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Trabajar en un panel de operación puede ser bastante estresante.

Un Sistema de Alarmas
con un mal desempeño no ayuda precisamente.

PRIMEROS PASOS EN LA GESTIÓN


DE ALARMAS. MIDIENDO EL
DESEMPEÑO DEL SISTEMA DE
ALARMAS

Víctor Daniel Parra Mateo

Ingeniero Técnico Industrial con 20 años de experiencia en la industria de Oil&Gas y


Petroquímica, también en el extranjero. Apasionado por la Tecnología y su aplicación
en la Industria
11 artículos Seguir
20 de noviembre de 2018

INTRODUCCIÓN

En el primer artículo de esta serie dedicada a las alarmas en el entorno industrial


y titulado "El problema de las alarmas en la Industria" vimos como la tremenda
facilidad que ofrecían los ICS digitales para configurar infinidad de alarmas
diferentes y por un coste prácticamente cero ha motivado que en la actualidad
los operadores de muchas plantas industriales se enfrenten en su día a día con
un excesivo número de alarmas, incluso en condiciones normales de operación,
lo que dificulta el que puedan saber con facilidad qué está ocurriendo en la
planta. Afirmábamos que si no se ponía remedio, el problema iría a más, dada la
tendencia hacia plantas con mucha más instrumentación.

El segundo artículo "¿Por qué es necesario mejorar el funcionamiento de los


sistemas de alarmas?" destacaba la influencia del desempeño de los Sistemas de
Alarmas en aspectos claves para una planta industrial, como pueden ser la
seguridad y sus resultados económicos.
No es difícil percibir la relación entre las alarmas y la seguridad de una
instalación: las alarmas avisan acerca de una perturbación y si no se detectan y
se resuelven a tiempo, esas perturbaciones pueden evolucionar hasta
convertirse en graves accidentes.

Quizás no fuese tan evidente la relación entre las alarmas y los resultados
económicos de una instalación industrial, pero si pensamos en las
interrupciones imprevistas de la producción, daños a los equipos,
reprocesamientos, multas y sanciones, etc que podrían evitarse gracias a un
buen sistema de alarmas, se entiende porqué el ASM Consortium ha calculado
que el problema de las alarmas en la industria petroquímica estadounidense
tiene un coste de 20.000 millones dólares/año.

Este tercer artículo de la serie tratará sobre cómo medir el desempeño del
Sistema de Alarmas, uno de los primeros pasos a dar en un proyecto de mejora
de la Gestión de Alarmas -especialmente en plantas que ya están en
funcionamiento- y que habrá que repetir periódicamente durante en este
"proceso sin fin" de la Gestión de Alarmas, como veremos más adelante en
otros artículos de la serie.

¿TIENE MI PLANTA UN PROBLEMA CON LAS ALARMAS?

Podemos decir sin temor a equivocarnos que su planta tiene un problema con
las alarmas si alguna o varias de estas circunstancias le resulta familiar:

 Incluso en condiciones normales, hay muchas alarmas. El panel es muy


ruidoso, pequeñas alteraciones en el proceso generan un número
importante de alarmas. Perturbaciones más importantes causan
auténticas avalanchas de alarmas (alarm floods, según la literatura en
inglés), ante las que los panelistas poco pueden hacer, salvo reconocerlas
sin parar o bajar el volumen del altavoz para silenciarlas y así poder
concentrarse en averiguar qué está ocurriendo.
 Ha experimentado alguna parada imprevista y/o el daño de algún equipo
como consecuencia de una alarma no detectada en panel.
 Para averiguar qué provocó una parada imprevista de la planta, ha tenido
que “bucear” entre las cientos de alarmas recogidas en el log de alarmas
del ICS.
 Hay alarmas ante las que el panelista no sabe cómo actuar. Las alarmas
no son lo suficientemente informativas: descripciones poco claras, no
indican el tipo de riesgo del que alertan (seguridad, medio ambiente,
calidad), no informan acerca de cómo corregir la situación sobre la que
alertan, etc.
 Suenan algunas alarmas que no exigen ninguna actuación del panelista,
simplemente reconocerlas para que dejen de sonar. Por ejemplo, suenan
alarmas de equipos que están fuera de servicio desde hace tiempo o el
inicio y comienzo de secuencias de operación habituales se señalizan con
una alarma.
 Cuando la alarma suena, el panelista ya no puede hacer nada: el equipo
ya se ha parado o la producción se ha estropeado.
 Algunas alarmas llevan activadas mucho tiempo (alarmas rancias o
perennes, stale o long standing alarms en la literatura en inglés). Parte de
la pantalla de resumen de alarmas está siempre ocupada por estas
alarmas, y, si aparece alguna nueva, puede pasar desapercibida entre
ellas.
 Hay demasiadas falsas alarmas, lo que hace que el personal no confíe en
el sistema de alarmas. Existe un alto riesgo de confundir una alarma real
con una de las falsas alarmas habituales. Es lo que podríamos
llamar “efecto Pedro y el lobo”.
 La gestión de la configuración de las alarmas es pobre. No hay control de
quién, cuándo ni por qué ajustó un determinado valor de alarma o la
deshabilitó. Los valores de alarma no se han modificado, aunque sí han
cambiado las condiciones de operación. La actualización de la
documentación asociada a las alarmas y/o de los gráficos de operación
no es la adecuada.
 No sabe cuántas alarmas silenciadas tiene su planta en cada momento, ni
desde cuándo están silenciadas.
 La priorización de las alarmas es inconsistente, alarmas similares tienen
prioridades diferentes. Hay demasiadas alarmas “críticas” o “muy
importantes”, o bien todas las alarmas tienen la misma prioridad (la que
el ICS asigna por defecto).

¿Con cuántas de estas situaciones se identifica? Probablemente con varias, así


que su planta tiene un problema con las alarmas, pero ¿cómo es de grave?

Aunque la deficiente gestión de alarmas es un problema de por sí, no deja de


ser síntoma de otros problemas existentes en la organización.

Aunque la deficiente gestión de alarmas es un problema de por sí, no deja de


ser síntoma de otros problemas existentes en la organización. En efecto, muchas
de las situaciones indicadas pueden achacarse a un mantenimiento deficiente, a
una mala gestión de los cambios (MOC, Management of Change), a una
configuración mejorable del ICS, formación deficiente, mala transmisión de la
información, etc.

¿CUÁL ES LA GRAVEDAD DE MI PROBLEMA CON LAS ALARMAS?

Llegados a este punto, siempre me gusta mencionar un par de frases,


de William Thomson, matemático, físico e ingeniero británico del siglo XIX, más
conocido como Lord Kelvin (sí, el inventor de la escala absoluta de
temperatura), y que creo que vienen que ni pintadas para nuestro caso.

Imagen 1. Desconozco si entre los muchos campos que estudió Lord Kelvin
estuvo la Gestión de Alarmas, pero sus máximas son plenamente aplicables.

Según Lord Kelvin, para poder hablar "con propiedad" de cualquier tema -en
nuestro caso del problema de las alarmas- debemos transformar antes todas
esas situaciones que hemos listado más arriba en números que podamos
comparar con algunos valores de referencia, por ejemplo, los valores máximos
de alarmas indicados por alguno de los estándares de alarmas que vimos en
el segundo artículo de esta serie. Los resultados de este benchmarking nos
ofrecerán una idea cuantitativa de la gravedad de nuestro problema de las
alarmas y al mismo tiempo nos permitirá evaluar el resultado de las medidas
correctivas que vayamos aplicando.

¿CÓMO MEDIMOS LAS ALARMAS?

Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede


mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.

Para evaluar los sistemas de alarma lo habitual es hacer uso del cálculo y
evolución de determinados KPI (Key Performance Indicators, o Indicadores Clave
de Desempeño). Estos KPI se calculan tanto al comienzo del proyecto de mejora
de alarmas (evaluación inicial de la situación) como de manera continua una vez
que nuestro proyecto esté en marcha.

Cualquier ICS guarda información sobre las alarmas. Esta información podemos
clasificarla en dos categorías:

 Datos dinámicos o en tiempo real

Básicamente, se trata del contenido del log de alarmas del ICS. El log de alarmas
suele ser un fichero de texto plano que el ICS "va rellenando" a medida que se
produce una alarma. Los datos que incluye son: el time stamp (fecha y hora en
la que se produce la alarma), el tipo de alarma, su severidad, etc

Imagen 2. El log de alarmas de un ICS suele ser un "volcado" en texto plano de


la información que suele mostrarse en la pantalla de resumen de alarmas.
 Datos estáticos o de configuración de las alarmas

Estos son datos de configuración revelan cómo se han implementado las


alarmas en el sistema de alarmas. Son aquellos necesarios para definir una
alarma en el ICS: tipo de alarma (HI, HI-HI, LO, LO-LO, DEV+, DEV-, etc), valores
de ajuste, prioridad, etc

Analizando ambos tipos de datos podemos hacernos una idea del


funcionamiento del Sistema de Alarmas. Así por ejemplo, los datos estáticos nos
proporcionan información sobre el total de alarmas y cuántas de cada tipo hay
configuradas en un determinado panel de operación, mientras que los datos
dinámicos nos dirán cuáles se producen con más frecuencia, cuáles se presentan
de forma conjunta (alarmas encadenadas) o aparecen en determinadas
condiciones de operación, etc.

ISA 18.2 define una serie de KPIs de los sistemas de alarmas, con unos valores
objetivo recomendables y otros que podrían ser aceptables

ISA 18.2 define una serie de KPIs de los sistemas de alarmas, con unos valores
objetivo recomendables y otros que podrían ser aceptables. Si calculamos los
KPIs de nuestro sistema al comienzo del proyecto de mejora del sistema de
alarmas (t0) y los comparamos con estos valores de referencia, sabremos
el gap entre nuestro sistema y las recomendaciones del estándar. Si una vez con
el proyecto en marcha volvemos a calcular estos KPI, será fácil comprobar si las
medidas que estamos tomando están dando resultado y si nuestro sistema de
alarmas se está acercando a las recomendaciones del estándar, mantiene
el gap inicial o por el contrario éste aumenta.

En general, es deseable analizar datos de al menos 30 días para calcular estos


KPIs. En el caso de operaciones por lotes (procesos batch), es conveniente tener
datos de varios lotes. De esta manera se pretende que la influencia que pudiera
tener en los cálculos cualquier anormalidad en el proceso (por ejemplo, un
parada no planificada, la avería de algún equipo) quede amortiguada y los KPIs
obtenidos deberían reflejar el funcionamiento habitual del Sistema de Alarmas.

La siguiente tabla resume los distintos KPIs de las alarmas que propone el
estándar ISA 18.2.

Tabla 1. Sumario de los distintos KPIs de las alarmas definidos en el estándar


ISA 18.2 (*) Tal vez resulte más utilidad definir este KPI por turno de trabajo.
Esta otra tabla enfrenta los valores recomendados para los KPIs de las alarmas
según EEMUA e ISA (pueden verse que son bastante similares) frente a los
habituales que se encuentran en distintos tipos de Industrias. Puede apreciarse
que la realidad está muy lejos de las recomendaciones de los estándares de
alarmas.

Tabla 2. Valores recomendados de los KPIs de alarmas (EEMUA e ISA) vs Valores


habituales en distintas industrias (Fuente ASM Consortium)

Aunque puede parecer una solución fácil, rápida y barata, no es recomendable


pretender hacer el seguimiento de los KPIs de las Alarmas mediante una hoja de
cálculo diseñada a tal efecto

Demasiado a menudo, el cálculo de los KPIs de las alarmas se acomete con una
hoja de cálculo: es una herramienta barata y fácil de utilizar, y puede servir para
la evaluación inicial de la situación, pero si se pretende hacer un control
continuo del desempeño del sistema rápidamente se dará cuenta de que pasa
más tiempo extrayendo datos y dándoles formato para tratarlos que ejecutando
acciones correctoras. Por lo tanto, recomendamos el uso de herramientas
software específicas que descarguen al equipo de estas tareas.

Tampoco conviene olvidar que el software es una herramienta, no debe verse


como una "solución mágica" que por sí sola va a resolver las deficiencias de
nuestro Sistema de Alarmas.

Cuantificar nuestro problema con las alarmas es un buen comienzo, ya que nos
permite definir cuál es nuestra situación inicial y la gravedad de nuestro
problema, lo que podríamos utilizar por ejemplo, para justificar la asignación de
recursos al proyecto de mejora del sistema de alarmas, pero no debemos
limitarnos sólo a los números, o correremos el riesgo de pasar por alto otros
aspectos que influyen en el desempeño del Sistema de Alarmas. Será otro tema
que veamos en futuros artículos.

Cuantificar el problema de las alarmas es un buen comienzo, pero no debemos


"obsesionarnos" sólo en los números. Hay otros muchos aspectos que influyen
en el Sistema de Alarmas y que no se miden con estos KPIs

CONCLUSIONES

 Un sistema de alarmas deficiente puede mostrarse de muy distintas


formas.
 El problema de las alarmas es síntoma de otros problemas en la
organización, como por ejemplo, un mantenimiento deficiente, una mala
gestión del cambio, mala ingeniería del ICS, etc
 Es imprescindible definir y evaluar una serie de KPIs de la Gestión de
Alarmas. Podremos así comprobar el gap inicial entre los valores de
nuestra instalación y las recomendaciones de los estándares, lo que nos
permitirá conocer la gravedad de nuestro problema con las alarmas. Esta
medición debe hacerse periódicamente, pues nos servirá para saber si las
medidas correctivas que implantemos dan o no resultado.
 La mejora de un Sistema de Alarmas es un proceso continuo.
Cualquier proyecto de mejora planteado como una actuación puntual, sin
continuidad en el tiempo está condenado al fracaso.
 Es necesario dotarse de herramientas software que faciliten la
extracción de información del sistema, el cálculo de KPIs de alarmas
y la elaboración de informes todo ello de manera automática. De lo
contrario, es posible que se dedique más tiempo trabajando con los
datos (extrayendo información, dándole formato, etc) que analizándolos,
extrayendo conclusiones y poniendo en práctica soluciones.
 No conviene limitarse en exclusiva a trabajar en la mejora de los KPIs
de las alarmas, hay aspectos de las alarmas que estos KPIs no miden.

Como siempre, invito a los posibles lectores de este artículo a que lo


enriquezcan mediante sus aportaciones en la sección de comentarios. Ojalá que
el tiempo empleado en su lectura les haya parecido provechoso y les agradezco
que me ayuden a darle mayor difusión recomendándolo y compartiéndolo con
los contactos de su red.

Espero contarles también entre los lectores de los próximos artículos de la serie,
en los que tengo intención de tratar los errores más comunes que hacen
fracasar los proyectos de mejora de los sistemas de alarmas, errores típicos en la
configuración de las alarmas, el Ciclo de Vida de la Gestión de Alarmas, etc.

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