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Vattimo y La Hermenéutica
Vattimo y La Hermenéutica
Vattimo y la hermenéutica
La concepción hermenéutica en el planteamiento de Vattimo tiene cuatro
marcos referenciales: la ciencia, el arte, la verdad y el nihilismo.
Normalmente Vattimo relaciona desde Gadamer la ciencia y su
concepción de verdad desde la adecuación del dato a la cosa en su versión
positivista, concepción insuficiente en cuanto aplicable a las ciencias humanas,
y la solución a dicho problema es planteada desde la experiencia de la verdad
que se da al interior de la experiencia estética.
El nihilismo es afirmado frente a todos aquellos intentos de
trascendentalización que se pueden dar en las concepciones hermenéuticas
contemporáneas, en el que especialmente se afirman los rasgos de la finitud del
ser-ahí desde la concepción filosófica de Heidegger. Este nihilismo es la base
para afirmar no sólo la finitud contra todo intento de trascendentalización sino
también para afirmar la problemática de la desfundamentación, del ab-grund,
del ser entendido como evento, como acaecimiento.
Fundamentalmente queremos centrar este estudio sobre la hermenéutica en
Vattimo desde cinco partes: la primera hace referencia a la hermenéutica
entendida en los términos de Koiné, la segunda se refiere a la relación
hermenéutica y la ciencia, la tercera viene presentada como la hermenéutica y
el arte, la cuarta habla sobre la hermenéutica y la verdad, y la quinta parte habla
de la hermenéutica y el nihilismo.
7.1 Introducción
A manera de introducción queremos presentar una ubicación histórica del
problema hermenéutico, la que es planteada en tres momentos: el de la
universalización de la hermenéutica o tendencia de la hermenéutica a
convertirse en teoría general de la interpretación, hecho éste que según Vattimo
hunde sus raíces en Schleiermacher, el que de una interpretación gramatical
pasa a una interpretación sicológica en un proceso que no se deja agotar y que
en última instancia termina redefinido en la teorización del circulo
hermenéutico; para Vattimo el hecho de que la teoría schleiermacheriana es
inconclusa e inacabada puede tener sus razones aquí.
Este hecho es planteado desde la propuesta gadameriana que se resume en la
frase “Sein, das verstanden werden kann, ist Sprache” (Gadamer, Verdad y
método, 478), según la cual no sólo el ser que se puede entender es lenguaje
sino todo el ser que puede ser entendido es lenguaje; con lo cual se presenta en
el mismo Gadamer la generalización de la hermenéutica que de teoría particular
de la interpretación, de textos remotos y clásicos se pasa a la identificación de
la existencia como estado de interpretación; igualmente podemos decir que este
hecho es visible ya en Heidegger, pues para éste existir es interpretar, lo que
hace Gadamer es ampliar unos presupuestos que desde Heidegger y
Schleiermacher ya están dados1.
En segundo momento la ubicación histórica se centra en la problemática de
la fundamentación, la que se puede extender hasta Dilthey, el que con la división
de las ciencias en humanas y naturales, no hace más que poner un dique de poca
duración al desarrollo de la hermenéutica y con ello a la búsqueda de la
fundación de las ciencias, sobre todo las humanas, que no se ajustan al modelo
de verificación de las naturales; el estado de la situación de la fundamentación
de las ciencias humanas, se convierte en una total infundamentación sobre todo
desde el hecho de que el fenómeno humano no se deja agotar simplemente en
las categorías propuestas.
El problema es igualmente remitido hasta Schleiermacher, pues en la
problemática del circulo hermenéutico muestra la total infundamentación en el
hecho de que no se puede hablar de un punto fijo al cual se puede llegar para
fundamentar el fenómeno científico que, sobre todo a nivel de ciencias
humanas, no se deja agotar en un principio ultimo o primero; con ello lo que se
Cuál es está planteando es el problema de la ontología subyacente a la división de las
ese ciencias humanas y naturales pero más fundamentalmente el criterio de
problem catalogación y de valoración del fenómeno humano que no se deja agotar con
a de la los criterios propios de las ciencias naturales; razón por la que Sein und Zeit
plantea como problema fundamental el del ser visto desde la perspectiva de la
ontologí
existenciariedad en un primer momento y desde la temporalidad en un segundo
a?
momento2.
En un tercer momento de este primer momento Vattimo plantea el problema
de la verdad, la que es presentada desde una perspectiva fundamentalmente
científica; la verdad de la ciencia empírica es la verdad de la adecuación del
hecho al dato que se ajusta a la observación postulada y planteada en la teoría;
si el dato se ajusta a la observación entonces cumple y satisface los requisitos
de verificación; el problema que con ello se presenta es que el fenómeno
humano no se deja agotar desde su condición de libertad, a dichos criterios
verificativos3, pues digámoslo en nuestros propios términos, el ser humano es
lo suficientemente libre como para ser predecible.
Ya desde Heidegger, en su puesta por obra de la verdad, se plantea una
radicalización de la noción de la misma pues los criterios de verificabilidad no
1 G. VATTIMO, AS, 98-99.
2 G. VATTIMO, AS, 99-100.
3 T. G. ADORNO, Dialéctica negativa, 15-17. Nosotros nos hemos servido de la
traducción italiana.
se ajustan a la obra de arte4; radicalización que viene a ser plenamente efectuada
en Gadamer cuando por verdad entiende el proceso de transformación que se
opera en quien tiene la experiencia estética, lo que en otros términos se puede
plantear diciendo que la verdad es el proceso de transformación que se opera en
quien se acerca a la obra de arte5.
7.2 La hermenéutica, nueva koiné6
En los escritos de Vattimo sobre la hermenéutica una cosa se hace clara y es
que ésta más que una escuela, más que una doctrina, es una orientación que
cobija a los más diversos pensadores; no es pues la hermenéutica un cuerpo de
La conceptos fijos y estables que los pensadores llamados hermeneutas deben
hermenéuti cumplir o saber para poder estar dentro de esta escuela, sino que es una
ca como orientación, una línea a seguir, pero ello tiene, a nuestra manera de ver, un
como un peligro que es visible a Vattimo y es la falta de concreción en aquellos
orientación elementos que deben ser claros a dicha disciplina.
y no como Cuando Vattimo habla de la hermenéutica como koiné lo hace refiriéndose
una mera al hecho de considerarla en este sentido, sobre todo cuando cobija a tantos
pensadores; de entre los más sobresalientes siempre menciona a Gadamer,
escuela
Pareyson, Rorty7, Ricoeur, Apel y Habermas; preocupación que lo mueve a
11 G. VATTIMO, EI, 42-43. Hay un hecho sobre el cual Vattimo no nos muestra
mucha claridad, nos referimos al hecho del horizonte donde se propicia el diálogo
entre los interlocutores, pues aquí éste no viene planteado como problema; sin
embargo, la crítica que dirige contra Habermas y Apel, la hace desde ese tertium
u horizonte. Véase OI, 138-140. En Vattimo hay una aceptación de ese esquema
gadameriano, pero hay un rechazo de la apertura entendida como estructura
metafísica y vemos que hace un intento por releer dicho concepto revestido con
caracteres de nihilismo (AS, Cap. IV).
12 H. G. GADAMER, FF. Respecto al espíritu objetivo como punto de partida de la
reflexión filosófica hodierna, léase 92-96; pero de manera conclusiva citamos las
siguientes palabras del texto español -al que nos estamos refiriendo-: «Y es que
el concepto de espíritu, tal como lo retoma Hegel de la tradición cristiana del
espiritualismo para despertarlo a una nueva vida, sigue constituyendo la base de
toda la crítica del espíritu subjetivo, que la experiencia de la época post-hegeliana
nos ha asignado como tarea. Este concepto de espíritu, que trasciende la
subjetividad del yo, encuentra su auténtico correlato en el fenómeno de la lengua,
que hoy en día está cada vez más en el centro de la filosofía contemporánea.
Sucede así que el fenómeno de la lengua, frente al concepto de espíritu acuñado
por Hegel a partir de la tradición cristiana, presenta la ventaja de la finitud, de ser
infinito como el espíritu y, sin embargo, finito como cualquier acontecimiento» (FF,
112).
de solución que propone Vattimo es la del ser asumido desde el Ge-stell, el que
es entendido en los términos de Epoché, es decir desde un ser que tiende a
ocultarse13; sólo así es posible superar la metafísica14, así la hermenéutica se
entiende en los términos no trascendentales, si históricos y tiende a no ser más
que un momento del pensamiento metafísico, decir que la hermenéutica esté
ligada a la Epoché implica que a aquella se le dan nuevos caminos de
compromiso que no vienen entendidos en los términos de carácter
contemplativo. La hermenéutica debe recuperar una filosofía de la historia que
en cuanto tal viene a ser identificada con el final de la filosofía de la historia15.
Lectura #1
7.3 Hermenéutica y ciencia
La situación de la hermenéutica dentro del panorama actual hunde sus raíces
en la discusión que viene de la modernidad de la división entre las ciencias del
espíritu – Geisteswissenschaffen y las ciencias de la naturaleza –
Naturwissenschaffen –, según la cual la experiencia de la verdad que se da al
interior de ellas, se ajusta muy bien a unas – las de la naturaleza – pero no tan
bien a las otras – las del espíritu –, justamente si decimos que la experiencia de
verdad acaece donde se da una adecuación de la proposición a la cosa hablamos
de un acaecer verificativo que se ajusta perfectamente a las ciencias de la
naturaleza o a las ciencias positivas pero que dentro del campo de la ciencias
humanas no se presta a buen funcionamiento16.
13 Que como bien se sabe es el tema profundizado por Heidegger en Identität und
Differenz. Véase la edición Bilingüe de la editorial Ántropos, 135: «lo único que
está claro es que cuando se habla del ser del ente y del ente del ser, se trata
siempre de una diferencia». De ahora en adelante ID.
14 M. HEIDEGGER, ID, 85. Superación que nosotros entendemos no como
eliminación sino como radicalización, sobre todo si se interpreta el ser en los
términos de apropiación-expropiante, es decir como fondo o abismo. «de lo que
se trata es de experimentar sencillamente este juego de propiación en el que el
hombre y el ser se transpropian reciprocamente, esto es, adentrarnos en aquello
que nombramos Ereignis».
15 Aquí entra en cierta medida la distancia entre Gadamer y Vattimo, cuando la
crítica que Vattimo le hace a Gadamer es que esto no asume la crítica contra la
metafísica que hace Heidegger. De manera que según nuestro parecer, el
problema de fondo es el carácter tracendental-metafísico que subyace en la base
del pensamiento, contra el carácter nihilistico-inmanente y débil. El problema de
fondo, según nuestro parecer, no es tanto el espíritu objetivo porque en cierta
medida Vattimo lo acepta, cuanto el hecho de que se le atribuyan los caracteres
trascendentales de tipo metafísico.
16Términos en los que el Papa Juan Pablo II sigue interpretando la noción de
verdad (Fides et Ratio, 56). De ahora en adelante FR.
De aquí parte la necesidad de radicalización de la experiencia de verdad,
intento que se presenta primeramente en Heidegger cuando hace coincidir dicha
experiencia con la precomprensión que guía el proceso de articulación del ser-
ahí en el mundo, y cuando Heidegger dice que la ciencia no piensa, hace
referencia al hecho de que hay una apertura preliminar a aquella que acaece en
el acto de la adecuación del dato a la cosa; sin embargo esta discusión se irá
acallando más y se irá asumiendo desde la perspectiva del arte, hasta el punto
que se hace coincidir la apertura preliminar con la apertura que se da en el arte,
especialmente en la poesía; desde este punto de vista la apertura preliminar
viene concebida en los términos de no trascendentalidad, es al contrario algo
que históricamente se hereda, es un envío, algo que se encuentra a la manera de
un destino, es una proveniencia y una yección histórico-finita.
Este es el marco de reflexión donde se incluye Gadamer, el cual en
continuidad con la herencia heideggeriana asume la problemática de la verdad
dentro de la experiencia estética, sin embargo dicha herencia tiende a confundir
toda ésta discusión con la de la superioridad de las ciencias humanas sobre las
naturales y con ello se cierra el paso, según Vattimo, a la vocación nihilista
propia de la hermenéutica17.
La ciencia no piensa, ni para Heidegger ni para Gadamer, porque ella está
sometida a un modelo que la controla y sobre todo porque la verificabilidad que
en ella se opera supone una apertura más radical en cuyo origen se sitúa la
experiencia estética, esto como ya se ha dicho en la herencia heideggeriana ha
sido visto como la superioridad de las ciencias humanas sobre las naturales y
con ello se ha cerrado el paso, según Vattimo a la comprensión del carácter
nihilista inherente a la hermenéutica18.
Esta posición en el pensamiento de Vattimo nos ayuda a ver cómo se opera
aquella intratemporalidad de lo supratemporal; la insistencia permanente y
continua de que la apertura preliminar en la que se da la verificación o
falsificación de las ciencias, es un hecho heredado, un destino, un proyecto, y
no una estructura metafísica o ahistórica. Nos muestra esta actitud cómo se
opera en nuestro autor dicho problema del pasaje de lo supratemporal a lo
intratemporal, gesto éste que es constantemente repetitivo en nuestro autor,
junto con la insistencia en la necesidad de no olvidar el carácter nihilista propio
de la hermenéutica que se ha heredado de Heidegger.
La apertura preliminar operada desde la experiencia estética y que sirve de
base a la verificación o falsabilidad operada en la ciencia, puede ser además
leída desde el intento por releer en ello la famosa polémica operada desde el
17 G. VATTIMO, OI, 21-25.
18 G. VATTIMO, OI, 24-25.
existencialismo y desde la fenomenología a través del Lebenswelt, el mundo
de la vida, en el hecho de querer pretender una sociedad fundamentada en
caracteres racionales, en la que no sólo toman las decisiones los especialistas
sino que son las grandes masas, el gran público, quienes además pueden poseer
un dominio de dichas temáticas, sobre todo en el momento de las decisiones19.
En la insistencia en el Lebenswelt encontramos el hecho de la ciencia en su
necesidad de presentarse asequible al gran público que debe tomar sus propias
decisiones, vemos un intento de intratemporalización de lo que en otras
perspectivas científicas se da supratemporalmente, el bajar, el mostrar
temporalmente lo que es estructura metafísica que en cuanto tal se mantiene en
un más allá, pero que en el pensamiento de Vattimo se mantiene en un aquí.
Si la temática que a la hora de la verdad más determina la hermenéutica es
aquella de la insistencia en el Lebenswelt y si éste viene determinado por
categorías de orden metafísico como en el caso de Habermas y de Gadamer,
aquel mundo de la vida se transforma en un apelo a la dialogalidad propia de la
cultura occidental y en éste el llamado del logos propio de la tradición, pero que
a fin de cuentas también viene identificado con una estructura abstracta de orden
metafísico, entonces la hermenéutica termina mostrando límites que la
convierten en una filosofía de la cultura, sin perspectivas ni proyectos, de entre
los cuales el más sobresaliente es el de considerar que en la disputa que se
presenta entre ciencias del espíritu y de la naturaleza, la hermenéutica lo que
hace es mostrar la superioridad de las primeras sobre las segundas20.
La disputa que aquí se presenta entre Vattimo, Habermas y Gadamer tiene un
interés especial por cuanto Habermas encuentra el Lebenswelt categorizado
desde la cultura y desde la sociedad y elevado al nivel de estructura metafísica
normativa que propicia el diálogo entre las partes que condividen la sociedad.
En Gadamer el Lebenswelt es la tradición que aunque histórica es gramatical y
lingüísticamente estructurada con rasgos metafísicos; sin embargo Vattimo nos
dice que el uno y el otro en sus aportes presentan limites insoslayables por lo
que él hace una opción diferente y que renuncie a las estructuras y principios de
orden metafísico21.
22 M. HEIDEGGER, Hw, 68-99. La epoca de la imagen del mundo. Sein und Zeit
habla de mundo; en la filosofía posterior habla de los mundo, nosotros entendemos
la cuestión como si la realidad no fuese una realidad desde la hermenéutica, sino
que se convierte en imagenes de la realidad; Vattimo interpreta el hecho de las
realidades e inmediatamente lo liga al fenómeno de la Kehre. En definitiva esto
sólo se hace comprensible desde la posición de Nietzsche de que no hay hechos
sino interpretaciones.
23 G. VATTIMO, OI, 30ss.
24 G. VATTIMO, OI, 75. Hecho este que además es muy claro en Credere di credere.
25 G. VATTIMO, OI, 75-76.
experiencia artística en un ámbito separado de lo verdadero, de los valores
morales, de la existencia social26.
El hecho que Gadamer sitúe la experiencia de verdad del arte a partir de la
transformación que se opera en el que la experimenta, no excluye que este
mismo sentido de la verdad estética no se torne en algo vago y general27, como
es el parecer de Vattimo.
La experiencia transformante de la obra de arte por parte de quien a ella se
acerca puede asumir diferentes significados: un privilegio del momento
histórico cuando se ve la obra de arte entendida como un testimonio histórico;
otros privilegian la obra de arte en su dimensión futura, pues la consideran en
su carácter profético, otras posiciones prefieren asumir la obra desde su
dimensión presente28.
7.5 Arte y religión
El punto de partida desde el cual Vattimo propone la cuestión del arte dentro
del contexto de la hermenéutica es el que se refiere al saber científico positivo
y su noción de verdad, y a la cuestión sobre la experiencia de la verdad inherente
al saber no científico positivo, este hecho ha generado el problema de la
secularización desde la relación arte-religión y el tipo de relaciones que se
deben dar dentro de ellas29.
Las respuestas a las preguntas de una concepción de la relación entre arte y
religión que se presentan demasiadamente vagas, se pueden concretar en el
problema de la secularización30.
26G. VATTIMO, OI, 75-76. La opción de Vattimo tiende siempre a favor de Gadamer
en el sentido de que al interior de la experiencia estética se da una experiencia de
verdad, rechaza todo tipo de actitud estética aislacionista o separatista.
27Algo así como una «genérica forma de conocimiento sobre la vida y el destino
humano. Se tratará más bien de asumir actitudes más explicitas y empeñativas
sobre la relación entre lo verdadero que se descubre en la obra de arte y […] lo
verdadero que buscamos discutiendo y filosofando» (OI, 76-77).
28 G. VATTIMO, OI, 83-84.
29 Aunque Vattimo critica la noción de verdad entendida en los términos de
transformación que acaece en quien tiene la experiencia de ella; sin embargo el
término sigue siendo válido; la experiencia de la verdad es, según nuestra
interpretación, la vivencia del sentido de la mortalidad, la finitud y la limitación que
se da en la obra de arte, es la vivencia de la apertura histórica que se opera en
ella y con ella del sentido de la mortalidad, es decir del perecedero ser que se
eventualiza; quien se enfrenta a la obra de arte tiene una vivencia de la limitación
en la que se opera el mundo que ella crea, ya que es un mundo histórico que nace
y muere.
30 G. VATTIMO, OI, 78.
A este respecto Vattimo postula tres tipos de relaciones: la que, generada
desde el Idealismo alemán, propugna por una religión monoteísta racional y
sentimental – de corazón – y politeísta en el arte y en la imaginación, la que
llevada al extremo termina siendo una mitología, en la que siempre estarán
implicadas religión y arte.
Así pues, el Idealismo alemán le confiere a la obra de arte, y a la estética en
general, el poder liberador que la revolución no ha visto realizarse en lo por ella
emprendido; el arte tiene el encargo, el poder, de preparar el reino de la
liberación.
La crítica de Gadamer a la experiencia de verdad que se da en la conciencia
estética de tipo kantiano y neokantiano está según Vattimo ligada al Idealismo
alemán.
En una segunda relación entre religión y arte que propugna por una división
en la ciencia en cuanto al sentido de la verdad siendo éste totalmente diferente
entre la ciencia, el arte y la religión, pues la religión se fundamenta en la
individualidad respecto a la divinidad, mientras el arte se fundamenta en la
necesidad de ésta para la supervivencia de la colectividad, lo mismo que la
ciencia, aunque la noción de verdad propugnada por una y por otra sea una cosa
totalmente diferente.
En una tercera relación se propugna por una separación de religión y arte
pues para el desarrollo del arte, es necesario que se dé una separación de la
religión, sin embargo la hipótesis llevada a su extremo necesariamente reconoce
que es imposible que entre una y otra se dé dicho divorcio porque el arte al final
se convierte en una experiencia mítica y con ello se apela a la misma relación
arte-religión.
En Lukács el arte busca la separación de la religión, pues en este carácter
emancipado, el arte puede ejercer su sentido y su función que le es propia
evitando por lo tanto toda confusión con la religión. Lukács nos da según
Vattimo, una idea parcial de secularización.
La cuestión sobre el problema del arte desde la hermenéutica, además de
venir planteada desde la cuestión sobre la experiencia de la verdad inherente a
la ciencia y al saber humano, también está planteada desde la conciencia estética
y su respectivo espacio social que es el museo31, hecho que tiende por un lado
a mirar la cuestión estética desde las condiciones de posibilidad que la han
generado, pero por otro lado a aislarla entendiéndola como un tipo de
experiencia totalmente diferente de los demás campos del saber; Vattimo dirá
que contra este tipo de concepciones sobre la experiencia estética ha surgido la
de interpretar el ser como evento, pero también como fondo; rasgos que a nosotros
nos muestran un ser fuerte y potenciado, no débil ni depotenciado.
depotenciado, así podemos llegar a afirmar que con la mortalidad el ser se hace
débil56.
Se pueden ver claramente los conceptos fundamentales del pensamiento de
Vattimo respecto al envío, pues es recorriendo la tradición rememorativamente
como el ser-ahí se siente enviado, desde ahí descubre su herencia y se posibilita
desde la más propia posibilidad que es la muerte.
Se hacen claros así conceptos tales como envío, tradición, herencia, historia,
muerte, mensajes que vienen en palabras, términos que al final constituyen toda
la sistematización débil del pensamiento de Vattimo, desde Heidegger.
Prácticamente la crítica de Gadamer contra la conciencia estética parte del
hecho de aislar la obra de arte de una continuidad histórica y de asignarle un
carácter extraño, milagroso e aislado, dicha concepción parte del hecho que
Kant le asignaba a la obra de arte una fundamentación ontológica en el genio,
en la naturaleza, en la contemplación, mientras que el neokantismo le asigna a
la obra el carácter de la Erlebnis, que es definida como «la experiencia
epifánica, puntual, y momentánea»57.
Lo que Gadamer hace es recuperar para la obra de arte la continuidad
histórica, por eso la experiencia de verdad que se da en la obra de arte tiene los
caracteres de una experiencia que se vive y que transforma a quien la
experimenta, hecho que según Vattimo, tiene sus fundamentos en Hegel y en su
concepción dialéctica de la historia. Queda pues así definida en Gadamer la
verdad expresada en la obra de arte con la experiencia transformante que el
intérprete experimenta cuando tiene una verdadera experiencia estética. Aunque
Vattimo, ya lo veremos más adelante, critica esta concepción de la noción de
verdad como muy influenciada por la idea hegeliana del viaje transformante y
por ello tomará sus distancias de dicha noción de verdad.
Pero nos dice Vattimo que en la obra de arte, también se da la relación
fundamento-desfundamento cuando se presentan en ella las relaciones entre
mundo y tierra, entre los mortales y los divinos, pues el mundo es lo que
inaugura la obra de arte tanto en su lenguaje como en sus categorías, la tierra es
esa parte de la inagotabililidad que no se deja expresar en la obra, la que hace
referencia a la mortalidad que es el rasgo característico y propio del ser-ahí
cuando fundamentándose en su propia posibilidad lo hace desde la posibilidad
más propia, dice Vattimo, que así desde la obra de arte también es posible
experimentar el carácter fundamento-desfundamento propio de la filosofía
heideggeriana, como bien sabemos son estos los rasgos propios con los que
Lectura #4
nihilistas. Es interesante ver como esa idea, se hace constante en Vattimo cada
vez que quiere recalcar los rasgos nihilistas de la hermenéutica.