Está en la página 1de 13

SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

Ponencia 1: Discapacidad intelectual y sexualidad: el proceso de aceptación de las


familias.
Ponencia 2: Educación de la sexualidad para las familias de personas con
discapacidad. MUS. Raúl González Castellanos1.

La familia constituye una fuente de aprendizajes y conocimientos que el niño va a ir


adquiriendo a través de cada uno de los miembros que la componen y las dinámicas que
se producen entre ellos. Es, por tanto, el primer sistema social en que el individuo se
desarrolla, por lo que será un elemento fundamental en su educación.
Desde la Teoría General de Sistemas se entiende que el sistema familiar es un conjunto
de personas que se encuentran en interacción dinámica constantemente y que constituye
un todo organizado jerárquicamente, el cual es más que la suma de sus partes. O como
propone Willke (1993):

“una asociación integral de partes, cuyas relaciones entre sí son


cuantitativamente más intensas y cualitativamente más productivas que sus
relaciones con otros elementos.”

Como todo sistema, la familia tiene una serie de propiedades o características:

• Cada persona se relaciona con el todo, de tal manera que un cambio en uno de los
miembros de la familia repercutirá en el resto y en el propio sistema.
• Las acciones de un miembro influyen también en los demás y éstas, a su vez, en el
primero, por lo que existe una continua retroalimentación, de la cual se alimenta el
sistema.
• Todo sistema tiende a conseguir un equilibrio. Esta función estabilizadora no
siempre resulta positiva para todos los miembros de la familia ya que puede
aparecer algún síntoma (paciente identificado) en alguno de sus componentes, lo
que hace mantener el equilibrio del sistema a costa del mismo. En ocasiones, las
resistencias de una familia para el aumento de autonomía de su familiar con
discapacidad, por supuesto también en el área de su construcción como hombre o
como mujer, tiene que ver con este aspecto. Si se permite dejar hacer cosas
autónomamente, surge un cambio sustancial en la familia, la cual pierde parte de su
función con el miembro con discapacidad, lo que produce un desequilibrio. Algunas
familias resuelven este desequilibrio evolucionando y encontrando nuevas
funciones o adaptándolas a las nuevas circunstancias. No obstante, otras vuelven a
la homeostasis evitando que esta autonomía se produzca.
• Se rige por la causalidad circular. Las consecuencias influyen a su vez en las causas
creándose un círculo causal en el que las causas se convierten en consecuencias y
viceversa. Así, se entiende que no existirían causas únicas sino características o
circunstancias que forman parte de una dinámica junto con otras muchas. Por lo
tanto, se pasa de una causalidad lineal (causa-efecto) a una causalidad circular.

1
Universidad Europea Miguel de Cervantes. Valladolid (España) Fundación
Carmen Pardo-Valcarce. Madrid (España)
Ars Amandi. Centro de Sexología y Psicología. Madrid (España)
Mail: raul.gonzalez@fcpv.es

1
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

• Dentro de la familia existen diferentes subsistemas: pareja, hermanos, madre


hijo…Cada uno de ellos establecerá unos límites los cuales pueden tener un grado
de permeabilidad variable. En los casos en lo que hay un hijo con discapacidad estos
subsistemas tienden a tener unos límites más laxos o a priorizarse unos subsistemas
frente a otros (madre-hijo frente a pareja).
• La familia es un sistema abierto y, como tal, interactúa y recibe información e
influencias del medio que le rodea.
• La familia es también el primer grupo de pertenencia y en él se van a vivenciar una
serie de experiencias que darán lugar no sólo a aprendizajes significativos para la
vida adulta sino, además, a vínculos afectivos que influirán en gran medida en el
desarrollo del sujeto.

Como sistema abierto, ésta estará influenciada por otras muchas realidades sociales, de
ahí, que haya una gran variedad de unidades familiares.

Dentro de esta diversidad también se encuentran las familias que tienen uno o varios
miembros con discapacidad. Aunque la constitución y las funciones son las mismas que
en cualquier otro tipo de familia, lo cierto es que tienen que enfrentarse a cambios y
situaciones específicas.

En su origen, la familia aparece como una institución social cuyo objetivo es regular,
controlar y educar a la prole. No obstante, todas las familias, sea cual sea su tipo de
organización, cumplen aparte otras funciones básicas para el individuo:

- Socialización: Es el primer agente de socialización. La socialización es el proceso


por el cual el individuo adquiere, a través del aprendizaje, los conocimientos y
habilidades necesarias para desenvolverse en su entorno social o comunidad. De
esta forma, se incorpora a un grupo de referencia. Adquisición de valores y roles
culturales validados por el entorno familiar. Esto servirá de base para la posterior
generalización a otros entornos sociales.

- Crianza y seguridad: asegurar unas condiciones óptimas de cuidados básicos y


protección.

- Afiliación: Apoyar en el desarrollo emocional y afectivo a través del


establecimiento de vínculos estrechos entre los distintos miembros de la familia.

- Desarrollo de capacidades de afrontamiento y autoestima.

- Establecer una red de apoyo natural para todo el ciclo vital.

- Estimular y potenciar capacidades físicas, intelectuales y habilidades sociales.

Para ejercer sus funciones, la familia se puede encontrar con disyuntivas, en ocasiones
difíciles de resolver adecuadamente.

A. Por un lado, se presenta la complejidad de lograr un equilibrio entre el afecto y la


firmeza, es decir, promover un clima de amor y afectividad, pero estableciendo a

2
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

su vez unas normas básicas que propicien una organización. Lo que ocurre en
ocasiones es que las pautas de crianza de basan en la idea de que cuanto menor
control haya más amor se da, aceptando y tolerando ciertas conductas poco
adecuadas. Sin embargo, la lectura es justamente la contraria. Proporcionar unas
reglas que den una estructura es un gesto de amor.

En relación a esto podemos distinguir cuatro estilos educativos:

Estilos educativos. Fuente: elaboración propia.

Un buen contexto educativo en la familia requerirá por tanto de:

1. La presencia de unas normas que estructuren y organicen la vida cotidiana de


la familia y que sirvan como ensayo para otros contextos sociales.
2. Propiciar un ambiente de comunicación cálido y de confianza, lo cual requiere
una gran constancia e implicación. La comunicación es algo que hay que
trabajar todos los días, incluso cuando no apetece hablar o cuando no se
encuentra la respuesta esperada por parte del interlocutor. Es importante,
además, que los mensajes sean claros y pedir y recoger el feedback.
3. Mostrar afecto, tanto de forma implícita a través de las conductas sino también
expresarlo con palabras.
4. Verbalizar y reforzar los logros (no sólo señalar los errores) para favorecer la
sensación de éxito, lo que repercutirá positivamente en la autoestima.

3
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

Funcionalidad y disfuncionalidad en las familias (Bermúdez y Brik, 2010)


FUNCIONALIDAD DISFUNCIONALIDAD
Flexibilidad Rigidez
Organización Caos
Crecimiento Estancamiento
Estabilidad Desequilibrio
Unidad Dispersión
Disciplina Compromiso Desorden
Dedicación Obligación
Derecho Descuido
Destreza Deber
Incapacidad
B. Otra cuestión a tener en cuenta es el mantenimiento de una coherencia y
consistencia en las pautas y actuaciones, pero asumiendo cierta flexibilidad. Se
tratará, por consiguiente, de seguir una línea estable y consistente, pero atendiendo
a las diferencias individuales del educando así como a las características
particulares de cada situación. Tener una discapacidad psíquica es una
característica individual (aunque no la única, por supuesto) que habrá que tener
en cuenta a la hora de abordar una educación sexual desde la familia. Considerar
esta particularidad del individuo no quiere decir que haya que tender a ser más
permisivos o menos consistentes, sino que habrá que adaptar las pautas educativas
a las capacidades intelectuales, a sucesos vitales que hayan podido vivir o
situaciones específicas a las que tienen que enfrentarse.

C. Como tercera y última disyuntiva, será importante diferenciar las conductas de los
sentimientos, dejando claro que podemos reprobar un determinado
comportamiento y corregirlo, pero manteniendo una estabilidad en los
sentimientos y emociones. Esto es, “puedo enfadarme con lo que has hecho, pero
no por eso te quiero menos” o “aunque no me guste lo que has hecho mis
sentimientos hacia ti no varían”. Mantener unos sentimientos estables contribuirá
a un adecuado desarrollo emocional en el que el educando aprenda a confiar en sí
mismo y en los demás.

La familia es un sistema que sufre frecuentemente cambios a los que necesita adaptarse.
Además, todos sus miembros están interconectados de manera que lo que ocurre en uno
afecta al resto movilizando el sistema. Existen muchos acontecimientos o circunstancias
que pueden provocar un movimiento en la familia, uno de ellos es el nacimiento de un
nuevo miembro, en este caso con discapacidad o la aparición de la discapacidad en un
momento concreto de la vida. En ambos casos, la discapacidad irrumpe en la familia de
forma impactante, ya que generalmente no es algo esperable.
No sólo la reacción de la familia nuclear sino también la respuesta de la familia extensa
influirá en el proceso familiar de adaptación. Éste va a pasar por diferentes fases:

1. Comunicación del diagnóstico y shock inicial: incredulidad, negación,


impotencia, conmoción.

4
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

2. Reacción: duelo, protección del niño, dolor, sentimientos de culpabilidad, rabia,


ansiedad, búsqueda de otras opiniones y verificación del diagnóstico.
3. Adaptación funcional.

Cuanto más rápido se produzca el afrontamiento, antes y mejor se integrará al familiar


con discapacidad. Cuando se detecta esa posible discapacidad comienza todo un
dispositivo de preguntas dentro del entorno familiar y un gran recorrido por centros
médicos y psicológicos buscando respuestas y soluciones a un hecho que no “encaja”, a
lo mejor, en las expectativas del entorno familiar hasta ir aceptando poco a poco, en una
etapa de duelo, la nueva situación. La mejor o peor aceptación de la noticia también puede
influir en los comportamientos que desarrolla la figura de apego. De esta forma, si la
figura de apego muestra resistencias al contacto con su bebé o no le mira o no le toca lo
suficiente será más probable que el pequeño no aprenda correctamente lo que es la
intimidad y tenga más dificultades en la vinculación afectiva. Además, otra serie de
circunstancias que pueden influir en el desarrollo del apego:

- Mayor frecuencia de situaciones médicas o, incluso, hospitalizaciones.


- Los momentos de contacto corporal y de juegos se ven reducidos.
- Reducir al hijo a un diagnóstico. Algo que puede generar rechazo hacia el hijo.
- En contra partida al rechazo, puede haber exceso de protección.

Según afirma Ajuriaguerra (1980), si en la familia existen lazos fuertes, ésta tenderá a
aumentar su unión ante una situación de este tipo y el niño se incorporará al sistema
familiar sin dificultad. No obstante, si los lazos familiares son débiles, probablemente el
proceso será más complicado lo que perjudicará al niño.
El proceso de adaptación conllevará la aceptación tanto del diagnóstico como de otras
muchas situaciones que se den a lo largo de la vida de la persona, entre ellas las
relacionadas con la sexualidad.
Para ello, lo primero que la familia deberá hacer será aceptar la condición de ser sexuado
de su familiar y, por tanto, las manifestaciones eróticas que tendrá. Ante la condición de
ser sexuado, la familia puede adoptar distintas posturas:

1. Negación: entender que su familiar no tiene sexualidad.

2. Rechazo: Censurar o reprimir toda manifestación sexuada del familiar con


discapacidad.

3. Sobreprotección: Ejercer un excesivo control sobre todo lo relacionado con la


sexualidad restringiendo manifestaciones eróticas o manteniéndose hipervigilante,
lo que repercute directamente en los espacios y tiempos de intimidad.

4. Apoyo: Ofrecer ayuda y acompañamiento para que el familiar pueda desarrollarse


y construirse como hombre o como mujer de la forma en la que él o ella quiera.

Gran parte de las familias suelen adoptar alguna de las tres primeras posturas. No obstante,
la cuarta será la más apropiada para que el familiar con discapacidad pueda vivir y
expresar su sexualidad de una forma libre, satisfactoria y ajustada a las normas sociales

5
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

por las que se rige la comunidad en la que está inmerso. En muchas ocasiones, las familias
hacen un enorme esfuerzo por posicionarse en una disposición de apoyo y empatía, pero
la educación sexual que ha recibido, los mitos entorno a la sexualidad de las personas con
discapacidad psíquica o los miedos hacen que, a pesar de los intentos, no consigan llegar
por sí solos a integrar una actitud y, por tanto, tampoco unas pautas de actuación basadas
en la comprensión y el acompañamiento.
Es importante que las familias tomen conciencia de sus propias limitaciones y soliciten
ayuda profesional en caso necesario, de igual manera que lo hacen en relación a otras
áreas, aunque siempre teniendo presente que cada familia tiene sus ritmos y que es
importante dar el tiempo que cada una requiera para que, cuando se produzcan cambios
en actitudes o en comportamiento, éstos se integren correctamente para que perduren y
las pautas de actuación tengan una coherencia mantenida en el tiempo y en las distintas
situaciones.

La familia como agente educativo

No se puede hablar de educación sin comenzar deteniéndose en el primer agente educativo


que una persona tiene en su vida: la familia.
La familia es el primer y más importante grupo de pertenencia y entorno social en el que
se desarrolla el individuo. Por esto y por las intensas vinculaciones afectivas que en ella
se crean, la familia va a ejercer sobre el sujeto una gran influencia en su construcción
como persona y como ser sexuado. Será, por tanto, su marco de referencia y su principal
fuente de adquisición de valores y actitudes lo que se reflejará en sus pensamientos,
sentimientos y comportamientos.
Parece existir un consenso a la hora de pensar que esta función educativa de la familia
comienza a realizarse desde el inicio de la vida. Sin embargo, se tiende a pensar que,
aunque la educación general se produce desde el principio, no será hasta la adolescencia
cuando los agentes educativos deberán empezar a prestar atención a la educación sexual.
Aunque es cierto que en cada etapa evolutiva cobrarán más relevancia unos aspectos u
otros de la sexualidad, la educación sexual comienza irremediablemente también desde el
nacimiento. Esta educación podrá ejercerse de forma más o menos consciente, pero será
imposible no educar. Incluso, cuando dentro del seno familiar nunca se hable de la
sexualidad o se repriman manifestaciones eróticas, se estará educando puesto que se
estarán dando mensajes y mostrando actitudes.

Cuando se hace referencia a la educación sexual que se hace desde la familia, lógicamente,
no se habla de una educación sexual formal realizada a través de cursos, ciclos formativos
o charlas sino de aquella que se lleva a cabo día a día dentro del núcleo familiar y que se
transmite a través de actuaciones y conductas verbales cotidianas.

La cultura familiar va a influir en el proceso de sexuación de la persona con discapacidad


psíquica a través de la ideología que compartan sus miembros (actitudes, valores,
creencias, expectativas). Esta ideología se manifestará a través de conductas concretas
que pueden venir dadas por actuaciones puntuales ante una situación en particular o
rutinas familiares que pueden incidir en la vivencia de la sexualidad de las personas con
discapacidad, así como en su proceso de construcción como ser sexuado.

6
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

Algunas de las funciones de la familia en la educación sexual son:

1. Ser modelos: Los seres humanos y, sobre todo los niños, realizan gran parte
de sus aprendizajes por modelado. A través de la observación irán adquiriendo
conocimientos de manera que encontrarán en la familia y, fundamentalmente,
en los padres modelos de hombres y mujeres o modelos de relacionarse en
pareja, entre otros.

2. Aceptar y querer a sus hijos tal y como son: Proporcionar una relación
incondicional para facilitar que desarrollen relaciones seguras con otros y se
sientan en ellas confiados y dignos de ser queridos. Además, la aceptación por
parte de sus seres queridos favorecerá también la propia aceptación y la
valoración positiva de la diversidad.

3. Desarrollar una comunicación y mostrar un lenguaje íntimo que será la base


de la intimidad sexual: Aprenderán de los padres manifestaciones afectivas
(gestos, miradas...), cuidados que se procesan el uno al otro...

4. Aceptar que sus familiares son seres sexuados desde el inicio hasta el final de
su vida y que, como tal, tendrán manifestaciones eróticas a lo largo de todas
las etapas evolutivas.

5. Mostrar espontaneidad y naturalidad en el discurso con temática sexual:


Dentro de las posibilidades y limitaciones de cada uno, tratar la sexualidad
como un aspecto más de la condición del ser humano.

La familia, además, tendrá que estar en coordinación y cooperación con el resto de agentes
educativos, especialmente, con la escuela de cara a que exista una coherencia en los
mensajes relacionados con la sexualidad. Para ello, es importante consensuar criterios,
compartir experiencias o inquietudes y partir de una predisposición común hacia esta área,
la cual facilite el proceso de sexuación de la persona a educar.

La sexualidad y la educación sexual pueden entenderse y abordarse desde distintos puntos


de vista, la familia adoptará una determinada actitud ante la sexualidad y concretamente,
ante la sexualidad del familiar con discapacidad.

Una actitud se define, según Allport, como un estado de disposición mental organizado a
través de la experiencia y que ejerce una influencia o dinámica sobre la respuesta del
sujeto. O como sostienen Eagly y Chaiken (1993), una tendencia psicológica que se
expresa mediante la evaluación de un objeto concreto con cierto grado de favorabilidad o
desfavorabilidad.

Las actitudes están constituidas por tres componentes:

1. Componente cognitivo: creencias o pensamientos 2.


Componente afectivo: sentimientos o emociones.
3. Componente conductual: comportamiento o acciones.

7
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

Las actitudes tienen en general una función evaluativa, es decir, nos permiten valorar
algún aspecto de cara a encaminar nuestra acción. Además, reducen la complejidad del
medio ya que permiten ordenarlo y estabilizarlo.

Pero, también existen algunas actitudes con funciones concretas:

• Función instrumental o adaptativa (Páez y colaboradores, 1991): Aquellas que


sirven para alcanzar objetivos que nos reportan beneficios o que permiten un ajuste
a una determinada situación.

• Función de expresión de valores (Páez y colaboradores, 1991): Permiten


manifestar lo que la persona piensa o siente sobre un tema.

• Función ideológica (Echebarría y Villareal, 1995): Aquellas que proporcionan una


explicación sobre las desigualdades sociales. Ej.: las personas con discapacidad
psíquica no tienen sexualidad por lo que no es necesaria una educación sexual.

• Función de separación (Snyder y Miene, 1994): Actitudes que atribuyen


características negativas a un determinado grupo considerado inferior, lo que
provoca una falta de reconocimiento social de este grupo. Ej.: las personas con
discapacidad psíquica no resultan atractivas sexualmente.

Desde el Hecho Sexual Humano, se propone el Modelo Trirreferencial de Amezúa y


Foucart en el cual se establecen tres categorías actitudinales:

1. Normatividad
2. Combatividad
3. Comprensividad

Mientras que las dos primeras se entienden como dicotómicas donde existen dos
posiciones en las que situarse, la tercera se concibe como una línea que avanza
progresivamente desde una posición a otra.

8
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

NORMATIVIDAD
Prohibitividad

Ataque
Permisividad

COMBATIVIDAD

Empatía Defensa

COMPRENSIVIDAD

Cultivo

Modelo Trirreferencial (Amezúa, E. y Foucart, N.)

Actitudes normativas

Son aquellas que incluyen la existencia de alguna norma o criterio que regula y articula
el Hecho Sexual Humano. Tienen dos formas o manifestaciones:

• Prohibitividad: lo que no hay que hacer.


• Permisividad: lo que sí hay que hacer.

Se tiende a pensar que lo normativo es únicamente lo prohibitivo pero lo cierto es que es


igual de normativo intentar regular lo que no hay o no se debe hacer que lo que sí hay o
sí se debe hacer.

Además, existen otros tipos de actitudes normativas basadas en la experiencia personal.


Este tipo de actitudes suelen pasar más desapercibidas, pero de la misma manera intentan
organizar mediante normas individuales y personales el hecho sexual humano. Un
ejemplo de este tipo de normas sería intentar evitar que un hijo establezca una relación de
noviazgo a una edad temprana porque los padres lo hicieron y no les fue bien.

9
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

PROHIBITIVIDAD PERMISIVIDAD

Lo que no hay que hacer Lo que sí hay que hacer

Morales y religiosas Reivindicación

Políticas Esnobismo

Sanitarias

Actitudes normativas. Fuente: elaboración propia.

Las actitudes normativas prohibitivas pueden ser:

• Morales y religiosas: Prohíben determinados comportamientos basándose en


creencias.

• Políticas: Prohíben conductas sexuales tomando como referencia ideologías o


factores demográficos.

• Sanitarias: Fundamentándose en el principio de normalidad-anormalidad.

Por su parte, las permisivas encuentra sus razones en:

• Reivindicación: reaccionaria a lo establecido socialmente.


• Esnobismo: Guiado por lo que está de moda o parece moderno.

Actitudes combativas

Se trata de actitudes con emocionalidad más intensa que se fundamentan en una o varias
normas. Se diferencian de las normativas en que incluyen una intencionalidad de cambio.
No sólo se propone, sino que se impone la norma. Pueden ir desde el ataque hasta la
defensa.

Actitudes comprensivas:
Por último, las actitudes comprensivas son aquellas que se encaminan a la empatía, el
acercamiento, la aprehensión y la comprensión del objeto sexual del juicio. Esto incluye
escuchar, entender, adaptarse, participar afectivamente de la realidad de los otros…

10
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

Como producto de esta comprensión y empatía se llegará al cultivo de determinados


valores, en este caso, el valor de construirse como hombre o como mujer. Por tanto, se
entiende la sexualidad como un valor cultivable.

Serán este tipo de actitudes, por consiguiente, las que favorezcan una mejor educación
sexual tanto desde la familia como desde el resto de agentes educativos.

Apoyos que ofrecer vs miedos que afrontar

Cuando las familias abordan la sexualidad de su familiar con discapacidad, a menudo,


surgen miedos, temores e ideas erróneas que influyen con gran peso en sus
comportamientos.
Estos miedos o ideas erróneas, unidos a determinadas actitudes respecto a la sexualidad
en general, suelen dificultar también la aparición de cambios, por lo que las pautas de
actuación se vuelven rígidas y poco modificables.
Sin embargo, si fundamentamos las intervenciones y actuaciones de la familia en datos e
informaciones reales y se aporta una adecuada formación en materia sexual, será mucho
más probable la consecución de cambios orientados a que el familiar con discapacidad
psíquica viva su sexualidad de una forma más libre y satisfactoria.
Es importante tener claro que no hay un único modelo de familia, por lo que será esencial
partir de las ideas y actitudes que cada uno de ellas tenga para ir reestructurando su
concepto de sexualidad general y ayudar a la comprensión de la vivencia de la sexualidad
que puede estar teniendo su familiar. A partir de aquí, los apoyos que proporcione la
familia serán más ajustados a las necesidades de su familiar y previsiblemente los
resultados serán mucho más satisfactorios para todos los miembros de la familia.
Algunos de los miedos y errores que pueden estar presentes en la familia son:

• Hablar de sexualidad incitará a aumentar sus conductas eróticas. Comunicarse


y abordar temas relacionados con la sexualidad aumentará la comprensión de
la misma. No existe relación directa con la frecuencia de manifestaciones
eróticas que una persona puede tener.

• Miedo a las influencias que puedan recibir del exterior, por lo que se tiende a
aislarles de cara a evitarlas.

• Miedo a equivocarse. A pesar de todo, los padres persiguen el bienestar de sus


hijos y, por ello, ninguno quiere cometer errores en la educación de sus hijos,
lo cierto es que es importante aceptar que se trata de seres humanos y que,
como tal, se confunden en muchas ocasiones. Ahora bien, este margen de error
puede reducirse con información y formación.

• La educación sexual no es asunto de la familia y la debe proporcionar la


escuela o viceversa. Ambos dos, familia y escuela, son los principales agentes
educativos de un niño. Por tanto, en ambos recae la responsabilidad de educar
en el valor de la sexualidad y coordinarse entre ellos para este fin.

• Miedo a posibles riesgos asociados con los genitales. Miedo a un posible


embarazo no planificado o a contagios de infecciones de transmisión genital.

11
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

En este punto, cabe destacar que los riesgos en la población con discapacidad
psíquica son los mismos que para la población general. Por tanto, para prevenir
estas dos situaciones las medidas a adoptar serán las mismas. Será importante
ayudar en el proceso de elección de métodos de planificación familiar, sobre
todo, en los casos en los que existe una discapacidad intelectual.

• Miedo a abusos sexuales. Lógicamente es un riesgo que es posible, por ello,


resultará útil educar para el desarrollo de habilidades sociales de cara a hacer
respetar la opinión propia y decir que no a situaciones que no resulten
agradables además de incidir en la idea de sexualidad como algo positivo.

• Miedo a no saber cuánta información dar. En ocasiones, se tiene la idea de que


se puede ocasionar daño si se proporciona información de contenido sexual.
Cada niño o niña irá plateando sus cuestiones y preguntas en función de las
necesidades que le vayan surgiendo. Por tanto, si nos adaptamos tanto a estas
necesidades como al nivel de comprensión, las informaciones serán las
adecuadas. Si se da más información de la que el educando necesita, lo único
que puede pasar es que esta no sea asimilada, por lo que volverá a preguntar
en un futuro si la requiere.

• No saber contestar preguntas. Es frecuente sentirse inseguro ante determinadas


preguntas. Para ello, se pueden seguir algunas pautas básicas:

o Siempre contestar, no posponer. Si se pospone se corre el riesgo de que la


pregunta no se vuelva a repetir y que se corte el canal de comunicación. Si
en ese momento no se dispone de la información necesaria para contestar
ésta puede ser la contestación misma de manera que cuando tengamos la
información disponible se dará la contestación de forma completa.

o Responder con naturalidad, entendiendo que es un aspecto más de la


condición de ser humano.

o Se puede responder, aunque haya menores de diferentes edades o


diferentes niveles de comprensión. No es necesario dosificar la
información, sí adaptarla a quien pregunta.

• Usar vocabulario popular para favorecer un acercamiento y entendimiento e ir


introduciendo posteriormente un lenguaje más técnico. Es importante que
aprendan cuál es el nombre de las cosas, no sólo las denominaciones que
popularmente se les da.

• Priorizar el realismo de las respuestas, es decir, que la respuesta se asemeje a


la realidad. Procurar dar respuestas correctas. Si no conoce la respuesta,
informarse antes de inventarse la contestación. Siempre teniendo en cuenta
que uno no tiene por qué saberlo todo y que se pueda consultar las
informaciones que no conozcamos.

12
SIMPOSIO: DERECHOS SEXUALES DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD: AVANCES Y RETOS.

• Preguntar antes de dar una información incorrecta. Lógicamente, los padres o


los familiares cercanos son también seres sexuados, aunque no por esto tienen
que ser expertos en temas relacionados con la sexualidad y conocer todo tipo
de información.

• No ocultar información, adaptarla. Es preferible que no entiendan a que se les


oculte información

• Dar una visión positiva de la sexualidad. Priorizar el placer, la libertad, la


comunicación, las experiencias positivas a los riesgos, los peligros, las
experiencias negativas.

• Ofrecer todas las opciones posibles sin hacer juicios de valor.

Por último, algunas cosas que ayudan para realizar una buena educación sexual desde la
familia:

1. Hablar, pero también saber escuchar.


2. Dar información real adaptándola al nivel de comprensión de cada individuo y
a la pregunta realizada.
3. Reconocer las manifestaciones eróticas del familiar con discapacidad psíquica
y actuar para ayudarle a que éstas sean ajustadas socialmente, en el caso de que
no lo sean ya.
4. Estar disponibles con una actitud comunicativa, comprensiva y positiva hacia
la sexualidad para facilitar que expresen libremente sus dudas e inquietudes.
5. Ante situaciones concretas seguir unos pasos básicos:

• Qué sucede
• Qué puede ocurrir
• Qué se puede hacer

13

También podría gustarte