Está en la página 1de 1

Hola, Ricky, cómo estás?

Estoy mucho más tranquilo y creo que un poco centrado con respecto a qué decirte. Creo que
actualmente sólo debo una conversación en la que ciertamente no te he explicado qué pasó. Y la verdad
es que en su momento no era molestia, fue dolor, ansiedad.

No sé si recuerdas una publicación que subí hace poco, con una foto con luces blancas de fondo en la
que estoy sentado, básicamente ahí hablo del daño que me han hecho y que veo que pueden llegar a
hacer a través de comentarios sobre el cuerpo de las personas. De ahí nace todo, tú no dijiste esas
palabras, pero sí fuiste tú quien agarró mi pantorrilla y dijiste que una pantorrilla mía era del tamaño de
tus dos pantorrillas, sé que dijiste algo más después de eso, pero mis oídos empezaron a tener un
zumbido muy fuerte y no seguí escuchando a pesar de sonreír y seguir la conversación asintiendo con la
cabeza.

Cuando tenía 4 años, era más gordo que algunos de mis compañeros del colegio, y mi mamá estaba cada
vez más delgada por la depresión de la separación de mi papá y además no estaba comiendo casi, la
verdad yo me sentía muy mal por no verla comer mientras a mi me decía que debía alimentarme, un día
en la tarde estábamos caminando cerca del edificio de Palo Verde y un señor que supongo era “amigo” o
conocido de ella se nos acerca, saluda, se me queda viendo y con una sonrisa dijo “coye estás gordita y
mira a tu mamá, te estás comiendo también la comida de ella”? Puedes imaginarte como me hizo sentir
eso, lo extraño es que de nuevo sólo sonreí y ya, todo se hace borroso después de ese momento.

La verdad el comentario sobre mi pantorrilla no es el primero que me has dicho sobre mi cuerpo, no
tengo idea de por qué me marcó tanto, pero sé que fue un punto de dolor y ansiedad en el que no
puedo negar que haya algo de molestia. A los pocos días de eso, dejé de ir al gimnasio. Cada vez que le
hablaba a alguien de yo yendo al gym, les decía que quedaba lejos pero que a parte de trabajar en mí, mi
principal motivación eras tú, porque disfrutaba hablar mucho contigo de lo que sea y entrenar contigo,
decidí ignorar cada vez que me decías que necesitaba más cardio o alguno de los otros comentarios a
pesar de haber empezado a entrenar, lo ignoré porque no supe comunicarte que me dolía muchísimo, lo
ignoré porque te amo y te siento como mi hermano y en mi mente no cabía que fueses tú el que
estuviese causando ese dolor. Todos los que se burlaban de mí, hacían comentarios o me rechazaban
eran de plano personas que sabía que no me caían bien, pero contigo es diferente.

No es que no quiera regresar a entrenar allá, ahora puedo reconocer que necesitaba entenderme y
entenderte, sé que no lo has hecho por mala intención, sé el tipo de persona que eres.

También podría gustarte