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ESTUDIO BÍBLICO

1 Reyes 5:1-18
INTRODUCCIÓN
Continuamos estudiando el primer libro de reyes en el que estamos viendo el desarrollo del reino bajo la
dirección de Salomón. En ese contexto hemos observado la coronación de Salomón y la consolidación del
reino (1:1-4:34). Notamos entonces como Jehová está afirmando y proporcionando estabilidad a la nación, a
través del reinado de Salomón, cuya sabiduría dada por Dios para gobernar y dirigir los asuntos del reino, se
difundía por todos los pueblos y reyes de la tierra (4:34).
Hoy, iniciamos la sección concerniente a la construcción del templo de Salomón por el pacto de Dios (5:1-9:9).
Recordemos que David tuvo el deseo de construir un templo para la gloria del SEÑOR, sin embargo, Jehová le
dejo claro que no sería el, sino su hijo Salomón, quien llevaría a cabo este propósito. David estaba tan ocupado
luchando guerras y expandiendo y defendiendo las fronteras del reino de Israel que no tuvo tiempo para
supervisar un proyecto tan complejo y exigente. Salomón, el hombre de paz, fue la elección de Dios para
construir el templo, y su padre lo preparó para la tarea y lo alentó (2 Sam 7:12-13, 1 Crón. 22:7-9 y 28:1-7)
(Wiersbe, p.29).
Sobre esa preparación, continúa Wiersbe:
Al leer el primer libro de crónicas podemos notar que David Mientras anticipaba la construcción del
templo, había apartado parte del botín de la batalla, especialmente para el Señor (1 Crón. 22:14). Esto
ascendió a 3,750 toneladas de oro, 37,500 toneladas de plata y una cantidad no medida de bronce, hierro,
madera y piedra. Toda esta riqueza la presentó públicamente a Salomón (1 Crón. 29: 1–5). David
también agregó su propio tesoro personal y luego invitó a los líderes de la nación a contribuir también (1
Crón. 29: 1–10). Los totales finales fueron 4,050 toneladas de oro y más de 38,000 toneladas de plata,
por no hablar de miles de toneladas de bronce y hierro, así como piedras preciosas. Fue un gran
comienzo para un gran proyecto. David también le dio a Salomón los planes para el templo que le había
sido dado por el Señor (1 Crón. 28). David también había reunido a algunos artesanos y trabajadores
para seguir esos planes y trabajar en madera y piedra para preparar el material para el templo (1 Crón.
22: 1– 4). (Wiersbe, p.29).
Así que podemos afirmar como dice Guzik: Si bien, este capítulo trata sobre el trabajo de Salomón para
obtener los materiales para construir el templo, es cierto que David estaba tan interesado en esta obra, que él
mismo ya había reunido muchas provisiones necesarias para construir el templo (1 Crónicas 22:5).
Como señala Wiersbe:
Desde los días de Moisés, el pueblo de Israel había llevado sus sacrificios y ofrendas al tabernáculo,
pero ahora ya no eran un pueblo peregrino sino una nación establecida en su propia tierra. El tabernáculo
era un edificio frágil y portátil, y había llegado el momento de que Israel construyera un templo para su
gran Dios. Las naciones a su alrededor tenían templos dedicados a sus falsos dioses, por lo que era justo
que el pueblo de Israel dedicara un templo magnífico para honrar a Jehová de los Ejércitos, el verdadero
y vivo Dios. En el segundo mes del año 966 aC, el cuarto año de su reinado, Salomón comenzó el
trabajo (1 Re 6:1) y estos capítulos registran varias etapas del proyecto. (Wiersbe, p.29). Del viejo
tabernáculo solo quedaba un recuerdo: el arca del pacto. Hasta ahora Israel no tenía un lugar fijo de
adoración, sino que estaba distribuido en varios lugares. Había una gran necesidad: centralizar la
adoración.

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En esta mañana abordaremos el capítulo 5 el cual nos mostrará a Salomón haciendo preparaciones para
construir el templo. Seguiremos el siguiente bosquejo.

BOSQUEJO
I. El mensaje de Salomón a Hiram rey de Tiro (vv.1-6)
II. La respuesta de Hiram a Salomón (vv.7-12)
III. La leva de hombres libres (vv.13-14)
IV. La mano de obra de los esclavos (vv.15-18)
DESARROLLO
I. El mensaje de Salomón a Hiram rey de Tiro (vv.1-6)
El v. 1 nos dice que Hiram, rey de Tiro, envía siervos a Salomón al saber que este es el rey ungido sucesor de
David. La razón, la da el mismo versículo: porque Hiram siempre había amado a David. Esta información
inicial nos deja ver que ya existían conexiones entre el rey David y el rey de Tiro. Había alianzas políticas entre
ellos. Como aporta Guzik: David fue un poderoso guerrero en contra de los enemigos de Israel. Pero no tuvo a
cada nación vecina como enemiga. David, sabiamente, construyó alianzas y amistades con las naciones
vecinas, y el beneficio de ello también alcanzó a Salomón. Ejemplo de esto es Hiram, rey de Tiro, quien había
proporcionado trabajadores y materiales para la construcción del palacio de David (2 Sam. 5:11, 2 Cr 2:2) y
David había reclutado su ayuda para preparar la madera para el templo (1 Crón. 22: 4). Precisamente, Tiro era
una ciudad fenicia muy rico en comercio, localizada en una Isla en el mar Mediterráneo, justo en frente de las
costas de Fenicia (Herencia Reformada, p. 476).
Además, las palabras de Salomón en los vv.3-5 nos indican que ya Hiram conocía el asunto sobre la
construcción del templo. Note la expresión: Tu sabes. Aporta Wiersbe:
En su mensaje, Salomón indicó que sabía que su padre había discutido la construcción del templo con
Hiram, por lo que Hiram no se había enterado por primera vez. David incluso le había dicho a Hiram
sobre el pacto de Dios (2 Sam. 7) y la elección de Dios de que Salomón construyera la casa de Dios.
Salomón dejó en claro que estaba construyendo, no un monumento a la gloria de su padre, sino un
templo al honor del nombre del Señor (1 Reyes 5: 5; véase 8: 16–20, 29, 33, 35, 41-44). (Wiersbe,
p.30).
Aporta Mundo Hispano: La construcción del templo fue el gran sueño de David; no pudo realizarlo por haber
estado siempre en pie de guerra. David fue un rey guerrero; nunca hubo paz durante su reinado. Este gran
honor y la realización de este sueño (2Sa_7:13) y profecía le estaba reservado al hijo y sucesor, Salomón. De
modo que la construcción del templo sería la obra más grande de Salomón. El reino ahora había pasado de un
tiempo de guerra a uno de paz, dando oportunidad para la construcción del templo para la gloria de Dios
(Herencia Reformada, p.476).
Como resume Siglo XXI: Al escuchar de la subida al trono de Salomón, Hiram envió una embajada oficial
para asegurarse de que las relaciones diplomáticas calurosas continuasen entre los dos reyes y sus casas.
Salomón aprovechó la oportunidad para negociar la ayuda de Hiram con otro proyecto de construcción. Había
llegado el momento de comenzar la obra que Dios le había asignado de edificar un templo en Jerusalén.
Así que Salomón, teniendo en cuenta esa amistad real entre Hiram y su padre David, solicita la ayuda de Hiram
para que proporcione los trabajadores y la madera necesaria para el templo (v.6). Salomón también solicitó a un

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maestro artesano que pudiera hacer los intrincados y hermosos muebles necesarios para el templo (7: 13–14; 2
Cron. 2: 7), y el rey Hiram lo envió a Hiram (o Huram-Abi; 2 Crón. 2: 13–14) (Wiersbe, p.30).
 «Los sidonios eran conocidos como artesanos de la madera en el antiguo mundo «Los sidonios eran
conocidos como artesanos de la madera en el antiguo mundo, un hecho comprobado por la famosa
piedra de Palermo. Su inscripción de alrededor del 2200 a.C. nos narra sobre barcos que llevaban
madera que zarpaban de Biblos a Egipto unos cuatrocientos años antes. La habilidad de los sidonios
estaba expresada en su destreza para seleccionar los árboles más aptos, saber el tiempo correcto para
cortarlos, hacerlos caer con cuidado y, posteriormente, tratar las vigas». (Dilday)
Salomón hizo un acuerdo muy bueno y oportuno con Hiram. Este convenio consistía en que Hiram le
suministrase a Salomón materiales de construcción y obreros especializados. También era necesario transportar
y colocar esos materiales en el lugar conveniente. Así que la carta de Salomón era realmente un contrato
comercial, ya que en ella se ofrecía a pagar la madera al proporcionar alimentos anualmente a la familia de
Hiram (1 Reyes 5:11), y también a pagar a los trabajadores un gran pago por su trabajo (2 Crónicas. 2: 10)
(Mundo Hispano).
II. La respuesta de Hiram a Salomón (vv.7-12)
La sabiduría de Salomón fue crucial para obtener los materiales en las naciones vecinas para edificar el templo
(v.12). Al oírlo Hiram, el rey de Tiro, bendijo a Jehová por dar a un pueblo un hijo sabio a David para un
pueblo tan grande. Notemos sus palabras en 2 Cr 2: 11-12. No podemos decir con exactitud si lo decía porque
adoraba al Dios verdadero, por motivaciones políticas o el beneficio de lo que recibiría de Salomón o por la
influencia que David pudo tener en él sobre el verdadero Dios y había cierto temor de Dios en Hiram.
Aporta el comentario exegético: —Este lenguaje no es una evidencia de que Hiram fuera adorador del
verdadero Dios, pues tal vez lo dijo sólo en el sentido politeístico de reconocer a Jehová como el Dios de los
hebreos (véase 2 Crónicas 2:12)
Lo que sí sabemos es que, en su respuesta, Hiram aceptó los términos y describió el procedimiento. Sus
hombres cortarían los árboles en el Líbano, prepararían los troncos y luego los llevarían por la costa hasta Jope
(Jaffa moderno; 2 Cron. 2:16), ya sea en barcos o amarrados como balsas. Toda la madera que quiso fue dada
a Salomón. En compensación, Salomón contribuiría con una buena y suficiente provisión de alimentos para los
obreros y familia de Hiram, rey de Tiro (v.11, 2 Cr 2:10). [NVI 99: Salomón, por su parte, año tras año le
entregaba a Hiram, como alimento para su corte, veinte mil cargas de trigo y veinte mil medidas de aceite de
oliva. A tus siervos que corten la madera les daré veinte mil cargas de trigo, veinte mil cargas de cebada,
veinte mil medidas de vino, y veinte mil medidas de aceite.»]
Tiro tenía poca tierra para sembrar y dependía de las importaciones de comida, principalmente de
aquellas que provenían de la tierra de Israel (Hch 12:20).
De esa forma ambos reyes hicieron pacto, un contrato de negocios mutuamente aceptado. Salomón — en su
sabiduría dada por Dios — continuó con la amistosa relación entre Israel y el Líbano.
Resume el comentario exegético del A.T: Las relaciones amigables que el rey de Tiro había cultivado con
David, aquí son renovadas con su hijo y sucesor, por medio de un mensaje de felicitación por haber ascendido
al trono de Israel. La alianza entre las dos naciones había sido mutuamente benéfica por el estímulo que dió al
comercio. Siendo Israel nación agrícola proveía granos y aceite, mientras que los tirios, pueblo comercial,
daba en canje sus manufacturas fenicias, así como también los productos de países extranjeros. Un tratado

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especial ahora fué hecho para el progreso de aquella empresa que fué la obra más grande del reinado
espléndido y pacífico de Salomón.

III. La leva de hombres libres (vv.13-14)


Para este trabajo se necesitaba mucha mano de obra. Se necesitaría una gran cantidad de mano de obra para
derribar los árboles, cortar los troncos y transportarlos al sitio de construcción para que los constructores los
usaran. De modo que el rey puso a trabajar a todo el pueblo, mediante el pago de impuesto llamado "leva". Este
era un trabajo obligatorio que todo ciudadano o súbdito debía pagar a su nación. Este sistema era muy común en
el tiempo antiguo (2Sa 20:24). Un reclutamiento de trabajadores forzados que Samuel predijo harían los reyes
(1 Sam 8:11-16) (Herencia Reformada, p.477). Salomón reclutó solo 30,000 para laborar en el templo. Diez mil
de los hombres pasaron un mes cada trimestre en el Líbano ayudando a los hombres de Hiram en su trabajo, y
luego tuvieron dos meses en casa. Estos hombres eran ciudadanos judíos y no fueron tratados como esclavos (1
Reyes 9:22; véase Lev. 25: 39–43). (Wiersbe, p.30).
Aporta Diario Vivir: Salomón reclutó tres veces el número de trabajadores necesarios para el proyecto del
templo y luego arregló sus horarios para que no tuvieran que estar lejos de su casa por grandes períodos. Esto
mostró su preocupación por el bienestar de sus trabajadores y la importancia que le daba a la vida familiar.
La fuerza de una nación está en proporción directa con la fuerza de sus familias.
Añade Guzik: La sabiduría de Salomón era evidente en la manera en la que empleaba este gran personal.
Primero, sabiamente delegó las responsabilidades a hombres como Adoniram. Segundo, en lugar de hacer
trabajar a los israelitas constantemente lejos de Israel y del hogar, hizo que trabajaran por turnos.
IV. La leva de hombres esclavos (vv.15-18).
Salomón también realizó un censo de los extranjeros no israelitas en la tierra y reclutó a 150,000 de ellos
[153.600 en Cr] para cortar y transportar piedras para el templo (1 Reyes 5: 15–18; 9: 15–23; 2 Cron. 2: 17–
18; 8: 7–10). De este grupo, 70,000 llevaron cargas y 80,000 cortaron bloques de piedra caliza de las colinas. A
cargo de este grupo había 3.000 [3600] supervisores que eran extranjeros. Los bloques de piedra tenían que
cortarse con cuidado para que encajaran perfectamente cuando se ensamblaran en el sitio del templo (1 Reyes
6: 7), y eso exigiría una planificación cuidadosa y una supervisión experta. (Wiersbe, p.31).
Salomón ordena que trajesen piedras grandes y costosas para los cimientos del templo, piedras labradas y así los
albañiles de Salomón junto con los de Hiram y los hombres de Gebal, cortaron y prepararon las maderas y las
piedras para la edificación.
Comenta Diario Vivir: «Algunos suponen que estos de Gebal eran los habitantes de Biblos, al pie del monte
Libanus, al norte de Sidón, en la costa del mar Mediterráneo». (Clarke). Gebal, (o Biblos) estaba localizada al
norte de lo que ahora es Beirut, cerca del Bosque de Cedros. Estos hombres eran fenicios, probablemente
especializados en la construcción de embarcaciones, pero empleados para este proyecto.
Aporta Mundo Hispano:
Es interesante observar que el trabajo o labrado de las piedras fue hecho con tal precisión que encajaban
unas con otras, antes de ser colocadas en los mismos cimientos. Aquí sobresalen los obreros de la ciudad
de Biblos. Estos eran muy hábiles y especializados en el trabajo de la piedra. De modo que la casa de
Dios fue construida por los más grandes constructores de la época.
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APLICACIONES
Este capítulo nos muestra al rey Salomón haciendo los preparativos para la construcción del templo en Israel.
Sin embargo, recordemos la superioridad de Cristo, el Rey de Reyes y Señor de Señores, quien es mayor que
Salomón y que el templo mismo. Cristo prometió edificar su iglesia, que es su casa. Cuando Cristo ascendió al
cielo, su conflicto terrenal llegó a su fin y entró a su reposo. El reino de Salomón nos recuerda que aun en
nuestros días, Cristo, nuestro Rey, está usando su sabiduría para traer personas de todas las naciones para
edificar su templo viviente que es la iglesia (Herencia Reformada). (Mt 16:18, 1 Tim 3:15).
Como expresa Wiersbe: Tanto los judíos como los gentiles ayudaron en la construcción del templo de
Salomón, y este hecho es significativo, ya que el templo debía ser "una casa de oración para todos los
pueblos" (Isaías 56: 7). ¿No parece significativo que el templo consagrado para la adoración del Dios de
Israel fuera edificado por extranjeros y paganos? Coincide Henrry: El templo fue edificado principalmente
con las riquezas y trabajos de los gentiles, lo que tipifica el llamado a ser parte de la iglesia . La iglesia es el
templo espiritual compuesto por creyentes en Jesucristo, tanto judíos como gentiles (Ef. 2:18-22).
Salomón ordenó que se trajesen piedras preciosas y costosas, labradas, para los cimientos de la casa. Pero
Cristo es la piedra principal del ángulo. Él es la piedra escogida y preciosa de la iglesia. Mientras que para los
incrédulos es una piedra que hace caer. Cristo además está añadiendo a su templo santo, piedras vivas,
verdaderos creyentes, aquellos que han nacido de nuevo y han venido a En el arrepentimiento y fe. 1 Pe 2:4-8.
Bienaventurados los que, como piedras vivas, van siendo edificados en una casa espiritual para habitación de
Dios en el Espíritu. (Henrry).
Este asunto del templo y su construcción también nos transporta al final de los tiempos. Nos hace tener
expectativa por la promesa de Dios cuando todo sea consumado. Llegará el día cuando toda la iglesia, creyentes
de toda tribu, lengua, pueblo y nación, entrarán a su reposo eterno, entonces la gloria de Dios morará con cada
hombre de manera que no habrá necesidad de templo. Tengamos esto en mente cuando leemos esta sección del
libro de reyes y confiemos en las promesas de Dios en su Palabra. Ap 21:3-5, Ap 7:13-17.
Una lección que aprendemos en este capítulo es la importancia de prepararse para las tareas que están ante
nosotros. Salomón lo expresó así en Ec 10:10. Es sensato obtener las herramientas antes de usarla. Como
iglesia local, en todas nuestras responsabilidades, debemos siempre con sabiduría del SEÑOR, organizar todas
las cosas, sean actividades, proyectos, decisiones, el servicio aquí en la iglesia y todo lo que redunde en el
progreso del evangelio, deben ser organizadas, gestionadas, evaludas para que Dios sea glorificado. No es
correcto improvisar o hacer las cosas por salir del paso. Debemos trabajar en la obra del Señor con preparación
y entrega buscando siempre agradarle a Él. Por supuesto todo esto se aplica a nuestra vida diaria como
creyentes [la importancia de prepararse para las tareas que están ante nosotros].
Cristo aplicó este principio en la vida espiritual, hablando del costo de seguirlo verdaderamente en Lc 14:25-33.
En ese sentido seguir al señor Jesús requiere un costo, dificultades, sufrimiento, etc. Para seguirlo hasta el
final debes mirar hacia adelante, calcular el costo y prepararte debidamente.

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