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PREPARACIÓN PARA LA LACTANCIA MATERNA

El éxito de la lactancia materna depende, en gran parte, de la motivación que


tenga la madre para llevarla a cabo y del asesoramiento e información que reciba
durante el embarazo y después del parto. Es una etapa, sobre todo en los
primeros meses del niño, de dedicación casi exclusiva al bebé, por lo que la madre
deberá buscar la ayuda de familia y amigos para el resto de tareas domésticas. Un
trabajo, en casa o fuera, duro y muy estresante puede disminuir la producción de
leche. La madre debe intentar descansar cuando el bebé duerme ya que por la
noche lo más común es que no pueda dormir de un tirón, ya que el bebé se
despertará para comer.

El tamaño de las mamas no es importante en la producción de leche, la mayoría


de las mujeres pueden amamantar a sus hijos si ellas lo desean sea como sea la
forma y el tamaño del pecho.

La subida de la leche

Se llama «subida de la leche» al inicio de la producción de leche materna que


acontece a partir de los 3 días tras el parto. Los primeros días se produce el
calostro que es una leche más amarillenta y muy rica en proteínas. Durante la
subida los pechos están visiblemente más hinchados, endurecidos y ligeramente
dolorosos. La mejor manera de aliviar las molestias es poniendo el bebé al pecho
frecuentemente para que los vacíe y aplicando compresas de agua tibia o una
ducha de agua tibia antes de las tomas.

Higiene de la madre

La única higiene que necesita el pecho es la ducha diaria. Hay que evitar poner
jabón en la zona del pezón y areola porque reseca. Secar muy bien el pecho
después del baño. No se recomienda el uso de cosméticos en la zona mamaria
para que ningún componente pase a la leche. Los discos absorbentes pueden ser
útiles y se han de cambiar tantas veces como sea necesario. Es muy
recomendable utilizar sujetadores especiales para lactancia que sujetan el pecho
sin apretar y tienen un diseño adecuado que permite a la madre dar el pecho al
bebé en cualquier momento.

La madre debe lavarse bien las manos antes de ofrecer el pecho al bebé.

Alimentación

La madre no necesita variar sus hábitos de comida o bebida. Es habitual que la


madre tenga más sed, pero no es necesario beber a la fuerza. Solo en caso de
alergias podría ser necesario suprimir algún alimento de la dieta de la madre,
siempre bajo supervisión del pediatra.

Tradicionalmente se dice que hay alimentos que dan mal sabor la leche: ajo,
cebolla, espárragos… Si el niño no rechaza la leche no hay que excluirlos de la
dieta. Es una buena manera de «educar el paladar del bebé» familiarizándolo con
nuevos sabores y olores.

Hábitos

El embarazo y la lactancia es un buen momento para dejar de fumar. La madre


que lacta no puede tomar bebidas alcohólicas ni otro tipo de drogas.

Es muy recomendable no abusar de bebidas o alimentos excitantes como café,


bebidas de cola, té o chocolate.

No tome ninguna medicación ni complemento vitamínico sin consultarlo con su


médico ya que algunas medicinas o sustancias pasan a la leche y podrían ser
perjudiciales para su bebé.

Puede ser útil que la madre aprenda a extraerse la leche, bien para guardarla y
que otra persona alimente al bebé en su ausencia, o bien para aliviar las molestias
producidas por el acumulo excesivo en períodos cuando el bebé mama menos.

La leche materna puede conservarse cinco días en el frigorífico y de tres a seis


meses congelada.

TÉCNICAS DE LACTANCIA MATERNA

No existe una única posición adecuada para amamantar, lo importante es que la


madre esté cómoda, que el bebé esté enfrentado y pegado al cuerpo de la madre
y que se agarre bien al pecho, introduciendo gran parte de la areola en su boca,
para que al mover la lengua no lesione el pezón.

Agarre al pecho

Los signos que nos indicarán un buen agarre son: el mentón del bebé toca el
pecho, la boca está bien abierta y abarca gran parte de la areola, los labios están
hacia fuera (evertidos) y las mejillas están redondas (no hundidas) cuando
succiona. Si el bebé se coge bien al pecho la lactancia no duele.

Posturas para amamantar


Posición sentada (o posición de cuna)

Se coloca al bebé con el tronco enfrentado y pegado a la madre. La madre lo


sujeta con la mano en su espalda, apoyando la cabeza en el antebrazo, pero no
muy cerca del codo para que el cuello no se flexione, lo que dificultaría el agarre.
Con la otra mano dirige el pecho hacia la boca del bebé y en el momento en que
éste la abre, lo acerca con suavidad al pecho.

Posición acostada

La madre se sitúa acostada de lado, con el bebé también de lado, con su cuerpo
enfrentado y pegado al cuerpo de la madre. Cuando el bebé abra la boca, la
madre puede acercarlo al pecho empujándole por la espalda, con suavidad, para
facilitar el agarre. Es una posición muy cómoda para las tomas nocturnas y los
primeros días de lactancia.

Posición crianza biológica

La madre se coloca recostada (entre 15 y 65º) boca arriba y el bebé boca abajo,
en contacto piel con piel con el cuerpo de la madre. Esta postura permite al bebé
desarrollar los reflejos de gateo y búsqueda. La madre le ayuda a llegar al pecho
ofreciendo límites con sus brazos. Esta posición es especialmente adecuada
durante los primeros días y cuando exista algún problema de agarre (dolor,
grietas, rechazo del pecho)

Posición en balón de rugby (o posición invertida)

Se sitúa al bebé por debajo de la axila de la madre con las piernas hacia atrás y la
cabeza a nivel del pecho, con el pezón a la altura de la nariz. Es importante dar
sujeción al cuello y a los hombros del bebé pero no a la cabeza, que necesita
estar con el cuello un poco estirado para atrás (deflexionado), para facilitar el
agarre. Es una posición adecuada para amamantar a gemelos y a prematuros.

Posición de caballito

El bebé se sitúa sentado sobre una de las piernas de la madre, con el abdomen
pegado y apoyado sobre el materno. Esta postura es útil en casos de grietas,
reflujo gastroesofágico importante, labio leporino o fisura palatina, prematuros,
mandíbula pequeña (retromicrognatia) o problemas de hipotonía. En estos casos
puede ser necesario sujetar el pecho por debajo, a la vez que se sujeta la barbilla
del bebé.

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