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Como el grueso de la evidencia sobre la reducción del riesgo de ASCVD mediante terapias
reductoras de los lípidos proviene de ensayos con estatinas, la terapia con estatina de
intensidad apropiada, basada en la evidencia, constituye el sello de garantía de la terapia
medicamentosa para las dislipidemias. Estos fármacos son inhibidores competitivos de la
HMG-CoA reductasa, que cataliza un paso temprano y limitante del proceso de biosíntesis del
colesterol. Altas dosis de las estatinas más potentes (p. ej., atorvastatina, simvastatina y
rosuvastatina) también pueden reducir los niveles de triglicéridos provocados por niveles
elevados de la VLDL.
Mecanismo de acción.
Las estatinas ejercen su efecto principal —reducción de los niveles de LDL— a través de una
región similar al ácido mevalónico que inhibe de forma competitiva la HMG-CoA reductasa.
Se produce una extensa captación hepática de primer paso de todas las estatinas, mediada
fundamentalmente por el transportador de aniones orgánicos OATP1B1. La síntesis de
colesterol hepático es máxima entre la medianoche y las 2:00 a.m. Por tanto, las estatinas con
t1/2 de 4 horas o menos (todas menos atorvastatina y rosuvastatina) deben tomarse por la
noche. La atorvastatina y la rosuvastatina tienen vidas medias más prolongadas y se pueden
tomar a otras horas del día para optimizar la adherencia.
Efectos terapéuticos
Hepatotoxicidad.
La hepatotoxicidad grave es rara e impredecible, con una tasa de casi un caso por cada millón
de personas-años de uso. La guía ACC/AHA recomienda medir la ALT en el valor base, antes de
iniciar la administración de estatinas. No obstante, desde 2012, la FDA no ha vuelto a
recomendar la monitorización rutinaria de la ALT u otras enzimas hepáticas con posterioridad
al inicio de la terapia con estatinas, porque las monitorizaciones periódicas rutinarias no
parecen ser efectivos para detectar o prevenir lesiones hepáticas graves. Se debe hacer una
evaluación de las enzimas hepáticas en aquellos pacientes que presenten síntomas clínicos que
sugieran la presencia de lesiones hepáticas o cambios con posterioridad al inicio del
tratamiento con estatinas (FDA, 2012).
Miopatía.
La miopatía constituye el principal efecto adverso asociado al uso de las estatinas. La miopatía
se refiere a un amplio espectro de dolencias musculares, que van desde los dolores musculares
ligeros o debilidad (mialgia), hasta la rabdomiólisis que amenaza la vida. El riesgo de que se
produzcan efectos musculares adversos aumenta en proporción con la dosis de estatina y las
concentraciones en el plasma. Por consiguiente, los factores que inhiben el catabolismo de las
estatinas están asociados con el incremento del riesgo de miopatía, incluyendo la edad
avanzada (especialmente >80 años de edad), disfunción hepática o renal, periodos
perioperatorios, tamaño corporal pequeño e hipotiroidismo no tratado.
El uso concomitante de fármacos reductores del catabolismo de la estatina o que interfieren la
absorción hepática está asociado al aumento del riesgo de miopatía y rabdomiólisis. Las
interacciones más frecuentes de la estatina ocurren con los fibratos, especialmente
gemfibrozilo (38%), y con la ciclosporina (4%), digoxina (5%), warfarina (4%), antibióticos de
amplio espectro (3%) y antifúngicos azoles (1%).
El gemfibrozilo, el fármaco que con mayor frecuencia se asocia con la miopatía inducida por
estatina, inhibe la absorción, por la OATP1B1, de las formas activas del ácido de hidroxilo de
las estatinas hacia los hepatocitos, y afecta la transformación de la mayor parte de las
estatinas por las glucuronidasas. La coadministración de gemfibrozilo casi duplica la
concentración en plasma de los ácidos de hidroxilo de las estatinas. Al administrar estatinas
con niacina, es probable que la miopatía sea provocada por un aumento en la inhibición de la
síntesis del colesterol del músculo esquelético (una interacción farmacodinámica). La FDA
retiró en 2016 la aprobación para el uso de combinaciones de fármacos de estatinas que
contuvieran fibratos o niacina (FDA, 2016).
Los fármacos que afectan la oxidación de las estatinas son aquellos que son metabolizados
fundamentalmente por CYP3A4 e incluyen ciertos antibióticos de amplio espectro (p. ej.,
eritromicina), antifúngicos azoles (p.ej., itraconazol), ciclosporina, nefazodona —un
antidepresivo de fenilpiperazina—, inhibidores de la proteasa de HIV y amiodarona. Estas
interacciones farmacocinéticas están asociadas al aumento de las concentraciones en el
plasma de las estatinas y sus metabolitos activos. La atorvastatina, la lovastatina y la
simvastatina son metabolizadas principalmente por CYP3A4 y 3A5. Gran parte (50-80%) de la
fluvastatina es metabolizada a metabolitos inactivos por la CYP2C9, pero CYP3A4 y CYP2C8
también contribuyen a su metabolismo. La pravastatina, sin embargo, no es metabolizada de
modo apreciable por el sistema CYP y es excretada sin cambios en la orina. Debido a que la
pravastatina, la fluvastatina y la rosuvastatina no son metabolizadas de forma apreciable por
CYP3A4, es poco probable que estas estatinas puedan provocar la miopatía al ser usadas con
uno de los fármacos que predisponen a este efecto adverso. No obstante, los beneficios de la
terapia combinada con cualquier estatina deben ser sopesados cuidadosamente contra el
riesgo de ocurrencia de miopatía.
Otras consideraciones.
La elección de estatina debe hacerse de forma específica para cada paciente y con base en
factores tales como costo, interacción medicamentosa, posibles efectos adversos e intensidad
deseada. Las dosis de estatina se caracterizan como de intensidad baja, moderada y alta, sobre
la base del grado de disminución de LDL-C esperado (rango 30–60%).