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3.2.- LA COMPETENCIA.
La LRJSP declara que la competencia es irrenunciable y se ejercerá precisamente por los órganos
administrativos que la tengan atribuida como propia, salvo en los casos de delegación y avocación.
Este principio de intransmisibilidad de la competencia tiene su fundamento en que la atribución de
competencia es una decisión normativa, sobre la que el ́órgano titular de la competencia carece de
facultad de disposición, salvo naturalmente en los casos previstos en el ordenamiento jurídico.
1. Delegación de competencias. La delegación de la competencia hace referencia al proceso
iniciado cuando un órgano superior, sin perder su titularidad, traspasa la competencia a un
órgano inferior o del mismo nivel jerárquico. Para que sea efectiva, el órgano titular tiene que
adoptar una instrucción en la que delga la competencia y debe ser publicado en el BOE. En
cualquier momento, el órgano superior puede revocar la delegación de la competencia.
La delegación de competencias supone trasladar el ejercicio de la competencia sin alcanzar a
su titularidad. Tampoco precisa que exista una subordinación jerárquica entre los órganos
implicados y se prohíbe la subdelegación de la competencia salvo casos autorizados por la
ley. Existen dos tipos de delegaciones.
a. Delegaciones genéricas. Se delega la competencia a cierto órgano que podrá resolver
los recursos en materia de esa competencia
b. Delegaciones específicas. No se delega la competencia al completo, sino una parte de
esta.
2. Avocación de la competencia. La avocación es el acto en virtud del cual un órgano superior
asume para sí el conocimiento de un asunto cuya resolución corresponde a un órgano
jerárquicamente inferior (no como en la delegación, que no era necesaria la relación
jerárquica). Ahora bien, al igual que la delegación, la avocación no afecta a la titularidad de
la competencia, que conserva el órgano avocado, sino únicamente al ejercicio de la misma.
Pero, a diferencia de la delegación, la avocación no tiene nunca un carácter general, sino que
solo puede afectar a un caso concreto.
3. Revocación. La revocación es la recuperación de la gestión de una competencia que,
previamente, se había delegado en otro órgano.
4. Encomienda de gestión. La ley contempla la posibilidad de que un órgano pueda
encomendar a otros órganos o Entidades de la misma o de distinta Administración la
realización de ciertas actividades de su competencia, por razones de eficacia o cuando no se
posean los medios técnicos idóneos para su desempeño.
5. Delegación de firma. Los titulares de los órganos administrativos en materia de su
competencia, bien que ostenten por atribución o por delegación, podrán delegar la firma de
sus resoluciones y actos administrativos a los titulares de los órganos o unidades
administrativas que de ellos dependan, con los mismos límites señalados en la Ley para la
delegación de competencias. La delegación de firma no altera la competencia del órgano
delegante, por tanto, los actos firmados por autorización de firma se consideran dictados, a
todos los efectos, por el órgano titular de la competencia.
6. Suplencia. Los titulares de los órganos administrativos podrán ser suplidos temporalmente en
los supuestos de vacante, ausencia o enfermedad, así como en los casos en que haya sido
declarada su abstención o recusación. Si no se designa suplente, la competencia del órgano
administrativo se ejercerá por quien designe el órgano administrativo inmediato superior de
quien dependa.
7. Declinación de la competencia. El órgano administrativo que se estime incompetente para la
resolución de un asunto remitirá directamente las actuaciones al órgano que considere
competente, debiendo notificar esta circunstancia a los interesados. Los interesados que sean
parte en el procedimiento podrán dirigirse al órgano que se encuentre conociendo de un
asunto para que decline su competencia y remita las actuaciones al órgano competente. Es
decir, la declinación de la competencia es realizada por el propio órgano o por el interesado a
través de un requerimiento de inhibición.
3.3- LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL DE LA AGE
La Administración central se compone de dos ámbitos: el político, referido a la estructura y
funcionamiento del Gobierno; y el administrativo, referido a la Administración General del Estado
(AGE). Esta última se compone de un núcleo central (formado por los departamentos ministeriales),
una administración periférica (delegados del gobierno, subdelegados del gobierno y directores
insulares) y una administración instrumental (organismos autónomos y públicos, empresas públicas
empresariales, Agencias y Fundaciones, y Sociedades Mercantiles Estatales) además de una
administración exterior compuesta por los diferentes consulados y embajadas.
La división orgánica interna del Ministerio viene establecida por la LOFAGE (Ley 6/1997, de 14 de
abril), y según la misma se compone de dos tipos de órganos:
1. Órganos Superiores: están encargados de establecer los planes al máximo de actuación de los
ministerios. Por tanto, tienen labores de planificación del programa político del Gobierno en el
Ministerio. Son el Ministro y las Secretarias de Estado, cargos ocupados por políticos.
b) Secretarías de Estado: pueden existir una o varias en cada Ministerio y se ocupan por un alto
cargo de confianza política. En este sentido, son nombrados por Real Decreto del Consejo de
Ministros a propuesta de un Ministro o del Propio presidente, que es lo más general (el
Presidente no tiene un puesto en la Administración).
2. Órganos Directivos: diversos cargos que se ocupan de desarrollar, ejecutar e impulsar los
objetivos y planes de actuación establecidos por los órganos superiores. Por tanto, se encargan
del impulso de dichos planes políticos. Son la Secretaría General, la Subsecretaria, la Secretaría
General Técnica, las Direcciones Generales y las Subdirecciones Generales, que en su mayoría
son ocupados por altos cargos.
b) Subsecretaría: cargo ocupado por un alto funcionario elegido por libre designación
(funcionario de carrera de nivel superior), nombrado por Real Decreto del Consejo de
Ministros.
c) Secretaría General Técnica: tiene rango de director general y es ocupado por un alto
funcionario mediante libre designación, nombrado por Real Decreto del Consejo de
Ministros.
d) Directores Generales: cargo ocupado por un alto funcionario nombrado por Real Decreto del
Consejo de Ministros, salvo excepciones en las que se elegirá una persona de confianza
política por su importancia.
e) Subdirecciones Generales: cargo ocupado por un alto funcionario elegido por libre
designación y nombrado por el Ministro o el Secretario de Estado.
TEMA 4. Modalidades de las actividades administrativas y su marco
regulatorio.
La Administración pública no solo se relaciona con los ciudadanos, sino que controla múltiples
sectores de la vida económica: transportes, urbanismo, enseñanza, sanidad, educación, etc.
El concepto de regulación y ordenación es el conjunto de potestades y técnicas administrativas que
tiene la administración pública a la hora de intervenir en los distintos sectores de la actividad
económica y pública. Regulación y ordenación no son términos sinónimos, aunque lo parezcan.
El concepto de regulación hace referencia al control de los sectores económicos reservados, es decir,
cuando hablamos de potestades administrativas hablamos de que la administración es una potentia
persona porque sirve con objetividad al interés público. Por ello está dotada de una serie de
potestades administrativas para garantizar el cumplimiento del interés público a través de leyes,
reglamentos y actos, normalmente potestades normativas, que regulan la actividad pública. Por
ejemplo, tiene potestad expropiatoria, capacidad de acción reivindicatoria (puede ser expulsado
alguien que ocupe un bien comunitario), compulsión sobre las personas, etc.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA (Clasificación de Jordana).
1. En la primera época la actividad administrativa es, fundamentalmente, actividad policial,
entendiendo como tal un concepto amplio de orden público, que evoca tanto la seguridad
ciudadana en sentido estricto, como el conjunto de ordenaciones y medidas que condicionan las
actividades de la ciudadanía, sometiéndose a requisitos y títulos habilitantes (como
autorizaciones y licencias), y controlando su desempeño para verificar el cumplimiento de la
legalidad vigente. Se va desarrollando fundamentalmente en el siglo XVIII.
2. Desde este punto, se pasa a la actividad de fomento. El fomento haría referencia a las actividades
del poder público que se dirigen a fomentar aquellas labores privadas que puedan resultar
beneficiosas para el bien común a través, fundamentalmente, de subvenciones, premios,
exenciones fiscales, etc.
3. De la actividad de fomento, con la C. de Weimar, pasamos a la actividad del Servicio Público.
La actividad de servicio público aludirá a actividades prestacionales directamente ofrecidas por la
Administración, en particular mediante su reserva al sector público y su explotación en régimen
de monopolio, que ha evolucionado hasta la actualidad en el Estado del Bienestar. Con el TUE,
se introduce la “Economía Social” con el concepto de Sectores Regulados, permitiendo siempre
la libre competencia entre las diferentes empresas (Telefónica, Iberdrola, etc.). Ahora, estos
sectores aparecen regulados por normativas comunitarias, estatales y locales. Consistentes en
potestades y técnicas administrativas.
ÁMBITO SOCIO-ECONÓMICO DE LA CONSTITUCIÓN. (Título VII: Economía y
Hacienda).
La Constitución reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia, aunque supedita su
función a la función social (art. 128). Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía
de mercado. Los poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la
productividad, de acuerdo con las exigencias de la economía general y, en su caso, de la
planificación económica que marca el estado (art. 38).
Patrimonio de la Administración. El régimen legal de los bienes públicos se ha bifurcado
tradicionalmente en dos categorías: bienes de dominio público (demaniales) y bienes de dominio
privado de la Administración (patrimoniales):
1. Son bienes y derechos de dominio público los que, siendo de titularidad pública, se
encuentren afectados al uso general o al servicio público, así como aquellos a los que una ley
otorgue expresamente el carácter de demaniales. Los bienes de dominio público están afectos
a un uso o servicio público al tener un uso común por todos los ciudadanos. Nos referimos a
las playas, las calles, las aguas, los puentes, las fuentes, etc. Son de uso general para todos los
ciudadanos. Son inembargables, imprescriptibles, aunque puedan ser desafectados (es decir,
no considerarse ya de dominio público al caer en desuso).
2. Son bienes y derechos de dominio privado o patrimoniales los que, siendo de titularidad
de las Administraciones públicas, no tengan el carácter de demaniales. Dentro de esta
categoría residual se halla una gran variedad de bienes, como los derechos de arrendamiento,
los valores y títulos representativos de acciones y participaciones en el capital de sociedades
mercantiles o de obligaciones emitidas por éstas, o los derechos de propiedad incorporal. No
obstante, la LBRL añade que son bienes patrimoniales o de propios los que siendo propiedad
de la Entidad local no estén destinados a uso público ni afectados a algún servicio público y
puedan constituir fuentes de ingresos para el erario de la Entidad.
3. Bienes comunales. Son bienes que fueron de la titularidad del común de los vecinos y
destinados a su aprovechamiento por la comunidad vecinal, pero que a partir de la legislación
desamortizadora del siglo XIX se cuestionó su naturaleza demanial o privativa con la
finalidad de incluirlos en el tráfico jurídico. La ley declara que tienen la consideración de
comunales aquellos bienes que siendo de dominio público, su aprovechamiento corresponde
al común de los vecinos. Nos referimos a los aprovechamientos forestales de los montes
vecinales, por ejemplo.
FASES DEL CONTRATO. Todo contrato tiene cuatro fases: preparación, adjudicación, efectos y
extinción. Normalmente, a la fase de efectos y extinción se le puede llamar los efectos separables.
1. Fase de preparación. Hay tres documentos esenciales:
a. Pliego de cláusulas administrativas particulares. Se denomina la policitatio publica, es
decir, es ese documento que contempla el conjunto de derechos y obligaciones de las
partes que se tendrán cuando se firme el contrato. Es el precio del contrato, el objeto
del contrato y las obligaciones de las partes. Por ejemplo, si pretendemos construir un
polideportivo, este pliego dirá que el Ayto. es el contratante, el precio, cuando se
extinguirá el contrato, etc. Además, también va a decidir cómo se va a decidir cómo
se va a contratar la futura oferta más ventajosa, es decir, la mejor, basándose en
criterios cuantitativo (como el dinero) y cualitativos (medioambientales,
discriminación positiva, etc).
b. Pliego de prescripciones técnicas. Va más allá, marca las condiciones técnicas del
contrato. Por ejemplo, en el contrato de construcción dirá lo que tiene que medir tal y
cual parte, en resumen, las cuestiones técnicas.
c. Certificado de consignación presupuestaria (o existencia de crédito). Es decir, la
certificación de que el dinero con que se va a pagar tiene consignación presupuestaria,
es decir, que se ha elaborado un presupuesto proveyéndoles.
Cuando se aprueba todo ello se aprueba el inicio del expediente de la contratación.
2. Adjudicación. Después, se someterá a exposición pública por un periodo de 26 días (aunque
varían) en el EUR-Lex, BOE, BO(CC.AA.) o Boletín de la Provincia. Cuando se cierra el
periodo de presentación de ofertas, una mesa se reúne y se valoran las ofertas. Es decir, es
como un tribunal que decide cuál es la mejor oferta. La mesa de adjudicación decide cuál es
la mejor oferta. A partir de ahí, se firma el contrato administrativo y la empresa tiene que
depositar una fianza definitiva (de hasta el 10% del contrato). A partir de ahí empiezan los
efectos del contrato.
A partir de ahora vienen los EFECTOS SEPARABLES
3. Efectos. Es decir, ejecutar lo que se dispone en el contrato.
4. Extinción, cuando se ejecuta la obra, cuando se entra en concurso de acreedores o cuando
muere el contratista.
Todos los contratos que celebren las administraciones públicas, sea cual sea su cuantía, son contratos
administrativos. Sin embargo, cualquier contrato que celebre un poder adjudicador o el resto del
sector público son contratos privados, en los que solo la preparación y la adjudicación se rigen por
esta ley, pero no los efectos separables.
Es decir, los contratos de las administraciones públicas se rigen completamente y sin distinción por
normativa contencioso-administrativa. Aquellos contratos realizados por organismos, mientras que el
resto solo se rigen por la normativa contencioso-administrativa en las fases de preparación y
adjudicación.
En la UE existen los contratos SARA, los contratos Sujetos A Regulación Armonizada. Todo
adjudicador que celebre un contrato a partir de cierta cantidad fijada comunitariamente está sujeto a
la regulación de la SARA.
Cualquier contrato nominado de las administraciones públicas que supere 5.150.000€ es S.A.R.A.
Un contrato de suministro de servicio que supera 125 mil euros, es S.A.R.A. Sin embargo, en
España, todos los contratos de cualquier administración pública son S.A.R.A. En cambio, los poderes
adjudicadores y el resto del sector público sólo serán S.A.R.A. a partir de los umbrales arriba
expuestos.
FASE TRÁMITE
Preparación Memoria justificativa de la necesidad del contrato
Certificación de la disponibilidad del gasto
Pliego de cláusulas administrativas generales y particulares
Pliego de prescripciones técnicas
Adjudicación Licitación Anuncios previos y de convocatoria del contrato
Presentación de ofertas (plicas)
Selección del Apertura de las plicas
contratista
Valoración de las ofertas
Propuesta de adjudicación por la mesa de contratación
Adjudicación definitiva
Formalización Redacción del contrato en un documento y suscripción de este
TIPOS DE CONTRATOS
1. Nominados. Son aquellos que están reflejados en la ley, están positivizados en la ley
a. Contrato de obra. Cuando en el pliego de cláusulas administrativas se define un bien
material inmovilizado. Se paga de la siguiente manera:
i. o por certificaciones de obra (el adjudicatario va certificando mensualmente la
obra realizando y la administración paga según esas certificaciones mensuales)
ii. o según el sistema alemán (es decir, se paga todo al final de la obra).
b. Contrato de concesión de obra. Tiene por objeto hacer una obra, pero el sistema de
pago no va solo a través de certificaciones, sino que se le permite al concesionario que
explote el dominio público (lo de que una autopista ponga una gasolinera) o cánones
(peajes). Por ejemplo, las autopistas. Es mandatorio que se debe tener el equilibrio
económico-financiero.
c. Suministro. Para bienes muebles: programas informáticos, muebles, sillas, coches,
etc.
d. Concesión de servicio. Se trata de una prestación de servicio que es competencia de
administración: servicio alcantarillado, transporte, recogida de basuras, etc. El pago se
efectúa a través de certificaciones mensuales.
e. Contrato de concesión de servicio. La administración, a través de un adjudicatario,
presta un servicio público, por ejemplo, el Hospital Puerta del Hierro.
2. Especiales. No vienen nombrados en la ley porque están dentro del giro trágico de la
administración, porque satisfacen una necesidad pública o porque lo establece la ley.
El giro trágico de la administración
3. Mixtos. Lleva consigo varios contratos, por ejemplo, se une un contrato de obras y un
contrato de servicios.
Dentro de los tipos de contratos que pueden celebrarse están los contratos administrativos y los
contratos privados.
● Todos los contratos de las administraciones públicas son administrativos, excepto:
o Contratos financieros
o Contratos de adquisición de revistas
o Contratos de adquisición de espectáculos
● Los poderes adjudicadores y el resto del sector público siempre celebran contratos privados.
Sin embargo, las fases de preparación y adjudicación del contrato se rigen por esta ley, pero
no las fases de ejecución y extinción del contrato.
Preparación Adjudicación Efectos Extinción
Obra 1. Tiene que tener concesión 1.Exposición pública. 1. Firma del 1. Acto de
presupuestaria contrato recepción definitiva
2. Mesa de contratación por cumplimiento
2. Análisis de mercado adjudica a una empresa 2. Ejecución del del contrato o
(Necesidades de la AA.PP.). Se x. Está formada por contrato. cualesquiera otras
someterá a la consideración del técnicos jurídicos, que causas (muerte,
resto de entidades que puedan valoran unas plicas. concurso de
estar interesadas. Se tantea el acreedores).
mercado. Poner un precio, las 3. El adjudicatario
condiciones técnicas de la obra, presenta una fianza
etc. definitiva, que es el 5%
del precio de
3. En base al punto 2, elaborará el adjudicación. Además,
pliego de bases administrativas se puede establecer una
particulares. fianza complementaria
al 10% cuando la
4. Pliego de prescripciones propuesta presentada
técnicas de la obra. pueda ser
Concesión Es prácticamente igual. Habría anormalmente baja.
de obras que introducir otro documento
que estableciera las relaciones
entre adjudicador y usuarios.
SISTEMAS DE ACCESO
1. Concurso. Consiste en la comprobación y calificación de los méritos de los aspirantes y en el
establecimiento del orden de prelación de estos. Por tanto, la noción del concurso gira en
torno al concepto de méritos, en el sentido de que el concurso es el procedimiento selectivo
que tiene por objeto evaluar, de un modo competitivo, las circunstancias de mérito
acreditadas por los aspirantes.
2. Oposición. Se trata de un conjunto de pruebas de diversa índole (de conocimientos, aptitudes,
de habilidades o destrezas) que tiene por objeto evaluar, de un modo actual y competitivo, las
condiciones de aptitud de los aspirantes.
3. Concurso-oposición. Consiste en la sucesiva celebración de los dos sistemas anteriores, de
modo que hay una fase de concurso y otra fase de oposición, aplicándose a cada una de ellas
las características propias de la oposición y del concurso como sistemas autónomos.
Son empleados públicos quienes desempeñan funciones retribuidas en las Administraciones Públicas
al servicio de los intereses generales.