, los psicópatas primarios no tienen conciencia, no aprenden del castigo
(y por tanto va a ser muy difícil su rehabilitación si son delincuentes), y no tienen
empatía ¿serían responsables penales de sus actos delictivos?
Por otra parte, los psicópatas primarios tienen dificultad para la valoración emocional del
riesgo pero no muestran dificultad para ejercer control emocional sobre sus reacciones
agresivas, es decir, saben perfectamente lo que les pasa a los otros aunque no se
compadezcan de su dolor. Si dañan a los demás, saben lo que están haciendo. ¿Eso sería
una causa de su responsabilidad penal? Eso ya lo dejamos en manos de los jueces…
Ted Bundy
Ted Bundy fue un asesino en serie, que actúo entre 1974 y 1978, recorriendo varios estados
del oeste americano atacando a jóvenes estudiantes en sus propios dormitorios o
raptándolas en lugares públicos. Todas las víctimas correspondían a un mismo patrón:
jóvenes, morenas, peinadas con la raya en medio, estudiantes brillantes…Una de sus formas
más comunes para manipular era despertando pena en las chicas con un brazo
supuestamente roto que llevaba en cabestrillo. Las supervivientes contaban que era un
chico atractivo, simpático, a veces incluso seductor. Luego se descubrió que aparentaba ser
el chico perfecto: estudió derecho y colaboraba activamente en campañas políticas. Solía
matar a sus víctimas con un objetos pesados y con gran violencia. Fue ejecutado en la silla
eléctrica, acusado del asesinato de 14 jóvenes. Y eso solo las que fueron confirmadas…
¿Un asesino nace o se hace? Nos podemos hacer esa pregunta con él, Cayetano Santos
Godino, o como le llamaban despectivamente Petiso Orejudo, si veis la foto ya sabreis por
qué. Fue responsable de la muerte de cuatro niños, otros siete intentos de asesinato y
piromanía, en Buenos Aires (Argentina) en 1912. Engatusaba a los niños con golosinas o les
engañaba diciéndoles que sus padres les estaban buscando. Los llevaba a sitios apartados, y
les mataba con piedras o con hierros contundentes. Muchas veces experimentaba con esos
niños los límites del dolor. Fue descubierto tras muchas de las negliencias de la polícía, que
no supo ver que estaban ante un niño asesino. Fue apresado y encerrado de por vida.
Cuando se le preguntó por su primera víctima, él dijo: “quería saber lo que se sentiría al
matar”, nunca de arrepintió de sus actos. Paradójicamente, tras décadas de estar
encerrado, en 1944 cometió el error de matar a un gato dentro de la cárcel del que muchos
presos sentían cariño. Por ello fue asesinado por sus compañeros de cárcel.
Tony King
Tony King asesinó a dos mujeres en España: Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes.
Desafortunadamente este caso es famoso por ser uno de los casos más graves de error
jurídico, ya que una inocente fue acusada de uno de los dos delitos. Psicópata
diagnosticado, las personas que le conocían le describían como altanero, adulador,
encantador, callado, inteligente…Sin embargo era un mentiroso compulsivo. Ya tenía una
larga carrera delictiva en su país de origen, Reino Unido, donde el juez tuvo claro que no era
posible su reinserción social. No por ello dio muestras de arrepentimiento cuando se le
acusó finalmente de la muerte de las dos chicas en España.
Próxamente: “La Psicopatía (II): Psicópatas secundarios”
Psicópatas secundarios
No todos los psicópatas son delincuentes. Sin embargo nos gusta esa imagen del psicópata,
y no sabemos por qué.
Las películas y las series, normalmente caracterizan mucho mejor a los psicópatas
primarios; no por ello los psicópatas secundarios son menos interesantes, tienen
características también muy peculiares. La psicopatía secundaria, al igual que la primaria, es
un trastorno de la personalidad, sin embargo, la diferencia está en que existe una dificultad
por reprimir los impulsos, combinada con una persistente búsqueda de sensaciones
intensas, además de una dificultad para establecer metas a largo plazo. Al igual que la
psicopatía primaria, no conduce necesariamente al crimen, pero sí que son más
vulnerables al mismo. El extremo de la psicopatía secundaria se le llama psicopatía
secundaria disfuncional, y sí que aparecen tendencias agresivas y violentas.
¿Cómo son?:
No soportan el aburrimiento
Necesitan de sensaciones fuertes: les gustan los deportes extremos, necesitan de
experiencias nuevas continuamente, les gustan las películas violentas…Algo que les
de esa adrenalina que su cuerpo pide
Son muy impulsivos e impacientes: por eso si delinquen, son más fáciles de pillar
Utilizan la violencia reactiva: a diferencia de los psicópatas primarios, que
normalmente utilizan la violencia (psicológica o física) para conseguir cosas, los
psicópatas secundarios utilizan la violencia para mostrar su poder (por ejemplo
dominar a los demás).
Una de las principales diferencias con la psicopatía primaria está en cómo adquieren sus
comportamientos. En la psicopatía primaria, como ya veíamos, hay un componente
biológico muy fuerte que fundamenta sus acciones, por ejemplo la baja empatía proviene
de una disfunción en la amígdala. En la psicopatía secundaria, a pesar de tener también un
componente biológico que ahora veremos, sus comportamientos provienen de un factor
social: aprenden a ejercer la violencia de manera sistemática. Por el hecho de habituarse a
ejercer violencia, tienen dificultad para la empatía (no “viene de fábrica” como en el
psicópata primario).
¿Esto significa que los psicópatas secundarios son más sensibles al refuerzo? Rotundamente
sí. Además, su cuerpo produce más dopamina de lo normal, por eso se dispara en
situaciones en las que otras personas tendrían miedo. Si el deseo que se les ha metido entre
ceja y ceja no se cumple, la venganza es la meta. Su cuerpo premia con dopamina la
venganza y la agresión (por esa habituación a la violencia de la que hablaba antes).
Entonces así funciona el psicópata secundario:
Deseo -> Activa sistema mesolímbico (ya sobreactivado) -> Liberación de dopamina ->
Tendencia al riesgo -> Consigue el estímulo -> Sobrecarga el sistema produciendo: adicción a
los refuerzos -> Conduce a la búsqueda de estímulos cada vez más intensos
Como ya os traje en el anterior post sobre psicopatía primaria, hoy también os traigo unos
ejemplos de personas con psicopatía secundaria que decidieron utilizar la delincuencia
como modo de vida. ¿Reconoceis las características de los psicópatas secundarios que
hemos visto?
El arropiero
El asesino de la ballesta
Andrés Rabadán, más bien conocido como el asesino de la ballesta, por el asesinato de su
padre con ese arma tras una fuerte discusión. Se divertía poniendo monedas en las vías del
tren, ocasionando un grave accidente en la línea de Renfe C-1 de Barcelona, por suerte sin
víctimas mortales. Intentó fugarse varias veces de los módulos psiquiátricos donde le
ingresaron tras el asesinato de su padre. Su método para escapar era tosco y sin un plan
bien elaborado. En 2009 dijo: “Cabalgaba desbocado a lomos de mi ira. Un grave peligro. La
cárcel era necesaria, no digamos que no. Me consta que, explicado así, parezco el psicópata
que he negado ser. Era y no soy. Soy y no era”.
La psicopatía es uno de los terrenos más inquietantes pero también más pantanosos de la
psicología. Todavía nos queda mucho por estudiar y evaluar, pues no hay un tratamiento
eficaz para aquellos que delinquen.