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La generación intelectual, Universidad de Buenos Aires

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas


Colectivo Herramienta

"Una generación es una serie dispersa, no cronológica, de lectu-


ras y de rituales comunes, que envejecerán con nosotros"
Ricardo Piglia

Dedicado a la "juventud rozitchneriana" en búsqueda de una pro-


yección generacional: Emiliano Exposto, Lucas Ortiz e Ignacio Veliz.
un sueño eterno

Y a Valeria A. Caruso, quien descubrió el epígrafe de Piglia.

¿Por qué siempre regresa la inte- telectuales evaden las coerciones de


rrogación generacional? la mercantilización. Los proyectos del
saber, del símbolo y del disenso, son
ace algunos años escribí un circundados en artefactos mercanti-

H libro sobre La nueva genera-


ción intelectual (2008), publi-
cado por el colectivo/editor
lizables: la universidad, la prensa, los
medios audiovisuales, las oficinas es-
tatales. La evidencia la provee el que
Herramienta. Los ensayos de ese vo- todos esos ámbitos estén mediados
lumen elucidaban los indicios de una por el dinero.
naciente proyección intelectual, hete- En 2008 el enigma era el de por qué,
rogénea pero reconocible en sus co- a pesar de las condiciones adversas
munes inquietudes por la época impuestas por un sistema de mer-
histórica que estábamos atravesando cantilización intelectual que metabo-
en la Argentina y en América Latina. liza todas las disidencias, la pregunta
Omar Acha

Me parecía interesante que el con- por la “generación intelectual” emer-


cepto aparentemente agotado de “ge- gía y lo había hecho en diferentes mo-
neración intelectual”, tan propio de mentos históricos. Y por cierto sobre
tiempos de cambio radical que se su- todo constituía un enigma el por qué
ponía habían cesado, recobrara vida. era perceptible una inminencia gene-
Era una idea que prosperaba a con- racional en asuntos “intelectuales”.
tramano de la institucionalización de Bastaba abrir los ojos para percibir
la intelectualidad propia del capita- una constelación de artefactos cultu-
lismo avanzado, un orden social rales incompatibles o en todo caso
donde la lógica del capital metaboliza desajustados con una ilusión de re-
toda disidencia. Entiéndase, su domi- construcción kirchnerista de la “nor-
nación no consiste en callar o reprimir malidad” argentina. No hay que
sino en “incluir”. El capital no es una olvidar que en 2008 los fuegos ambi-
cosa sino una maquinaria compleja y valentes del 2001 no estaban del todo
flexible. Incorpora las producciones apagados. Esa cuestión compartida
de diverso orden en sus dispositivos es la de una producción colectiva, ins-
de valorización. Sabemos que eso su- cripta en un desafío epocal, que com-
cede con las horas de trabajo manual pone una propuesta activa de creación
incorporadas en las mercancías. Lo intelectual comprometida con los di-
mismo ocurre, es cierto que con pe- lemas de lo real.
culiaridades, respecto de las creacio- En contraste con los ejercicios bu-
nes intelectuales. Es una fantasía rocráticos o institucionalizados de la
agotada la de que los quehaceres in- praxis intelectual integrada (que
jamás quise impugnar como inváli- ansias de reconocimientos en un vas, múltiples e igualitarias. Pero el
dos), la inquietud generacional en campo de poder. En otros términos, deseo de una comunión generacional,
materia intelectual propugna una de- las aspiraciones de producir una rup- en la medida en que es necesaria-
manda extemporánea, contraria a la tura a través de la cual una nueva ge- mente colectiva, introduce un contra-
domesticación de un quehacer cultu- neración puede decir, hacer, pensar, tiempo en la mera reproducción de la
ral que puede proporcionar resulta- danzar, pintar, dibujar, cantar, diseñar, burocracia del pensamiento.
dos valiosos, pero en cualquier caso de un modo radicalmente nuevo e in- En el libro mencionado, me llamaba
exentos de la búsqueda de una rup- serto en un proyecto de transforma- la atención que luego de la frondosa
tura filosófica. Aquí por “filosófico” re- ción de la práctica como tal, estaría experiencia de crisis, sufrimiento y
fiero a un deseo colectivo de habitada por una mala fe de mera fi- experimentación social, política y cul-
innovación rupturista con el confor- guración, de un “parricidio” en rigor tural que rodeó al 2001, en la Argen-
mismo con lo existente, con el sentido injustificado. tina solo florecieran rastros de la
de contrariar una realidad que, en Es difícil de discutir que la idea emergencia de una nueva generación
apariencia, no puede ser cambiada. misma del surgimiento de una “nueva intelectual. Me parecía que la vigencia
Es que la duda sobre si se pertenece generación intelectual” sea juzgada a del proyecto intelectual precedente,
a una era intelectual y a un proyecto destiempo de una acumulación buro- organizado a través de una reconfigu-
cultural no se vincula tanto con la crática de practicantes de quehaceres ración del quehacer cultural en tiem-
edad, con la fecha de nacimiento, “intelectuales”. El mercado o el Es- pos de “transición democrática” (es
como con el modo en que se enfrenta tado suelen proveer, con sus desigual- decir, después de la lección discipli-
una situación de injusticia. Así es que dades y arbitrariedades, recursos nadora y violenta de la última dicta-
pueden ser parte de una misma ge- más o menos relevantes para llevar dura militar del tramo 1976-1983), ya
neración intelectual un individuo de 80 adelante una praxis intelectual. Hay nada interesante tenía para decir.
años, para decir una edad elevada, becas, subsidios, cargos, designacio- Las huellas de esa decadencia de
como otra persona de 20 años. ¿Por nes. Usualmente esas promociones un proyecto intelectual previo eran
qué? Porque aquello invocado por la mediadas por la forma mercantil di- evidentes: las matrices interpretativas
generación intelectual no puede ser neraria suelen ser individuales. Para aplicadas sobre la complejidad del
tramitado, sojuzgado, en las “carreras una beca se “concursa”, como se 2001 simplificaban las tensiones in-
del talento” a que nos condenan las hace para una cátedra o un subsidio. herentes a esa coyuntura y solo per-
competencias interindividuales de la Y se lo hace en competencia con otros cibían el peligro de la disolución
cooptación mercantil del pensa- individuos o grupos de individuos. social. Las viejas generaciones inte-
miento crítico. Desde luego, jamás podría dejar de lectuales defendían la vigencia de la
Justamente, aquí es donde fracasan considerar cuánto de las ilusiones in- institucionalidad burguesa y presun-
los denuestos conservadores sobre dividuales de prestigio o preeminencia tamente liberal-republicana ante un
las pretensiones generacionales. habitan en las cotidianeidades de la peligro de crisis radical y ascenso de
Éstas deploran que las vocaciones ge- praxis intelectual. Sé bien que somos opciones ultraderechistas. Hoy, since-
neracionales ocultan mal las impug- parte de este mundo competitivo e in- ramente, esos miedos dicen más de
naciones de las viejas generaciones dividualista, incluso si participamos de las fantasías caídas de quienes apos-
por deseos de notoriedad indebidos, orientaciones políticas que aspiran a taron a reconfigurar sus proyecciones
por auto-atribuciones espurias, por otras relaciones sociales cooperati- culturales dentro de un orden bur-
gués progresista y capitalista mode- cuando desde 2008 Carta Abierta se en las nuevas hornadas. Por su-
rado, que de las posibilidades abiertas subordinó al progresismo oficialista puesto, ese macheteo de otras plu-
en una crisis cuyas derivaciones eran del “país normal”. mas sería un problema menor si en
ciertamente contingentes pero no ar- Ante el fracaso de una actitud inte- verdad tales ejercicios de mímesis no
bitrarias. Lo que provocaba temores lectual conservadora, la pregunta por regresaran a las mismas opciones
en la intelectualidad progresista no el surgimiento de una nueva genera- políticas y sociales: la reconstrucción
era la eventualidad de la improbable ción intelectual, atenazada por otras de un capitalismo redistribuidor y es-
legitimidad de una salida ultradere- preocupaciones, iba de suyo en los tatal en contraposición con el “neoli-
chista o militarista de la crisis, sino la tiempos en que el kirchnerismo toda- beralismo”, sin el cuestionamiento de
incertidumbre de que esa situación vía era una fórmula de recomposición las estructuras materiales, principal-
pudiese prohijar una deriva que de- del orden. Todavía en el bienio 2007- mente extractivistas y financiarizadas,
ploraban, a saber, la producción de 2008, el kirchnerismo estaba abocado que modulan las relaciones sociales
algo radicalmente nuevo. a dejar atrás el “infierno” del 2001 (así argentinas al menos desde principios
Pues esa era la exclusión funda- lo calificaba y jamás dejó de hacerlo de la década de 1980.
mental de toda una generación inte- después). Su función era restaura- Por lo tanto el saldo sobre qué
lectual que se había disciplinado tras dora de un orden que, sin embargo, emergió de nuevo en materia intelec-
la dictadura militar y cancelaba de an- debía refundar. El kirchnerismo bus- tual colectiva tras el kirchnerismo ce-
temano, por totalitaria o delirante, caba reconstruir la Argentina de 1983, rrado en 2015 es decepcionante. No
toda innovación radical de lo existente. pero avanzó en las nuevas condicio- porque las producciones de sus par-
No estoy sugiriendo que en las inme- nes hacia un destino diferente. tidarios sean irrelevantes ni poco in-
diaciones de la crisis que sacudió los Por desgracia ese lifting del ideario teresantes, sino porque siguen
cimientos argentinos en los años nacional-popular no suscitó una hablando una lengua antigua, captada
2001-2002 fuera evidente la aparición nueva generación intelectual. Lo por significantes fascinantes como
de una derivación revolucionaria de la mejor que produjo fue la agrupación justicia, igualdad, emancipación, pero
debacle económica, social y política. Carta Abierta, de la que las jóvenes incapaces de pensar los desafíos de
Hago referencia a las reacciones con- plumas peronistas y nacional-popu- la época. Por eso una Maristella
servadoras que suscitó esa crisis en lares fueron figuras supérstites. Y eso Svampa pudo señalar mejor las res-
una generación intelectual que se ali- fue un horror. Porque una cosa es es- tricciones del “modelo nacional-po-
neó en la defensa de la “sociedad de- cribir como Nicolás Casullo y Horacio pular” que la verborragia sumada de
mocrática”. Es muy cierto que la vieja González, con sus historias setentis- un Horacio González o un Ricardo
intelectualidad nacional-popular fue tas, y otras es que sus trazos sean el Forster, que solo se atrevían a señalar
más sensible a las novedades que las horizonte insuperable no solo de la algunos lunares en pos de una de-
corrientes liberales, republicanas o estética sino de las aspiraciones polí- fensa a rajatabla del kirchnerismo
socialdemócratas. Pero la común re- ticas de las nuevas generaciones. De contra “la derecha”. ¿Es tan difícil leer
conversión democrática que manco- allí que se observen lógicas miméti- allí las afinidades con los gestos de un
munaba a esa generación se reveló cas (o copiadoras) de estilos previos Vezzetti, un Luis Alberto Romero o
una Sarlo advirtiendo en los meses quienes discutían los problemas mos habituados a realizar. Si fuera el
iniciales de 2002 sobre los peligros de decisivos de cómo pensar, hacer y caso, sus intentos constituirían curio-
una crisis que debía ser normalizada crear en materia político-cultural sidades históricas, unas más entre
en las hormas democrático-libera- en la Argentina. Con el auxilio del tantos otros conatos de innovación in-
les? La diferencia consistió en que Estado en algunos casos, con la telectual abortados.
mientras el antiguo régimen intelec- fuerza pública del mercado en A llorar a la iglesia. La vida continúa
tual progre deseaba volver a un Alfon- otros, esa relevancia de pensa- y hoy el problema central de nuestra
sín menos Obediencia Debido y Punto mientos ajados perseveró. Pero vida intelectual es lo que nombramos
Final, el antiguo régimen intelectual esa explicación es insuficiente, es como macrismo. Este no es solo un
populista se encolumnó en la pro- torpe y resentida. Quienes no su- movimiento contingente y pasajero de
puesta de un centro-izquierda trans- pimos exceder las fantasías indivi- la historia nacional. Constituye una
versal. dualistas, conspirar en obras fractura ideológica cuyas consecuen-
colectivas y cooperativas, en surgir cias son todavía opacas pues se están
como flechas en la recomposición desarrollando ante nuestros ojos. Y
La generación intelectual en
de una nueva agenda intelectual, una faena primera es la de avisar a

tiempos macristas
fuimos quienes teníamos el sobre- nuestros ojos azorados y nuestras vo-
salto de que esa tarea debía ser luntades paralizadas para saber
realizada. Por eso La nueva gene- “¿qué es esto?”.
Casi una década después de la re- ración intelectual es el documento Los tiempos macristas en la Argentina
dacción de La nueva generación inte- de un sueño truncado. evidencian el fracaso estrepitoso de la
lectual, los tiempos han cambiado, y Si pudiera viajar en el tiempo volve- recomposición kirchnero-populista del
los míos también. No escribo ya ría a escribirlo, tal vez mejor, pero en capitalismo local en una estrechísima
desde un presente y una apertura esencia haría lo mismo. Porque nin- conexión con el capitalismo global. Lo
hacia el porvenir. Redacto estas pági- guna generación intelectual está con- que el triunfo político y electoral del ma-
nas desde la serenidad un tanto pós- denada al éxito. Si hoy observamos crismo implicó fue la legitimación del
tuma de quien sabe transcurrido su con benevolencia las incertidumbres dominio capitalista con escasas media-
tiempo y ante la factibilidad de que de un Esteban Echeverría o la “in- ciones. El macrismo es inédito justa-
nuevas voces y deseos acometan lo comprensión” de Borges por Adolfo mente porque ocurre por primera vez en
que la experiencia histórica ha dene- Prieto, es porque más allá de esas va- la historia nacional democrática (es
gado a mi generación. cilaciones, hubo una construcción de decir, posterior a la ley de 1912 que im-
No tengo ninguna dificultad en pensamiento colectivo sobre lo real. Si puso el voto secreto y obligatorio) que
confesar que mi hipótesis genera- Echeverría hubiera permanecido ais- triunfa por mecanismos institucionales
cional puede desde hoy ser vista lado en la Buenos Aires de 1830 o si una fórmula política expresamente tri-
como infructuosa. Fue rebatida la revista Contorno hubiera profeti- butaria de la clase dominante.
por la vigencia de una vieja ca- zado su lugar en el desierto, las inter- Pienso que esta nueva condición
mada intelectual que defendió a pretaciones de sus pretensiones histórica requiere nuevas perspecti-
capa y espada su voz como la de serían muy distintas a las que esta- vas, conceptos y actitudes intelectua-
les. Ya no se trata de dejar atrás una
dictadura militar disciplinadora y con-
tra-revolucionaria ni un neolibera-
lismo privatizador. El macrismo es
otra cosa, y emplear categorías ina-
decuadas solo conduciría a un extra-
vío político. Por eso se requiere, con
urgencia, la edificación de una matriz
intelectual crítica que pueda, no solo
conocer esta nueva Argentina ante la
que nos encontramos, sino sobre todo
instaurar las vías de una crítica que
habilite posibilidades de una concep-
ción del presente histórico distinto.
Esa ha sido usualmente la tarea pri-
mera de toda nueva generación intelec-
tual. Cuando Echeverría, Alberdi y
Sarmiento se propusieron repensar el
rosismo desde matrices diferentes a las
vigentes en el unitarismo rivadaviano,
asumieron el desafío de conceptualizar
los intríngulis del “desierto argentino”
para producir una nueva sociabilidad.
Cuando desde la derecha los hermanos
Irazusta y desde la izquierda Rodolfo
Puiggrós ensayaron en los años 1930 un
“revisionismo histórico” que modificara
la historia nacional y las premisas de lo
colectivo, pusieron en entredicho cin-
cuenta años de hegemonía intelectual
liberal. Cuando en los años cincuenta
con la guía de los intelectuales contor-
nistas (los hermanos Viñas, Rozitchner,
Masotta) emergió la proa de una práctica
intelectual que a la luz de los dilemas del
peronismo refigurara el quehacer inte-
lectual prevaleciente en las dos décadas
precedentes, estaba fructificando una
lectura de la historia cultural nacional
que habría de condicionar el horizonte
conceptual argentino al menos hasta
1976. Por último, cuando Juan Carlos
Portantiero, José Pablo Feinmann y
Beatriz Sarlo generaron en los tiempos
de “transición democrática” una auto-
crítica del intelectual revolucionario, es-
taban poniendo en tela de juicio el
horizonte cultural vigente entre 1960 y
1976 y, en consecuencia, las maneras de
comprender la praxis intelectual.
No puedo avasallar los defectos de en el presente de las contribuciones incluidalamía(quetieneentresusvergüenzas
mi formación historiográfica: todo lo pretéritas. Esa es una tarea irreali- elnohabersidotalcosa).Paraqueenfrenten

Palabras finales
dicho en el párrafo anterior es historia zada y urgente. losdesafíosinéditosdeestanovedadenlahis-
pasada, clausurada, como lo es el in- torianacionalqueeslaedificacióndeunaor-
tento de remozar el discurso nacio- ganización política y cultural de derecha
nal-popular por la intelectualidad empresaria que conocemos con el nombre
Es innecesario ser “viejo” para sa-
kirchnerista. Por desgracia, la iz- demacrismo.
berse a destiempo de los vectores que
quierda tradicional supo inventar poco Para pensar, evaluar y generar
pueden avizorar una vida diferente. En
de nuevo, y la autodenominada nueva políticas ante el macrismo se re-
izquierda circuló miméticamente en materia política y teórica, mi genera- quiere un nuevo pensamiento, ya
los límites de una copia inviable del ción está viva y lo seguirá estando du- no congelado en el miedo a la dic-
“anti-neoliberalismo” (la sola men- rante algunas décadas. Tal vez. Pero tadura y el ansia de una democra-
ción de esa fórmula difundida por en términos de una generación inte- cia liberal, ya no torturado por el
Emir Sader aburre por la simple acu- lectual que presente nuevos proble- neoliberalismo menemista, ni en-
mulación de prefijos), aquella que mas y, sobre todo, otras soluciones, capsulado en la aspiración popu-
sobre sus fuentes materiales intentó nuestro tiempo se ha agotado. lista de un capitalismo bueno.
realizar una “redistribución progre- La derrota fue nuestra, aunque no la deci- Es preciso pensar otras cosas,

Es preciso pensar otras


sista”. Como en 2008, las peripecias desde otros puntos de vista, con nue-
de la nueva generación intelectual en vos actores. Y eso solo puede ser con-

cosas, desde otros puntos


este fin de 2016 no son sólo argenti- cretado desde la construcción de una
nas. Son latinoamericanas y duelen nueva generación intelectual. No digo

de vista, con nuevos


en Venezuela, Brasil, Bolivia, y en el con esto que las y los intelectuales

actores. Y eso solo puede


resto del subcontinente. vayan a resolver los problemas deci-
Ante la victoria, quizás tempo- sivos de nuestras comunidades. Eso

ser concretado desde la


raria, del macrismo, la agenda in- será obra de las multitudes laburan-
telectual está vacante. Es lo que tes. Pero en lo que concierne al modo

construcción de una
demanda la reflexión sobre una de pensar, representar y vivenciar las
tarea crítica por acometer, una tensiones culturales, una nueva co-

nueva generación
obra colectiva por realizar. Los re- munidad intelectual tiene el deber de

intelectual
pertorios antiguos son irrelevan- pensar de otro modo en que lo hicie-
tes al respecto. No es que sean ron las viejas generaciones. Para des-
poco interesantes ni carezcan de gracia de quienes hemos malogrado
filos agudos para perturbar las dimos en nuestras apuestas. Es que en esta nuestros mejores años de la vida, la
complacencias del presente. Es al sociedad donde las fuerzas decisivas están preponderancia del macrismo en la
revés: despliegan su productivi- “alienadas”alalocuradelcapital,alaobjetivi- vida política y cultural nos lanza una
dad en la reinterpretación por daddeunadominaciónabstracta,lascapaci- pesada lápida condenatoria. Con todo,
parte de las nuevas hornadas in- dades individuales y grupales se dirimen en la derrota no es unívoca.
telectuales. dinámicas anónimas donde la aparición de Todavía están vivas –en otros cuer-
Por eso una reconfiguración gene- unanuevageneraciónintelectualcapazdede- pos, en otras sangres, en otras ima-
racional no significa hacer tabla rasa finirunanuevaagenda,deproporcionarnue- ginaciones– esas nuevas ansias
del pasado. Involucra una apropiación vasobras,esunaformación“sinsujeto”.Pero encarnadas y deseantes de otros pen-
noporquecarezcadeunsujetofundantesino samientos que darán vida al sueño
creativa e incluso conquistadora –no
porqueeslaresultanteincalculabledenume- eterno de una nueva generación inte-
quiero hacer de esto un cuento de
rosasvoluntades.Elproblemadecisivoesque lectual. Que posiblemente fracasará,
hadas– de las obras relevantes que la sinoesunaconsecuencianecesariadecausas porque así es la vida en este mundo
nueva generación considere partíci- previas,tampocosurgeespontáneamente. sublunar. Sin embargo si mira de
pes de un diálogo seguramente tenso Quieroconcluirestaintervencióninvocando frente a su propio albur, sabrá convo-
pero tal vez productivo. En todo caso, a las nuevas camadas inconformistas e in- car a otras hornadas, más recientes,
serán las nuevas miradas las que im- quietasqueatisbanlasmediocridadesycon- al sueño imperecedero de pensar
pongan, no sin violencia, una utilidad servatismos de las viejas generaciones, aquello que nadie ha podido pensar.

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