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Citas: Salmos 20, Génesis 4;6-5, Hebreos 11:4, Marcos 12:41-44, malaquias 1;13-14
Introducción: entre los temas mas controversiales para el mundo en que vivimos esta Dios,
la salvación, la ofrenda y mi estado futuro.
El liderazgo uno de los pocos temas que comparte es el de la ofrenda y es porque no sabe de
el, otras veces porque su corazón es mezquino y el mismo no lo hace otras veces no habla de
este tema para que la gente no se le valla o no vallan a pensar mal de el.
Usted como Lider para quien recoge la ofrenda: para la iglesia, para el Pastor o para Dios.
Y si usted como creyente no esta ofrendando no sabe de todas las grandes bendiciones que
te estas perdiendo.
La ofrenda acerca al creyente con Dios. En la antigüedad la ofrenda era la que santificaba al
hombre, purificaba al impuro, restituía a la familia al hijo primogénito, aseguraba las cosechas,
alejaba al devorador, el cordero pascual evito la muerte de los primogénitos,
La ofrenda era tan importante que el etíope recorrió seis meses para entregar su ofrenda a
Dios.
Otros no ofrendan: porque tiene el concepto de como se usa la ofrenda (el templo, los
ministros el altar y los gastos) si ese es su pensamiento usted no esta ofrendando usted esta
colaborando.
Que es la ofrenda: es un acto de fe que pone en evidencia cuan cerca estamos nosotros de
Dios, cuanto estamos dispuesto a creer en el y en sus promesas y esta es capaz de romper
todo decreto del maligno, romper yugos y hace que nuestras oraciones sean contestadas.
Muchas personas pretenden usar la autoridad de Dios robando a Dios eso es imposible,
esperar respuestas a sus oraciones y no ofrendan delante de Dios, la ofrenda hace que ganes
ele favor de Dios y se habran puertas y ventanas a tu favor.
Voluntarias., Exigidas, Los pactos, Diezmos o pagos, Las siembras, las primicias y
sociedades con Dios (diezmos y algo mas) (negocios con Dios)
La Ofrenda Demarca mi relación con Dios 1 Reyes 18 (génesis 15 genesis 22)
Abraham
En todo lugar en donde Abraham fuera para vivir allí levantaba un altar a Jehová el sabia que
su permanencia en esa tierras dependía de aquel que le había llamado que sus cosechas y la
multiplicación de sus ganados dependían de Dios por eso siempre levantaba altar para
jehová,
En la vida de Abraham muchas fueron las oportunidades que Dios le pidió ofrendas exigida
pero aun asi nunca se las negó, porque todas esas ofrendas representaban su adoracion a
Dios (génesis 15 genesis 22)
La ofrenda demarca mi relación con el. Que tan cerca estoy de Dios y cuanto creo que el
estaba presente. ( por eso donde están dos o mas el esta ´Presente, hay que ofrendar)
cuando Dios venia a visitar alguno en la antigüedad ellos sacaban la ofrenda. Jedeon,
manoas etc.
La ofrenda determina mi verdadera Adoración a Dios. ( puedo cantar muy bonito, pero sino
ofrendo ni diezmo , no estoy haciendo nada.) Usted cree que Dios no tiene Ángeles que
canten mejor que tu. Pero los ángeles no pueden ofrendarle a EL. Eso es lo que marca la
diferencia. Cual es la calidad entonces de tu ofrenda.
El momento de la ofrenda es tan sublime que aun el mismo Jesus estaba al lado donde
estaban recolectándola. Y podía ver quien lo hacia de corazón o no.
Es el momento de devolverle a Dios un poco de lo mucho que el nos a dado porque todo es
de el. Salmos 100.
Es la muestra de mi agradecimiento
La ofrenda era el motivo para acercarse a Dios ( ellos no iban a cantar,
El altar de Jehová estaba arruinado. ( en el altar se colocaba la ofrenda.)
Los hombres habían dejado la Adoración al Dios viviente, sus consecuencias, no llovia, no
había producción de alimento, el agua escaseaba, los ríos y fuente se habían secado. No
había nada, el pueblo tenia hambre, estaban sobreviviendo. Y elias le hace un reto al pueblo
el Dios que Descienda con fuego. El sabia que toda ofrenda ofrecida a Dios de corazón tiene
un efecto en lo natural. Por eso su ofrenda fue distinta.
Manda a colocar el holocausto, luego a echarle granos y ponerle agua suficiente agua que no
había. La gente no le da a Dios porque dice que no tiene, cuando dios conoce que si .hay, lo
que pongas sobre el altar no caerá en sacos rotos-
La ofrenda me acerca a Dios , permite que mi petición sea contestada y que Dios Haga cosas
sobrenaturales. Hasta hoy que concepto tenias de la ofrenda.
TUS OFRENDAS HABLAN
Muchas veces pensamos que las ofrendas o las primicias que le damos a Dios tiene que ver
únicamente con lo que se deposita en el canasto de la ofrenda en los cultos de nuestras
iglesias, que es simplemente algo que es parte del culto y que hay que hacerlo para colaborar
en las cosas de la iglesia.
Pero este pensamiento es muy simplista, pensar que las ofrendas tienen que ver únicamente
con dinero es una visión muy corta de algo tan importante en la vida cristiana como lo es la
ofrenda y los diezmos que le damos a Dios.
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Pero la realidad Bíblica y espiritual es que nuestras ofrendas hablan de lo que hay en nuestro
corazón para Dios, es decir que no tiene que ver solamente con un billete o una moneda que
depositamos en un canasto, como lo vemos en el texto que hemos leído sobre la ofrenda
hecha por Abel, aunque Abel murió en manos de su hermano Caín su ofrenda sigue hablando
hasta hoy de la fe que Abel tenia en Dios.
Por medio de este mensaje vamos a reflexionar sobre lo que hablan nuestras ofrendas, lo que
nuestras ofrendas le dicen a Dios de lo que hay en nuestro corazón.
Cuando ofrendamos a Dios ponemos en acción nuestra fe, pues estamos confiando en
su palabra y en sus promesas, confiamos que el las hará realidad en nuestra vida, que el
cumplirá lo que su palabra dice.
Con nuestras ofrendas estamos declarando que Dios ha sido bueno y misericordioso
para con nosotros, y nuestras ofrendas son ofrendas de acción de gracias por la bondad,
por la provisión, por el cuidado, por el favor de Dios sobre nuestra vida.
Desde los orígenes del pueblo de Dios podemos ver que dar a Dios nuestras ofrendas
y diezmos es parte de nuestro agradecimiento, por su bondad manifestada en nosotros sus
hijos (Genesis 28:20-21)
NUESTRAS OFRENDAS HABLAN DE NUESTRO AMOR (JUAN 3:16)
La máxima muestra del amor de Dios para nosotros los pecadores es que nos ha dado
a su hijo unigénito para que podamos ser salvos.
Muchas veces las personas se preguntan cuánto será la cantidad que las personas
muy ricas ofrendaran y diezmaran, pero si de algo podemos tener seguridad es que no hay
ninguna ofrenda que supere la ofrenda que el Padre celestial hizo para nosotros, es una
ofrenda que nos habla del gran amor de Dios para los hombres.
Dios dio para nosotros lo mejor que tenía, el padre celestial dio lo máximo que podía
dar, dio a su único hijo.
Nuestras ofrendas tienen que hablar de eso mismo para Dios, nuestras ofrendas tienen
que hablar de amor para Dios.
Nuestras ofrendas hablan de amor cuando damos lo mejor, como nuestro Dios lo hizo
para nosotros (Números 18:29)
Nuestras ofrendas hablan de amor cuando reconocemos que el es nuestro Rey, y que
no puedo darle lo que me sobra (Malaquías 1:13-14)
Lo mejor que tu puedes darle este día al Señor es tu corazón, tu vida, declara hoy que
el es el Rey de tu vida (Proverbios 23:26)
La ofrenda de la viuda - Marcos 12:41-44
(Mr 12:41-44) "Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el
pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y
echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De
cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que
tenía, todo su sustento."
Introducción
En el pasaje anterior Jesús acababa de denunciar a los escribas porque "devoraban las
casas de las viudas y por pretexto hacían largas oraciones" (Mr 12:40), y ahora, en acusado
contraste con la avaricia de los escribas, llama nuestra atención sobre la devoción de una
viuda.
Muy probablemente esta viuda era consciente de que los escribas eran de ese tipo de
personas que habían escogido la religión como una profesión para conseguir ganancias
deshonestas (1 Ti 6:5), sin embargo, este hecho no le desanimó en su deseo de dedicarse
a Dios con todo lo que tenía. Y sin duda, este es un buen ejemplo que todos nosotros
debemos tomar en cuenta, porque con frecuencia las personas a nuestro alrededor nos
pueden desanimar en nuestro deseo de servir a Dios.
Por otro lado, es sorprendente ver lo mucho que Jesús trata sobre el tema del dinero y lo
que hacemos con él. A continuación mostramos algunos ejemplos que pueden ser
completados con muchos otros en los evangelios:
En la parábola del hijo pródigo (Lc 15:11-32) y del mayordomo infiel (Lc 16:1-15) Jesús
presentó a dos hombres que malgastaron un dinero que no era suyo.
En la historia del rico y Lázaro (Lc 16:19-31) advirtió del peligro de usar mal las riquezas,
como un fin en sí mismas.
El joven rico se apartó de la vida eterna porque amaba más sus posesiones (Mr 10:17-31).
Cuando Zaqueo el publicano se convirtió, inmediatamente decidió entregar la mitad de sus
bienes a los pobres y devolver todo aquello que hubiera defraudado (Lc 19:1-10).
Cuando un hombre le pidió a Jesús que actuara de juez para que su hermano repartiera con
él su herencia (Lc 12:13-21), le advirtió del pecado de la avaricia y de la insensatez de confiar
en las riquezas. Además explicó que las riquezas materiales son de mínima importancia en
comparación con las espirituales.
En la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18:9-14), Jesús condenó la falsa religiosidad del
fariseo que orando en el templo alardeaba de que daba diezmos de todo lo que ganaba.
La parábola de las diez minas (Lc 19:11-27) y en la de los talentos (Mt 25:14-30) nos
presentan a unos siervos a los que se les confían diferentes bienes y después son llamados a
rendir cuentas sobre ellos. La forma en la que los utilizaron determinó la recompensa que
recibieron.
También enseñó que nadie podría ser su discípulo a menos que renunciara a todo lo que
poseía (Lc 14:33).
Y exhortó a sus discípulos a hacerse tesoros en el cielo porque esa es la única manera de no
perderlos con la muerte (Lc 12:32-34) (Mt 6:20).
3. La importancia del tema del dinero
La razón por la que el dinero resulta tan crucial para Jesús es porque en todas las épocas y
culturas ha representado la alternativa a Dios en nuestros corazones. Por eso, la forma en
la que usamos el dinero dice mucho sobre nuestro estado espiritual.
(Lc 16:13) "Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará
al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
(Lc 12:34) "Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón"
(2 Ti 6:10) "Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos,
se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores."
Parece que después de que los fariseos, saduceos, herodianos y escribas habían
terminado con su ronda de preguntas, y se habían apartado derrotados, Jesús se sentó
cansado en un lugar del templo desde el que se podía ver a las personas mientras echaban
sus ofrendas.
Esto nos recuerda que aunque nuestras ofrendas deben ser secretas, hasta el punto de que
nuestra mano izquierda no debe saber lo que hace la derecha (Mt 6:3), sin embargo,
debemos ser conscientes de que Dios siempre está mirando lo que ofrendamos.
Lo primero que Jesús observó es que los ricos echaban mucho dinero. Por supuesto, esto
era razonable y Jesús no lo criticó. Sin embargo, no despertó su admiración como más
tarde hizo la ofrenda de una viuda pobre. La razón estaba, como Jesús explicó, en que las
ofrendas de estos ricos no representaba ningún sacrificio para ellos, sino que daban de lo
que les sobraba de su abundancia.
Fue entonces cuando se acercó una viuda para presentar su ofrenda. Pero antes de que
consideremos lo que hizo, debemos recordar algunos detalles sobre la vida de estas
mujeres en la sociedad judía de los tiempos de Jesús.
Lo primero que notamos es que Jesús mostró mucho interés por la situación de las viudas.
La razón estaba en que una vez que sus maridos morían, ellas quedaban en una difícil
situación de desamparo y abandono. Ya sabemos que en el mundo antiguo no existían
pensiones para las viudas ni seguro social alguno, además era muy difícil que pudieran
entrar en el mundo laboral, así que, a no ser que dispusieran de medios económicos
propios, su vida se volvía muy complicada. Por supuesto, si tenían algún hijo mayor, o
parientes que se hicieran cargo de ellas, podrían pasarlo menos mal.
Pero aun suponiendo que tuvieran alguna fuente de ingresos o propiedades, con frecuencia
caían en manos de hombres poco escrupulosos, dispuestos a robarles y engañarles (Mr
12:40). Y los propios jueces no eran muy favorables a atender sus causas (Lc 18:1-5).
Por lo tanto, las viudas dependían de la misericordia de la gente. En este sentido, el Antiguo
Testamento establecía diferentes mandamientos para que el israelita cuidara de ellas, algo
que volvió a repetirse en el cristianismo (1 Ti 5:3-10).
En resumidas cuentas, la condición de las viudas era muy dura y digna de lástima. Y no es
de extrañar que como resultado de su necesidad y desamparo, muchas de ellas fueran
llevadas a una mayor dependencia de Dios y a un uso más constante de la oración que la
mayoría de nosotros (Lc 2:36-38).
Ahora el texto bíblico introduce a una viuda que echó dos blancas. Estas monedas serían el
equivalente a la fracción más pequeña de cualquier moneda de la actualidad. Su valor
como tal era insignificante.
Pero la acción de esta mujer, junto con el comentario de Jesús, ha inspirado a miles de
personas a seguir su ejemplo, lo que ha servido para multiplicar aquella pequeña ofrenda
de una forma incalculable. Con esto se confirma que Dios siempre hace grandes cosas con
los pequeños recursos que son puestos en sus manos. Esto nos debería llevar a dar valor a
los actos de humilde servicio de aquellos hermanos sencillos, y a ignorar la falsa grandeza
de otros.
Por otro lado, debemos recordar también el importante principio que el Señor nos enseñó:
"El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel" (Lc 16:10). La buena
administración de los pequeños recursos que Dios ha puesto en nuestras manos, nos
capacitará para recibir del Señor responsabilidades más grandes.
Lo que esta viuda hizo fue tan importante a los ojos de Jesús que llamó a sus discípulos
para que se fijaran en ello. Seguramente para el resto de las personas allí presentes, la
ofrenda de esta mujer pasó desapercibida y carecía de importancia, pero no para Jesús.
Es interesante notar que a pesar de los graves abusos que se cometían en la religión de
Israel, el Señor veía y valoraba la devoción genuina que se daba entre muchos individuos
particulares.
Luego Jesús hizo una afirmación sorprendente: "Esta viuda pobre echó más que todos".
¿Cómo podía ser si muchos ricos antes que ella habían echado mucho? La razón está en
que el Señor no mira la cantidad del donativo, sino el corazón con que se da. En este
sentido, este pasaje tiene mucho que enseñarnos. Veamos algunos de los principios que
encontramos aquí que nos enseñan cómo debe ser una ofrenda agradable a Dios.
Lo primero que percibimos de la ofrenda de esta viuda es que dio todo lo que tenía. Y en
ninguna parte de la Ley se exigía tal cosa. Por lo tanto, su ofrenda fue voluntaria, no por
obligación o bajo presión. Pablo exhortó a los creyentes en Corinto en el mismo sentido:
Ya hemos dicho que Dios mira el corazón del dador, por eso, si primero no hemos puesto
todo nuestro ser sobre el altar para él, todo lo demás no tendrá ningún valor.
No olvidemos que Dios en realidad no quiere nuestro dinero, sino a nosotros mismos. Y
esto fue precisamente lo que tuvo de especial la ofrenda de esta viuda.
La mujer amaba al Señor su Dios con todo su corazón, con toda su alma, con todas sus
fuerzas y con toda su mente, y por eso entregó todo su dinero. ¿Qué otra explicación
podríamos encontrar a su generosa ofrenda?
Con su ofrenda la mujer expresó su convicción de que todo lo que tenía le pertenecía al
Señor, y que él es digno de todo. Por eso se lo ofreció con todo su amor.
La viuda dio "todo su sustento". No dio de lo que le sobraba, como habían hecho antes que
ella los ricos, sino que entregó algo que necesitaba para vivir.
Algunas veces podemos sentirnos tentados a pensar que sólo los ricos deben dar, pero en
este pasaje Jesús centra toda su atención sobre la ofrenda de la viuda pobre.
Con mucha facilidad ésta puede llegar a ser la mentalidad de aquellos países que en otros
ámbitos dependen constantemente de las subvenciones extranjeras. Pero en el reino de
Dios esto tiene que ser diferente.
Dios no priva a los pobres del gozo de compartir con otros de su pequeña porción.
Tomemos como ejemplo a los macedonios de los que escribía Pablo, que aun estando bajo
pruebas y tribulaciones, aun así fueron generosos en sus ofrendas.
Y otro tanto podríamos decir de la viuda de Sarepta de Sidón, que tenía que raspar el fondo
de la tinaja, pero que aun así entregó lo que tenía al profeta (1 R 17:12).
6. Dando lo mejor
Sin lugar a dudas, la viuda dio lo mejor que tenía, de hecho dio todo lo que tenía.
Ella no tuvo que escuchar la reprensión que el profeta Malaquías dirigió a los judíos de su
tiempo.
(Mal 1:13-14) "Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! Y me despreciáis, dice
Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda.
¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? Dice Jehová. Maldito el que engaña, el que teniendo
machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey,
dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones."
7. Con generosidad
Tampoco hay duda de que la viuda dio generosamente. De hecho, algunas de las ofrendas
del templo iban destinadas a las viudas y los pobres, por lo tanto, esta mujer, a pesar de su
extrema pobreza, se mostraba generosa con los demás.
Con el fin de inculcar a los corintios los benditos resultados de la generosidad, Pablo
empleó una metáfora sacada de la agricultura: la de la siembra y la siega. Por medio de ella
muestra que la sustancia dada ni se pierde ni se desperdicia, sino que se transforma en una
abundante cosecha. Es una ley inmutable de la naturaleza que si un labrador se siente
remiso a separarse de su grano y siembra escasamente, tendrá que sufrir el desengaño de
una miserable cosecha. En cambio, una siembra abundante producirá una cosecha
abundante.
Por otro lado, no debemos ofrendar pensando en la recompensa, sino en el beneficio del
reino de Dios y de aquellos que están necesitados. Cuando no lo hacemos de esta forma, la
ofrenda se vuelve egoísta y deja de ser agradable a Dios. En este sentido es importante
tener cuidado con el enfoque que en algunas partes se hace con el diezmo como una forma
de "comprar" el favor de Dios. No olvidemos que las bendiciones de Dios no se compran,
son siempre por gracia. Meditemos bien sobre nuestras verdaderas motivaciones al
ofrendar.
8. Con fe y confianza en el Señor
Algunos no dudarían en acusar a esta mujer de no hacer previsión para el futuro y de que al
ofrendar de esta forma estaba poniendo en serio peligro su ya maltrecha economía.
Y es cierto que para las mentes racionalistas no puede ser entendido de otra manera, pero
ella, en su condición de viuda, era una mujer que confiaba y dependía absolutamente de
Dios y de su provisión divina.
Pero claro está, vivir por fe requiere conocer y confiar en Dios. Sólo de esta manera
podemos llegar a ser libres del temor que nos produce la posibilidad de llegar a perder la
seguridad y las comodidades que pensamos que el dinero nos ofrece.
Para esto es necesario confiar en la palabra del Señor que ha prometido cuidar de aquellos
que buscan su reino en primer lugar.
(Mt 6:33) "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas."
Reflexiones
Cuando ofrendamos correctamente, esto es algo excelente y muy agradable a los ojos de
Dios. Sin embargo, es fácil admirar a esta mujer pero no seguir su ejemplo.
Muchos creyentes gastan mucho dinero cuando se trata de ellos mismos, pero les duele
todo lo que pudieran emplear en agradar a Dios. Sin duda, esta es una enfermedad del
corazón contra la que el Señor advirtió en muchas ocasiones.
Al ofrendar debemos tener a Cristo y su entrega por nosotros como nuestro ejemplo
supremo:
(Ef 5:2) "Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante"
ii. Lo que damos fuera de la Iglesia nunca debe de hacerse sacrificando su contribución a la
obra de su Iglesia. Dios nos guiara en cuanto a todo lo que uno decida darle a la iglesia: el
tiempo, servicio, y el dinero. 2 Crónicas 31:11-12; Deuteronomio 12:5-7
iii. Traigamos nuestras ofrendas al lugar en donde los siervos de Dios puedan usarlas para
cuidar de la casa de Dios, siguiendo la guía del Espíritu Santo. El no hacer esto es robarle a
Dios. Malaquías 3:8
IV. EL dar bíblicamente es el método que Dios estableció para satisfacer las
necesidades prácticas en la Iglesia y a través de ella.
a. Las ofrendas sirven para el mantenimiento de los líderes de la Iglesia.
I Corintios 9:11, 13-14; Gálatas 6:6; I Timoteo 5:17-18
b. Las ofrendas bíblicas dadas a la Iglesia sirven para sostener otras obras de Dios.
Filipenses 4:15-16; I Corintios 16:1-2
c. Las ofrendas dadas a la Iglesia sirven para el mantenimiento de los miembros que NO
PUEDEN mantenerse por si mismos. Hechos 6:1; I Timoteo 5:16,9-10
i. Las personas que reciben dicho tipo de ayuda deberán de haber probado su fidelidad, de
acuerdo a los principios dados en la Biblia.
ii. Estas necesidades deben de ser confirmadas con el pastor.
d. Las ofrendas dadas a la Iglesia sirven para satisfacer otras necesidades, según lo
determinen los líderes de la Iglesia. 2 Corintios 8:4; Hechos 11:27-30
V. El dar es una disciplina sistemática que crece en la medida que uno crece.
Empezamos dando nuestra vida. El ofrendar debe de ser el resultado de un corazón
dispuesto y porque uno ama al Señor Jesucristo. 2 Corintios 8:4-5
Examinemos los tipos de ofrendas mencionadas en la Biblia:
a. El Diezmo: Sirve para establecer una disciplina de mayordomía. El pueblo de Dios
practicaje el diezmo aun antes que la ley de Moisés lo prescribiera. Esto puede verse porque
Abraham pago diezmos a Melquisedec. El diezmo era un 10 por ciento de los ingresos de un
individuo. Además era necesario descontarlo por anticipado. Aunque era una cantidad
pequeña, se entregaba primero para demostrar que Dios tenía la prioridad. Éxodo 23:16,19;
Deuteronomio 26:2
La prueba de que una persona tiene relación correcta con su Iglesia es que empieza a
diezmar.
I Corintios 16:1-2
i. Los principios del AT establecen patrones para nuestra relación con Dios. I Corintios 10:11;
Romanos 15:4
ii. La meta del diezmo es proveer medios para transformar vidas al contribuir al fondo general
de la Iglesia – para llenar las muchas necesidades físicas que aseguraran el funcionamiento
uniforme e ininterrumpido de la Iglesia.
b. Las Ofrendas: Sirven para sostener al ministerio. La meta de las ofrendas es expandir los
ministerios de la Iglesia al contribuir con los proyectos especiales y ministerios establecidos a
través de la Iglesia.
Cuando un individuo empieza a madurar en su relación con Dios, naturalmente irá, más allá
del diezmo (10%) y empezara a dar ofrendas para sostener actividades de ministerio en las
cuales participa junto con otros cristianos.
2 Corintios 8:6.7, 9:1, 11-13
CONCLUSION
La verdad de ofrendar en la Biblia va más allá del simple diezmo. Es dejar control completo
de nuestras vidas y recursos a Jesucristo. Si Dios tiene control de nuestra vida, El suplirá para
Sus necesidades