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● La doctrina de la mortificación.
La palabra mortificar viene del latín mortificare, que significa "Causar daño y molestia"
• ¿Qué es lo que debemos matar, causar daño y fastidiar? ¡El pecado por su puesto!
• El pecado siempre mora en el alma del creyente por lo que, es una lucha constante
durante toda su estadía en esta tierra. (Romanos 7:17)
Y es que no puede haber hipocresía en un cristiano, vivir una vida aparentemente santa
pero en su interior complace los más sucios pecados.
" Muchos muestran una mano blanca y hermosa, mientras que tienen un corazón negro
y muy sucio. "
El problema del pecado es tan grande que no demanda moralidad para ser mortificado,
sino que demanda un poder mucho mayor (El Espíritu Santo)
• Si la moralidad fuera efectiva, Cristo no hubiera muerto por nosotros, puesto que por
nuestros medios morales lo hubiéramos conseguido.
• Cada ser humano es pecador y en todos abundan las inclinaciones pecaminosas, que si
bien, muchas de ellas no las hacemos, las consentimos en nuestro interior.
• A veces nos frena la moralidad o el testimonio público, pero eso no significa que no
anhelemos la fornicación, el adulterio, las pasiones desenfrenadas, la codicia, el odio
etc..
Las obras de la carne son aquellas consupiciencias que llevamos a la práctica (Gálatas
5:19-21)
No proveer para los deseo pecaminosos ya que al alimentar nuestra carne, no hacemos
más que dar más leña al fuego que tarde o temprano nos consumirá (Romanos 13:14)
Despojarnos del viejo hombre, es decir, despojar y quitar de nosotros esos deseos al
pecado (Efesios 4:22). La Biblia habla de la naturaleza caída como "el viejo hombre”
por lo que debemos matarlo a fin de que el nuevo hombre viva plenamente.
"Imagine que se mata a un animal. Matar un animal significa quitar su fuerza, poder y
vida para que ya no pueda actuar y hacer lo que quiere."
John Owen decía: “No es molesto si yo le digo a un hombre el cual trata de arreglar un
hoyo de su pared, que deje de hacer eso porque su casa se está quemando”
Antes de mortificar el pecado, hay que nacer de nuevo, lo que nos lleva a nuestro
siguiente punto.
SÍ: en el sentido de que todos los que viven según la carne no son Cristianos y no son hijos de
Dios, mientras que, los cristianos son los únicos que vencen al mundo y al pecado.
Próximamente:
● Remanentes de pecado en el alma regenerada