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2.-Diferencias entre las economías de Europa y China durante los siglos XVI y XVII.
Europa crece sobre todo desde el punto de vista del comercio exterior, en tanto que China tiene
una política de cierre y más orientada hacia el interior .
Europa compra mercancías de China, mientras que los europeos hacen de intermediarios en
los intercambios. China recibe a cambio plata de Europa, que extrae de las minas americanas.
En Europa se fortalece n los estado nacional escomo forma de organización política, en tanto
que en Asia y concretamente en China dominan el imperios territorial.
[se pregunta por los rasgos de modernización, no por las causas que la provocaron]
Fuente: Peter KRIEDTE (1982): Feudalismo tardío y capital mercantil, Barcelona, Crítica, 35
PLANTILLA
Descripción:
Se trata de una tabla numérica donde aparece en la columna de la izquierda 3 cortes
cronológicos, correspondientes a mediados del siglo XVI, mediados del siglo XVII y mediados
del siglo XVIII (los años son indicativos, no fechas precisas) En el resto de las columnas se
estiman rendimientos de lo que produce la simiente en cuatro zonas de Europa. Las cifras
indican cuánto cereal se cosecha por cada unidad que se siembra (pueden ser semillas, kilos,
etc). Es una medida de productividad agraria, pero distinta del rendimiento por hectárea (que
podría incrementarse con mejores rotaciones) o por trabajador, aunque indirectamente recoge
la evolución de ambas: básicamente dependerá de la calidad de la tierra empleada (disminuye
con el cultivo de tierras marginales) mejoras en el abonado y los trabajos en la tierra,
incremento del input de trabajo (humano o animal) y mejores prácticas agrarias.
Análisis:
Aunque puede enfocarse de muy distintos modos, el análisis debería tener en cuenta:
Papel de la agricultura y el cereal. Europa, como todas en esta época, es una economía
predominantemente agraria. La base de la alimentación de la población europea es el cereal,
por lo que los rendimientos son una de las claves del crecimiento económico en este periodo.
En la mayor parte de Europa el crecimiento tiene pautas extensivas, lo que significa la puesta
de más tierras en cultivo para aguantar el crecimiento de la demanda.
De ahí que se entre en una fase de crisis en el siglos XVII (datos de 1650) con menos ganado y
más tierra de cultivo aparecían los rendimientos decrecientes, como se observa en 1650 para
las zonas mediterránea, central y oriental. Esta situación terminaba por bloquear el
crecimiento, lo que activaba los mecanismos maltusianos y llevaba a la crisis, con episodios de
malas cosechas y hambrunas, favoreciendo las epidemias y el aumento de la mortalidad,
situación que se generalizó por buena parte de Europa en el siglo XVII.
La excepción, sin embargo es la zona noratlántica (Inglaterra, Holanda, Flandes), se parte de
unos rendimientos ya elevados en 1550, como efecto de un sistema agrario que había
conseguido a través de la rotación trienal y un mayor abonado del terreno aumentar el
rendimiento de los cereales. Esta situación mejoró incluso a partir del siglo XVII con la puesta
en marcha de nuevos sistemas de rotación que reducen hasta eliminar el periodo de barbecho,
combinan la siembra de cereales con la producción de forrajes y pastos para el ganado, de
manera que consiguen aumentar la cabaña y así disponer de mayor cantidad de abono que
mejora los rendimientos de las parcelas de cereal. De este modo, las agriculturas de esta zona
europea son las más adelantadas y consiguen una elevación continua de los rendimientos lo
que permite salvar la trampa maltusiana y con ello la crisis. Es lo que se conoce como
fundamento de la divergencia europea, en la que se apoyó Inglaterra como uno de sus puntales
de crecimiento en los siglos XVII y XVIII.
Los mismos mecanismos de la crisis del XVII en el resto de Europa generan los elementos de la
recuperación en el XVIII : la reducción de la población y con ello una nueva contracción de los
cultivos a las zonas más fértiles, lo que permitía de nuevo aumentar el terreno de pastos y con
ello la actividad ganadera, elemento que contribuía a producir abono y de nuevo la posibilidad
de aumentar el rendimiento de los terrenos, situación que nos encontramos en 1750 en las
regiones mediterránea, central y oriental. Sin embargo, a pesar de la mejora en el rendimiento,
no estamos sino en otra fase más del ciclo expansivo de las economías preindustriales
(crecimiento extensivo).
De nuevo, la excepción es la zona noratlántica, y en concreto en Inglaterra, donde sigue
incrementándose el rendimiento, fruto de las mejoras continuas en las explotaciones, apoyadas
en transformaciones estructurales con la incorporación de métodos intensivos (sistema Norfolk)
que terminan con el barbecho y permiten incrementar la fertilidad y con ello los rendimientos sin
menoscabar la producción ganadera, situación que permite un rápido crecimiento demográfico y
el abastecimiento de la población.
Puntos
0,25 Descripción (buena comprensión de los componentes de la tabla)
0,5 Idea principal (y en su caso, secundarias)
0,5 Contexto
1,5 Análisis
0,25 Conclusiones/ organización formal