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Urografía intravenosa
– Malformaciones congénitas.
– Tumores o adenopatías.
MATERIAL
MÉTODOS
La forma habitual de tomar las radiografías es a los 0′ (fase nefrográfica), 5′, 15′,
30′ desde la inyección del contraste. De cualquier forma, no existe una regla fija en
la urografía, sino que el examen debe vigilarse y adaptarse en función de los
hallazgos obtenidos en las placas sucesivas, que permitirán el estudio de las
sombras renales, cavidades pielocalicilares, uréteres y relleno inicial de la vejiga.
Ver Imagen nº 1: Placa radiográfica de una Urografía Intravenosa (U.I.V.) (al final
del artículo)
RESULTADOS
CONCLUSIONES
La urografía intravenosa (U.I.V.) es una de las técnicas clásicas de radiología
convencional consistente en el análisis del sistema excretor mediante la
concentración y eliminación de un contraste yodado introducido en el sistema
circulatorio. En los últimos años, dicha técnica se ha visto desplazada por las
nuevas tecnologías que permiten una valoración más “global” de las posibles
patologías de una paciente. Ello viene dado tanto por radiólogos, que prefieren la
interpretación más detallada y objetiva de TC y RM, como por los especialistas de
otras áreas, debido a su visión más anatómica y en sintonía con la medicina
defensiva que en parte se escuda en el diagnóstico por la imagen.
Sin embargo, la U.I.V. presenta ciertas ventajas indiscutibles tanto desde el punto
de vista diagnóstico (por su valoración dinámica del sistema excretor) como
administrativo (dado si bajo coste, simplicidad y escasos requerimiento técnico).
Es importante por tanto no olvidar esta prueba existente dentro del arsenal del
radiólogo, principalmente en la educación de los nuevos especialistas.