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ENSAYO
Este parece ser el propósito del autor 3, que detalla una serie de instrucciones
convenientes para llevar a cabo una “artesanía intelectual”, al momento de realizar
un trabajo de grado y en general, son instrucciones útiles, cuando se quiera
emprender cualquier desarrollo que lleve a la generación de conocimiento
científico, inclusive si cabe, deberían considerarse a lo largo del quehacer
universitario, porque son fundamentalmente sencillos; organización, planeación,
repaso de ideas, consideración de lo ya existente, no dejar pasar una idea, poner
cariño en lo que se hace y comprometerse en ello…huelga sería decir que
aplicados estos principios a cualquier proyecto de la vida cotidiana, garantizaría
sino su éxito, al menos un desarrollo honroso, digno del respeto propio.
Sin embargo y para los fines de este curso, nos concentraremos en aquellas
herramientas sugeridas en el texto, que vienen a cuento en nuestro propósito de
estructurar nuestro trabajo de grado. Del texto de Wright Mills pueden resaltarse
entre otros apartes, su recomendación de una herramienta que él denomina
“archivo”, que podemos entender como una bitácora o diario, donde se recopilen
1
COTE PEÑA, Gustavo Humberto. Los Artesanos, sus herramientas y La Masonería. [En línea] (Consultado 03
de marzo de 2010) Disponible en: http://elmallete.com/linked/artesano.pdf
2
REAL ACADEMIA DE LA LENGUA. Intelectual. [En línea] (Consultado 03 de marzo de 2010) Disponible
en:http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=intelectual
3
WRIGHT MILLS, Charles. Apéndice: sobre artesanía intelectual. La imaginación sociológica. Ed. Fondo de
Cultura Económica, México, 2002. pp. 206-236.
los elementos que vayan apareciendo a medida que se reúnen y que
posteriormente servirán de apoyo para construir su trabajo.
Allí deben escribirse las ideas apenas se nos ocurren y anotar además las propias
vivencias, porque probablemente al escribirlas una vez y volver a leerlas más
tarde, puedan relacionarse con el trabajo intelectual que se está adelantando y dar
origen a lo que él denomina “ideas marginales”, fragmentos de frases de
conversaciones que se recogen en la calle, los sueños, las divagaciones. La
inspiración y el descubrimiento del algo genial, subyace bajo pensamientos que se
considerarían vanos, por eso es necesario no dejar de escribir y anclar las ideas a
un papel que las preserve, no perderlas, rescatarlas y volver a observarlas bajo
otros lentes puede llevarnos a encontrar un buen camino a seguir en nuestra
“investigación”.
Algunos dirán que de hecho lo es, y por eso el libro es un invento selecto, que se
saborea como un manjar o que se desecha como un alimento descompuesto.
Cierto es, pero si atendemos a la humildad de llevar nuestra obra con paciencia,
descubriremos que cuando conectamos nuestra cotidianidad con nuestro propio
corazón, estaremos armando oración tras oración, nuestra voz escrita que
sobrevivirá a nuestra voz oral. A veces es solo cuestión de detenernos a pensar
qué queremos decir y simplemente, sencillamente escribirlo. Pulirlo, será después
lo de menos, desde que la idea pura quede preservada.
El autor hace un primer señalamiento, que se analiza aquí en último lugar para
recordarlo mejor. La frase, citada textualmente dice:
Esta frase se conecta de algún modo con la consideración que hace el autor
cuando se refiere a la “cocina” de la ciencia. La cocina es el sitio donde se cuece
la comida, el sustento, la provisión de energía que nos mantiene vivos. Así se
entiende que el autor considere que la ciencia, es la cocina donde se prepara una
materia que nos abastece para otro tipo de supervivencia, porque el alimento que
4
Ibíd. pp. 233
allí se cocina nutre nuestras mentes y si lo pensamos con cuidado, nuestra mente
es el palacio que domina nuestro reino personal, porque podremos carecer de
recursos o de poder en un mundo material, pero nuestras ideas se elevan y no
existe para ellas más límites que el que nosotros mismos imponemos cuando no la
alimentamos con lecturas y con reflexiones.
5
CAMUS, Albert. El mito de Sísifo. [En línea] (Consultado 03 de marzo de 2010) Disponible en:
http://www.lainsignia.org/2002/abril/cul_002.htm