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ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE

TRUJILLO

CARRERA:
“Educación Artística- Especialidad Teatro”.

CICLO:

CURSO:
“Desarrollo Vocacional”.

PROFESORA:
Roberto Martínez Llanos.

ALUMNA:
Karol Esther Recalde Gutierrez.

Trujillo -Perú
2020
FERNANDO SAVATER – ÉTICA PARA AMADOR
CAPÍTULO I

DE QUÉ VA LA ÉTICA

No sabía de qué se iba a tratar el primer capítulo del libro, he encontrado en él muchas cosas
en las que pienso a diario. Estoy de acuerdo con la idea de ética, el ser humano tiene esa
capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, así como decidir cuál de los caminos tomar
dependiendo su conveniencia. Por ejemplo, para explicar mejor como lo comprendo,
compartiré ciertas cosas que me cuestiono a diario, también hablaré de lo que he
comprendido a lo largo de mi proceso personal.

En este tiempo he tenido tantas maneras de ser que siento que he pasado por los extremos
hasta llegar a donde estoy ahora, en un balance sano. Es necesario mencionar que gran parte
de mi infancia tuve una crianza en donde se reprimían las opiniones de las mujeres, por lo que,
al ser mujer e ir creciendo en ese ambiente, hice en mí un carácter fuerte con aspiraciones de
superación personal, pero borrosas. Al no tener una aspiración, dejé que mi entorno influyera
en mí y confundí el bienestar superficial con mi meta inicial que era que nadie me dañara o
invalidara mi opinión. Eso hizo que me hiciera una persona demasiado “buena”, había perdido
la capacidad de decir “no”, tanto que, si sabía que alguna acción mía implicaría el sufrimiento
de otra persona, no lo hacía y ya, aunque no fuera nada malo (me decepcionaba a mí misma
con tal de que el resto no se decepcionara de mi). Después de llegar a mi límite, me fui al otro
extremo, pasé de ser tierna a volverme demasiado egocéntrica, me dejó de importar los
sentimientos ajenos y me preocupaba por mi bienestar en lo absoluto. Tiempo después, me di
cuenta de lo mucho que me gusta “sentir”, lloré por la nostalgia que sentí al recordar como se
sienten las emociones, el enojo, el llanto, el nudo en la garganta, el amor, el entregarse a
alguien con tranquilidad y confianza, el burlarse de la vida, etc. Mi orgullo se rompió y empecé
a balancear mi vida aprendiendo y desaprendiendo cosas según mi “conveniencia”.

Actualmente, me cuestiono las cosas que hago, pero no me molesta hacerlo ni me siento
presionada, por ejemplo, cuando voy a tomar una decisión pienso: ¿En qué me ayudará?, ¿Me
hará sentir bien?, ¿En qué le afectará esto a las personas que quiero?, ¿Qué repercusiones
tendrá en mi organismo?, me gusta dialogar, intento llegar a un acuerdo, explicar mis puntos
de vista y a la vez escuchar. Cuando alguien no está de acuerdo conmigo, acepto mis errores,
respiro y pienso en qué podría haber estado sintiendo la otra persona, para no juzgarla e
intentar comprender su sentir, pero cuando ese sentimiento no tiene una explicación
coherente o tiene alguna mala intención me doy cuenta, lo cual agradezco, pues me ha
ayudado a ser selectiva en mi círculo y a no gastar de más la buena vibra que tengo. Así mismo,
no me gusta molestarme, pero cuando es necesario soy tajante con mis acciones, de todas
formas, trato de explicarlo, aunque a veces me cuesta, respiro para una mejor reacción. He
aprendido a perdonar y desaprendido a vengarme, ahora vivo mejor y sobre todo, en paz
conmigo y mi gente.

En lo que respecta a lo que el autor mencionó acerca de que el filósofo le dio una paliza a un
amigo cuando este decía que no existía la libertad humana, me ha pasado y creo que, a todos
nos ha pasado de alguna forma. Por ejemplo, tengo una amiga que está en una relación con
una persona tóxica, me cuenta algo no muy agradable que le sucede y luego se reconcilia con
su pareja, le explico mi experiencia con ese tipo de relación, lo que sería correcto que haga por
ella, pero por mucho de que yo hable, ella no se dará cuenta si no es por sí misma, pero no la
juzgo, pues empáticamente, tengo que pensar que he pasado por algo similar antes y que no
es tan sencillo como parece, por eso le sigo aconsejando, la escucho y bueno, no la busco
tampoco, porque ella está en libertad de buscarme si me necesita e irse hasta que poco a poco
llegue a su límite y se de cuenta de las cosas antes de que sea tarde. Y eso es una de las cosas
que me cuestiono a diario, pero sólo queda para mí y para quien realmente me quiera
escuchar: ¿Por qué las personas tienen tanto afán de llegar al extremo de las cosas para
cambiar de dirección? ¿Harían eso si fueran conscientes de sus acciones y sentimientos? ¿Por
qué está de moda el masoquismo, la superficialidad y le llaman bonito a lo desnudo? ¿No ven
el exterior y sus maravillas o si lo ven y se hacen los locos?, ¿Por qué confunden el amor propio
con egocentrismo o el “apoyo” al estado de ánimo con sexualizar cuerpos?, ¿Por qué las
personas engañan a sus parejas si son ellas quienes las eligen?, eso es tonto.

La verdad, es que hay muchas cosas a las cuales no les encuentro explicación, a veces si me las
respondo a medias, pero dejo de prestarles atención cuando sé que es una cuestión de
estereotipos de miles de años y que, de alguna forma, el hecho de que me enfoque en mejorar
yo hará que mi generación vaya evolucionando y tomando consciencia de a pocos, pues si no
llego a tener hijos, tengo sobrinos a los cuales cuido con el alma por todas las cosas que
ocurren en la sociedad. Pensar en mí sin dejar de pensar en los demás, es el mejor balance
ético que he tenido, se ha visto reflejado hasta en mi semblante e incluso, cuando me dañan
con intención, he aprendido a responder con inteligencia y sin faltas de respeto. Todo esto lo
aprendí observando al mundo y aburriéndome de la gente “normal” que hay en él, entonces,
en mejor consejo que puedo dar es que se fijen más en su alrededor y tomen consciencia de
todo, sean minuciosos y conozcan su valor, de cada mano, cada dedo y vibración corporal, van
a llegar a conectar realmente con el mundo e incluso mejorar vidas de a pocos.

Para concluir, no sé si me he desviado del tema, pero ya que era libre la opinión, me he
tomado el tiempo de explayarme. Es un libro que, al parecer, es interesante, espero que al
seguir leyendo comprendo más de lo poco que sé y bueno, mientras tanto, me siento
agradecida de ser un ser humano capaz de cuestionarse las cosas en la ventana de su cuarto, la
vereda de la calle o donde me plazca estar mientras siento fría la punta de la nariz.

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