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TEMA 19

DERECHOS FUNDAMENTALES

1.- ANTECEDENTES HISTORICOS

"La idea de que el ciudadano -dice Loewentein- tenía que. detentar derechos propios, diferentes de sus obligaciones frente
a la comunidad, fue completamente ajena a la teocracia hebrea, a la Ciudad-Estado griega y a la república romana". Para los
pensadores políticos griegos, el hombre sólo podía desarrollar su personalidad dentro del Estado y subordinándose a éste.

Los primeros atisbos de un derecho natural pueden encontrarse entre los estoicos, quienes colocaban a la razón, a la
igualdad y a la dignidad del hombre por encima del Estado y fuera de su alcance. Los cristianos elevaron más tarde al
hombre por encima del Estado, colocándole frente a él; pero cuando triunfó la Iglesia, el individuo volvió a desaparecer
aplastado por el orden religioso, absoluto y total. La libertad del ciudadano, que empezó a aparecer en las ciudades-estado
medievales de Italia y en el norte y occidente de Europa, desapareció con los gremios corporativos y sólo volvió a emerger,
como idea de autodeterminación religiosa, con la reforma protestante. La revolución puritana en Inglaterra contra el
despotismo religioso de los Estuardo proyectó la auto-de terminación religiosa al campo político y se tradujo en la
formación le gal de las libertades individuales en la "Glorious Revolution", con la Carta Magna (1215), el habeas corpus Act
(1679), el Bill de Derechos (1689) y el Act of Settlement (1700).
Mientras el parlamento inglés iba afirmando sus derechos con estas conquistas, reconocía también la libertad individual. Lo
que al comienzo eran concesiones del poder feudal hacia los vasallos en forma de car tas y fueros, se volvieron luego
"peticiones de derechos" y "listas de derechos", hasta llegar a ser leyes del parlamento en las cuales el Estado acepta
normas jurídicas favorables al individuo. "Desde entonces se unieron las dos raíces, -dice Loewenstein-, el
constitucionalismo y las libertades individuales, haciendo de ambas el poderoso árbol del moderno Estado democrático
constitucional. El haber producido esta unión es el mérito inmortal de la teoría política de la Ilustración".

Los derechos humanos, como los concebimos hoy, son producto del pensamiento de los filósofos políticos de los siglos XVII
y XVIII, entre los cuales ocupan un lugar destacado Locke, Montesquieu y Rousseau, cuyes teorías alimentaron las
revoluciones norteamericana y francesa. El siglo XIX, con la restauración de las monarquías y de los imperios en Europa,
experimentó un retroceso de los derechos humanos, que fueron duramente reprimidos hasta la primera mitad del siglo XX,
con motivo de las dos guerras mundiales. Después de la II Guerra Mundial se ha aceptado en principio, universalmente, el
respeto a los derechos huma nos, que forman parte de las leyes nacionales e internacionales y de las relaciones entre los
Estados, de suerte que no se considera ahora intervención en asuntos internos la preocupación de la opinión pública
mundial y de los gobiernos por el respeto a dichos derechos en los países en que son violados. El preámbulo de la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos reconoce "que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de
ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón por la
cual justifican una protección internacional, de naturaleza convencional. coadyuvante o complementaria de la que ofrece el
derecho interno de los Estados americanos".

Sólo puede hablarse, en propiedad, de los derechos humanos, desde la aparición del constitucionalismo en el siglo XVIII,
pues, como lo hace notar Martin Kriele, "en el absolutismo sólo había derechos humanos en la idea, no en la realidad; en la
filosofia, no en el derecho". Por ello, observa el mismo autor, la historia de los derechos humanos transcurre para lela a la
historia del derecho constitucional, pues la separación de poderes y la independencia de la justicia son más importantes
que el catálogo de los derechos fundamentales contenidos en la Constitución.

2.-CONCEPTO

"Son derechos públicos subjetivos -dice Ratael Bielsa- los que tienen las personas, consideradas individual o colectivamente
y protegidos por medios jurídicos, o más precisamente jurisdiccionales, respecto de los demás, y, sobre todo, respecto de
los poderes u órganos del Estado". Agrega el mismo autor que las libertades públicas se llaman también derechos públicos
porque "consisten en una actitud o potencia de acción, es decir, en la facultad de ejercer una actividad, fisica o intelectual,
sin subordinación a otra voluntad, sino por auto-determinación".

Mayorga considera que "los derechos humanos son aquellos que po sibilitan a la persona exigir de la autoridad respectiva la
satisfacción de sus necesidades básicas", porque "...la dignidad humana está íntima mente vinculada a la satisfacción de
estas necesidades".

3.-NATURALEZA Y FUNDAMENTOS

Los derechos humanos, opina Henkin, son reclamaciones a la sociedad, representada ésta por el gobierno y sus
funcionarios.

En cuanto a la justificación de los derechos fundamentales hay tres escuelas: la del derecho natural, que considera que
corresponden a atributos innatos en el hombre; la historicista, que los considera derechos históricos, es decir, adquiridos
con la historia; y la ética, que coincide con la primera, porque les da una fundamentación ética derivada de su calidad de
atributos naturales.

Los tratadistas están de acuerdo en sostener que estos derechos o libertades públicas son anteriores al Estado y a la
constitución, pues, como lo hace notar Carl Schmitt, "...en el Estado burgués de derecho son derechos fundamentales sólo
aquellos que pueden valer como anteriores y superiores al Estado, porque éste no los otorga, sino que los reconoce y
protege "como dados antes que él". Se trata más bien de "esferas de la libertad" de las que derivan derechos que dan
comienzo históricamente a los derechos fundamentales, como la libertad personal, la igualdad, la libertad de expresión, el
derecho de propiedad, que existen antes que el Estado.

Para los enciclopedistas y jus-naturalistas del siglo XVIII, Rousseau entre ellos, el hombre es bueno por naturaleza y la
sociedad lo corrompe.

Bastará liberarlo de las instituciones existentes y darle el máximo de libertad para alcanzar el orden social.
Por esto Schmitt aclara que "los derechos fundamentales en sentido propio son, esencialmente, derechos del hombre
individual, libre, y, por cierto, derechos que él tiene frente al Estado". Los derechos que no afectan la libertad del hombre
individual no pueden considerarse "funda mentales", por importantes que sean, debido a que están limitados en principio,
contrariamente a lo que ocurre con los otros.

Henkin repite los criterios precedentes al afirmar que estos derechos "son naturales en el sentido de que cada hombre nace
con ellos... en que son del hombre en el "estado natural", y él los trae consigo a la sociedad. El individuo era autónomo y
soberano antes de que se estableciera el gobierno, y él y otros individuos agrupados - "el pueblo"- siguen siendo soberanos
bajo cualquier gobierno, porque su soberanía es inalienable, y el gobierno existe únicamente con el consentimiento de los
gobernados".

Mayorga considera los derechos fundamentales "inherentes a la naturaleza humana", no desde un punto de vista
metafísico, sino psicobiológico, porque satisfacen sus necesidades básicas. La necesidad humana - explica este autor- es un
fenómeno orgánico, biológico, que se presenta mental, psicológicamente. Hay algunas necesidades básicas -agrega-como
las de subsistencia, pertenencia, auto-realización y protección, cuya insatisfacción, a decir de Maslow (citado por Mayorga)
"genera una patología fisiológica o psicológica en el individuo". Max Naef (citado así mismo por Mayorga) dice que las
necesidades básicas son finitas, pocas y clasificables, las mismas en todas las culturas y en todas las épocas. Lo que cambia
es la manera o los medios para satisfacerlas. A diferencia de Mayorga, Naef las clasifica en nueve grupos, de subsistencia, de
protección, de afecto, de entendimiento, de participación, de ocio, de creación, de identidad y de libertad.

Los psicólogos han escrito mucho sobre las necesidades básicas y superiores del ser humano, que responden a su naturaleza
biológica, fisiológica y psicológica. Abraham H. Maslow publicó en 1954 un libro que ya es clásico en la materia, en el que
examina el amplio espectro de esas necesidades y de sus motivaciones. (5)

En todo caso es claro que los derechos fundamentales son naturales porque atienden a requerimientos biológicos sin los
cuales el ser humano no puede vivir, desarrollarse ni trabajar. En otras palabras, el ser humano nace con estos derechos,
son de su naturaleza, porque afectan esencialmente a los atributos de su personalidad. Cuando se le priva de estos
derechos, moral y jurídicamente el ser humano deja de ser persona para degradarse a la condición de objeto, de una cosa.

4.- DERECHOS PREFERENTES.


En varios de sus fallos, la Corte Suprema de los Estados Unidos de América ha estimado que algunos derechos tienen
precedencia sobre otros, por su importancia intrínseca, dando lugar a lo que se ha llamado derechos preferentes, libertades
preferidas o de posición preferente.

Ocupan esta jerarquía los derechos reconocidos por la Primera Enmienda: libertades de conciencia, de religión, de prensa,
de opinión, de reunión y de asociación. Cualquier ley que tienda a limitar estos derechos no se presume constitucional y
debe someterse a un "escrutinio estricto" por parte de los jueces.

En PALKO v. CONNECTICUT (1.937), el magistrado Benjamín N. Cardozo colocó en la cima "principios fundamentales de
libertad y justicia que son la base de nuestras instituciones civiles y políticas". Distinguió derechos que pueden perderse sin
herir la esencia de la libertad y de la justicia, de los que llamó "la matriz, la condición indispensable de toda otra forma de
libertad"

En la famosa Nota No. 4 de su opinión en el caso UNITED STATES v. CAROLENE PRODUCTS (1.938), el magistrado Harlan F.
Stone dijo que la presunción de constitucionalidad debe someterse a un examen más estricto sobre "leyes que a primera
vista contradigan preceptos específicos de la Constitución, como son los de las primeras diez enmiendas, que son
igualmente específicos con referencia a la Enmienda Catorce", relativa al debido proceso de ley y a la igualdad ante la ley.
En esa opinión se originó la doctrina del "estricto escrutinio" a que deben someterse las leyes que violen las primeras diez
enmiendas, a diferencia de las otras leyes, cuya constitucionalidad se presume.

5.- LIMITACIONES DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

Al hablar de el Estado de Derecho en el capítulo VIII hemos visto que, según Schmitt, los derechos fundamentales son
ilimitados en principio, porque, según dice él en otra parte de su obra, "son derechos fundamentales absolutos, esto es, no
se garantizan "con arreglo a las leyes"; su contenido no resulta de la ley, sino que la injerencia legal aparece como
excepción, y por cierto, como excepción limitada en principio y mensurable, regulada en términos generales".

La extensión de estos derechos varia de país a país. En Gran Bretaña, que no tiene constitución escrita, están enraizados en
las instituciones jurídicas del commonlaw y los tribunales los observan fielmente, con las restricciones que imponen el
orden público o los casos de emergencia. En Francia se los considera derechos supraconstitucionales, y en su primera
Constitución, de 3 de Septiembre de 1791, se advertía que "el poder Legislativo no podrá hacer leyes que atenten u
obstaculicen el ejercicio de los derechos naturales y civiles consignados en el presente título y garantizados por la
Constitución". Lo propio ocurre en Estados Unidos, donde la primera enmienda dispone, por ejemplo, que "el Congreso no
aprobará ninguna ley que coarte la libertad de palabra y de prensa".

En el capítulo XII (Formas de democracia) hemos aludido a los fundamentos de los regímenes políticos marxistas, que se
basan en la imposibilidad de colocar en el mismo plano los derechos de libertad e igual dad, porque el individualismo a
ultranza avasalla los derechos económicos y sociales de las mayorías laboriosas y desposeídas. Sin embargo, como lo
observa Henkin, "el socialismo no es incongruente con la libertad individual sustancial porque, en principio, una sociedad
socialista pue de favorecer mayor libertad (en otros asuntos diferentes a la actividad y organización económica) y,
asimismo, la mejor distribución económica puede crear libertades que sean más significativas para todos".

La Constitución de 1982 de la República Popular China enumera los derechos fundamentales en sus arts. 33 y siguientes de
manera similar a como lo hacía la Constitución soviética. "El trabajo es un deber glorioso de todo ciudadano capacitado
fisicamente... El Estado promueve la emulación laboral socialista", dice el art. 42 y el 51' advierte que los derechos y
libertades individuales no deben contraponerse a los intereses del Estado, de la sociedad y de los colectivos, ni a los
derechos y liberta des de otros ciudadanos.

El Cap. VI, arts. 44 al 65 de la Constitución cubana de 1976 se refiere a Derechos, Deberes y Garantías Fundamentales.
Menciona primero los derechos sociales y económicos (trabajo, descanso, seguridad y asistencia sociales, salud, educación,
deporte y recreación). Luego garantiza los derechos civiles y políticos (libertad de opinión y de expresión, reunión,
manifestación, asociación, conciencia, inviolabilidad de la persona, del domicilio, de la correspondencia y de las
comunicaciones). El art. 61 previene que "ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra
lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del
pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo...".

En la generalidad de los países se dispone que todos los habitantes gozan de los derechos fundamentales "conforme a las
leyes que reglamentan su ejercicio". Así lo hace el art. 7 de nuestra Constitución, que enumera los derechos fundamentales,
y que en su inciso d) agrega que toda persona puede trabajar y dedicarse al comercio, la industria o a cualquier actividad
licita "en condiciones que no perjudiquen al bien co lectivo".

Las limitaciones a los derechos fundamentales, como se ha visto, son de forma, y se basan en la preeminencia del bien
público y de la seguridad del Estado. Así lo dice expresamente el art. 4 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, de 16 de Diciembre de 1966: "Los Estados parte en el presente Pacto reconocen que, en el ejercicio de
los derechos garantizados conforme el Presente Pacto por el Estado, éste podrá someter tales derechos únicamente a
limitaciones de terminadas por ley, sólo en la medida compatible con la naturaleza de

esos derechos y con el exclusivo objeto de promover el bienestar general en una sociedad democrática". Por su parte, la
Convención Americana de Derechos Humanos aclara, en su art. 30, que las restricciones permitidas al goce y ejercicio de
estos derechos constarán en leyes "que se die taren por razones de interés general...". La ley Fundamental de Alemania
Federal, de 1949, va todavía más lejos, pues dispone en su art. 18 que los derechos fundamentales de libertad de opinión,
de prensa, de enseñanza, de reunión, asociación, el secreto de las comunicaciones, el derecho de propiedad y el de asilo, los
pierde "quien para combatir el régimen fundamental de libertad y democracia abuse de los mismos. La pérdida y el alcance
de la misma serán dictados por la Corte Constitucional Federal. O sea que hay aquí algo más grave que la restricción o
limitación de los derechos; se dispone su pérdida, previa resolución del tribunal competente.

TEMA 20
DECLARACIONES Y CONVENCIONES DE DERECHOS

1.- DECLARACIONES DE DERECHOS

Son documentos de naturaleza constitucional y de alcance internacional en los que se menciona y fundamenta los derechos
de la persona, y se exhorta a respetarlos en concordancia con los atributos del ser humano.

Las declaraciones de derechos son de dos clases:


a) documentos principistas surgidos de una revolución o de una guerra de liberación nacional, o de un acuerdo
internacional celebrado a nivel mundial o regional; y
b) preámbulos de constituciones escritas que resumen los principios inspiradores de dichas leyes fundamentales.

1) Entre las declaraciones de derechos que responden al primer tipo, podemos mencionar las siguientes, por orden
histórico:

La Carta Magna inglesa (1215), que impuso al monarca Juan sin Tierra el respeto de los derechos y privilegios de la nobleza.
Este documento contiene la simiente de algunos derechos que adquirieron carta de ciudadanía en el constitucionalismo
moderno, como se ha dicho en el Cap. II.

La Petición de Derechos (1628) y el Bill of Rights (1689), cuyo contenido hemos resumido en el Cap. II.

La Declaración de Virginia, de 12 de Junio de 1776, por la que esa colonia inglesa en Norteamérica proclamó su derecho a la
independencia, en estos términos:
1. "Por naturaleza, todos los hombres son igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos inherentes a los
cuales, cuando ellos forman una sociedad, no pueden, bajo ningún concepto, suspender ni evitar ceder a la posteridad;
estos derechos son, a saber, el disfrutar de la vida y la libertad con los medios para adquirir y poseer propiedades; así como
la búsqueda y el alcance de la felicidad y la seguridad.

2. Toda la autoridad está basada en el pueblo, y por ende, se deriva de él mismo, tanto así que todos los magistrados son
sus administrado res y servidores, y en todo tiempo le deben obediencia.

3. Que el gobierno está, o debe estar, instituido para la seguridad, la protección y el beneficio común del pueblo, la nación o
la comunidad; que de los diferentes modos y formas de gobierno, la mejor es la que es capaz de producir el mayor grado de
seguridad y felicidad, y que ofrece el mejor resguardo contra el peligro de una mala administración, y que cuando se
encuentre que un gobierno es inadecuado o que está en contra de estos propósitos, la mayoría de una comunidad tiene el
derecho indubitable, inalienable e inabrogable de reformarlo, alterarlo o abolirlo, de la manera que se considere más
conveniente al bienestar público".
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, de 4 de Julio de 1776, cuyo preámbulo contiene los
siguientes conceptos:

"Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales, que están dotados por su Creador de ciertos
derechos inalienables, entre los cuales se cuentan el derecho a la vida, a la libertad y el alcance de la felicidad; que para
asegurar estos derechos, los hombres instituyen gobiernos, derivando sus justos poderes del consentimiento de los
gobernados; que cuando una forma de gobierno llega a ser destructora de estos fines, es un derecho del pueblo de
cambiarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno, basado en esos principios y organizando su autoridad en la forma que el
pueblo estime como la más conveniente para obtener su seguridad y felicidad".

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudada no.(D.D.H.C). Aprobada por la Revolución Francesa el 26 de
Agosto de 1789, inspirada probablemente en las declaraciones norteamericanas, pero más amplia que éstas porque forma
el marco constituyente de la democracia liberal, al proclamar principios y derechos que desde entonces han sido las bases
de este sistema (la libertad, la soberanía nacional, la libertad de opinión y de expresión, la propiedad, la ley como expresión
de la voluntad general, la igualdad ante la ley, ante las cargas públicas y para el ejercicio de funciones públicas, la
responsabilidad de los agentes públicos, la prohibición de detenciones ilegales, el derecho de defensa en proceso legal y
según normas anteriores al proceso, la presunción de inocencia, la fuerza pública como garantía de los derechos del hombre
y del El art. 16 es la génesis del constitucionalismo con temporáneo, al declarar que "toda sociedad en la cual la garantía de
los derechos no está asegurada, ni la separación de los poderes determina da, no tiene Constitución".

La Declaración Jacobina de 24 de Julio de 1793 tomó en cuenta derechos sociales y económicos no contemplados en las
declaraciones mencionadas anteriormente: habló de la libertad de trabajo, de la seguridad social y de la educación pública.

La Revolución Bolchevique de 1917 emitió la Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado en Enero de
1918, que propugnaba "la supresión de toda clase de explotación del hombre por el hombre, la anulación total de la
división de la sociedad en clases, el exterminio implacable de los explotadores, la instauración de la organización socialista
de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países". Esta declaración fue incorporada en el primer capítulo de la
Constitución de 19 de Julio de 1918, que fue la primera que tuvo la Revolución.

A través de las Encíclicas la Iglesia Católica ha hecho conocer su preocupación por y su respaldo a los derechos humanos de
trabajadores y pueblo en general. La Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII aboga por la libre asociación sindical, la
reducción de la Jornada de trabajo laboral, la salud, educación y otros derechos de los trabajadores. La Quadragessimo
Anno (1931) del Papa Pio XI reiteró los votos de la precedente y atacó el corporativismo fascista imperante entonces en
Italia. Similares conceptos contiene la Mater et Magistra de Juan XXIII (1961); y la Declaración de la Conferencia Episcopal
de Puebla, México, 1979, criticaba el capitalismo y el comunismo a la vez, por no tener en cuenta al hombre como
personaje central del trabajo; exhortaba a sostener la "causa de los pobres", que es "la causa de Cristo"; asumía la defensa
de los derechos del hombre, y se solidarizaba con quienes luchan por su aplicación.

En cuanto a las declaraciones emanadas de conferencias internacionales a nivel mundial mencionamos las siguientes:

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue fundada en 1919 por el Tratado de Versalles, y desde 1947 está asociada
a la Organización de las Naciones Unidas. El preámbulo de su Constitución ex presa que una paz durable no puede fundarse
sino en la justicia social; propugna la limitación de la jornada de trabajo, la lucha contra la desocupación, la adopción de un
salario justo, la protección de la salud y contra los accidentes de trabajo, pensiones de jubilación y de invalidez, la libertad
sindical, "a trabajo igual, salario igual".

La 26 a. Conferencia General de la OIT, reunida en Filadelfia (E.U.A) el 10 de Mayo de 1944 adoptó la Declaración sobre
Objetivos de la Organización, que reafirma los principios sobre los cuales se fundó la .OIT, como la libertad de expresión y
de asociación laboral; el derecho de perseguir el progreso material y el desarrollo espiritual en libertad, con dignidad, en
seguridad económica y en igualdad de oportunidades; la ampliación de la seguridad social para asegurar una renta básica,
una protección adecuada a la vida y a la salud de los trabajadores; la protección de la infancia y de la maternidad;
alimentación, vivienda, educación, recreación y cultura, etc.

La Carta de las Naciones Unidas (ONU) aprobada en San Fran cisco, E.U.A., en 1945, reafirma en su preámbulo "la fe en los
derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de
hombres y mujeres.. a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de
libertad". Más adelante, en su art. 55, inc. c) la ONU se compro}mete a promover "el respeto universal a los derechos
humanos y a las li bertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión...". Lo
mismo se dispone en el art. 62. inc. 2 y en el 68, sobre las atribuciones del Consejo Económico y Social.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, (D.U.D.H.) aprobada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de
1948, parte del hecho de "que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos del hombre han originado actos de
barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad", por lo que es necesario promover, "mediante la enseñanza y la
educación, el respeto a estos derechos y libertades". Seguidamente detalla en 30 artículos los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales del ser humano.

Para conmemorar el vigésimo aniversario de esta Declaración, las Naciones Unidas instituyeron 1968 como el Año
Internacional de los Derechos Humanos, y se celebró en Teherán, del 22 de Abril al 13 de Mayo, la Conferencia
Internacional de Derechos Humanos, que aprobó la Declaración de Teherán, en la que se afirma que el pleno ejercicio de los
derechos económicos, sociales y culturales es imprescindible para hacer efectivos los derechos civiles y políticos.

b) Respeto a las declaraciones emitidas por conferencias internacionales regionales, mencionaremos, en el área
interamericana los siguientes documentos aprobados por la Novena Conferencia Internacional Americana realizada en
Bogotá, Colombia, en Abril de 1948.

La Carta de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), reformada por el Protocolo de Buenos Aires de 1967, en cuyo
preámbulo se habla de consolidar "un régimen de libertad individual y de justicia social, fundado en el respeto a los
derechos esenciales del hombre"; y cuyo artículo 3 proclama, como uno de sus principios, "los derechos fundamentales de
la persona humana sin hacer distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo". El art. 31 enumera las acciones que los Estos
dos miembros deben desarrollar para hacer efectivos los derechos económicos, sociales y culturales de su población, y el
Art 43. proclama que "todos los seres humanos tienen derecho al bienestar material y a su desarrollo espiritual en
condiciones de libertad, dignidad, igualdad de oportunidades y seguridad económica". El art. 112 instituye la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos encargada de promover la observancia y defensa de los derechos humanos.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (D.A.D.D.H.), considera "que la protección internacional
de los derechos del hombre debe ser guía principalísima del derecho americano en evolución", y afirma en su preámbulo
que "todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y, dotados como están por naturaleza de razón y
conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros". (Obsérvese que esta frase repite casi las mismas pa
labras del art. 1 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y de la Declaración de Independencia de los
E.U.A.). En veintiocho artículos esta Declaración consigna los mismos derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales de la D.U.D.H., y en nueve artículos enumera los deberes cívicos, políticos, económicos y sociales de la persona.

La Carta Internacional Americana de Garantías Sociales, aprobada el 2 de Mayo de 1948, consigna normas para la defensa
del trabajador como las condiciones de trabajo, el salario, la jornada laboral, descansos, vacaciones, trabajo de mujeres y
menores, derechos de sindicalización y de huelga, etc.

En el ámbito regional europeo podemos mencionar los siguientes documentos:

La Carta Social Europea suscrita el 18 de Octubre de 1961 y vi gente desde el 26 de febrero de 1965, declara el propósito de
los Estados signatarios, miembros del Consejo de Europa, de mejorar el nivel de vi da y promover el bienestar de todas las
categorías de sus poblaciones, tanto rurales como urbanas, y de establecer condiciones para el ejercicio efectivo de los
derechos sociales y económicos de los trabajadores y de sus familias.

La Conferencia de Cooperación y de Seguridad de Europa, ce lebrada en Helsinki, Finlandia, en 1975, acordó que el respeto
por los derechos humanos-específicamente los proclamados en la D.U.D.H. y en los acuerdos internacionales de los que son
materia-, es una de las "prin cipales relaciones directoras" entre los Estados participantes. Por esto, los derechos de todas
las personas en todas partes son de trascendencia internacional y no "esencialmente un asunto de jurisdicción doméstica".

2.- CONVENCIONES SOBRE DERECHOS

a) Entre los convenios internacionales que tienen fuerza vincu lante entre los signatarios, los hay a nivel mundial y en el
plano regio nal. Entre los primeros están:

Después de la aprobación de la D.U.D.H. por la Tercera Asamblea General de las Naciones Unidas en París, en diciembre de
1948, se co menzó a redactar dos pactos internacionales sobre derechos humanos, uno sobre los derechos económicos,
sociales y culturales, y otro sobre los derechos civiles y políticos, para dar carácter obligatorio a los derechos proclamados
por la D.U.D.H. El 16 de Diciembre de 1966, la Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad los dos Pactos antes
mencio nados, y el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales cobró vigencia el 3 de Enero de 1976. Su preámbulo
reitera que la libertad, la justicia y la paz se basan en el reconocimiento de la dignidad del ser humano y de sus derechos
iguales e inalienables; y que estos ideales no pueden realizarse sin condiciones que hagan posible el ejercicio de los
derechos económicos, sociales y culturales, en la misma forma que los derechos civiles y políticos, En 31 artículos se habla
de las condiciones de trabajo, sindicalización, huelga, seguridad social, salud, educación, cultura y protección de la familia,
de la maternidad y la in fancia.
Los Estados miembros de este Pacto presentan informes periódicos al Secretario General de ONU, quien los trasmite al
Consejo Económico y Social, sobre la situación de estos derechos en cada país, los progresos realizados, las dificultades, etc.
(arts. 16 y ss.).

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Protocolo Facultativo entraron en vigencia el 23 de Marzo de
1976. El Pacto consigna los derechos proclamados en la D.U.D.H. y estableció la Comisión de Derechos Humanos de la ONU,
compuesta de 18 miem bros, que examina los informes presentados por los Estados miembros sobre la aplicación de sus
disposiciones, así como las quejas y/o deman das sobre violaciones de los derechos humanos.

El Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone el examen de las quejas y/o
denuncias de personas cuyos derechos humanos hayan sido atropellados. Las denun cias deben hacerse contra Estados que
son miembros del Protocolo.

b) A nivel regional americano tenemos la Convención Americana sobre Derechos Humanos, (C.A.D.H.) llamada también
"Pacto de San José de Costa Rica", aprobada el 22 de Noviembre de 1969 y vigente des de el 18 de Julio de 1978. En su
preámbulo se reconoce "que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacional de determina do
Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una protección
internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o complementaria de la que ofre ce el derecho interno de los
Estados americanos".

En el art. 1 de esta Convención los Estados se comprometen a respe tar los derechos y libertades de que trata la misma, y a
garantizar su pleno ejercicio a todo ser humano, sin discriminación, alguna. El art. 2 obliga a las partes a adoptar
disposiciones de derecho interno para el fin indicado en el art. 1. El texto se ocupa de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales, y de sus garantías, así como de los de beres de las personas para con la familia, la
comunidad y la humanidad. Instituye, por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Hu manos (la Comisión) y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (la Corte). La primera se compone de siete miembros y debe promover la
observancia y defensa de los derechos humanos. La Corte se forma con siete jueces, y conoce de casos que le son
sometidos por los Estados y por la Comisión, siempre que ésta no haya podido llegar previamente a una solución. Sus fallos
son motivados.

El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre De rechos Humanos, aprobado por resolución de la Asamblea
General de la OEA, de 17 de Noviembre de 1988, se propone, según su preámbulo, definir los derechos económicos,
sociales y culturales y establecer los mecanismos para su protección. Su articulado se refiere, entre dichos derechos, al de
trabajar, a las condiciones de trabajo, a los derechos sindicales y de huelga, a la seguridad social, a la salud, alimentación,
educación y cultura, a la protección de la familia, la infancia, la ancianidad, etc.

c) A nivel regional europeo puede mencionarse la Convención para la protección de los Derechos Humanos y las libertades
Fundamentales (la Convención Europea), firmada en Roma el 4 de Noviembre de 1950 y vigente desde el 3 de Septiembre
de 1953. Incluye so lamente los derechos de tipo liberal, o sea aquellos de que se ocupa el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos. Se prohíbe el trabajo forzoso, en cuanto atenta contra la libertad, la integridad y seguridad de la persona,
y se protege asimismo el matrimonio y la familia.

El Protocolo adicional a la Convención Europea, aprobado el 20 de Mayo de 1952, entró en vigencia el 18 de mayo de 1954.
Consigna disposiciones complementarias y habla del derecho y la libertad de educación,

3.-DECLARACIONES DE DERECHOS EN LAS CONSTITUCIONES

Las "Declaraciones de Derechos", con sus respectivas garantías, ocupan los primeros lugares en las constituciones del
estado de derecho burgués que aparecieron desde fines del siglo XVIII, como consecuencia de las revoluciones
norteamericana y francesa.

Cuando la Constitución de los Estados Unidos de América, aprobada en Filadelfia en 1787, fue sometida a la ratificación de
los Estados, éstos se dieron cuenta de que ese documento no mencionaba los derechos individuales y libertades por los que
la Unión había luchado contra la corona y obtenido su independencia. Muchos Estados, antes de ratificar la, insistieron en
que se le agregase una Declaración de Derechos. Se proyectó entonces doce enmiendas, con ese propósito, de las que diez
fueron aprobadas y agregadas en 1791 a la Constitución. En consecuencia, las diez primeras enmiendas, que tratan sobre
varios derechos, como la libertad de conciencia, de culto, de opinión, de prensa, de manifestación, de petición, la seguridad
personal, del domicilio, de la correspondencia, contra registros y detenciones arbitrarias, derecho de defensa, juicio por
jurados, etc., se conocen como la Declaración de Derechos de la Constitución estadounidense.

A partir de 1791 todas las constituciones revolucionarias de Francia estuvieron precedidas por declaraciones de derechos.
La de 29 de Mayo de 1793 aludía a la libertad, la igualdad, la seguridad, la propiedad y la resistencia a la opresión. Al
finalizar la I Guerra Mundial, las nuevas constituciones europeas consignaron sendas declaraciones de derechos. Así ocurrió
con la alemana de Weimar (1919), la soviética de 1918, y la española de 1931.

Después de la Segunda Guerra Mundial, como resultado de la victoria aliada sobre las dictaduras nazi-fascistas, que habían
escarnecido los derechos fundamentales en los países invadidos y ocupados, renace la tradición de declarar el respeto a
esos derechos en el marco constitucional. Así el preámbulo de la Constitución francesa de 27 de Octubre de 1946, declaraba
que "el pueblo francés reafirma solemnemente los derechos y libertades del hombre y del ciudadano consagrados por la
Declaración de Derechos de 1789 y los principios fundamentales reconocidos por las leyes de la república". El preámbulo de
la Constitución de 4 de Octubre de 1958 declara que "el pueblo francés proclama solemnemente su adhesión a los derechos
del hombre y a los principios de la soberanía nacional, definidos por la Declaración de 1789, confirmada y completada por el
preámbulo de la Constitución de 1946".

La Constitución española de 1978 consigna en su preámbulo su propósito de "proteger a todos los españoles y pueblos de
España en el ejercicio de los derechos humanos".

La mayoría de las constituciones latinoamericanas consignan breves preámbulos a guisa de declaraciones de derechos. Las
del Perú (1993); Argentina (1994); Brasil (1988); Colombia (1991); Costa Rica (1949); Honduras (1982); Nicaragua (1986);
Panamá (1972); Venezuela (1999), y Guatemala (1985), siguen esta línea.

La constitución boliviana carece de preámbulo, y, además, los derechos fundamentales son enunciados simplemente en el
art. 7°., a diferencia de las otras constituciones que consagran varios capítulos a los derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales, que allí son definidos y explicados.
TEMA 21
GARANTIAS DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

1.-CONCEPTO

Dice André Hauriou que "las garantías de derechos se presentan o pretenden presentarse como reglas positivas y
obligatorias, con valor vinculante, e imponiéndose en particular al legislador ordinario". (D) Tal es el caso, agrega, del
párrafo 3 del Título I de la Constitución francesa de 1791 que previene que "el poder Legislativo no podrá hacer ley alguna
que lesione y suponga un obstáculo al ejercicio de los derechos naturales consignados en el presente título y garantizados
por la Constitución". Es también el caso de la Enmienda Nº 1 de la Constitución estadounidense de 1787, que dice: "El
Congreso no podrá aprobar ley que coarte la libertad de palabra y de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse
pacificamente y a solicitar reparación de cualquier agravio". En nuestro caso tenemos el art. 32 que dispone que "nadie será
obligado a hacer lo que la Constitución y las leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohíban".

Rafael Bielsa dice que garantía es "un recurso o medio de poner en movimiento a la autoridad para que restablezca el
derecho subjetivo cuando éste es violado". Loewenstein dice que "el reconocimiento y protección de los derechos
fundamentales son el núcleo especial del sistema político de la democracia constitucional... Reconocimiento y observancia
de las libertades fundamentales separan el sistema político de la Democracia Constitucional de la autocracia". "Las garantías
-dice César E. Romero- son las seguridades jurídico institucionales que la propia ley señala para hacer posible la vigencia de
los derechos y libertades reconocidos u otorgados".

La constitución francesa de 1793 contenía una sección denominada "garantía de los Derechos", y lo propio ocurrió con la
del año VIII, las de 1814,1830 y 1852. Después de la Primera Guerra Mundial, la mayoría de las Constituciones occidentales
consignan un capítulo relativo a esta materia.

Hay dos tipos de garantías constitucionales: las llamadas garantías políticas, que provienen de preceptos básicos como la
separación de órganos, que impide la concentración y el abuso del poder (art. 2); los juicios de responsabilidad contra altos
dignatarios y funcionarios del Esta do por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones (art. 68-11 y 118 5); juicios
contra las resoluciones del Poder Legislativo (art. 120-5). Las otras garantías son jurisdiccionales, que dependen de los
tribunales competentes. "El único modo efectivo de restablecer el derecho es la garantía jurídica -dice Bielsa-; es decir, el
recurso jurisdiccional, sea judicial, sea contencioso-administrativo, sea jerárquico".

Toda garantía consta en un precepto constitucional que puede ser de orden principista, como el referido art. 2; que
atribuye al individuo un derecho subjetivo concreto (arts. 9 y 16); que prohibe a la autoridad realizar u ordenar actos contra
el individuo (art. 12); y exime a éste de responsabilidades en casos que, de no existir la norma, le harían responsable (art.
20).

Algunos autores y textos constitucionales confunden derechos con garantías, asignando a aquéllos el carácter de éstas,
como si fueran sinónimos. En los capítulos XIII y XIV hemos explicado los conceptos de derechos y de declaraciones, y en el
presente nos ocupamos de las garantías, que son los medios de que puede valerse el individuo, mediante una acción ante
las autoridades competentes, para hacer respetar sus derechos amenazados, restringidos o violados.

Las garantías suelen constar en preceptos constitucionales, en leyes especiales (de amparo, de "habeas corpus", de
inconstitucionalidad), o estar confiadas a funcionarios y tribunales específicos (el "ombudsman", los tribunales de garantías
constitucionales),y en pactos o convenciones internacionales. El art.8 del Pacto de San José de Costa Rica enumera las
garantías judiciales que asisten a la persona para ejercer su derecho de defensa.

2.- CLASIFICACION DE LAS GARANTIAS

Básicamente hay dos tipos de garantías constitucionales: las llamadas garantías políticas, que provienen de preceptos
básicos como la separación de órganos, que impide la concentración y el abuso del poder (art. 2); los juicios de
responsabilidad contra altos dignatarios y funcionarios del Estado por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones
larts. 68-11 y 118-5): juicios contra las resoluciones del Poder Legislativo (art. 120-5). Las otras garantías son
jurisdiccionales, que dependen de los tribunales competentes. "El único modo efectivo de restablecer el derecho es la
garantía juridica -dice Bielsa-, es decir, el recurso jurisdiccional, sea judicial, sea contencioso-administrativo, sea jerárquico".
Algunos autores clasifican las garantías en individuales, colectivas y procesales. Las primeras se relacionan con la libertad y
otros derechos individuales, y entre ellas citamos el Habeas Corpus, el Amparo Constitucional y el Habeas Data. Las
segundas se relacionan con los derechos, económicos y culturales reconocidos en el siglo XX por el Constitucionalismo social
y por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Entre éstas tenemos la huelga laboral, la sindicalización de
trabajadores, la protección a la familia, a la salud y la educación, etc.

Las garantías procesales, llamadas también "garantías de la seguridad jurídica" o "garantías de justicia", permiten que las
dos anteriores se hagan efectivas, pues son de carácter instrumental. Las garantías procesales se realizan a través de tres
instituciones:

1) jueces y tribuna les competentes, que ejercen jurisdicción con independencia institucional;
2) el debido proceso;
3) normas procesales que permiten a los prime ros realizar el debido proceso cuando son requeridos para ello.

En la garantía del debido proceso concurren otras garantías propias del derecho de defensa, a las que nos referimos en el
Capítulo XXVIII de esta Primera Parte, como la presunción de inocencia, a ser asistido por un defensor legal, a ser oído y
juzgado antes de ser condenado o que la condena se base en una ley anterior al proceso, o en leyes posteriores cuando
sean favorables al encausado (art. 16 CPE.); la gratuidad, publicidad, celeridad y probidad en el juicio (art. 116-X de la CPE);
el derecho a no declarar contra sí mismo en materia penal, o contra sus parientes; a no ser juzgado por comisiones
especiales ni sometido a otros jueces que los designados con anterioridad al hecho de la causa (art. 14 CPE);

3.- EL "OMBUDSMAN"

Es una institución del derecho escandinavo, originada en Suecia en 1809. Se trata de un funcionario público designado por
el Congreso para recibir e investigar las quejas de los ciudadanos sobre abusos de que sean víctimas en sus derechos. Es un
árbitro independiente e imparcial entre el gobierno y los individuos. Su competencia se extiende a todos los órganos y
oficinas del gobierno, directorios y comisiones, con excepción, en algunos países (Noruega y Nueva Zelandia) de los
gobiernos municipales; de las decisiones del gabinete de ministros (Nueva Zelandia, Noruega y Suecia), y de los jueces
(Dinamarca, Nueva Zelandia y Noruega). Tiene autoridad para recomendar y aconsejar, pero no para ejecutar.

Entre los precursores de esta institución se menciona en China al Yuan, o cuerpo de inspectores para el control de la
burocracia; al tribu no en Roma; el Justicia Mayor en Aragón y a los Consejos de Censores en la administración colonial de
Norte América.

Finlandia instituyó un "Ombudsman" en 1919, Dinamarca en 1953, Noruega en 1963, Alemania Occidental en 1956 y Nueva
Zelandia en 1962. Francia lo adoptó en 1973 con el título de "Mediateur" (mediador), y España en 1983 con el de "Defensor
del Pueblo". En Gran Bretaña, la ley del Comisionado Parlamentario, de 1967, se inspira en la institución escandinava, y
faculta a dicho agente a controlar, investigar y señalar los errores, deficiencias y delitos de la administración.

La Constitución Política de Guatemala autoriza al Congreso a nombrar una Comisión de Derechos Humanos y un Procurador
de los Derechos Humanos, que debe reunir las condiciones de Magistrado de la te Suprema de Justicia y está rodeado de las
inmunidades y prerrogativas de que gozan los diputados en el Congreso. Se ocupa de promover el buen funcionamiento de
la administración, investigar toda clase de denuncias sobre violaciones de los derechos humanos, censurar pública mente
los actos contrarios a los derechos constitucionales, promover acciones o recursos, etc. (arts. 273 al 275).

La alcaldía de la ciudad de Buenos Aires (Argentina) instituyó en 1985 el cargo de Defensor del Pueblo, designado por el
Consejo Municipal, para supervisar la correcta administración municipal y señalar las deficiencias, abusos, negligencias,
demoras en los trámites, desconsideración con el público, dolo e irregularidades.

El art. 86 de la Constitución argentina de 1994 instituye el Defensor del Pueblo, nombrado y removido por el Congreso y
encargado de la defensa y protección de los derechos humanos, para lo que goza de "plena autonomía funcional". Dura
cinco años en su cargo y tiene las inmunidades y privilegios de que gozan los legisladores.

Los artículos 281 a 284 de la Constitución de Colombia de 1991 crean el Defensor del Pueblo como parte del Ministerio
Público, elegido por la Cámara de Representantes para un período de cuatro años, con la misión de velar por la promoción,
el ejercicio y la divulgación de los derechos humanos, con facultades de organizar y dirigir la defensoría pública, interponer
acciones populares, presentar proyectos de ley, informar al Congreso, etc.

La Constitución de Perú (1993) consigna en su arts. 161-162 la Defensoría del Pueblo, cuyo titular es elegido y removido por
dos tercios de votos del Congreso, para un período de cinco años, con facultades y prerrogativas similares a las establecidas
en las constituciones de Argentina y Colombia.

Bolivia adoptó esta institución en la reforma constitucional de 1995 (arts. 127 a 131), con un Defensor del Pueblo elegido
por dos tercios de votos del Congreso, por cinco años, cuyas facultades, privilegios y obligaciones son similares a los
consignados en otras legislaciones.

4.- TRIBUNALES DE GARANTIAS CONSTITUCIONALES

Estos son tribunales constituidos especialmente para examinar y declarar la constitucionalidad de las leyes, decretos,
resoluciones, reglamentos y otros actos administrativos, y para garantizar judicialmente el ejercicio de los derechos
fundamentales. En el Cap. VI, punto 2. a), nos hemos referido a los orígenes de estos tribunales y a su adopción en varios
países de Europa y América. En Francia se denomina Consejo Constitucional; en Alemania Corte Constitucional Federal; en
Perú y Ecuador, Tribunal de Garantías Constitucionales; en Colombia, Corte Constitucional; en Chile, Tribunal Constitucional,
y en Guatemala, Corte de Constitucionalidad. En este país, además de las atribuciones señaladas la Corte conoce de las
acciones de amparo contra el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, el presidente y vicepresidente de la república; y ante
apelación de todos los recursos de amparo interpuestos ante cualquiera de los tribunales de justicia. Además compila la
jurisprudencia y resuelve conflictos de jurisdicción. En Bolivia se llama Tribunal Constitucional (ver arts, 119 a 121).

5.- TEORIA Y REALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

En los dos capítulos precedentes hemos seguido la evolución histórica de los derechos fundamentales, hemos subrayado su
importancia y su valor, hemos mencionado las declaraciones y convenios de mayor trascendencia en la materia. En este
capítulo hemos tratado de las formas que asumen las garantías de estos derechos.

Nadie se atrevería a negar la necesidad de preservar y defender es tos derechos, que están entre los valores más altos de la
condición humana. Sin embargo, hay gran distancia entre la teoría y la realidad, entre el texto de la constitución y de las
leyes y lo que ocurre en la vida cotidiana. Grandes sectores de la población viven frustrados y desmoralizados por esta
realidad. Hasta los estudiantes de Derecho señalan con frecuencia el contrasentido entre lo que se les enseña y lo que ven,
como si llegaran a dudar de la utilidad de sus estudios.
En los párrafos que siguen trataremos de explicar los factores, casi siempre incontrolables, que alimentan estas
contradicciones:
a) Los gobiernos de fuerza, que oprimen a dos tercios de la humanidad y hacen tabla rasa de los derechos fundamentales
para conservar el poder y los privilegios de minorías ávidas e insaciables.
b) La violencia generalizada que azota al mundo, inflamada por la miseria, el fanatismo y la codicia.

c) La ignorancia de sus derechos en que vive la mayor parte de la humanidad, que no tiene acceso a la educación básica y
menos todavía a la educación superior. Esta ignorancia le impide luchar por sus derechos y le mantiene en humillante
resignación.

d) Un cúmulo de factores que determinan la ineficiencia, la inmoralidad el abuso de las administraciones públicas,
particularmente en los países dependientes. Entre esos factores están la deuda externa, la pobreza de los servicios
elementales como la educación, la salud, la vivienda, la higiene, etc.

e) El auge del neoliberalismo, que exalta los méritos del capitalismo y de la propiedad privada en detrimento de los valores
sociales y humanitarios de la población.

f) El conflicto entre la libertad humana y la seguridad colectiva que se traduce en "el miedo a la libertad", por el que muchos
prefieren sentirse "protegidos" en un Estado autoritario que reprime las liberta des personales para "garantizar la
"tranquilidad" general.

A pesar de la realidad descrita e ilustrada los derechos de las personas tienen un valor intrínseco por el que la humanidad
ha luchado desde los primeros tiempos, y es seguro que seguirá luchando mientras hayan déspotas, villanos y lacayos que
abusan del poder impuesto por la fuerza.

TEMA 22
LIBERTAD DE LOCOMOCION
1.-CONCEPTO

Este derecho está declarado en el art. 7, inc. g) de la C.P.E., que dispone que toda persona puede "ingresar, permanecer,
transitar y salir del territorio nacional", con la garantía del art. 9, según el que "nadie pue de ser detenido, arrestado ni
puesto en prisión, sino en los casos y según las formas establecidas por ley..." Esta garantía se hace efectiva con el habeas
corpus, de que trata el art. 18.

La libertad de locomoción es un derecho fundamental para que el hombre pueda crecer, desarrollarse biológica y
mentalmente, estudiar, trabajar, viajar y participar en todas las actividades de la vida social. No se concibe un ser humano
normal que esté inmóvil, aislado, paralizado y privado de las funciones propias de su naturaleza. Por esto es que las
detenciones ilegales y arbitrarias y las restricciones abusivas de este derecho son, además de atropellos a la Constitución,
crímenes contra-na tura, porque anulan o tratan de anular una facultad con la que nace el hombre, de la cual ha sido
dotado, antes de nacer, por la Naturaleza.

La mayoría de las Constituciones políticas consagran este derecho en los términos en que lo hace la de Bolivia. La de México
(art.ll) expresa: "Todo hombre tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de
residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvo-conducto u otros requisitos semejantes.... La de
Guatemala (art. 26) agrega que "los guatemaltecos pueden entrar y salir del país sin llenar el requisito de visa". La de Costa
Rica (art. 22) previene que "no se podrá exigir a los costarricenses requisitos que impidan su ingreso al país".

Este derecho se halla asimismo previsto en las declaraciones y convenciones internacionales. La D.U.D.H. dice en su art. 13:
"Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene
derecho a salir de cualquier país, del propio, y a regresar a su país". Y la D.A.D.D.H. en su art. 8: "Toda persona tiene el
derecho de fijar su residencia en el territorio del Estado del que es nacional; y transitar por él libremente y no abandonarlo
sino por su voluntad".

La Convención Americana sobre Derechos Humanos prescribe en su art. 22: "Toda persona tiene derecho a una Toda
persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si no tiene derecho a otra. Nadie puede ser
expulsado del territorio del Estado del cual es nacional, ni ser privado del derecho a ingresar en el mismo. El extranjero que
se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en la presente Convención, sólo podrá ser expulsado de él en
cumplimiento de una decisión adoptada con forme a ley. Es prohibida la expulsión colectiva de extranjeros".

2.- LIMITACIONES

En el capítulo XIII hemos visto que, si bien los derechos fundamentales son absolutos en principio, como lo fundamenta Carl
Schmitt, su ejercicio está regulado por leyes especiales en atención a los derechos de los demás, al orden público y al interés
colectivo.

En cuanto a este derecho específico, el art. 22 citado del Pacto de San José consigna las siguientes limitaciones:

"El ejercicio de los derechos anteriores no puede ser restringido sino en virtud de una ley, en la medida indispensable en
una sociedad democrática, para prevenir infracciones penales o para proteger la seguridad nacional, la seguridad o el orden
público, la moral o la salud públicas o los derechos y libertades de los demás".

"El ejercicio de los derechos reconocidos en el inciso 1 puede asimismo ser restringido por la ley, en zonas determinadas,
por razones de interés público".

3.- LIMITACIONES EN LA LEGISLACION BOLIVIANA

De manera general, encontramos limitaciones al derecho de locomoción en las siguientes áreas:

a) A los bolivianos.- Para viajar al exterior requieren de pasaporte y autorización de salida que deben recabar de las
Administraciones Departamentales de Migración, según el art. 25, inciso h) del D.S. N° 24423, de 29 de noviembre de 1996

No pueden salir del territorio nacional los bolivianos sobre quienes la autoridad judicial competente haya decretado arraigo,
medida precautoria que debe ejecutarse por la Dirección Nacional de Inspectoría y Arraigo, que lleva y controla el Registro
Nacional de Arraigos (art. 20, inc. m) del D.S. N° 24423).

b) A los Extranjeros.- El D.S. citado en el párrafo a) que precede con tiene las siguiente disposiciones:

b.1. Ingreso y Salida.- Los cónsules de Bolivia en el exterior pueden otorgar a los extranjeros visas en tránsito, de turismo,
de objeto determinado y de estudiante, según los casos, para lo que los interesados deben presentar pasaportes válidos
(arts. 29 y 26).

Las Administraciones Departamentales de Migración autorizan la salida del país de ciudadanos extranjeros que tienen
permanencia temporal o radicatoria (art. 25, inc. d)
b.2. Permanencias y radicatorias.- Las siguientes autoridades pueden conceder permanencias temporales y radicatorias en
Bolivia:

- Dirección Nacional de Extrajería, hasta de dos años. - Las Administraciones Departamentales de Migración, hasta un año.

- La Subsecretaría de Migración, radicatorias (arts. 18 inc. d), 25 inc. a) y 37).

b.3. Expulsión.- La Dirección Nacional de Inspectoría y de Arraigos

puede "resolver, mediante Resolución motivada, la expulsión de extranjeros no comprendidos en situación de asilados
políticos o refugiados, que directa o indirectamente infringieran la Constitución y las leyes de la República, alentaran su
desobedecimien to, incursionaran en problemas de política interna... o estuvieren comprendidos en cualquiera de las
causales establecidas en el artículo 48" (arts. 20, inc. h), y 48).

4.- HABEAS CORPUS

Este recurso constituye la garantía principal para la defensa de la libertad del hombre. Es el complemento indispensable de
la Declaración de los Derechos del Hombre, dice José Carrasco, quien agrega: "Sin es te recurso, esa declaración es teórica,
ideal, abstracta y casi siempre inútil". El mismo autor sostiene que la exclusiva misión del "habeas corpus" es garantizar la
libertad individual en la acepción restringida a la libertad física, o sea a la libertad de locomoción. El único derecho en favor
del cual se puede invocar el "habeas corpus" es la libertad de locomoción.

Para Blackstone, el habeas corpus "es la primera de las garantías de la libertad civil, pues, como tal ella ampara al ciudadano
contra las sospechas infundadas, las persecuciones de las autoridades y los abusos de la administración de justicia" He aquí
algunas definiciones:
"Es el medio extraordinario de asegurar la libertad de locomoción a los que ilegalmente están privados de ella, o
amenazados de serlo". (Mendoza).

"Es un recurso extraordinario instituido para hacer cesar de pronto e inmediatamente la prisión o constreñimiento ilegal"
(Lafayette).

a) Antecedentes.- El origen de esta institución se remonta al derecho romano, de donde toma el nombre. Cuando se
pretendía esclavizar a un hombre libre, éste podía recurrir un interdicto llamado "de homine libero exhibendo" ante el
Pretor, quien ordenaba que fuera conducido ante su autoridad para examinar el caso y ponerle en libertad si la detención
se había hecho con "dolo malo".

La institución evolucionó en Inglaterra hasta asumir sus características actuales. Antes de la Carta Magna varios mandatos
(writs) cumplían algunas funciones del habeas corpus, como el de odio et atia que servia para evitar la prisión en casos de
sindicaciones por delitos graves. Al final del siglo XV los tribunales de derecho común usaron el mandato para ejercer
jurisdicción contra las pretensiones de los tribunales rea les. Se dice que la historia moderna de la institución para proteger
la libertad personal contra las autoridades, empezó en el reinado de Enrique Vil (1485-1509) con el habeas corpus ad-
subjicendum en favor de personas presas por el privy council. En el reinado de Carlos I (siglo XVII), funcionaba el mandato
contra prisiones ilegales dispuestas por tribunales inferiores o agentes públicos. En el caso Darnel (1627) se decidió que el
habeas corpus ad-subjicendum no afectaba las órdetes de prisión emanadas del rey. En la Petición de Derechos (1628) el
Parlamento trató de corregir esta situación alegando que "ningún hombre libre sea arrestado ni detenido de esa manera", y
la ley de 1641 dis puso que cualquier persona presa por una corte especial, por el rey o por lidad de su arresto. La ley de
habeas corpus de 1679 estableció un pro el privy council, tenía derecho de habeas corpus para probar la ilegacedimiento
definido para la efectividad del mandato, autorizando a los jueces a emitirlo cuando las cortes estuvieran de vacaciones y
disponiendo severas penas contra los jueces que sin causa justificada omitiesen cumplir ese deber. Esta ley se aplicaba sólo
en los casos de prisión dispuesta por las autoridades; el Estatuto de 1816 extendió el beneficio los privados de libertad por
personas particulares. Finalmente, la Ley de Administración de Justicia de 1960 introdujo innovaciones importantes en los
procedimientos de esta materia.

Los tribunales coloniales de Inglaterra en Norteamérica adoptaron la institución, trasplantada desde la metrópolis. En 1692,
Carolina del Sur y Massachusetts aprobaron leyes similares a la inglesa de 1679. El primer congreso de la Unión
norteamericana sancionó leyes facultando a los jueces de la Corte Suprema de Justicia y de los tribunales de dis trito a
conceder el mandato. La Constitución estadounidense dispone que el habeas corpus "no se suspenderá sino cuando la
seguridad pública lo requiera por casos de rebelión o invasión" (art. 1).

En el derecho español se menciona como antecedente el derecho de manifestación que se ejercía ante el Justicia Mayor, en
el reino de Aragón (siglo XII), para resguardar la libertad personal y ser juzgado con forme a la ley. Como se sabe, el Justicia
Mayor era el magistrado supremo de ese reino, encargado de hacer observar los fueros y de administrar justicia entre todos
los súbditos.

5.- EL HABEAS CORPUS EN BOLIVIA

Esta garantía fue aprobada como la reforma institucional No 1 introducida por el referéndum de 11 de enero de 1931. El
D.S. de 9 de Febrero de ese año incorporó las reformas refrendarias a la Constitución Política del Estado, y en consecuencia
en el texto de la constitución de 1938 apareció por primera vez el habeas corpus tal como lo define el actual art. 18 de la
Constitución.

Anteriormente sólo existía en nuestra Constitución la disposición del actual art. 9, en sentido de que "nadie puede ser
detenido, arrestado ni puesto en prisión, sino en los casos y según las formas establecidas por ley, requiriéndose para la
ejecución del respectivo mandamiento que és te emane de la autoridad competente y sea intimado por escrito."

Características del recurso

a) Procedencia.- Cuando una persona, cualquiera que sea, nacional o extranjera, hombre o mujer, letrado o iletrado, cree
"estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada o presa", procede este recurso que protege a todo el mundo
no sólo en caso de detención o apresamiento ilegales, sino también cuando hay persecución o sim pie sospecha de
persecución.

b) Personería.- Puede interponerlo personalmente el afectado o cual quiera a su nombre, con poder notariado o sin él, lo
que facilita ampliamente su ejercicio.
c) Competencia. Son competentes para conocer este recurso las Cortes Superiores de Distrito y los juzgados de Partido, a
elección del recurrente. Donde no hubiere Juez de Partido, podrá interponérselo ante un Juez Instructor (en provincias).
Esta previsión tiende a asegurar la efectividad de la garantía.

d) Citación. Esta se practicará personalmente o por cédula en la oficina de la autoridad demandada, y la orden será
obedecida sin observación ni excusa, dice el art. 18, tanto por el citado cuanto por los en cargados de las cárceles, sin que
éstos puedan desobedecer alegando órdenes superiores.

e) Audiencia.- "La autoridad judicial señalará de inmediato día y hora de audiencia pública, dice el art. 18, disponiendo que
el actor sea conducido a su presencia". La audiencia, una vez iniciada, no podrá suspenderse por ningún motivo, lo que
garantiza la celeridad y efectividad de la garantía.
Si el demandado no concurre a la audiencia, ésta se realizará en su rebeldía y la resolución se basará en la exposición de la
demanda. Si después de asistir se retira antes de escuchar la sentencia, "ésta será notificada válidamente en estrados"
Todas las previsiones tienen por objeto asegurar la realización y conclusión de la audiencia, evitando los subterfugios con
que el demandado podría demorar o impedir el ejercicio del recurso.

f) Sentencia.- Instruida de los antecedentes en la audiencia, la autoridad pronunciará allí mismo la sentencia en uno de
estos tres sentidos:

1. Ordenando la libertad del detenido (si no hay motivo legal alguno para su detención o apresamiento).
2. Haciendo que se reparen los defectos legales, si los hubiere, en el trámite que dio lugar a la detención, persecución,
o procesamiento del demandante.
3. Poniendo al demandante a disposición del Juez competente, si hay materia justiciable.
g) Revisión.- La sentencia será elevada de oficio al Tribunal Constitucional, para su revisión, en el plazo de 24 horas.

h) Ejecución.- Nada, ni siquiera la revisión, impedirá la ejecución de la sentencia, que debe ser inmediata para que el
recurso no resulte burla para ninguna circunstancia.

i) Responsabilidad Penal.- El art. 18 concluye prescribiendo que los funcionarios públicos o personas particulares que
resistan las deci siones judiciales, en los casos previstos por éste Articulo, serán remi tidos por el orden de la autoridad que
conoció el habeas corpus, ante el juez en lo penal para su juzgamiento como reos de atentado contra las garantias
constitucionales. La autoridad judicial que no precedie ra conforme a lo dispuesto por éste Articulo quedará sujeta a
sanción con arreglo al art. 123, inc. 3°. de esta Constitución.

La Ley No. 1836, de 1º de abril de 1998 de Tribunal Constitucional. contiene el capítulo, IX del Titulo IV, relativo a esta
materia, cuyo art. 91-VI dispone que:

"Sin perjuicio de la ejecución del fallo, si el Tribunal no contara con los elementos necesarios que permitan la calificación de
los daños y per juicios, con este fin abrirá término incidental de 8 días para que se acrediten los mismos, y pronunciará
resolución en el plazo de tres días, ordenando asimismo la retención de haberes y el embargo de los bienes de la autoridad
recurrida a los efectos de dicha reparación".
Esta es una disposición nueva que no existía en la CPE, ni en el CPC. Entendemos que el habeas corpus, como el Amparo
Constitucional, debieron ser materia de sendas leyes orgánicas y no de un capítulo en la Ley T.C., que sólo conoce en
revisión de estos recursos.

Delitos Infraganti.

El habeas corpus no procede en los casos de delincuentes sorprendi dos infraganti, es decir cuando el delito se descubre en
el momento de cometerse o inmediatamente de cometido y no hay dudas sobre el autor del mismo.

El art. 10 de la Constitución dispone, al respeto, que "todo delincuen te "infraganti" puede ser aprehendido aun sin
mandamiento por cual quier persona, para el único objeto de ser conducido ante la autoridad o el Juez competente, quien
deberá tomarle su declaración en el plazo má ximo de 24 horas".

6.- OBLIGACION DE ENCARGADOS DE PRISIONES

El art. 11 dispone que "los encargados de las prisiones no recibirán a nadie como detenido, arrestado o preso sin copiar en
su registro el mandamiento correspondiente. Podrán, sin embargo, recibir en el recinto de la prisión a los conducidos con el
objeto de ser presentados, cuando más dentro de las 24 horas, al juez competente".

TEMA 23

AMPARO CONSTITUCIONAL

1.- CONCEPTO

El amparo constitucional es una garantía jurisdiccional que protege los derechos fundamentales de la persona (con
excepción de la libertad de locomoción), cuando éstos son violados, restringidos o amenazados por una autoridad
cualquiera o por particulares. Se trata de una garantía muy amplia a la que, sin embargo, sólo se puede recurrir cuando no
hay otra vía que franquee la ley para la protección de los derechos individuales.

El jurista mexicano Alfonso Noriega define esta institución así:

"El amparo es un sistema de defensa de la Constitución y de las garantías individuales, de tipo jurisdiccional, por vía de
acción que se tramita en forma de juicio ante el Poder Judicial Federal y que tiene como materia las leyes o actos de la
autoridad que violen las garantías individuales, o impliquen una invasión de la soberanía de la Federación en la de los
Estados o viceversa y que tiene como efectos la nulidad del ac to reclamado y la reposición del quejoso en el goce de la
garantía viola da, con efectos retroactivos al momento de la violación".

2.- ORIGENES
Se atribuye al legislador mexicano Manuel Crescencio Rejón el haber presentado en 1823 un proyecto de procedimiento de
amparo constitucional. Por esa época había en Yucatán (donde nació Rejón) unos juicios de posesión de tierras llamados de
amparo, nombre que el autor tomó para su proyecto. Se dice que Rejón fue el primero que en México enu meró los
derechos del hombre en un capítulo especial de su proyecto, que después pasó a ser el art. 7 de la Constitución de 1881.

Según Noriega, el juicio de amparo tomó fisonomía propia en la Constitución de 1857, y en 1861 se aprobó la primera ley
reglamentaria de los arts. 101 y 102 de la Constitución, promulgándose en 1869 la se gunda de esa naturaleza. La
Constitución actual, vigente desde 1917, consigna el amparo en sus arts. 107 y siguientes.

De México pasó la institución a otros países de América, entre éstos Bolivia.

3.- NATURALEZA DEL AMPARO

Esta institución recibe distintos nombres en la legislación compara da. Se le llama acción, recurso, procedimiento, juicio e
interdicto. En la Constitución Argentina (art. 43) se le llama acción, lo mismo que en las constituciones de Guatemala (art.
272), de Perú (art. 200), y de Venezuela (art. 27). En las Constituciones de Bolivia (art. 19), de Costa Rica (art. 48), de
Honduras (art. 183) y de Panamá (art. 49) se le desig na recurso.

La de México (art. 107), juicio, y la ley de Procedimientos Constitu cionales de El Salvador, de 14 de Enero de 1960, alude al
"derecho de amparo".

A propósito de estas denominaciones, Bielsa dice que el término ac ción supone un derecho lesionado, no importa por
quién, mientras que "recurso significa acto por el que se promueve un juicio o impugnación contra otro acto o decisión". El
recurso -añade- funciona dentro del pro ceso, y debe interponerse dentro de un término.

Cabanellas, por su parte, aclara que en derecho procesal acción es la facultad de requerir la actividad judicial y promover
una decisión, aun careciendo de todo derecho... El recurso, por el contrario, requiere para ser interpuesto de la decisión
previa de una autoridad judicial o admi nistrativa, cuya revocación o modificación se pide. En este sentido, es más propio
hablar de acción en el amparo, que no de recurso.
Los juristas mexicanos fundamentan la denominación de juicio para el amparo en el trinomio jurídico de Calamandrei: la
jurisdicción, la ac ción y el proceso. Hay una jurisdicción, reservada a los tribunales cons titucionales; hay una acción, por la
cual el agraviado promueve una de cisión de parte de esos tribunales; y esa acción da lugar a un proceso o conjunto de
actuados mediante los cuales se motiva la decisión de los jueces competentes.

4.- EL JUICIO DE AMPARO EN MEXICO

Jesús Angel Arroyo enumera los siguientes principios en que se basa esta institución en su país: a) instancia de parte, que es
indispensable para abrir el proceso; b) existencia de agravio personal y directo contra quien promueve el juicio, o alegación
de que tal agravio existe, aunque se demuestre luego que no existió; c) relatividad de las sentencias de amparo, en sentido
de que éstas han de referirse a casos especiales y a individuos concretos, y no surten efectos "erga omnes"; d) principio de
definitividad, que significa que el amparo procede cuando no existe otra via legal para defender los derechos.

No existe en México un juicio de amparo, sino tres, dice Arroyo, que son los siguientes:

El juicio de amparo directo, del que conocen los tribunales Cole giados o la Suprema Corte de Justicia, en contra de
sentencias definiti vas (civiles, penales o administrativas) o de laudos de las Juntas de Con ciliación y Arbitraje. Es un juicio
de legalidad y se llama amparo-casa ción, en el que se examinan los errores de procedimiento y de juzga. miento en que
haya incurrido la autoridad judicial.

El juicio de amparo indirecto, de competencia de los jueces de distrito, contra todos los actos de autoridad que no sean
sentencias de finitivas. Este juicio comprende: el amparo contra leyes; el amparo por antonomasia, que protege los
derechos fundamentales; el amparo, segunda instancia de lo contencioso-administrativo; el amparo tutelador de las
competencias federales o locales, y el amparo como control de legalidad. "En otras palabras -dice Arroyo- mediante un
juicio sumarisimo, flexible y ágil, los jueces de distrito pueden declarar que una ley no se ajusta a los preceptos
constitucionales o proteger al individuo contra los abusos más irritantes de la autoridad...".

El juicio de amparo agrario, también reservado a los jueces de distrito, que se tramita según las reglas del juicio de amparo
indirecto, pero que, con la reforma del art. 107 de la Constitución, se dispuso lo siguiente:

"En los juicios de amparo en que se reclamen actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o
de la posesión y distrute de sus tierras, aguas, pastos y montes de los ejidos ya los núcleos de población que de hecho o por
derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberá suplirse la deficiencia de la queja de acuerdo
con lo que disponga la Ley Reglamentaria; y no procederán el desistimiento, el sobre cimiento por inactividad, ni la
caducidad de la instancia, cuando s afecten derechos de los ejidos o núcleos de población comunal”

Este juicio tiene diferencias muy claras con el indirecto, y ningún parecido con el directo, según observa Arroyo.

5.- ACCION DE AMPARO EN ARGENTINA

La ley 16986, de 18 de Octubre de 1966, dispone en su art. I'

"La acción de amparo será admisible contra todo acto u omisión de autoridad pública que, en forma actual o inminente,
lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos o garantías explícita o
implícitamente reconocidos por la Constitución nacional, con excepción de la libertad tutelada por el habeas corpus.

Demandante. Toda persona natural o jurídica podrá deducir la ac ción, por si o por apoderado, y podrán hacerlo también
las asociaciones aunque no tengan personalidad jurídica, siempre que sus estatutos no perjudiquen el bien público (art. 5)

Competencia.- Los jueces de primera instancia del lugar de los actos son competentes para conocer la acción (art. 4).

Sentencia. Esta deberá contener, según el art. 12

a) la mención concreta de la autoridad contra cuya resolución, acto u omisión se conoce el amparo;
b) la determinación precisa de la conducta a cumplir, con las especificaciones necesarias para su debida ejecución;
c) el plazo para el cumplimiento de lo resuelto,

Improcedencia.- El art. 2 previene que "la acción de amparo no será admisible cuando:

a) existen recursos o remedios judiciales o administrativos que permitan obtener la protección del derecho o garantía
constitucional de que se trata;
b) el acto impugnado emanara de un órgano del Poder Judicial o hará sido adoptado por expresa aplicación de la ley 16970
c) la intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la regularidad, continuidad y eficacia de la prestación de
un servicio público, o el desenvolvimiento de actividades esenciales del Estado;
d) la determinación de la eventual invalidez del acto requiriese una mayor amplitud de debate o de prueba a la declaración
de inconstitucionalidad de leyes, decretos u ordenanzas;
e) la demanda no hubiese sido presentada dentro de los quince días hábiles a partir de la fecha en que el acto fue ejecutado
o debió producirse".

Como esta ley limita la acción de amparo a los actos y omisiones de la autoridad pública, la ley 17454 de 20 de septiembre
de 1967, permite que esta acción se dirija también contra los particulares, en estos términos:

"1) cuando se reclamase contra un acto u omisión de un particular que, en forma actual o inminente, lesione, restrinja,
altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta algún derecho o garantía explicita o implícitamente reconocida
por la Constitución nacional, siempre que fuera necesaria la reparación urgente del perjuicio o la cesación inmediata de los
efectos del acto, y la cuestión, por su naturaleza, no deba sustanciarse por alguno de los procesos establecidos por este
Código u otras leyes".

6.- MANDATO DE SEGURANÇA (DE SEGURIDAD) EN BRASIL

La Constitución brasileña de 1988 dispone en su art. 5, parágrafo LXIX, que se concederá este mandato para proteger
derechos líquidos y ciertos, no amparados por habeas corpus ni por habeas data, cuando el responsable por la ilegalidad o
abuso de poder sea autoridad pública o agente de persona jurídica en ejercicio de atribuciones del poder publico.

El art. 102 asigna competencia al Supremo Tribunal Federal para conocer de este mandato contra los actos del Presidente
de la República, de las directivas de las cámaras legislativas federales, del Tribunal de Cuentas de la Unión, del procurador
General de la Republica y del propio Supremo Tribunal Federal. El art. 105 atribuye al Superior Tribunal de Justicia el
conocimiento de este mandato contra los ministros de Estado y el propio Tribunal. Los Tribunales Regionales Federales se
ocupan del mandato contra actos del propio Tribunal y de los jueces federales (108) Como se ve, este mandato se refiere
sólo a las violaciones o restricciones de derechos provenientes de autoridades públicas, y no así de particulares.

7.- EL AMPARO EN OTROS PAISES

Constitución de Perú de 1993, el art. 200, numeral 2 dice que "la acción de amparo, que procede contra el hecho u omisión,
por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la
Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular".

Constitución de Costa Rica de 1982, su art. 48 instituye el recurso de Amparo "para mantener o restablecer el goce de los
otros derechos (con excepción del de libertad) consagrados en esta Constitución"

Constitución de Panamá de 1980, el art. 49 concede este recurso a "toda persona contra la cual se expida o se ejecute, por
cualquier servidor público, una orden de hacer o de no hacer, que viole los derechos y garantías que esta Constitución
consagra...." Agrega que el recurso es sumario y de competencia de los tribunales judiciales.

Constitución de Honduras de 1983, su Art 183 dispone lo siguiente: "El Estado reconoce la garantía de Amparo.

En consecuencia toda persona agraviada o cualquiera otra en nombre de ésta, tiene derecho a interponer recurso de
amparo: 1. Para que se le mantenga o restituya en el goce o disfrute de los derechos o garantías que la Constitución
establece; y,
2. Para que se declare en casos concretos que una ley, resolución, acto o hecho de autoridad no obliga al recurrente ni es
aplicable por contravenir, disminuir o tergiversar cualquiera de los derechos reconocidos por esta Constitución.

El Recurso de Amparo se interpondrá de conformidad con la ley".

8.- EN LA CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HU MANOS

Esta Convención, llamada también Pacto de San José, proclama el derecho de amparo en su art. 25, que a la letra dice:
1. "Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o
la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales. 2. Los Estados Parte se comprometen:

a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema le gal del Estado decidirá sobre los derechos de toda
persona que inter ponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades del recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el
recurso".

La D.A.D.D.H. prescribe que: "art. XVIII Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos.
Asimismo, debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad
que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales con sagrados constitucionalmente".

En la D.U.D.H. se prescribe que:


art. 8, "Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley".

9.- EL RECURSO DE AMPARO EN BOLIVIA

El recurso de amparo fue incluido en nuestra Constitución en 1967 (art. 19). Antes de ese año sólo existía el de habeas
corpus, que algunos pretendían asimilar en sus efectos al moderno recurso de amparo, en defecto de éste; pero el habeas
corpus es esencialmente una garantía de la libertad personal y de locomoción, y no de otros derechos.

mentales que no están expresamente protegidos en otra forma por la Esta garantía ampara con carácter general todos los
derechos funda propia constitución o en leyes ordinarias; y se interpone "contra los actos ilegales o las omisiones indebidas
de los funcionarios o particulares que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos y garantías de la
persona".

Según el artículo citado, el Amparo tiene en nuestro orden jurídico las siguientes características:

a) Naturaleza.- Es un recurso escrito, extraordinario y sumario.


b) Demandante.- Cualquier persona que sienta que uno o más de sus derechos son suprimidos, restringidos o están
amenazados, y que no tiene otra vía expedita para su defensa; personalmente o por inter medio de otra persona, con
poder, a su nombre. El Ministerio Público podrá también interponer de oficio el recurso, cuando no lo hiciere o no pudiere
hacerlo la persona afectada, y el Defensor del Pueblo lo hará sin necesidad de mandato (art. 129 CPE.)
c) Demandado.- Funcionarios públicos o personas particulares que cometan o amenacen cometer actos ilegales u
omisiones no comprendidas específicamente en otras leyes, juicios, acciones o recursos.
d) Tribunales competentes.- Las Cortes Superiores de Distrito en las capitales de departamento y los juzgados de Partido en
las provincias.
e) Citación.- El demandado será citado personalmente o por cédula para que informe y "presente, en su caso, los actuados
concernientes al hecho denunciado en el plazo máximo de 48 horas"; plazo que denota la celeridad asignada al recurso para
evitar que las dilaciones pue dan malograr la garantía..
f) Audiencia.- En audiencia pública en que el demandado se presente o en ausencia del mismo y sobre la base de la prueba
que ofrezca el recurrente, el juzgador pronunciará resolución final concediendo el amparo, si encuentra cierta y efectiva la
denuncia, y "siempre que no hubiere otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías.."
g) Revisión.- La resolución será elevada de oficio al Tribunal Constitucional en el plazo de 24 horas de pronunciada, para su
revisión.
h) Ejecución.- La revisión no suspenderá la ejecución de la resolución, que será ejecutada inmediatamente, y sin
observación, lo mismo que las determinaciones previas de la autoridad, como garantía de rápida protección de los derechos
conculcados.
i) Resistencia.- Los demandados que opongan resistencia a las decisiones judiciales serán sancionados con arreglo al art.
123, inc. 30. de C.P.E.
j) Efectos.- Presentado el recurso y efectuada la citación al agente cuya arbitrariedad se cuestiona, se producen los
siguientes efectos legales, siempre que se compruebe efectiva violación o amenaza de violación de derechos
fundamentales:

1) Cesación inmediata del acto ilegal en curso o cumplimiento de la acción arbitrariamente omitida.
2) Si se trata de la amenaza de suprimir o restringir un derecho, se impide que se consume tal atropello.
3) Si se trata de un acto ilegal ya consumado, la resolución tendrá por objeto restablecer la situación al estado en que se
encontraba antes de la consumación de la arbitrariedad.
4) Si los actos y omisiones ilegales han producido efectos materiales o morales irreparables, en todo o en parte, quedará
expedita al actor la vía de la justicia ordinaria para la demanda de daños y per juicios, que no pueden reclamarse en el
Amparo, por ser éste un recurso sumarísimo y extraordinario.
5) La resolución que pone fin al Amparo sólo surte efecto entre las partes del mismo, y no erga omnes.

Los artículos 94 al 104 de la Ley N° 1836 se refieren a este recurso, determinando los casos en que procede y en los que no
procede, la forma y contenido del recurso, el trámite que debe seguir, las disposiciones que contendrá la resolución, las
responsabilidad de jueces y tribunales cuan do se apartaren de lo dispuesto en los artículos 18 y 19 de la CPE y en los
Capítulos IX y X del Título IV de la Ley, relativos a los procedimientos constitucionales, así como en casos de desobediencia
de funcionarios públicos y de personas particulares.

El artículo 96 dispone que el amparo Constitucional no procede contra:

1. Las resoluciones cuya ejecución estuviere suspendida por efecto de algún medio de defensa o recurso ordinario o
extraordinario interpuesto con anterioridad por el recurrente y en cuya virtud pudieran ser revisadas, modificadas,
revocadas o anuladas,

2 Cuando se hubiere interpuesto anteriormente un recurso constitucional con identidad de sujeto y causa, y contra los
actos consentidos libre y expresamente o cuando hubieren cesado los efectos del acto reclamado.

3. Las resoluciones judiciales que por cualquier otro recurso puedan ser notificadas o suprimidas aún cuando no se haya
hecho oportuno de dicho recurso.

10.- OTRAS GARANTIAS


Nuestra Constitución contempla también garantías a la seguridad y a la integridad física de las personas, al prohibir en su
art. 12 toda es pecie de torturas, coacciones o cualquier forma de violencia fisica o m ral, bajo pena de destitución
inmediata y sin perjuicio de las sanciones consiguientes. El art. 13 prescribe, a este respecto, que "los atentados contra la
seguridad personal hacen responsables a sus autores inmedia tos, sin que pueda servirles de excusas el haberlos cometido
por orden superior". Este concuerda con el 34, que establece que "los que derechos y garantías constitucionales quedan
sujetos a la ju risdicción ordinaria"

Sobre el particular, los arts. 293, 294 y 295 del Código Penal tipifican como delitos las amenazas, la coacción y las vejaciones
y torturas, seña lándoles penas pecuniarias y de privación de libertad.

TEMA 24
EL HABEAS DATA

1.- CONCEPTO Y DEFINICION.

El artículo 23 de la Ley No. 2631 ha introducido la garantía de Habeas Data en los siguientes términos.:

I. Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar y obtener la eliminación o
rectificación de los datos registrados por cualquier medio fisico, electrónico, magnético, informático en archivos o bancos
de datos públicos o privados que afecten su derecho fundamental a la intimidad y privacidad personal y familiar, a su
imagen, honra y reputación reconocidos en esta Constitución, podrá interponer el recurso de Habeas Data anta la Corte
Superior del Distrito o ante cualquier Juez de partido, a elección suya..

II.- Si el tribunal o Juez competente declara procedente el recurso, ordenará la revelación, eliminación o rectificación de los
datos personales cuyo registro fue impugnado.

III. La decisión que se pronuncie se elevará en revisión, de oficio ante el Tribunal Constitucional, en el plazo de veinticuatro
horas, sin que por ello se suspenda la ejecución del fallo.

IV.- El recurso de Habeas Dara no procederá para levantar el secreto en materia de prensa.

V. El recurso de Habeas Data se tramitará conforme al procedimiento establecido para el recurso de Amparo Constitucional
previsto en el art. 19 de esta Constitución.

El Habeas Data es un derecho y una garantía de los derechos de intimidad y de identidad personal, según el cual este
último- toda persona tiene derecho a un nombre, al honor y a la dignidad. Habilita a solicitar judicialmente la exhibición de
registros públicos y privados para conocer los datos que continen sobre la persona individual y/o su grupo familiar, a fin de
requerir su rectificación, eliminación o complementación, cuando se considere que su inexactitud es perjudicial,
dicriminatoria, deshonrosa o infamante.

La denominación proviene de dos voces, una latina, habeas, que quiere decir tener, haber, y otra inglesa, data, que es el
plural de datos (obtener los datos).

Esta garantia supone tres derechos: a conocer, a acceder y a rectifi car los datos. El primero consiste en saber que existen
registros, archi vos o bancos de datos de tal o cual naturaleza, ubicación y extensión. El segundo permite averiguar el
contenido de los datos de la persona inte resada, y sólo ésta puede ejercitar la acción, sin estar abligada a revelar sus
motivaciones. Se discute si el interesado debe examinar personal mente los datos o si es suficiente que el encargado
responsable de los mismos le proporcione una copia. Se sostiene, con razón, que el derecho de acceder supone la
verificación, in situ, por el afectado, de los datos que le interesan. El derecho a rectificar complementa los dos anteriores.
cuando el accionante considera que la información que le afecta es ine xacta, incorrecta, incompleta u obsoleta.

Según el Convenio Europeo sobre la Protección de las personas con respecto al Tratamiento Automatizado de datos de
carácter personal (lamado Convenio 108), estos tres derechos pueden ser ejercidos inter Lacionalmente, y no están
limitados por las jurisdicciones nacionales. (1)

2.- ANTECEDENTES

El Habeas Data es la versión latinoamericana de la leyes europeas sobre protección de datos y de las estadounidenses sobre
intimidad (pr vacy). En los años 1.960 empezó a escribirse sobre esta materia, y en 1.969 el Reino Unido aprobó el "Data
Surveillance Bill" (Ley de control de Datos), que dió lugar más tarde a la elaboración de informes y a la formación de comités
relativos al asunto, en 1.973 Suecia aprobó la "Data Lag", que establecía el derecho a conocer los datos que afectan a las
personas y creaba una comisión de inspección de datos, ley que fue actualizada en 1.979. En Alemania, el Land de Hesse
aprobó en 1.970 la primera ley sobre la materia e instituyó un comisario para el control de la información. Más tarde (1.977)
se aprobó una ley federal similar.

El art. 35 de la Constitución portuguesa de 1.976 estableció el derecho a acceder a los datos informatizados, "pudiendo
exigir su rectificación y actualización (...) se garantiza a todos los libres accesos a las redes informáticas de uso público..." La
Constitución española de 1.978 limita en su art. 18-4 "el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad
personal y familiar de los ciudadanos..." Posteriormente se unieron a este movimiento países como Francia, Noruega,
Dinamarca y Luxenburgo.

En Estados Unidos de América se promulgó en 1.970 el "Fair Credit Reporting Act" para proteger los datos personales de los
deudores de las compañías de crédito. El "Privacy Act" de 1.974 se propuso proteger a la persona contra la invasión a su
vida privada, reconociendo su derecho a conocer y rectificar las informaciones almacenadas en archivos y bancos de datos.
Esta ley fue actualizada en 1.980.

En el campo internacional, la Resolución de 19 de diciembre de 1.968 de la Asamblea General de las Naciones Unidas
trataba de prote ger a los individuos y a las naciones frente a las tecnicas de registro y comunicación de datos que pueden
afectar el ejercicio de los derechos fundamentales; y la Resolución del Comité de Ministros del Consejo de Europa de 1.973
sobre la protección de la vida privada de las personas fisicas frente a los bancos de datos electrónicos en el sector privado,
fue seguida por otra, en 1.974, sobre los bancos de datos en el sector públi co. En ambas resoluciones se recomendaba a los
Estados miembros adoptar normas legislativas para el reconocimiento del derecho a cono cer y acceder a las informaciones
que les conciernen. En septiembre de 1980 el Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó el Convenio para la
Protección de las Peronas en el Tratamiento Automatizado de Datos de Carácter Personal, abierto a la firma en Enero de
1981, que protege la intimidad de la persona, reconociéndole determinados dere chos, incluidos los de acceder, suprimir o
corregir los datos (Convenio 108)

El Habeas Data ingresó a América Latina por la puerta de Brasil. cuya Constitución de 1.988 lo concede para asegurar el
conocimiento de informaciones en los registros o bancos de datos públicos, a fin de que el interesado los rectifique, cuando
no lo haga por otro procedimiento. La Ley No. 9507, de 1.997, regula el procedimiento y otros detalles de esta garantia.
Paraguay siguió a Brasil, pues el artículo 135 de su Constitu ción de 1.992 lo instituye para acceder a la información y a los
datos en registros públicos y privados, a fin de actualizarlos, rectificarlos o des truirlos. El artículo 200, numeral 3 de la
Constitución de Perú de 1.993 lo incluye con referencia a su art. 2, incisos 5, 6 y 7, y la Ley No. 26,301, de 18 de abril de
1.994, lo reglamenta. La Constitución Argentina de 1.994 lo incluye en el tercer párrafo de su art. 43, con referencia a los re
gistros o bancos de datos públicos y privados, para actualizarlos, supri mirlos o rectificarlos. La Ley No. 25.326, de 4 de
octubre de 2.000, y el Decreto 995, de 30 de ese mes y año, regulan el procedimiento de esta garantía en Argentina. El art.
15 de la Constitución de Colombia de 1.991, reformada en 1.997, lo instituye con relación a archivos públicos y privados,
como lo hacen los articulos 94 de la Constitución de Ecuador de 1.998, y 28 de la de Venezuela, de 1.999. La Ley No. 19.628,
de 30 de agosto de 1.999, sobre Protección de la Vida Privada, regula la materia en Chile. (3)

3.- DERECHO DE IDENTIDAD

El ser humano es, por naturaleza, gregario y social; no puede vivir aisiado, sino en sociedad. Pero tampoco puede convivir
con sus semejan tes sin definir su identidad mediante el reconocimineto de los rasgos de su personalidad que lo distinguen
de los demás. Se dice que ningun indi viduo es igual a otro. La identidad es, pues, lo que define a la persona, su esencia, y es
por ello la base de todos sus derechos fundamentales.

Sin identidad la persona no existe para el derecho, no es sujeto de derechos, no puede adjudicársele ni invocar ninguno. La
identidad viene a ser un derecho fundamental primario, porque del mismo se desprenden los demás. De ahí la importancia
de su definición y proteccion a través de acciones como el Habeas data.

4.- DERECHO A LA INTIMIDAD.

Este derecho es enunciado por vez primera en el derecho anglo sajón. El Oxford English Dictionary define la intimidad
(privacy) como "el estado o condición de estar retirado de la sociedad de otros, o del interés público". La Cuarta Enmienda
de la Constitución esta dounidense (1791) establece el derecho a la seguridad en las personas, casas, papeles y efectos,
contra pesquisas y secuestros irrazonables. Aunque no figura expresamente en la Constitución de Estados Unidos de
América ni en sus enmiendas, la Corte Suprema de ese país lo ha re conocido como implícito en la libertad personal de las
Enmiendas Prime ra y Décimo- Cuarta, en la reserva de los derechos del pueblo de la No vena Enmienda, y en la Cuarta y
Quinta Enmiendas. Willian Prosser, en su artículo "Privacy", publicado en el No. 383 de la " California Law Review" (1.960),
distingue cuatro áreas del derecho a la intimidad: 1) contra la intrusión en la reclusión o soledad, o en los asuntos priva dos
de uno; 2) contra la revelación de actos privados embarazosos; 3) contra la publicidad que coloca a uno en una falsa imagen
ante el públi co; y 4) contra la apropiación del nombre de uno en beneficio de otro. La Corte Constitucional de Colombia
( Sentencia T-414, de 16-6-1.992) ca lifica a éste como un "derecho general, absoluto, extra-patrimonial, inalienable e
imprescriptible, y que se puede hacer valer erga omnes..."

La Constitución de Bolivia, que en ésta y en otras materias sigue retrasada, no consigna el derecho a la intimidad, que figura
en la may oría de las Constituciones contemporáneas: Argentina (19); Brasil (5-X); Colombia (15 y 42); Chile (19-40); Ecuador
(23-8); Guatemala (31); Paraguay (33); Perú (2-5, 6, 7); Uruguay (10); Venezuela (60); España (18-1).

5.- PROCEDIMIENTO

El párrafo V del nuevo art. 23 de la Constitución boliviana dispone que el Habeas Data se tramitará conforme al
procedimiento del Recurso de Amparo (arts. 19 de la Constitución y 94 y siguientes de la Ley No. 1836). En consecuencia, no
se requiere de una ley reglamentaria para el ejercicio de este derecho.

La Ley No. 25.326, de Protección de Datos Personales de la Repúbli ca Argentina, que reglamenta el párrafo 3° del art. 43 de
su Constitución, prescribe (art. 37) que "que la acción de Habeas Data tramitará se gún las disposiciones de la presente ley y
por el procedimiento que co rresponde a la acción de amparo común, y suplementariamente por las normas del Código
Procesal y Comercial de la Nación..." Tienen legiti mación activa(art. 34) el afectado, sus tutores o curadores y los suceso res
de las personas fisicas, en línea directa o colateral, hasta el segundo grado. En legitimación pasiva (art. 35) corresponde a
los responsables y usuarios de los bancos de datos públicos y privados. Los arts. 31 y 32 es tablecen responsabilidades
administrativa, civil y penal para los res ponsables y usuarios de bancos de datos, y la aplicación de la pena de prisión de un
mes a tres años, según la gravedad del delito.

La Ley No. 26.301 de Perú dispone asimismo (art. 3) que la acción de Habeas Data se tramitará de acuerdo a las leyes que
rigen la acción de Amparo.

6.- LIMITACIONES

Como todos los derechos, el Habeas Data tiene limitaciones funda das en el orden público, el bien común y la seguridad
colectiva. El Con venio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Li bertades Fundamentales contempla
excepciones al derecho de la intimi dad en atención a 1) la seguridad nacional; 2) la seguridad pública; 3) el bienestar
económico del país; 4) la defensa del orden y la prevención del delito; 5) la protección de la salud y de la moral; 6) la
protección de los derechos y las libertades de los demás. El Convenio Europeo 108 contie ne restricciones similares.

La Ley No. 25.326 de la República Argentina, ya mencionada en los puntos 2 y 5 supra, dispone que se respete el secreto
profesional en los datos sobre salud (art. 8), y restricciones fundadas en la defensa de la nación, del orden y la seguridad
públicos y de la protección de los dere chos e intereses de terceros (art. 17). El mismo artículo agrega que la in formación
puede ser denegada "cuando de tal modo se pudiera obstacu lizar actuaciones judiciales o administrativas en curso
vinculadas a la investigación sobre el cumplimiento de las obligaciones tributarias Y previsionales, control de la salud y del
medio ambiente, la investigación de los delitos penales y la verificación de infracciones administrativas".

7.- EN EL AMBITO INTERNACIONAL

El derecho a la intimidad, protegido por el Habeas Data, ha sido re conocido por diversos acuerdos internacionales, como la
Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 12), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 17), el
Pacto de San José (arts. 11, inc. 2 y 3, y 12, inc. 2). La Resolución 45/95 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de
enero de establece "Directrices para la regu lación de ficheros automáticos de datos personales, que siguen las l neas
generales de la "Recomendación relativa a las directrices aplicables a la protección de la vida privada y los flujos
transfronteras de datos personales", aprobada por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) el 23 de
septiembre del 1.980.

Uno de los puntos más controvertidas en el campo internacional es el flujo transfronterizo de informaciones, que los países
desarrollados, productores de datos, favorecen sin restricciones, mientras se oponen al mismo los países menos
desarrollados. El Convenio 108 faculta a los Estados signatarios de Europa a oponer excepciones al libre flujo (free flow) de
informaciones especialmente "sensibles", y cuando los datos puedan llegar a un Estado que no es parte del Convenio. La
Data Lag de Suecia requería en su artículo 11 autorización especial para transmitir al extranjero datos obtenidos en ese país.
(6)

El art. 12 de la Ley No. 25.326 de Argentina prohíbe la transferencia internacional de datos personales de cualquier tipo,
excepto en caso de colaboración judicial internacional, de intercambio de datos de carác ter médico, de transferencias
bancarias o bursátiles, cuando haya trata dos internacionales sobre la materia y cuando la transferencia obedezca a la
cooperación internacional para la lucha contra el crimen organiza do, el terrorismo y el narcotráfico.

TEMA 25
LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESION

1.- CONCEPTO E IMPORTANCIA

La libertad de expresión es uno de los principales atributos de la per sona humana, comprendida en el ámbito de las
libertades individuales (libertad física o de locomoción, libertad de pensamiento, de conciencia, de credo y de opinión). La
libertad de expresión es propia del ser huma no, pensante y racional, que puede concebir ideas, opiniones y pensa mientos,
transmitiéndolos después a sus semejantes mediante el len guaje articulado que es su principal instrumento de
comunicación, y a través de todos los medios de difusión.

Por esto se considera a la libertad de expresión como un derecho na tural del hombre, inseparable de su condición, de su
educación, de su trabajo, desarrollo y dignidad; sin el cual no podría vivir en sociedad ni subsistir, pues quedaría reducido a
la incomunicación, al aislamiento y la inanición.

La libertad de expresión es el complemento natural de la libertad de pensamiento que acompaña al hombre de manera
inseparable, puesto que es un atributo consubstancial de su personalidad. En efecto, lo que distingue al hombre de la bestia
es su facultad de pensar, imaginar, concebir, crear, razonar y discernir, todo lo cual quedaría esterilizado o anulado si,
paralelamente, no tuviese la facultad de comunicarse libremente a través de la expresión oral o escrita, por todos los
medios de difusión. "El pensamiento escapa a todo poder extraño al individuo dice José Carrasco

Puede encerrarse y aun encadenarse al sabio; pero su pensamiento queda libre".


La libertad de expresión es, en consecuencia, un derecho natural, fundamental, anterior y superior al Estado, que la
Constitución no otor ga, sino que reconoce y protege en su art. 7, inc. b, y en otros preceptos (libertad de reunión, de
asociación, derecho al trabajo, a la instrucción y a la cultura, a la enseñanza, derechos políticos, etc.).

2.- ANTECEDENTES HISTORICOS

No obstante de que este es un derecho natural, anterior y superior al Estado, ha sido cuestionado y denegado desde
tiempos inmemoriales p los detentadores del poder, que en la antigüedad y durante la Edad Me dia se empeñaron en
desconocerlo. En Atenas y en Roma se castigaba con la pena capital al que disentía de la política oficial. Sócrates fue
condenado a beber la cicuta por "atacar a los dioses y corromper a la juventud". El Concilio de Trento (1540 1563) prohibió
la lectura de libros peligrosos mencionados en el Index.

En Inglaterra se consagró la libertad de pensamiento en 1694, cuan do el Parlamento negó los poderes discrecionales que
tenia la Censura En Francia, la Monarquía absoluta reprimió cualquier vestigio de este derecho, hasta que la Revolución
Francesa proclamó que la "libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciosos
del hombre; todo ciudadano, en consecuencia, puede hablar, escribir, imprimir libremente, debiendo si responder de los
abusos de esta libertad en los casos determinados por la ley" (Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, art.
11). La Constitución de 1791 incluyó la libertad de prensa; pero dicen que "se abusó tanto de ella, que la Convención la
suprimió completamente, monopolizando para si e derecho. La Constitución del año III decreto de nuevo la libertad: pero es
preciso confesar que su abuso determinó al Directorio sancionar la pena de muerte para los delitos de imprenta, fuera de
otras muchas medidas preventivas".

La primera enmienda a la constitución estadounidense prescribe que "el Congreso no podrá aprobar ninguna ley que coarte
la libertad de palabra y de prensa". La Declaracion Americana de los Derechos y Deberes del Hombre proclama en su art. IV
que "toda persona tiene derecho a la libertad de investigación, de opinión, de expresión y difusión del pensamiento por
cualquier medio". La Declaración Universal de los Derechos Humanos, por su parte, prescribe en su art.
19: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a
causa de sus opiniones, el de investigar y recibir información y opiniones y el de difundirlas, sin limitaciones de fronteras,
por cualquier medio de expresión".
La Declaración de principios punto 2. "Sin libertad de prensa no hay democracia. La libertad de prensa, de pensamiento, su
expresión hablada o escrita, son inseparables derechos esenciales. Juntos constituyen la garantía y defensa de otras
libertades en las que se basa la democracia".

La Convención Americana sobre Derechos Humanos (C.A.D.H.) con signa lo siguiente en su art. 13:

"Libertad de pensamiento y expresión.

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras ya sea oralmente, por escrito o en
forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede es tar sujeto a previa censura sino a responsabilidades
ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias pa ra asegurar:

a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o

b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios in directos, tales como el abuso de controles oficiales o
particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres v aparatos usados en la difusión de
información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a
ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.

5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que
constituyen in citaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas,
por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional".

En Junio de 1931, un fallo de la Corte Suprema Federal de EE.UU. consagró definitivamente la libertad de prensa en ese
país, al decidir que nadie puede impedir, a ningún título y por ningún motivo la publicación de ninguna noticia, opinión o
comentario, en cualquier medio de difusión, cualesquiera sean los motivos y las personas involucradas. Esa sentencia
revocó otra del inferior en grado, la Corte Suprema de Minneapolis, Estado de Minnesota, que había prohibido la
continuación de publicaciones, en un semanario local, de una campaña iniciada contra la corrupción de algunos
funcionarios municipales.

El art. 7, inc. b) de la C.P.E. de Bolivia señala que toda persona tiene derecho de emitir sus opiniones por cualquier medio de
difusión. El art. 296 del Código Penal dice lo siguiente: "Será sancionado con reclusión de 6 meses a 3 años y multa de 30 a
200 días, el que ilegalmente impidiere o estorbare la libre emisión del pensamiento por cualquier medio de difusión, así
como la circulación de un libro, periódico o cualquier otro impreso".
3.- LA LIBERTAD DE PRENSA

Hemos dicho que la libertad de expresión, complemento natural de la

libertad de pensamiento, se manifiesta en la palabra hablada y escrita a través de todos los medios de comunicación. La
palabra escrita tiene mayor significación, por su permanencia, ex

tensión y difusión, que puede cubrir el ámbito universal y prolongarse a través de los años. Desde que se inventó la
imprenta y a medida que mejoraron sus técnicas cobró gran importancia la palabra escrita en boletines, folletos, revistas,
periódicos, libros y diarios, todo lo cual constituye la prensa, considerada ahora el alimento espiritual del pueblo,
orientadora y educadora de la opinión pública, controladora del poder y de los servicios públicos, guardián de los derechos
fundamentales y medio de cultura popular. Se ha dicho que la prensa es el cuarto Poder del Esta do, porque se ocupa de
todas las manifestaciones de la vida pública y vela por el bienestar y el progreso de la nación, identificándose con el sistema
democrático de gobierno, cuyos objetivos contribuye a alcanzar. A este respecto, la Declaración de Principios de la Prensa
Libre expresa:

1. "El periodismo honrado, libre e independiente es la mejor contribución a la paz en el mundo de naciones libres, habitado
por hombres libres."

2. "Sin libertad de prensa no hay democracia. La libertad de pensamiento, su expresión hablada o escrita, son inseparables
derechos esenciales. Juntos constituyen la garantía y defensa de otras liberta

des en las que se basa la democracia."

3. "El ejercicio del periodismo es libre. Las prohibiciones, restricciones o permisos para ejercerlo, sea que afecten a los
propietarios, editores, directores, colaboradores o empleados de una publicación, violan la libertad de prensa."

4. "Los regímenes políticos que no respeten o restrinjan la plena libertad de prensa no son democráticos".

4.- RESTRICCIONES A ESTE DERECHO

Respecto a la libre emisión del pensamiento tenemos que distinguir las restricciones legales de las que no lo son. Entre las
primeras, es necesario mencionar los excesos u ofensas en la expresión, que constituyen delitos al tenor del Código Penal y
de la Ley de Imprenta de 1925. El Capítulo Único del Título IX del Código Penal (arts. 282 a 290) tipifica los delitos de
difamación, calumnia, propalación de ofensas, injurias, etc., señalando penas para cada caso.

La censura previa está prohibida en todas las constituciones contemporáneas y en las declaraciones de derechos, por
estimarse que es una limitación abusiva de la libertad de expresión ya que de manera arbitra ria se decide lo que puede o
no publicarse. Nuestra C.P.E. sólo autoriza censura previa en caso de guerra internacional (art. 112, inc. 6), como una
precaución para la defensa nacional. El art. 13 párrafo 2 de la Convención Americana de Derechos Humanos (transcrito en el
punto 2 de este Cap.), prohíbe asimismo la censura previa.

El derecho de réplica está reconocido en la mayoría de las legislaciones para personas naturales o jurídicas, cuando éstas
han sido aludidas en publicaciones de prensa, radio y TV, o por cualquier otro medio, con noticias o afirmaciones que dañan
su reputación, honra o prestigio; que tergiversan la verdad y pueden constituir delito de calumnia e injurias sancionadas por
el Código Penal.

Este derecho de réplica se ejercita de acuerdo a normas que pueden variar en la forma según cada legislación. En la nuestra
sólo existe el art.62, inc. 3, de la Ley de 19 de Enero de 1925, que obliga a los edito res e impresores a "publicar las
reivindicaciones y defensa de las personas ofendidas en el mismo periódico, cobrando media tarifa". Al respecto, Bielsa
anota lo siguiente:

"Este derecho se ha reglado en leyes especiales que naturalmente son distintas en cada régimen, pero que en substancia
contienen el lineamiento siguiente:
a).- Toda persona aludida o designada (aunque no haya sido nombrada) en publicaciones periodísticas, y en manera
perjudicial para su reputación u honor, en que se falsea, tergiversa o mutila conceptos, hechos, etc., puede replicar en
forma documentada o no;
b).- La réplica o respuesta debe hacerse en el mismo periódico y en la misma sección o página en que se publicó el escrito
ofensivo y con la misma extensión, gratuitamente;
c).- El director del periódico debe publicar la respuesta en el término de 3 días, so pena de multa pecuniaria e
indemnizaciones de daños y perjuicios, y también debe publicar luego la condena judicial".

El tercer párrafo del art. 12 de la Constitución de Chile de 1980 pres cribe, al respecto, que "toda persona natural o jurídica
ofendida o injustamente aludida por algún medio de comunicación social, tiene derecho declaración o rectificación sea
gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en a que su que esa
información hubiera sido emitida".

La constitución brasileña lo reconoce en su art. 5, y la Convención Americana de Derechos Humanos en su art. 14, que dice:
1. Toda persona afectada por informaciones inexactas o agravian tes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión
le galmente reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión
su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.

2. En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán de las

otras responsabilidades legales en que se hubiese incurrido.

3. Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa periodística, cinematográfica, de radio
o televisión tendrá una persona responsable que no esté protegi da por inmunidades ni disponga de fuero especial.

La Ley de Imprenta comienza diciendo que: "todo hombre tiene de recho de publicar sus pensamientos por la prensa, sin
previa censura, salvo las restricciones establecidas por la presente ley". El art. 64 de es ta ley advierte que "en ningún caso
podrá decretarse la clausura de una imprenta".

a) Responsabilidad. La responsabilidad por las publicaciones de prensa corresponde, en orden sucesivo, a los autores, los
directores y los editores de diarios, revistas y publicaciones periodísticas, cuyos nombres deben consignarse en las primeras
páginas so "pena de ser considerados como clandestinos".

b) Publicación.- La ley de 19 de Enero de 1925 determina que no hay delito de imprenta sin publicación, entendiéndose
realizada ésta cuando se ha distribuido tres o más ejemplares impresos; son leídos por cinco o más individuos; se pone en
venta, se remite por correo o se fija en un lugar o paraje público.

c) Delitos.- Reconoce tres clases de delitos contra la Constitución, contra la sociedad y contra las personas individuales y
colectivas.
Delitos contra la Constitución.- Son los escritos que se dirigen a trastornar, destruir o inducir a la inobservancia, en todo o
en parte, de la Ley Fundamental. Sobre el particular, esta ley especifica que no existe delito contra la Constitución cuando
se señala sus defectos o errores, o los de los actos legislativos, administrativos o judiciales, con objeto de hacer conocer la
necesidad de su reforma.

Delitos contra la sociedad. Los que comprometen la existencia o integridad de la Nación o la exponen a guerra
internacional; cuando se tiende a trastornar la tranquilidad y el orden público, cuando se incita a la conmoción y a la
desobediencia a las leyes; cuando son publicaciones que provoquen la perpetración de un delito o cuando la publicación es
obscena o inmoral.

Delitos contra las personas individuales o colectivas. Existen cuando se las injuria directa o indirectamente, sean o no
falsas las impugnaciones injuriosas.

d) Jurado.- Siguiendo los postulados del Derecho Público clásico que concibe que los delitos de opinión requieren también
de un tribunal de opinión para su juzgamiento, introduce el sistema del jurado para juzgar los delitos de prensa. Empero la
misma ley franquea la via judicial ordinaria para la querella de los delitos de injuria y calumnia. De ahí que los particulares
injuriados o calumniados por la prensa, pueden potestativamente ocurrir ante los tribunales ordinarios de justicia o ante el
jurado.

En cambio, los funcionarios públicos sólo pueden acudir ante los tribunales ordinarios si se les injuria o calumnia
personalmente; pero deberán ocurrir necesariamente ante el jurado si quieren querellar se por ataques de la prensa en su
calidad de tales. El jurado se compone de 40 individuos en las capitales de Departamento y de 20 en las provincias.

El nombramiento de jurado de prensa es una carga pública personal y su función es inexcusable, con ciertas excepciones.

Los jurados son nombrados por los Consejos Municipales con la atri bución de conocer de los delitos de prensa. Presentada
una denuncia o querella, el Juez de Partido hace el sorteo de los jurados hasta 24, de los cuales, los 12 primeros que no
fueren recusados, forman el tri bunal. El Juez cita al Jurado con señalamiento de día y hora para la realización del juicio de
imprenta en una sola audiencia.

e) Sanciones.- Las sanciones son impuestas en sentencias por el Juez de la causa, siendo las penas generalmente
pecuniarias, además de la publicación de las vindicaciones, de la retractación y de la explicación.

La institución del jurado no se ha aplicado en Bolivia y ha caído prácticamente en desuso.

5.- OTRAS RESTRICCIONES LEGALES

Hemos visto que el párrafo 5 del art. 13 de la C.A.D.H. prohíbe la propaganda en favor de la guerra, del odio nacional, racial
y religioso. Esta prohibición se basa en los postulados pacifistas de las Naciones Unidas y de los organismos regionales, así
como en los principios de universalidad de los derechos de la personas que deben ser reconocidos sin discriminación por
raza, nacionalidad, sexo, color, religión o condición; principio recogido en las declaraciones de derechos y en las
constituciones políticas de los Estados.

6.- CODIGO DE CONDUCTA EDITORIAL


Preocupados por el sensacionalismo periodístico que se ceba sobre la intimidad de las personas, y particularmente de la
familia real británica, editores de ese país proyectaban establecer un Código de Conducta para evitar "la promulgación de
leyes restrictivas de la libertad de prensa". El Código dispone el respeto a la intimidad y advierte que la intromisión
periodística en la vida privada "debe tener siempre una justificación de interés público".

7.- LA PRIMERA ENMIENDA DE LA C.P.E. DE E.U.A

en el len Grupos sobre derechos humanos en Estados Unidos y en otros países hacen campaña para que se reprima la
excesiva liberalidad guaje, particularmente con referencia a la pornografía y a la prédica del odio, sosteniendo que los
derechos de los grupos tienen precedencia sobre los individuales. Combaten a la pornografía "no por obscena, sino porque
degrada y viola los derechos humanos de las mujeres". Sin embargo, en 1986 la Suprema Corte Federal, basada en la
Primera Enmienda a la Constitución (mencionada en el punto 2 de este capítulo) se negó a revisar la decision de una corte
de apelaciones que anuló en Indianapolis un decreto que prohibia la pornografia. El mismo Tribunal Supremo Federal de los
Estados Unidos de América dejó sin efecto, en Julio de 1990, una ley que prohibia la profanación de la bandera esta
dounidense, a raiz de varios incidentes en los que se quemó públicamente dicha enseña. El juez Supremo Williams J.
Brennan Jr. fundamento su opinión en que si existe un principio sólido implícito en la Primera Enmienda es que el gobierno
no puede prohibir la expresión de una idea simplemente porque la sociedad encuentre que la idea en si misma es ofensiva
o desagradable". Este razonamiento se aplica también a la pornografia.

Pese al cuidado que tienen los jueces norteamericanos en proteger el santuario de la libertad de expresión (la Primera
Enmienda), se afirma que la misma es violada continuamente y que la censura politica, reli giosa, moral y militar amenaza a
la literatura, la danza, la ópera, la ci nematografia y las artes visuales. "Aun cuando sea este año el bicente nario de la
Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, relativa a la libertad de expresión, la censura se está sintiendo
con más fuerza que nunca en este pais, al punto de que 1990 podría ser llamado el año del censor", escribe Dolores Barclay,
quien cita numerosos ejemplos de su aserto en el curso de la historia.

8. RESTRICCIONES ILEGALES

Son numerosas las restricciones ilegales contra la libertad de expresión, principalmente las que ocurren de manera abusiva
y prepotente durante los gobiernos de fuerza. Dichas restricciones son directas e in directas. Entra las primeras estan la
persecución, arresto, confinamiento y destierro de periodistas; el ataque armado a oficinas y talleres de prensa; el
"empastelamiento" de los mismos; la clausura de periódicos. etc.

El art. 15 de la Constitución previene que los funcionarios públicos que "clausuren imprentas y otros medios de expresión
del pensamiento e incurran en depredaciones y otro género de abusos, estarán sujetos al pago de una indemnización de
daños y perjuicios, siempre que se compruebe, dentro del juicio civil que podrá seguirse independientemente de la acción
penal que corresponda, que tales medidas o hechos se adoptaron en contravención a los derechos y garantías que
establece esta Constitución".

Entre las restricciones ilegales indirectas están: amenazas, advertencias, presiones morales y políticas, restricciones y/o
supresiones de los permisos de importación de papel de imprenta, maquinaria, mate riales, equipo y/o repuestos;
restricciones o denegación de publicidad de parte de los órganos de la administración pública, etc.

El párrafo 3 del art. 13 de la C.A.D.H., transcrito en el punto 2 de es te Cap., prohíbe estas restricciones ilegales.

La auto-censura ocurre en determinados momentos, cuando los editores, directores y periodistas de los medios de
comunicación se sienten presionados directa o indirectamente desde círculos oficiales o por personas influyentes, y para
evitar ataques a su integridad física, a sus centros de trabajo, o represalias perjudiciales, prefieren no publicar lo que
consideren no será del agrado de dichos círculos.

TEMA 26
DERECHO AL TRABAJO Y REGIMEN SOCIAL

I. TRABAJO

1.- CONCEPTO

El Art 7, inc. d) de la Constitución dice que toda persona tiene derecho "a trabajar y dedicarse al comercio, la industria o a
cualquier actividad lícita, en condiciones que no perjudiquen el bien colectivo".

Dice Rafael Bielsa que "el derecho de aplicar la libertad personal al trabajo, es decir, las energías físicas e intelectuales,
como esfuerzo consciente y voluntario del hombre, para crear la utilidad a fin de proveer a sus necesidades, es un principio,
no de gobierno, sino de orden natural humano, y de convivencia social, reconocido por la Constitución".

Como este derecho emana de la esfera de la libertad, como atributo de la persona individual libre que necesita subsistir y
emplear sus energías en una actividad admitida y regulada por la ley, no basta que el trabajo sea tal, sino que ha de ser
lícito, sano, seguro y provechoso al bien común.

El derecho al trabajo del cual emana la libertad de elegir profesión, ocupación u oficio, es uno de los derechos
fundamentales económicos y sociales que reconoce y protege la Constitución. De este derecho deriva también el de
trabajar a domicilio, contemplado en la Ley General del Trabajo, que parte del hecho de que el domicilio es inviolable según
el art. 21 de la Constitución, y que en él puede realizarse cualquier actividad que no sea contraria a la moral, al bien
colectivo y al orden público (art.32)

2.- ANTECEDENTES HISTORICOS

A través de las edades, el trabajo ha sido considerado por el hombre como una carga que debe sobrellevar para subsistir.
Venimos al mundo por un designio anterior y superior a nosotros, y estamos forzados a vivir por una ley natural que no
puede quebrantar nuestro sentimiento religioso o nuestra voluntad, salvo excepciones. En estas condiciones, no nos queda
otro remedio que trabajar. El trabajo aparece así impuesto como un designio incontrastable, y no como algo decidido por
nuestra voluntad. Aquí radica el origen filosófico de la inevitabilidad del trabajo. por el cual aparece como algo impuesto y
no elegido.

El origen mismo de la palabra labor viene de labare (latin) vacilar bajo una carga pesada, y laborare (trabajar), penar,
realizar un esfuerzo. La palabra francesa besogne (trabajo) viene de besoin (necesidad).

En los tiempos primitivos el trabajo era predominantemente agrícola y estaba a cargo de pobres campesinos que labraban
el suelo con herramientas arcaicas. La civilización griega, dice Jaccard, fue la única que en la antigüedad dio a la ciencia y al
trabajo un lugar de primacía. En "Los Trabajos y los Dias", Hesiodo nos dice que "el hombre ocioso resulta odioso, tanto
para los dioses como para los hombres; es el insecto sin aguijón, el abejón ávido que engorda sin trabajar, con el trabajo de
las abejas". Pero cuando en Grecia se generalizó la esclavitud como con secuencia del acaparamiento de tierras y de las
guerras al exterior, las clases dirigentes propugnaron "el ocio para unos cuantos, el trabajo para los demás". En esta forma,
como había ocurrido antes en la India y en Egipto, en Grecia se despreció al trabajador, y esta actitud se convirtió en un
sistema político-filosófico. Plutarco dice que en Esparta "una de las más bellas y afortunadas instituciones de Licurgo fue el
gran ocio de que hizo gozar a los ciudadanos al prohibirles que se ocuparan en cualquier arte mecánica". Platón dice en su
República que "es propio de un hombre bien nacido despreciar el trabajo". Para Aristóteles "todas las ocupaciones
manuales carecen de nobleza; es imposible que el que cultiva la virtud pueda vivir la vida de un obrero o de un jornalero".
La palabra griega Scholé significa ocio, estudio y escuela a la vez.

Este desprecio uniforme de los pensadores y filósofos helenos por el trabajo manual se explica en la defensa de los
intereses y privilegios de la clase a que ellos pertenecían. "Les asusta el ascenso de las clases populares en la ciudad
ateniense", dice un historiador y agrega: ...fue la abundancia extraordinaria de mano de obra, más aun que la propia
institución de la esclavitud, la causa principal del envilecimiento de la condición de los trabajadores".

En Roma sucede algo similar. Los patricios adoptan respecto al tra bajo igual actitud de menosprecio que sus antecesores
griegos y orienta les. "Vulgar es el arte de los obreros que trabajan con sus manos", dice Seneca. "Todos los artesanos se
dedican a ocupaciones mezquinas", afirma Cicerón.

El cristianismo trata de reivindicar un sitio de honor para el traba jo. En la Biblia, el trabajo es una orden de Dios. En la
doctrina de Cris to, el trabajo tiene valor cuando es inspirado por un sentimiento de obe diencia a Dios. "Cualquier trabajo
que hagáis recomienda San Pablo hacedlo de corazón, como obedeciendo al Señor y no a los hombres". Sin embargo,
algunas expresiones de las Santas Escrituras hacen conside rar el trabajo como una penosa imposición. "La tierra será
maldita por tu causa -dice el Creador a Adán-; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida; te dará espinas y
abrojos y comerás tu pan con el su dor de tu frente hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido to mado" (Génesis 3;
17).

La servidumbre es la forma dominante del trabajo durante la Edad Media. Al igual que los esclavos en la antigüedad, los
siervos habían na cido para trabajar y los señores para mandar. En el campo filosófico, Santo Tomás de Aquino elogia en la
SUMA TEOLOGICA la vida con templativa, en contraposición a la vida activa. La contemplación libera al hombre, es divina, y
le distingue de los animales, según Santo Tomás. Con el ascenso de la burguesía en los siglos XVII y XVIII aparece un nuevo
tipo de hombre, esforzado, duro consigo mismo y con los demás, y una moral burguesa que hace la apología del trabajo. "El
hombre no ha nacido para el reposo", dice Pangloss, personaje de Voltaire, quien en otro lugar dice: "El trabajo aleja de
nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad". Rousseau afirma: "Rico o pobre, todo ciudadano
ocioso es un bribón".

Esta moral fue el resultado de las relaciones puestas en juego por el artesanado, primero, las corporaciones luego y los
comerciantes des pués, en un largo proceso de liberación de las fuerzas económicas. El trabajo individualizado fue
formando desde abajo una clase social -la burguesía- que muy pronto habría de conquistar el poder económico y político
gracias al trabajo de sus integrantes.

Se ha hecho notar, sin embargo, que la moral burguesa adoleció pronto de una doble postura: mientras por un lado
ensalzaba el trabajo, el esfuerzo individual y el progreso económico, por el otro despreciaba la masa de trabajadores que
eran su base de sustentación. Guizot había di cho: "Enriquecéos por medio del trabajo, el ahorro y la probidad". Pero todos
se dieron a la tarea de enriquecerse y fueron pocos quienes lo hicieron con probidad.

3.- EL TRABAJO: UN DERECHO Y UN DEBER

La Revolución Francesa fue, como es sabido, obra de la burguesía. No es extraño, pues, que en la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano se considere al trabajo como un derecho, y ya no como una penosa obligación. Su
art. 6° dice. "Todos los ciudadanos, siendo iguales a sus ojos (de la ley) son igualmente admisibles a todas las dignidades,
puestos y empleos, sin otra distinción que la de sus talentos y virtudes". Es la primera vez que en la historia de la
humanidad se habla este len guaje, después de milenios de esclavitud, servidumbre y menosprecio al trabajo. Ya en 1776 el
ministro de Luis XVI, Turgot, se había adelanta do con este pensamiento: "Dios, al darle al hombre necesidades, hizo del
derecho a trabajar la propiedad de todo hombre, esta propiedad es la primera, la más sagrada y la más imprescriptible de
todas". Pero Turgot fue destituido de su ministerio y nada pudo avanzar en esta materia.

La Declaración de la Revolución Francesa fue adoptada por los tex tos constitucionales y de Derecho Público modernos. La
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre dice en su art. XVI: "Toda persona tiene derecho al trabajo
dentro de su capacidad y posibilidades...". El art. 23 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre contiene una
prescripción similar. El art. 156 de nuestra Constitución Política dice: "El trabajo es un deber y un derecho, y constituye la
base del orden social y económico".

La Constitución española de 1931 decía en su art. 1° que "España es una república de trabajadores de toda clase". Las
Constituciones de Colombia (art.25), Costa Rica (art. 56) y Guatemala (art. 48), consideran al trabajo una obligación social, y
la última agrega que la vagancia es punible.

El art. 6 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) expresa:

1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho a trabajar, que comprende el derecho de toda persona de
tener oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado, y tomarán medidas adecuadas
para garantizar este derecho.

2. Entre las medidas que habrá de adoptar cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto para lograr la plena
efectividad de este derecho deberá figurar la orientación y formación técnico-profesional, la preparación de programas,
normas y técnicas encaminadas a conseguir un desarrollo económico, social y cultural constante y la ocupación plena y
productiva, en condiciones que garanticen las libertades políticas y económicas fundamentales de la persona huma na.

El art. 7 del mismo se refiere a las condiciones de trabajo, salario y descanso, en estos términos:

"Los Estados partes en el presente Pacto reconocen el derecho de to da persona al goce de condiciones de trabajo
equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial:

a) Una remuneración que proporcione como mínimo a todos los trabaja dores:

i) Un salario equitativo e igual por el trabajo de igual valor, sin dis tinciones de ninguna especie; en particular, debe asegurar
a las mujeres condiciones de trabajo no inferiores a las de los hombres, con salario igual por trabajo igual;
ii) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus familias conforme a las disposiciones de presente Pacto;

b) La seguridad y la higiene en el trabajo:

c) Igual oportunidad para todos de ser promovidos dentro de su traba jo a la categoria superior que les corresponde, sin
más consideraciones que los factores de tiempo de servicio y capacidad;

d) El descanso, el disfrute del tiempo libre, la limitación razonable de las horas de trabajo y las vacaciones periódicas
pagadas, así como la remuneración de los días festivos".

4.- DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE TRABAJO

El trabajo como un derecho no sólo está consagrado por la Constitución, sino que el capítulo IV del titulo X del Código Penal
(arts. 303 al 307) tipifica los siguientes delitos contra la libertad de trabajo, y los sanciona con penas de privación de
libertad: actos que impiden, obstaculizan o restringen el trabajo, profesión, oficio, comercio o industria; el monopolio de
trabajo; violencias y amenazas por empleados y obreros, coacciones ejercitadas por patrones, empresarios o empleados.

II REGIMEN SOCIAL

El título II de la parte tercera de la Constitución fue introducido en la de 1938, conjuntamente con otros principios de orden
social, económico, agrario y cultural que responden al espíritu del constitucionales social inspirado en los principios de
justicia social y de ecónoma publica.
Este título se basa en el concepto de que las leyes y el contrato del trabajo son de orden público y no de derecho privado,
como los consideraba el Estado liberal individualista que emergió de la Revolución Fran cesa (art. 162). Declara que el
trabajo y el capital gozan de la protección del Estado, y que la ley regulará sus relaciones en todos sus aspectos,
correspondiendo al Estado crear condiciones para el pleno empleo, estabilidad en el trabajo y remuneración justa (art. 157).
Con este propósi to, advierte que los derechos reconocidos por ley en favor de los trabaja dores son irrenunciables, por lo
mismo que son de orden público, y que son nulos los acuerdos o convenciones en contrario o que tiendan a burlar sus s
disposiciones (art. 162).

1.- DERECHO DE SINDICALIZACION Y DE HUELGA

Para asegurar la defensa de los derechos de los trabajadores, el art. 159 garantiza la sindicalización "como medio de
defensa, representa ción, asistencia, educación y cultura de los trabajadores, así como el fue ro sindical", establecido por el
D.L. de 7 de Febrero de 1944, que consis: te en que los dirigentes sindicales no pueden ser despedidos de su tra bajo sin
previo proceso, ni cambiados de sección sin su consentimiento, mientras ejerzan la dirección sindical, como una garantía de
indepen dencia y para ponerlos a cubierto de eventuales presiones de los patro nes. El art. 159 prescribe que dichos
dirigentes no pueden ser persegui dos ni presos por las actividades que realicen en el ejercicio específico de su mandato... El
mismo articulo garantiza la libre asociación patronal, y reconoce el derecho de huelga, "como el ejercicio de la facultad legal
de los trabajadores de suspender labores para la defensa de sus derechos. previo cumplimiento de las formalidades
legales", instancias estableci das en la Ley del Trabajo.

El art. 23, párrafo 4 de la D.U.D.H. dice que "toda persona tiene de recho a fundar sindicatos y a sindicalizarse para la
defensa de sus inte reses". El art. 8 del PIDESC consigna el derecho a fundar sindicatos y afiliarse a ellos, así como el derecho
de huelga. Reconoce, sin embargo, que puede haber restricciones en cuanto a sindicalización de miembros de las fuerzas
armadas, de la policía y de la administración del Estado. Estos derechos, se agrega, están en conformidad al Convenio de la
Organización Internacional del Trabajo (1948) sobre libertad sindical.

La libertad de asociación sindical fue reconocida por primera vez en Francia, cuando el gabinete Waldeck Rousseau hizo
votar la ley de 21 de Marzo de 1884. Los demás países de Europa fueron aprobando leyes semejantes, y en 1919 la
Organización Internacional de Trabajo (OIT), inscribió este derecho en sus preceptos, que fue ratificado por la Decla ración
de Filadelfia (XXVI Conferencia Internacional del Trabajo, 1944) y por el Convenio sobre Libertad Sindical y Protección del
Derecho Sindical, adoptado por la misma conferencia celebrada en San Francisco, EE.UU, en 1948, El art. 23, inc. 4 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que "toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a
sindicalizarse para la defensa de sus intereses",

EI D.S 22407 ratifica en su art. 96 "la vigencia de las organizaciones sindicales como personas juridicas..."; lo que, por cierto,
no era necesa rio, pues nadie puede desconocer la existencia de los sindicatos. Los arts. 97 al 100 tratan de reglamentar las
declaratorias en comisión de los dirigentes sindicales, "con goce del cien por ciento de sus haberes y demás beneficios
sociales, mientras desempeñan sus funciones sindica les". Esta es una materia conflictiva que se arrastra desde los primeros
gobiernos del MNR en 1952, debido a que los empleadores se resisten a pagar salarios por tiempo no trabajado, de acuerdo
a la ley. En otros países las organizaciones sindicales disponen de sus propios recursos para costear este tipo de
"comisiones", y para mantener su independencia de los empleadores.

El art. 101 crea la Dirección Nacional de Infraestructura Social Sin dical (DNISS), encargada de fomentar "la construcción de
sedes socia let, campos deportivos y colonias vacacionales" para los trabajadores. El art. 102 creó el Instituto Nacional de
Capacitación Sindical. (INCS).

2.- ASISTENCIA Y SEGURIDAD SOCIALES

Estas materias son de la competencia del Ministerio de Previsión So cial y Salud Pública, a través de la Caja de Salud (ex Caja
Nacional de Seguridad Social) y de las Direcciones de Gestión Social, dependientes de las Prefecturas de Departamento.. La
primera tiene a su cargo la ad ministración de los regímenes del Seguro Social Integral (enfermedad, maternidad, riesgos
profesionales, vejez, invalidez y muerte); y las segundas desarrollan labor de asistencia en tres grandes áreas: minoridad,
mujer y familia.

El art. 164 de la C.P.E. dispone que "el servicio y la asistencia socia les son funciones del Estado..., y que "las normas
relativas a la salud pública son de carácter coercitivo y obligatorio". El art. 158 declara que "el Estado tiene la obligación de
defender el capital humano, protegiendo la salud de la población; asegurará la continuidad de sus medios de subsistencia y
rehabilitación de las personas inutilizadas; propenderá asimismo al mejoramiento de las condiciones de vida del grupo
familiar". En cuanto a la seguridad social, el mismo articulo indica que se basará en los principios de universalidad, unidad
de gestión, economía, oportunidad y eficacia, conceptos que se explican por sí mismos.

Para la D.A.D.D.H. Ia asistencia y la seguridad sociales son derechos y deberes, conforme a sus arts. XVI y XXXV. El art. XI
declara que toda persona tiene derecho a la preservación de su salud con medidas sanitarias y sociales. Similar declaración
hace la D.U.D.H. en su art. 22. El PIDESC da particular atención a estas materias en sus arts. 9,10,11 y 12, que tratan de la
salud y el bienestar de la familia, de la maternidad y de la infancia.

El art. 79 del D.S. 22407 "reafirma la prioridad nacional de las acciones de protección y atención de salud del niño y la
mujer..." El art. 83 ex tiende "la protección de la seguridad social a todos los trabajadores, con o sin relación de
dependencia obrero-patronal. El art. 88 encomienda al Ministerio de Previsión Social y Salud pública estudiar "el
establecimiento progresivo del Sistema Integrado de los servicios de salud en la Seguridad Social Boliviana, en el marco de
la descentralización político administrativa del país".

3.- JUDICATURA DEL TRABAJO

El art. 161 prescribe que los conflictos entre patrones y trabajadores, así como los emergentes de los regímenes de
seguridad social, serán re sueltos por tribunales especiales.

En cada capital de departamento hay jefaturas o inspecciones de tra bajo encargadas de velar por la correcta aplicación de
las leyes sociales, de atender las reclamaciones de trabajadores y empleadores, de aplicar multas por infracciones a las
leyes y de conciliar y arbitrar los conflictos sociales antes de que desemboquen en huelgas. Hay también jugad instrucción y
de partido en materia de trabajo y seguridad social, y se gún el art. 33 de la L.O.J. Ia Corte Nacional del Trabajo se integrará
en cada Departamento a las Cortes Superiores, formando la Sala Social. (Conc. Con arts. 107 y 152 L.0.J.).
TEMA 27
DERECHOS DE REUNION, ASOCIACION Y PETICION

I. GENERALIDADES

Hay quienes consideran estos tres derechos como eminentemente po líticos, por cuanto su ejercicio-dicen- tiene directa
relación con los asun tos de gobierno y de la administración. Sin embargo, hay que hacer no tar que los tres derechos
corresponden a todos los habitantes de un país (art. 7, incisos b, c, h.), y no sólo a los ciudadanos; por lo que se trata más
bien de derechos fundamentales en sentido general, siendo también po liticos en determinadas circunstancias.

Los tres derechos pueden ser ejercitados también en el ámbito priva do, como expresiones de la libertad personal y de los
derechos individua les; pero es innegable que su importancia sobresale en el campo político o público, donde persiguen
propósitos de bien común. Los tres derechos -reunión, asociación y petición- aparecen directamente relacionados en tre si,
porque la asociación presupone reunión, ambas suponen libertad de opinión y suelen formularse peticiones cuando se
ejercitan en los campos públicos o políticos.

II. DERECHO DE REUNION

El derecho de reunión emana de la esfera de la libertad y es una forma de la libertad de locomoción y de la libertad de
opinión, pues para reunirnos nos damos cita en un lugar al que concurrimos por nuestros propios medios y de nuestra
voluntad.
"El derecho de reunión consiste en comparecer a un lugar determina do -dice José Carrasco- mediante acuerdo previo, para
deliberar sobre uno o varios asuntos concretos".

El derecho de reunión pública o política supone también el de manifestación, especialmente en países donde las
instituciones democráticas funcionan normalmente. A este respecto el art. XXI de la Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre expresa: "Toda persona tiene el derecho de reunirse pacíficamente con otras, en manifestación
pública o en asamblea transitoria, en relación con sus intereses comunes de cualquier indole".

El art. 15 de la C.A.D.H. reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas, que sólo puede limitarse en interés de la
seguridad nacional y del orden público.

Nuestra Constitución no habla del derecho de manifestación pública y pacífica en el art. 7 ni en ningún otro, como lo hacen
otras constituciones. Sin embargo, es claro que todas las personas tienen el derecho a manifestar públicamente (en calles o
plazas) sus opiniones, peticiones, reclamaciones y protestas, como un complemento de los derechos de reunión y de
petición, y sin otra condición que la manifestación sea pacífica y sin armas, que no altere el orden y la tranquilidad pública, y
que se guarde el respeto debido a las autoridades, personas e instituciones.

El art. 37 de la Constitución de Panamá, de 1980 expresa: "Las manifestaciones o reuniones al aire libre no están sujetas a
permiso y sólo se requiere para efectuarlas aviso previo a la autoridad administrativa local, con anticipación de 24 horas". El
art. 79 de la Constitución de Honduras de 1983 dispone que "toda persona tiene derecho a reunirse con otras,
pacíficamente y sin armas, en manifestación pública o en asamblea transitoria, en relación a sus intereses comunes de
cualquier indole, sin necesidad de aviso o permiso especial". El art. 37 de la Constitución de Colombia dice que "toda parte
del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos
en los cuales se podrá limitar el ejercicio de es te derecho".

Las reuniones políticas en asambleas y manifestaciones han sido siempre objeto de limitaciones, a menudo violentas. En
Francia, las reuniones de los clubes políticos eran tumultosas, y participaban en las de cisiones de gobierno durante la
Revolución, que en 1791 decidió autorizar solamente las reuniones pacíficas y sin armas. La Convención reconoció el
derecho a reunirse sin restricciones, y en todas las ciudades de Francia se organizaron clubes que se imponían a los
gobiernos locales, ejerciendo el poder público. "Cuando la autoridad resistía -dice Carrasco- se invocaba y se ejercitaba el
derecho de insurrección. Robespierre recurrió entonces a una medida violenta: suprimió las reuniones populares. El
Directorio fue más lejos: decretó la pena de muerte para los que organizaran clubes o reuniones políticas. La Constitución
del año VIII dejó en pie esa disposición. Tardó mucho en restablecerse el derecho a reunión y se refería simplemente a los
derechos políticos, porque se con cedía sólo a los ciudadanos y no a todos los estantes y habitantes del país".

El derecho de reunión está limitado por las leyes que resguardan el orden público, la paz social, la moral y el interés general.
Es decir que no puede usarse este derecho para fines que no sean pacificos y de bien común. En nuestra legislación no se
requiere autorización previa para reunirse, salvo durante la vigencia del Estado de Sitio, cuando por autos de buen gobierno
prefecturales se restringe o se suprime este derecho.

III DERECHO DE ASOCIACION

Este derecho "consiste en la facultad que tienen las personas a poner en común sus bienes, sus valores, su trabajo, su
actividad, sus fuerzas individuales o cualesquiera otros derechos para un fin desinteresado o no, intelectual, moral,
económico, artístico, recreativo o de beneficencia".

"Si algún derecho personal debe garantizarse es éste -dice Bielsa-, sin duda, pues tiene más importancia que el de reunión,
no sólo por la inclinación natural que el hombre tiene hacia la forma de sociedad y de asociación ya que la unión con otros
que tienen también vocación hacia los mismos intereses pecuniarios y morales le permite obtener ventajas que
aisladamente no tendría, sino porque es un medio de lograr la REA LIZACION DE FINES DETERMINADOS bajo las protección
jurídica que la institución tiene".

El derecho de asociarse emana también de la esfera de libertad, pues complementa la libertad de reunión, de expresión y
de trabajo. Este derecho es relativamente nuevo, porque durante muchos siglos imperó la agremiación o colegiación
forzosa en nombre de la defensa de los intereses comunes de los agricultores, comerciantes o artesanos, quienes con
tribuían financieramente y se sometían a los estatutos de sus respectivas organizaciones, llámense éstas "Sreni" en la India,
colegios en Roma, guildas en las ciudades escandinavas y germánicas, gremios, corporaciones o cofradías en la Edad Media.
Es precisamente en la Edad Media que las corporaciones intervienen en todos los aspectos de la vida social, hasta que
Turgot, ministro de Luis XVI, las abolió por edicto en 1776. La Revolución les dio el golpe de gracia cuando la asamblea de
los Estados Generales declaró el 4 de Agosto de 1789 que el trabajo era libre y en 1791 la Ley Chapeller abolió toda forma
de asociación, no sólo la coactiva, por ser contraria a la libertad individual, sino también las voluntarias. La Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Declaración Universal de los Derechos Humanos dicen,
respectivamente:

"art. XXII.- Toda persona tiene el derecho de asociarse con otras para promover, ejercer y proteger sus intereses legítimos
de orden político, económico, religioso, social, cultural, profesional, sindical o de cualquier otro orden".

"art. 20.- Toda persona tiene el derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación".

El art. 16 de la C.A.D.H. dispone:

1. "Todas las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines ideológicos, religiosos, politicos, económicos,
laborales, sociales, culturales, deportivos o de cualquier otra indole.

2. El ejercicio de tal derecho solo puede estar sujeto a las restric ciones previstas por la ley que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguri dad o del orden públicos, o para proteger la salud o
la moral públicas o los,derechos y libertades de los demás. 3. Lo dispuesto en este artículo no impide la imposición de res
tricciones legales, y aun la privación del ejercicio del derecho de asociación, a los miembros de las fuerzas armadas y de la
policía".

1.- LA ASOCIACION EN LAS PROFESIONES LIBERALES

Se define estas profesiones como "las que se ejercen sin relación de dependencia de patrón, sin salario, sin sujeción a
instrucciones (que no sean las de la propia idoneidad), en el modo de obrar profesionalmente, es decir que se ejercen con
cierta autonomía funcional"

Los colegios profesionales (de abogados, médicos, odontólogos, ingenieros, etc.) tienen por objeto resguardar la ética
profesional, cooperar se en el desempeño profesional, defender sus intereses legítimos, realizar tareas de investigación,
información y estudio, etc. En principio, el derecho de asociación en el ámbito privado es libre y nadie puede ser obligado a
asociarse o a no hacerlo. Sin embargo, como las asociaciones profesionales son de orden público (aunque no estatales), por
los fines que persiguen, se admite en algunas legislaciones la colegiación forzosa en las mismas, como lo dispone el D.L de
19 de Julio de 1979, llamado Ley de la Abogacía, en sus art. 3 y 6, inc. 5, que previene que para ejercer la profesión los
abogados deben estar matriculados y tener sus cuotas pagadas al día.

A propósito de esta asociación obligatoria, la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina la ha confirmado en varios
fallos funda dos en que "el Estado tiene facultad para reglar y limitar el ejercicio de las profesiones por causa de utilidad
general, y que la reglamentación de su ejercicio no altera un derecho cuando sólo se le impone condiciones razonables...".
La misma Corte parte, en este caso, del principio de solidaridad y del concepto de que "el trabajo humano... tiene
características que... exceden el marco del mero mercado económico y que se apoyan en principios de cooperación,
solidaridad y justicia, también normativamente comprendidos en la Constitución Nacional".

Sin embargo, un juez de primera instancia de la ciudad de Buenos Aires declaró en 1985 la inconstitucionalidad de la Ley
23.187 que imponía a los abogados de esa ciudad la asociación obligatoria al Colegio Público de Abogados de la Capital
Federal, por entender, como alegaban los impugnadores, que dicha ley violaba los siguientes derechos fundamentales: de
trabajar, de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines
útiles, de sindicalizarse libre y democráticamente; la igualdad de los habitantes ante la ley y la inviolabilidad de la
propiedad.

En diciembre del mismo año, la sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó el fallo del juez
mencionado, fundándose en que:

"En síntesis como en el caso no se está frente a una restricción razonable en aras del bien común por motivos de seguridad
social o asistencia previsional, tampoco se justifica requerir una afiliación obligatoria a una asociación cuyas funciones se
limitan a la representación de un grupo de profesionales y al gobierno de la matricula respectiva, puesto que con ello sólo
se atiende intereses sectoriales despojados del objetivo público que resulta menester para admitir tamaña limitación a las
garantías tuteladas en el art. 14 de la Constitución, según lo ha definido la Corte Suprema.
Por consiguiente, corresponde concluir que la asociación obligatoria al Colegio Unico de Abogados de la Capital Federal
instituido por la ley 23.187 como condición para ejercer la profesión en el ámbito de esta ciudad, vulnera el art. 14 de la
Constitución Nacional, motivo por el cual deben ser relevados de ellas los sectores (art. 18) así como de las consecuencias
que de tal exigencia se de rivan; en especial, aquellas referidas a la emisión del voto (arts. 24, 27 y 30), el pago de una cuota
anual (art. 53) y a ser represen tados por dicha entidad (art. 20, inc. c.)". (5)

La diferencia de criterio entre las jurisprudencias transcritas de la Corte Suprema y de la Cámara en lo Contencioso
Administrativo de la República Argentina, sobre el derecho de asociación, proviene, según se ve, de que el Colegio Público
de Abogados de la Capital Federal se ocupa solamente de la representación de un grupo de abogados y del gobierno de la
matrícula, y no así de labores de seguridad social ni de asistencia previsional para los afiliados, que darían a la institución
una finalidad de orden público basada en el interés social común de los colegiados.

La jurisprudencia comparada considera al ejercicio de las profesiones liberales como un servicio público. Una decisión del
Consejo de Estado francés de 2 de abril de 1.943 decía:

"... el legislador ha querido hacer de la organización y del control de la profesión un servicio público que confiere a las
decisiones de organismos profesionales, cuando se trata de la ejecución de dicho servicio, el carácter de actos
administrativos".

Los colegios profesionales en Francia tienen tres atribuciones: de re presentación, de organización y de disciplina. En cuanto
a la primera, representan a la profesión ante los poderes públicos, que pueden consultarles sobre asuntos de su
competencia. Respecto a la disciplina, los colegios establecen sus códigos de ética, que están sometidos a controles más o
menos estrictos por parte del Estado, y según los cuales ejercen una jurisdicción especial para sancionar las faltas de los
agremiados. Estas sanciones pueden llegar hasta la suspensión definitiva del ejercicio profesional.

La Corte Suprema de Justicia de Venezuela, por su parte, en una decisión de 22 de septiembre de 1.987, decía:

".. para el derecho moderno los organismos profesionales se sitúan en la frontera del derecho público y del derecho
privado... y que aun cuando las directivas de los colegios profesionales no constituyen establecimientos públicos, son ellas
las encargadas de participar en la ejecución de un servicio público, y, en consecuencia, sus decisiones reglamentarias e
individuales constituyen actos administrativos sometidos a la competencia de la autoridad administrativa"

Las sociedades y asociaciones deben obtener personalidad jurídica y aprobación de sus estatutos de acuerdo al Código
Civil.-(arts. 58 al 61).

IV. DERECHO DE PETICION

1.- CONCEPTO E IMPORTANCIA

Todas las personas, con excepción de los militares, que deben hacer lo por conducto regular, pueden dirigirse a los poderes
públicos, en forma individual o colectiva, para exponer sus peticiones, quejas, opiniones, etc., sobre materias de interés
público o privado. Esta facultad es distintiva del Estado de Derecho que impera en el sistema democrático de gobierno, en
el que el pueblo, titular de la soberanía, delega ésta en sus representantes.

Se ejercita este derecho por escrito, generalmente, aunque también puede hacérselo oralmente; en forma pacífica y en
términos respetuosos, ante cualquier autoridad, de los tres poderes.

En la práctica no se usa este derecho, debido, dice Bielsa, "a la función sustitutiva que la prensa diaria tiene en las
democracias... que es un medio de peticionar públicamente, y en general y de manera más práctica". El mismo autor agrega
que "huelga decir que para ello es necesario que haya libertad de prensa".

Las "cartas abiertas" que periódicamente registra la prensa, como avisos pagados, son otras tantas peticiones dirigidas al
Presidente de la República y altos funcionarios del Estado, denunciando abusos o denegaciones de justicia, y pidiendo las
garantías de Ley.

2.- ANTECEDENTES HISTORICOS

Este derecho se originó antes de la Carta Magna. En este documento, a cambio de la libertad de los barones, el Rey
prometió respetar determinados derechos considerados básicos ahora; de lo contrario, cuatro barones eran encargados de
presentar su queja al soberano y de pedirle se subsanara el agravio. En otras palabras, los barones pre sentaban una
petición al Rey, redactada en términos respetuosos. En los siglos posteriores se extendió este derecho a otras clases
sociales, incorporándose en el constitucionalismo inglés. El parlamento presentaba sus leyes como peticiones, para que
fuesen aprobadas por la corona (recuérdese la Petición de Derechos (1.628) y el Bill de Derechos (1.689).

Dice Carrasco que "este derecho fue prácticamente establecido con el juzgamiento de siete obispos anglicanos que
presentaron al rey Jaime II una petición muy respetuosa contra la embajada que constituyó ante el Romano Pontífice. Era la
primera vez que un monarca del Reino Unido se inclinaba a los pies del Primado de Roma. Sancroft, arzobispo de Cantuaria,
entregó la petición que formularon él y seis de sus colegas contra esos actos que herían los sentimientos y los bríos del
pueblo inglés, El rey se inmutó, los encerró en la Torre de Londres y los sometió a juicio. El jury los absolvió entre las
simpatías y aclamaciones de toda la opinión".

En Francia el derecho no fue reconocido por la monarquía absoluta hasta que la Revolución lo introdujo en forma
tumultuosa, pues dio lugar a escenas violentas y en la Convención los peticionarios discutían con los diputados e imponían
su voluntad. Es por esto que las Constituciones modernas exigen que las peticiones sean escritas y respetuosas, dice
Carrasco.

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre di ce en su art. XXIV: "Toda persona tiene derecho a
presentar peticiones respetuosas a cualquier autoridad competente, ya sea por motivo de interés general, ya de interés
particular, y el de obtener pronta resolución".

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