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PRINCIPIO DE

HEISENBERG
Física del electrón
Dr. Facundo Ruiz

Integrantes de equipo:

Marie Michelle Allard Ruiz 311025


Gabriel Emilio Fuentes Sánchez 327937
Maria de Jesús Gallardo Cantú 306493
Juan Antonio Montejano Zúñiga 325730
“El hecho de que cada partícula lleva asociada consigo una onda, impone
restricciones en la capacidad para determinar al mismo tiempo su posición y
su velocidad”. Este principio fue enunciado por W. Heisenberg en 1927.
El principio proviene del hecho de que Heisenberg observó que si queremos
localizar en el espacio un electrón es necesario rebotar fotones en él sin
embargo esto produce una alteración en su momento, de manera que lo que
hace que podamos localizar el electrón dificulta la observación precisa del
momento lineal de éste.
En esta imposibilidad es debida al propio proceso que nos permite medirlo,
puesto que a la hora de realizar la medición de la posición el mismo método
altera la velocidad a la que viaja la partícula.
De hecho, se establece que a mayor certeza de la posición de la partícula
menor conocimiento de su momento o cantidad de movimiento, y viceversa.
El principio de Heisenberg no se puede determinar, simultáneamente y con
precisión ciertos pares de variables físicas como ya lo mencionamos la
posición y el momento lineal de un objeto dado. La consecuencia del
principio supone un cambio básico en nuestra forma de estudiar la
naturaleza, ya que se pasa de un conocimiento teóricamente exacto (o al
menos que en teoría podría llegar a ser exacto con el tiempo) a un
conocimiento basado sólo en probabilidades y en una imposibilidad teórica
de superar nunca un cierto nivel de error.
Un error muy común es decir que el principio de incertidumbre impide
conocer con infinita precisión la posición de una partícula o su cantidad de
movimiento. Esto es falso, ya que el principio nos dice que podemos medir
simultáneamente y con infinita precisión un par de magnitudes conjugadas.
Es decir, nada impide que midamos con precisión infinita la posición de una
partícula, pero al hacerlo tenemos infinita incertidumbre sobre su momento.
No es posible conocer el valor de las magnitudes físicas que describen a una
partícula antes de ser medidas. Todo lo que podemos hacer es decir que hay
una determinada probabilidad de que la partícula encuentre una posición
más o menos determinada.
En conclusión, este principio supone que no podemos conocer con
exactitud todos los datos en lo que respecta al comportamiento de las
partículas, ya que el conocimiento preciso de un aspecto supone supone
provocar que no podamos conocer con el mismo nivel de precisión el otro.

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