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1. ¿A qué denominaba Malthus freno positivo al crecimiento demográfico?
A. El que no tiene consecuencias negativas sobre el crecimiento económico.
B. La emigración.
C. El que eleva la mortandad (guerras, pestes, hambre…).X
D. El que reduce o controla la natalidad (profilácticos, contención sexual…).
2. El rápido ascenso de la siderurgia moderna inglesa en el siglo XVIII está relacionado con:
A. Las importaciones de mineral de hierro desde Francia. C. La caída de los precios del carbón vegetal.
B. El uso de carbón mineral. X D. El desarrollo de ferrocarril.
3. La explosión demográfica del Tercer Mundo en el siglo XX se debe a:
A. La incorporación de avances médicos y sanitarios.
B. La pervivencia de comportamientos que mantienen altas tasas de natalidad.
C. Las dos respuestas anteriores. X
D. La necesidad de mano de obra barata.
4. El crecimiento agrario del siglo XVI en Europa occidental se apoya en:
A. Las explotaciones campesinas familiares. X C. Las plantaciones esclavistas.
B. Los grandes feudos trabajados por siervos. D. Los latifundios con jornaleros
5. El problema energético en el desarrollo económico francés en el siglo XIX se palió con:
A. Importaciones de carbón mineral. C. Las dos respuestas anteriores. X
B. El empleo de energía hidráulica. D. La vuelta al combustible vegetal.
6. En lo que se refiere a la agricultura en la Unión Soviética, la N.E.P. perseguía:
A. La colectivización absoluta de la tierra.
B. La mecanización acelerada de la producción.
C. La recuperación de la producción alentando la iniciativa privada. X
D. Todas son correctas.
7. ¿Cuáles eran los dos pilares de la economía del Imperio Romano?
A. La innovación tecnológica y el comercio con Asia.
B. La innovación tecnológica y la esclavitud.
C. La especialización regional y el comercio con Asia.
El señorío consta de: una reserva señorial, perteneciente al señor feudal y trabajada por los
siervos a través de prestaciones en trabajo; las parcelas de los siervos, denominadas
mansos, que trabajaban para su subsistencia y la de la familia; y las zonas de
aprovechamiento comunal, que eran espacios de pasto y monte, pastoreo y recogida de
frutos. Los siervos, mayoría de los trabajadores agrícolas, debían pagar al señor unas rentas,
además de los servicios en trabajo, que se satisfacían con parte de la cosecha.
2.- ¿Cuáles son los principales rasgos del comercio que mantienen los europeos en
Asia durante el siglo XVIII?
-/El comercio asiático el de mayor volumen y diversidad del mundo. -/ En el XVIII decae la presencia de
los holandeses en beneficio de los británicos, que establecen su principal zona de actividad en la India. -
/Europa importaba de Asia textiles, algodón, seda, especias, te y porcelana -/Era un comercio deficitario
para Europa, que requirió hasta el siglo XVIII envío de metales preciosos procedentes de América -
/Holanda empezó a equilibrar los intercambios mediante los beneficios del comercio interasiático
(exportaba a India cobre de Japón a cambio de tejidos y seda de la India) -/Los británicos equilibraron el
comercio con Gran Bretaña gracias a los beneficios de las exportaciones de opio desde India hacia China
e Indonesia.
3.- ¿Qué factores ocasionan la crisis del siglo XVII en buena parte de Europa?
4.- ¿Cuáles son los factores que contribuyen a la recuperación y posterior expansión
de la economía japonesa tras la Segunda Guerra Mundial?
5.- ¿Cuáles son los rasgos principales del crecimiento en los Estados Unidos antes
de 1860?.
Desarrollo de los sistemas de transporte que sirven para conectar las principales regiones de
especialización agraria y los focos industriales del noreste. La agricultura del sur crece
espectacularmente por la demanda de algodón, que extiende la superficie de cultivo y el
trabajo con mano de obra esclava. al mismo tiempo en el medio Oeste se desarrolla una
agricultura cerealista extensiva y también la producción ganadera.
.
Práctica resuelta.
1 Para la mayoría de los alemanes, la Navidad de 1922 estaba convirtiéndose en una
pesadilla. A mediados de diciembre, un dólar valía más de 7.000 marcos, y medio
kilo de mantequilla, que había costado 800 marcos en noviembre, entonces costaba
2.000.
5 Cuando salía de compras, tenía que recoger dinero en Waldstein & Co. El cajero
entraba en la pequeña sala de recepción con una caja de latón, y el montón de billetes
que ponía sobre la mesa tenía que dividirse en fajos separados, que entonces yo
distribuía en los bolsillos de mi traje y de mi nuevo abrigo cruzado.
Nevaba. En las calles, la expresión de los transeúntes era severa, afligida. La palabra
10 ¡Ruhr! era un grito diario en los titulares de todos los periódicos. Los franceses
anunciaban que, si los alemanes no se ponían al día en sus entregas de carbón, acero
y postes telefónicos, el ejército francés entraría en la región de Essen, Duisburgo,
Gelsenkirchen, Mülheim, Bochum, Dortmund... las ciudades ennegrecidas por el
humo, las calles de fábricas, las minas de carbón y las acerías: Ruhrgebiet, el centro
industrial de Alemania.
15 Estos eran los titulares. En el interior, los periódicos publicaban páginas enteras de
ofertas de oro, joyas, alianzas matrimoniales, anillos de compromiso... «¡Precios
increíbles!»
Y las tiendas estaban llenas de gente comprando cosas. En la «Kaufhaus des
Westens», una de las tiendas más grandes de la ciudad, la actividad era frenética, la
20 gente entraba desde el Wittenbergplatz por las puertas giratorias, atestaba los pasillos,
se hacinaba en los ascensores, se empujaba para admirar los artículos en exposición:
joyas y trajes de etiqueta, lencería, cristal de Bohemia y porcelana de Sajonia, libros
de arte, trenes de juguete arrastrados por locomotoras a vapor, ejércitos de soldaditos
de plomo dispuestos en escenas de célebres batallas históricas . . . Mientras algunos
25 tenían que vender el anillo de boda para comer, otros como yo, con recursos para
especular, norteamericanos, ingleses, franceses, holandeses, belgas, gente de Europa
Oriental, cuya nacionalidad no sabía distinguir, y también muchos alemanes parecían
cargados de papel moneda y lo gastaban lo más rápidamente posible, convirtiéndolo
en regalos de Navidad que, al día siguiente, costarían mucho más que hoy.
30
Arthur R.G. Solmssen (1996, 13ª ed. ), Una princesa en Berlín, Tusquets ediciones,
pp. 242-243.
4.- Contextualización.
Como queda reflejado al comienzo, el texto hace referencia a fines de 1922, se sitúa
en Alemania, en las circunstancias que atraviesa tras el fin de la Primera Guerra Mundial
y los acuerdos de paz de París, que fijan las condiciones que tendrá que asumir por su
derrota. Francia, tras la victoria en la Primera Guerra Mundial, había exigido fuertes
indemnizaciones de guerra, que se negociaron en los tratados de Paz. Alemania se vio
obligada a hacer frente a pagos que en principio se establecieron en especie, como el
carbón o los productos siderúrgicos, cuya principal zona productora era la del Rhur.
Pero el montante de las indemnizaciones era tan fuerte que los alemanes protestaron y
declararon que se veían incapaces de hacerlo frente, tras lo cual se produjo la amenaza
francesa de ocupación, que se llevaría a cabo en 1923.
La inflación galopante acentuaba las diferencias económicas entre la mayoría de la
población. Los alemanes que cobraban sus sueldos, pensiones o rentas en papel
moneda veían que no valían apenas nada, y se tenían que desprender de sus bienes
para poderse mantener día tras día. Pero convivían con un pequeño sector que se
enriquecía y acaparaba, a través de prácticas especulativas. La especulación podía
llevarse a cabo por ejemplo con el cambio de divisas extranjeras, dólar, libra o franco
francés, porque estaban cada vez más apreciadas frente al marco, de ahí que quienes
las poseían accedían a los productos y provocaban las frenéticas compras. Esta
creciente polarización social se tradujo en fenómenos de radicalización política y animó
el resentimiento hacia los efectos del tratado de Versalles, circunstancia que fue
capitalizada posteriormente por grupos políticos extremistas, como el partido nazi.