Está en la página 1de 4

Seminario en Humanismo 11/08/2020

Sección: “B”
Nemyani Gutierrez 27.260.069
Evaluación
1. Identifique alguna situación inconclusa en su vida, o alguna repetición.
a. Identifique en ella cada una de las etapas del ciclo de la experiencia.
b. Identifique el o los mecanismos de resistencia que ha empleado para
interrumpir el ciclo.
Considero que una experiencia que no logro concluir en mi vida es el formalizar una
relación romántica. Tiendo a no explicarle mis sentimientos claramente a mis
“pretendientes” y mantenerlos en la zona de amigos sin realmente cumplir mi papel de
amiga, ya que, correspondo los sentimientos hasta cierto punto y después ya no quiero
nada más en sentido romántico con esa persona. Actualmente no he tenido un novio
debido a mi actuar ante algún pretendiente, simplemente prefiero la amistad o algo que
no me resulte un verdadero compromiso.
Desglosando esta situación en las etapas del ciclo de la experiencia, me encuentro
en el equilibrio o reposo, no tengo por el momento ninguna necesidad. Y aparece un
amigo/conocido que llama mi atención, y sé que tiene interés hacia mí, surgen ciertas
sensaciones, siento el corazón más rápido, estoy feliz, emocionada y nerviosa, sin
ninguna explicación. También me doy cuenta que me encuentro impaciente por tener
conversaciones más duraderas e interesantes, que estoy emocionada porque estoy
conociendo a alguien que me atrae y felicidad porque me gusta conocer más a fondo a
las personas y usualmente estas situaciones se prestan mucho para conocer cosas
intimas del otro. Luego cuando noto que la persona realmente no busca ser en primer
lugar mi amigo, pienso mucho en lo que quiero y en cómo me siento con él a mi
alrededor, si mis sentimientos por esa persona son todos positivos (como que me
siento cómoda, feliz, respetada, apreciada, entre otros) y no hay situaciones que
impidan que algo ocurra entre nosotros (por ejemplo: esta fuera del país o se va
próximamente), decido que sí me gustaría conocerlo más, que me interesa, que en un
futuro temprano quisiera tener una relación y no me molestaría que fuese él, y busco la
fuerza o energía para llevar esto a cabo. Sin embargo, no soy una persona que tome
mucho la iniciativa y exprese sus sentimientos solo porque si, por lo que dejo que pase
un poco el tiempo, posteriormente actúo según lo que quiero, que es seguir
conociéndolo y pasando tiempo con él, así que pongo interés en la “amistad” que
estamos construyendo, en crear confianza y complicidad entre nosotros, momentos
lindos y divertidos pasando tiempo juntos, hasta que el tema del noviazgo sale a relucir,
y en lugar de satisfacer mi necesidad, de tener finalmente una relación estable, seria,
con alguien que me quiere, el mecanismo de la deflexión se presenta en mí y todo
pierde la intensidad y emoción que había desde un principio, empiezo a pensar que la
persona, me presiona, que no me da mi tiempo, que quiere forzar las cosas y que sus
sentimientos son más fuertes que los míos, suelo cansarme de esos pensamientos tan
constantes y que me hacen sentir mal, por lo que evito las visitas y la salidas, me
ocupo en otras cosas y hablamos menos, y finalmente le digo que lo quiero como
amigo, y mantenemos la amistad por un tiempo hasta que luego el contacto con el otro
es esporádico o incluso nulo, y ya no siento ningún tipo de sentimientos alejados de la
amistad hacia esa persona. Por lo que me retiro y usualmente me pregunto, ¿qué
hubiera pasado si yo me hubiese dado la oportunidad con cualquiera de los chicos con
los que yo repetí este ciclo?, no obstante, al no establecer una relación con ninguno,
aparecen nuevas necesidades para satisfacer y distraerme de esta inconclusa.
2. Sobre la base de creencias y mandatos que recibiste desde niño, escribe
un relato describiendo como estos han limitado tu percepción del mundo y
han guiado y siguen guiando tu vida, tu toma de decisiones y te han
impedido realizar tus deseos. Obsérvate, observa tu vida durante unos
minutos.
Tengo pocos recuerdos de mi infancia, no sé si los reprimí o realmente tengo muy
mala memoria, pero si de algo estoy segura es que fui una niña feliz, querida y
deseada, siempre me contaron que yo fui la primera ilusión de por fin tener una familia
completa, la primera sobrina, la primera nieta en Venezuela, fue un nacimiento
esperado y lleno de muchas primeras veces.
A medida que iba creciendo y copiando las conductas, vocabulario y actitudes de mi
mamá, iniciaron los reproches por parte de ella, siempre decía que los hijos solo
escuchaban y callaban, que no tenia porqué opinar, ni llorar sin ninguna razón, desde
entonces es muy difícil para mi expresar lo que siento o pienso.
Entrada a la adolescencia, mi mamá quería que yo le hablara sobre mí y en la
manera en cómo me sentía, porque siempre estaba en “un mundo distinto al de ella”,
cuando antes nunca pude ni supe cómo hacerlo, luego se sumaban las exigencias a
tener notas excelentes en el bachillerato porque mi única responsabilidad era estudiar.
Un arduo trabajo, ya que, desde preescolar tenía esta cualidad perfeccionista, sino
coloreaba dentro del borde rompía mis crayolas, por lo que la gran mayoría de las
veces me cuesta terminar lo que empiezo sino esta perfecto ante mis ojos y
percepción, aunque la mayoría del tiempo tengan un comentario que decir, algo que
cuestionar.
Desde entonces siempre he pensado que si no piden mi opinión me la ahorro y si lo
hacen es muy difícil para mí organizar mis ideas y expresarlas, lo que afecta en mi vida
desde varios aspectos, como en lo académico, ya que, no me gusta participar en clase,
en lo social, es complejo para mi iniciar y mantener una conversación, incluso comprar
en una tienda porque me avergüenza hablar, en lo familiar, nunca le digo lo que pienso
a mis padres aunque vea que se están equivocando o algo que hacen me causa
malestar o tristeza, me guardo todo lo que pienso. Aunque, no soy perfecta en ningún
sentido, como cualquier ser humano, para evitar que digan cosas que me hagan sentir
que valgo menos, que no lo se hacer o para qué lo sigo intentando, por mí misma trato
de ser lo más detallista posible en todo lo que hago y digo para sentirme bien, pero
pensar tanto en lo que debería y no en lo que quiero termina siendo agotador, por lo
que la mayoría de las cosas que hago quedan a medias sino es por obligación y no
concluyo dando mi mayor potencial ni disfrutando la experiencia.
a. Ahora reescribe tu guion, siendo tú el guionista. Toma consciencia que
está en tus manos cambiar lo que no va bien en tu vida. Cada mandato y
creencia tiene su reverso en los permisos. Otórgatelos.
Sin embargo, a pesar de lo vivido y aprendido hasta el momento, he concluido
que está bien ser yo misma, está bien expresar lo que siento y está bien que no todo
me salga perfecto, la vida es un constante aprendizaje. Quiero vivir el hoy, sin pensar
tanto en el detalle ni centrarme únicamente en el mañana, quiero poder expresar lo que
siento y pienso, sin pensar primero en lo que el otro pueda decir de mí pero sin limitar
de igual modo la libertad de expresión de los demás. Quiero y necesito ser yo misma,
sin llenar las expectativas que se pensaban en esas primeras veces, quiero reír, llorar,
gritar, bailar, cantar, entender y hacer entender que soy un ser, que siente, piensa y
actúa, que aunque no siempre tenga la razón y me equivoque debo ser yo quien se dé
cuenta de ello, quien se haga responsable y aprenda. También quiero disfrutar y
terminar todo lo que emprenda, comprometerme con mi propia vida, empaparme de
conocimiento a donde quiera que vaya, ser respetada y respetar de igual manera. Y lo
más importante, quiero hacer lo que me gusta, intentar, fallar y luego volver a hacerlo,
sin esperar la aprobación de mi familia, apreciar más lo que yo soy y lo que puedo
hacer. Soy alguien valiosa, inteligente, que aprende de las consecuencias de sus actos,
valiente, amable, independiente, agradecida, respetuosa y generosa, por lo que me
permito ser quien soy, me permito que no todo me salga como espero pero sobre todo
me permito ser feliz y disfrutar de cada capitulo de mi vida.

También podría gustarte