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Cáncer cervicouterino

Cáncer cervicouterino

20 de enero de 2022

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Datos y cifras

El cáncer de cuello uterino es el cuarto


tipo de cáncer más frecuente en las
mujeres de todo el mundo, con una
incidencia estimada de 604 000 nuevos
casos y 342 000 muertes en 2020. En
torno al 90% de los nuevos casos y
muertes en el ámbito mundial en 2020
tuvieron lugar en países de ingresos bajos
y medianos (1).
Dos tipos de virus de los papilomas
humanos (tipos 16 y 18) provocan casi el
50% de las lesiones precancerosas del
cuello uterino de gran malignidad.
Los VPH se transmiten principalmente por
contacto sexual y la mayoría de las
personas se infectan poco después de
iniciar su actividad sexual. Más del 90%
consiguen eliminar la infección.
Las mujeres con VIH tienen seis veces
más probabilidades de padecer cáncer de
cuello uterino que las mujeres sin VIH.
La vacunación contra los VPH y el cribado
y tratamiento de las lesiones
precancerosas es una forma costoeficaz
de prevenir el cáncer de cuello uterino.
El cáncer del cuello uterino se puede
curar si se diagnostica en una etapa
temprana y se trata con prontitud.
El control integral del CCU consiste en la
prevención primaria (vacunación contra
los PVH), secundaria (detección y
tratamiento de las lesiones
precancerosas) y terciaria (diagnóstico y
tratamiento del CCU invasivo) y los
cuidados paliativos.

Panorama general
En el ámbito mundial, el cáncer de cuello
uterino es el cuarto cáncer más frecuente en la
mujer, con una incidencia estimada de 604 000
nuevos casos en 2020. De las 342 000 muertes
estimadas por cáncer de cuello uterino en 2020,
más del 90% tuvieron lugar en los países de
ingresos bajos y medianos. Las mujeres con
VIH tienen seis veces más probabilidades de
padecer cáncer de cuello uterino que las
mujeres sin VIH, y se calcula que el 5% de
todos los casos de cáncer de cuello uterino son
atribuibles al VIH (2). Es más, en todas las
regiones del mundo la contribución del VIH al
cáncer de cuello uterino recae de forma
desproporcionada sobre las mujeres más
jóvenes.

En los países de ingresos altos se han puesto


en marcha programas que permiten la
vacunación de las niñas contra los VPH y
ofrecer cribados periódicos y tratamiento
adecuado de las mujeres. El cribado permite
detectar las lesiones precancerosas en estadios
en que todavía pueden tratarse fácilmente.

En los países de ingresos bajos y medianos el


acceso a esas medidas preventivas es limitado,
por lo que con frecuencia el cáncer de cuello
uterino no se detecta hasta que ya ha avanzado
y aparecen los síntomas. Además, el acceso al
tratamiento de las lesiones cancerosas (por
ejemplo, cirugía, radioterapia y quimioterapia)
puede ser limitado, lo que determina que en
esos países la tasa de mortalidad por cáncer de
cuello uterino sea más alta.

La elevada tasa de mortalidad mundial por


cáncer de cuello uterino (tasa estandarizada por
edad: 13,3/100 000 en 2020) podría reducirse
mediante intervenciones eficaces en diferentes
etapas de la vida.

Virus de los papilomas humanos


y cáncer de cuello uterino
Una gran mayoría del cáncer de cuello uterino
(más del 95%) se debe a los virus de los
papilomas humanos (VPH).

Los VPH son la causa de infección vírica más


habitual del aparato reproductor. La mayoría de
las mujeres y hombres con actividad sexual
contraerán la infección en algún momento de su
vida, y algunas personas pueden tener
infecciones recurrentes. Más del 90% de las
poblaciones afectadas consiguen eliminar la
infección.

El cáncer de cuello uterino es, con mucha


diferencia, la enfermedad más frecuente
provocada por los VPH. Casi todos los casos de
cáncer de cuello uterino pueden atribuirse a una
infección por VPH.

Aunque la mayoría de las infecciones por VPH


remiten por sí solas y la mayor parte de las
lesiones precancerosas se resuelven de forma
espontánea, todas las mujeres corren el riesgo
de que una infección por VPH se cronifique y de
que las lesiones precancerosas evolucionen
hacia un cáncer de cuello uterino invasivo.

En las mujeres con un sistema inmunitario


normal, el cáncer de cuello uterino tarda en
aparecer de 15 a 20 años. En las mujeres con
un sistema inmunitario debilitado, como las que
tienen una infección por VIH no tratada, puede
tardar solo de 5 a 10 años.

Control del cáncer de cuello


uterino: enfoque integral
En la Estrategia Mundial para Acelerar la
Eliminación del Cáncer del Cuello Uterino como
Problema de Salud Pública (en inglés),
adoptada por la Asamblea de la Salud en 2020,
se recomienda un enfoque integral para
prevenir y controlar el cáncer de cuello uterino.
Entre las acciones recomendadas se incluyen
intervenciones a lo largo de la vida.

Enfoque basado en el curso de la vida para


la prevención y el control del cáncer de
cuello uterino

Prevención Prevención Prevención


primaria secundaria terciaria
A partir de
los 30 años
Niñas de 9 a
para las
14 años
mujeres en Todas las
Vacunación general y de mujeres, según
contra los los 25 años sea necesario
VPH para las
mujeres con
VIH
Se debería
ofrecer tanto a
las niñas
como a los
niños, según Prueba de
proceda cribado de
alta
Información
precisión
en materia
equivalente
de salud y
o mejor
advertencias
que una
contra el Tratamiento del
prueba de cáncer invasivo
consumo de
VPH
tabaco a cualquier edad
Seguida de
Educación
tratamiento Cirugía
sexual
inmediato Radioterapia
adaptada a
o lo más Quimioterapia
la edad y la
rápido Cuidados
cultura
posible paliativos
Promoción
después
del uso de
de una
preservativos
prueba
y su
molecular
suministro a
con
quienes ya
resultado
hayan
positivo al
iniciado su
VPH
actividad
sexual
Circuncisión

La prevención del cáncer de cuello uterino debe


ser multidisciplinar e incluir componentes como
la educación de la comunidad, la movilización
social, la vacunación, el cribado, el tratamiento y
los cuidados paliativos.

Vacunación contra los VPH


Actualmente existen cuatro vacunas
precalificadas por la OMS que protegen contra
los tipos de VPH 16 y 18, causantes de al
menos el 70% de los cánceres de cuello uterino.
La vacuna nonavalente protege contra otros
cinco tipos adicionales de VPH oncogénicos,
que causan otro 20% de los cánceres de cuello
uterino. Dos de las vacunas también protegen
contra los tipos 6 y 11, causantes de verrugas
anogenitales.

Los ensayos clínicos y la vigilancia posterior a la


comercialización han demostrado que las
vacunas contra los VPH son seguras y eficaces
en la prevención de la infección por VPH, las
lesiones precancerosas de gran malignidad y el
cáncer invasivo (3).

Las vacunas contra los VPH funcionan mejor si


se administran antes de la exposición a tales
virus. Por tanto, para prevenir el cáncer de
cuello uterino la OMS recomienda vacunar a las
niñas de 9 a 14 años, cuando la mayoría de
ellas no han iniciado la actividad sexual.
Algunos países han empezado a vacunar
también a niños varones, ya que la vacunación
previene igualmente cánceres masculinos
debidos a los VPH.

La vacunación contra los VPH no sustituye las


pruebas de cribado del cáncer de cuello uterino.
En los países en que se introduce la vacunación
contra los VPH, se necesitan programas de
cribado entre la población para detectar y tratar
lesiones precancerosas y cancerosas del cuello
uterino para reducir la incidencia de ese cáncer
y las muertes que provoca.

Cribado y tratamiento de las


lesiones precancerosas del
cuello uterino
Cribado

El cribado del cáncer de cuello uterino conlleva


la realización de pruebas de la infección por
VPH para detectar lesiones precancerosas y
cancerosas y seguidamente tratarlas según sea
necesario. Las pruebas se realizan en mujeres
que no tienen síntomas y que pueden sentirse
perfectamente sanas. Si en el cribado se
detecta una infección por VPH o lesiones
precancerosas, estas pueden tratarse
fácilmente para evitar que evolucionen hacia un
cáncer. El cribado también permite detectar el
cáncer en sus estadios iniciales, en los que
puede tratarse con un pronóstico de curación
muy bueno.

En sus directrices actualizadas (en inglés), la


OMS alienta a los países a utilizar las pruebas
del VPH para el cribado del cuello uterino, en
particular las pruebas de ADN y de ARNm.

- Las pruebas de ADN detectan las cepas


del virus de alto riesgo, que causan casi todos
los casos de cáncer de cuello uterino.

- Las pruebas de ARNm detectan las


infecciones por VPH que llevan a la
transformación celular.

A diferencia de las pruebas que dependen de la


inspección visual, la del VPH es una prueba
objetiva. Se ha demostrado que es más sencilla,
previene más lesiones precancerosas y
cancerosas y permite evitar más muertes.
También es más costoeficaz que las técnicas de
inspección visual o la citología (denominada
habitualmente prueba de Papanicolaou).

El cribado debería iniciarse a partir de los 30


años en la población femenina en general, con
repetición periódica mediante una prueba del
VPH validada cada 5 a 10 años, y a partir de los
25 años en las mujeres con VIH. Además, las
mujeres con VIH también deben someterse a
cribados con mayor frecuencia, cada 3 a 5
años.

El proceso para obtener una muestra


cervicouterina es similar en la citología y en la
prueba del VPH. No obstante, la OMS indica
que es posible usar las muestras obtenidas por
las propias mujeres para la prueba de ADN del
VPH (no se aplica a la prueba de ARNm del
VPH). Las mujeres necesitan recibir apoyo
adecuado para sentirse seguras durante el
proceso de obtención de la muestra.

El cribado debe estar vinculado al tratamiento y


la atención de las personas que dan positivo. En
entornos de recursos limitados, las mujeres que
han dado positivo en una prueba de VPH
pueden recibir tratamiento sin verificación de
diagnóstico. Para tratar a las mujeres VIH-
positivas es esencial efectuar una prueba para
seleccionar a las que también son positivas
para el VPH (por ejemplo, mediante una
inspección visual con ácido acético o IVAA).

Tratamiento de las lesiones precancerosas


del cuello uterino

Si es preciso tratar las lesiones precancerosas y


se cumplen los criterios de admisibilidad, se
recomienda utilizar el tratamiento ablativo con
crioterapia o la ablación térmica. Ambos
tratamientos son igualmente eficaces y seguros
y pueden realizarse en un servicio ambulatorio.

Si no es posible utilizar el tratamiento ablativo o


se sospecha que puede haber cáncer de cuello
uterino, es necesario derivar a las mujeres al
nivel adecuado de los servicios de salud, donde
se podrá efectuar una evaluación adecuada con
una colposcopia y biopsias. Puede ofrecerse un
tratamiento de exéresis (LLETZ) si procede y,
en caso de cáncer, se establece un plan
terapéutico individual según el estadio de la
enfermedad, el estado de salud y preferencias
de la paciente y los recursos disponibles en el
sistema de salud.

Manejo del cáncer de cuello


uterino invasivo
Cuando una mujer presenta síntomas
indicativos de cáncer de cuello uterino, debe ser
remitida a un establecimiento adecuado para su
evaluación, diagnóstico y tratamiento.

Algunos de los síntomas del cáncer de cuello


uterino en los estadios tempranos son:

manchado irregular o leve entre periodos


menstruales en mujeres en edad
reproductiva;
manchado o sangrado posmenopáusico;
sangrado después de mantener relaciones
sexuales; y
aumento del flujo vaginal, en ocasiones con
mal olor.

A medida que el cáncer cervicouterino avanza,


pueden aparecer síntomas más intensos:

dolor de espalda, de piernas o pélvico


persistente;
pérdida de peso, cansancio, pérdida de
apetito;
flujo maloliente y molestias vaginales; y
hinchazón de una o ambas piernas.

Pueden aparecer otros síntomas intensos en


estadios avanzados, dependiendo de los
órganos a los que se haya extendido el cáncer.

El diagnóstico del cáncer de cuello uterino debe


realizarse mediante un examen histopatológico.
La estadificación se determina en función del
tamaño del tumor y la propagación de la
enfermedad. El plan terapéutico depende del
estadio de la enfermedad, y las opciones son la
cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Los
cuidados paliativos son también un elemento
esencial del manejo del cáncer para aliviar el
dolor y el sufrimiento innecesarios debidos a la
enfermedad.

Respuesta de la OMS
La Asamblea de la Salud adoptó la Estrategia
Mundial para Acelerar la Eliminación del Cáncer
del Cuello Uterino como Problema de Salud
Pública, en la que se establece que en un país
se ha eliminado el cáncer de cuello uterino
cuando la incidencia es inferior al umbral de 4
casos por 100 000 mujeres al año. Con el fin de
alcanzar ese umbral para finales del siglo XXI,
la OMS ha fijado las metas «90-70-90», que
deberán alcanzarse para 2030 y mantenerse
(resolución WHA73.2) (4):

el 90% de las niñas totalmente vacunadas


contra los VPH antes de los 15 años;
el 70% de las mujeres examinadas mediante
una prueba de alta precisión antes de los 35
años y de nuevo antes de los 45 años; y
el 90% de las mujeres diagnosticadas con
cáncer de cuello uterino reciben tratamiento
(el 90% de las mujeres con lesiones
precancerosas reciben tratamiento y el 90%
de las mujeres con cáncer invasivo reciben la
atención pertinente).

La OMS ha elaborado orientaciones y


herramientas (en inglés) sobre la prevención y
el control del cáncer de cuello uterino mediante
la vacunación, el cribado y el manejo del cáncer
invasivo. La Organización colabora con países y
asociados para elaborar y aplicar programas
integrales que estén en consonancia con la
estrategia mundial.

Referencias

(1) Sung H, Ferlay J, Siegel RL, Laversanne M,


Soerjomataram I, Jemal A, et al. Global cancer
statistics 2020: GLOBOCAN estimates of
incidence and mortality worldwide for 36
cancers in 185 countries. CA Cancer J Clin.
2021:71:209–49. doi:10.3322/caac.21660.

(2) Stelzle D, Tanaka LF, Lee KK, et al.


Estimates of the global burden of cervical
cancer associated with HIV. Lancet Glob Health
2020; publicado en línea el 16 de noviembre.
DOI:S2214-109X(20)30459-9
https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PI
109X(20)30459-9/fulltext

(3) Lei et al. (2020) HPV Vaccination and the


Risk of Invasive Cervical Cancer. N Engl J Med
2020;383:1340-8. DOI:
10.1056/NEJMoa1917338

(4) Organización Mundial de la Salud. Estrategia


mundial para acelerar la eliminación del cáncer
del cuello uterino como problema de salud
pública
https://www.who.int/publications/i/item/9789240014

(5) Repositorio de conocimientos sobre el


cáncer de cuello uterino (en inglés):
https://cceirepository.who.int/

Destacado

Directrices de la OPS/OMS sobre tamizaje y


tratamiento de las lesiones precancerosas para
la prevención del cáncer cervicouterino

Notas descriptivas

Cáncer
2 de febrero de 2022

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