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DE ITATI
R E I N A D E L A C I V I L I Z A C I O N E N LA
CUENCA DEL R IO DE LA PLATA
Por
E S T E B A N BA JA C, Pbro.
EDITORIAL DI FUSI ON
Nuevo santuario
E S T E B A N B AJ A C, Pbr o.
LA VIRGEN DE ITATÍ
R ein a de la c iv iliz a c ió n
en la
(1) P asará a los siglos e ste regio santuario como una gloria del que
lo ha levantado y lo va adornando, del segundo obispo de Corrientes,
Mons. F rancisco V icentin, y como un testim onio del arte consum ado
del arquitecto F elipe Bergam ini y del ingeniero Pedro Azzano. B en
dijo el Bxmo. Sr. Obispo la piedra fundam ental el 16 de julio de
1938, y de inm ediato se procedió a la construcción.
Para darse uno cuenta úe esta obra gigan tesca basta saber que,
en los veinte y nueve primevos m eses, la sola estructura de cem en
to armado y m anipostería consum ió doce m il quinientas toneladas
de diversos m ateriales, llegando a más de un m illón cien mil los
ladrillos de la im ponente mole.
Ocupa este santuario una superficie cubierta de dos mil ocho
cientos m etros. El eje de su largo es de ochenta m etros. Su crucero
es de setenta y tres m etros. De vein te y ocho m etros de diámetro
es su cúpula central, que se eleva, coronada por un a estatu a de co
bre de la Virgen de siete m etros y medio, a la altura de ochenta
y tres m etros. Ya pueden suponerse los riesgos que correrían los
obreros, casi todos itateños, no especializados en el andam iaje de
las grandes alturas, en la colocación de la estatua y en los trabajos
del cupulino. No es de extrañar que una compañía de seguros pi
diera prima de vein te y dos mil pesos.
Y ya está alzado el santuario gigan tesco del m ás puro estilo
clásico de la época del R enacim iento. Y sólo un accidente grave su
6 LA VIR G EN LE IT A TÍ
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LA VIRG EN EN LA CIVILIZACION
DE AMERICA
m iar, sobre las aguas del gran río, como un agudo índice, co
mo un nevado centinela de la tradición, ofuscador a ios ra
yos del sol e inmensa visión de plata a los claros de la luna.
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FRANCISCANOS Y JE SU IT A S
del amor con todas las dulzuras del E vangelio las voces dé
los franciscanos y jesuítas, padres gloriosísim os <íe la raza
am ericana que, a no haber tropezado contra la piedra sombría
d-e la in ju sticia destructora, se ostentaría en Jos tiem pos de',
la independencia, tan próspera, ú til y eficaz como en lo s ’.si-’
glos de la colonia.
Como que fueron esas dos grandes voces, organizadoras
de reducciones fam osas en nuestros fastos históricos, im pulso
inieial del culto a la P u ra y L im pia Concepción de N uestra
Señora de Ita tí, y en corriendo como «orren ■hasta ahora, es
pecialm ente contra la acción de ios m ision eros' jesuítas, las
viejas calum nias m il veces pulverizadas y no obstante siem
pre repetidas, más que por la ignorancia, por la anim osidad
atrabiliaria del esp íritu .'de las sectas, jiisto y \co u v en ien te . es :
recordar de corrido, 110. lo que la leyenda y la fantasía, sino
lo que. la historia guarda en sus archivos,
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los suyos y sim ulaciones m ás avizoras que sus astu cias; con
tem plándolos como los contem plaban enredados en m ezqui
nas ambiciones, en sublevaciones, crueldades y asesinatos de
menos honra que sus paladinas guazabaras, y teniendo fre
cuentem ente a la v ista las licenciosas costum bres de la m a
yoría, de que no había a la verdad por qué se avergonzaran
tan to las suyas; en teniendo en cuenta todo ello y el poco
provecho que les iba en ser esquilmados tanto en sus tra
bajos como en su lib ertad , fueron a la la rg a despreciando
a los amigos convertidos en amos, y del desprecio pasaron
a la disim ulación taim ad a y rencorosa p a ra acabar en el al
zam iento y en la fra n c a hostilidad. Y a no pensaba el indio
en em parentarse con los conquistadores con esa desenfre
n a d a desaprensión m oral que, iniciada por Ira la en T apuá
y Salazar en Tacumbú, produjo ese m estizaje que a los cin
cuenta años Ib n ab a ya el Río de la P lata, y del que dice un
historiador: “ ¡Son los mestizos mancebos de garrote, buenos
jinetes y terribles arcabuceros, metidos en todas las aventuras” .
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LA CRUZ DE ARAZATY
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LA LEYENDA Y LA H ISTO R IA DE LA
IMAGEN DE LA VIRGEN
dres a hijos, y en lo que trab a jan con tanto estudio que hay
indio viejo que es u n a adecuada h isto ria” .
Existe sin embargo, como hemos visto, u n a aseveración
del eminente historiador Pablo Pastells que destruye por com
pleto la tradición antedicha. Apóyase Pastells en u n a nota es
crita al pie de una estadística de la m itad del siglo xvrrr. en
que Ita tí fig u ra como sigue: “ P árroco: franciscanos - Sitio:
sobre el P aran á - N ú m ero : numeroso - A tra s o : p o r servicio -
Encom endados: a españoles - D uración: subsisten 200 fa
m ilias”
A esta estadística de más aeá de 1750 se añade al pie, no
u n documento ni siquiera la copia de u n antiguo documento
fehaciente, sino una simple nota aclarativa que dice: “ E l I ta
tí se compuso de varias fam ilias convertidas por el apostó)ico
P. fray Luis Bolaños, recogidas de varias parcialidades de in
dios especialmente del río P iquirí, donde al principio estuvo
la milagrosa imagen de N uestra Señora de Copacavana, la
cual, cuando transm igraron trajero n consigo. No se cuántas
serían las fam ilias que recogieron los celosos franciscanos, pe
ro me persuado serían muchas, por ser muchas las parciali
dades de indios cristianos que vagaban dispersas. A éstas
se ju n taro n seiscientas familias de apupenes de la laguna de
S anta Ana que les entregó el V. P . Roque González de S anta
Cruz, por evitar litigios” .
Todo es verdad, menos lo de la imagen de Copacavana,
que Bolaños la dejó en su santuario guaireño, ni puede ser la
de Ita tí. Sabido es que la imagen de Capacavana la construyó
el indio Yupanqui, y se venera en las m árgenes del río Ti
ticaca, siendo la del G uayrá una copia; ni puede ser la. de I ta
tí, que es de timbó' con rostro de nogal, m ientras la de Copa
cavana es de piedra con rostro de maguéi. Y además, la de
Ita tí es la Inm aculada, y la de Copacavana la Candelaria. Sin
embargo Pastells arroja una gran luz acerca del origen de la
imagen de Ita tí, como veremos en su lugar.
F ra y Luis de Bolaños y fray Alonso de San Buenaven
tu ra, esos dos inmensos astros de la evangelización del P a ra
guay y de todas sus antiguas provincias, estuvieron tam bién
en el Y ag u arí; pero, no fueron sus prim eros evangelizadores,
96 LA V IR G E N DE IT A T I
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los dem ás térm inos que están e estu vieren en su com arca e redondez
para ahora e siem pre jam ás e en el entretanto que su M ajestad otra
cosa m andare, la cual parte parece ser mejor e buen sitio donde la
gen te pueda estar poblada e hay mucha leña e pesquería e caza e
agu as e pastos para su sten tación de los pobladores e de los ganados
e para su perpetuación de la dicha ciudad con m uchas tierras* e e s
tancias,. a) ello anejo, lo cual es para repartir e dar a los pobladores
e vecinos de ella, como su M ajestad por sus reales cédulas lo manda;
la cual dicha ciudad nombro, fundo e asien to en nombre de D ios e
de su M ajestad e del dicho señor adelantado, como dicho es con las
condiciones e en la form a siguiente. Lo primero que ante todas cosas
digo e protesto que cada e cuando que pareciere e se hallare poder
m ejorar el dicho pueblo e ciudad en otra parte e sitio que más con
viniera sea servido de Dios e de su M ajestad e bien e utilidad de
lo s pobladores e tierra en nombre de Dios e de su M ajestad e del
dicho señor adelantado. P rotesto de lo mudar e asentar e mejorar
por la perpetuidad de dicho pueblo para que le sea m ás conveniente
e provechoso, lo cual haré con acuerdo e parecer del cabildo de
dicha ciudad e de las ju sticias que en la dicha ciudad hubiere e ni
m ás ni m enos se nombrará alcaldes e corregidores e procurador
que tengan e m antengan a dicha en guarda e conservación de la
justicia, real, mandando e adm inistrando e teniendo a todos en ju s
ticia como su M ajestad a sí lo manda e se hace en las provincias
del Perú, e a sí para que la dicha ciudad esté en ju sticia yo en nom
bre de su M ajestad e del dicho señor adelantado e gobernador atrás
referido, señalo por alcald es ordinarios e de la hermandad a H er-
nandarias Saavedra e a Bernabé de-Luján e por corregidores a Pedro
Franco e a D iego de 1a. Torre e a Antonio González e a Pedro de
Quiroz e a Jácom e Antonio e a Gabriel Fernández e por procura
dor general del pro e común de la dicha ciudad a Juan Cabrera, e
ansí yo por virtud de la com isión a mí dada e en nom bre de Dios
e de su M ajestad e del dicho señor adelantado e gobernador en su
nombre les doy poder e facultad cum plida aquella que de derecho
en tal caso puedo e debo e de derecho se requiere para que en nom
bre de su M ajestad e del dicho señor gobernador puedan usar y
ejercer los dichos oficios de alcades e regidores e procurador g e
neral como va referido e declarado en todas las causas civ iles e
crim inales anexas e con exas e p erten ecien tes a los dichos sus ofi
cios conform e a las ordenanzas que su M ajestad tien e hechas a todas
la s ciudades de las Indias para que usen e ejerzan en los dichos
oficios de alcaldes ordinarios e de la hermandad e no obstante que
su M ajestad por sus íe a l e s p rovisiones manda que los ta les alcaldes
e regidores e procurador general sean cadañeros e sirvan a los di
chos oficios de año a año, yo en el dicho nombre, de su M ajestad e
del dicho señor gobernador conform ándom e como por la presente
m e conformo con las dichas provisiones reales los nombro en los
dichos oficios de alcald es e regidores e procurador general, e pare-
ciéndom e que la dicha elección es justa e conveniente, que se haga
1 06 LA V IR G E N DE IT A T I
LA IMAGEN DE LA VIRGEN
EL APOSTOL BOLAÑOS
espanto por lo que veían salir de sus manos, los contem pla
ba asombrado, y reía. La risa, nunca tuvo o tra explicación de
sus portentos, la risa candorosa del niño que no acierta el
cómo otros pu ed an adm irarse de lo que p a ra el es ta n sin
m isterio como el soplar del viento y el co rrer del agua.
Bolaños no puede ser objeto de la biografía de un in
crédulo, de plum as como la de nuestro M antilla que, a fir
m ando no haberse producido jam ás m ilagro alguno en el
mundo, p a ra no ten érsela que entender con los grandes de
san Francisco Solano, por poco da su existencia como un
mito, y asegura ta n tran q u ilo que no estuvo en la R epúbli
ca A rg e n tin a . P a ra los hom bres y cosas de Dios el ateo es
u n ciego de nacim iento. E l sol de Dios no lo ve ni lo com
prende. Y ¿cómo lo ha de comprender, si no cree atesorar
m ás alm a que la piedra, y sus ojos son de barro, de la tie
rra y p a ra la n ad a? A nte las virtudes del santo, esos his
toriad o res debieran p erd o n ar el tra b a jo in ú til a sus p lu
m as. No son p a ra ta n ta a ltu ra . Bolaños es p a ra ellos un
im posible y sus jhechos son leyendas. Se impone el sistem a
de la negación. E l hom bre de la inm ortalidad’ y de la glo
ria no pudo haber existido j>ara los que 110 adm iten más ló
gica consecuencia de la libertad que los gusanos del cadá
v er ni m ás fru to de la v ida que el fracaso eterno,.
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E l más piadoso de los gobernadores de la conquista y
al mismo tieinpo la fig u ra más henchida de episodios épicos
entre los que llevaron armas, H ernando A rias de Saavedra,
regocijado con los triunfos de su amigo, por iniciativa pro
pia y disposición de cédulas reales, pone la reducción de los
naturales en manos de los franciscanos y m uy en particu lar
de los misioneros de 1a- Com pañía de Jesús.
F u é tam bién en esta coyuntura Roque González de San
ta Cruz el héroe de la jo rn ad a . Desde 1611 preocupóse en
la organización moral, sa n ita ria .y edilicia de las poblaciones
indígenas, y San Ignacio Guazú, fundada en 1609 por M ar
celo de Lorenza« a, salió con nueva vestidura de sus manos,
148 LA V IR G E N DE IT A T I
vil del pueblo de Ita tí. Tras continuada odisea entre las tr i
bus de indios param es, sin más compañía muchas veces que
la de su ayudante dp misa, Miguelito Dávila, niño de diez
años, comienza el 25 de marzo la reducción de la E ncarna
ción en. Itapuá. en que trabajó solo durante dos meses y me
dio, por estar ausente su compañero Diego de Boroa. E n
llegando éste, baja para catequizar la región de Santa Ana,
discurriendo sin más día qne la palabra a todos los vientos
ni más noche que la meditación al resguardo del bosque o
del conuco indio desde la ciudad de Vera hasta la inmensa
laguna Yberá, en cuyas m árgenes reunió los trofeos de sus
victorias envangélicas levantando una población rústica de
seiscientas almas con el nombre de S anta Ana, que a media
dos de noviembre la deja bajo la custodia de los francisca
nos, p a ra inform ar, como tenía de costumbre, al gobernador
del Río de la P lata, que lo era entonces H ernandarias, de paso
en la Asunción con el pensamiento de trasladarse a sus cuar
teles del Ag'uapey.
E m prende el valiente y piadoso gobernador el viaje
acompañado del misionero. Llega a S anta Ana el día de
san ta B árbara, cuatro de diciembre, y ese mismo día se en
camina al Aguapey, disponiendo que la reducción de Santa
A na se agregara a la franciscana de Yaguarí, como lo pe
dían los hijos del p atriarca de Asís, consintiendo de buen
grado el fundador, por más que el derecho estaba de su
p arte según lo pactado en Corrientes. No se le ocultaba al
venerable jesuíta, la prudencia de la disposición del gober
nad o r. Quería éste que los pueblos indígenas, a los que por
justo título llamaba “ mis r e d u c c i o n e s n o estuvieran des
perdigados a. largas distancias, ni nuclearan corto número
de familias, para, que la soledad y la pequenez no los convir
tieran en presa fácil de las salvajes algaras.
Roque González de Santa Cruz era. expeditivo en
sus acciones, y m uy en p artic u la r cuando la obediencia le
exigía el cumplimiento de una orden. P or lo que, aunque
no lo señale el P ad re Diego de Boroa de quien tomamos ios
datos anteriores, es de todo punto verosímil que el día 5
llevara las seiscientas almas al Y aguarí, entregándolas a Bo-
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fnso qué sería, porque 1a. V irgen estaba tran sfo rm ad a con
gran d e herm osura, y allí luego de im proviso pareció que se
le había alarg ad o mucho el rostro, quedando con m ucha más
herm osura ; y luego tornó a volverse pequeño y a la prim era
herm osura que estab a; y que todos la veían por espacio de
m edia hora, poco m ás o m enos” .
¿Qué m ás podía anhelar el corazón de la América del
S u r? Esos lampos de belleza de la M ujer de las m ujeres, bajo
las palm eras de las selvas y junto a la confluencia d e-lo s
grandes ríos entrañan toda la ternísim a epopeya de la g ra
cia; son las caricias de una reina, la sonrisa de una virgen
y los besos de u n a madre;.
Puede regocijarse C orrientes de poseer una de las im á
genes más dignas de veneración en el mundo, porque si la
del P ila r es un recuerdo de u n a supuesta visita de la V irgen
en su vida m ortal, si la del P erp etu o Socorro se rem onta, se
gún la leyenda, a los pinceles de un evangelista, si la de Gua
dalupe es la copia milagrosa de una visión y la de Lourdes la
im itación im perfecta de la atparecida a orillas del Cave, la de
I ta tí fué como sellada p a ra el culto, por la misma M adre de
Dios, habiéndose encarnado en ella sus com placencias h asta
el punto de cederle los dulcísimos resplandores de su h er
mosura-; y esto no an te el indio de una m ontaña, ante la B er-
n a rd ita de u n a alquería, sino an te conquistadores •e indíge
nas, an te m agistrados y sacerdotes de una civilización que
acababa de nacer a los pies de la cruz.
EL SANTILLO
EL JURAMENTO DE UN PUEBLO
El santuario de Acosia
P L E N IL U N IO D E L CULTO A LA VIR G EN 191
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(1) R E L A C I O N D E A L G U N O S M I L A G R O S Q U E DIOS N U E S T R O
SEÑOR H A H EC H O POR LOS Q U E S E H AN EN C O M EN D AD O
A L A V IR G E N SS M A. PO R SU IM A G EN D E L A LIM P IA C O N
CEPCION DE LOS G U A R A N IES, DE LOS C U A L E S TO DO S
H I Z O I N F O R M A C I O N J U R I D I C A E L P. H E R N A N D O A R I A S ,
VICARIO Y J U E Z E C LE S IA S T IC O , A N T E P A B L O A C U Ñ A , NO
TARIO, COM O C O N S T A D E SU A P R O B A C IO N Y A U T O Q U E
ESTA ADELANTE.
y quedó bueno y sano; y visto esto por una india llam ada Catalina
Yatei, mujer de Andrés Ararigua, de casa del cacique don L uis P a
raguayo, que tenía una hija enferm a, niña, mucho tiem po había, y
flaca en los puros huesos, que apenas tom aba ya el pecho de la m a
dre, la trajo por otros cinco o se is días a la lg lesia , y luego q^edó
¡ana, y em pezó luego a engordar y tomar fuerza, hasta que quedó
sana en esa m ism a ocasión. Cecilia Yabrí, mujer de Francisco Be-
riri, de casa de dicho Juan Namandú, trajo un hijo- suyo ca si muer
to, llamado Jerónim o, y luego que le m etió en la iglesia, volvió en
si el niño y quedó sano. Otros muchos, de diversas enferm edades,
trajeron otras criaturas, y quedaron sanas; y esto es verdad, y lo.
testifico como tal y lo firmo de mi nombre. — F r a y Ju a n de Ga-
m a rr a .
— En el pueblo de la Limpia Concepción de N uestra Señora de
Itatí, en diez y siete días de septiem bre de mil seiscien to s treinta
años, María Boy, mujer de Lucas Bayay, estando en su chacra, se
le cayó m uerta una hija suya, de teta, llam ada María, y le echó al
cuello un rosario tocado a esta santa im agen, y la. trajo corriendo
a esta santa im agen, y así como llegó cerca de la iglesia, volvió la
criatura en sí, y con todo no quiso tomar el pecho de la madre, h as
ta que la m etieron en la iglesia; adonde luego al mom ento, em pe
zó la criatura a mamar y llorar, quedó sana del todo; y la india
salió fuera espantada, y empezó a contar el caso con grande adm i
ración, y lo m ism o causó a los oyentes que fueron m uchos natura
les, en mi presencia y dos españoles, García de Seipédez y Asen-
cio M insoles, y lo firmaron de sus nom bres y yo juntam ente. —-
F r a y Ju a n de G a m a r ra . — G a r c ía de Seipedez. — A s e n c io Minsoles-
— Miguel Cabaguaré, cantor de casa del cacique L uis Ybaray.
yendo a la ciudad en compañía de otros, le picó una víbora ponzo
ñ o s ís im a ... cerca de mediodía, y se ató al pie con una cin ta m e
dida y tocada a esta santa im agen; y se volvió de dos leguas de
este pueblo a caballo; y aunque algo se le hinchó el pie, sin otro
remedio, al tercer día estuvo sano y bueno. Por ser verdad, lo fir
mé de m i nombre. — F r a y J u a n de G a m ar ra .
— Han sido tantas las criaturas enferm as de diversas enferm e
dades, y adultos que han venido a la iglesia, y han ido sanos, hasta
hoy día de la ceniza, cinco de marzo de mil seiscien to s treinta y
uno; y m uchos los han traído casi m uertos, y vuelto sanos; y en
particular lo m ás m ilagroso fué una niña, hija del capitán Luis
Paraguayo, llam ada Luisa y otra de Gabriel Taryra, de la dicha
.casa, llam ada Ana; y otro hijo de F elipe Bayay, y una hija de Mar
cos Y aguaresa. y un hijo de don Jerónim o Dure, llamado H ernan
do; que éstos se trajeron ya casi m uertos; y luego que entraron a
1a. iglesia, no sin grande admiración, se hallaron con m ejoría; adon
de los tenían sus madres, tres o cuatro días, y luego los llevaron
sanos, con otros muchos que aquí no pongo, y por ser verdad lo
firm é. —■ F r a y Jua n de G a m a r ra .
— En siete de marzo de m il seiscien to s treinta y un años, Pedro
208 LA V IR G E N DE IT A T I
(le Medina, vecino d e las Corrientes, hizo una tram pa o lazo para
coger un tigre, cuyo cuero ofreció luego a esta santa im agen; y la
dicha tram pa era de varas de madera muy vil; y así como cayó el
tigre dentro, se le cerró la puerta, acudió el dicho Medina, y vien
do que el tigre arrem etió a la puerta e hizo un grande agujero por
donde iba a salir el dicho tig re, Medina le colgó en el agujero una
cinta medida y tocada a esta im agen; y el tigre huyó de ella y se
arrim ó al otro lado donde se estu vo quedo hasta que le mataron,
mirando siem pre hacia la cinta, com o lo tien e declarado el susodi
cho con juram ento, y otros que se hallaron presentes; y todos lo s
que vieron la trampa, y ser de varas, dicen fu é gran m ilagro que
el tigre 110 la desbaratase toda, porque era m uy burda; y el su so
dicho ofreció aquí el cuero. Y por ser verdad, y com o vicario y ju e z
ec le s iá s tic o , hice la dicha inform ación y firm é de mi nombre. —
F r a y J u a n de G a m a rra .
— En nueve de abril de mil seiscien to s treinta y uno, una india
llam ada Catalina, m ujer de H ernando Aseregua, del cacique San
tiago G uarecupí, que había días que estaba muy enferma, que echaba
m aterias por la boca, y le había dado algunos paroxism os, y la oleó
el P. Fray D iego de V alenzuela, en m i nombre; y este día le dió
uno muy grande, que la tuvieron por m uerta; la cual vuelta en si,
pidió con in sisten cia que la trajesen a la iglesia; y por darle gu sto
la trajeron en una ham aca; y fué tan patente el milagro de su sa
lud que luego dijo se hallaba mejor, y com ió y quedó tan aliviada;
y otro día que la volvieron a traer, m ostró estar con entera sa lu d ;
y está hoy día de la fecha de ésta, y a convaleciente. F echa en la
Limpia Concepción de „Vuestra Señora de Itatí, a v ein titrés de abril
de m il seiscien tos trein ta y un años. — F r a y Ju a n de G a m a rra .
—En diez y ocho de mayo de m il seiscien to s treinta y uno, en
la ciudad de San Juan de Vera, estando Doña Inés Arias de Man-
silla, mujer del capitán Manuel Cabral, ten ien te de guardia y ca
pitán a guerra de la dicha ciudad, enferm a de la garganta, tanto
que no podía tragar cosa alguna y el agua que quería beber, se le
volvía por la s narices, y apenas resollaba y hablaba; de suerte que
no se la entendía, y que se tem ió no podría confesarse; ya deshau-
ciada de todo rem edio humano, el dho. capitán hizo una cédula e s
crita de su m ism a mano y firm ada de su nombre; la cual es como
se sigue: “D igo yo, Manuel Cabral, que me constituyo por deudor
a la santa im agen de N uestra Señora de Itatí, de una lámpara de
plata para su iglesia y de un manto de dam asco para su adorno; y
porque es mi voluntad, lo firm o a m i nombre en la ciudad de Vera;
en diez y ocho de mayo de m il seiscien to s treinta y un años. — M a
nuel C a b ra l” . La cual dicha cédula tom ó el dicho capitán, y la ató
en una cinta am arilla de seda, m edida de esta santa im agen, y se
la puso al cuello a la dicha Doña Inés; y luego al instante se halló
mejor, de suerte que a l día sigu ien te estu vo sana y comió; como
ta l y sin im pedim ento habló y se levantó, com o dicho es, sana, y
yo la vi tal, porque m e llam aron para confesarla y ordenar su tes-
P L E N IL U N IO DEL C U LTO A LA. V IR G E N 203
mira Padre, que allí junto al altar de N uestra Señora, se oye una
m úsica, vení a verla; y fué el Padre al altar muy aprisa y estuvo
gran rato, y no se oyó nada; y preguntando a los que por allí esta
ban en la iglesia, a un cacique, y como indios particulares e indias
y a dos m ujeres españolas; dijeron todos, que lian oído la dicha
m úsica en todo el tiem po que el dho. Padre se tardó en el en tie
rro, y toda la tarde se estuvo con cuidado y no se oyó nada m ás;
sólo cuando se le cantó la Salve sobre tarde, se vió la im agen e x
traña herm osura en el rostro; y hoy lunes, que se contaron seis
del m es de octubre, a las n u eve del día, entraron a avisar al dho.
Padre que estaba en su celda, de cómo la m úsica tornaba; y vino
a la iglesia y venim os todos los españoles, hombres y m ujeres que
aquí estábam os, que son los infrascritos; y oím os sobre el altar de
la dha. im agen, una m úsica que se distinguía, que fu ese a modo
de flautas, aunque hacía diferencia en el sonido, que parecía no
ser uno en e l sonido y esto no era continuado; y finalm ente, todos los
que la oyeron confesaron le s causaba pavor y espeluznam iento y
algunos tem blores; y a m í m e sucedió el mismo pavor y esp elu z
nam iento, y hubo gran espanto entre la m ucha gen te que a la ig le
sia acudió; que lo oyesen asim ism o indios e indias, m uchachos y
m uchachas. Los españoles que se hallaron presentes fueron: José
L overa de Figueroa, vecino de la ciudad de la A sunción del P ara
guay, y Juan Enriquez y su mujer María Pérez; M ateo Díaz y su
mujer María Bravo; y m i mujer Catarina Pérez; todos vecin os de
la dha. ciudad de San Juan de Vera, sin contar m uchos indios e
in d ias, que hubo como dicho tengo; y para que en todo tiem po
conste, de pedim ento de dho. Padre Fray Juan de Gamarra, que
asim ism o se halló presente, di la presente, firmada de mi nombre
en el dho. pueblo, día, m es y año d ic h o s. En testim onio de verdad.
— Jua n R o d r íg u e z de A g u ile r a , notario público.
— Catarina Iracuña, mujer de A lonso Ayberera, trajo a su hijo
Baltazar, deshauciado de cámara de sangre, a la iglesia., y luego
que entró se halló sano y bueno.
— De la casa de S a lv a d o r de C a n in d e y ú . .... María Chorirú, mu
jer de Luis Taqui, trajo a su hija Catarina, a la iglesia, muy en fer
ma, adonde murió, y em pezó a llorar, para llevarla a su casa; salió
Juan Guañumaní, sacristán de la iglesia y le dijo que aguardase, que
no le llevase, ni llorase; que la Madre de Dios le daría vida; púsole
una cinta medida, y un rosario tocado a la santa im agen; y c o m o
no aprovechara, trajo un pedazo de manto de la santa im agen que él
ten ía por reliquia, y luego al punto resucitó la niña, y fué cobran
do mejoría, y quedó sana, y lo está hoy día.
— Pedro Falcóli de Romay, vecino de la dicha ciudad de la Con
cepción, hallándose en peligro, cuando los guaicurúes quemaron la
estancia de su abuelo Lucas Hernández, y encom endándose los de
dentro a esta santa im agen, se apagó la casa que se estaba queman
do, con un aguacero repentino, como ya está escrito y declarado en
e ste libro: en el dicho aprieto, el dicho Pedro Falcón prometió
P L EN ILU N IO 1)K I. CULTO A T<A V I R G E N 211
vióse el efecto de esto que otro día viernes, que se contaron ocho
de junio; ella m ism a sin decírselo ni m andárselo, se vino por sus
propios pies, sana y buena a la iglesia; y se estuvo todo el día;
y hoy sábado nueve de dicho m es de junio, tornó a venir sana, co
mo si no tuviera m al alguno, excepto la flaqueza, que aun no le
estorbaba, ni le im pedía andar con brío; por do se ve ser patente
milagro, que causó grande adm iración; y para que en todo tiem po
conste, di la presente certificación y testim on io, en este dicho pue
blo de la Lim pia Concepción de N u estra Señora de Itatí, en el di
cho, m es y año dicho nueve de junio de m il seiscien to s y cuarenta
años; y lo firm é de mi nombre; como N otario A postólico que soy
de esta P rovincia del orden de N uestro Seráfico Padre San Fran
cisco; y le rubriqué. — En testim onio de verdad. — F r . Juan de
G a m a rra , n o ta rio ap ostólico.
CAPITULO X
* *
como otros seis mil en 1735 se ponen a las órdenes del mismo go
b ernador p a ra hacer callar la voz de los comuneros, representan
tes, no por cierto del patriotism o de las masas paraguayas, según
dan a entender historiadores ajenos a las causas motivas dé
ese alzamiento, sino de las ambiciones bastardas, del odio in
confesable a los jesuítas y del ham bre logrera de adueñarse
de los pueblos guaraníticos.
D igna a, la verdad de mejor suerte fué esa raza, gloria
de la civilización cristiana, recurso eficiente de la colonia,
huérfana mal atendida por la m adrastra de las tem poralida
des, res nullius p ara los atropellos salvajes, p ara las urgen
cias del caudillismo y para las filas de los ejércitos de la pa
tria.: h ija desventurada de las imprevisiones aventada por la
vorágine de la dispersión, ya no tiene cuna p ara hilvanar
sus tradiciones ni tum ba p ara honrar a sus muertos.
* *
* *
EL PUEBLO DE LA VIRGEN
EN LA COLONIA
* ■* *
# *
* * ■
sia llevan tam bién las arm as consigo, costum bre que siu duda
lia introducido la necesidad, la que todavía existe eu algu
nos pueblos am enazados de los indios infieles 3? m ontaraces
que suelen d ar un analto e.n el día más solemne, cuando a
los del pueblo, p o r razón de alguna celebridad, suponen
con algún descuido. Cuando con más esmero y habilidad
ejercitan sus diversiones es cuando van tos prelados a la vi
sita, en cuyo tiem po p a ra cada tard e tienen distinto e je r
ció do a pie o a caballo para divertir a! paí rubichá, que en
su idioma quiere decir padre superior, sin que tengan nom
bres propios p ara expresar diversos grados de superioridad.
Lo mismo sucede para la expresión de otros cargos; pues
al cura, aunque sea mozo, le dicen paí luyá (p ad re viejo) y,
aunque sea viejo el compañero, le dicen paí m iní (padre chi
quito). Al obispo le llaman paí obispo; al gobernador de
aquella provincia le dicen cap-i fá tuyú, que quiere decir capi
tárn viejo; y los indios más cultos omiten el tuyú y en su
lu g ar dicen guazv, que significa capitán grande; y ya no tie
nen otro nom bre que exprese otra superioridad, porque ellos
110 entienden de rey ni otros ministros, ni son capaces de
que se les imprima otra cosa más de lo que ven” .
Ahí está el erro r que m antenían' las cabezas orgullosas
de la conquista, y m areaba desgraciadam ente el criterio de
algunos Religiosos haciéndolos caer, como a P arras, en con
tradicciones palm arias. No es el alm a hum ana privilegio de
ninguna raza, n i es la educación paciente recurso inútil p ara
la civilización de ningún pu eb lo : si los indios 110 dieron más
es porque no se Ies dió más. Los guaraníes, al decir de P arras,
no eran capaces de que se les imprimiera, otra cosa más de lo
que veían. ¿E n qué queda la grandeza, moral de las reduccio
nes, de que se han hecho lenguas en su gira, prelados y go
bernadores ?
Pero, sigam os con el escrito de P a r r a s : “ Son estos indios
gente m uy hum ilde y paciente, de modo que jam ás se les
oyó una voz m ás a lta que o tra ; jam ás ju ra n ni blasfem an,
ni se les h a notado m ás que tres vicios, que son la lu ju ria,
la em briaguez y el h u rto , aunque en este últim o no inciden
sino p a ra comer!. Sobre estos tres puntos no pierden ocasión.
248 LA V IR G E N DE IT A T I
* *
(4) Carece, pues, de fundam ento la. crítica de los que, negan
do la antigüedad de la doctrina de Santa Ana de Y aguarí, rechazan
la afirm ación de Cabello y Meza, quien hace intervenir entre los
asaltan tes del fuerte de A razaty a indios apóstatas de la nombrada
reducción franciscana. Ya ex istía esta doctrina.
(5) En los repartim ientos de tierras jamás se olvidaban los
in stitutos religiosos. En los de 1588 y 1591, durante el gobierno
de primer justicia mayor de la recién fundada ciudad de Vera,
A lonso de Vera y Aragón, se repartieron tierras a los m ercedarios,
dom inicos, a la compañía del Santo Nombre de Jesús y al m onas
terio de m onjas que avecindf^a en la nueva población.
(6) “La ciudad de la A sunción”, F. R. Moreno, pág. 11-12.
(7) A rchivos de Indias.
(8) Es de notar que al río Paraguay, h a sta principios del s i
glo XVII, se lo denom inaba tam bién R ío de la Plata.
(9) “E l licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón mandó
al capitán Juan de Garay que bajase a poblar a B uenos Aires. L e
van tó éste gen te en ,1a A sunción, y con sesen ta pobladores, que a
propias expensas se ofrecieron a servir, fundó de nuevo la ciudad
de la Trinidad, dándole e l nom bre del día en que levan tó el estan
darte real en ella, año 1580”. (Correspondencia de la ciudad de
B uenos Aires con los reyes de España; Tom. II, pág. 244).
(10) La ciudad de Santa F e de la Vera Cruz fué fundada el
15 de noviem bre de 1573 por Juan de Garay, poco después ten ien
te general de las provincias del Río de la P lata, por título que le
expidió el adelantado Juan Ortiz de Zarate, desde el Puerto de San
Salvador, el 7 de junio de 1574
(11) Fundada en 3 de abril de 1588, recuerda com o a su ver
dadero padre al gran criollo H ernandarias que, a su s expensas,
tanto hizo por ella. E l fué nombrado el 25 de enero de 1588, por el
adelantado en la A sunción para llevar, como persona de confianza,
las provisiones n ecesarias para la conquista de la región izquierda
del Paraná y para la población que se levantaría en el paraje de
las siete Corrientes. E stablecida la ciudad, por d isposición del te
n iente de gobernador y capitán general, Alonso de Vera y Aragón
(el cara de perro) fué tam bién Hernandarias el 27 de noviem bre
de 1589 encargado de salvar la nueva población a punto de desapa
recer nuevam ente acorralada por la barbarie.
(12) Guairá con título de Ciudad Real, fundada en 1557 por Rui-
díaz de M elgarejo en la desem bocadura del Piquyry, a dos legu as so
bre el' gran Salto, a la que trasladó los moradores de O ntiveros, ciudad
fundada en 1554, legua abajo del gran Salto, por el capitán Garay
Rodríguez de V ergara en los dom inios del gran am igo de los con
quistadores,• el cacique Cañindeyú
(13) Sesenta legu as m ás arriba de ciudad Real, según Mon-
tova. Fué fundada por Ruklíaz de M elgarejo en 1575. Cuatro v eces
se tuvo que trasladar esta ciudad hasta quedar en la segunda mitad
del Miglo X V n establecida definitivam ente junto a las cabeceras
274 LA V IK GEX DE IT A T I
* *
* *
GOBERNADORES DE CORRIENTES: EL
CITRA DE IT A T I FRAY JERONIMO
DE AGUILERA
* *
* *
\
(1) Carta de la ciudad de Vera a su M ajestad en sus reales
manos dando cuenta de su fundación. Vera, 5 de abril de 1588 —
Archivo General de Indias, 14-41-1 — Charcas número 16. — Señor:
con el celo que siem pre hem os tenido de servir a V uestra M ajestad
lo s españoles que en esta s provincias del Río de la P lata v ivim os
anim ados por el licenciado Juan de Torres de Vera y Aragón, ade
lantado y gobernador de ellas, salim os de la A sunción en su compa
ñía ciento y cincuenta soldados, los más de ellos con m ujeres e
hijos, arm as y caballos y todo género de ganado a conquistar las
provincias del gran río Paraná, distante de la ciudad de la Asun
ción sesen ta leguas; háse poblado en nombre de N uestro Señor y
de V uestra Majestad la ciudad de Vera en tal sitio y calidades que
esperam os en Dios que con el favor de V uestra M ajestad será una
de las m ejores de la India, dem ás de que s e evitan los corsarios
indios que andaban en e ste Río de la Plata y se aum entará el co
mercio de España, Brasil, Chile, Tucumán, como más largam ente
dará relación D iego Gallo de Ocampo m aese de campo general de
esta s provincias que v a por procurador general de esta ciudad y a
suplicar hum ildem ente en nom bre de ella a V uestra M ajestad sea
servido de hacernos m ercedes y favorecerla conform e a la instruc
ción que lleva nuestra como esta ciudad lo espera; suplicam os a
V uestra M ajestad que con sus acostum bradas clem en cias sea ser
vido de oírle, cuya católica persona de V uestra M ajestad N uestro
Señor prospere con mayor aum ento de reinos, señoríos como los
LA V IR G E N DE IT A T I
(7) T iem pos p elig ro sísim o s• para la colonia eran éstos. L leva
ba ventaja la barbarie contra la civilización. El pánico se iba apo
derando de los ánim os. D iego M artínez de Irala, ante el cabildo del
17 de septiem bre de 1603 protesta porque no se guarnece el fuer
te, porque se descuida la defensa y porque no se rem edia para ello
la falta de recursos bélicos. A sunción y Corrientes hubieran des
aparecido, a no haber restado enem igos B olaños con sus reduccio
n es de guaraníes en el Paraguay y en la vieja provincia de Santa
Ana, y Roque González de Santa Cruz con el am ansam iento de
los inquietos y feroces guaicurúes del Chaco.
LA INMACULADA EN CORRIENTES
Y SERVICIOS DE ITA TI
4 *
. * *
* *
(4 ) A c ta d e l c a b ild o d e l 19 d e o c tu b r e d e 1716 (A rc h iv o de
C o rrie n te s ).
(5) I s a b e l d e A v a lo s h a b ía d o n a d o a lo s p a d r e s m e r c e d a rio s
la e s c la v a A g u s tin a . S in m á s M o n tie l la a r r e b a ta . Q u e ré lla lo e l
c o m e n d a d o r d e l c o n v e n to , A n to n io M o n z ó n d e M e n d o z a. E l g o b e r
n a d o r d e B u e n o s A ire s , A lo n so J u a n de V a ld é s e In c lá n , c o n fía
c a r t a s e n e l a s u n to a G a b rie l d e T o le d o y le im p o n e , b a jo p e n a de
$ 1 .0 0 0 , q u e o b e d e z c a y n o m u e s tr e re p u g n a n c ia .
(6) E n e n e r o d e l a ñ o d e l f a lle c im ie n to d e e s te g r a n b a ta l la
d o r se re s o lv ió c e r c a r lo s d o s f u e r t e s d e s g u a rn e c id o s d e lo s c o s ta
d os d e la c iu d a d c o n m a d e r a s d e p a lm a s , d o tá n d o lo s , a d e m á s , c o n
s e n d o s g a lp o n e s d e r e s g u a r d o , n e c e s a r io s e s p e c ia lm e n te e n e l in
v ie rn o .
CAPITULO X V III
IT A TI Y LOS COMUNEROS
* *
• •
• •
(1) M o tiv o s o b e ra n o t u v ie r o n lo s j e s u ít a s e n o p o n e rs e a la
c o n v iv e n c ia d e e le m e n to s e x tr a ñ o s c o n lo s in d io s d e s u s re d u c c io n e s .
D e b ía n é s to s c iv iliz a rs e y n o c o rro m p e r s e . S ig n if ic a tiv o s s o n lo s
d a to s q u e v a n a c o n tin u a c ió n : E n e l c a b ild o d e l 3 d e m a rz o d e 1722,
s e le e u n a q u e ja d e l p r o c u ra d o r A d r iá n d e E s q u iv e l. L a s e s ta n c ia s
s e a r r u i n a b a n p o r e l e n tr e te n im ie n to e s c a n d a lo s o d e s u s p o se e d o -
r e s c o n m u c h a s in d ia s f o r á n e a s . Y e l c a b ild o r e s u e lv e d i s t r ib u i r
la s a s e ñ o re s q u e la s e d u q u e n y v is ta n .
T r a s la f u n d a c ió n d e iN ueva O r á n , c e r c a de u n a r e d u c c ió n de
in d io s , e s c rib ía el P a d r e E s t e b a n d e A y a la el 13 de m a y o d e 1804 a l
o b isp o A n g e l M o sco so : “ S o n t a n t o s lo s e x c e so s q u e se c o m e te n , m e z
c lá n d o s e los c r is tia n o s c o n lo s in d io s , q u e m e c a u s a e l m á s v iv o d o lo r.
P L E N IL U N IO DEL C U LTO ' A LA V ÍR G E N
IT A T I Y EL GOBERNADOR
M ANUEL JO SE R IV ER A M IRANDA
• •
otra parte consta 110 m enos el gran trabajo, afán y gasto que se lian
empleado en m anutención de estos indios por parte de nosotros
los Padres que estam os con ellos” . Y afirmaba que se oponían a
mayor éxito ‘‘la mucha altivez y soberbia de los indios y por otra
parte el gran desorden de los <;ue pasan” lo que restaba no poco
beneficio a las “tantas y tan crecidas lim osnas que han dado en
particular las m isiones de los guaraníes, este Colegio y toda esta
v e c in d a d ...”. Extrañados los jesu ítas, d esastrosa fué la suerte de
San Fernando del Río Negro: al año, el cura Ignacio P érez la aban
dona, porque no podía vivir con tanta pobreza; en 1770 el cacique
Naré am enaza con retirarse a otra población, ya en San Fernando
no se tenía sacerdote; en 1773 es exonerado de su adm inistración
por su insu ficiencia moral el religioso lusitano Fray Pablo Cara-
bailo, que estuvo de paso en Itatí, y resuelve el cabildo de Corrien
te s desam parar la población, asignando a sus indios el paraje de
Isla Alta, en la costa de Santa Lucía; en 1777 Naré robaba caba
llo s de las reducciones de San Javier y de San Pedro, tan flo re
cientes en los tiem pos de su fundador, el abnegado jesu íta Florián
Paucke. Dejó de ser San Fernando de Garzas la floreciente pobla
ción de San Fernando del Río N egro del tiem po de los jesu ítas;
en 1813, su adm inistrador Pedro Antonio N ieto pide su relevo por
110 poder entenderse ni vivir con indios tan disidiosos. Llegó a tanto
la anarquía que a poco el pueblo desapareció, siendo confinadas las
fam ilias abiponas a Itatí h asta que en junio de 1822 se resolvió reunir
ía s en el cuartel general de Santa Lucía, y el 14 de junio, el cabil
do lanza una proclama al vecindario de Corrientes para que se
com padezcan de esas fam ilias custodiadas en Itatí, arropándolas
“con cualquier cosa por m ás trivial que se a ”, por estar desnudas.
S e reunieron en P aso del Rubio 150 personas entre niños y adultos.
D espués, la absoluta dispersión.
(3) Digno es este gobernador del viejo Corrientes de un'libro,.
Fué resistido por su afición a los Padres jesu ítas y por sus m iras
en el asiento del pueblo de Saladas. De la jerarquía superior no ob
tuvo sino elogios, y tras lo s servicios prestados, acaso con repug
nancia suya, con m otivo d el lam entable tratado de 1750, fué a scen
dido en 1758 al gobierno político y m ilitar de Guanta, con título de
general.
(4) E stos abusos y mil otros que de los naturales se hacían
determ inaron al cura de Itatí Fray José A ntonio de Acosta pre
sentar personalm ente sus quejas al rey en 1770 estando ausente
h asta 1773, en que volvió a h acerse cargo de la parroquia. A m bicio
nada era la encom ienda de Itatí: La viuda de Bernardo de Casajús,
R osa Ruiz de Bolaños, a raíz del asesin ato de su esposo por indios
sublevados de la estan cia de San Pedro, pidió la encom ienda d'í
Itatí. Adjudicada esa encom ienda por disposición real a l prim ogé
nito F rancisco Javier, menor de edad, no se hizo lugar al pedido de
la madre, y ejerció la tutoría el ven erab le abuelo, el mejor de lo*
Casajús, Pedro Bautista, cuya ten en cia de gobernador le había ta-
P L E N IL U N IO DEL C U LTO A LA V IR G E N 361
bio, por los innum erables prom esantes que de los cuatro vien
tos del Río de la P la ta venían a depositar sus exvotos y do
naciones a los pies fie la Virgen. Y el nnevo tem plo de sesen
ta m etros de largo por veinticuatro de ancho, de tres n a
ves en qne se utilizaron ladrillos, piedras del río y la
cal de la llam ada Calería, vecina a la población, fué le
vantando su m ajestuosa mole m uy poco a poco por el en
torpecim iento de las mitas, p o r las exigencias m ercantilistas
de La Manga, por la ausencia del cura en defensa de sus in
dios ante la corte real y por la recrudescencia de las perse
cuciones subsiguientes de p arte de los eternos enemigos de
la dignificación de los naturales y de la acción de los misio
neros. Intim am ente am argados sus superiores, por evitar con
flictos, resuelven su remoción. C orría en enero de 1779 la
especie de que A costa había renunciado, y aparece en el ca
bildo de Corrientes del 1 1 de enero del expresado año u n es
crito, que copiamos íntegram ente por sus interesantes datos:
“ E l Sr. Alcalde de prim er voto y Justicia M ayor interino
propuso a este cabildo, «orno a quien privativam ente compe
te el celar y atender el bien y utilid ad de esta república por
p artic u la r privilegio y facultad que le ha concedido el rey
N . S ., que Dios guarde, en sus leyes y ordenanzas reales,
que habiéndose noticiado que los P relados regulares de la
Religión de San Francisco habían removido del curato del
pueblo de Ita tí al P . F ra y Antonio José de Acosta, que actual
mente lo está sirviendo, con motivo de haber hecho renuncia
el expresado cura, y pareciéndole que en las presentes cir
cunstancias no debía perm itírsele, si no fuese por notoria
im posibilidad, le escribió u n a carta de oficio, cuya respuesta
m anifestó igualm ente a este cabildo, en la que afirm a no h a
b er hecho ta l renuncia n i h ab e r tenido m otivo decente p a ra
hacerla en tiem po en que ten ía v arias faenas em prendidas p a
ra subsidiar los precisos costos que había im pendido en la
fábrica del templo que tenía en obra ya en las cornisas, y
más no estando falto de salud y sin otro grave inconveniente
que pudiese obligarle a. desistir de ta n laudable em presa;
con lo cual consideró su Señoría ser de su precisa obliga
ción y de la de este cabildo representar al Exmo. Señor V i
366 LA ViKÜMN DE ITATI
LA MALA HORA
• *
(3) Vaya, entre los m uchos docum entos que podrían citarse
al respecto, la sigu ien te contribución de los bienes del santuario
al un día com elitón de A rtigas, y después su adversario y defini
tivo vencedor, general F rancisco Ram írez: “Señor: en cum plim ien
to de la petición de V. esquela, rem ito el número de vein te y cuatro
caballos de la hacienda de la V irgen a cargo de Don A ndrés Ojeda,
quien se dirige a esa de Caa Catí, a entregarlos a disposición de V.
E. o del que tenga sus veces. Los caballos no están gordos, por el
D E C A D E N C IA DEL C U LTO A LA V IR G E N 381
EL CABILDO DE ITA TI
* *
* *
# *
brcro, alzándose sóJo con la cam pana de la erm ita, por lo que
el cabildo del 28 de ese mismo mes y año resolvió traslad a r la
erm ita, lo que no se realizó sino en 1730.
E n 1682 fué nombrado párroco F ra y J u a n González,
guardián del convento del P uerto de San Francisco de Itatí,
erigido en 1618, a ser exacta la afirm ación de F ra y Ju an
Nepomuceno Alegre en su panegírico de la V irgen del 25
de diciembre de 1853.
F u é tam bién g uardián del convento y cura de la pobla
ción su sucesor F ra y José de Velazco, Lector de Teología, em
pezando su m inisterio parroquial el 10 de diciembre de 1684.
E n 1686 fué nombrado cura F ra y B uenaventura de Villas
Boas; en 1688, F ra y Francisco Fernández de A güero; en
1689, F ra y M anuel C abra!; en 1690, F ra y Gervasio d e 'O rte
ga, que se distinguió por su ardiente celo en el apostolado;
en 1693, F ra y Ju an G rande; en 1695, F ra y Lucas de G aray;
en 1699, vuelve al curato F ra y Gervasio de Ortega, y liacen
constar las actas que en las once elecciones anuales presidi
das p o r este párroco reinó la paz y la unión más completa.
E n 1707 fig u ra como cura F ra y Simón de Ram os; en
1709, F ra y Francisco Sandoval; en 1710, F ra y J u a n de To-
ranzo; en 1712, F ra y P edro de Ramos; en 1714, vuelve a
ser párroco F ra y Simón de R am os; en 1715, F ra y Luis Car-
bailo ; en 1716, F ra y Francisco de C endra; en 1717, F ra y
Lucas F ru to s ; en 1718, vuelve a ser párroco F ra y Luis Car-
bailo; en 1719, F ra y Ramón de Barcelona, en 1721, nueva
mente F ra y Lucas F ru to s ; en 1722, F ra y Francisco Maciel,
que no condescendió con los comuneros cuando, de paso por
Ita tí, llevaban apresado para la Asunción al gobernador
Reves.
Sucedieron a este párroco, cuya entereza fué muy elo
giada p or los P P . jesuítas, F ra y B altasar López, en 1723;
F ra y Domingo de A guirre en 1724, en cuya adm inistración
se redactaron las actas en idioma g u aran í; F ra y Alonso M a
réeos en 1728, que advierte a Jos qne hacían correr la espe
cie de que los adm inistradores del pueblo ejercían presión
sobre la libertad de los naturales )o falso de esos rumores,
pues Ja preocupación franciscana era acostum brarlos a to
412 LA V IR G E N DE IT A T I
aunque es verdad que dichas doctrinas han subsistido así, pero algu
nos años a esta parte han padecido la insufrible novedad de ponér
seles adm inistradores seculares, contraviniendo en esta parte inm e
diatam ente la sobredicha soberana determ inación, y se han padecido
y padecen mucho deterioro y decadencia sum a en sus tem porali
dades. D espués de esto, este actual Sr. Ilmo, de B uenos A ires D .
B enito Lué y R iega se ha avanzado en poner en edicto el año
próximo pasado para el concurso de curatos, que celebró el mismo
año, la D octrina de Itaty; y prevenido esto por mi actual Rvdo. Padre
P rovincial Fray Ramón Alvarez que aquella Doctrina le estab a inhi
bida por la referida Cédula, respondió que siem pre que apareciese
la Cédula, e l clérigo que fu ese nombrado para dicha D octrina Be
tendría por no nombrado; pero llegó el caso, que, aun viéndola, no
ha cejado, antes ha llevado a debido efecto (no sé con que auto
ridad) el despojar a esta m i R eligión de la referida D octrina conce
dida a ella graciosam ente por la R eal liberalidad; y a mí que en la
actualidad que la servía de D octrinero me hizo salir con violencia
despojándom e de la cura de aquellas alm as, y poniendo en ella uu
clérigo secular que, aunque es natural de esta parte, no es a propósi
to para aquel destino, por no poder adm inistrar los santos sacram en
tos, ni la divina palabra en el idioma de aquellos naturales, por igno
rarlo, punto diam etralm ente opuesto a todas las R eales L eyes de
Indias, que hablan de las calidades que debe tener un cura doctrinero.
Para despojarm e con m ás violen cia de este m inisterio se valió del
poderoso brazo del Exmo. Sr. V irrey y V ice Patrono Real, Don San
tiago L iniers, quien a este efecto me escribió una carta orden, en que
m e mandó en tregase inm ediatam ente dicha Doctrina, desatendiendo
la ya referida determ inación Real. Obedecí inm ediatam ente, y entre
gué el Pueblo, después de haberm e intim ado, por parte de dicho
D iocesano, un com isionado suyo censuras, a fin de que h iciese deja
ción del curato, y m e restitu yese a m i convento, donde esto y ” . . . (S i
gue el Padre A m arillas pidiendo que proceda de acuerdo a su piedad
y lo restituya a su doctrina, poniéndolo a cargo de lo espiritual y
t e m p o r a l)... ¡Era mucho y tardío p e d ir ! ... 'No fué únicam ente
contra los jesu ítas la intención de la pragm ática de Carlos III.
(2) Según e l sabio Martín de M oussy, la industria de la cal y
del yeso daría buena riqueza a este litoral correntino. RI banco cal
cáreo se extiende a orillas del río encim a de las rocas areniscas for-
madoras del fondo del suelo de esta parte de la provincia, y su explo
tación habría de ser casi indefinida. En lo s m ism os parajes se en
cuentran piedras de sulfato de ca l cristalizada o sea de yeso.
CAPITULO V
E N LA HORA PRECARIA
t *
bienio por ]a H. S. de RR. ele la- Provincia, con fecha 14 ele fe
brero del año próximo anterior, p ara proceder a un nuevo a rre
glo del Pueblo de Ita tí, dando a sus intereses el giro que ver
daderam ente les corresponde, y al efecto de prom over las me
jo ras y ventajas que ofrece u n a localidad de ta n ta im portan
cia; en su v irtu d y habiendo dado el más exacto cumplimiento
a la citada honorable resolución, ha acordado y d ec reta:
A rtículo 1’ — Queda extinguida la com unidad, bajo cuyo
régim en se h a gobernado h a sta ahora el pueblo de Ita tí y
sus intereses. ■
A rt. 29 — Los h ab itan tes se pob larán en adelante, su je
tándose precisam ente al nuevo orden establecido en la dem ar
cación de dicho pueblo.
A rt. 39 — Se conocerá los ejidos del pueblo m il varas
de distancia hacia el oeste, al este hasta el arroyo llamado
San Ju a n , y por ambos costados, rum bo al su r h asta los con
fines de los quebrachales y algarrobales.
A rt. 4" — Queda señalada en la nueva área o pico, una
suerte de terreno a cada cabeza de fam ilia de las legítimas
del pueblo, cuya ad judicación co n tra erá la ventajosa circuns
tan cia de poder cada u n a desde ah o ra disponer librem ente
de la que le toca, vendiendo o enajenándola a su arbitrio.
A rt. 5° — E l Gobierno a este respecto lib ra rá los corres
pondientes títu lo s de propiedad en la form a acostum brada.
A rt. 6P— A cada fam ilia de las referid as se designará
tam bién fu e ra de los ejidos del pueblo en su campaña, un
lugar p ara chacareríos, en cantidad de varas que se expresa
rá n en el títu lo que p o r separado lib ra rá el Gobierno en favor
de cada una, bajo la condición de que sobre dichas tierras no
ten d rán el dominio ni acción libre, .'ñno cumpliendo el té r
mino de cuatro años contados desde la publicación de este
decreto.
A rt. 79 — A. D. N arciso P arch ap e comisionado por el Go
bierno p ara el arreglo y nueva plantificación del pueblo,
igualm ente que p ara la demarcación de las suertes destinadas
en la campaña a c a d a ^ n a de las familias, se le adjudica en
dominio y propiedad, en recom pensa de su trab ajo , la suerte
de terreno C£ue m edia entre la Lim osna y el Tribu-cuá,'.
422 LA V IR G E N DE IT A T I
• •
* •
b arcar a todas las fa m ilias... y, lo que es: más, Exmo. Sr., hasta
la V irgen h an llevado del tem plo” . . . A enemigo que huye,
p u ente de p la ta : así no lo soportó el coraje de las milicias
rosistas que, am u ralladas por las grandes piedras del río, dis
p araro n sus armas contra los fugitivos. E n la balsa, en que
se llevaban la m ilagrosa im agen, se ag ru p aro n alrededor de
ésta las gloriosas m ujeres de I ta tí p a ra defender de las balas
con su cuerpo a la M adre y Reina de la Provincia en su for
zada pereg rin ació n a las costas sureñas del P arag u ay .
Al respecto, el citado “ P arag u ay o Independiente” nos
dice que “ en la m añana del 7 continuaba el pasaje, cuando
aparecieron en la costa veinte y tan to s hom bres que, am pa
rándose de las piedras que h ay en aquel puerto, rom pieron
fuego sobre una de las canoas que iban al pasaje. De tres
soldados que m ontaban esta canoa, sólo uno pudo hacer
fuego, y logró d errib ar dos que, a la vista, eran oficiales que
m andaban a aquella guerrilla, en el momento que uno y otro se
hicieron accesibles. Con lo que se retiró la p artid a y se con
cluyó el p asaje sin desgracia de nin g ú n soldado nuestro ni
de persona alg u n a de la em igración, quedando asiladas en
el te rrito rio de la R epública m ás de cuatrocientas personas
de todo sexo, edad' y condición con inclusión de algunas fa
m ilias que h an hecho su p asaje en la gu ard ia de C errito. El
gobierno nacional ha m andado proveerles subsistencias y so
corros, pues venían com pletam ente d e stitu id a s. . . Los emi
grados de I ta tí se tra je ro n la im agen de la V irgen Tie esta
advocación con algunas alh ajas de las que se m andó tom ar
razón firm ad a-p o r los mismos que aparecían a la cabeza de la
e m ig ra c ió n ... Su E> el Sr. P resid en te de la R epública, que
se h allaba en el cam pam ento de Paso de la P a tria , dispuso
inm ediatam ente que todos los refugiados fuesen internados en
puntos distantes de la costa del P araná, de modo que el gobierno
de Corrientes nada pudiese tem er” . Asimismo el gobierno p ara
guayo, que acogió generosam ente a los sublevados de Ita tí,
dispuso que los apresados p o r el m ovim iento re v o lu cio n ario :
Inocencio y Francisco Corrales, Vicente Miño e Inocencio Del
gado fu eran restituidos a su provincia.
E l gobernador B enjam ín V irasoro simuló ver en esta inci-
O b ispo s de la C o r o n a c ió n . — Sentados (de izquierda a derecha): Monseñores Isa-
sa, Espinosa, de la Lastra y Padilla. — De pie (de izquierda a derecha): Monseñores
Bonco, Bogaría, Romero 3 ' Benavente
D E C A D E N C IA DEL C U LTO A LA VIRG EN 431
G u z m á u , a p o d e ra d o de B u e n o s A ire s, N ro . 7. - U n c u a d e rn o d© o fi
cio c o n s e jile s d e l pueblo* N ro . 8. - U n le g a jo d e g u ía s d e R e a l
E s ta n c o y A d u a n a , N ro . 9. - U n le g a jo e n q u e c o n s ta h a b e r s a t i s
fe c h o p o r e s t a c o m u n id a d a l R e a l S e c u e s tr o , N ro . 10. - U n le g a jo
d e D o n C ris tó b a l A g u irre , a p o d e r a d o d e B u e n o s A ire s , N ro. 11. -
U n le g a jo d e c a r t a s e in s tr u c c io n e s de D o n J u a n T o m á s Y e d ro , a p o
d e ra d o e n e l P a r a g u a y d e liq u id a c ió n d e c u e n ta s , N ro . 12. - U n a
c a r t a e s c r i t a p o r D on A n to n io M a rtín e z a l P a d r e P e r e ir a , s o b re d é
b ito d e t e s ta m e n t a r í a , N ro . 13, - U n a o b lig a c ió n d e D on J u a n d e
la G r a n ja a fa v o r d e l p u e b lo , N ro. 14. - U n re c ib o d e D on J u a n
B a u ti s t a A lv a re n g a , N ro . 15. - C on u n a o b lig a c ió n q u e s e p e rd ió c o n
e l N ro . 16, de D on J o s é Ig n a c io B e la u s te g u i d e c a n tid a d de c ie n p e
so s. - Id e m t r e s o b lig a c io n e s d e D on S e ra p io B e n íte z , y s e j u s t if i c a
e l r e s t o q u e a d e u d a a l p u e b lo , N ro . 17. - O tro d e Don. F r a n c is c o J a
v ie r A ré v a lo s , do d iez y s i e te p e s o s , N ro . 18; - O tro d e D o n M a n u e l
R o ló n , q u e in c lu y e c ie n p e s o s d e l c o m e rc io e n v e in te y c in c o c a b e
z a s de g a n a d o , N ro. 19. - O tr a d e D o n J o s é F e r n á n d e z d e L e n s a , de
v e in te y d o s c a b e z a s d e g a n a d o , N ro . 20. - O t r a d e D o n F e lip e D íaz
C o lo d re ro , d e d iez to r o s , a c e p ta d a c o n el N ro . 21. - U n le g a jo de
c a r t a s p a r tic u la r e s , re c ib o s y c u e n ta s d e v a r io s s u je to s . N ro . 22. -
O tro id e m de o fic io s y ó r d e n e s y d if e r e n te s c o n te s to s , N ro . 2S. -
T r e s c u e rp o s d e a u to s q u e c o n tie n e l a p ro p ie d a d d e A p ip é , q u e se
d o n ó p o r e l p u e b lo a la R e a l H a c ie n d a , c o n s u s d o c u m e n to s c o n el
N ro . 24. - O tro c u e rp o d o c u m e n to q u e c o n tie n e la p r o p ie d a d d e la s
t i e r r a s q u e c a e n e n tr e e l R ia c h u e lo y a rro y o d e A v a lo s c o n e l 'N ro 25.
- U n a r e a l c é d u la a f a v o r d e lo s n a tu r a le s p a r a q u e n o p u e d a n s a c a r
a é s to s , lo s G o b e rn a d o re s p a r a g r a n je r ia s p ro p ia s n i a je n a s , c o n el
N ro . 26. - U n a p ro v in c ia p a r a q u e lo s e n c o m e n d e ro s no p u e d a n d e
t e n e r a lo s in d io s a c a b a d a s u m is ió n , c o n e l N ro. 27. - D os d o c u m e n to s
a favor del pueblo, por Don Manuel Cabral Alpoim, Nro. 28. - Unas
ordenanzas form adas por Don Francisco J a v i e r de Bucareli, con se
sen ta y una foja y media para gobierno de los pueblos. Nro. 29. -
Otra para que los corregidores den cuenta para lo q u e cediesen los
curas doctrineros y diferentes m aterias, dos v isita s del pueblo, con
el Nro. 30. - Dos dichas del pueblo h ech as por Don Juan'G arcía de
Cossío y Quezada, Nro. 31. - Por diez com probantes de pagos h e
chos, Nro. 32. - Por una contrata cancelada de Don José Tabares,
Nro. 33. - Por unos autos de Don V icen te Goitía, Nro. 34. - U na
orden de Don A lfonso Quezada, N ro. 35. - D os recibos de pagam en
tos de tributos, Nro. 26. - U na obligación de Don A lfonso Quezada
de ciento treinta pesos en ganado, hay q u e rebajar cinco sierras
m ontadas, cuya obligación se traspapeló en las v isita s de los se
ñores subdelegados, Nro. 37. - Señor M anuel P esoa, cincuenta y un
pesos tres reales sin docum ento, y un doccm ento que contiene h a
ber recibido cincuenta y cinco libras de oro, a vein te reales, Nro.
38. - Don Sebastián A legre debe, sin documento, treinta p esos pla
ta. - Don Sebastián V allejos, once pesos dos reales, sin docum en
tos. - Don Bernardo González, debe ocho pesos. - Don R afael Re-
43S LA V IE S E N DE IT A T I
g u e jo , t r e s p e s o s c u a tr o r e a le s . - D o n Ig n a c io B e la n d o , s ie te p e s o s
d o s r e a le s . - D o n V ic e n te G o itía , d iez y s e is p e s o s p l a t a c o n d o c u
m e n to s , c a to r c e c a b a llo s , d o c e a d o s p e s o s y d o s a d o c é r e a l e s , sin
d o c u m e n to s , y p o r c u e n ta de los a n te c e s o r e s , d o s c ie n to s c in c u e n ta
p e s o s d e l c o m e rc io , N ro . 39. - U n le g a jo p e r te n e c ie n te a c o n tr a ta ,
c o n D o n N ic o lá s G u r s in a r r e ta , N ro . 40. - U n a o b lig a c ió n d e D on
F r a n c is c o M á rq u e z C a b a lle ro , d e tr e s c i e n t o s p e so s, d e l c o m e rc io ,
y se r e b a j a c ie n to c in c u e n ta , p e s o s re c ib id o s , m á s t r e i n t a y s e is
p e s o s « e is r e a le s , N ro. 41. - U n le g a jo d e v a r ia s d ilig e n c ia s de D on
M a n u e l D o m ín g u e z , N ro . 42. - U n le g a jo d e e le c c io n e s d e l c a b ild o ,
N ro . 44. - U n le g a jo d e oficio , N ro . 45. - O tro le g a jo de a p o d e ra d o
g e n e r a l, N ro . 46 - D o s c a r t a s d e l s e ñ o r M a n u e l P e s o a , N ro . 47. -
U n lib r o d e c u e n ta g e n e r a l, d e l fin a d o D o n A n g e l M o ra le s c o n v a
rio s p a p e le s y d o c u m e n to s s u e lto s . - U n lib r o d ia rio o r ig in a l d e la s
c u e n ta s q u e lle v ó F r a y M ig u e l P e r e ir a , e n su p r i m e r a a d m i n i s t r a
ció n . - U n lib r o d e c u e n ta c o r re s p o n d ie n te a la a d m in is tr a c ió n i n
te r i n a r í a , p o r fa lle c im ie n to de M o ra le s . - U n te s tim o n io d e la s c u e n
t a s d e la a d m in is tr a c ió n in te r i n a r í a . - C in co o fic io s d e l J u z g a d o d e
C o r rie n te s . - D os lib r o s a c u e r d o s c a p itu la r e s . - U n a v i s t a F is c a l d el
P r o t e c t o r d e N a tu r a le s . - U n p a g a r é d e D o n A n to n io Iz q u ie rd o c o
m o c o n s ta d e in v e n ta rio . - U n a c o n t r a t a de D o n F e lip e D ía z C olo-
d re ro , c a n c e la d a . - U n le g a jo d e o fic io s y c u e n ta s d e ila n z a s . - O tro
le g a jo de c ir c u la r e s d e r e n ta d e C o rre o s. - O tro le g a jo de p a g a r é s
cancelados. - O tro legajo de Don Joaquín Legal. - P e r m is o para
hacer un bote en el pueblo. - Un legajo de Don Juan J o sé Helando. -
Un legajo de la iglesia destruida. - Un testim on io de v i s i ta de Don
Juan García de Cossio. - U n legajo de Don León Martínez de Iba
rra. - Un legajo de in v e n ta rio s del R everendo Padre Fray Antonio
de A c o sta . - U n in v e n ta rio del pueblo, por Sub-Delegado Don J o s é
Ponciano Rolón. - U n libro diario del testigo Mantilla. - Un li
bro del m ism o. - L n libro donde están form adas las cuentas. - O tro
de cuentas del pueblo de 1790 o 1797. - Un legajo de cuentas, con
D o n J u liá n d e M o lin o T o r r e s , s o b r e f á b ric a . - U n a v i s i ta e n d iez y
o c h o d e ju lio d e 1802. - U n lib ro y rc c ib o s d e la l ib e r t a d d e lo s i n
d io s lib e r ta d o s . - U n lib ro d ia rio d e l a ñ o 1790. - U n le g a jo d e l h ilo
d e l re y , p a r a e l e s ta n c o . - U n le g a jo d e O fic io s v a rio s . - Deudas a
fa v o r del p u e b lo : D o n A n to n io P é r e z Iz q u ie rd o , d e c ie n to v e in te y
do s p e so s, c o n d o c u m e n to s . - E l Reverendo P a d r e C o m e n d a d o r de
la M e rce d , F r a y J o s é L u is G o n zález, d e b e o c h o p e so s. - D on J u a n
E s t e b a n M a rtín e z , p o r c u a tr o c a b a llo s , d e b e o ch o p e so s, - D o n J o a
q u ín L e g a l y C ó rd o b a , d e b e c ie n to u n p e so , dos r e a le s y m ed io , p o r
cuenta de ilanzas y tejeduría de lienzo, más debe la hechura de
dos p u e r ta s ordinarias y tres v e n ta n a s , son treinta pesos. - Don
A n to n io Hidalgo, debe cincuenta varas de lienzo, más diez y seis
pesos de una carretilla, de m edia carga. - Cuarenta y ocho caballos
debe la R eal H acienda, que por la Sub-D elegación de C o rrie n te s ,
se le entregaron a Don Pedro F o n d e v ila , para la bandera de su
cargo. - Don Francisco Javier de Ruda debe treinta y cinco pesos
DECADENCIA DEL CULTO A I.A \'1RGKX 43»
c in c o r e a le s y m ed io , a ju s ta d a s c u e n ta s . - D o n J o s é L ó p e z S a a v e
d ra , d e b e s i e te p e so s. - D o n J u a n E s t e b a n L e s c a n o , d e b e a l a d m i
n i s t r a d o r s a lie n te , v e in te y c in c o p e s o s , p o r c u e n ta d e lo s m o n te s
y r e s e s . - D eudas co n tra el pueblo: A l fin a d o D o n R a m ó n G a rc ía ,
m a e s tr o d e e s c u e la de e s te p u e b lo , s e is c ie n to s c u a r e n ta y s ie te p e
so s s e is r e a le s . - A D o n M a n u e l G óm ez d e C o ssio , d o s c ie n to s d iez y
oclxo p e s o s s e is r e a l e s u n c u a r tillo , s e g ú n su c u e n ta y re c ib o d e l
m a e s tr o c a r p in te r o . - A D o n M a te o d e O r ta y A z a n io r. p o r s u s r e
c ib o s q u e h izo , se g ú n c o n s ta de la s a c t a s c a p itu la r e s , y d ia rio d el
m e s d e fe b r e r o de, 1811, la c a n tid a d d e 724 p e s o s s e is r e a le s . - C h a
c ra de San Isidro: U n a r m a je d e u n a c a p illa n u e v a de d o s la n c e s ,
c u b ie r ta d e t e j a de b a r ro . - S e is p u e r ta s , u n a d e d o s m a n o s , t r e s
v e n ta n a s to d a s v ie ja s . - D o s c u ja s . - T r e s m e s a s , d o s in s e rv ib le s . -
U n b a r r i l v a c ío . - S e is c ie n ta s t e j a s c o c id a s. D os s a c o s d e m a íz en
e s p ig a s . - U n e sc a ñ o . - D o s h a c h a s . - U n e sc o p lo . - U n a a z u e la . -
U n a p ie d r a d e a fila r . - D o s c a n d e le r a s de m a d e r a . - U n a tr il. - U n
b u lto d e S a n Is id ro . - D os y u g o s de m a d e r a c o n a ra d o s . - U n a t o a lla
d e lie n z o c r ib a d a v ie ja , - M e d ia a r r o b a ele c e ra . - U n lie n z o p in ta d o
d e S a n Is id ro . - U n f r o n t a l v ie jo d e ta b la s . - U n a c a m p a n illa . -
U n a c a r r e t a e n b u e n u s o . - D os c a r r e ta s n u e v a s . - V e in te y. n u e v e
b u e y e s - T r e i n t a y c u a tr o c a b a llo s . - U n c o rra l. - U n a c h a c r a con
u n p o c o de t r ig o co m o d e d o s a lm u d e s d e p o s tu ra . - C u a tr o c ie n to s
liñ o s d e m a íz y a lg u n o s q u e s e m b r a r . -‘ C ie n liñ o s d e a lg o d ó n . - S e is
h o c e s d e s e g a r, v ie ja s . - Q u in c e v a c a s . - T r e s a z a d a s . - U n a p a l a A -
C u a r e n ta y c u a tr o v a r a s d e lie n z o . - E s ta n c ia de S a n F ra n c is c o :
U n a c a s a c o n d o s p u e r ta s , y d o s c u p ia le s , c u b ie r ta de p a ja , un. l a n
ce c o n c u p ia l, id em . - C u a tro la n c e s m á s e s ta n c a d o s , id em . - U n ro d e o
p a lo a p iq u e. - T r e s c o r ra le s . - U n a c u ja . - D o s b a n c o s v ie jo s - T re s
fre n o s . - S e is h a c h a s . - U n a a z u e la d e c a r p in te r ía . - D os p a la s v ie
ja s . - T r e s a z a d a s . - D o s c h u z a s d e m a t a r to ro s . - U n b a r r i l v a c ío . -
U n m a r tillo . - D o s a z u e la s v ie ja s . - D os d e s p a b ila d e r a s p a r a l a ig le
s ia , - D os s e r r u c h o s v ie jo s . - U n fo rm ó n , - U n e sc o p lo d e a b o c in a r. -
U n m a c h e te co rv o . - U n a lim a . - U n a c h irim ía . - Q u in ie n ta s c in
c u e n ta y s ie te c a b e z a s d e g a n a d o s e n p a s to r e o . - D iez y o c h o b u e
y e s m a n s o s . - V e in te y c in c o re d o m o n e s . - D o s c ie n to s o c h e n ta y n u e
v e c a b a llo s y re d o m o n e s . - S e te n ta y c u a tr o c u e ro s d e to ro s . -
V e in te y c in c o de v a c a s . - U n a c h a c r a c o n s e t e n t a y c in c o liñ o s de
a lg o d ó n . - P u e s to de La C ru z : U n a c a p illa c u b ie r ta d e t e j a co
c id a, c o n u n a p u e r ta de d o s m a n o s , c o n la c ru z e n c a jo n a d a , s a c r i s
t ía c o n p u e r ta y v e n ta n a s . - U n a c a s a con d o s la n c e s c o n u n a p u e r
ta . - U n a c a s a c o n dos c u p ia le s . - O tr a c a s a con su c u p ia l. - U n
c u p ia l m á s , c o n p u e r ta y v e n ta n a s . - D o s t a b u r e te s v ie jo s- . D os
b a n c o s. - D o s h a c h a s . - U n e sc o p lo . - D os p a ñ o s do c ru z de lie n z o . -
D os f r o n ta le s v ie jo s. - V e in te b u e y e s . - D iez y. n u e v e v a c a s. - T r e in
t a y d o s o v e ja s . - D o ce ín u la s m a n s a s . - V e in te y o ch o c a b a llo s . -
C a to rc e r e d o m o n e ^ - S e t e n t a y c u a tr o y e g u a s . - U n a c a r r e ta . -
T re s c o rra le s . - C u a r e n ta y s e is c u e ro s . - U n a p ie d r a d e a f ila r . -
E s ta n c ia de Asur.íción: U n ra n c h o c o n u n c u p ia l con d o s p u e rta s ,.
440 I.A V IR G E N DE IT A T I
EL SANTUARIO DE ALEGRE
tención del “ M entor” y sus trip u lan tes que por llegar a
una hora inconveniente al puerto nombrado, se le impidió
proseguir viaje hasta el día siguiente, circunstancia que apro-
eharon p a ra desembarcar y dorm ir en tierra. A gregaba: “ el
señor P residente 110 acostum bra hacer encargos verbales ni en
lo in terio r a evitar abusos que pudieran tener lu g ar con tal
motivo, cuanto más para, haber empleado sem ejante m anera
incivil con el Exmo. Gobierno de C o rrien te s...
“ E n tre tanto, el gobierno de la República jam ás ha
pensado retener la imagen, y en esta ocasión se hubiera
llevado sin que tu v iera lugar el suceso desagradable que mo
tiva esta correspondencia, si el señor G-obernador Provisorio
hubiera tenido a bien dirigir sobre el p articu lar una simple
com unicación” . Terminaba m anifestando que “ se había dado
una orden p a ra que la imagen de la V irgen de la Concepción
de Ita tí sea entregada con sus propiedades a la persona o
personas que designe S. E. el Sr. Gobernador Provisorio
Con esta advertencia, el Gobernador Latorre, encomen
dó al ciudadano don J u a n F rancisco'A lsina, cuya misión la
desempeñó sin m ayor em barazo.
La nota que sigue, tran scrita literalm ente, in stru irá al
lector en la dureza de un castellano sui gèneris de la form a en
que llegó la celestial viajera a su querido hogar después de
dos años y medio de nostálgica ausencia: “ V iva la Confede
ración A rgentina! E l com andante m ilitar del departam ento
de Ita tí, diciembre 24 de 1851. Al Exmo. Sr. Gobernador P ro
visorio de la Provincia don Domingo Latorre.
Con arreglo al oficio de V. E . fecha 15 del corriente, me
hallaba listo para- el recibimiento de nu estra Señora de Con
cepción, p ara el efecto aportó el buque en este p u erto el Co
misionado Don J u a n P. Alsina haciéndome una invitación
con algunos hombres p ara el acompañamiento de la expresa
da imagen y atención a la anterior disposición de V. E . qne
me ha dirigido a este respecto, acepté dicha invitación, y lo
acompañé con algunos hombres de este pueblo hasta recibir
la, y hoy mismo lie colocado en su antiguo trono con la posi-
458 LA V IR G E N DE IT A T I
* *
EL TEMPLO DE O B jljü ta
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(1) Q ue I t a t í en s u v ie ja h i s t o r ia h a y a sid o de n e r v a t u r a b é
lic a , ya lo h a n in s in u a d o s u f ic ie n te m e n te lo s a p u n te s d e e s te lib ro ,
y q u e e n t a l c a r á c t e r c o n tin u ó d e s d e la in d e p e n d e n c ia e s p o r to d o s
c o n o cid o . S u a r ro jo m ilita r fig u ró e n to d o s lo s c a m p o s d e b a ta lla , a s i
a l lla m a d o d e B e lg ra n o co m o a l o r g a n iz a r s e e l B a ta lló n C o rre n -
t in o q u e de t a n t a g lo r ia se c u b rió e n lo s h e c h o s d e a r m a s d e la
p a t r i a . . . N u n c a d e s c a n s ó s u m ilic ia , y c u m p le s e ñ a la r lo s s ig u ie n
t e s d a to s q u e n o s fa c ilitó e l h is to r ia d o r V a le rio B o n a s tr e , com o j u s
tic i a a a lg u n o s s o ld a d o s i t a t e ñ o s . . ¡g>En a b r il d e 1825 e l E s c u a d r ó n
d e I t a t í c o n ta b a c o n dos c o m p a ñ ía s . D e la p r im e r a e r a c a p itá n S e
b a s tiá n R o ja s ; c a p itá n a g re g a d o , F e lip e S a n tia g o B e r d ú n ; a lfé re z ,
P e d r o J o s é A le g re ; p o rta g u ió n , S a n tia g o R o d ríg u e z y s a r g e n to s A to.
L e d e s m a , G a s p a r N ú ñ e z , M el. A to. E n c in a s , M el. S e g o v ia ; c a b o s :
In o c e n c io C a ñ e te , P e d r o P a s c u a l O je d a , -José d e la C. D e lg a d o , L o
re n z o P a r a g u a r y , T o m á s O r te g a ; s e s e n t a y o c h o s o l d a d o s . .. D e la
s e g u n d a c o m p a ñ ía e r a c a p itá n R u fin o A y a la ; t e n i e n te , M el. A to.
Z a c a r ía s ; a lf é r e z , M ig u e l R iq u e lm e ; s a r g e n to s , C ris ó s to m o G ü ira -
yú, 'R a m ó n G óm ez, J u a n B a u ti s t a S a n t a C ruz, M a rc e lin o H e r n á n
d e z ; c ab o s, N ic o lá s P n c h u é , F r a n c is c o C a b ifiu rá , J o s é A. Y a su c á ,
M a n u e l R ío s y v e in te y n u e v e s o ld a d o s . E n e n e r o d e 1845 f ig u r a
e n el fa m o s o C a m p a m e n to G e n e ra l d e V illa N u e v a e l E s c u a d r ó n
de I t a t í c o m o s ig u e : c a p itá n A n g e l M a te o d e L e ó n ; te n ie n te s , M a
t í a s G a rc ía , C o sm e M o n tie l; a lfé r e z , J u a n C a n d ia ; s a r g e n to p r im e
ro , C lau d io S o s a ; s a r g e n to s ¡segundos, G re g o rio B on, Ig n a c io M o
ra le s , In o c e n c io D e lg ad o , M a n u e l Q u iñ o n e s, J u a n B e rd ú n ; c ab o s,
P i l a r R a m íre z , F r a n c is c o G ay o so , B a u ti s t a B a r rio s , S e b a s tiá n A re
co, F e lip e G a la r z a ; so ld a d o s : G e rv a s io M b o y c u á , L a C ru z S u á re z ,
B e r n a b é S a la s , F r a n c is c o T a b a r e s , F lo r e n c io O rtíz , R a m ó n C áce-
r e s , J o s é P ir iz , J o s é G ü e rí, F lo r e n c io P a r a n e r á , C e fe rin o C a n d ia ,
C a rlo s D u a rte , C a rlo s F e r n á n d e z , U b a ld o T a b a r e s , C lau d io G óm ez,
J u a n G o n zález, M a rc e lin o F e r n á n d e z , M a ria n o T a p e r a ty , R o m á n
A re y íi, S in fo ria n o S a c ú , M a ria n o B e rd ú n , L in o R u b io , M a tía s R u
b io , S ilv e s tr e A lm iró n , D io n isio G a u n a , R u fin o G óm ez, R u fin o R a
m íre z , A n g e l T o le d o , M a n u e l A re y ú , C e s á re o L o v e ra , R a m ó n G a r
c ía , N o rb e rto A re co , L a C ru z Q u in ta n a , J u a n M o n d ira y ú , F r a n c is c o
R iq u e lm e , L u c ia n o M aciel, S a lv a d o r B e n íte z , J u a n V e ra , T o rib io
480 LA V IR G E N 1)K IT A T I
Z a m u d io , Ig n a c io R ío s, B ra u lio S o lís, F r a n c is c o B a n d y , S e g u n d o S e
g o v ia, M ig u e l M e d in a, B e n ig n o P o r itú , J u a n G odoy, C e fe rin o C a
ñó, F r a n c is c o V a rg a s , F e lip e R a m íre z , S a n tia g o A g u ile ra , J u a n J o
sé L e z c a n o , F r a n c is c o L ó p ez , T r ifó n B o g a d o , D e m e trio M eza, L a
R o s a O le c h a r, S im ó n G óm ez, M a rc o s D e L e ó n y J o s é A n to n io
A c o s ta .
E n tr e ios m ilita r e s q u e r e c u e r d a I t a t í con m a y o r s im p a tía a p a
re c e n M a n u e l V a lle jo s, C a s to r de L e ó n y D e sid e rio S o s a . . . M a n u e l
V a lle jo s tu v o to d o s lo s a r r e s t o s d e l h é ro e . D e n o ta b le h e r m o s u r a f í
s ic a y d e a rd id o e n tu s ia s m o e n s u s a r e n g a s e n g u a ra n í, e r a el íd o lo
d e la s m a s a s . M uy le jo s d e s e r h o m b re d e l e t r a s , d á b a n le m é r ito
s u h o m b r ía d e b ien , su a r r o jo y s u s r e c u r s o s d e m o n to n e r o ; d e s
c o n c e rtó y v e n c ió t r o p a s p a r a g u a y a s d e c u a tr o c ie n to s h o m b r e s e n
L im o s n a c u é y C u ru z ú c o n só lo s e s e n t a s o ld a d o s q u e u s a b a n d iv is a
b la n c a . P o r c ie r to q u e m e r e c ía e l a p o d o d e E l P á j a r o co m o m o n to
n e r o ; p e ro ta m b ié n su g ra d u a c ió n d e c o ro n e l co m o so ld a d o d is c i
p lin a d o , h a b ie n d o lu c h a d o en P a g o L a rg o , C a g a n c h a , Q u e b ra d o H e
rr a d o , S a n C alá, F a m a illá , C a a g u a z ú , A rro y o G ra n d e , L a g u n a B r a
v a , V e n c e s, C e p e d a y p o r f in e n 1872 e n la a c c ió n d e l T a b a c o , L a
g u e r r a d e la T rip le A lia n z a lo vió e n s u s f ila s com o g u ía e n 1a. t o
p o g r a fía d e la l u c h a . M u rió p o b re sin m á s r e c u r s o q u e e l d e la fa
m ilia V a lle jo s q u e le dió su a u l l i d o . R e c ib ió d e v o ta m e n te lo s sa
c ra m e n to s , y s o b re su tu m b a lo d e s p id ie ro n c in c o s a lv a s de fu s ile
r í a . . . C a s to r d e L e ó n , d e m u c h a má.s ilu s tr a c ió n q u e V a lle jo s , fu é
m ilita r , m a e s tr o y c o m a n d a n te d e l p u e b lo , d is tin g u ié n d o s e p o r su v a
lo r e h id a lg u ía . A b a n d o n ó la e n s e ñ a n z a p o r d e fe n d e r l a lib e r ta d d e
s u t ie r r a . E l G e n e ra l P a z a p la u d ió s u s d o te s m il i ta r e s . T r a s la
c ió n d e V e n c e s, c a y ó e n p o d e r ele l a s fu e rz a s r o s i s t a s q u e lo u lti
m a ro n c o n in c o n fe s a b le s to r m e n to s . C o n ta b a t r e i n t a y s e is a ñ o s . . .
D e sid e rio S o s a c r e ó y f u é je fe d e l B a ta lló n C o rr e n tin o , t a n g lo rio
so e n la g u e r r a d e l a T rip le A lia n z a . E s el h é ro e ita te ñ o m á s co
n o c id o p o r h a b e r s e s u f ic ie n te m e n te e s c rito a c e r c a de su v id a c o n
ju g a d a p o r v ic to r ia s ; t r a s to r n o s p o lític o s , a p la u s o s d e lir a n te s y r e
c r im in a c io n e s e x a c e rb a d a s .
P r e s c in d im o s d e m u c h a s o t r a s f ig u r a s i ta t e ñ a s que. com o la s
s e ñ a la d a s , f u e ro n h o n o r d e l t e r r u ñ o , a s í a n te s co m o d e s p u é s de la
in d e p e n d e n c ia , d ig n a s d e s e r e x h u m a d a s m á s p o r la h is t o r ia p ro
fa n a q u e p o r la r e lig io s a d e l p u e b lo de la V irg e n .
(2) D e sd e a n tig u o m u c h o s b a r c o s m e r c a n te s o s te n ta b a n el
n o m b r e d e la V ir g e n d e I ta tí.
D e sd e e l P a lm a r , d e p a r ta m e n to de C a á C a tí (h o y G e n e ra l P a z )
c o n f e c h a 9 d e n o v ie m b re d e 1820, e s c rib ía a l je f e s u p re m o de la
R e p ú b lic a d e E n tr e R ío s, F r a n c is c o R a m íre z , e l fa m o s o c a u d illo
L e ó n E sq u í v e l lo s ig u ie n te : “ S e ñ o r de to d o m i r e s p e to : c o n m o
tiv o d e lo s m u c h o s tr a b a jo s y p e r s e c u c io n e s qxie p a d e c í en el a n te
r i o r g o b ie rn o , lo s q u e n o se o c u lta n a la p e n e tr a c ió n d e V . E .,
h ic e p r o m e s a a N u e s t r a S e ñ o r a de I t a t í (a m i r e t i r a d a a P o r tu g a l)
que, si s a lía c o n b ien y v o lv ía a d i s f r u t a r d e l d e s c a n s o d e m i c a s a
C'ON'SAGR.U'IOX DHL CULTO A LA VIRGEN
a u t o r in c u r r ió e n g r a v e s e r r o r e s e n lo r e f e r e n te a l ro b o d e la c o ro
n a ; e r ro r e s q u e c re o d e b e r e c t if i c a r e n h o n o r d e la v e r d a d h i s t ó r i
c a , y p a r a v in d ic a r l a m e m o ria d e M o n s e ñ o r de L a L a s t r a y d e l
R e v e re n d o P a d r e B e r ta c a g n i, O b isp o de e s t a D ió c e s is e l p rim e ro ,
y g u a r d iá n d e e s te s a n tu a r io e l s e g u n d o , c u a n d o s e p ro d u jo e l r o
bo s a c rile g o .
E s ía l s o q u e a n te r io r m e n te a l r o b o d e l a c o ro n a e l G o b ie rn o
o r d e n a r a u n a in v e s tig a c ió n , p a r a a v e r i g u a r s i la s p ie d r a s d e la m is
m a e r a n v e r d a d e r a s o f a ls a s .
F a ls o p o r c o n s ig u ie n te q u e e l O b isp o “ o rd e n ó a l P . B e r ta c a g
n i q u e n o f a c i li t a r a e l e x a m e n ” .
F a ls o ta m b ié n qu e, “p a r a q u e n o h u b ie s e in v e s tig a c ió n e l p á
rro c o s e c u e s tr ó l a c o ro n a y d e n u n c ió e l r o b o ” ; lo q u e c o n s titu ir ía
u n a n o ta p a r tic u la r m e n te i n f a m a n te p a r a l a m e m o ria d e a q u e l s a
c e rd o te .
F a ls o q u e h a b ié n d o s e d a d o c u e n ta a l a p o lic ía , " s e e n c o n tró q u e
q u ié n t e n í a s e c u e s t r a d a la c o ro n a e r a e l p á r ro c o ” . E l la d r ó n e r a
m u y o tr o : s u n o m b re c o r r ía e n to n c e s d e b o c a e n b o c a , i d íc e se
q u e s i n o fu é c o n d e n a d o , e s p o rq u e n o se lo q u iso c o n d e n a r.
E s fa ls o , e n fin , q u e e l R e v e r e n d o P a d r e F r a y L . B e r ta c a g n i,
h a b ie n d o sid o e n c a r c e la d o , h a y a fa lle c id o ‘‘d e p e n a e n su e n c ie
r r o ” ; p u e s a p e n a s e s tu v o p r e s o u n o s d í a s . L a v o z p ú b lic a lo d e c la
r ó in o c e n te d e s d e u n p rin c ip io , y lo s t r ib u n a l e s n o t a r d a r o n e n h a
c e r le j u s tic ia , p o n ié n d o lo e n l ib e r ta d . M á s t a r d e v o lv ió a I ta lia , su
p a tr i a , d o n d e m u rió .
E s p e r o d e s u c a b a lle r o s id a d se s e r v i r á p u b lic a r e s t a s s e n c i
lla s r e c tif ic a c io n e s e n u n o d e lo s p ró x im o s n ú m e ro s d e s u r e v is ta .
CETRO Y TRONO
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* m
Corrientes debe ser una sede episcopal. Ese. fué el. anhelo
m anifestado du ran te los días ele la. coronación ele la. V irgen en
las conferencias, en las veladas, en las conversaciones del pue
blo y en las recepciones en homenaje a los obispos.
Y desde 1911 Corrientes es obispado, y un hijo de Co
rrientes fué su prim er obispo, un hijo de Corrientes que, en
las fiestas de la coronación, arrancó lágrim as a su auditorio
por la elocuencia conmovedora con que ensalzó los beneficios
de la V irgen de Ita tí en favor del cuerpo y del alm a de los
m oradores de estas tierras.
E l orador sagrado, que enardeció el corazón de la ciu
dad de su cuna en el tercer centenario de la fundación de
Corrientes, no se contentó con recabar, al ascender a la ple
n itu d del sacerdocio, de la Sede Apostólica, p a ra el nuevo
obispado el títu lo de "D iócesis de la Sma. Cruz de los Mila
gros y de la V irgen de I t a t í ” : Corriendo S. E. Luis M aría
Niellas sus giras pastorales a través de la provincia de Co
rrientes y del territorio de Misiones se empeñó en aum entar
CO NSA G RA CIO N DEL C U LTO A LA V IltU E X 493
pfte.
P R O L O G O ................................................................................ 7
S egunda pa r t e
T ercera parte
pie,
C uarta pa rte