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puntos:
Actitud: Es la forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las
cosas.
La Filosofía: Filosofía = filos es amor Sofía = es sabiduría
Es la ciencia que se ocupa de responder los grandes interrogantes que desvelan al hombre como ser el
origen del universo o del hombre, el sentido de la vida, entre otros, con el fin de alcanzar la sabiduría.
Comenzaremos mencionando que la actitud filosófica se entiende como “una forma de vida,
en una herramienta para pensar el presente que transforma lo que somos y que se
caracteriza por una actitud de asombro, de cuestionamiento, de duda, de búsqueda y de
incertidumbre”
La actitud filosófica se materializa en el pensamiento crítico, creativo y ético, lo que posibilita cambios a
través de la comunidad de indagación, la cual crea condiciones y espacios para que los sujetos se formen
y transformen, puesto que permite aprender, desaprender, construir y reconstruir conceptos.
Se concibe la actitud filosófica como “una disposición de los sujetos, como un estilo de vida; esta actitud se
concreta en el pensamiento crítico, creativo y ético”
En el campo de la filosofía, la actitud filosófica aparece en la antigua Grecia, con sus más notables
pensadores; y entre ellos se destaca Sócrates que ironizando la sabiduría de sus coetáneos les responde
con una célebre frase, “Yo sólo sé que nada sé”, para conducir inductivamente su reflexión en la búsqueda
del conocimiento de sí mismo.
Encontrarse a sí mismo se logra a través del continuo indagar a sus semejantes, enfrentándose a otras
opiniones para construir su propia visión del mundo: la verdad; desde luego, sin estar al margen de la ley,
respetando las tradiciones y costumbres.
En Sócrates el indagar concreta su actitud filosófica en la necesidad de educar a los jóvenes en el arte del
diálogo y la capacidad de interrogar y reflexionar en la búsqueda de la verdad. Es, en esencia, la figura del
filósofo maestro. Siguiendo los caminos de su maestro, Platón fue otro notable de los antiguos que en el
orden del conocimiento, orienta el indagar del individuo para deducir la verdad sobre el mundo de las
ideas. Gesta ese gran instrumento metodológico: la dialéctica, con la cual recuerda la verdad. Indagar
precede a todo tipo de actividad humana, pues para Platón, si bien es cierto el conocimiento está en el
interior del hombre, éste pregunta porque no conoce y es menester encontrar la verdad con una actitud
crítica frente a la opinión.
En este sentido, para Aristóteles la actitud filosófica como verdad es fruto del alma y de los hábitos como
virtud; esta última la divide en arte, ciencia, prudencia, intuición y sabiduría. Las cuatro primeras son de
orden práctico y la quinta es la excelencia, que se caracteriza por ser rigurosa y por tener experiencia,
porque va más allá de los meros bienes humanos, va hacia el sentido y la verdad de todo principio, “pues
así también la sabiduría produce la felicidad, porque siendo una parte de la virtud total, hace al hombre
dichoso por su hábito y por su acto”, que se consuma en la obra que es la vida misma. La sabiduría es el
fin y la ética el medio. La actitud filosófica vendría a ser una virtud o una disposición, que es un hábito
acompañado de razón cuando se lleva a cabo.
Todo esto nos permite decir que la actitud filosófica es la mejor manera de conducirse en la vida, que da un
temple al estado de ánimo, una continencia que evita desfallecer, es fruto de una elección que es la norma
recta en la vida, que está sujeta a reflexión en aspectos concernientes al saber y al vivir en comunidad.
La actitud filosófica se encuentra en hombres que:
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La obra, que es la vida modelada como acto, es amada y apreciada por el artista, pues lo más deleitoso y
bien hecho es el acto mismo, es la amistad que se lleva a cabo con el saber, en nuestro caso la disposición
de actitud hacia la filosofía, ya que todo hombre revela lo que él es por medio de la disposición que le
permite asumir la vida como riesgo, pensarla distinto a como se la piensa y llegar a ser un creador. Es
decir, rompe con la reproducción del vivir y del pensar como mera repetición.
En suma, la actitud filosófica es pensarse a sí mismo; esto lo hace la filosofía: piensa el pensar. La filosofía
es objeto de sí misma, su mirada se vuelve íntima, para luego desplegarse en el mundo. Es decir, cómo
desde la subsistencia, en nuestro caso el pensamiento filosófico, se asume la existencia filosófica, a partir
de una actitud como ethos en cualquier momento de la vida humana. La actitud filosófica es una mirada
(noeîn) espiritual, que es la actividad de la razón (noûs), órgano del cual se vale la filosofía para ver su
propio pensar, sus ideas, su ser (Platón). Tal como lo destaca Cruz(2001).
Es pues, la actitud filosófica, un estado de existencia que nos convida a filosofar en la elaboración de un
modo o estilo de vida propio (Foucault), en la que el sujeto juega un papel protagónico en su constitución
por medio de unas técnicas pedagógicas y éticas,
entre otras. (Gil, s/f.)
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La antropología se divide en múltiples disciplinas para lograr explicar en detalle su ciencia, citamos a las
más importantes.
I. Antropología lingüística
Este campo se refiere a la forma en que las personas establecen comunicaciones entre sí. También es una
manera en la que se adquieren nuevos y diversos conocimientos.
El lenguaje nos da una pertenencia al mundo y en específico a una comunidad, por eso también define
parte de la identidad del ser. Despierta en la persona un vínculo de cómo percibimos el entorno y cómo nos
relacionamos con lo que nos rodea.
La antropología lingüística trata de explicar desde las primeras formas de comunicación del hombre y cómo
ha logrado desarrollar esta capacidad. Su importancia radica en que la comunicación no es un tema del
pasado, sino que constantemente se están buscando formas de mejorar esta parte de la persona.
Entender los orígenes del lenguaje es lo que nos permite avanzar en el conocimiento e incluso convivir
entre distintos grupos. El estudio de esta rama, también ha permitido interpretar diversos escritos,
descubrimientos y aprovechar lo que los antepasados ya han aprendido.
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IV. Arqueología
Existen muchas opiniones respecto si esta es una rama de la antropología. Si bien, en algunos lugares se
toma como una ciencia en sí misma, su objeto de estudio se desprende de otras ramas de la antropología,
como la antropología social.
Su principal objetivo es analizar objetos, herramientas y edificaciones que se han realizado a lo largo de la
historia de la humanidad. Esto no se trata únicamente de comparar una cultura con otra, en una época u
otra, sino saber cómo se ha transformado la sociedad. Partiendo de este entendimiento ha sido posible el
progreso y mejora.
Es común creer que el estudio de la antropología no es tan importante en la actualidad como muchas otras
materias de análisis y aprendizaje. Pero en realidad, es tan importante como que de este discernimiento
depende la evolución del ser humano y su permanencia en el mundo.
Esta área del conocimiento es actual, útil y necesaria. Por eso dedicarse al aprendizaje e investigación de
la antropología puede aportar mucho valor social, en especial en una sociedad que sufre tantos cambios
de manera acelerada.
Antropología Filosófica.
La antropología filosófica es una especialidad perteneciente a la filosofía, la cual se encarga del estudio
filosófico del hombre, específicamente de su origen o naturaleza; para así determinar la finalidad de su
existencia, así como la relación con los demás seres. En la antropología filosófica el hombre es sujeto y
objeto al mismo tiempo.
Los temas que generalmente estudia la antropología filosófica están vinculados con el valor de la libertad y
sus límites, así como la parte espiritual del ser humano, su naturaleza, tomando al hombre como un ser
diferente a todos los seres del universo.
Algunas de las interrogantes que se plantean dentro de la antropología filosófica son: ¿Qué es el hombre?
¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? ¿Qué es la muerte? Su objeto de estudio surge del afán por
conocer más acerca de la existencia del ser humano y la exigencia de profundizar en sí mismo. (Posgrados
IBERO, 2022).
Concepción dualista
Por una parte, está la visión dualista, que tiene dos grandes representantes en la historia de la filosofía:
Platón, en la Antigüedad, y Descartes, en la Era Moderna. Platón piensa que el hombre es su alma, un
alma espiritual, inmortal, que preexiste al cuerpo y lo gobierna.
Descartes, a su vez, piensa que en el mundo hay tres tipos de sustancias: Dios, la res cogitans o cosa
pensante, que es el alma de cada uno, o cada uno como ser espiritual, y la res extensa o cosa extendida
en el espacio, la realidad material exterior a la mente, cuyo modo de ser real es geométrico (sólo en
nuestro pensamiento le añadimos cualidades no medibles, como los colores, sabores, etcétera). Dentro de
esa res extensa está el cuerpo de cada uno (Orrego,2020)
El hombre es pensamiento y materia, pero como dos sustancias unidas de manera accidental. El gran
misterio, para Descartes, es que el sentido común y nuestras impresiones más realistas y evidentes me
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dicen que yo soy una sola cosa; yo me experimento como una sola realidad unitaria. Y, con todo, la
filosofía —i.e., todos sus razonamientos abstractos y rigurosos— me dice, según Descartes, que soy dos
cosas: el intelecto que piensa y quiere, que es espíritu, y esta materia que es mi cuerpo. ¿Cómo se
produce, pues, la unión entre estas dos cosas? ¿Dónde está el alma? Tal es la gran pregunta de
Descartes. (Rosental,1939)