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TEMA 1.

Introducción, conceptos básicos e historia


LA POSICIÓN DEL CIUDADANO. El ciudadano se encuentra frente a la Administración en dos
tipos de situaciones jurídicas: unas son posiciones de poder –situaciones jurídicas activas—y otras
son posiciones de deber –situaciones jurídicas pasivas--, si bien existen también situaciones jurídicas
mixtas o intermedias.
● Situaciones jurídicas activas
o Los derechos subjetivos. El derecho subjetivo es un poder que permite a su titular, en
su propio interés, exigir una conducta positiva o negativa, a un tercero –en este caso,
una Administración Pública--. Dado que se trata de una posición de poder dirigida a
satisfacer un interés de su propio titular, el derecho es, en principio, renunciable,
transmisible y susceptible de prescripción. En todo caso los derechos subjetivos,
desde el momento en que nacen, son accionables ante los jueces y tribunales.
Asimismo, por razón de su origen, se pueden distinguir entre,
▪ derechos subjetivos atribuidos directamente por una norma jurídica, ya sea
ésta la propia Constitución o cualquier otra norma infraconstitucional (todos
ciudadanos tienen los derechos previstos en la Constitución Española, en las
declaraciones de Derechos Humanos, el derecho comunitario y de otras leyes
y reglamentos nacionales, autonómicos y locales);
▪ y derechos que tienen su fuente en otros actos y hechos jurídicos: como los
derechos subjetivos nacidos de un contrato o convenio administrativo; los
derechos subjetivos que nacen de un acto administrativo y, en fin, los derechos
subjetivos que surgen de un hecho dañoso imputable a la Administración.
o Los intereses legítimos. El interés legítimo consiste en una situación que se da por
efecto indirecto de una norma: cuando ésta protege de modo inmediato el interés
público, pero a la vez de modo indirecto protege también intereses individuales del
administrado. En general, la jurisprudencia tiene establecido que el “interés legítimo”
consiste en una posición individualizada en relación con la actuación administrativa,
que se produce porque el acto que puede resultar del procedimiento afecte a su
“círculo vital” de manera positiva y cierta, ya por implicar una ventaja ya un
perjuicio. En todo caso, los intereses legítimos son accionables ante los tribunales.
● Situaciones jurídicas pasivas. Las situaciones jurídicas pasivas suponen una posición
desfavorable o de gravamen para el administrado, y también responden a diversas clases.
o El deber y la obligación. Dentro de las situaciones de subordinación es tradicional
distinguir el deber en sentido estricto de la obligación: mientras que el primero
nacería directamente de una norma –por ejemplo, el deber ordenado en el art. 31 CE
de todo ciudadano de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos---, la
obligación, en cambio, nacería en el ámbito de una relación jurídica determinada entre
la Administración y el administrado, es decir una relación bilateral, mediante un
contrato o un acto.
o La carga. Es una condición que el ordenamiento impone a los ciudadanos para que
éstos puedan ejercitar sus derechos –por ejemplo, la exigencia contenida en el art.
4.1.c) LPAC a los titulares de intereses legítimos de comparecer en el procedimiento
para tener la condición de interesados en el mismo; o cuando un estudiante deberá
pagar unas tasas para poder estudiar en la universidad. A diferencia del deber que se
ordena a satisfacer un interés ajeno, la carga está establecida en interés del propio
sujeto sobre el que pesa, y por esta razón su incumplimiento no entraña ilicitud
alguna, sino la simple pérdida de una ventaja.
Además, también debemos destacar con respecto a la posición del ciudadano que se encuentra, en lo
que el derecho administrativo denomina, relación general de sujeción a los actos de la
Administración Pública. Sin embargo, existen ciertos colectivos, que, por su pertenencia a la
Administración, es decir, los funcionarios y demás personal al servicio profesional de la
Administración, que mantienen una relación de especial sujeción con respecto a la administración.
Ello otorga a la Administración poderes con un amplísimo margen en la configuración de los deberes
estatutarios de dichos sujetos, posibilitando incluso la modulación de determinados derechos
constitucionales.
La capacidad de obrar es la aptitud del ciudadano para poder ejercer un determinado derecho. La ley
refleja determinadas circunstancias modificatorias de la capacidad de obrar como la edad (los
menores de edad tienen restringida esta capacidad), la nacionalidad (los extranjeros también tienen
modificadas sus capacidades administrativas), la condena penal y la sanción administrativa (que
pueden restringir la capacidad en el acceso a la función pública, permisos de conducir, licencias de
caza o incapacidad para contratar con las Administraciones públicas o recibir subvenciones públicas)
y la vecindad (es decir, ciertos derechos solo pueden ser ejercidos por los vecinos residentes en un
municipio como, por ejemplo en la colaboración funcional, es decir, cuando el órgano decisorio
consulta a los vecinos, o en la colaboración orgánica, cuando el órgano decisorio está integrado por
los vecinos interesados).
BREVE HISTORIA DEL DERECHO. Los derechos se relacionan con el concepto de persona. La
condición de persona es una investidura jurídica al que se le reconoce una serie de derechos en la
colectividad donde se inserta. Hay un profesor, miembro del TS, distinguía tres fases en la evolución
de los derechos:
1. 1ª Fase. La investidura jurídica de persona solo la tienen algunos. En Grecia y Roma el título
de ciudadano solo es poseído por algunas personas en relación con la polis. Por ejemplo,
dentro del concepto de CIVIS estaban los patricios y fuera, los esclavos. En definitiva, no
consideraban a todas las personas como individuo. Normalmente, se le reconoce la
participación en la asamblea y el derecho a votar
2. 2ª Fase. Todos los individuos se consideran personas. Después del mundo griego y romano
aparece la influencia del ius naturalismo, de toda la influencia judeocristiana. Todos, ante un
ser superior, son iguales. No hace falta que se lo reconozca el ordenamiento jurídico: la
persona, por el mero hecho de serlo, tiene unos derechos. Esta doctrina se refuerza con las
declaraciones de derechos del buen hombre de virginia en la independencia de EE. UU. y los
convenios de derecho de las organizaciones internacionales y la Declaración de
Independencia Francesa.
a. Edad Media. Fundamentalmente, existen pactos entre el Rey y súbditos que afectan a
determinados colectivos privilegiados 🡪 Acuerdos de las Cortes de Valladolid o
Privilegio General de Aragón, donde se reconocen una serie de derechos a
determinados colectivos.
b. Edad Moderna. Empieza la lucha por determinados individuos a determinados
derechos. En un primer momento, los derechos civiles y políticos y más tarde los
sociales. En la edad moderna, aparecen las guerras religiosas de la Contrarreforma,
que da lugar a la Paz de Augsburgo: los súbditos de un reino tendrán la religión de su
rey, obligatoriamente. Esto da lugar a luchas religiosas. Estas luchas religiosas dan
lugar al Edicto de Nante, donde se da la libertad para que los súbditos para su libertad
de religión.
c. Universalización de Derechos (a través de la Revolución Francesa y Declaraciones de
Derechos). Se reconocen los derechos, pero sólo para los súbditos de un estado
concreto. En Inglaterra, surge la Petition of Rights, Ley de Habeas Corpus and the
Bill of Rights. Todo ello para el ciudadano inglés. Ello se colmata con la Declaración
de los Derechos del Buen Pueblo de Virginia, la Declaración de Independencia de EE.
UU. y la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde por primera
vez se reconocen los derechos a todos los hombres (blancos).
En el siglo XIX/XX, las constituciones empiezan a reconocer Derechos Sociales,
sobre todo la Constitución Mexicana de 1917 y la Constitución de Weimar de 1918.3ª
Fase. La persona es el centro de todo el ordenamiento jurídico. Tras la SGM. Tras la
contienda, los estados se dan cuenta que se reconozcan derechos protegidos por
Tribunales Internacionales y Declaraciones de Derechos.
3. 3ª Fase. La persona es el centro de todo el ordenamiento jurídico. Tras la SGM. Tras la
contienda, los estados se dan cuenta que se reconozcan derechos protegidos por Tribunales
Internacionales y Declaraciones de Derechos. Comienza el Estado del Bienestar, centrado en
el ciudadano. Comienza la andadura de los servicios públicos:
a. Derecho a la creación y mantenimiento de servicio público. Tiene un carácter
discrecional de los representantes que elegimos. Pero hay determinadas normativas,
como el artículo 18 de la LBRL, donde la ley establece la obligación de prestación de
un servicio público. Si no se cumpliese esto, la ley establece que se podrá reclamar a
la Administración su cumplimiento (art. 170 de Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5
de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las
Haciendas Locales).
b. En principio, no puede haber discriminación a la hora de utilizar un servicio público.
Sin embargo, las leyes establecen el principio de discriminación positiva. Por
ejemplo, los minusválidos, personas mayores o mujeres maltratadas, en las que se
establece discriminación positiva.
c. La posición del usuario en relación con el servicio. Los servicios públicos están
sometidos a las cartas de servicios, donde se establece el conjunto de derechos y
obligaciones.

TEMA 2. Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo y


Ley Orgánica 4/2001, de 12 de noviembre, reguladora del Derecho de
Petición
La Constitucionalización del Defensor del pueblo aparece en 1809 en Suecia (Ombudsman) y a partir
de ahí se extiende a todas las constituciones occidentales. Su predecesora fue la Ley 92/1960, de 22
de diciembre, en la que únicamente se fija el formulario tipo para que el ciudadano se dirige a la
administración. Es una ley meramente técnica.
La Ley Orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo, desarrolló la previsión
constitucional del artículo 54, y poco después inició su funcionamiento la institución, alcanzando
desde entonces un cierto reconocimiento por la opinión pública. Esta ley viene confirmada por la
sentencia del 14 de julio de 1993 del TS.
El Defensor del Pueblo estatal es elegido por las cortes Generales mediante una mayoría cualificada
(de tres quintas partes, al menos, en el Congreso) para un período de cinco años. El Defensor del
Pueblo ejerce sus funciones con imparcialidad e independencia (no está sujeto a mandato imperativo
ni a instrucción alguna), es inviolable por las opiniones expresadas en el ejercicio de sus funciones, e
inamovible, pues solo puede ser destituido y suspendido por las causas que establece la ley. Además,
para garantizar su independencia, goza de autonomía reglamentaria, organizativa, funcional y
presupuestaria de acuerdo con las leyes.
El Defensor del Pueblo puede iniciar de oficio o a petición de parte, cualquier investigación
conducente al esclarecimiento de los actos y resoluciones de la Administración Pública y sus
agentes, en relación con los ciudadanos.
Podrá dirigirse al Defensor del Pueblo toda persona natural o jurídica que invoque un interés
legítimo, sin restricción alguna, y no podrán constituir impedimento para ello la nacionalidad,
residencia, sexo, minoría de edad, incapacidad legal del sujeto, el internamiento en un centro
penitenciario. El DP vela por los derechos del título primero, el cumplimiento del 103 y el buen
funcionamiento de la administración.
El Defensor del Pueblo registrará y acusará recibo de todas las quejas que se formulen, que tramitará
o rechazará. En este último caso lo hará en escrito motivado (rechazará las quejas anónimas y podrá
rechazar aquellas en las que se advierta mala fe, carencia de fundamento, inexistencia de pretensión).
El Defensor del Pueblo, con ocasión de sus investigaciones, podrá formular a las autoridades y
funcionarios de las Administraciones públicas advertencias, recomendaciones, recordatorios de sus
deberes legales y sugerencias para la adopción de nuevas medidas. Además, en el caso del Defensor
del Pueblo estatal, está legitimado para interponer los recursos de inconstitucionalidad y de amparo.
Como consustancial a su condición de Alto Comisionado del Parlamento el Defensor del Pueblo
debe rendir cuentas de su actividad a aquel, lo cual efectúa ordinariamente mediante la presentación
de un informe anual de su gestión.
No hay información reservada para el Defensor del Pueblo. Cuando se trate de indagar a la
Administración de Justicia, se dirigirá al Ministerio Fiscal, que lo pondrá en conocimiento del CGPJ.
El defensor del pueblo remite un requerimiento a la administración que debe contestar
obligatoriamente. De lo contrario el DP puede declarar a la Administración como Actitud Hostil y
entorpecedora. El DP lo pondrá en conocimiento de su superior jerárquico y se incluirá en el informe
anual que remite a las Cortes Generales.
Principio de reformatio in pejus o que “no se puede reformar a peor”. Cualquier queja, recurso ante
el poder público nunca puede perjudicar nuestra situación. La Administración no puede perjudicar al
ciudadano por el mero hecho de reclamar a la administración.
La Constitución Española también reconoce el Derecho de Petición en su ley 4/2001 y contempla
una serie de trámites para solicitar la información pública. En principio, el derecho de petición puede
ejercitarse de un modo individual o colectivo, si bien esta última modalidad está excluida para los
miembros de las Fuerzas o institutos armados o de los cuerpos sometidos a disciplina militar, los
cuales únicamente pueden ejercer este derecho individualmente. Las peticiones pueden versar sobre
cualquier asunto o materia comprendido en el ámbito de competencias del sujeto destinatario, con
independencia de que afecten exclusivamente al peticionario o sean de interés colectivo general.

TEMA 3. Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector


Público
La ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público trata sobre las relaciones ad
intra en la administración pública española. Son las bases del Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas. Las administraciones de las comunidades autónomas deben supeditarse a
esta ley base.
Habla del concepto de sector público: AGE, administración autonómica y local, además de la
administración institucional: organismos públicos o privados dependiente de las anteriores
administraciones y las universidades. La diferencia entre ambas es que las primeras tienen un ámbito
territorial concreto y el resto no.
¿QUÉ ES UNA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA? EL CONCEPTO DE PERSONALIDAD
JURÍDICA.
En el origen del concepto de la personalidad jurídica surge con la teoría de la Corona y, más
recientemente, con la teoría del fisco. En un principio el título de imputación lo tenía el Rey, una
persona física. Fue entonces necesario distinguir al Rey de la Corona, la titular, a la que se puede
exigir. En la teoría del fisco, encontramos, por una parte, al soberano, y por otra, a la administración,
para distinguir al Rey de la Administración.
Las administraciones se basan en el principio de división del trabajo y por ello se estructuran
jerárquicamente en órganos. Para crear un órgano/ente, había que delimitar sus competencias,
detallarla, dónde está jerárquicamente y dotarla de presupuesto. La ley 40/2015 establece que no
puede haber duplicidad de entes en la organización, se tiene que justificar que no hay otro ente que
haga lo mismo. Se pueden distinguir entre órganos unipersonales y órganos colegiados
3.1- DESCENTRALIZACIÓN Y DESCONCENTRACIÓN
1. Descentralización: se basa en una delegación de competencias o poder, al igual que en la
desconcentración. La clave para diferenciar la descentralización de la desconcentración es
que ambos suponen un traspaso de competencias, pero en la descentralización es a una
organización con personalidad jurídica distinta y en la desconcentración es un traspaso de
competencias dentro de la misma organización a otro órgano o departamento. Por tanto, la
descentralización es un traspaso de competencias de una organización a otra distinta. Ahora
bien, la organización que descentraliza siempre conserva ciertos poderes de diverso tipo
sobre el ente que ha descentralizado.
Hay dos tipos de descentralización según el tipo de organizaciones o entes menores
beneficiarios de la misma. Es decir, se clasifica en función de a favor de quien se
descentraliza:

a. Territorial: la descentralización se hace a favor de las entidades que gestionan los


intereses de la población en un territorio determinado. Es decir, se realiza a favor de
niveles de gobierno que actúan en un territorio delimitado. Por ejemplo, del nivel
central a una Comunidad Autónoma (el Estado sigue manteniendo cierta capacidad en
legislación, administración, etc.).

b. Funcional: la descentralización se produce a favor de las administraciones que


constituyen la prolongación funcional de la administración. Es decir, a favor de
organizaciones o administraciones instrumentales creadas para el desarrollo de una
función o política específica (programación funcional). Por ejemplo, de un Ministerio
a una Agencia (SEPE tiene funciones relacionadas con política activa y pasiva de
empleo como una organización autónoma pero que depende en última instancia del
Ministerio de Empleo y Seguridad Social).

2. Desconcentración: supone un traspaso de funciones o competencias de un órgano a otro


dentro de la misma organización, en el seno de una organización compleja, para que todas las
decisiones dejen de estar centradas al máximo nivel en el mismo órgano. Consiste, por tanto,
en la cesión de funciones para que se ejerzan con mayor o menor autonomía. Este traslado de
competencias desde órganos superiores a inferiores implica una mayor autonomía de
actuación para las organizaciones que reciben las funciones. Además, acerca la decisión al
entorno afectado por la decisión. Por ejemplo, una Universidad cede competencias a una
Facultad (las principales organizaciones tienen servicios desconcentrados).

3.2.- LA COMPETENCIA.
La LRJSP declara que la competencia es irrenunciable y se ejercerá precisamente por los órganos
administrativos que la tengan atribuida como propia, salvo en los casos de delegación y avocación.
Este principio de intransmisibilidad de la competencia tiene su fundamento en que la atribución de
competencia es una decisión normativa, sobre la que el ́órgano titular de la competencia carece de
facultad de disposición, salvo naturalmente en los casos previstos en el ordenamiento jurídico.
1. Delegación de competencias. La delegación de la competencia hace referencia al proceso
iniciado cuando un órgano superior, sin perder su titularidad, traspasa la competencia a un
órgano inferior o del mismo nivel jerárquico. Para que sea efectiva, el órgano titular tiene que
adoptar una instrucción en la que delga la competencia y debe ser publicado en el BOE. En
cualquier momento, el órgano superior puede revocar la delegación de la competencia.
La delegación de competencias supone trasladar el ejercicio de la competencia sin alcanzar a
su titularidad. Tampoco precisa que exista una subordinación jerárquica entre los órganos
implicados y se prohíbe la subdelegación de la competencia salvo casos autorizados por la
ley. Existen dos tipos de delegaciones.
a. Delegaciones genéricas. Se delega la competencia a cierto órgano que podrá resolver
los recursos en materia de esa competencia
b. Delegaciones específicas. No se delega la competencia al completo, sino una parte de
esta.
2. Avocación de la competencia. La avocación es el acto en virtud del cual un órgano superior
asume para sí el conocimiento de un asunto cuya resolución corresponde a un órgano
jerárquicamente inferior (no como en la delegación, que no era necesaria la relación
jerárquica). Ahora bien, al igual que la delegación, la avocación no afecta a la titularidad de
la competencia, que conserva el órgano avocado, sino únicamente al ejercicio de la misma.
Pero, a diferencia de la delegación, la avocación no tiene nunca un carácter general, sino que
solo puede afectar a un caso concreto.
3. Revocación. La revocación es la recuperación de la gestión de una competencia que,
previamente, se había delegado en otro órgano.
4. Encomienda de gestión. La ley contempla la posibilidad de que un órgano pueda
encomendar a otros órganos o Entidades de la misma o de distinta Administración la
realización de ciertas actividades de su competencia, por razones de eficacia o cuando no se
posean los medios técnicos idóneos para su desempeño.
5. Delegación de firma. Los titulares de los órganos administrativos en materia de su
competencia, bien que ostenten por atribución o por delegación, podrán delegar la firma de
sus resoluciones y actos administrativos a los titulares de los órganos o unidades
administrativas que de ellos dependan, con los mismos límites señalados en la Ley para la
delegación de competencias. La delegación de firma no altera la competencia del órgano
delegante, por tanto, los actos firmados por autorización de firma se consideran dictados, a
todos los efectos, por el órgano titular de la competencia.
6. Suplencia. Los titulares de los órganos administrativos podrán ser suplidos temporalmente en
los supuestos de vacante, ausencia o enfermedad, así como en los casos en que haya sido
declarada su abstención o recusación. Si no se designa suplente, la competencia del órgano
administrativo se ejercerá por quien designe el órgano administrativo inmediato superior de
quien dependa.
7. Declinación de la competencia. El órgano administrativo que se estime incompetente para la
resolución de un asunto remitirá directamente las actuaciones al órgano que considere
competente, debiendo notificar esta circunstancia a los interesados. Los interesados que sean
parte en el procedimiento podrán dirigirse al órgano que se encuentre conociendo de un
asunto para que decline su competencia y remita las actuaciones al órgano competente. Es
decir, la declinación de la competencia es realizada por el propio órgano o por el interesado a
través de un requerimiento de inhibición.
3.3- LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL DE LA AGE
La Administración central se compone de dos ámbitos: el político, referido a la estructura y
funcionamiento del Gobierno; y el administrativo, referido a la Administración General del Estado
(AGE). Esta última se compone de un núcleo central (formado por los departamentos ministeriales),
una administración periférica (delegados del gobierno, subdelegados del gobierno y directores
insulares) y una administración instrumental (organismos autónomos y públicos, empresas públicas
empresariales, Agencias y Fundaciones, y Sociedades Mercantiles Estatales) además de una
administración exterior compuesta por los diferentes consulados y embajadas.
La división orgánica interna del Ministerio viene establecida por la LOFAGE (Ley 6/1997, de 14 de
abril), y según la misma se compone de dos tipos de órganos:
1. Órganos Superiores: están encargados de establecer los planes al máximo de actuación de los
ministerios. Por tanto, tienen labores de planificación del programa político del Gobierno en el
Ministerio. Son el Ministro y las Secretarias de Estado, cargos ocupados por políticos.

a) Ministro: es el nexo de unión ente el Gobierno y la administración, ya que es un miembro del


Gobierno y a la vez el vértice jerárquico del Ministerio. Por tanto, tiene funciones como
miembro del gobierno y como titular del Ministerio, ya que es el máximo órgano de dirección
de este último.

b) Secretarías de Estado: pueden existir una o varias en cada Ministerio y se ocupan por un alto
cargo de confianza política. En este sentido, son nombrados por Real Decreto del Consejo de
Ministros a propuesta de un Ministro o del Propio presidente, que es lo más general (el
Presidente no tiene un puesto en la Administración).

2. Órganos Directivos: diversos cargos que se ocupan de desarrollar, ejecutar e impulsar los
objetivos y planes de actuación establecidos por los órganos superiores. Por tanto, se encargan
del impulso de dichos planes políticos. Son la Secretaría General, la Subsecretaria, la Secretaría
General Técnica, las Direcciones Generales y las Subdirecciones Generales, que en su mayoría
son ocupados por altos cargos.

a) Secretaría General: tiene rango de subsecretario y es ocupado por un cargo de confianza


política con cualificación o experiencia en el ámbito público o privado, que es nombrado por
Real decreto del Consejo de Ministros.

b) Subsecretaría: cargo ocupado por un alto funcionario elegido por libre designación
(funcionario de carrera de nivel superior), nombrado por Real Decreto del Consejo de
Ministros.

c) Secretaría General Técnica: tiene rango de director general y es ocupado por un alto
funcionario mediante libre designación, nombrado por Real Decreto del Consejo de
Ministros.

d) Directores Generales: cargo ocupado por un alto funcionario nombrado por Real Decreto del
Consejo de Ministros, salvo excepciones en las que se elegirá una persona de confianza
política por su importancia.

e) Subdirecciones Generales: cargo ocupado por un alto funcionario elegido por libre
designación y nombrado por el Ministro o el Secretario de Estado.
TEMA 4. Modalidades de las actividades administrativas y su marco
regulatorio.

La Administración pública no solo se relaciona con los ciudadanos, sino que controla múltiples
sectores de la vida económica: transportes, urbanismo, enseñanza, sanidad, educación, etc.
El concepto de regulación y ordenación es el conjunto de potestades y técnicas administrativas que
tiene la administración pública a la hora de intervenir en los distintos sectores de la actividad
económica y pública. Regulación y ordenación no son términos sinónimos, aunque lo parezcan.
El concepto de regulación hace referencia al control de los sectores económicos reservados, es decir,
cuando hablamos de potestades administrativas hablamos de que la administración es una potentia
persona porque sirve con objetividad al interés público. Por ello está dotada de una serie de
potestades administrativas para garantizar el cumplimiento del interés público a través de leyes,
reglamentos y actos, normalmente potestades normativas, que regulan la actividad pública. Por
ejemplo, tiene potestad expropiatoria, capacidad de acción reivindicatoria (puede ser expulsado
alguien que ocupe un bien comunitario), compulsión sobre las personas, etc.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA (Clasificación de Jordana).
1. En la primera época la actividad administrativa es, fundamentalmente, actividad policial,
entendiendo como tal un concepto amplio de orden público, que evoca tanto la seguridad
ciudadana en sentido estricto, como el conjunto de ordenaciones y medidas que condicionan las
actividades de la ciudadanía, sometiéndose a requisitos y títulos habilitantes (como
autorizaciones y licencias), y controlando su desempeño para verificar el cumplimiento de la
legalidad vigente. Se va desarrollando fundamentalmente en el siglo XVIII.
2. Desde este punto, se pasa a la actividad de fomento. El fomento haría referencia a las actividades
del poder público que se dirigen a fomentar aquellas labores privadas que puedan resultar
beneficiosas para el bien común a través, fundamentalmente, de subvenciones, premios,
exenciones fiscales, etc.
3. De la actividad de fomento, con la C. de Weimar, pasamos a la actividad del Servicio Público.
La actividad de servicio público aludirá a actividades prestacionales directamente ofrecidas por la
Administración, en particular mediante su reserva al sector público y su explotación en régimen
de monopolio, que ha evolucionado hasta la actualidad en el Estado del Bienestar. Con el TUE,
se introduce la “Economía Social” con el concepto de Sectores Regulados, permitiendo siempre
la libre competencia entre las diferentes empresas (Telefónica, Iberdrola, etc.). Ahora, estos
sectores aparecen regulados por normativas comunitarias, estatales y locales. Consistentes en
potestades y técnicas administrativas.
ÁMBITO SOCIO-ECONÓMICO DE LA CONSTITUCIÓN. (Título VII: Economía y
Hacienda).
La Constitución reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia, aunque supedita su
función a la función social (art. 128). Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía
de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la
productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía general y, en su caso, de la
planificación económica que marca el estado (art. 38).
Patrimonio de la Administración. El régimen legal de los bienes públicos se ha bifurcado
tradicionalmente en dos categorías: bienes de dominio público (demaniales) y bienes de dominio
privado de la Administración (patrimoniales):
1. Son bienes y derechos de dominio público los que, siendo de titularidad pública, se
encuentren afectados al uso general o al servicio público, así como aquellos a los que una ley
otorgue expresamente el carácter de demaniales. Los bienes de dominio público están afectos
a un uso o servicio público al tener un uso común por todos los ciudadanos. Nos referimos a
las playas, las calles, las aguas, los puentes, las fuentes, etc. Son de uso general para todos los
ciudadanos. Son inembargables, imprescriptibles, aunque puedan ser desafectados (es decir,
no considerarse ya de dominio público al caer en desuso).
2. Son bienes y derechos de dominio privado o patrimoniales los que, siendo de titularidad
de las Administraciones públicas, no tengan el carácter de demaniales. Dentro de esta
categoría residual se halla una gran variedad de bienes, como los derechos de arrendamiento,
los valores y títulos representativos de acciones y participaciones en el capital de sociedades
mercantiles o de obligaciones emitidas por éstas, o los derechos de propiedad incorporal. No
obstante, la LBRL añade que son bienes patrimoniales o de propios los que siendo propiedad
de la Entidad local no estén destinados a uso público ni afectados a algún servicio público y
puedan constituir fuentes de ingresos para el erario de la Entidad.
3. Bienes comunales. Son bienes que fueron de la titularidad del común de los vecinos y
destinados a su aprovechamiento por la comunidad vecinal, pero que a partir de la legislación
desamortizadora del siglo XIX se cuestionó su naturaleza demanial o privativa con la
finalidad de incluirlos en el tráfico jurídico. La ley declara que tienen la consideración de
comunales aquellos bienes que siendo de dominio público, su aprovechamiento corresponde
al común de los vecinos. Nos referimos a los aprovechamientos forestales de los montes
vecinales, por ejemplo.

TEMA 5. Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la


seguridad ciudadana. “Ley Mordaza”
La seguridad ciudadana tiene como principal misión la protección de bienes y personas y el
mantenimiento de la tranquilidad ciudadana. Las fuerzas del orden sólo tienen potestad para
intervenir si estos dos conceptos se ven en peligro.
La actividad punitiva del estado, la capacidad e interponer penas a los ciudadanos se manifiesta con
la actividad penal (PODER JUDICIAL, JURISPRUDENCIA PENAL), pero también puede imponer
sanciones (A TRAVÉS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA).
Los principios que rigen esta actividad punitiva del estado se manifiestan en la actividad penal y la
actividad sancionadora de las administraciones. Las sanciones o condenas deben ser legales
(positivizadas en la ley), tipificación, prescripción y responsabilidad (dolo). La actividad punitiva del
estado se rige por estos principios que influyen en el ámbito penal y administrativa.
En todo el ámbito sancionador y penal siempre hay un binomio: seguridad vs. Libertad. La seguridad
ciudadana es un valor a proteger que hace referencia a dos conceptos:
1. Protección de personas y bienes
2. Tranquilidad ciudadana.
Al imponer la sanción o condena se deben llevar a cabo tres juicios: Juicio de idoneidad (es necesaria
la medida), de necesidad (es la medida más adecuada) y juicio de proporcionalidad.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD. Uno de los principios que cobran mayor influencia en la
ordenación de actividades es el de proporcionalidad, además, claro está, del principio de legalidad.
Condiciona la actividad administrativa al determinar que, si existen diferentes alternativas para
alcanzar los mismos fines, se debe optar por la menos restrictiva de derechos. La ley establece que el
principio de proporcionalidad está compuesto de tres juicios diferentes:
1. Juicio de idoneidad de la limitación (para la consecución del objetivo propuesto). Es decir,
analizar si la medida es susceptible de lograr el objetivo propuesto.
2. Juicio de necesidad (entendido como inexistencia de otra medida menos intensa para la
consecución del mismo fin). Es decir, si no existe otra medida más moderada para la
consecución del mismo propósito con igual eficacia.
3. y Juicio de proporcionalidad en sentido estricto (por derivarse de ella un beneficio para el
interés público que justifica un cierto sacrificio del ejercicio del derecho). Es decir, si la
medida es ponderada o equilibrada, desviándose de ella más beneficios o ventajas para el
interés general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto.
PRINCIPIOS DE LA POTESTAD SANCIONADORA
1. Principio de legalidad. NO puede sancionarse o condenarse a un ciudadano si no está
amparado por el principio de legalidad, es decir, que la pena o sanción no tiene cobertura en
una ley.
2. Principio de irretroactividad. La ley nunca se puede aplicar de forma retroactiva. La
Constitución garantiza la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o
restrictivas de derechos individuales.
3. Principio de tipicidad. La conducta a sancionar o penar debe estar perfectamente tipificada
por la ley.
4. Principio de responsabilidad. Sólo podrán ser sancionadas por hechos constitutivos de
infracción administrativa las personas físicas y jurídicas, así como, cuando una Ley les
reconozca capacidad de obrar, los grupos de afectados, las uniones y entidades sin
personalidad jurídica y los patrimonios independientes o autónomos, que resulten
responsables de los mismos a título de dolo o culpa.
5. Principio de prescripción (seguridad jurídica).
Principio de concurrencia de sanciones. Non bis in idem. Por un mismo hecho no me pueden
sancionar más de una vez o por varias normas

TEMA 6. El fomento: Ley 38/2003, de 17 de noviembre,


General de Subvenciones
Una subvención es una atribución patrimonial a fondo perdido, normalmente una suma dineraria, que
una Administración pública realiza en favor de otra o en beneficio de los particulares, concedida para
la ejecución por el sujeto beneficiario para que realice una actividad que le es propia y representa un
interés general y público.
Para el acceso a una subvención, existen dos tipos de bases para ello:
1. Principios de un criterio de concurrencia competitiva. La Ley establece que este es el
procedimiento ordinario de concesión de subvenciones. La concesión de las subvenciones se
realiza mediante la comparación de las solicitudes presentadas, a fin de establecer una
prelación entre las mismas de acuerdo con los criterios de valoración previamente fijados en
las bases reguladoras y en la convocatoria, y adjudicar, con el límite fijado en la convocatoria
dentro del crédito disponible, aquellas que hayan obtenido mayor valoración en aplicación de
los citados criterios.
2. Por adjudicación directa y nominal. No obstante, se admite la concesión directa de
subvenciones en determinados supuestos: las previstas nominativamente en los Presupuestos
Generales de la Administración Correspondiente, aquellas cuyo pago venga impuesto
directamente por una norma con rango de ley (por ejemplo, decretos-leyes en casos de
catástrofe), y, con carácter excepcional, cuando se acrediten razones de interés público,
social, económico o humanitario, u otras debidamente justificadas, que dificulten su
convocatoria pública.
TRAMITACIÓN.
Para la concesión de una subvención, todas las Administraciones públicas han de aprobar un Plan
Estratégico de Subvenciones, en el que concreten los objetivos y efectos que se pretenden con su
aplicación. También se exige que antes de procederse al otorgamiento de la subvención se aprueben
las normas que establezcan sus bases reguladoras, que habrán de publicarse en el boletín oficial
correspondiente.
A partir de este momento, la Administración ya puede comenzar el proceso de concesión de
subvenciones, siempre de oficio, mediante una convocatoria aprobada por el órgano competente. En
la convocatoria se refleja la cuantía total de la subvención, los plazos, los requisitos y los
documentos para acreditarlos.
Una vez efectuada la convocatoria, los interesados formalizarán sus solicitudes, que podrán ser
objeto de una preevaluación dirigida a verificar el cumplimiento de los requisitos. La evaluación ha
de llevarse a cabo por un órgano colegiado que emite un informe y lo traslada al órgano instructor
del procedimiento. Éste elabora una propuesta de resolución provisional, que notificará a los
interesados para que formulen alegaciones. Tras la consideración de las alegaciones el órgano
instructor elabora una propuesta de resolución definitiva, que notifica a su vez a los beneficiarios
para recabar su aceptación. Una vez aceptada la subvención, el órgano competente resolverá el
procedimiento de manera motivada.
El plazo máximo de resolución y notificación del procedimiento es de seis meses, y el efecto de la
resolución presunta, desestimatorio.
PROCEDIMIENTO DE CONCESIÓN DE SUBVENCIONES
FASE TRÁMITES
Aprobación de plan estratégico de subvenciones por la
correspondiente Administración
Aprobación de la asignación presupuestaria

REQUISITOS PREVIOS Mediante norma reglamentaria:


vigencia indefinida
Aprobación de bases
reguladoras Mediante acto administrativo
general (convocatoria):
vigencia temporal
Convocatoria aprobada por el órgano competente
INICIACIÓN
Solicitud de concesión por parte de los interesados
Petición de informes: pueden ser preceptivos o potestativos, y
vinculantes o no, según lo dispuesto en las bases reguladoras
Preevaluación de solicitudes (potestativa): verificación de que el
solicitante reúne los requisitos de la convocatoria
Evaluación de solicitudes: habrá de realizarse necesariamente
por un órgano colegiado, que emite un informe y lo traslada al
órgano instructor
INSTRUCCIÓN
Elaboración de una propuesta de resolución provisional por parte
del órgano instructor
Notificación de la propuesta a los solicitantes y concesión de un
plazo de 10 días para alegaciones
Propuesta de resolución definitiva
Notificación a los beneficiarios y reconocimiento de un plazo
para que comuniquen su aceptación
TERMINACIÓN Resolución definitiva
Notificación de la resolución definitiva

CUMPLIMIENTO Y REINTEGRO DE LA SUBVENCIÓN.


La principal obligación del beneficiario es realizar la actividad o adoptar el comportamiento que
fundamentó el otorgamiento de la subvención, a cuyo efecto la ley articula una serie de obligaciones
accesorias, como son la acreditación de la realización de la actividad o la adopción del
comportamiento, o el deber de comunicar a la Administración la obtención de subvenciones o ayudas
para la misma finalidad.
Si ello no se cumpliere, el órgano concedente procederá a la revisión de oficio, o en su caso, a la
declaración de lesividad y ulterior impugnación, que conlleva la devolución de la subvención.
Asimismo, también procederá el reintegro de las cantidades percibidas y la exigencia del interés de
demora si se cumplieran una serie de requisitos. El plazo máximo para resolver y notificar la
resolución del procedimiento de reintegro será de 12 meses desde la fecha del acuerdo de iniciación.
Dicho plazo podrá suspenderse y ampliarse.
El reintegro de la subvención agrupa a un conjunto muy heterogéneo de causas, por lo que no puede
calificarse técnicamente como un efecto de la subvención. En particular, es preciso distinguir dos
regímenes diferenciados:
● Los supuestos de reintegro articulados mediante procedimientos de revisión de oficio: cuando
se ha obtenido la subvención falseando los requisitos, o contraviniendo los límites del
Derecho comunitario
● Los supuestos de reintegro de subvenciones válidas, obligándose al beneficiario a devolver la
subvención cuando no ha podido destinarla al fin para el que se le otorgó, cuando no ha
cumplido los deberes de justificación, cuando ha incumplido obligaciones específicas
impuestas a la concreta subvención concedida, etc.
(Ver más en la ley)

TEMA 7. Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos


del Sector Público
Las Administraciones Públicas, para poder llevar a cabo las tareas encomendadas por la sociedad, en
multitud de casos tiene que recurrir a la contratación de obras o servicios con empresas o
particulares. Ejemplos de esto se pueden poner muchos: la Administración repara y construye las
carreteras mediante contratos de obras con empresas privadas; el servicio de recogida de basuras, la
limpieza de las playas, etc., que la sociedad encomienda a las diferentes Administraciones, deben ser
realizados por éstas mediante la contratación con empresas de servicios. De todo esto se desprende
que las obras, los servicios, los suministros, etc., que deben desarrollar las Administraciones
Públicas, los realizan mediante la contratación de estos en relaciones jurídicas con empresas
privadas.
ÁMBITO SUBJETIVO. La ley se aplicará a:
1. Administraciones públicas. Administraciones generales estatales, autonómicas y locales, así
como las entidades de derecho público vinculadas a una o varias Administraciones Públicas o
dependientes de las mismas. Se les aplica la Ley de forma plena con una salvedad.
2. Poderes adjudicadores. Son las Administraciones Públicas y los organismos , entes o
entidades que cumplan los tres requisitos siguientes
a. Que tengan personalidad jurídica propia
b. Que hayan sido creados específicamente para satisfacer necesidades de interés general
que no tengan carácter industrial o mercantil
c. Que uno o varios sujetos que deban considerarse poder adjudicador financien
mayoritariamente su actividad, controlen su gestión o nombren a más de la mitad de
los miembros de su órgano de administración.
De forma novedosa, la ley considera también que son sector público partidos políticos,
sindicatos y asociaciones de empresarios. Se deberán regir por la presente ley salvo para
aquellos contratos relativos a la propaganda electoral.
En la UE existe el concepto de sector público, donde se enmarca un concepto común: los
poderes adjudicadores. Cuando el legislador español plantea la trasposición de las directivas
de la unión a la ley española se encuentran con este concepto desconocido en nuestro país. En
España, distinguimos tres entidades: las administraciones públicas, los poderes adjudicadores
y el resto del sector público.
● Poder adjudicador. Cualquier entidad financiada mayoritariamente por un ente del sector
público o porque sus órganos de control están controlados por el sector público. También
son poderes adjudicadores aquellas entidades de interés público.
3. Sector público. Son los poderes adjudicadores, son otras entidades que conforman el sector
público, como son las sociedades mercantiles y fundaciones en cuyo capital social la
participación de entidades públicas sea superior al 50%. Solo se verán sometidos a los
principios de publicidad, concurrencia, transparencia, confidencialidad, igualdad y no
discriminación.

FASES DEL CONTRATO. Todo contrato tiene cuatro fases: preparación, adjudicación, efectos y
extinción. Normalmente, a la fase de efectos y extinción se le puede llamar los efectos separables.
1. Fase de preparación. Hay tres documentos esenciales:
a. Pliego de cláusulas administrativas particulares. Se denomina la policitatio publica, es
decir, es ese documento que contempla el conjunto de derechos y obligaciones de las
partes que se tendrán cuando se firme el contrato. Es el precio del contrato, el objeto
del contrato y las obligaciones de las partes. Por ejemplo, si pretendemos construir un
polideportivo, este pliego dirá que el Ayto. es el contratante, el precio, cuando se
extinguirá el contrato, etc. Además, también va a decidir cómo se va a decidir cómo
se va a contratar la futura oferta más ventajosa, es decir, la mejor, basándose en
criterios cuantitativo (como el dinero) y cualitativos (medioambientales,
discriminación positiva, etc).
b. Pliego de prescripciones técnicas. Va más allá, marca las condiciones técnicas del
contrato. Por ejemplo, en el contrato de construcción dirá lo que tiene que medir tal y
cual parte, en resumen, las cuestiones técnicas.
c. Certificado de consignación presupuestaria (o existencia de crédito). Es decir, la
certificación de que el dinero con que se va a pagar tiene consignación presupuestaria,
es decir, que se ha elaborado un presupuesto proveyéndoles.
Cuando se aprueba todo ello se aprueba el inicio del expediente de la contratación.
2. Adjudicación. Después, se someterá a exposición pública por un periodo de 26 días (aunque
varían) en el EUR-Lex, BOE, BO(CC.AA.) o Boletín de la Provincia. Cuando se cierra el
periodo de presentación de ofertas, una mesa se reúne y se valoran las ofertas. Es decir, es
como un tribunal que decide cuál es la mejor oferta. La mesa de adjudicación decide cuál es
la mejor oferta. A partir de ahí, se firma el contrato administrativo y la empresa tiene que
depositar una fianza definitiva (de hasta el 10% del contrato). A partir de ahí empiezan los
efectos del contrato.
A partir de ahora vienen los EFECTOS SEPARABLES
3. Efectos. Es decir, ejecutar lo que se dispone en el contrato.
4. Extinción, cuando se ejecuta la obra, cuando se entra en concurso de acreedores o cuando
muere el contratista.
Todos los contratos que celebren las administraciones públicas, sea cual sea su cuantía, son contratos
administrativos. Sin embargo, cualquier contrato que celebre un poder adjudicador o el resto del
sector público son contratos privados, en los que solo la preparación y la adjudicación se rigen por
esta ley, pero no los efectos separables.
Es decir, los contratos de las administraciones públicas se rigen completamente y sin distinción por
normativa contencioso-administrativa. Aquellos contratos realizados por organismos, mientras que el
resto solo se rigen por la normativa contencioso-administrativa en las fases de preparación y
adjudicación.
En la UE existen los contratos SARA, los contratos Sujetos A Regulación Armonizada. Todo
adjudicador que celebre un contrato a partir de cierta cantidad fijada comunitariamente está sujeto a
la regulación de la SARA.
Cualquier contrato nominado de las administraciones públicas que supere 5.150.000€ es S.A.R.A.
Un contrato de suministro de servicio que supera 125 mil euros, es S.A.R.A. Sin embargo, en
España, todos los contratos de cualquier administración pública son S.A.R.A. En cambio, los poderes
adjudicadores y el resto del sector público sólo serán S.A.R.A. a partir de los umbrales arriba
expuestos.

FASE TRÁMITE
Preparación Memoria justificativa de la necesidad del contrato
Certificación de la disponibilidad del gasto
Pliego de cláusulas administrativas generales y particulares
Pliego de prescripciones técnicas
Adjudicación Licitación Anuncios previos y de convocatoria del contrato
Presentación de ofertas (plicas)
Selección del Apertura de las plicas
contratista
Valoración de las ofertas
Propuesta de adjudicación por la mesa de contratación
Adjudicación definitiva
Formalización Redacción del contrato en un documento y suscripción de este

TIPOS DE CONTRATOS
1. Nominados. Son aquellos que están reflejados en la ley, están positivizados en la ley
a. Contrato de obra. Cuando en el pliego de cláusulas administrativas se define un bien
material inmovilizado. Se paga de la siguiente manera:
i. o por certificaciones de obra (el adjudicatario va certificando mensualmente la
obra realizando y la administración paga según esas certificaciones mensuales)
ii. o según el sistema alemán (es decir, se paga todo al final de la obra).
b. Contrato de concesión de obra. Tiene por objeto hacer una obra, pero el sistema de
pago no va solo a través de certificaciones, sino que se le permite al concesionario que
explote el dominio público (lo de que una autopista ponga una gasolinera) o cánones
(peajes). Por ejemplo, las autopistas. Es mandatorio que se debe tener el equilibrio
económico-financiero.
c. Suministro. Para bienes muebles: programas informáticos, muebles, sillas, coches,
etc.
d. Concesión de servicio. Se trata de una prestación de servicio que es competencia de
administración: servicio alcantarillado, transporte, recogida de basuras, etc. El pago se
efectúa a través de certificaciones mensuales.
e. Contrato de concesión de servicio. La administración, a través de un adjudicatario,
presta un servicio público, por ejemplo, el Hospital Puerta del Hierro.
2. Especiales. No vienen nombrados en la ley porque están dentro del giro trágico de la
administración, porque satisfacen una necesidad pública o porque lo establece la ley.
El giro trágico de la administración
3. Mixtos. Lleva consigo varios contratos, por ejemplo, se une un contrato de obras y un
contrato de servicios.
Dentro de los tipos de contratos que pueden celebrarse están los contratos administrativos y los
contratos privados.
● Todos los contratos de las administraciones públicas son administrativos, excepto:
o Contratos financieros
o Contratos de adquisición de revistas
o Contratos de adquisición de espectáculos
● Los poderes adjudicadores y el resto del sector público siempre celebran contratos privados.
Sin embargo, las fases de preparación y adjudicación del contrato se rigen por esta ley, pero
no las fases de ejecución y extinción del contrato.
Preparación Adjudicación Efectos Extinción

Obra 1. Tiene que tener concesión 1.Exposición pública. 1. Firma del 1. Acto de
presupuestaria contrato recepción definitiva
2. Mesa de contratación por cumplimiento
2. Análisis de mercado adjudica a una empresa 2. Ejecución del del contrato o
(Necesidades de la AA.PP.). Se x. Está formada por contrato. cualesquiera otras
someterá a la consideración del técnicos jurídicos, que causas (muerte,
resto de entidades que puedan valoran unas plicas. concurso de
estar interesadas. Se tantea el acreedores).
mercado. Poner un precio, las 3. El adjudicatario
condiciones técnicas de la obra, presenta una fianza
etc. definitiva, que es el 5%
del precio de
3. En base al punto 2, elaborará el adjudicación. Además,
pliego de bases administrativas se puede establecer una
particulares. fianza complementaria
al 10% cuando la
4. Pliego de prescripciones propuesta presentada
técnicas de la obra. pueda ser
Concesión Es prácticamente igual. Habría anormalmente baja.
de obras que introducir otro documento
que estableciera las relaciones
entre adjudicador y usuarios.

Concesión No hay pliego de prescripciones


de técnicas, pero sí lo demás
servicios

suministro Puede que haya pliego de


s prescripciones
PROCEDIMIENTO. Todo el Sector Público debe tener publicada en el portal de transparencia el
perfil del contratante, para que cualquier posible adjudicatario explique cuál es su perfil.
El pliego de cláusulas administrativas particulares es aquel documento en el que se establece el
objeto del contrato, define la cuantía económica y la forma de pago, el derecho del adjudicatario y
las obligaciones de la administración, se establece el sistema de licitación. Todo pliego de cláusulas
administrativas tiene que tener dos criterios cualitativos.
La mejor oferta calidad-precio significa que siempre tiene que haber un criterio cuantitativo y
criterios cualitativos. Los criterios cualitativos son criterios medioambientales, sociales o de
innovación.
La ley establece los siguientes criterios de licitación a la hora de presentarse a una adjudicación.
● Procedimiento abierto. Cualquiera se puede presentar.
● Procedimiento restringido. Se exige un mínimo de requisitos para presentarse.
● Procedimiento negociado. Se adjudica directamente a una empresa entre otras, como mínimo
tres posibles adjudicadores.
● Procedimiento de diálogo competitivo. El sector público invita a las empresas que reúnen
determinadas condiciones, dialoga con ellas y hace un pliego de adjudicación dependiendo de
los resultados de la reunión
● Procedimiento de asociación para la innovación. Es para productos o servicios que no
existen. Se invita a una serie de profesionales cualificados para ellos. Entonces, el sector
público se asocia con el adjudicador para el desarrollo de algo que no está en el mercado. Se
sabe lo que se quiere, pero se sabe que actualmente no existen.
CONTRATOS MENORES. Cualquier contrato de obra inferior a 40 mil euros o de servicio o
suministro inferior a 15 mil euros es un contrato menor. Se salta la legislación de contratos y puede
adjudicarse a cualquier persona. Solo exige una propuesta de gasto y factura que presenta el que se
presenta al contrato menor.

TEMA 8. Conceptos generales de empleo público


Todo está en la ley 5/2015, de 30 de octubre, del Estatuto Básico del Empleo Público.
El Estado tiene competencia en materia de legislación básica y las autonomías profundizan.
Debemos relacionarlo con los artículos 103 y 149.1.18. La administración no debe obediencia ni
sumisión al órgano político, solo se debe a la Ley.
Todo acceso a la función pública se hará bajo los principios de igualdad, mérito, capacidad y
publicidad.
Al servicio de las administraciones públicas están los empleados públicos. Dentro de lo que es el
empleado público distinguimos personal funcionario, laboral y personal de alta dirección.
1. Personal funcionario. Es aquel empleado público que es retribuido a través de los
presupuestos y que ocupa un puesto funcionarial. Tiene una remuneración permanente.
a. De carrera. Son funcionarios de carrera quienes, en virtud de nombramiento legal,
están vinculados a una Administración Pública por una relación estatutaria regulada
por el Derecho Administrativo para el desempeño de servicios profesionales
retribuidos de carácter permanente.
b. Interino. Por vacante, se ocupa temporalmente el puesto de un funcionario de carrera.
c. Eventual de confianza. Nombrado por la autoridad política y cesa cuando cesa la
autoridad política o cuando se pierde la confianza en él. Solo pueden prestar servicios
de asesoramiento especial.
2. Personal laboral. Nunca pueden ejercer labores de autoridad. Se rigen por la legislación
laboral, pero también por una parte del EBEP.
a. Fijo. Similar al funcionario de carrera, pues tiene perpetuidad en el puesto.
b. Temporal.
c. Indefinido. Son aquellos laborales que trabajan para las administraciones
irregularmente pero que han estado en su puesto más de tres años como temporales.
Es decir, no se puede estar de temporal más de tres años. Si pasas de tres años te
conviertes en indefinido. No te pueden echar hasta que se convoque una nueva plaza.
3. Personal de alta dirección. Es nuevo. Responden por objetivos. Exigen alta cualificación y
la evaluación por objetivos.

SISTEMAS DE ACCESO
1. Concurso. Consiste en la comprobación y calificación de los méritos de los aspirantes y en el
establecimiento del orden de prelación de estos. Por tanto, la noción del concurso gira en
torno al concepto de méritos, en el sentido de que el concurso es el procedimiento selectivo
que tiene por objeto evaluar, de un modo competitivo, las circunstancias de mérito
acreditadas por los aspirantes.
2. Oposición. Se trata de un conjunto de pruebas de diversa índole (de conocimientos, aptitudes,
de habilidades o destrezas) que tiene por objeto evaluar, de un modo actual y competitivo, las
condiciones de aptitud de los aspirantes.
3. Concurso-oposición. Consiste en la sucesiva celebración de los dos sistemas anteriores, de
modo que hay una fase de concurso y otra fase de oposición, aplicándose a cada una de ellas
las características propias de la oposición y del concurso como sistemas autónomos.
Son empleados públicos quienes desempeñan funciones retribuidas en las Administraciones Públicas
al servicio de los intereses generales.

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