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Blanco
Aborda las cuestiones desde la óptica de los hechos objetivos, los números, los
datos y la información. El blanco es neutralidad y objetividad.
Rojo
Es el punto de vista de los sentimientos y la intuición. Opuesto al blanco,
prescinde de datos y hechos, ocupándose de las emociones.
Negro
Representa la negatividad, la puesta de manifiesto de por qué una alternativa no es
buena. Es el pensamiento de crítica negativa que señala los defectos de una idea o
de un posible curso de acción. Dicho en pocas palabras, el sombrero negro es el
“abogado del diablo”.
Amarillo
Por su parte, el amarillo es alegría, esperanza y pensamiento positivo. Busca de
forma deliberada los aspectos favorables de una situación, la oportunidad que
supone una opción. Pero es un optimismo fundamentado, que lo razona y justifica.
Verde
Asociado a la fertilidad y la abundancia, representa la creatividad, el surgimiento
de nuevas ideas y la búsqueda de alternativas. También utiliza la provocación, el
movimiento y el pensamiento lateral.
Azul
Finalmente, la función del color azul es el control y la organización del proceso
de pensamiento y de la toma de decisiones. Clarifica, modera, armoniza y dirige,
estableciendo cuándo utilizar cada sombrero.
Pongámonos el sombrero blanco y veamos qué datos tenemos sobre la evolución de las
ventas en los últimos tres años”. Se presentarán entonces los datos objetivos, sin
elaborar un juicio de valor.
“El nuevo producto parece que tiene más aceptación que los demás”. Esto es un
juicio, una creencia, no un dato objetivo. Es una opinión que queda fuera del
sombrero blanco.

Roles de los Seis Sombreros para Pensar
Pero no siempre los hechos son completamente verificables. Los hechos pueden ser de
primer o de segundo nivel.
Los de primer nivel son aquellos que están verificados. Los de segundo nivel no
están verificados, aunque se crea que son ciertos. Pero esa creencia hay que
comprobarla.
Un Pensamiento Lógico
Como en el caso del sombrero blanco, con el sombrero negro se exponen los
razonamientos lógico-negativos, pero sin tomar partido por alguna de las
posiciones, opiniones o cursos de acción.
Finalmente, el pensamiento de sombrero negro pone a prueba los datos, las
informaciones, lo que no es consistente con el conocimiento o la experiencia, …
Pero siempre de forma objetiva, circunscribiendo la crítica negativa al terreno de
la lógica.
Por consiguiente, el sombrero amarillo actúa con meticulosidad para dar soporte a
la positividad. Sin embargo, también es posible especular. Así, podemos explorar
ideas y acciones para, más adelante, buscar su justificación. “Pensando con el
sombrero amarillo, creo que deberíamos ampliar el horario de nuestras tiendas.
Quizá, analizando la afluencia de nuestros clientes, podría respaldar esa idea”.
El territorio del sombrero amarillo es el de las sugerencias y propuestas; también
el de las ideas. Todas ellas tienen como objetivo provocar un cambio positivo.
Así, lo que se pide con el sombrero verde no es tanto producir nuevas ideas, sino
esforzarse en ello. Son distintas las estrategias que ayudan en ese empeño.
El Pensamiento Lateral
De Bono cita el Pensamiento Lateral como un mecanismo esencial para la creatividad.
El pensamiento lateral consiste en un proceso de pensamiento creativo intencionado
que analiza los asuntos desde ángulos completamente diferentes a los habituales.
Contrasta con el pensamiento vertical, dominado por la razón y el seguimiento de
pautas y normas de reflexión estrictamente lógicas.
Así, con el pensamiento lateral, más que hacer juicios, hay que generar movimiento,
ir de una idea a otra. Es así como se avanza.
Movimiento y dinamismo. Utilizamos una idea para pasar a otra. Nos preguntamos en
qué es diferente, por qué es interesante, qué novedad aporta y a dónde nos conduce.
La Provocación
“¿Qué tal si pagamos a los clientes por comprar nuestros productos?”. Es una idea
provocadora, ¿quizá absurda?
No crea. Piense en los sistemas de puntos y cupones de muchas empresas que, de
algún modo, están pagando a sus clientes por las compras que realizan.
La provocación es un elemento clave del pensamiento lateral. Una forma de provocar
es la “inversión”, esto es, “dar la vuelta” a lo que normalmente sucede. La idea
anterior es un ejemplo de provocación.
El sombrero azul es instrumental y neutral. No toma por tanto partido por ninguna
postura.