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Explica Sandi directora del Laboratorio EPFL de Genética del Comportamiento y directora del
Instituto Brain Mind.
“Pero en las ratas que estudiamos, nos dimos cuenta de que había muy poca activación de la
corteza orbitofrontal. Esto, a su vez, redujo su capacidad para moderar sus impulsos negativos.
Además, esta reducción de la activación vino acompañada por la sobreactivación de la amígdala,
una región del cerebro que está implicada en las reacciones emocionales”.
“Otros investigadores especializados en el estudio del cerebro de los humanos violentos ya habían
observado el mismo déficit en la activación orbitofrontal, así como la misma y simultánea inhibición
reducida de los impulsos agresivos. Es asombroso; no esperábamos encontrar estos niveles de
similitud”, afirma Sandi.
Los antidepresivos y la plasticidad cerebral
Los científicos también midieron los cambios en la expresión de ciertos genes en el cerebro. Se
centraron en los genes que se sabe están involucrados en comportamientos agresivos, para los
que existen polimorfismos (variantes genéticas) que predisponen a sus portadores a una actitud
agresiva. Se analizó si el estrés psicológico experimentado por las ratas causaba una modificación
en la expresión de estos genes.
“Hemos descubierto que el nivel de expresión del gen MAOA aumentó en la corteza
prefrontal”, explica la investigadora. Esta alteración fue vinculada a un cambio epigenético; en
otras palabras, la experiencia traumática terminó provocando una modificación a largo plazo de la
expresión de este gen.
Finalmente, los investigadores trataron de ver si un inhibidor del gen MAOA, en este caso un
antidepresivo, podía revertir el aumento en el comportamiento agresivo de las ratas, inducido por el
estrés juvenil. El tratamiento fue eficaz.
El equipo concentrará ahora sus esfuerzos en tratar de entender mejor estos mecanismos, en
explorar si existe un tratamiento que pudiera revertir estos cambios en el cerebro y, sobre todo, en
tratar de arrojar luz sobre el efecto de la composición genética en la vulnerabilidad hacia el
desarrollo de la agresividad.
Por otra parte, “esta investigación también podría revelar la capacidad de los antidepresivos
de renovar la plasticidad cerebral”, concluye Sandi.
Descodificación Biológica de Enfermedades.
Edgar Mendizabal
Especialista en Descodificación Biológica.
Acompañante en BioNeuroEmoción.
Conferencista en Psicosomática Clínica
Consultas al: 5544523905
memoriaemocional.com
Referencia bibliográfica:
C Márquez, G L Poirier, M I Cordero, M H Larsen, A Groner, J Marquis, P J Magistretti, D Trono, C
Sandi. Peripuberty stress leads to abnormal aggression, altered amygdala and orbitofrontal
reactivity and increased prefrontal MAOA gene expression. Translational Psychiatry (2013). DOI:
10.1038/tp.2012.144.