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SACERDOTE“
CICLO TEOLÓGICO
Tema:
“EL CONCEPTO DE HOMBRE Y PERSONA”
Estudiante:
CHRISTIAN RAÚL MASAQUIZA MASAQUIZA
Profesor:
P. FERNANDO ORTEGA
Ambato – Ecuador
2020
EL CONCEPTO DE HOMBRE Y PERSONA
Breve Introducción
La antropología teológica, presenta la imagen del hombre como persona tanto humana
como espiritual, por lo cual, para insertarnos en su estudio cabe realizar una análisis
desde el ámbito filosófico como teológico, siendo este último quien tendrá mayor realce
en el estudio. Es así que se partirá dando un breve concepto de lo que es la antropología
en general para así poder llegar a dar un concepto más concreto en lo que respecta al ser
humano como hombre y como persona.
Dentro del estudio del hombre y de la persona, tanto en el ámbito filosófico como
teológico, es necesario realizar un recorrido de los distintos puntos de vista en torno a
este tema, con lo cual se podrá llegar a dar una respuesta que esté acorde a lo real y
concreto.
1
I. F. GASTALDI, El Hombre un Misterio, cuarta edición, Don Bosco, Quito, 1994, p. 33.
2
J. GARCIA CUADRADO, Antropología Filosófica, una introducción a la filosofía del hombre, sexta
edición, EUNSA, Pamplona, 2014, p.26.
El concepto de hombre
Muchas son las opiniones que el hombre se ha dado y se da sobre sí mismo, las cuales
han sido diversas e incluso contradictorias. Con el pasar delos tiempos se el hombre se
ha venido preguntando por muchas cosas, y entre muchas de ellas se ha preguntado
sobre sí mismo, es decir ¿Quién soy?, o si se quiere plantear de otra manera ¿Quién o
qué es el hombre? Por lo tanto, tratándose de una pregunta tan importante, antes de
interesarse por los contenidos que podrían satisfacerla, hay que interesarse por la misma
pregunta: ¿qué es? es la pregunta por la esencia de las cosas, es decir, por su definición,
lo que significa, lo que es.
La Biblia nos enseña que el hombre ha sido creado a imagen de Dios, con capacidad
para conocer y amar a su Creador, y que por Dios ha sido constituido señor de la entera
creación visible para gobernarla y usarla glorificando a Dios (GS 12) 4. Por lo tanto «el
hombre, como corazón e inteligencia del mundo, es el espacio en el que el amor
comunicativo de Dios puede ser aceptado en amistad, mediante una respuesta libre.
Pues solo el hombre es el que puede devolver a Dios la gloria que refleja en las cosas
creadas, ya que es el centro y la cúspide de la creación»5. Hay que tener en cuenta
también que el hombre está formado tanto de una parte espiritual como de una parte
material, así se presenta en el libro del Génesis: Entonces Yahveh Dios formó al hombre
con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser
viviente (Gen 2,7). De igual forma lo expresa el Concilio Vaticano II: En la unidad de
cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, es una síntesis del universo
material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y alza la voz para la
libre alabanza del Creador. No debe, por tanto, despreciar la vida corporal, sino que, por
3
A. MARTÍNEZ SIERRA, Antropología Teológica Fundamental, BAC, Madrid, 2002, p. 6.
4
CONCILIO VATICANO II, Cons. dogm. Gaudium Et Spes (1965), en Colección Catequesis, San Pablo,
Bogotá, 2000, n 12.
5
Ibíd, p. 70.
el contrario, debe tener por bueno y honrar a su propio cuerpo, como criatura de Dios
que ha de resucitar en el último día (GS 14)6. Se puede mirar entonces que en el Antiguo
Testamento, las narraciones de la creación presentan al hombre como parte de las
creaturas de Dios, pero que su creación es especial, puesto que no todos los seres
creados han participado de ella, pues el hombre ha sido creado a Imagen y Semejanza
de su creador. Dándoles tanto al hombre como a la mujer la dignidad de ser hijos de
Dios7.
Existen además varios conceptos de hombre dados a través de la historia, los cuales se
verán a breves rasgos a continuación:
Concepción hebrea: se podría decir que el pueblo hebreo era monista, pues
concebían al hombre como una unidad muy estrecha. Por lo que no distinguían
entre el alma y el cuerpo, sino que predomina en ella una visión sintética y
totalitaria.
Concepción griega: se presenta al alma y al cuerpo como dos sustancias distintas,
donde el alma es aquella que preexiste y que se une al hombre como pago de sus
pecados. Por lo tanto el cuerpo es una cárcel y la redención del alma está en salir de
él para volver al mundo de su preexistencia.
La Tradición: en este caso se parte de la noción del hombre como imagen y
semejanza de Dios y subrayan frente a la gnosis el valor del cuerpo humano. Pero
esto no da lugar a que se deje de lado la parte formal o espiritual del hombre.
El Magisterio de la Iglesia: niega la preexistencia de las almas y que esta se inserta
en el cuerpo para pagar la culpa de los pecado, mencionando que La persona
humana es un ser a la vez corporal y espiritual. La unión del cuerpo y del alma es
tan profunda que el alma es la forma del cuerpo. Espíritu y materia no son dos
naturalezas unidas, sino que forman una sola naturaleza, el hombre8.
El hombre además cuenta con dignidad por ser hijo de Dios, así lo menciona el Concilio
Vaticano II: La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del
hombre a la unión con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al
diálogo con Dios (GS. 19)13. De esta manera la semejanza del hombre con Dios apunta,
desde un primer momento, a esa plenitud de vida y de imagen que se le comunica por la
gracia de Cristo. En fin la existencia del hombre como imagen de Dios, tiene unidad y
sentido en Cristo, no solo como una realidad exterior y más allá del hombre que pueda
dar valor a su vida e historia, sino porque el hombre está interiormente modelado en
Cristo y en vistas al encuentro con Cristo.
El concepto de persona
10
Cfr. A. MARTÍNEZ SIERRA, Antropología Teológica Fundamental, p. 85.
11
J. L. RUIZ DE LA PEÑA, Las Nuevas Antropologías, Un reto a la teología, p. 221.
12
A. MARTÍNEZ SIERRA, Antropología Teológica Fundamental, p. 101.
13
CONCILIO VATICANO II, Cons. dogm. Gaudium Et Spes (1965), n 19.
La noción de persona es uno de los temas más relevantes de la investigación
antropológica. Para ello se tendrá en cuanta en primer lugar la visión antropológica de la
persona humana. Donde «las distintas filosofías de la persona pusieron de manifiesto la
peculiaridad del ser humano y, muy especialmente, su apertura esencial a la relación
con Dios y con los demás»14. Por eso menciona Aristóteles, el hombre es un animal
racional. Pues existe una estrecha relación con otros seres vivos, pero su racionalidad lo
hace diferente y único:
«El hombre animal político o civil, y entre todos los animales, sólo el hombre tiene uso de razón
y de lenguaje»15.
En consecuencia, hay que aprender activamente, la tarea de ser una persona. Y ello se
logra en el contacto estrecho, permanente, con las personas de un lugar con otras
personas de otro lugar.
Por otra parte, menciona Aristóteles que, el hombre es un compuesto entre cuerpo y
alma y estos dos elementos son inseparables, ya que el alma (ánima) es quien anima al
cuerpo, es el principio motor, el principio de vida. Es decir que el hombre es un
compuesto de alma y cuerpo, por lo tanto esta unidad forma la persona.
Lo que es necesario para que sirvan como objeto de estudio son; la apariencia y la
esencia, que corresponden a prosopón e hipostasis. Esas son las dos formas opuestas en
las que se caracterizan a las personas. La apariencia como persona tiene que ver con su
rol o estatus social, se ve de acuerdo a cómo se establece su lugar en el sistema de
relaciones. Su opuesto, hipostasis, que he nombrado como esencia, es la percepción o
conocimiento individual de sí mismo como persona. La conciencia es la facultad
humana indispensable para tener una noción de persona, pues es precisamente sobre la
conciencia que podemos desarrollar la moral, por lo tanto la conciencia moral es parte
14
J. L. LORDA, Antropología Teológica, EUNSA, Pamplona, 2009, p. 92.
15
ARISTÓTELES, La Política, traducciones de Pedro Simón Abril, ENR, Madrid, p. 15.
de las características de una persona. Finalmente la identidad es objeto de estudio tanto
de la antropología como de la sociología, pues sirve de vínculo entre la noción de una
esencia personal del individuo y la conceptualización de un tipo de persona por la
sociedad y la cultura a la que pertenece16.
16
Cfr. J. C. Z AVALA, La noción general de persona, en: Revista de Humanidades: Tecnológico de
Monterrey, no. 27-28 (2010), p. 293-318.
17
J. L. LORDA, Antropología Teológica, p. 92.
18
J. L. RUIZ DE LA PEÑA, Las nuevas antropologías. Un reto a la teología, p. 229.
que es el hombre como persona: «La persona humana es un ser a la vez corporal y
espiritual. El alma significa el principio espiritual del hombre. También el cuerpo del
hombre participa de la dignidad de ser imagen de Dios. La unión del cuerpo y del alma
es tan profunda que el alma es la forma del cuerpo. Espíritu y materia no son dos
naturalezas unidas, sino que forman una sola naturaleza. Cada alma espiritual, creada
inmediatamente por Dios, es inmortal y no perece cuando se separa del cuerpo por la
muerte»19.
19
A. MARTÍNEZ SIERRA, Antropología Teología Fundamental, p. 97.
20
F. OCÁRIZ, L. MATEO-SECO, J. A. RIESTRA, El misterio de Jesucristo, cuarta edición, EUNSA,
Pamplona, 2010, p. 56.
Bibliografía: