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Semana 4

TENDENCIAS
LITERARIAS DEL
SIGLO XIX REALISMO
Y NATURALISMO

Unidad 4
La conformación
del estilo
naturalista

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
4. La conformación del estilo naturalista
En este cuarto bloque nos enfocaremos en la literatura naturalista, la cual parte
de los mismos presupuestos del realismo. Previo a esta explicación, es importante
mencionar que para muchos teóricos, entre ellos los angloparlantes, no existe una
diferencia entre ambos estilos, e incluso, si buscamos teoría realista en inglés, la en-
contraremos bajo la clasificación de naturalism. Sin embargo, en Hispanoamérica
los teóricos han dado a conocer una ligera diferenciación entre estos dos estilos,
los cuales comparten tanto ideológica como postulados estilísticos muy similares.
Hasta el momento te habrás percatado que, pese a formar parte de un mismo mo-
vimiento y llevar como bandera la idea de plasmar la realidad, cada autor revisado
con anterioridad ha tenido ideas y formas particulares de llevar a cabo este objetivo.

El estilo naturalista, tal y como lo estudiaremos ahora, se conforma a partir del rea-
lismo, aunque con matices ideológicas más profundas, basadas primordialmente en
la idea de que la literatura es un arma política que puede utilizarse para la denuncia
social. Esto permite que el escritor tenga el deber no solo de retratar aquello que ve,
sino de hacerlo con espíritu de denuncia y crítica, reflejando tanto la vida del hombre
común como la del hombre con las condiciones sociales y económicas más precarias.

Por otro lado, su principal doctrina filosófica será consecuentemente la del determi-
nismo que se refiere a “la doctrina que reconoce la universalidad del principio causal
y que, por lo tanto, admite también la determinación necesaria de las acciones hu-
manas, por parte de sus motivos” (Abbagnano, 1993, p. 312); para la comunidad de
artistas críticos de la segunda mitad del siglo XIX será importante remarcar que el
origen de las tragedias humanas, de la desigualdad social, de la falta de educación
y, en suma, de la vida precaria de tantos ciudadanos se encuentra en la división de
clases, donde el poder económico y cultural recae en unos pocos, de manera que los
de la clase más baja, sin importar su esfuerzo, están condicionados por su entorno
a vidas fatídicas.

De acuerdo al determinismo, cada persona no es sino consecuencia


de sus circunstancias, por lo que será vital para el escritor naturalista
dejar constancia de este hecho, no solo a manera de retrato preciso,
sino también como una denuncia que inste a la conciencia de clase
y, en último momento, al cambio

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Así mismo, para el pensamiento determinista las condiciones físicas, mentales y
emocionales, además de las sociales, nos sitúan en un lugar en el mundo particular,
lo cual determina cómo nos moveremos dentro de este. La genética también jugará
un papel primordial respecto a nuestras oportunidades: de acuerdo a esta premisa,
el esfuerzo individual no es suficiente para generar un cambio sustancial en la vida
del sujeto si las condiciones con las que nació no juegan a su favor para ayudarlo a
producir cambios en su realidad. Cabe mencionar que esta lógica opera en ambas
direcciones:

• Un sujeto que nace con las características físicas y genéticas privilegiadas en su


sociedad, dentro de un ámbito de seguridad económica, privilegio lingüístico y
cultural, puede utilizar la ley del mínimo esfuerzo y mantenerse el resto de su vida
dentro del mismo estado de bienestar en el que nació.
• Un sujeto con el fenotipo menos apreciado de su sociedad, en un estrato social
bajo, con problemas de salud, sin el conocimiento del léxico privilegiado en su
entorno y sin ser poseedor del poder cultural tendrá muy pocas o nulas posibili-
dades de escapar de su realidad y generar cambio.

Para comprender un poco más el determinismo, te sugiero ver el siguiente video:

Escanea el siguiente código


QR para ver el video relacionado

https://player.vimeo.com/video/447630375

También puedes revisar distintas definiciones toma-


das de diccionarios filosóficos en el siguiente link:
http://www.filosofia.org/enc/ros/det.htm

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4.1. Más allá de la mirada de la burguesía: el pesimismo y
el fracaso del héroe

Tal y como lo vimos anteriormente, durante el siglo XVIII la burguesía triunfaba sobre
la monarquía, por lo que se creía en una posible promesa: generar una sociedad más
justa, aquella en donde se rompa con el antiguo orden monárquico en el que todos
los poderes se reparten entre la esfera más alta, dejando a las clases proletarias con
formas de vida miserables. Sin embargo, no pasan demasiados años para que sea
evidente que dicho cambio no sucederá: si bien la monarquía ha caído, la clase de
gobierno instaurado por la burguesía continua con el esquema de explotación de las
clases más bajas, de manera que el nuevo Estado termina asemejándose al Estado
feudal de la edad media, tan criticado por los mismos burgueses.

El dueño de los medios de producción, del orden cultural, de la


política y de la vida pública es la burguesía, mientras que el resto
deben someterse a ella. Así, el sujeto fastidiado y contestatario de
la revolución, el héroe de la novela romántica, se convierte ahora
en quien somete.

Si la novela naturalista pretende dar voz y hacer denuncia sobre las prolongadas
injusticas hacia la clase obrera, ya no se tendrá como protagonista al drama burgués
ni tampoco a las dificultades de vida de la clase media —como Anna Karenina o
Emma Bovary— sino al sujeto que está más abajo en la escala social. El “héroe” de
esta nueva forma de narrar será el pobre, el sujeto sin educación y sin patrimonio, la
prostituta, el borracho, el derrotado.

Tomando en cuenta lo anterior, observaremos que algunas características primordia-


les del naturalismo serán las siguientes:

• Tiene formas de representación claras y miméticas de la clase social a la que


representa: hay un uso importante de dialectos, jergas y expresiones del habla
particulares de cada sector.
• Se aleja del lirismo: el autor naturalista no considera que el papel de la literatura

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sea ser bella en sí misma ni embellecer situaciones. Para conmover no necesita
recurrir a estatutos formales como lo hacían muchos de los realistas; la prosa
es lo más cruda posible.
• Su principal actor es la clase baja.
• Lleva por delante la bandera del determinismo.
• Tiene como objetivo la denuncia social: la novela naturalista pretender ser un
documento social, no solo un medio de entretenimiento o admiración.

4.2. Émile Zola y el naturalismo

El fundador y máximo exponente del naturalismo es Émile Zola (1840 – 1902), autor
francés cuya perspectiva literaria revolucionó la forma de entender y crear narrativa.
Zola no era de la clase privilegiada ni tampoco contó con los estudios académicos
necesarios para unirse, en principio, a los círculos intelectuales; huérfano de pa-
dre, se convirtió en el único sustento de su madre, por lo que comienza a trabajar
en una librería donde tiene la oportunidad de leer innumerables obras, incluyendo
publicaciones científicas y filosóficas, que abundaban en la época. Así, Zola logra
ganar remuneración económica al tiempo que se instruye a sí mismo. Poco después
comienza a hacer publicaciones ocasionales en periódicos y revistas para ganar algo
de dinero extra y, en sus tiempos libres, escribe narrativa, pasión que llevaba a cabo
desde temprana edad. Finalmente, en 1856 publica su primera novela, titulada La
Confession de Claude, la cual le ofrece cierta reputación literaria.

Durante los años posteriores, Zola continua con su carrera como periodista, al mismo
tiempo que publica algunas novelas (las cuales serán mencionadas más adelante).

El objetivo que Zola tiene con su trabajo narrativo es el de trasladar la ciencia


a la literatura, de manera que cada obra parezca ser un documental de la vida
real, pero no de cualquier tipo de vida, sino de las clases bajas que, como él
mismo experimenta en carne propia, es injusta y dispar.

Como lo hemos mencionado, su escritura es una forma de evolución del realismo


de la segunda mitad del siglo XIX; sin embargo, Zola lleva sus postulados más allá
y deja establecido el método y los objetivos del naturalismo en su texto La novela
experimental, publicada en 1880.

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¿Sabías qué?
La novela experimental habla del tipo de novela que Zola pretende escribir.
Esta parte, a su vez, de las ideas del científico Claude Bernard, quien busca
que la medicina se vuelva parte del estudio científico, suceso que para esa
época aún era estudiado como una disciplina aparte. Bernard pretendía de-
mostrar que, así como el método científico funciona para describir el compor-
tamiento de la materia inanimada y de procesos físicos del mundo, también
puede ser aplicado a los seres vivos. De esta manera, Zola sostiene que el
novelista puede recurrir también al método científico, a la observación y a la
experimentación para crear sus relatos, de modo que toda obra partirá de una
realidad objetiva que fue estudiada con detenimiento y meditación hasta que
el autor pueda reconocer las causas y consecuencias de determinados actos
de sujetos similares en una sociedad específica

La filosofía detrás de este pensamiento es la del determinismo, del que hemos ha-
blado en párrafos pasados: si alguien mira con atención, podrá encontrar aquellos
elementos que determinan lo que puede ocurrir a las acciones de los sujetos. Zola
no pretende solo tomar historias reales y recrearlas en su novela, sino observar la
realidad, tomar un par de elementos y darles vida en una historia creada por él, don-
de sea la ley del determinismo la guía de sus acciones; en palabras de Zola:

…el novelista es, a la vez, observador y experimentador. En él, el observador ofre-


ce los hechos tal como los ha observado, marca el punto de partida, establece el
terreno sólido sobre el que van a moverse los personajes y a desarrollarse los fe-
nómenos. Después, aparece el experimentador e instituye la experiencia, quiero
decir, hace mover a los personajes en una historia particular para mostrar en ella
que la sucesión de hechos será la que exige el determinismo de los fenómenos
a estudiar (Zola, 2002, p. 47).

Sostener esta suerte de poética no fue fácil para Zola, quien se enfrentó a las fuer-
tes críticas de quienes aseveraban que en el estilo de escritura que proponía no
había genio ni creatividad alguna, puesto que lo único que el autor hacía era calcar
la realidad objetiva. No obstante, este autor se defendió diciendo que, en principio,
existe un sentimiento personal que indica al autor qué historia contar, lo que cual es

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el primer impulso, sin embargo, las leyes de la naturaleza se imponen indicándole
el camino a seguir.

Para el novelista experimental —donde experimental se refiere a experien-


cia—, debe haber un equilibrio entre seguir la lógica determinista para todos
aquellos fenómenos regulados por los hechos probados, al mismo tiempo
que su genio y sentimiento son los que dan vida a todas aquellas cosas que
la ciencia no puede medir o probar.

Las obras de Zola siguen esta línea cuidadosamente, retratando las vidas de la clase
más baja de manera cruenta y fría, con pocas intervenciones de corte moral o subje-
tivo. Sus novelas no dejaron de ser criticadas y juzgadas como inmorales por hablar
sin censura de las vidas más pobres, de los tugurios y de las miserias, además de las
formas de hablar calcadas, en tanto jergas y dialectos, de los personajes.

Mira el siguiente video para tener un panorama más amplio de la escritura de Zola:

Escanea el siguiente código


QR para ver el video relacionado

https://player.vimeo.com/video/447633964

Como puedes ver, son aquellos personajes invisibles para la aristocracia y la burgue-
sía los que cobran vida en los cuentos y novelas de Zola quien, al igual que Balzac,
crea una suerte de microcosmos donde las obras se entrelazan a modo de saga o
historia paralela, dando aun mayor realismo a la sociedad a la que pretenden comu-
nicar.

Finalmente, en palabras de Zola, el novelista experimentador es quien:

…acepta los hechos probados, quien enseña, en el hombre y en la sociedad, el


mecanismo de los fenómenos cuya dueña es la ciencia y que solo hace e interve-
nir su sentimiento personal en los fenómenos cuyo determinismo no está todavía

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fijado, intentando controlar todo lo posible este sentimiento personal, esta idea a
priori, por medio de la observación y la experiencia (Zola, 2002, p. 93).

Otros autores que explotaron los presupuestos de este movimiento fueron Thomas
Hardy y George Bernard Shaw en Inglaterra, Guy de Maupassant en Francia, Arno
Holz y Carl Hauptmann en Alemania, así como Eugenio Cambaceres en Argentina y
Rómulo Gallegos en Venezuela.

Para reforzar la teoría aprendida, te recomiendo leer cual-


quiera de las obras, buscando los elementos de observación
y experimentación que dan cuenta de la sociedad francesa
que retrata Émile Zola. Puedes consultar un fragmento de
Thérèse Raquin dando clic aquí.

4.3. Diferencias formales y temáticas con el realismo

Como habrás notado, el realismo y el naturalismo parten de una misma idea, donde
la queja general es la diferencia de clases que propicia una desigualdad social y cul-
tural desorbitada. Sin embargo, cada uno de estos movimientos tiene características
particulares, las cuales han hecho que muchos teóricos literarios decidan estudiarlas
por separado. A continuación, te presentamos un cuadro donde podrás apreciar sus
principales diferencias.

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En los países hispanohablantes también ocurre el fenómeno realista y naturalista,
sin embargo, posee algunas características distintas a las generales en los países
europeos. Los movimientos sociales que afectan a las obras que hemos revisado
no son compartidas en Latinoamérica ni España, quienes tienen sus propios proce-
sos culturales; a diferencia de lo que ocurre en Europa, la forma de asimilación de
este movimiento en los países latinoamericanos no se comparte el desprecio por
las corrientes románticas, sino que se suman en un primer momento, dando lugar
a obras con tonos sentimentales o con ideales alzados, al mismo tiempo que con
descripciones reales de las sociedades. Podríamos aventurarnos a pensar que esto
ocurre, en parte, porque los procesos sociales no van a la par y los movimientos
independentistas aún generan un aura de excitación en ciertos sectores; al mismo
tiempo, las teorías científicas que impulsan al realismo europeo no llegan con el
mismo impacto, de manera que no son capaces de insertarse con el mismo espíritu
en las ideas de los autores.

Otra diferencia que encontraremos con el realismo y el naturalismo que se


producen en este lado del mundo consiste en que su auge se extiende al
siglo XX, sin embargo, es difícil poner fin a su importancia en la producción
literaria puesto que, aunque han surgido muchas corrientes a posteriori —el
realismo mágico, el boom o el neobarroco— muchos autores contemporá-
neos continúan haciendo uso de la descripción franca y cruda de la realidad
social, utilizándolo a manera de denuncia.

En este sentido, quizá las formas más prolíficas de la literatura realista y naturalista en
Hispanoamérica fueron el indigenismo y la novela de la tierra, centradas en retratar
la posición marginal con la que los pueblos indígenas y los círculos más bajos —que
son la mayoría— viven en los distintos países de Latinoamérica. Aunque su escritura
es posterior al siglo XIX (siglo en el que se centra nuestra materia), obras como El
llano en llamas de Juan Rulfo son parte del amplísimo corpus de la literatura de la
tierra tan explorada en estos países.

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¿Sabías qué?
Géneros como el cuadro de costumbres también parten del realismo: el costum-
brismo pretende hacer un retrato de personajes y lugares específicos de forma
detallada; no existe necesariamente un afán de denuncia y pueden tener tintes
tanto políticos como satíricos. La obra Baile y cochino de José Tomás de Cuéllar
es una gran muestra de este género, donde se retrata a una familia de estrato
bajo que comienza a subir en la escala social e intenta copiar sus costumbres;
la narración satírica muestra a mujeres mexicanas intentando blanquearse el
rostro con polvos de arroz y usando guantes blancos para esconder su color
de piel; también se observan bailes desorganizados donde los invitados, ajenos
a las convenciones de la aristocracia, terminan alcoholizados y en situaciones
caóticas. Esta clase de narraciones dan cuenta de los problemas que enfrenta
la sociedad mexicana para poder acceder a las clases de poder puesto que,
incluso una vez que han logrado situarse económicamente en el nivel de la clase
más alta, les es imposible encajar, convirtiéndose en el hazmerreír.

En el siguiente cuadro podrás ver algunas de las corrientes que surgen en Hispa-
noamérica a partir del realismo:

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Como te darás cuenta, la variedad de temas que existen en la literatura realista en
Hispanoamérica es inmensa, y es que, si bien parte del realismo europeo, las formas
de desigualdad aquí son mucho mayores, ya que no existe solo un sistema donde
encontramos tres clases principales, sino que aun existen formas cercanas a los
sistemas de castas, así como las diferencias de razas que marcan quien podrá estar
de qué lado de la balanza. Si bien la forma (narración cuidadosa, detallada, con lujo
de observación y con un amplio panorama social) coincide junto con la idea deter-
minista, que en muchos casos será fundamental para la narrativa, también encon-
tramos modos nuevos de tratamiento, además de los europeos —la sátira, la ironía,
la denuncia— e intereses distintos a la hora de narrar. Podemos encontrarnos con
obras moralistas como María de Jorge Isaacs o con obras políticas hilarantes como El
periquillo Sarniento de José Fernández de Lizardi, pionera en el movimiento realista
en toda Hispanoamérica.

Para profundizar en los temas vistos, encontrarás diversos


materiales en tu carpeta de lecturas complementarias.

1. Los hijos del limo de Octavio Paz: ensayo donde se reflexiona sobre si en verdad
existen diferencias entre los movimientos literarios occidentales o si todos son uno
mismo. Así mismo, muestra una exploración social sobre los motivos de la creación
literaria y sus temas.

2. Las letras hispanoamericanas de Nelson Osorio T.: encontrarás un estudio crítico


y detallado de la evolución de la literatura en Hispanoamérica durante el periodo
que hemos estudiado.

3. En este capítulo titulado La novela naturalista del Instituto Cervantes virtual, podrás
leer los detalles y características de obras específicas que conforman el corpus de
la novela naturalista en Hispanoamérica:

4. Así mismo, en Evolución de la novela hispanoamericana del siglo XIX podrás ha-
cer el recorrido que ya hemos hecho de las corrientes europeas, pero esta vez en
Hispanoamérica, partiendo del romanticismo y su concreción en los países hispano-
americanos, hasta llegar a las últimas consecuencias del naturalismo:

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Referencias
Abbagnano, N. (2004). Diccionario de Filosofía. México.
Fondo de Cultura Económica. 1103 p.

“Evolución de la novela hispanoamericana del siglo XIX”. Cervantes virtual.


Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/ff1/d1f/7c8/2b1/11d/
fac/c70/021/85c/e60/64/mimes/ff1d1f7c-82b1-11df-acc7-002185ce6064.html

“La novela naturalista” Cervantes virtual. Disponible en: http://www.


cervantesvirtual.com/s3/BVMC_OBRAS/ff1/d1f/7c8/2b1/11d/fac/c70/021/85c/
e60/64/mimes/ff1d1f7c-82b1-11df-acc7-002185ce6064_16.html

Determinismo e indeterminismo. (2020). Recuperado el 8 de agosto


de 2020, desde http://www.filosofia.org/enc/ros/det.htm

Máxima Uriarte, J. “Naturalismo”. Características. Disponible en: https://www.


caracteristicas.co/naturalismo/. Consultado: 07 de agosto de 2020.

Zola, É. (2002). “La novela experimental” en El naturalismo. Barcelona:


Península (pp. 41 – 94). Disponible en: https://drive.google.com/file/
d/19Drcp9d4gTBWBR880iQWB6-FSwSAtqGa/view?usp=sharing

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