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¿Qué es una urografía intravenosa?

Una urografía intravenosa es una prueba médica que se utiliza para visualizar


las vías urinarias superiores, que incluyen los riñones, los uréteres y la vejiga.
La prueba también se conoce como urografía excretora o pielografía intravenosa.
Durante la urografía intravenosa, se administra un medio de contraste (un líquido
que ayuda a visualizar las estructuras internas del cuerpo en una imagen) en una
vena del brazo. Este medio de contraste se filtra a través del sistema urinario, lo
que permite a los radiólogos tomar imágenes detalladas de las vías urinarias a
medida que el líquido pasa a través de ellas. La prueba puede mostrar
anormalidades en diferentes partes del cuerpo. 
Es importante que los pacientes informen a su médico sobre cualquier alergia o
sensibilidad previa al medio de contraste utilizado en la urografía intravenosa, y
que sigan las instrucciones específicas del médico acerca de la preparación
necesaria para la prueba.

¿Para qué se utilizan las urografías


intravenosas?
Las urografías intravenosas se utilizan para visualizar las vías urinarias superiores
y para diagnosticar problemas relacionados con estas estructuras, como:
 Cálculos renales: Los cálculos renales son depósitos sólidos de minerales
que pueden formarse en el tracto urinario y pueden causar dolor e
incomodidad.
 Tumores: La urografía intravenosa puede mostrar la presencia de tumores.
 Anomalías estructurales: La prueba puede detectar anomalías
estructurales en las vías urinarias, como estenosis (estrechamiento),
obstrucciones o duplicaciones.
 Infecciones urinarias: Las infecciones urinarias pueden ser visualizadas por
la urografía intravenosa.
 Evaluación de la función renal: La prueba puede utilizarse para evaluar la
función renal y la cantidad de orina producida.
La urografía intravenosa es una herramienta útil para el diagnóstico de
problemas en las vías urinarias y puede ayudar a los médicos a desarrollar
planes de tratamiento adecuados para los pacientes con problemas en el tracto
urinario. ¿Quieres conocer las fases de la urografía intravenosa? ¡Sigue leyendo!
Urografía intravenosa: fases
La urografía intravenosa se realiza en varias fases. Estas fases pueden variar
ligeramente dependiendo del protocolo específico utilizado por el médico, pero
las fases comunes incluyen:
1. Fase de inyección: Se inyecta el medio de contraste en una vena del
brazo y se espera a que éste se distribuya por los riñones y las vías
urinarias.
2. Fase de nefrograma: Después de la inyección, el medio de contraste llega
a los riñones y se obtiene una serie de imágenes de los riñones para
evaluar su estructura y función.
3. Fase de pielograma: A medida que el medio de contraste fluye a través de
los uréteres hacia la vejiga, se obtienen imágenes detalladas de los
uréteres para detectar posibles obstrucciones, estrechamientos u otras
anomalías.
4. Fase de excreción: Una vez que el medio de contraste llega a la vejiga, se
toman imágenes adicionales durante la micción para evaluar la función de
la vejiga y la eliminación de la orina.
Durante cada fase, el técnico o radiólogo puede pedir al paciente que cambie de
posición para obtener imágenes desde diferentes ángulos y asegurar la calidad y
precisión de las imágenes obtenidas. Es importante seguir las instrucciones
del médico antes y después de la urografía intravenosa para prepararse
adecuadamente y asegurar una evaluación precisa de las vías urinarias.

Urografía intravenosa: efectos secundarios


La urografía intravenosa es una prueba segura y efectiva en la mayoría de los
casos, pero como cualquier procedimiento médico, puede tener efectos
secundarios o complicaciones. Los posibles efectos secundarios de la
urografía intravenosa incluyen:
 Reacciones alérgicas: El medio de contraste utilizado en la urografía
intravenosa puede causar reacciones alérgicas en algunas personas. Los
síntomas pueden incluir enrojecimiento de la piel, urticaria, dificultad para
respirar y en casos muy raros, shock anafiláctico.
 Náuseas y vómitos: Algunas personas pueden experimentar náuseas y
vómitos después de la prueba debido al medio de contraste.
 Dolor: La inyección del medio de contraste en una vena puede causar dolor
leve y sensibilidad en el sitio de la inyección.
 Insuficiencia renal: En raras ocasiones, la urografía intravenosa puede
provocar daño renal, especialmente en personas con insuficiencia renal
preexistente o aquellos que reciben grandes cantidades de medio de
contraste.
 Problemas cardíacos: La prueba también puede tener un efecto en el
corazón y la circulación sanguínea en casos muy raros.

Urografía intravenosa

El parénquima renal se valora mejor mediante ECO o TAC. La UIV es el mejor


método para la visualización de la vía excretora (ve mejor la necrosis papilar,
cálculos y pequeños tumores del urotelio).

Esta exploración se realiza mediante la inyección intravenosa de un producto de


contraste (yodado hidrosoluble) que es eliminado selectivamente por el riñón y que
permite la opacificación de la orina, la visualización del parénquima renal y de las
vías excretoras.
INTRODUCCIÓN

La Urografía Intravenosa está indicada para:

 Manifestaciones generales de probable origen renal:


 Hipertensión arterial.
 Otras como anemias, fiebre inexplicada, poliglobulia, etc…
 Afecciones que puedan causar lesiones del aparato urinario:
– Afecciones pelvianas o ginecológicas.

– Malformaciones congénitas.

– Afecciones generales: hipercalcemia, gota, diabetes.

– Tumores o adenopatías.

 Además de las indicaciones evidentes de origen renal.

Contraindicaciones: La contraindicación formal es la deshidratación y se


recomienda mucha prudencia en el diabético y en caso de insuficiencia renal. De
todas formas, podemos ver los siguientes casos particulares:

 Insuficiencia renal, se discute la indicación de la UIV por dos razones:


 Falta de obtención de imágenes válidas.
 Riesgo de agravar la insuficiencia renal.
 Intolerancia al yodo.
 Mieloma
 Embarazo

Preparación del Paciente: La preparación del paciente sirve para no obtener


falsas imágenes debido a los gases y restos fecales. Una urografía adecuada
comienza con una buena preparación, que consiste en una cena ligera y un ayuno
nocturno de 12 a 14 horas para evitar la disolución del producto de contraste por
una diuresis muy importante (restricción hídrica). También interesa eliminar el gas
cólico excesivo debido a su efecto oscurecedor, para esto se administrará un
enema de limpieza.

POSICIONAMIENTO: Decúbito supino, Decúbito prono

MATERIAL

Administración del contraste:


-Técnica de embolada: Las venas dorsales de la mano deben evitarse. Dosis:
1cc/kg peso.

– Infusión por goteo: (300 ml / 30%) con 150 cc es suficiente.

MÉTODOS

Técnica: La técnica de la urografía depende de la información que se precise y


las circunstancias clínicas. El estudio radiográfico debe adaptarse a las
necesidades del enfermo, no debe ser estándar.

Una vez realizada la placa de abdomen simple preliminar, se procede a la


inyección intravenosa del medio de contraste, que será un compuesto yodado
hidrosoluble. Este llega a la arteria renal en unos 15 s, se elimina en un 96% por
infiltración glomerular y se reabsorbe por el túbulo, coleccionándose después en
las cavidades excretoras, así, progresivamente la orina opacificada viene a
reemplazar a la orina no opaca preexistente en las cavidades urinarias.

La forma habitual de tomar las radiografías es a los 0′ (fase nefrográfica), 5′, 15′,
30′ desde la inyección del contraste. De cualquier forma, no existe una regla fija en
la urografía, sino que el examen debe vigilarse y adaptarse en función de los
hallazgos obtenidos en las placas sucesivas, que permitirán el estudio de las
sombras renales, cavidades pielocalicilares, uréteres y relleno inicial de la vejiga.

Ver Imagen nº 1: Placa radiográfica de una Urografía Intravenosa (U.I.V.) (al final
del artículo)

RESULTADOS

Los resultados normales son:

 Hallazgos funcionales: La secreción es sincrónica y simétrica y el contraste


aparece a nivel de los pequeños cálices 3 minutos después de la inyección
IV.
 Hallazgos morfológicos: Los riñones oblicuos hacia abajo y hacia afuera,
con su borde interno cerca de la línea del psoas. El riñón izquierdo aparece
más alto que el derecho (descendido por el hígado). La pelvis renal, el
uréter y la vejiga que se estudian desde el comienzo de su relleno.
Se pueden hacer placas complementarias siguientes:

 Placa postmiccional: Sirve para valorar la orina residual, es una adición


muy conveniente en la urografía, en especial en el varón anciano. Se
realiza siempre que se sospeche obstrucción en la región de salida.
 Bipedestación: En todos los casos de uropatía obstructiva, en ptosis renal
y vejiga descendida.
 Exposición diferida: Es una placa tardía que será indispensable en el
diagnóstico de uropatía obstructiva.
 Posición prona: Se rellenan mejor de contraste las pelvis renales, las
uniones ureteropélvicas y los cálices inferiores, ya que quedan en posición
más baja. Es muy útil para complementar la visualización de estas
regiones, en el caso de no haber sido satisfactoria con las proyecciones
habituales.
 Maniobra de Valsalva: Valorar ptosis renal.
 Compresión suprapúbica: Visualizar mejor los cálices.
 Oblicuas y Tomografías: Diagnóstico diferencial de la posición de
calcificaciones.
Modificaciones de la Urografía: La urografía intravenosa en la hipertensión se
realiza porque actualmente se cree que la estenosis de la arteria renal puede ser
causa curable de la hipertensión. Hay muchas variaciones de este estudio y cada
Servicio de RX tiene su forma de realizarlo. Una de estas variantes sería:

1. Radiografía preliminar: cuyo objeto es el mismo que en la urografía clásica.


2. Se introducen de una embolada 50 ml. de contraste.
3. Placa a los 30 segundos: se obtiene una nefrografía relativamente lenta. Es
la mejor placa para valorar los contornos renales y medir sus dimensiones.
4. Radiografía a los 60 segundos: es optativa y sirve de control de la placa de
los 30 segundos.
5. Radiografía a los 2 min: sirve para observar la rapidez de la excreción, ver
si hay diferencias en la concentración del medio opaco y ver la existencia o
no del llamado “signo del cáliz fantasma” (cuando no se excreta contraste
por el segmento afectado).
6. Radiografía a los 3 min: control de la placa de los 2 minutos.
7. Radiografía de los 5 min: misma finalidad que en cualquier urografía
intravenosa. Además es útil para descartar otras causas de hipertensión
(pielonefritis, paraganglioma).
8. Radiografía a los 20 min: valorar la hiperconcentración de contraste en el
riñón.

Tomografía: Es un método que elimina densidades radiográficas superpuestas no


deseadas, como el gas intestinal. La imagen se obtiene con un movimiento
simultáneo en direcciones contrarias del tubo y la placa alrededor de un punto
imaginario (zona de estudio), de tal forma que cada estructura situada por encima
o por debajo del plano donde está el punto de estudio se convertirá en una
mancha irreconocible. Se obtiene fundamentalmente durante la fosa nefrográfica
precoz.

CONCLUSIONES
La urografía intravenosa (U.I.V.) es una de las técnicas clásicas de radiología
convencional consistente en el análisis del sistema excretor mediante la
concentración y eliminación de un contraste yodado introducido en el sistema
circulatorio. En los últimos años, dicha técnica se ha visto desplazada por las
nuevas tecnologías que permiten una valoración más “global” de las posibles
patologías de una paciente. Ello viene dado tanto por radiólogos, que prefieren la
interpretación más detallada y objetiva de TC y RM, como por los especialistas de
otras áreas, debido a su visión más anatómica y en sintonía con la medicina
defensiva que en parte se escuda en el diagnóstico por la imagen.

Sin embargo, la U.I.V. presenta ciertas ventajas indiscutibles tanto desde el punto
de vista diagnóstico (por su valoración dinámica del sistema excretor) como
administrativo (dado si bajo coste, simplicidad y escasos requerimiento técnico).
Es importante por tanto no olvidar esta prueba existente dentro del arsenal del
radiólogo, principalmente en la educación de los nuevos especialistas.

Cada día es más tentador caer en la monotonía de la tendencia a usar TC y RM


ante cualquier hallazgo fuera de lo normal, dado que son técnicas en boga, con
alta definición y “fácil” interpretación.

Sin embargo, no debemos desechar con tanta alegría técnicas clásicas de


efectividad demostrada. La urografía intravenosa, una técnica barata y de baja
radiación, sigue teniendo gran utilidad como prueba dinámica y para detección de
múltiples patologías si se conoce como interpretar debidamente sus hallazgos. En
esta época en la que se imponen las medidas de ahorro, no debemos olvidar los
clásico de nuestro arsenal radiológico.

Imagen nº 1: Placa radiográfica de una Urografía Intravenosa (U.I.V.)

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