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¿Qué son los reflejos osteotendinosos?

En los seres humanos, cuando un músculo es golpeado enérgicamente, este se contrae inmediatamente
debido a un arco reflejo compuesto por 2 neuronas, que también implican al segmento del tronco
espinal que inerva a la estructura muscular analizada. Estos son los reflejos osteotendinosos
propiamente dichos. Para que se produzca este tipo de reflejo tan especial, debe contarse con los
siguientes elementos fisiológicos:

Receptor: en este caso estamos ante receptores musculares (husos), que van a captar el “estiramiento”
repentino de la unidad tras el estímulo externo.

Fibra nerviosa aferente: esta está constituida por el axón de la neurona sensitiva. Se encuentra en los
ganglios raquídeos e inervan al huso neuromuscular (receptores sensoriales dentro del vientre del
músculo

Centro integrador: está ubicado en la médula espinal y en él se produce la sinapsis entre la neurona
aferente y la eferente

Fibra nerviosa eferente: es el axón de la neurona motora. Lleva las señales de los nervios motores desde
la asta anterior de la médula espinal a los músculos.

Unidad muscular: es la que lleva a cabo la respuesta de contracción propiamente dicha y está inervada
por la fibra eferente. Dicho de otra manera, se trata de la estructura que responde al estímulo externo.

Los reflejos osteotendinosos que se suelen explorar, según la zona estimulada, son el bicipital, tricipital,
estilo-radial, cubitopronador, rotuliano y aquíleo.

El tipo de reflejo y la respuesta mostrada siempre revelan algo acerca del estado de los elementos del
sistema nervioso implicados en su aparición.

Cuando se quiere evaluar el estado de los arcos reflejos, el profesional aplica una fuerza leve en una
zona del cuerpo, que se traduce en una ligera elongación de la fibra muscular

Este acto activa al huso neuromuscular, formado por un conjunto de receptores sensoriales en el
interior del músculo que detectan cambios en su longitud total.
Estos receptores mandan un impulso aferente a la médula espinal, donde se produce una sinapsis
directa con la neurona motora.

Esta última emite la señal eferente de vuelta al músculo, lo que permite su contracción. Como puedes
ver, estamos ante un circuito de lo más simple: tiene que ser así, pues gracias a la proximidad de las
estructuras implicadas los reflejos osteotendinosos se producen de forma tan rápida.

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