Está en la página 1de 1

Mudarse

Mi abuelo Gervasio, como dije, es muy sociable; él va a las casas de sus amigos a ver partidos
(generalmente los de mi tío) y él presume sobre su hijo.
Lo que no me gusta de el esque si le preguntas algo te empieza a contar una historia con detalles
innecesarios y si bostezas da un discurso más largo de respetar a los mayores y que hoy en día los
niños son muy maleducados, después discute conmigo y mi abuela Lila tiene que intervenir.
Mis abuelos paternos son todo lo contrario, ellos son más tranquilos y callados, en especial mi
abuelo, supongo que el dicho de “de tal palo tal astilla” tenía razón.
Yo vivía casi en el centro de una ciudad, mis abuelos maternos y paternos vivían muy cerca de
nosotros y los podía visitar cada día, ahora ya no puedo ya que me mude a otra ciudad.
La decisión de mudarme fue de mis padres, obvio. Pero ellos para hacerme partícipe de sus
decisiones me preguntaron que me parecía la idea de cambiar de aire. Esto sucedió hace un año, un
poco menos. El tema es que yo hubiese dicho que no, que quería quedarme a vivir cerca de los
abuelos y que me conocía todas las cosas de mi calle. Me preguntaron que me parecía, dije que sí
aunque hubiese querido decir no. Tenían problemas económicos. Mi papá trabajaba en su
camioneta entregando pedidos de comida congelada y mi madre era secretaria y coordinadora de
un consultor dental, casi nunca los veía ya que trabajaban y siempre me recogían del colegio mis
abuelos; dije que sí, también porque creí que así podría estar más tiempo con mis padres. Al día
siguiente recogimos todas las cosas de la casa, yo termine de guardar en cajas las mías. Después salí a
pasear y ver por última vez mi vecindario, el lugar en donde siempre había vivido y tenía miles de
recuerdos. Me preguntaba qué sucedería conmigo en la otra ciudad.

También podría gustarte